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Segunda prueba
¿Furulas?
Cuando los zombies nos alcancen
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Finalmente la gran llamarada de insaciable y abrazador calor infernal cedió ante aquella mezcla de tierra con quién sabe que otra sustancia. Ambos se bajaron del camión y lo dejaron encendido por si las duda, todo estaba calmado y algunos festejaban que el fuego había sido sofocado.
- Bien hecho! - dijo eufórico Carlos quién se mostraba emocionado.
- Excelente.... ahora tendremos que buscar un nuevo refugio - comentó Alicia quién apenas salía de aquella recaída por la muerte de Gloria.
Todos murmuraban cosas, algunos se abrazaban en forma de felicidad y otros simplemente se dignaban a mirar la parte de la casa incendiada y todo lo que se podía recuperar que fuera re utilizable. Sin embargo Rodrigo sabía que no todo estaba bien cómo la cosa parecía, algo malo estaba acercándose a su posición y se sentía bien. Rápidamente recordó que tenía su móvil aun con un poco te batería.
- Joder...pensar que tenía esto....- susurró dándose vuelta de la multitud y mirando el móvil que tenía entre manos. Disco un par de números comenzando la llamada que milagrosamente logró conectarse con la del destinario tan deseado.
- Ya saben qué sucede...- dijo Rodrigo al escuchar voces al otro lado.
- Joder Rodrigo, pensamos que ya estabas muerto....- dijo uno de ellos riendo un poco, con aquel humor bastante indeseable que lo caracterizaba.
- No se anden de listos, los necesito en la calle Bakingthon esquina Becker en quince minutos cómo mucho- dijo Rodrigo nuevamente en aquel tono de líder significante que tanto lo caracterizaba nuevamente.
- Hombre, entonces estaremos en catorce minutos, ya sabes....- fue interrumpido.
- No mueras!...- dijo otra voz de fondo y se escucharon los casquillos de las armas siendo cargadas, aquél significante "clanck" que sonaba al ponerle el seguro, y los demás sonidos metálicos de todo lo que caracterizaba en el escuadrón de la muerte de Rodrigo.
Sin decir más Rodrigo cerró el móvil, lo guardó en uno de los bolsillos de aquel incomodo esmoquin que llevaba y se fijó cuántas balas le quedaban en el arma, aun tenía suficientes para hacer lo que tenía en mente, lastimosamente eran las necesarias, nada de sobra quedaba así que ahora solo podía únicamente esperar y confiar en aquellos hombres que servían para tanto. Se dio media vuelta quedando de frente a todos los demás que tanto murmullo tenían entre ellos, todos de una forma extraña se quedaron en silencio mirándolo al notar aquel brusco movimiento que segundos antes había hecho.
- Más de una docena de zombies se aproximan en estos instantes a donde estamos nosotros.- dijo Rodrigo señalando con la mano en dirección de donde los gemidos y sonidos de pasos salían.
- Es cierto lo que él dice - dijo Alicia apoyando a Rodrigo en lo que había dicho.
- Por el fuego que quedó exterminado ya se pueden acercar y en estos momentos vienen hacia acá, si no quieren morir será mejor que hagan lo que les digo y confíen plenamente en Alicia qué desde ahora será vuestra jefa... - Rodrigo pausó un poco - ... porque ahora sois un escuadrón, sobrevivientes al infierno y destinados a salir del mismo para hacer que el mundo sepa lo que acá sucede
- Rodrigo se mostraba serio en el tema, hablando con rapidez y mirando el reloj cada dos por tres.
Ya habían pasado cinco minutos así que la espera se hacia cada vez más corta, cuándo los demás llegaran todo iría mejor, al menos para Rodrigo y quiénes quisieran quedarse, sólo que nadie sabía que estaba por pasar.
- Así que nos dividiremos.... Alicia se irá por un callejón que está vacío con quienes la sigan para buscar un nuevo refugio, un futuro y la supervivencia.... los demás se quedaran conmigo aceptando el hecho de hacer sin dudar lo que les diga, sin saber si sobrevivirán a esta noche y sin saber si lo que les espera es bueno.- finalizo Rodrigo, diciendo todo de forma verdadera y aunque siendo consciente de que solo algún loco se quedaría con él, esa era la idea, qué solo los dispuestos a todo se quedaran, aunque igual él sabia que pocos de esos habían, todos eran bastante racionales y con ganas de vivir sin peligro.
- Así que ustedes eligen, y lo deben de hacer ya...- dijo Rodrigo luego, a la espera de las respuestas.
Hubo unos segundos de silencio, ni el sonido de los zombies se escuchaba aunque si algún disparo perdido proveniente de quién sabe que parte de la ciudad, siempre quedaban locos suicidas que iban por ahí haciendo escandalos. Hasta que alguien se animó a decidir por su futuro y lo que creía mejor para sobrevivir.
- Yo me iré con Alicia, no es nada personal....pero prefiero seguir el camino de un...futuro casi seguro - dijo Carlos, haciéndose a un lado y caminando hasta donde estaba Alicia.
- Igual yo...- dijo Fernando al cuál siguieron Arturo y Facundo sin decir palabra alguna, los tres se acercaron a donde Alicia estaba de pie, seguramente pensando.
- Nosotros también...- Sergio le golpeó el pecho a Kenny de forma amistosa y ambos caminaron hasta quedar detrás de Alicia.
Agatha, quién tan silenciosa estaba pensando en las palabras que Rodrigo había dicho, se encontraba aun mirando hacia ambos bandos pensando en qué sería mejor, le costo decidirse pero amaba demasiado a Zed cómo para no volver a verlo.
- Sorry, aber ich gehe auch mit Alicia (Lo siento, pero yo también me voy con Alicia )- dijo ella y caminó tras Alicia.
A Rodrigo le costó un poco entender lo que había dicho, hasta que con su poco Aleman aprendido logró formar una frase.
- Mach dir keine Sorgen (no se preocupe) - dijo Rodrigo, detenidamente ya que mucho no sabia. - Bien así ven todo, eso es bueno ya que dice mucho de ustedes....- Rodrigo tosió un poco a causa del humo que aun salía -.... va siendo hora de que se vaya, yo retrasaré a los infectados y ustedes huirán, no quiero que se volteen hacia acá ni vacilen al escapar - Rodrigo finalizó.
Fernando le estrechó la mano a Rodrigo, aunque no congeniaran mucho habían sido buenos amigos, ahora todo llegaba al fin de esa relación o al menos eso se presentaba, Alicia le dio un fuerte abrazo y los demás se limitaron a saludarlo con la mano.
Todos salieron caminando en dirección contraria de donde los zombies venían, Facundo volteó un poco ya a unos diez metros.
- Nos volveremos a ver?- preguntó él.
- Quién sabe...- simplemente respondió Rodrigo quién tan natural seguía de pie, volteando ahora y viendo a la doce y tanto de zombies que venían a unos quinientos metros ya.
El grupo sobreviviente desapareció al entrar por un callejón cercano, allí ellos deberían de continuar y salvarse, ahora ya menos carga había para Rodrigo y no debía cargar con la culpa de si llegaba a matar a algún inocente, ya que él no lo era y solamente su vida estaba en las manos.
Rodrigo miró el reloj, cinco minutos faltaban aunque ya estaban demasiado cerca los zombies cómo para esperar. Cargó el arma de vuelta, dejándola lista y se subió al techo del remolque que rato antes habían conducido Facundo y Fernando, el cuál ahora estaba atravesado en la calle tapando el camino, confiando en que era un remolque pesado y algo aguantaría, los zombies estaban a trecientos metros y aun paso bastante lento se acercaban, quizás no todo estaba perdido y una pequeña luz de esperanza aún había, solamente era lo cierto que Rodrigo de una forma o otro detendría a esos infectados, jamás llegarían a el grupo sobreviviente, si moría sería en pago por las grandes amistades que la vida le había dado aquella vez en el centro comercial, hace años.
Ya estaban a unos docientos metros y los sonidos de gemidos y pisadas había aumentado, era inevitable escucharlos y más para Rodrigo que entre todo lo demás silencioso se encontraba de pie sobre el techo. Cien metros, ya los nervios aumentaban pero no eran suficientes cómo para sacar de las casillas a Rodrigo, le sacó el seguro al arma y apuntó a uno de los zombies en la cabeza, disparó acertando en un ojo del podrido, el cuál calló para ser pisoteado por los demás que detrás de él venían. Eran bastantes, y no sabía si podría controlarlos a todos, pero lo que Rodrigo si bien sabía es que lucharía hasta el final.
Segundos después parece cómo si Dios se hubiera apiadado de él, desde la esquina se veía venir alguna especie de vehículo que a toda velocidad dobló la esquina y se estacionó detrás del remolque y al lado de la casa que tiempo antes se había incendiado, justo donde estaba una parte del camión cisterna, de allí se abrieron las tres puertas y de forma rápida bajaron mirando hacia todos lados y apuntando con sus armas.
- Hombre sigue vivo!- gritó Charlie mirando a donde Rodrigo estaba.
- Subid y matad a todos que luego hablaremos. - ordenó Rodrigo, todos hicieron caso y subiéndose a diferentes partes del remolque para estar en mejor posición comenzar a disparar de forma indiscriminada a todos los cuerpos que se movían.
Pasaron diez minutos como mucho y ya todos los cuerpos estaban en el suelo, ahora si muertos del todo. Los cuatros se bajaron del remolque y quedaron de pie en frente del automovil blindado que habían aparcado allí.
- Me alegra verlo de vuelta señor - dijo Lee.
- Y a mi me alegra verlo chicos - comentó Rodrigo, mirando a todos que estaban con caras demasiadas sonrientes. - Qué tanto sonríen? - preguntó.
- Es que, jamás lo habíamos visto de esmoquin - dijo Blaz en su nunca cambiable acento Aleman.
- Eso mismo, tenéis ropa allí dentro? - preguntó Rodrigo mirando hacia el automóvil.
- Ropa, armas y municiones, lo que no tenemos es gasolina y queda poca en el tanque, hay que buscar...- respondió Charlie.
- Déjenme vestirme, coger un par de armas y luego veremos cómo conseguir gasolina o hasta donde podremos llegar con la que queda...- dijo Rodrigo y así camino hasta dentro del automóvil, rápidamente se quito el esmoquin y se colocó ropa más cómoda, con unos pantalones estilo militar ciudadano que tenía muchos bolsillos, una remera de manga cortas, encima se colocó una campera de cuero negra y un chaleco antibalas verde que de algo seguramente serviría, unas botas militares bien ajustadas y un cinturón que llevaba algunos cargadores, un par de granadas entre otras latas de gases algunos tóxicos, una linterna y un arma de una mano pequeña que ya tenía. Además de eso se colocó en una oreja un sostenedor que tenía un pequeño parlante que se ajustaba a la oreja, para luego con un pequeño tubo llevar un micrófono minúsculo a la boca que servía de transmisor y se conectaba con los demás transmisores del escuadrón. Cogió la ultima arma grande que quedaba que era una sig 552 con dos cargadores más el que llevaba puesto ya y camino nuevamente a donde todos estaban.
- Bien muchachos, es hora de buscar un destino....algo para hacer -comentó Rodrigo pensando en qué podría hacer.
- Así es señor, no tenemos un objetivo claro...- dijo Lee confundido.
- Ya veremos chicos...- agrego Charlie, todos subieron al automóvil y encendiéndolo de vuelta aceleraron a toda velocidad hacia la dirección de una gasolinera que conocían, esperando con fe encontrar gasolina que sirviese.
- Bien hecho! - dijo eufórico Carlos quién se mostraba emocionado.
- Excelente.... ahora tendremos que buscar un nuevo refugio - comentó Alicia quién apenas salía de aquella recaída por la muerte de Gloria.
Todos murmuraban cosas, algunos se abrazaban en forma de felicidad y otros simplemente se dignaban a mirar la parte de la casa incendiada y todo lo que se podía recuperar que fuera re utilizable. Sin embargo Rodrigo sabía que no todo estaba bien cómo la cosa parecía, algo malo estaba acercándose a su posición y se sentía bien. Rápidamente recordó que tenía su móvil aun con un poco te batería.
- Joder...pensar que tenía esto....- susurró dándose vuelta de la multitud y mirando el móvil que tenía entre manos. Disco un par de números comenzando la llamada que milagrosamente logró conectarse con la del destinario tan deseado.
- Ya saben qué sucede...- dijo Rodrigo al escuchar voces al otro lado.
- Joder Rodrigo, pensamos que ya estabas muerto....- dijo uno de ellos riendo un poco, con aquel humor bastante indeseable que lo caracterizaba.
- No se anden de listos, los necesito en la calle Bakingthon esquina Becker en quince minutos cómo mucho- dijo Rodrigo nuevamente en aquel tono de líder significante que tanto lo caracterizaba nuevamente.
- Hombre, entonces estaremos en catorce minutos, ya sabes....- fue interrumpido.
- No mueras!...- dijo otra voz de fondo y se escucharon los casquillos de las armas siendo cargadas, aquél significante "clanck" que sonaba al ponerle el seguro, y los demás sonidos metálicos de todo lo que caracterizaba en el escuadrón de la muerte de Rodrigo.
Sin decir más Rodrigo cerró el móvil, lo guardó en uno de los bolsillos de aquel incomodo esmoquin que llevaba y se fijó cuántas balas le quedaban en el arma, aun tenía suficientes para hacer lo que tenía en mente, lastimosamente eran las necesarias, nada de sobra quedaba así que ahora solo podía únicamente esperar y confiar en aquellos hombres que servían para tanto. Se dio media vuelta quedando de frente a todos los demás que tanto murmullo tenían entre ellos, todos de una forma extraña se quedaron en silencio mirándolo al notar aquel brusco movimiento que segundos antes había hecho.
- Más de una docena de zombies se aproximan en estos instantes a donde estamos nosotros.- dijo Rodrigo señalando con la mano en dirección de donde los gemidos y sonidos de pasos salían.
- Es cierto lo que él dice - dijo Alicia apoyando a Rodrigo en lo que había dicho.
- Por el fuego que quedó exterminado ya se pueden acercar y en estos momentos vienen hacia acá, si no quieren morir será mejor que hagan lo que les digo y confíen plenamente en Alicia qué desde ahora será vuestra jefa... - Rodrigo pausó un poco - ... porque ahora sois un escuadrón, sobrevivientes al infierno y destinados a salir del mismo para hacer que el mundo sepa lo que acá sucede
- Rodrigo se mostraba serio en el tema, hablando con rapidez y mirando el reloj cada dos por tres.
Ya habían pasado cinco minutos así que la espera se hacia cada vez más corta, cuándo los demás llegaran todo iría mejor, al menos para Rodrigo y quiénes quisieran quedarse, sólo que nadie sabía que estaba por pasar.
- Así que nos dividiremos.... Alicia se irá por un callejón que está vacío con quienes la sigan para buscar un nuevo refugio, un futuro y la supervivencia.... los demás se quedaran conmigo aceptando el hecho de hacer sin dudar lo que les diga, sin saber si sobrevivirán a esta noche y sin saber si lo que les espera es bueno.- finalizo Rodrigo, diciendo todo de forma verdadera y aunque siendo consciente de que solo algún loco se quedaría con él, esa era la idea, qué solo los dispuestos a todo se quedaran, aunque igual él sabia que pocos de esos habían, todos eran bastante racionales y con ganas de vivir sin peligro.
- Así que ustedes eligen, y lo deben de hacer ya...- dijo Rodrigo luego, a la espera de las respuestas.
Hubo unos segundos de silencio, ni el sonido de los zombies se escuchaba aunque si algún disparo perdido proveniente de quién sabe que parte de la ciudad, siempre quedaban locos suicidas que iban por ahí haciendo escandalos. Hasta que alguien se animó a decidir por su futuro y lo que creía mejor para sobrevivir.
- Yo me iré con Alicia, no es nada personal....pero prefiero seguir el camino de un...futuro casi seguro - dijo Carlos, haciéndose a un lado y caminando hasta donde estaba Alicia.
- Igual yo...- dijo Fernando al cuál siguieron Arturo y Facundo sin decir palabra alguna, los tres se acercaron a donde Alicia estaba de pie, seguramente pensando.
- Nosotros también...- Sergio le golpeó el pecho a Kenny de forma amistosa y ambos caminaron hasta quedar detrás de Alicia.
Agatha, quién tan silenciosa estaba pensando en las palabras que Rodrigo había dicho, se encontraba aun mirando hacia ambos bandos pensando en qué sería mejor, le costo decidirse pero amaba demasiado a Zed cómo para no volver a verlo.
- Sorry, aber ich gehe auch mit Alicia (Lo siento, pero yo también me voy con Alicia )- dijo ella y caminó tras Alicia.
A Rodrigo le costó un poco entender lo que había dicho, hasta que con su poco Aleman aprendido logró formar una frase.
- Mach dir keine Sorgen (no se preocupe) - dijo Rodrigo, detenidamente ya que mucho no sabia. - Bien así ven todo, eso es bueno ya que dice mucho de ustedes....- Rodrigo tosió un poco a causa del humo que aun salía -.... va siendo hora de que se vaya, yo retrasaré a los infectados y ustedes huirán, no quiero que se volteen hacia acá ni vacilen al escapar - Rodrigo finalizó.
Fernando le estrechó la mano a Rodrigo, aunque no congeniaran mucho habían sido buenos amigos, ahora todo llegaba al fin de esa relación o al menos eso se presentaba, Alicia le dio un fuerte abrazo y los demás se limitaron a saludarlo con la mano.
Todos salieron caminando en dirección contraria de donde los zombies venían, Facundo volteó un poco ya a unos diez metros.
- Nos volveremos a ver?- preguntó él.
- Quién sabe...- simplemente respondió Rodrigo quién tan natural seguía de pie, volteando ahora y viendo a la doce y tanto de zombies que venían a unos quinientos metros ya.
El grupo sobreviviente desapareció al entrar por un callejón cercano, allí ellos deberían de continuar y salvarse, ahora ya menos carga había para Rodrigo y no debía cargar con la culpa de si llegaba a matar a algún inocente, ya que él no lo era y solamente su vida estaba en las manos.
Rodrigo miró el reloj, cinco minutos faltaban aunque ya estaban demasiado cerca los zombies cómo para esperar. Cargó el arma de vuelta, dejándola lista y se subió al techo del remolque que rato antes habían conducido Facundo y Fernando, el cuál ahora estaba atravesado en la calle tapando el camino, confiando en que era un remolque pesado y algo aguantaría, los zombies estaban a trecientos metros y aun paso bastante lento se acercaban, quizás no todo estaba perdido y una pequeña luz de esperanza aún había, solamente era lo cierto que Rodrigo de una forma o otro detendría a esos infectados, jamás llegarían a el grupo sobreviviente, si moría sería en pago por las grandes amistades que la vida le había dado aquella vez en el centro comercial, hace años.
Ya estaban a unos docientos metros y los sonidos de gemidos y pisadas había aumentado, era inevitable escucharlos y más para Rodrigo que entre todo lo demás silencioso se encontraba de pie sobre el techo. Cien metros, ya los nervios aumentaban pero no eran suficientes cómo para sacar de las casillas a Rodrigo, le sacó el seguro al arma y apuntó a uno de los zombies en la cabeza, disparó acertando en un ojo del podrido, el cuál calló para ser pisoteado por los demás que detrás de él venían. Eran bastantes, y no sabía si podría controlarlos a todos, pero lo que Rodrigo si bien sabía es que lucharía hasta el final.
Segundos después parece cómo si Dios se hubiera apiadado de él, desde la esquina se veía venir alguna especie de vehículo que a toda velocidad dobló la esquina y se estacionó detrás del remolque y al lado de la casa que tiempo antes se había incendiado, justo donde estaba una parte del camión cisterna, de allí se abrieron las tres puertas y de forma rápida bajaron mirando hacia todos lados y apuntando con sus armas.
- Hombre sigue vivo!- gritó Charlie mirando a donde Rodrigo estaba.
- Subid y matad a todos que luego hablaremos. - ordenó Rodrigo, todos hicieron caso y subiéndose a diferentes partes del remolque para estar en mejor posición comenzar a disparar de forma indiscriminada a todos los cuerpos que se movían.
Pasaron diez minutos como mucho y ya todos los cuerpos estaban en el suelo, ahora si muertos del todo. Los cuatros se bajaron del remolque y quedaron de pie en frente del automovil blindado que habían aparcado allí.
- Me alegra verlo de vuelta señor - dijo Lee.
- Y a mi me alegra verlo chicos - comentó Rodrigo, mirando a todos que estaban con caras demasiadas sonrientes. - Qué tanto sonríen? - preguntó.
- Es que, jamás lo habíamos visto de esmoquin - dijo Blaz en su nunca cambiable acento Aleman.
- Eso mismo, tenéis ropa allí dentro? - preguntó Rodrigo mirando hacia el automóvil.
- Ropa, armas y municiones, lo que no tenemos es gasolina y queda poca en el tanque, hay que buscar...- respondió Charlie.
- Déjenme vestirme, coger un par de armas y luego veremos cómo conseguir gasolina o hasta donde podremos llegar con la que queda...- dijo Rodrigo y así camino hasta dentro del automóvil, rápidamente se quito el esmoquin y se colocó ropa más cómoda, con unos pantalones estilo militar ciudadano que tenía muchos bolsillos, una remera de manga cortas, encima se colocó una campera de cuero negra y un chaleco antibalas verde que de algo seguramente serviría, unas botas militares bien ajustadas y un cinturón que llevaba algunos cargadores, un par de granadas entre otras latas de gases algunos tóxicos, una linterna y un arma de una mano pequeña que ya tenía. Además de eso se colocó en una oreja un sostenedor que tenía un pequeño parlante que se ajustaba a la oreja, para luego con un pequeño tubo llevar un micrófono minúsculo a la boca que servía de transmisor y se conectaba con los demás transmisores del escuadrón. Cogió la ultima arma grande que quedaba que era una sig 552 con dos cargadores más el que llevaba puesto ya y camino nuevamente a donde todos estaban.
- Bien muchachos, es hora de buscar un destino....algo para hacer -comentó Rodrigo pensando en qué podría hacer.
- Así es señor, no tenemos un objetivo claro...- dijo Lee confundido.
- Ya veremos chicos...- agrego Charlie, todos subieron al automóvil y encendiéndolo de vuelta aceleraron a toda velocidad hacia la dirección de una gasolinera que conocían, esperando con fe encontrar gasolina que sirviese.
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Localización : Maldonado- Uruguay (Zona Segura)
Fecha de inscripción : 29/03/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Despues de la entrada por todo lo alto al centro comercial y de saber el plan, se pusieron manos a la obra con el mismo. Jim esperaba en el gigantesco coche junto a Roberto y Degtyarev subía escaleras arriba mientras que Ariel y Alex buscaban comida, parecía un buen plan y estaban preparados para lo peor pero misteriosamente el centro comercial estaba casi vacío exceptuando un par de zombies aquí y allí. Según avanzaban despacio e iban a por uno de los carros metálicos pasaron por una tienda de caza y Ariel se paro en seco.
Alex - ¿Qué haces? Vamos no es momento de mirar las tiendas de campaña ahora…
Ariel – Quédate vigilando fuera un momento Alex, tengo una idea. – Ariel se metió en la tienda y salió en menos de un minuto con un par de mochilas de montaña y una caja de munición de rifle que tiraba al suelo. – Joder no hay nada, supongo que se llevarían las armas y la munición antes de que todo se pusiese feo y abandonasen el centro comercial. Vamos hacia la zona de alimentación.
Después de pasar por delante de unos multicines llegaron a la zona comercial y se dirigieron hacia la zona de conservas para meter todo en las mochilas. Ariel se dedico a meter latas y comida mientras que en el pasillo contiguo Alex llenaba la mochila de botellas de agua y mas comida. Pasaron unos minutos y la luz del centro comercial regreso.
Ariel – ¡Alex! Ven rápido.
Alex – Si. – Empezó a correr hasta el final del pasillo y el zombie gordo de uno de los guardas de seguridad se le abalanzo, Alex intento esquivarlo pero no tuvo en cuenta la mochila y este la agarro con fuerza – ¡Ariel ayuda me ha cogido uno, ayudaaaaaa! – Ariel hecho a correr hacia el final del pasillo y al girar vio al zombie agarrando la mochila y otro dos zombies que le cortaban el paso hasta Alex, que se intentaba quitar la mochila mientras el zombie se abría paso para morderle. – Cuando Ariel sacaba su pistola para apuntarlos la luz se fue y se escucho un gran ruido en el centro comercial, como si se abriese para las rebajas y la gente entrase para llevarse la oferta mas jugosa que encontrase, la única diferencia era que las ofertas eran Ariel, Degtyarev y Alex y eso no le hacía ninguna gracia.
Ariel – Aguanta un segundo chico. – Ariel levanto el arma y disparo a uno de ellos y al apretar nuevamente el gatillo el arma no se disparo. – Mierda se ha encasquillado, joder.- Alex se consiguió quitar la mochila y se aparto del zombie mientras sacaba el cuchillo de combate que le dio el asesino, y lo clavo en la cabeza de el zombie dejándolo KO, después se saco la pistola y la tiro a los pies de Ariel mientras intentaba sacar el cuchillo de la cabeza del zombie este se partió porque se quedo atascado en el cráneo del mismo. Ariel cogió la pistola y disparo a la cabeza de la mujer zombie que le quedaba acercándose a Alex y poniéndole la mochila en la espalda.
Alex – Gracias, se me ha partido seguro que aquel hombre se va a enfadar…
Ariel - ¿Por qué me tiraste la pistola en vez de disparar tu?
Alex – porque tengo muy mala puntería, podría haberte dado a ti en vez de a ella. Además no me gustan las armas de fuego.
Ariel - <bueno si no te gustan tengo otra idea para ti, acompáñame y nos largamos de este lugar ya mismo. – Le llevo hacia la sección de deportes y alli se quito la mochila y le quito a Alex la suya. -
Alex – ¿Escuchaste ese ruido de antes? ¿Que crees que era?
Ariel – No lo se ni me importa, solo quiero salir de aquí con vida y con la comida para los demás. – Ariel regresaba con un par de bates de beisbol, uno reglamentario y otro negro de aluminio y con un montón de cosas mas. – A ver a ver ¿tu talla es la pequeña no? Coge el bate un momento y déjame que te ponga esto. – Le puso unas coderas y unas rodilleras negras, además de darle unos guantes protectores. Después de ajustárselos el también se puso los guantes y ajusto a la chaqueta de cuero de Alex un mosquetón y un arnés de manera que el bate quedase en su espalda bien sujeto y no le molestase con la mochila puesta. – Te queda bien jejeje.
Alex - … ¿porque no te has puesto también tu lo mismo?
Ariel - No quedaban mas esto es lo que hay. Parece que saquearon todas las cosas del centro comercial dejando solo la comida, esperemos que Degtyarev tenga suerte y encuentre las medicinas. Toma, ya he arreglado la mía. – Le dio la pistola en la mano a Alex y este se quedo mirando la mano sin decir nada. - ¿No la quieres? Bueno después de todo no te gustan ¿no? Deberías de no ser tan tímido, aunque comprendo que estés asustado sucediendo todo esto así de repente.
Alex no dijo nada, y mientras andaban hacia la salida del centro comercial con las mochilas y las armas descubrieron algo terrorífico que les dejo la sangre helada, el ruido de antes eran las puertas de los multicines que se abrieron de golpe gracias a el cortocircuito del centro comercial dejando salir así a una multitud de zombies que se interponían entre ellos y las puertas del centro comercial. Uno de los zombies clavo su mirada en ambos y como conectados el resto de la descomunal horda giro la cabeza y empezó a avanzar lentamente hacia ellos, Ariel saco el bate y le ordeno a Alex que se quedase detrás de el agarrándole de la mano y dando media vuelta, dirigiéndose hacia otra entrada del centro comercial corriendo con la esperanza de que no encontrasen mas problemas, se encontraron con un pequeño grupo de zombies que les cerraban el paso y Ariel les dio cuenta con el bate de madera aplastando sus cabezas y ahorrando balas para cuando realmente las necesitasen. Al llegar a las otras puertas del centro comercial se encontraron con diez zombies en dos grupos uno de cuatro y otro de seis, Ariel repitió la operación con el bate pero al acabar con el prmer zombie el bate se partió dejándoles con nueve zombies entre ellos y la calle donde les esperaban Jim y Roberto.
Alex - ¿Qué haces? Vamos no es momento de mirar las tiendas de campaña ahora…
Ariel – Quédate vigilando fuera un momento Alex, tengo una idea. – Ariel se metió en la tienda y salió en menos de un minuto con un par de mochilas de montaña y una caja de munición de rifle que tiraba al suelo. – Joder no hay nada, supongo que se llevarían las armas y la munición antes de que todo se pusiese feo y abandonasen el centro comercial. Vamos hacia la zona de alimentación.
Después de pasar por delante de unos multicines llegaron a la zona comercial y se dirigieron hacia la zona de conservas para meter todo en las mochilas. Ariel se dedico a meter latas y comida mientras que en el pasillo contiguo Alex llenaba la mochila de botellas de agua y mas comida. Pasaron unos minutos y la luz del centro comercial regreso.
Ariel – ¡Alex! Ven rápido.
Alex – Si. – Empezó a correr hasta el final del pasillo y el zombie gordo de uno de los guardas de seguridad se le abalanzo, Alex intento esquivarlo pero no tuvo en cuenta la mochila y este la agarro con fuerza – ¡Ariel ayuda me ha cogido uno, ayudaaaaaa! – Ariel hecho a correr hacia el final del pasillo y al girar vio al zombie agarrando la mochila y otro dos zombies que le cortaban el paso hasta Alex, que se intentaba quitar la mochila mientras el zombie se abría paso para morderle. – Cuando Ariel sacaba su pistola para apuntarlos la luz se fue y se escucho un gran ruido en el centro comercial, como si se abriese para las rebajas y la gente entrase para llevarse la oferta mas jugosa que encontrase, la única diferencia era que las ofertas eran Ariel, Degtyarev y Alex y eso no le hacía ninguna gracia.
Ariel – Aguanta un segundo chico. – Ariel levanto el arma y disparo a uno de ellos y al apretar nuevamente el gatillo el arma no se disparo. – Mierda se ha encasquillado, joder.- Alex se consiguió quitar la mochila y se aparto del zombie mientras sacaba el cuchillo de combate que le dio el asesino, y lo clavo en la cabeza de el zombie dejándolo KO, después se saco la pistola y la tiro a los pies de Ariel mientras intentaba sacar el cuchillo de la cabeza del zombie este se partió porque se quedo atascado en el cráneo del mismo. Ariel cogió la pistola y disparo a la cabeza de la mujer zombie que le quedaba acercándose a Alex y poniéndole la mochila en la espalda.
Alex – Gracias, se me ha partido seguro que aquel hombre se va a enfadar…
Ariel - ¿Por qué me tiraste la pistola en vez de disparar tu?
Alex – porque tengo muy mala puntería, podría haberte dado a ti en vez de a ella. Además no me gustan las armas de fuego.
Ariel - <bueno si no te gustan tengo otra idea para ti, acompáñame y nos largamos de este lugar ya mismo. – Le llevo hacia la sección de deportes y alli se quito la mochila y le quito a Alex la suya. -
Alex – ¿Escuchaste ese ruido de antes? ¿Que crees que era?
Ariel – No lo se ni me importa, solo quiero salir de aquí con vida y con la comida para los demás. – Ariel regresaba con un par de bates de beisbol, uno reglamentario y otro negro de aluminio y con un montón de cosas mas. – A ver a ver ¿tu talla es la pequeña no? Coge el bate un momento y déjame que te ponga esto. – Le puso unas coderas y unas rodilleras negras, además de darle unos guantes protectores. Después de ajustárselos el también se puso los guantes y ajusto a la chaqueta de cuero de Alex un mosquetón y un arnés de manera que el bate quedase en su espalda bien sujeto y no le molestase con la mochila puesta. – Te queda bien jejeje.
Alex - … ¿porque no te has puesto también tu lo mismo?
Ariel - No quedaban mas esto es lo que hay. Parece que saquearon todas las cosas del centro comercial dejando solo la comida, esperemos que Degtyarev tenga suerte y encuentre las medicinas. Toma, ya he arreglado la mía. – Le dio la pistola en la mano a Alex y este se quedo mirando la mano sin decir nada. - ¿No la quieres? Bueno después de todo no te gustan ¿no? Deberías de no ser tan tímido, aunque comprendo que estés asustado sucediendo todo esto así de repente.
Alex no dijo nada, y mientras andaban hacia la salida del centro comercial con las mochilas y las armas descubrieron algo terrorífico que les dejo la sangre helada, el ruido de antes eran las puertas de los multicines que se abrieron de golpe gracias a el cortocircuito del centro comercial dejando salir así a una multitud de zombies que se interponían entre ellos y las puertas del centro comercial. Uno de los zombies clavo su mirada en ambos y como conectados el resto de la descomunal horda giro la cabeza y empezó a avanzar lentamente hacia ellos, Ariel saco el bate y le ordeno a Alex que se quedase detrás de el agarrándole de la mano y dando media vuelta, dirigiéndose hacia otra entrada del centro comercial corriendo con la esperanza de que no encontrasen mas problemas, se encontraron con un pequeño grupo de zombies que les cerraban el paso y Ariel les dio cuenta con el bate de madera aplastando sus cabezas y ahorrando balas para cuando realmente las necesitasen. Al llegar a las otras puertas del centro comercial se encontraron con diez zombies en dos grupos uno de cuatro y otro de seis, Ariel repitió la operación con el bate pero al acabar con el prmer zombie el bate se partió dejándoles con nueve zombies entre ellos y la calle donde les esperaban Jim y Roberto.
Tatsu-Kami- Superviviente
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Localización : Detras de ti!!!!!!! jajajaja XD
Fecha de inscripción : 02/06/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Por fin el incendio había cesado.
Carlos- Bien hecho!. Grite exhaltado.
Alicia- Excelente.... ahora tendremos que buscar nuevo refugio.
Todos estábamos felices por aquello, pero también sabíamos que ahora los zombies serían el principal problema de nuevo.
Carlos- bueno.... Sergio y Kenny, parece que hicieron buenas migas.
Kenny- Si, tenemos algunos intereses en comun jeje.
Carlos- Eso esta bien.
Rodrigo- Por el fuego que quedó exterminado ya se pueden acercar y en estos momentos vienen hacia acá, si no quieren morir será mejor que hagan lo que les digo y confíen plenamente en Alicia qué desde ahora será vuestra jefa.
Así que nos dividiremos.... Alicia se irá por un callejón que está vacío con quienes la sigan para buscar un nuevo refugio, un futuro y la supervivencia.... los demás se quedaran conmigo aceptando el hecho de hacer sin dudar lo que les diga, sin saber si sobrevivirán a esta noche y sin saber si lo que les espera es bueno.
Carlos- Yo me iré con Alicia, no es nada personal....pero prefiero seguir el camino de un...futuro casi seguro.
Así que me di la vuelta y esperé a Sergio que no se separaría de mi.
Sergio-Kenny- Vámonos de aquí Carlos, lo mejor es seguir a Alicia.
Me giré para ver donde estaba la gente y pude darme cuenta de que nadie se quedó con rodrigo.
Alicia- Bueno, pues sigamos nuestro camino.
Nuestro grupo empezó a movilizarse dejando atrás la silueta de Rodrigo.
Carlos- Me siento mal al haberle dejado allí solo.
Sergio- Estas loco? Si te hubieras quedado ya estarías muerto.
Carlos- Eso es sabio Sergio jaja.
El callejón terminó en una especie de valla metálica de unos 5 metros, detrás se veía la hermosa figura de un jardín.
Fernando- Mierda, no hay manera de subir esa puta valla, está demasiado alta!. Gritó.
Sergio- Tu creees...
Carlos- Seguramente se podrá abrir por dentro.
Sergio- Dale caña Carlos esa valla no es nada para ti.
Cogí carrerilla y me abalanzé sobre los barrotes metálicos de aquella valla y la fui subiendo poco a poco hasta llegar arriba, después siplemente bajé.
Carlos- Chicos! Esta cerradura pesa demasiado, necesitaré a dos personas más.
Sergio- No hay problema ya voy.
Carlos- He dicho 2 personas esto pesa demasiado.
Kenny- Iré yo.
Sergio- Tu sabes escalar?
Kenny- Supongo.
Sergio- Hagámoslo entonces.
Sergio y Kenny repitieron la misma acción y llegaron a el jardín.
Kenny- Madre mía como me duele la mano.
Carlos- Ya te acostumbraras, en un apocalipsis zombie supongo que habrá que hacer esto a menudo.
Fernando- Como pueden subir por ahí esos chavales?
Facundo- Es algo alucinante, yo de joven tal vez podría hacerlo.
Fernando- Ni que fueras mayor de 40 años jaja.
Hubo un gran estruendo metálico seguido de un sonido de chirrío.
Carlos- Bienvenidos a nuestro jardín señores, señoras y Fernando.
Fernando- Y eso?
Carlos- No se jaja, me ha salido del alma.
Alicia- Del alma te tenían que salir otras cosas, anda entrad.
Sergio- Parece que a la casa no se puede entrar, las puertas están selladas.
Alicia- Como? Entonces tenemos que salir otra vez a la calle?
Arturo- Joder! Yo no quiero salir otra vez allí.
Fernando- Parece que no queda otra.
Sergio- Mirad, está amaneciendo.
Carlos- Eso siempre es bueno jeje, Los supervivientes han sobrevivido una noche más, pero por cuantas más sobrevivirán?? Jajaja.
Sergio- Jaja, que guapo te ha quedado.
Fernando- Idiotas, aquí hay gente muriendo y vosotros con vuestras tonterías! Gritó
Alicia- Estos todavía no se enteran, anda déjalos, al menos así no tienen miedo.
Poco después abandonamos el jardín para continuar por la calle y con el sol cada vez mas a nuestro favor.
..........................................................
Y no me digáis que es irreal saltar una valla de 5 metros! xD
Carlos- Bien hecho!. Grite exhaltado.
Alicia- Excelente.... ahora tendremos que buscar nuevo refugio.
Todos estábamos felices por aquello, pero también sabíamos que ahora los zombies serían el principal problema de nuevo.
Carlos- bueno.... Sergio y Kenny, parece que hicieron buenas migas.
Kenny- Si, tenemos algunos intereses en comun jeje.
Carlos- Eso esta bien.
Rodrigo- Por el fuego que quedó exterminado ya se pueden acercar y en estos momentos vienen hacia acá, si no quieren morir será mejor que hagan lo que les digo y confíen plenamente en Alicia qué desde ahora será vuestra jefa.
Así que nos dividiremos.... Alicia se irá por un callejón que está vacío con quienes la sigan para buscar un nuevo refugio, un futuro y la supervivencia.... los demás se quedaran conmigo aceptando el hecho de hacer sin dudar lo que les diga, sin saber si sobrevivirán a esta noche y sin saber si lo que les espera es bueno.
Carlos- Yo me iré con Alicia, no es nada personal....pero prefiero seguir el camino de un...futuro casi seguro.
Así que me di la vuelta y esperé a Sergio que no se separaría de mi.
Sergio-Kenny- Vámonos de aquí Carlos, lo mejor es seguir a Alicia.
Me giré para ver donde estaba la gente y pude darme cuenta de que nadie se quedó con rodrigo.
Alicia- Bueno, pues sigamos nuestro camino.
Nuestro grupo empezó a movilizarse dejando atrás la silueta de Rodrigo.
Carlos- Me siento mal al haberle dejado allí solo.
Sergio- Estas loco? Si te hubieras quedado ya estarías muerto.
Carlos- Eso es sabio Sergio jaja.
El callejón terminó en una especie de valla metálica de unos 5 metros, detrás se veía la hermosa figura de un jardín.
Fernando- Mierda, no hay manera de subir esa puta valla, está demasiado alta!. Gritó.
Sergio- Tu creees...
Carlos- Seguramente se podrá abrir por dentro.
Sergio- Dale caña Carlos esa valla no es nada para ti.
Cogí carrerilla y me abalanzé sobre los barrotes metálicos de aquella valla y la fui subiendo poco a poco hasta llegar arriba, después siplemente bajé.
Carlos- Chicos! Esta cerradura pesa demasiado, necesitaré a dos personas más.
Sergio- No hay problema ya voy.
Carlos- He dicho 2 personas esto pesa demasiado.
Kenny- Iré yo.
Sergio- Tu sabes escalar?
Kenny- Supongo.
Sergio- Hagámoslo entonces.
Sergio y Kenny repitieron la misma acción y llegaron a el jardín.
Kenny- Madre mía como me duele la mano.
Carlos- Ya te acostumbraras, en un apocalipsis zombie supongo que habrá que hacer esto a menudo.
Fernando- Como pueden subir por ahí esos chavales?
Facundo- Es algo alucinante, yo de joven tal vez podría hacerlo.
Fernando- Ni que fueras mayor de 40 años jaja.
Hubo un gran estruendo metálico seguido de un sonido de chirrío.
Carlos- Bienvenidos a nuestro jardín señores, señoras y Fernando.
Fernando- Y eso?
Carlos- No se jaja, me ha salido del alma.
Alicia- Del alma te tenían que salir otras cosas, anda entrad.
Sergio- Parece que a la casa no se puede entrar, las puertas están selladas.
Alicia- Como? Entonces tenemos que salir otra vez a la calle?
Arturo- Joder! Yo no quiero salir otra vez allí.
Fernando- Parece que no queda otra.
Sergio- Mirad, está amaneciendo.
Carlos- Eso siempre es bueno jeje, Los supervivientes han sobrevivido una noche más, pero por cuantas más sobrevivirán?? Jajaja.
Sergio- Jaja, que guapo te ha quedado.
Fernando- Idiotas, aquí hay gente muriendo y vosotros con vuestras tonterías! Gritó
Alicia- Estos todavía no se enteran, anda déjalos, al menos así no tienen miedo.
Poco después abandonamos el jardín para continuar por la calle y con el sol cada vez mas a nuestro favor.
..........................................................
Y no me digáis que es irreal saltar una valla de 5 metros! xD
Última edición por PeKaDoR el Jue Jul 15, 2010 1:52 am, editado 1 vez
PeKaDoR- Lich King
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Consiguieron apagar el fuego, gracias a Fernando y los demás.
Al final tuvieron que dejar el refugio, la cantidad de zombies estaba demasiado concentrado en el lugar, y detectar la presencia de todos en esa zona les era mas fácil a los pútridos. Se encontraron con una casa, saltando después la verja que el jardín tenía, pero igualmente, la casa estaba cerrada por dentro y no había manera de que ellos entraran. Dejaron el lugar, con el sol en lo alto del cielo.
* -Mi madre.. que calor.. -Susurró Kenny doblando las mangas de su camiseta hasta el hombro.
Se quedó marginal de todos, caminando unos metros mas adelante, sin mediar palabra con ninguno de sus compañeros, con el revolver escondido debajo de su camiseta y con el bate en la mano. Pensó en el acto suicida que Rodrigo acababa de hacer minutos antes.
* -Debemos encontrar un refugio, antes de que anochezca. No podemos caminar por estas calles con los esas cosas deambulando. -Sugirió Alicia.
* -Ya, pero dónde? Tendríamos que marcar un punto, separarnos y buscar bién. -Contestó Fernando.
* -Pero ninguno de nosotros sabe ir por estas calles. Se perderían aunque pusieramos un punto de encuentro.
* -Eso también.. no lo había pensado.. - Arturo rebuznó al escuchar lo que dijo Fernando.
Aún quedaba mucho tiempo antes de que anocheciera, pero no había que perder tiempo, y lo sabían todos. Kenny estaba sumido en su propia pompa, Alicia, Arturo y Fernando pensaban en como encontrar un nuevo refugio, Carlos, Sergio y Facundo estaban un poco mas atrás.
* -Aún hay que caminar mucho? Estoy algo cansado. -Preguntó Facundo a Carlos, con la mano derecha apartando el sudor de su frente.
* -No lo sé exactamente. No sé si encontraremos una casa donde asentarnos y convertirlo en nuestro nuevo refugio, o no dormir esta noche y caminar sin luz si quiera con el peligro de encontrarnos con unos zombies.
* -De verdad, esto se complica cada vez mas. -Musitó Sergio.
* -Tranquílo, encontraremos un lugar antes de que anochezca. -Soltó Alicia, dandose la vuelta dirijido a Sergio.
Kenny escuchaba todo lo que comentaban atrás suyo, e intentó entrar en el tema.
* -Podríamos buscar un lugar algo mas grande.. como un Polígono Industrial, un almacén o algo de eso.
* -Buena idea, por aquí habrá alguno cerca. -Fernando miró a Alicia y a Arturo seguido de los tres de atrás casi gritando.
Se pusieron en camino, con la esperanza de encontrar uno y poder descansar y estar tranquílos por la noche. Kenny levantó la mirada y avistó movimiento unas manzanas adelante.
* -Creo que este camino no es muy adecuado que digamos. -Ladeó la cabeza.
Se acercó Fernando y Arturo a Kenny, mirando en la misma dirección que éste. Alicia se quedó en su sitio, mirando en la misma dirección.
* -Mierda.. hay pútridos en el camino. -Musitó Fernando.
* -Machaquemos sus cráneos entonces!. -Gritó Arturo eufórico.
* -Mala idea, no sabemos cuantos hay ahí, y podrían rodearnos. -Sugirió Alicia.
* -Es mejor que vayamos a un callejón. -Apuntó Kenny con su bate un callejón de la parte de la derecha.
Del callejón de la izquierda, un zombie intentó agarrar de repente a Facundo, que se encontraba algo cansado, reaccionó rápidamente Sergio mientras Carlos gritó a los demás. Alicia, Arturo y Fernando se giraron, éste último disparó en la cabeza al zombie. Kenny se giró, mirando a los zombies que había mas adelante, contandolos y eran como 8 o 9, de una tienda alertado por el disparo, salieron otros mas, sumando como 20 zombies.
* -De puta madre.. Deberíamos ir rápidamente a ese callejón y salir de esta zona!. -Gritó Kenny a los demás.
Sergio cojió y alejó a Facundo. Carlos, Alicia, Fernando y Arturo se ocuparon de los zombies que salían del callejón izquierdo mientras Kenny les dirijía hacia el derecho. Los disparos atrayeron a mas zombies a esa posición poniendo en peligro el encontrar un refugio.
Todos iban corriendo por el callejón derecho, Alicia miró atrás y vió que los zombies se amontonaban en la pequeña entrada. Kenny fué el primero en salir del callejón, avistando un almacén asegurado. Fernando se paró a su lado.
* -Bingo. -Jadeaba Fernando.
* -Vamos, antes de que vengan los de la otra manzana.
El camino que debían tomar para llegar al almacén se llenó de los zombies que avistó a lo lejos Kenny antes. Éste preparó el bate para abrir el camino, igual que los demás. El objetivo era llegar cuanto antes al almacén.
Al final tuvieron que dejar el refugio, la cantidad de zombies estaba demasiado concentrado en el lugar, y detectar la presencia de todos en esa zona les era mas fácil a los pútridos. Se encontraron con una casa, saltando después la verja que el jardín tenía, pero igualmente, la casa estaba cerrada por dentro y no había manera de que ellos entraran. Dejaron el lugar, con el sol en lo alto del cielo.
* -Mi madre.. que calor.. -Susurró Kenny doblando las mangas de su camiseta hasta el hombro.
Se quedó marginal de todos, caminando unos metros mas adelante, sin mediar palabra con ninguno de sus compañeros, con el revolver escondido debajo de su camiseta y con el bate en la mano. Pensó en el acto suicida que Rodrigo acababa de hacer minutos antes.
* -Debemos encontrar un refugio, antes de que anochezca. No podemos caminar por estas calles con los esas cosas deambulando. -Sugirió Alicia.
* -Ya, pero dónde? Tendríamos que marcar un punto, separarnos y buscar bién. -Contestó Fernando.
* -Pero ninguno de nosotros sabe ir por estas calles. Se perderían aunque pusieramos un punto de encuentro.
* -Eso también.. no lo había pensado.. - Arturo rebuznó al escuchar lo que dijo Fernando.
Aún quedaba mucho tiempo antes de que anocheciera, pero no había que perder tiempo, y lo sabían todos. Kenny estaba sumido en su propia pompa, Alicia, Arturo y Fernando pensaban en como encontrar un nuevo refugio, Carlos, Sergio y Facundo estaban un poco mas atrás.
* -Aún hay que caminar mucho? Estoy algo cansado. -Preguntó Facundo a Carlos, con la mano derecha apartando el sudor de su frente.
* -No lo sé exactamente. No sé si encontraremos una casa donde asentarnos y convertirlo en nuestro nuevo refugio, o no dormir esta noche y caminar sin luz si quiera con el peligro de encontrarnos con unos zombies.
* -De verdad, esto se complica cada vez mas. -Musitó Sergio.
* -Tranquílo, encontraremos un lugar antes de que anochezca. -Soltó Alicia, dandose la vuelta dirijido a Sergio.
Kenny escuchaba todo lo que comentaban atrás suyo, e intentó entrar en el tema.
* -Podríamos buscar un lugar algo mas grande.. como un Polígono Industrial, un almacén o algo de eso.
* -Buena idea, por aquí habrá alguno cerca. -Fernando miró a Alicia y a Arturo seguido de los tres de atrás casi gritando.
Se pusieron en camino, con la esperanza de encontrar uno y poder descansar y estar tranquílos por la noche. Kenny levantó la mirada y avistó movimiento unas manzanas adelante.
* -Creo que este camino no es muy adecuado que digamos. -Ladeó la cabeza.
Se acercó Fernando y Arturo a Kenny, mirando en la misma dirección que éste. Alicia se quedó en su sitio, mirando en la misma dirección.
* -Mierda.. hay pútridos en el camino. -Musitó Fernando.
* -Machaquemos sus cráneos entonces!. -Gritó Arturo eufórico.
* -Mala idea, no sabemos cuantos hay ahí, y podrían rodearnos. -Sugirió Alicia.
* -Es mejor que vayamos a un callejón. -Apuntó Kenny con su bate un callejón de la parte de la derecha.
Del callejón de la izquierda, un zombie intentó agarrar de repente a Facundo, que se encontraba algo cansado, reaccionó rápidamente Sergio mientras Carlos gritó a los demás. Alicia, Arturo y Fernando se giraron, éste último disparó en la cabeza al zombie. Kenny se giró, mirando a los zombies que había mas adelante, contandolos y eran como 8 o 9, de una tienda alertado por el disparo, salieron otros mas, sumando como 20 zombies.
* -De puta madre.. Deberíamos ir rápidamente a ese callejón y salir de esta zona!. -Gritó Kenny a los demás.
Sergio cojió y alejó a Facundo. Carlos, Alicia, Fernando y Arturo se ocuparon de los zombies que salían del callejón izquierdo mientras Kenny les dirijía hacia el derecho. Los disparos atrayeron a mas zombies a esa posición poniendo en peligro el encontrar un refugio.
Todos iban corriendo por el callejón derecho, Alicia miró atrás y vió que los zombies se amontonaban en la pequeña entrada. Kenny fué el primero en salir del callejón, avistando un almacén asegurado. Fernando se paró a su lado.
* -Bingo. -Jadeaba Fernando.
* -Vamos, antes de que vengan los de la otra manzana.
El camino que debían tomar para llegar al almacén se llenó de los zombies que avistó a lo lejos Kenny antes. Éste preparó el bate para abrir el camino, igual que los demás. El objetivo era llegar cuanto antes al almacén.
Última edición por Neno el Jue Jul 15, 2010 1:58 pm, editado 1 vez
Neno- Cazador cojonudo
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Había diez zombies en la salida. A la derecha había cuatro de ellos, y a la izquierda se encontraba el resto. Ariel no vaciló y con el bate golpeó al primer enemigo.
La madera del bate colapsó en decenas de pedazos, tirando al zombie a unos metros de distancia, con la cabeza salida de lugar. El problema era que quedaban nueve de ellos, y ellos eran solo dos.
Ariel giró donde estaba Alex. Este temblaba de miedo, sosteniendo su bate de aluminio.
-Alex, tú ocupate de esos cuatro. Yo me encargaré del resto- dijo agachándose. Tomó de un costado de su pierna una brillante navaja.
La gran multitud de zombies caminaba lentamente detrás de los supervivientes. Había que acabar rápidamente con los que obstaculizaban la entrada si no querían toparse con cincuenta zombies más.
Alex no tardó en acercarse al reducido grupo de muertos, sosteniendo con fuerza su bate. Un poco inseguro, tomó carrera y saltó encima del primer enemigo.
Un certero golpe en la cabeza hizo que el zombie cayera hecho pedazos. Pero los tres restantes se abalanzaron a la vez hacia el muchacho. Este no pudo hacer nada, excepto protegerse la cara con los brazos.
Ariel no podía ayudarlo; estaba ocupado deshaciéndose de tres zombies cercanos. Su habilidad con el cuchillo era impresionante, igual que su agilidad. Veloces y seguros, los navajazos abrían paso. La sangre caía en leves salpicaduras al suelo, dando un aspecto salvaje a la batalla.
Los tres siguientes cayeron, aunque con más dificultad. Ariel estaba agotado; dar tanta cantidad de puñaladas no era tan fácil.
Un grito desesperado lo hizo acordarse de su compañero. Este estaba peleando con sangre y sudor por liberarse de los tres muertos que, con ansias, querían devorar al muchacho. Ariel corrió a ayudarlo, pero un aullido de furia lo detuvo.
Los 50 zombies se encontraban a diez metros de ellos. No había tiempo para salvarlo.
-¡Corre Ariel, corre!- gritaba desaforado Alex. Poco a poco se liberaba de los zombies que lo apresaban, pero en cuánto terminara con ellos se encontraría con el verdadero problema.
Ariel dio una última mirada a su compañero. El pobre muchacho no tenía escapatoria, y él lo sabía. Con un gran remordimiento, abrió la puerta y se marchó corriendo.
Todo estaba oscuro; su vida dependía de la navaja que tenía en manos. Mientras avanzaba, oía los gemidos de los zombies más próximos que, ocultos en la oscuridad, querían con anhelo su presa.
Después de unos minutos, encontró el vehículo. Jim se encontraba dentro con Roberto; parecían agitados, como si anteriormente también tuvieron problemas.
-Por fin un indicio de vida humana- dijo Jim al ver a Ariel- ¿Dónde está tu compañero?-
-Se quedó en el camino- respondió el periodista mientras entraba en el hummer. En la mochila llevaba toda la comida que encontró. Misión cumplida.
La madera del bate colapsó en decenas de pedazos, tirando al zombie a unos metros de distancia, con la cabeza salida de lugar. El problema era que quedaban nueve de ellos, y ellos eran solo dos.
Ariel giró donde estaba Alex. Este temblaba de miedo, sosteniendo su bate de aluminio.
-Alex, tú ocupate de esos cuatro. Yo me encargaré del resto- dijo agachándose. Tomó de un costado de su pierna una brillante navaja.
La gran multitud de zombies caminaba lentamente detrás de los supervivientes. Había que acabar rápidamente con los que obstaculizaban la entrada si no querían toparse con cincuenta zombies más.
Alex no tardó en acercarse al reducido grupo de muertos, sosteniendo con fuerza su bate. Un poco inseguro, tomó carrera y saltó encima del primer enemigo.
Un certero golpe en la cabeza hizo que el zombie cayera hecho pedazos. Pero los tres restantes se abalanzaron a la vez hacia el muchacho. Este no pudo hacer nada, excepto protegerse la cara con los brazos.
Ariel no podía ayudarlo; estaba ocupado deshaciéndose de tres zombies cercanos. Su habilidad con el cuchillo era impresionante, igual que su agilidad. Veloces y seguros, los navajazos abrían paso. La sangre caía en leves salpicaduras al suelo, dando un aspecto salvaje a la batalla.
Los tres siguientes cayeron, aunque con más dificultad. Ariel estaba agotado; dar tanta cantidad de puñaladas no era tan fácil.
Un grito desesperado lo hizo acordarse de su compañero. Este estaba peleando con sangre y sudor por liberarse de los tres muertos que, con ansias, querían devorar al muchacho. Ariel corrió a ayudarlo, pero un aullido de furia lo detuvo.
Los 50 zombies se encontraban a diez metros de ellos. No había tiempo para salvarlo.
-¡Corre Ariel, corre!- gritaba desaforado Alex. Poco a poco se liberaba de los zombies que lo apresaban, pero en cuánto terminara con ellos se encontraría con el verdadero problema.
Ariel dio una última mirada a su compañero. El pobre muchacho no tenía escapatoria, y él lo sabía. Con un gran remordimiento, abrió la puerta y se marchó corriendo.
Todo estaba oscuro; su vida dependía de la navaja que tenía en manos. Mientras avanzaba, oía los gemidos de los zombies más próximos que, ocultos en la oscuridad, querían con anhelo su presa.
Después de unos minutos, encontró el vehículo. Jim se encontraba dentro con Roberto; parecían agitados, como si anteriormente también tuvieron problemas.
-Por fin un indicio de vida humana- dijo Jim al ver a Ariel- ¿Dónde está tu compañero?-
-Se quedó en el camino- respondió el periodista mientras entraba en el hummer. En la mochila llevaba toda la comida que encontró. Misión cumplida.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Localización : Buenos Aires, Argentina.
Fecha de inscripción : 30/05/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
5 figuras destacaban en la inmensidad de la noche. No destacaban por ser los más fiesteros, los más alegres, ni siquiera por ser los más guapos… destacaban por ser los únicos vivos en aquella calle. Al frente de ellos se mostraba un hombre alto, fornido y con una barba corta pero muy cerrada, en su mano derecha sostenía una guitarra maltrecha con manchas de sangre seca y oscura. Al lado de este hombre gigante estaba una chica, pequeña, frágil, hermosa y con una mueca de miedo que, sin darse cuenta, estaba tomada del brazo del enorme guerrero. Del otro lado estaba parado otro hombre, alto, con mirada fría y una expresión de autosuficiencia, acompañada de soledad. Un paso detrás de ellos, un joven que ya había sobrevivido a una ola de reanimados caníbales, se le veía sereno, pero guardaba su distancia. Junto a ese último, otro sujeto, de cabello largo y descuidado y de ojos azules, miraba sin saber qué hacer, ya que toda su vida se había dedicado a la música y no tenía pensado enfrentarse a un apocalipsis en toda su vida.
-Estoy asustada –sollozaba Effy-. ¡Vamos a morir!
-Tal vez sí –respondió “???” de forma fría y tajante-. Pero pienso morir con la cara al cielo, sabiendo que no fui presa fácil.
-Are you crazy? –intervino Aaron agitado-. I’ll die in 5 minutes or less.
Zed no decía nada, empuñaba su instrumento musical con la sangre hirviendo. Aún tenía en su mente la discusión con Agatha, así que antes de que los demás hicieran algo, Zed ya corría dando un grito de batalla con su potente voz, agitando su guitarra en el aire y dando empellones a los zombies más cercanos.
-No cabe duda que el sujeto tiene agallas –dijo el asesino mientras colocaba de nuevo el silenciador en su arma.
Zed destrozó el cráneo de un zombie con un golpe directo y vertical de su guitarra, después le reventó la mandíbula a otro de un puñetazo, y de una patada empujó a un par más. El asesino se arrodilló, colocó su brazo izquierdo a manera de soporte para apuntar mejor, con dos disparos certeros acabó con dos podridos que se acercaban a Zed por un punto ciego.
Effy, por su parte, lloraba desconsolada pegada a la pared de un edificio, Aaron estaba junto a ella sin saber qué hacer. Jorge se acercó al asesino y con un arma que cargaba abrió fuego tratando de proteger la locura de Zed, que atacaba sin una vista periférica muy buena.
-Así que… ¿esta es tu primera vez con esas cosas? –preguntó el asesino a Jorge sin dejar de disparar.
-No, es mi segundo apocalipsis zombie –sonrió Jorge.
Los podridos se acumulaban, los gritos de Zed y una aparente unidad mental de los zombies hacían que el número creciera a cada instante.
-¡Grandulón! –gritó el asesino-. ¡Creo que debemos irnos de aquí!
Zed estaba exhausto, minutos antes había contenido otra plaga en la casa que ahora yacía calcinada. El enorme cantante respiraba por la boca y tenía el rostro lleno de sudor, con lo que le quedaba de energía reventó la cabeza de un zombie con un pisotón y corrió un par de metros atrás para reencontrarse con los demás.
-Tendremos que internarnos en ese callejón –señaló Jorge a sus espaldas.
-¡Demonios, es un suicidio seguro! –enfatizó el asesino.
-Pero es lo único que nos queda –dijo Jorge, que se internó en aquel estrecho pasaje sin pedir permiso o explicación, el resto del grupo lo siguió, así como los zombies pero a un paso más lento.
-Parece que no eres el idiota que yo pensaba, chico –decía el asesino sonriéndole a Jorge-. Hasta ahora el callejón está despejado.
En ocasiones es mejor mantener la boca cerrada; como si el destino se burlara de la situación, frente a ellos había unos 15 zombies aguardando su llegada. Estaban justo a la salida de aquel pasaje; los sobrevivientes invariablemente sabían que tenían que hacerles frente, ya que estaban encerrados y la horda que venía detrás era mucho más grande.
-I-I’m tired –decia Zed de forma entrecortada-. Kill them, Aaron.
-But I can’t!!!
-Yes, you can… -Zed tomó un par de palos medianos que estaban tirados en el callejón-. Just do what you know.
Aaron tenía aquellos dos rozos largos de madera en las manos… ahora comprendía a qué se refería Zed, así que se acercó a los zombies y con una velocidad vertiginosa comenzó a golpearlos en la cabeza al ritmo de la batería.
Jorge no se quedó atrás y con un tubo metálico que estaba en el suelo comenzó a abrirse paso entre aquella docena de podridos; el asesino se remitió a acercarse a ellos por detrás, y con un movimiento certero les quebraba el cuello, como lo hizo mucho antes en su trabajo… usando el sigilo. Mientras ellos se batían en duelo, Zed descansaba sentado en el callejón, con la giitarra en el suelo y mirando hacia abajo mientras recuperaba el aliento.
-Zed, gracias por salvarnos… -le susurró Effy al oído.
-Oh, no agradezcas, no sirvió de mucho.
-¿Sabes por qué decidí venir contigo?
-Porque ya no amas a Arturo seguramente y huiste como yo.
-Sí, además de otras cosas –Effy le dio un beso suave y sostenido en la mejilla a Zed y se levantó.
Zed no entendía que pasaba con esa chica, pero el resto de sus amigos ya habían despejado el terreno y era momento de seguir su marcha.
***
Cinco minutos habían pasado, los zombies quedaron atrás y la ciudad lucía desierta. A cualquier lugar que iban, los caminos estaban bloqueados por fuego o destrucción, incluso vieron un pequeño camión blindado que estaba a media calle chocado. Dentro no había víctimas mortales, ni un auto que pareciera el responsable de haberle embestido. Así que siguieron su camino poco esperanzados en reencontrarse con Fernando, Facundo y el resto.
-Veo complicado regresar con los demás –dijo Jorge-. Todos los caminos están bloqueados y son peligrosos, y cada vez nos alejamos más de aquella mansión en la que están todos.
-Todo se lo tenemos que agradecer al hombre que tenemos aquí –intervino el asesino señalando a Zed, que inmediatamente frunció el ceño y se dispuso a golpearle, pero Effy se interpuso y cambió el tema para diluir las tensiones.
-Ahora debemos encontrar un refugio, no podemos estar en la calle, nos comerán esas cosas.
-Look everybody! –repuso Aaron, que seguía con aquellos dos maderos ahora llenos de sangre putrefacta-. A mall!
-¿Traducción? –dijo el asesino.
-Es un supermercado –repuso Zed.
-Pues no es mala idea –sonrió Effy-. Además ahí hay una camioneta, parece que hay gente.
-Cuidado –se mostró cauteloso Jorge-. No sabemos quiénes son, pueden ser saqueadores, o convictos como aquella ocasión en la escuela.
-¡Vaya! –rio abiertamente el asesino-. ¿Hasta a presos se enfrentaron en la primera infección? ¿Han pensado en publicar una memoria de sus aventuras?
-Bien, vamos –dijo Zed haciendo caso omiso al comentario del falso cura-. Nos acercamos con mucho silencio y averiguamos quiénes son.
-Estoy asustada –sollozaba Effy-. ¡Vamos a morir!
-Tal vez sí –respondió “???” de forma fría y tajante-. Pero pienso morir con la cara al cielo, sabiendo que no fui presa fácil.
-Are you crazy? –intervino Aaron agitado-. I’ll die in 5 minutes or less.
Zed no decía nada, empuñaba su instrumento musical con la sangre hirviendo. Aún tenía en su mente la discusión con Agatha, así que antes de que los demás hicieran algo, Zed ya corría dando un grito de batalla con su potente voz, agitando su guitarra en el aire y dando empellones a los zombies más cercanos.
-No cabe duda que el sujeto tiene agallas –dijo el asesino mientras colocaba de nuevo el silenciador en su arma.
Zed destrozó el cráneo de un zombie con un golpe directo y vertical de su guitarra, después le reventó la mandíbula a otro de un puñetazo, y de una patada empujó a un par más. El asesino se arrodilló, colocó su brazo izquierdo a manera de soporte para apuntar mejor, con dos disparos certeros acabó con dos podridos que se acercaban a Zed por un punto ciego.
Effy, por su parte, lloraba desconsolada pegada a la pared de un edificio, Aaron estaba junto a ella sin saber qué hacer. Jorge se acercó al asesino y con un arma que cargaba abrió fuego tratando de proteger la locura de Zed, que atacaba sin una vista periférica muy buena.
-Así que… ¿esta es tu primera vez con esas cosas? –preguntó el asesino a Jorge sin dejar de disparar.
-No, es mi segundo apocalipsis zombie –sonrió Jorge.
Los podridos se acumulaban, los gritos de Zed y una aparente unidad mental de los zombies hacían que el número creciera a cada instante.
-¡Grandulón! –gritó el asesino-. ¡Creo que debemos irnos de aquí!
Zed estaba exhausto, minutos antes había contenido otra plaga en la casa que ahora yacía calcinada. El enorme cantante respiraba por la boca y tenía el rostro lleno de sudor, con lo que le quedaba de energía reventó la cabeza de un zombie con un pisotón y corrió un par de metros atrás para reencontrarse con los demás.
-Tendremos que internarnos en ese callejón –señaló Jorge a sus espaldas.
-¡Demonios, es un suicidio seguro! –enfatizó el asesino.
-Pero es lo único que nos queda –dijo Jorge, que se internó en aquel estrecho pasaje sin pedir permiso o explicación, el resto del grupo lo siguió, así como los zombies pero a un paso más lento.
-Parece que no eres el idiota que yo pensaba, chico –decía el asesino sonriéndole a Jorge-. Hasta ahora el callejón está despejado.
En ocasiones es mejor mantener la boca cerrada; como si el destino se burlara de la situación, frente a ellos había unos 15 zombies aguardando su llegada. Estaban justo a la salida de aquel pasaje; los sobrevivientes invariablemente sabían que tenían que hacerles frente, ya que estaban encerrados y la horda que venía detrás era mucho más grande.
-I-I’m tired –decia Zed de forma entrecortada-. Kill them, Aaron.
-But I can’t!!!
-Yes, you can… -Zed tomó un par de palos medianos que estaban tirados en el callejón-. Just do what you know.
Aaron tenía aquellos dos rozos largos de madera en las manos… ahora comprendía a qué se refería Zed, así que se acercó a los zombies y con una velocidad vertiginosa comenzó a golpearlos en la cabeza al ritmo de la batería.
Jorge no se quedó atrás y con un tubo metálico que estaba en el suelo comenzó a abrirse paso entre aquella docena de podridos; el asesino se remitió a acercarse a ellos por detrás, y con un movimiento certero les quebraba el cuello, como lo hizo mucho antes en su trabajo… usando el sigilo. Mientras ellos se batían en duelo, Zed descansaba sentado en el callejón, con la giitarra en el suelo y mirando hacia abajo mientras recuperaba el aliento.
-Zed, gracias por salvarnos… -le susurró Effy al oído.
-Oh, no agradezcas, no sirvió de mucho.
-¿Sabes por qué decidí venir contigo?
-Porque ya no amas a Arturo seguramente y huiste como yo.
-Sí, además de otras cosas –Effy le dio un beso suave y sostenido en la mejilla a Zed y se levantó.
Zed no entendía que pasaba con esa chica, pero el resto de sus amigos ya habían despejado el terreno y era momento de seguir su marcha.
***
Cinco minutos habían pasado, los zombies quedaron atrás y la ciudad lucía desierta. A cualquier lugar que iban, los caminos estaban bloqueados por fuego o destrucción, incluso vieron un pequeño camión blindado que estaba a media calle chocado. Dentro no había víctimas mortales, ni un auto que pareciera el responsable de haberle embestido. Así que siguieron su camino poco esperanzados en reencontrarse con Fernando, Facundo y el resto.
-Veo complicado regresar con los demás –dijo Jorge-. Todos los caminos están bloqueados y son peligrosos, y cada vez nos alejamos más de aquella mansión en la que están todos.
-Todo se lo tenemos que agradecer al hombre que tenemos aquí –intervino el asesino señalando a Zed, que inmediatamente frunció el ceño y se dispuso a golpearle, pero Effy se interpuso y cambió el tema para diluir las tensiones.
-Ahora debemos encontrar un refugio, no podemos estar en la calle, nos comerán esas cosas.
-Look everybody! –repuso Aaron, que seguía con aquellos dos maderos ahora llenos de sangre putrefacta-. A mall!
-¿Traducción? –dijo el asesino.
-Es un supermercado –repuso Zed.
-Pues no es mala idea –sonrió Effy-. Además ahí hay una camioneta, parece que hay gente.
-Cuidado –se mostró cauteloso Jorge-. No sabemos quiénes son, pueden ser saqueadores, o convictos como aquella ocasión en la escuela.
-¡Vaya! –rio abiertamente el asesino-. ¿Hasta a presos se enfrentaron en la primera infección? ¿Han pensado en publicar una memoria de sus aventuras?
-Bien, vamos –dijo Zed haciendo caso omiso al comentario del falso cura-. Nos acercamos con mucho silencio y averiguamos quiénes son.
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia, Arturo, Fernando, Facundo, Sergio, Carlos y Agatha seguían a Kenny hacia el almacén que había visto cuando se encontraron con un grupo de zombies. No era muy numeroso así que no tuvieron dificultades para llegar hasta él.
Kenny fue el primero en golpear en la cabeza de uno de los zombies. La pistola de Alicia y la de Arturo se habían quedado sin balas así que emplearon todas sus fuerzas en aplastar los cráneos de esos podridos con un palo de golf y una tubería de metal, respectivamente. Fernando y Facundo así como Sergio y Carlos conservaban sus armas así que su cometido era disparar a diestro y siniestro. Agatha resultó ser una buena matazombies. Alguien la había proporcionado un arma y sabía utilizarla muy bien. Alicia la miró y no pudo evitar sonreír. Cada vez la sorprendían menos los ligues de Zed.
Después de acabar con aquel pequeño grupo de apestosos, Facundo y Fernando encabezaron la marcha hacia el almacén. Parecía cerrado pero no les costaría abrirlo, sólo un candado les separaba de su refugio seguro.
De camino, un loco de unos cincuenta años armado con un rifle de caza apareció entre las sombras, dando un enorme susto a los supervivientes.
- Joder, ¿quién cojones es usted? - Preguntó Facundo
- Mi nombre es Pedro y llevo corriendo dos horas. Escapé de mi coche, en esa carretera - Dijo señalando hacia su izquierda- Cuando llegamos allí, la carretera estaba infestada de esas cosas. Casi nadie pudo escapar, no sé como lo conseguí. He llegado aquí con mis hijos y con mi mujer. ¿Puede ayudarnos?
- ¿Les han mordido?
- ¿Y qué importa eso?
- ¿Cómo que qué importa eso? - preguntó Fernando, avalanzándose contra él.- ¿Cómo cojones cree que se transmite?
- Bueno, a mí no me han mordido. Lo juro.
- ¿Y a su familia? - Preguntó Alicia
- A mis hijos no. Dejad que vayamos con vosotros, sabemos disparar. Somos aficionados a la caza.
- ¿Y su mujer? - Preguntó Arturo - Estoy seguro de que está infectada. Sino, hubiera dicho que no lo estaba desde el principio. - El hombre bajó la mirada y no dijo nada más al respecto.
- Alicia, creo que deberíamos ir pronto al refugio - Dijo Kenny, viendo a un grupo de cuatro podridos que se acercaba hacia su posición.
- Sí, tienes razón Kenny. Pedro, vengan con nosotros pero su mujer no puede. Está infectada y podría ponernos en peligro a cualquiera de nosotros. Lo siento. Si quiere venir con nosotros, tendrá que acatar nuestras reglas.
- Paula, Ramón, salid de ahí. Id con esta gente tan amable. Enseguida me reuno con vosotros.
De las sombras salieron dos jóvenes muy parecidos de unos veinte años, parecían mellizos. Ambos eran muy guapos, por eso, en cuanto Carlos vio a Paula, algo se revolvió en su interior. Protegería a aquella chica.
Cada uno de ellos portaba un arma. Ambos sabían lo que su padre estaba a punto de hacer. Echaron a andar justo cuando se escuchó un disparo. A los pocos segundos, Pedro se reunió con el grupo.
Alicia empezaba a notar la carga de su "nombramiento" prematuro como líder por parte de Rodrigo. Sus amigos habían depositado en ella sus esperanzas de salir con vida de allí y ella tenía tanto miedo como cualquiera de ellos. Nadie sabía lo que pasaría y mucho menos ella. Su prioridad era buscar un refugio y "rezar" para que Rodrigo y Alex estuvieran bien, incluso Simón. Todavía no quería verle convertido en zombie.
Llegaron al almacén y Kenny golpeó el candado con su bate metálico. Lo reventó al instante. Pedro, con ayuda de Sergio y de Facundo comenzó a abrir la puerta corredera que los separaba de su interior.
- No abran allí - Gritó una voz masculina que precedió a un disparo de advertencia.
Era demasiado tarde. Uno de los zombies había salido de aquel almacén seguido de otros tantos y mordieron a Pedro, el padre de los chicos. Paula lloró y gritó pero Carlos tiró de ella. Su hermano intentó disparar pero eran demasiados así que Kenny le alejó de allí. Intentaron cerrar la puerta pero más de cincuenta zombies salieron de aquel lugar. Alicia se fijó. Eran chinos. Probablemente, sería un almacén ilegal de inmigrantes o trabajadores ilegales. El caso es que uno de ellos se habría infectado y habría acabado con los demás. Ahora todos aquellos pobres eran víctimas de aquel extraño virus.
- Corred. Aquí - Gritó de nuevo aquella voz masculina.
Sin otro lugar al que huir y con una horda de zombies pisándoles los talones, el grupo entró en aquel edificio y tras ellos se cerró la puerta.
- Mantened silencio - Susurró una voz femenina - No hagáis nada hasta que se dispersen los de ahí fuera.
- Gracias por la ayuda - Susurró Alicia.
- Shhhh, será mejor que nos mantengamos en silencio. Y vayamos lejos de la puerta.
- Ya era hora de que encontrase algún hombre más- Susurró el tipo que les había ayudado desde arriba - Tú y tú- Dijo señalando a Fernando y a Facundo - Subid conmigo para hacer un análisis de la situación.
Alicia miró a su alrededor. Allí estaban varias mujeres medio desnudas, cubiertas de sangre y rodeadas por los cadáveres de varias personas con disparos en la cabeza. Aquel hombre sabía hacer su trabajo. Miró hacia el frente, allí estaba una barra, a su derecha otra más grande y en medio del local una barra desde el escenario hasta el techo. Acababan de entrar en un club de striptease y las mujeres medio desnudas eran las bailarinas del local. Lejos de parecer débiles parecían muy duras y miraron con recelo a los recién llegados.
- ¿Quiénes sois vosotros? - Preguntó una de ellas- La que parecía la líder del grupo.
- Supervivientes, igual que vosotros. Gracias por dejarnos entrar - Dijo Alicia.
- De nada. Espero que nos sirváis de ayuda. Hemos perdido a varias. Éramos diez y ahora sólo quedamos nosotras cinco y él - Dijo aquella mujer poniéndose en pie y mostrando su voluptuosa figura.
- Esto es el paraíso - Dijeron Carlos, Kenny y Sergio al unísono. Alicia miró hacia atrás y vio a los tres mirándolas embobados. Miró a Ramón que consolaba a su hermana. Por su parte, Agatha estaba tomando una copa y Arturo estaba detrás de ella sujetándola por la cintura. No hizo falta mirar para saber que estaría fijándose en aquellas tías buenas pero también sabía que estaba loco por ella.
- Bueno... Estamos buenas, ehhhh - Dijo la bailarina- Pero cerrad la boca que parecéis zombies y tenemos suficientes allí fuera.
- ¿Esto es seguro? Por cierto, me llamo Alicia. Él es Arturo, esos tres babosos son Kenny, Carlos y Sergio, los hermanos son Paula y Ramón, la de la barra es Agatha y los de que subieron son Fernando y Facundo.
- Encantada. Yo soy Barbie, ella es Megan, la pelirroja es Karen, la morena es Cristina y la que os ha abierto la puerta es Carmen. Este lugar es seguro pero no tenemos demasiada comida. Tenemos enfrente una gasolinera y a sólo 900 metros está el Carrefour pero 900 metros hoy son como una marathon y más al haber liberado a los chinos.
- Lo sentimos. Buscábamos un lugar donde refugiarnos.
- Lo sé. No os preocupéis por eso, lo habéis encontrado. Eso sí, tendremos que unir fuerzas para salir a buscar provisiones.
- Por eso no hay problema. Estoy segura de que Facundo y Fernando cuando bajen tendrán un plan. ¿Podemos sentarnos a descansar y beber algo?
- Sí, escoged mesa. En un rato procederemos a limpiar esto. Estamos cansados y nos vendrá bien un descanso.
Alicia se sentó en la pared detrás de los altavoces acompañada por Arturo. El resto se repartieron por el local.
Alicia se apoyó en Arturo y sacó la carta que la había escrito Simón. Se preguntaba donde estaba pero algo la decía que todavía estaba vivo....
Kenny fue el primero en golpear en la cabeza de uno de los zombies. La pistola de Alicia y la de Arturo se habían quedado sin balas así que emplearon todas sus fuerzas en aplastar los cráneos de esos podridos con un palo de golf y una tubería de metal, respectivamente. Fernando y Facundo así como Sergio y Carlos conservaban sus armas así que su cometido era disparar a diestro y siniestro. Agatha resultó ser una buena matazombies. Alguien la había proporcionado un arma y sabía utilizarla muy bien. Alicia la miró y no pudo evitar sonreír. Cada vez la sorprendían menos los ligues de Zed.
Después de acabar con aquel pequeño grupo de apestosos, Facundo y Fernando encabezaron la marcha hacia el almacén. Parecía cerrado pero no les costaría abrirlo, sólo un candado les separaba de su refugio seguro.
De camino, un loco de unos cincuenta años armado con un rifle de caza apareció entre las sombras, dando un enorme susto a los supervivientes.
- Joder, ¿quién cojones es usted? - Preguntó Facundo
- Mi nombre es Pedro y llevo corriendo dos horas. Escapé de mi coche, en esa carretera - Dijo señalando hacia su izquierda- Cuando llegamos allí, la carretera estaba infestada de esas cosas. Casi nadie pudo escapar, no sé como lo conseguí. He llegado aquí con mis hijos y con mi mujer. ¿Puede ayudarnos?
- ¿Les han mordido?
- ¿Y qué importa eso?
- ¿Cómo que qué importa eso? - preguntó Fernando, avalanzándose contra él.- ¿Cómo cojones cree que se transmite?
- Bueno, a mí no me han mordido. Lo juro.
- ¿Y a su familia? - Preguntó Alicia
- A mis hijos no. Dejad que vayamos con vosotros, sabemos disparar. Somos aficionados a la caza.
- ¿Y su mujer? - Preguntó Arturo - Estoy seguro de que está infectada. Sino, hubiera dicho que no lo estaba desde el principio. - El hombre bajó la mirada y no dijo nada más al respecto.
- Alicia, creo que deberíamos ir pronto al refugio - Dijo Kenny, viendo a un grupo de cuatro podridos que se acercaba hacia su posición.
- Sí, tienes razón Kenny. Pedro, vengan con nosotros pero su mujer no puede. Está infectada y podría ponernos en peligro a cualquiera de nosotros. Lo siento. Si quiere venir con nosotros, tendrá que acatar nuestras reglas.
- Paula, Ramón, salid de ahí. Id con esta gente tan amable. Enseguida me reuno con vosotros.
De las sombras salieron dos jóvenes muy parecidos de unos veinte años, parecían mellizos. Ambos eran muy guapos, por eso, en cuanto Carlos vio a Paula, algo se revolvió en su interior. Protegería a aquella chica.
Cada uno de ellos portaba un arma. Ambos sabían lo que su padre estaba a punto de hacer. Echaron a andar justo cuando se escuchó un disparo. A los pocos segundos, Pedro se reunió con el grupo.
Alicia empezaba a notar la carga de su "nombramiento" prematuro como líder por parte de Rodrigo. Sus amigos habían depositado en ella sus esperanzas de salir con vida de allí y ella tenía tanto miedo como cualquiera de ellos. Nadie sabía lo que pasaría y mucho menos ella. Su prioridad era buscar un refugio y "rezar" para que Rodrigo y Alex estuvieran bien, incluso Simón. Todavía no quería verle convertido en zombie.
Llegaron al almacén y Kenny golpeó el candado con su bate metálico. Lo reventó al instante. Pedro, con ayuda de Sergio y de Facundo comenzó a abrir la puerta corredera que los separaba de su interior.
- No abran allí - Gritó una voz masculina que precedió a un disparo de advertencia.
Era demasiado tarde. Uno de los zombies había salido de aquel almacén seguido de otros tantos y mordieron a Pedro, el padre de los chicos. Paula lloró y gritó pero Carlos tiró de ella. Su hermano intentó disparar pero eran demasiados así que Kenny le alejó de allí. Intentaron cerrar la puerta pero más de cincuenta zombies salieron de aquel lugar. Alicia se fijó. Eran chinos. Probablemente, sería un almacén ilegal de inmigrantes o trabajadores ilegales. El caso es que uno de ellos se habría infectado y habría acabado con los demás. Ahora todos aquellos pobres eran víctimas de aquel extraño virus.
- Corred. Aquí - Gritó de nuevo aquella voz masculina.
Sin otro lugar al que huir y con una horda de zombies pisándoles los talones, el grupo entró en aquel edificio y tras ellos se cerró la puerta.
- Mantened silencio - Susurró una voz femenina - No hagáis nada hasta que se dispersen los de ahí fuera.
- Gracias por la ayuda - Susurró Alicia.
- Shhhh, será mejor que nos mantengamos en silencio. Y vayamos lejos de la puerta.
- Ya era hora de que encontrase algún hombre más- Susurró el tipo que les había ayudado desde arriba - Tú y tú- Dijo señalando a Fernando y a Facundo - Subid conmigo para hacer un análisis de la situación.
Alicia miró a su alrededor. Allí estaban varias mujeres medio desnudas, cubiertas de sangre y rodeadas por los cadáveres de varias personas con disparos en la cabeza. Aquel hombre sabía hacer su trabajo. Miró hacia el frente, allí estaba una barra, a su derecha otra más grande y en medio del local una barra desde el escenario hasta el techo. Acababan de entrar en un club de striptease y las mujeres medio desnudas eran las bailarinas del local. Lejos de parecer débiles parecían muy duras y miraron con recelo a los recién llegados.
- ¿Quiénes sois vosotros? - Preguntó una de ellas- La que parecía la líder del grupo.
- Supervivientes, igual que vosotros. Gracias por dejarnos entrar - Dijo Alicia.
- De nada. Espero que nos sirváis de ayuda. Hemos perdido a varias. Éramos diez y ahora sólo quedamos nosotras cinco y él - Dijo aquella mujer poniéndose en pie y mostrando su voluptuosa figura.
- Esto es el paraíso - Dijeron Carlos, Kenny y Sergio al unísono. Alicia miró hacia atrás y vio a los tres mirándolas embobados. Miró a Ramón que consolaba a su hermana. Por su parte, Agatha estaba tomando una copa y Arturo estaba detrás de ella sujetándola por la cintura. No hizo falta mirar para saber que estaría fijándose en aquellas tías buenas pero también sabía que estaba loco por ella.
- Bueno... Estamos buenas, ehhhh - Dijo la bailarina- Pero cerrad la boca que parecéis zombies y tenemos suficientes allí fuera.
- ¿Esto es seguro? Por cierto, me llamo Alicia. Él es Arturo, esos tres babosos son Kenny, Carlos y Sergio, los hermanos son Paula y Ramón, la de la barra es Agatha y los de que subieron son Fernando y Facundo.
- Encantada. Yo soy Barbie, ella es Megan, la pelirroja es Karen, la morena es Cristina y la que os ha abierto la puerta es Carmen. Este lugar es seguro pero no tenemos demasiada comida. Tenemos enfrente una gasolinera y a sólo 900 metros está el Carrefour pero 900 metros hoy son como una marathon y más al haber liberado a los chinos.
- Lo sentimos. Buscábamos un lugar donde refugiarnos.
- Lo sé. No os preocupéis por eso, lo habéis encontrado. Eso sí, tendremos que unir fuerzas para salir a buscar provisiones.
- Por eso no hay problema. Estoy segura de que Facundo y Fernando cuando bajen tendrán un plan. ¿Podemos sentarnos a descansar y beber algo?
- Sí, escoged mesa. En un rato procederemos a limpiar esto. Estamos cansados y nos vendrá bien un descanso.
Alicia se sentó en la pared detrás de los altavoces acompañada por Arturo. El resto se repartieron por el local.
Alicia se apoyó en Arturo y sacó la carta que la había escrito Simón. Se preguntaba donde estaba pero algo la decía que todavía estaba vivo....
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-Vale, esperad aqui- Dijo el asesino. Avanzó lentamente agachado, cubriendose tras coches, hasta llegar a uno situado a apenas unos cinco metros de ellos, vio que llegaba otro con una mochila.
-Por fin un indicio de vida humana- Dijo el que estaba al lado del coche - ¿Dónde está tu compañero?-
-Se quedó en el camino- respondió el otro mientras entraba en el hummer.
-Joder, pobre Alex.
¿Alex?, ¿podria ser el?, no puede ser, tengo que haberiguarlo- Penso el asesino, que se acerco al coche.
Uno de los chicos, el que habia estado en el cohe todo el rato, le apunto con una pistola.
-¿Quien eres?- Preguntó el chico.
-Eso no te importa, ¿como es ese Alex?- Respondio el asesino, el otro superviviente observava desde dentro del coche estupefacto.
-¡Te he preguntado que quien eres!- Gritó el chico.
-No quiero problemas, solo dime como ese Alex.
-Ya claro, por eso estas sujetando un arma con la mano tras la espalda.
Mierda, no era tan imbecil, ¿o tal vez si?.
-Llevas el seguro puesto- Dijo el asesino, el engaño funcionó, el chico miro al arma para comprobarlo, segundo que el asesino aprovecho para propinarle una patada en la mano. El arma voló varios metros mas alla del chico, el asesino le apunto con su pistola.
-Ahora dime como es ese Alex.
El chico se quedo callado unos segundos, sin creerse lo que habia pasado.
-Es de piel palida, tiene el pelo muy corto, rapado, mas bien, algo bajito.
-¡Mierda!, ¿donde esta?- Grito el asesino, el otro superviviente habia bajado del coche.
-Esta dentro, cuando lo vi por ultima vez...no creo que haya sobrevivido, lo tenian atrapado tres zombis.
El asesino pego un grito a los demas, el primero en dar señales de vida fue Zed, que camino hacia alli, los demas lo siguieron.
Una vez se hubieron reunido los dos grupos, empezaron a hablar.
-Perdon por el numerito- Le dijo el asesino al chico -Ahora tengo que encontar a Alex, ese crio cabezota sabe defederse de tres zombis- Salió corriendo hacia la entrada, tenia que salvar a ese crio, le caia bien, como si fuese su hijo...
-Por fin un indicio de vida humana- Dijo el que estaba al lado del coche - ¿Dónde está tu compañero?-
-Se quedó en el camino- respondió el otro mientras entraba en el hummer.
-Joder, pobre Alex.
¿Alex?, ¿podria ser el?, no puede ser, tengo que haberiguarlo- Penso el asesino, que se acerco al coche.
Uno de los chicos, el que habia estado en el cohe todo el rato, le apunto con una pistola.
-¿Quien eres?- Preguntó el chico.
-Eso no te importa, ¿como es ese Alex?- Respondio el asesino, el otro superviviente observava desde dentro del coche estupefacto.
-¡Te he preguntado que quien eres!- Gritó el chico.
-No quiero problemas, solo dime como ese Alex.
-Ya claro, por eso estas sujetando un arma con la mano tras la espalda.
Mierda, no era tan imbecil, ¿o tal vez si?.
-Llevas el seguro puesto- Dijo el asesino, el engaño funcionó, el chico miro al arma para comprobarlo, segundo que el asesino aprovecho para propinarle una patada en la mano. El arma voló varios metros mas alla del chico, el asesino le apunto con su pistola.
-Ahora dime como es ese Alex.
El chico se quedo callado unos segundos, sin creerse lo que habia pasado.
-Es de piel palida, tiene el pelo muy corto, rapado, mas bien, algo bajito.
-¡Mierda!, ¿donde esta?- Grito el asesino, el otro superviviente habia bajado del coche.
-Esta dentro, cuando lo vi por ultima vez...no creo que haya sobrevivido, lo tenian atrapado tres zombis.
El asesino pego un grito a los demas, el primero en dar señales de vida fue Zed, que camino hacia alli, los demas lo siguieron.
Una vez se hubieron reunido los dos grupos, empezaron a hablar.
-Perdon por el numerito- Le dijo el asesino al chico -Ahora tengo que encontar a Alex, ese crio cabezota sabe defederse de tres zombis- Salió corriendo hacia la entrada, tenia que salvar a ese crio, le caia bien, como si fuese su hijo...
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev luego de dejar casi vacia la pequeña farmacia del centro comercial y de recoger un poco de munición para su browning se encontró con una motocicleta cross que de seguro se hiba a sortear,las llaves no las tenia puesta obviamente así que se apresuró a destruir la pequeña caja fuerte que yacía sobre una mesa de plástico blanco justo delante de la motocicleta.
Luego de revisar el contenido de esta,sacó rapidamente la llave que de seguro era de la motocicleta y temblando de los nervios trató de colocarla.Un sonoro ruido captó su atención por unos segundos pero no le dió mucha importancia.
Cuando la motocicleta logró arrancar un suspiro de alivio escapó de Degtyarev,los zombies estaban ya a escasos metros de él.Decidió bajar por las escaleras creando un alboroto enorme.
-Ayudaaaa!-Se escuchó de repente.
Degtyarev al bajar del segundo piso se encontró con Alex que yacía en el suelo tratando de quitarse a tres zombies de encima y que dentro de poco serían una docena.
Los ojos de Alex se llenaron de esperanza al ver a Degtyarev con su imponente máscara de hockey sobre una motocicleta apuntando con su browning a los tres zombies que estaban sobre él.
Degtyarev disparó sin escatimar a los zombies que estaban encima de Alex,dos habian muerto y uno estaba justo al lado de Alex con grandes espasmos musculares.
-Sube rapido!-Gritó Degyarev.
Alex se levantó del gélido suelo y corrió hasta llegar a la motocicleta.Degtyarev aceleró y empezó a buscar con la luz del faro la entrada.Cuando finalmenté la encontró se dirigió a toda velocidad hacia ella.
Del otro lado una sombra se asomaba con los brazos extendidos.Degtyarev aceleró dispuesto a pasar por encima de él.
El golpe casi hace caer a ambos en el asfalto,delante de ellos yacía el sujeto al que había embestido segundos antes levantandose con gran esfuerzo.
A su derecha estaba la camioneta,pero había algo nuevo.Nuevos sobrevivientes se habían unido a ellos.Alex bajó rapidamente de la motocicleta para encontrarse junto a los demás que miraban estupefactos la pelea que se acababa de provocar.
-Hijo de perra te mataré aquí mismo!-Gritó encolerizado el desconocido al que había embestido.
-Ven e intentalo desgraciado!-Respondió Degtyarev mientras aceleraba la motocicleta y la apuntaba hacia el desconocido.
-Degtyarev hemos cumplido la misión-Gritó Alex mientras entregaba la mochila llena de medicamentos que Degtyarev había llevado minutos antes.
-Atraerán cientos de zombies con la maldita motocicleta y con sus gritos!-Gritó una de las chicas que se había unido al grupo.
El desconocido sacó una pistola y apuntó hacia Degtyarev.Este en respuesta aceleró estruendosamente la motocicleta y llenando el lugar de blanco humo.Estaban cara con cara...
Luego de revisar el contenido de esta,sacó rapidamente la llave que de seguro era de la motocicleta y temblando de los nervios trató de colocarla.Un sonoro ruido captó su atención por unos segundos pero no le dió mucha importancia.
Cuando la motocicleta logró arrancar un suspiro de alivio escapó de Degtyarev,los zombies estaban ya a escasos metros de él.Decidió bajar por las escaleras creando un alboroto enorme.
-Ayudaaaa!-Se escuchó de repente.
Degtyarev al bajar del segundo piso se encontró con Alex que yacía en el suelo tratando de quitarse a tres zombies de encima y que dentro de poco serían una docena.
Los ojos de Alex se llenaron de esperanza al ver a Degtyarev con su imponente máscara de hockey sobre una motocicleta apuntando con su browning a los tres zombies que estaban sobre él.
Degtyarev disparó sin escatimar a los zombies que estaban encima de Alex,dos habian muerto y uno estaba justo al lado de Alex con grandes espasmos musculares.
-Sube rapido!-Gritó Degyarev.
Alex se levantó del gélido suelo y corrió hasta llegar a la motocicleta.Degtyarev aceleró y empezó a buscar con la luz del faro la entrada.Cuando finalmenté la encontró se dirigió a toda velocidad hacia ella.
Del otro lado una sombra se asomaba con los brazos extendidos.Degtyarev aceleró dispuesto a pasar por encima de él.
El golpe casi hace caer a ambos en el asfalto,delante de ellos yacía el sujeto al que había embestido segundos antes levantandose con gran esfuerzo.
A su derecha estaba la camioneta,pero había algo nuevo.Nuevos sobrevivientes se habían unido a ellos.Alex bajó rapidamente de la motocicleta para encontrarse junto a los demás que miraban estupefactos la pelea que se acababa de provocar.
-Hijo de perra te mataré aquí mismo!-Gritó encolerizado el desconocido al que había embestido.
-Ven e intentalo desgraciado!-Respondió Degtyarev mientras aceleraba la motocicleta y la apuntaba hacia el desconocido.
-Degtyarev hemos cumplido la misión-Gritó Alex mientras entregaba la mochila llena de medicamentos que Degtyarev había llevado minutos antes.
-Atraerán cientos de zombies con la maldita motocicleta y con sus gritos!-Gritó una de las chicas que se había unido al grupo.
El desconocido sacó una pistola y apuntó hacia Degtyarev.Este en respuesta aceleró estruendosamente la motocicleta y llenando el lugar de blanco humo.Estaban cara con cara...
FIN DE LA MISIÓN 3
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alex estaba junto al gran hummer, en el que se encontraban sus compañeros y otro grupo de gente que le sonaban de algo, dejo las mochilas al tiempo que decía -Degtyarev hemos cumplido la misión- Les miro pero sus caras para intentar recordar donde las había visto antes y estaban mirando las puertas del centro comercial. Se fue a presentar cuando una chica grito - Atraerán cientos de zombies con la maldita motocicleta y con sus gritos!-. El grito le hizo girar la cabeza y se encontró a Degtyarev acelerando la motocicleta y al misterioso asesino apuntándolo con su pistola, estaban enfrentados y parecían muy enfadados. Instintivamente salió corriendo pero una inmensa mano le agarro del hombro de la chaqueta de cuero y le paro.
Zed – ¡Hombre! Pero si es el anfitrión de la boda en la que casi nos matan, pensábamos que estabas muerto después de que aquella viga te aplastase…
Alex – Suéltame, Zed. Tengo que ir allí y pararlos… - Dijo mientras se quitaba la mano y cogía el bate de la espalda -.
Zed – No tan rápido enano. ¡¡¡He dejad de hacer el idiota y vamos, subid al coche!!!. – Según hablaba volvió a coger el hombro de Alex otra vez. El asesino giro la cabeza y grito a Zed – Quien coño te ha dado permiso para ser el jefe? – En ese momento Degtyarev se lanzo de la moto y le dio un golpe en la mano al asesino haciendo caer la pistola, le cogió del pecho de la camisa con una mano mientras con la otra amenazaba con pegarle un puñetazo y el asesino contesto de la misma manera.
Degtyarev – ¿Así que él es el Líder de tu grupo? ¿Tienes que pedirle permiso para actuar? Hazlo rápido antes de que esos cadáveres se nos echen encima.
¿?¿ - No sabes a quien le estas vacilando grandullón. ¿Crees que me importan esos zombies? - Zed se acerco a Jim que estaba en el asiento del copiloto y le dijo que arrancase el coche y que les llevasen a un sitio seguro-.
Zed – Nos vamos a ir. Es la última vez que os lo repito a ambos, subid al coche o seguidnos con la moto porque nos vamos al refugio y dejad las peleas de machos para más tarde. – Zed se metió en el coche en el asiento del copiloto y Alex aprovecho para salir por la ventanilla y correr hacia la pelea que estaba a punto de comenzar, una horda de zombies se abalanzo sobre el hummer que arranco, gritando Ariel que les esperaban en el refugio que fuesen allí. El coche se llevo por delante a unos cuantos zombies y tras el había otra horda mas, Alex corrió hacia Degtyarev y el asesino que seguían agarrados de la camisa y antes de llegar a correr Degtyarev soltó un puñetazo en plena cara del asesino, el cual casi ni giro la cara al recibir el mazazo de Degtyarev y le devolvió el golpe dándole en la nariz y haciendo que le llorasen los ojos. Alex llego a la pelea recién empezada y agarro de las manos a ambos gritando.
Alex – PARAD YA; ¿QUEREIS MORIR AQUÍ?... Degtyarev le conozco el estaba en mi casa el día de la boda, era el cura y me salvo de esas cosas como Ariel y tu. – Pasaron unos segundos y el asesino soltó la camiseta de Degtyarev y este repitió el gesto estando libres.
¿?¿ -¿ Estás bien? ¿Te has hecho daño antes? – Dijo mientras examinaba el mentón de Alex que tenía un corte de cristales. Los zombies se acercaban en dos hordas y estaban peligrosamente cerca de los tres estando una horda a unos 8 metros y la otra tan solo a 6.
Alex – Si… estoy bien, pero hay que salir de aquí… - Se saco el bate de la espalda y se puso en posición de defensa para la horda más próxima que salía del centro comercial -.
Degtyarev – Jajajajaja crees que podemos con todos esos? Tal vez podamos este gilipollas y yo con unos 15 o 20 solos pero contigo de lastre teniendo que protegerte no aguantaríamos ni 5 minutos en pie. – Cogió la moto la puso en pie y bajo el bate de Alex, el asesino miro fijamente a Degtyarev en respuesta a su insulto.
¿?¿ - Trae las llaves no puedes conducir con la vista así. – Le quito las llaves de un manotazo rápido después miro a Alex y soltó una carcajada ahogada y despectiva – Hehe veo que aún no habéis visto lo que vale Alex, menos mal que es una moto grande, yo montare delante, Alex tu en medio y tu masa de músculos atrás,. Alex asegúrate de decirme como se va a vuestro refugio.
Degtyarev – ¿Qué coño quieres decir con eso? – Dijo mientras se montaban el asesino y Alex en la moto-.
¿?¿ - No hay tiempo para discutir ahora, luego te aclarare todo lo que quieras ahora súbete ya a la puta moto y asegúrate de no caerte ni de dejar que el pequeño se escape entre los dos, la cosa se va a poner movida. – Degtyarev se monto en la parte de atrás del asiento agarrándose a un asa de la moto y agarrando a Alex con la otra -.
Degtyarev – ¿Porque has dicho eso? – El asesino arranco la moto haciendo un ruido ensordecedor y excitando a las hordas de zombies que ya estaban demasiado cerca de los tres al tiempo que decía. – Porque todavía estoy mareado del golpe que me distes antes, eres el único que de un solo puñetazo me ha hecho esto.
La moto salió disparada entre los cuerpos que no tenían los reflejos necesarios para seguir los movimientos de la misma y después de unos minutos y con las indicaciones primero de Alex y después de Degtyarev con la visión recuperada llegaron al refugio aparcando la moto y dejando las llaves puestas en la misma. Alex salió corriendo a llamar a la puerta y tras comprobar que estaba bien todo le abrieron mientras el asesino y Degtyarev bajaban de la moto.
Degtyarev – Ahora me vas a decir de coño iba eso del potencial del enano.
¿?¿ - Si no lo has visto hasta ahora no lo comprenderías.
Degtyarev – No te lo estoy pidiendo, quiero saber como te llamas y a que coño venia eso del valor de Alex, no es un reloj ni un coche para ponerle un valor ¿entiendes? – El asesino se giro después de entrar al refugio y se le quedo mirando fijamente a los ojos-.
¿?¿ - Tu si que no lo entiendes. Yo he visto como ese chico de allí se ocupaba de tres de ellos solo con las manos desnudas y casi sin esfuerzo. Es como si estuviese programado para matar esos putos zombies y tal vez ni el mismo sepa como lo hace.
Degtyarev – Pues lamento desilusionarte pero en el centro comercial no pudo ocuparse de ninguno, es más si no le hubiese salvado el culo ahora estaría por ahí intentando matarnos como esos monstruos de ahí afuera.
¿?¿ - Te dije que no lo entenderías. – El asesino se dio la vuelta y Degtyarev le cogió por sorpresa y le propino una patada que le tiro al suelo y un puñetazo antes de que reaccionase. Todos en el refugio se miraban unos a otros esperando que alguien los parase.
Degtyarev – Ahora vas a decirme quien eres y a darme respuestas…
Zed – ¡Hombre! Pero si es el anfitrión de la boda en la que casi nos matan, pensábamos que estabas muerto después de que aquella viga te aplastase…
Alex – Suéltame, Zed. Tengo que ir allí y pararlos… - Dijo mientras se quitaba la mano y cogía el bate de la espalda -.
Zed – No tan rápido enano. ¡¡¡He dejad de hacer el idiota y vamos, subid al coche!!!. – Según hablaba volvió a coger el hombro de Alex otra vez. El asesino giro la cabeza y grito a Zed – Quien coño te ha dado permiso para ser el jefe? – En ese momento Degtyarev se lanzo de la moto y le dio un golpe en la mano al asesino haciendo caer la pistola, le cogió del pecho de la camisa con una mano mientras con la otra amenazaba con pegarle un puñetazo y el asesino contesto de la misma manera.
Degtyarev – ¿Así que él es el Líder de tu grupo? ¿Tienes que pedirle permiso para actuar? Hazlo rápido antes de que esos cadáveres se nos echen encima.
¿?¿ - No sabes a quien le estas vacilando grandullón. ¿Crees que me importan esos zombies? - Zed se acerco a Jim que estaba en el asiento del copiloto y le dijo que arrancase el coche y que les llevasen a un sitio seguro-.
Zed – Nos vamos a ir. Es la última vez que os lo repito a ambos, subid al coche o seguidnos con la moto porque nos vamos al refugio y dejad las peleas de machos para más tarde. – Zed se metió en el coche en el asiento del copiloto y Alex aprovecho para salir por la ventanilla y correr hacia la pelea que estaba a punto de comenzar, una horda de zombies se abalanzo sobre el hummer que arranco, gritando Ariel que les esperaban en el refugio que fuesen allí. El coche se llevo por delante a unos cuantos zombies y tras el había otra horda mas, Alex corrió hacia Degtyarev y el asesino que seguían agarrados de la camisa y antes de llegar a correr Degtyarev soltó un puñetazo en plena cara del asesino, el cual casi ni giro la cara al recibir el mazazo de Degtyarev y le devolvió el golpe dándole en la nariz y haciendo que le llorasen los ojos. Alex llego a la pelea recién empezada y agarro de las manos a ambos gritando.
Alex – PARAD YA; ¿QUEREIS MORIR AQUÍ?... Degtyarev le conozco el estaba en mi casa el día de la boda, era el cura y me salvo de esas cosas como Ariel y tu. – Pasaron unos segundos y el asesino soltó la camiseta de Degtyarev y este repitió el gesto estando libres.
¿?¿ -¿ Estás bien? ¿Te has hecho daño antes? – Dijo mientras examinaba el mentón de Alex que tenía un corte de cristales. Los zombies se acercaban en dos hordas y estaban peligrosamente cerca de los tres estando una horda a unos 8 metros y la otra tan solo a 6.
Alex – Si… estoy bien, pero hay que salir de aquí… - Se saco el bate de la espalda y se puso en posición de defensa para la horda más próxima que salía del centro comercial -.
Degtyarev – Jajajajaja crees que podemos con todos esos? Tal vez podamos este gilipollas y yo con unos 15 o 20 solos pero contigo de lastre teniendo que protegerte no aguantaríamos ni 5 minutos en pie. – Cogió la moto la puso en pie y bajo el bate de Alex, el asesino miro fijamente a Degtyarev en respuesta a su insulto.
¿?¿ - Trae las llaves no puedes conducir con la vista así. – Le quito las llaves de un manotazo rápido después miro a Alex y soltó una carcajada ahogada y despectiva – Hehe veo que aún no habéis visto lo que vale Alex, menos mal que es una moto grande, yo montare delante, Alex tu en medio y tu masa de músculos atrás,. Alex asegúrate de decirme como se va a vuestro refugio.
Degtyarev – ¿Qué coño quieres decir con eso? – Dijo mientras se montaban el asesino y Alex en la moto-.
¿?¿ - No hay tiempo para discutir ahora, luego te aclarare todo lo que quieras ahora súbete ya a la puta moto y asegúrate de no caerte ni de dejar que el pequeño se escape entre los dos, la cosa se va a poner movida. – Degtyarev se monto en la parte de atrás del asiento agarrándose a un asa de la moto y agarrando a Alex con la otra -.
Degtyarev – ¿Porque has dicho eso? – El asesino arranco la moto haciendo un ruido ensordecedor y excitando a las hordas de zombies que ya estaban demasiado cerca de los tres al tiempo que decía. – Porque todavía estoy mareado del golpe que me distes antes, eres el único que de un solo puñetazo me ha hecho esto.
La moto salió disparada entre los cuerpos que no tenían los reflejos necesarios para seguir los movimientos de la misma y después de unos minutos y con las indicaciones primero de Alex y después de Degtyarev con la visión recuperada llegaron al refugio aparcando la moto y dejando las llaves puestas en la misma. Alex salió corriendo a llamar a la puerta y tras comprobar que estaba bien todo le abrieron mientras el asesino y Degtyarev bajaban de la moto.
Degtyarev – Ahora me vas a decir de coño iba eso del potencial del enano.
¿?¿ - Si no lo has visto hasta ahora no lo comprenderías.
Degtyarev – No te lo estoy pidiendo, quiero saber como te llamas y a que coño venia eso del valor de Alex, no es un reloj ni un coche para ponerle un valor ¿entiendes? – El asesino se giro después de entrar al refugio y se le quedo mirando fijamente a los ojos-.
¿?¿ - Tu si que no lo entiendes. Yo he visto como ese chico de allí se ocupaba de tres de ellos solo con las manos desnudas y casi sin esfuerzo. Es como si estuviese programado para matar esos putos zombies y tal vez ni el mismo sepa como lo hace.
Degtyarev – Pues lamento desilusionarte pero en el centro comercial no pudo ocuparse de ninguno, es más si no le hubiese salvado el culo ahora estaría por ahí intentando matarnos como esos monstruos de ahí afuera.
¿?¿ - Te dije que no lo entenderías. – El asesino se dio la vuelta y Degtyarev le cogió por sorpresa y le propino una patada que le tiro al suelo y un puñetazo antes de que reaccionase. Todos en el refugio se miraban unos a otros esperando que alguien los parase.
Degtyarev – Ahora vas a decirme quien eres y a darme respuestas…
Tatsu-Kami- Superviviente
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia se apoyó en el pecho de Arturo mientras este descansaba en la pared. Abrió la carta que Carlos le había entregado. Era de Simón, el querido y perfecto Simón. La miró. Estaba escrita en un papel arrugado y sucio pero con una caligrafía excelente. Estuvo a punto de abrirla pero antes prefirió recordar.
Recordó cómo dos años atrás conoció a Simón, como la atrajo su magnetismo, su simpatía, sus ojos, sobretodo sus ojos y ese aire misterioso que siempre le rodeaba.
Arturo dejó de acariciarla el pelo, se había quedado dormido apoyado en la pared. Alicia se giró, le vio allí dormido y sonrió. Miró a su alrededor y comprobó que nadie les observaba así que decidió darle un beso en los labios. Arturo pareció notarlo porque también sonrió.
Allí, en medio de un club de striptease, Alicia se dio cuenta de que estaba preparada. Preparada para muchas cosas pero lo primero era leer la carta que Simón había escrito para ella.
"Querida Alicia:
Ha pasado demasiado tiempo desde nuestro último encuentro, ¿no crees? Últimamente he estado pensando en ti, acerca de nuestro final, al fin y al cabo este juego del gato y el ratón debe acabar algún día, ¿no crees? Ya sabes lo que dicen, lo bueno si breve dos veces bueno, y ya hemos alargado esto lo suficiente. He de reconocer que me he divertido, pero debo cerrar esta etapa de mi vida. Tranquila, te prometo un acto final apoteósico.
También asistirán varios de tus amigos, algunos de ellos tienen cuentas que saldar conmigo. Así que te aconsejo que aproveches esos últimos instantes de paz que te quedan, y quien sabe, tal vez sea un buen momento para sincerarse con Fernando, ¿no crees?
Antes de despedirme de ti quiero decirte una última cosa, en la antigüedad existía la creencia de que si devorabas a tu enemigo, absorvías sus conocimientos y experiencias.
Recuerda esto, Alicia, voy a absorverte.
Simón"
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alicia. Por un momento, recordó que Simón sabía lo de Arturo y tuvo miedo de que pudiera decirle algo a Fernando. Tenía miedo de hacer daño a Fernando pero ya no la daba miedo Simón, enfrentarse a él. ¡Por favor, había un ejército de casi 100 zombies a la puerta de aquel destartalado club de streaptease y ella se preocupaba por lo que pudiera hacer Simón! Estuvo a punto de reír pero Fernando, Facundo y aquel hombre bajaron las escaleras. Alicia despertó a Arturo, se levantaron y salieron de detrás de los altavoces juntos. Fernando lo vio y se colocó junto a Alicia, dándola un beso en la mejilla.
- Reunión, chicos - Gritó Alicia, llamando a Sergio, Carlos, Agatha, Kenny y las nuevas incorporaciones.
- Gracias Alicia- Dijo Facundo - Hemos echado un vistazo a la zona y estamos jodidos. Muy jodidos. Los chinos esos están por todas partes. Estamos rodeados y, a menos que venga alguien a sacarnos de aquí lo vamos a tener bastante complicado para escapar - Un murmullo invadió la sala. Paula comenzó a llorar de nuevo al igual que varias de las stripers pero Alicia no se inmutó, ya lo había visto antes.
- ¿Cómo andamos de provisiones? - Preguntó Alicia.
- Tenemos algunas reservas de agua, un congelador en el sótano con algo de comida y mucho alcohol pero esto es un bar así que somos demasiados para lo que tenemos - Intervino Carmen, que parecía que era la jefa del local.
- ¿Y el Carrefour que tenemos enfrente? - Dijo Megan.
- Sí, claro... - Dijo Barbie - Saca las bolsas que nos vamos de compras.
- Sí, sí... Kenny y yo os acompañaremos - Dijo Sergio acariciando su pipa.
- ¿Y qué tal andamos de armas? - Preguntó Carlos - Que si vamos a salir hay que estar preparados...
- Sí, deberíamos salir fuera para conseguir suministros - Dijo Fernando.
- A ver, no digáis tonterías. Nadie va a salir de aquí hasta que no sea imprescindible- Dijo Alicia muy seria - Y Fernando, tú menos que nadie debería decir eso. Has visto como está la cosa ahí fuera. Escuchemos lo que tiene que decir Facundo.
- Gracias de nuevo- Dijo Facundo- Creo que primero deberíamos quitar esos cadáveres del medio, un grupo bajará al sótano y echará cuentas de nuestras provisiones. Juan me ha dicho que tienen algunas armas y municiones así que otro grupo irá con él. Otros cuantos debemos subir arriba a controlar la azotea. Después, nos reuniremos aquí para que sepáis lo mismo que nosotros sobre todo esto.
- ¿Quién ha nombrado a este el líder del grupo? - Preguntó Carmen.
- Yo- Intervino Juan- Este tío era policía. Ahora os contarán toda la historia y sabréis de que os hablan.
- Bien, vamos a dividirnos- Dijo Alicia- ¿Puedo hacer yo los grupos? - Facundo asintió con cara de decir "A ti te harán más caso"- Con todo mis respeto chicas, creo que deberías ir a cambiaros de ropa. Es difícil luchar contra los zombies como estáis. A mí me pilló vestida de novia pero ese tema no viene al caso.
- No, yo creo que así lo harán muy bien - Dijo Sergio y recibió la mirada fulminante de Alicia y continuó hablando.
Después de una charla de varios minutos, Alicia dividió al grupo en pequeños grupos formados por menos personas. Alicia decidió que lo mejor sería que Paula, Carlos, tres de las stripers y Sergio, se ocupasen de recoger los cadáveres del suelo. Su idea era amontonarlos en una vieja carretilla para llevar botellas y después subirlos a la azotea para lanzarlos desde allí. Nadie se fijó en que uno de ellos estaba vivo. Nadie se fijó en que uno de ellos arañó a Cristina antes de que Carlos le golpeará con una vara de metal. Nadie se dio cuenta de que su refugio había sido comprometido.
Por su parte, Fernando, Facundo, Kenny y Juan entraron en el despacho de Juan que les mostró una amplia gama de armas de fuego.
Ramón, Agatha y otras de las stripers subieron a la azotea para vigilar los posibles signos vida en el exterior.
En la oscuridad de la noche no se veía mucho pero en las casas cercanas había velas encendidas. Cuando subieron, se dieron cuenta de que en medio de la muerte, había algunos supervivientes.
Alicia bajó al sótano con Carmen, Arturo y Barbie para hacer recuento de las provisiones. Bajaban todos tan tranquilos cuando un zombie salió de la nada. Se avalanzó sobre Carmen y la atacó, mordiendo su cuello antes de que Arturo pudiera quitarle el zombie de encima y golpearle la cabeza con una piedra. Les dio la llave con la que abrir el congelador. Sacó un arma de su escote y se pegó un tiro en la cabeza. Cuando Juan llegó corriendo, ya era demasiado tarde para despedirse de su mujer.
Alicia, Barbie y Arturo aún no habían abierto el congelador. Esperaron unos minutos para hacerlo.
Fue entonces cuando Ramón bajó corriendo las escaleras desde la terraza advirtiendo a todos de que se acercaba una especie de conwoy... Se oían ruidos de disparos y varias luces en la oscuridad. Dejaron sus quehaceres y se prepararon para lo que estaba por llegar.
Recordó cómo dos años atrás conoció a Simón, como la atrajo su magnetismo, su simpatía, sus ojos, sobretodo sus ojos y ese aire misterioso que siempre le rodeaba.
Arturo dejó de acariciarla el pelo, se había quedado dormido apoyado en la pared. Alicia se giró, le vio allí dormido y sonrió. Miró a su alrededor y comprobó que nadie les observaba así que decidió darle un beso en los labios. Arturo pareció notarlo porque también sonrió.
Allí, en medio de un club de striptease, Alicia se dio cuenta de que estaba preparada. Preparada para muchas cosas pero lo primero era leer la carta que Simón había escrito para ella.
"Querida Alicia:
Ha pasado demasiado tiempo desde nuestro último encuentro, ¿no crees? Últimamente he estado pensando en ti, acerca de nuestro final, al fin y al cabo este juego del gato y el ratón debe acabar algún día, ¿no crees? Ya sabes lo que dicen, lo bueno si breve dos veces bueno, y ya hemos alargado esto lo suficiente. He de reconocer que me he divertido, pero debo cerrar esta etapa de mi vida. Tranquila, te prometo un acto final apoteósico.
También asistirán varios de tus amigos, algunos de ellos tienen cuentas que saldar conmigo. Así que te aconsejo que aproveches esos últimos instantes de paz que te quedan, y quien sabe, tal vez sea un buen momento para sincerarse con Fernando, ¿no crees?
Antes de despedirme de ti quiero decirte una última cosa, en la antigüedad existía la creencia de que si devorabas a tu enemigo, absorvías sus conocimientos y experiencias.
Recuerda esto, Alicia, voy a absorverte.
Simón"
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alicia. Por un momento, recordó que Simón sabía lo de Arturo y tuvo miedo de que pudiera decirle algo a Fernando. Tenía miedo de hacer daño a Fernando pero ya no la daba miedo Simón, enfrentarse a él. ¡Por favor, había un ejército de casi 100 zombies a la puerta de aquel destartalado club de streaptease y ella se preocupaba por lo que pudiera hacer Simón! Estuvo a punto de reír pero Fernando, Facundo y aquel hombre bajaron las escaleras. Alicia despertó a Arturo, se levantaron y salieron de detrás de los altavoces juntos. Fernando lo vio y se colocó junto a Alicia, dándola un beso en la mejilla.
- Reunión, chicos - Gritó Alicia, llamando a Sergio, Carlos, Agatha, Kenny y las nuevas incorporaciones.
- Gracias Alicia- Dijo Facundo - Hemos echado un vistazo a la zona y estamos jodidos. Muy jodidos. Los chinos esos están por todas partes. Estamos rodeados y, a menos que venga alguien a sacarnos de aquí lo vamos a tener bastante complicado para escapar - Un murmullo invadió la sala. Paula comenzó a llorar de nuevo al igual que varias de las stripers pero Alicia no se inmutó, ya lo había visto antes.
- ¿Cómo andamos de provisiones? - Preguntó Alicia.
- Tenemos algunas reservas de agua, un congelador en el sótano con algo de comida y mucho alcohol pero esto es un bar así que somos demasiados para lo que tenemos - Intervino Carmen, que parecía que era la jefa del local.
- ¿Y el Carrefour que tenemos enfrente? - Dijo Megan.
- Sí, claro... - Dijo Barbie - Saca las bolsas que nos vamos de compras.
- Sí, sí... Kenny y yo os acompañaremos - Dijo Sergio acariciando su pipa.
- ¿Y qué tal andamos de armas? - Preguntó Carlos - Que si vamos a salir hay que estar preparados...
- Sí, deberíamos salir fuera para conseguir suministros - Dijo Fernando.
- A ver, no digáis tonterías. Nadie va a salir de aquí hasta que no sea imprescindible- Dijo Alicia muy seria - Y Fernando, tú menos que nadie debería decir eso. Has visto como está la cosa ahí fuera. Escuchemos lo que tiene que decir Facundo.
- Gracias de nuevo- Dijo Facundo- Creo que primero deberíamos quitar esos cadáveres del medio, un grupo bajará al sótano y echará cuentas de nuestras provisiones. Juan me ha dicho que tienen algunas armas y municiones así que otro grupo irá con él. Otros cuantos debemos subir arriba a controlar la azotea. Después, nos reuniremos aquí para que sepáis lo mismo que nosotros sobre todo esto.
- ¿Quién ha nombrado a este el líder del grupo? - Preguntó Carmen.
- Yo- Intervino Juan- Este tío era policía. Ahora os contarán toda la historia y sabréis de que os hablan.
- Bien, vamos a dividirnos- Dijo Alicia- ¿Puedo hacer yo los grupos? - Facundo asintió con cara de decir "A ti te harán más caso"- Con todo mis respeto chicas, creo que deberías ir a cambiaros de ropa. Es difícil luchar contra los zombies como estáis. A mí me pilló vestida de novia pero ese tema no viene al caso.
- No, yo creo que así lo harán muy bien - Dijo Sergio y recibió la mirada fulminante de Alicia y continuó hablando.
Después de una charla de varios minutos, Alicia dividió al grupo en pequeños grupos formados por menos personas. Alicia decidió que lo mejor sería que Paula, Carlos, tres de las stripers y Sergio, se ocupasen de recoger los cadáveres del suelo. Su idea era amontonarlos en una vieja carretilla para llevar botellas y después subirlos a la azotea para lanzarlos desde allí. Nadie se fijó en que uno de ellos estaba vivo. Nadie se fijó en que uno de ellos arañó a Cristina antes de que Carlos le golpeará con una vara de metal. Nadie se dio cuenta de que su refugio había sido comprometido.
Por su parte, Fernando, Facundo, Kenny y Juan entraron en el despacho de Juan que les mostró una amplia gama de armas de fuego.
Ramón, Agatha y otras de las stripers subieron a la azotea para vigilar los posibles signos vida en el exterior.
En la oscuridad de la noche no se veía mucho pero en las casas cercanas había velas encendidas. Cuando subieron, se dieron cuenta de que en medio de la muerte, había algunos supervivientes.
Alicia bajó al sótano con Carmen, Arturo y Barbie para hacer recuento de las provisiones. Bajaban todos tan tranquilos cuando un zombie salió de la nada. Se avalanzó sobre Carmen y la atacó, mordiendo su cuello antes de que Arturo pudiera quitarle el zombie de encima y golpearle la cabeza con una piedra. Les dio la llave con la que abrir el congelador. Sacó un arma de su escote y se pegó un tiro en la cabeza. Cuando Juan llegó corriendo, ya era demasiado tarde para despedirse de su mujer.
Alicia, Barbie y Arturo aún no habían abierto el congelador. Esperaron unos minutos para hacerlo.
Fue entonces cuando Ramón bajó corriendo las escaleras desde la terraza advirtiendo a todos de que se acercaba una especie de conwoy... Se oían ruidos de disparos y varias luces en la oscuridad. Dejaron sus quehaceres y se prepararon para lo que estaba por llegar.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alex saltó del Hummer sin aviso, con la ilusión de parar la pelea entre Degtyarev y el asesino. Una gran cantidad de zombies se acercaba lentamente a los sobrevivientes, por lo que Jim tuvo que arrancar el todoterreno sin esperar a los que se habían quedado fuera.
Una decisión sabia, porque un zombie golpeó la parte trasero del automóvil, y si hubiera aguardado un tiempo más, ya lo tendrían encima del techo. Aunque la salida no fue muy fácil; tuvieron que atropellar a algunos muertos para abrirse camino.
Ariel estaba situado en la parte de atrás del automóvil, junto con Jorge, Effy y Roberto. Le quedaba tres balas en cada pistola, por lo que tendría que racionar su uso y buscar más municiones.
Roberto abrió la mochila de medicamentos, tratando de buscar alguna aspirina o algo específico para quitar la fiebre. Se notaba pálido y decaído.
-¿Qué te sucede?- le preguntó Jorge a Roberto al notar su estado.
-Estoy enfermo. Intento encontrar un medicamento para que se me quite- respondió.
Jorge calló. Seguramente creía que estaba infectado, pero no lo estaba. Ariel ya se había fijado en ese detalle tiempo atrás, en el refugio, cuando inspeccionó minuciosamente si tenía alguna herida, pero no encontró ninguna.
Effy estaba nerviosa. Seguramente el hecho de que los tres restantes se quedaran solos con la horda zombie la inquietaba. Zed notó esto, y trató de relajarla.
Parecía un grupo de sobrevivientes amigable, pero no lo eran todos. El problema eran Degtyarev y el falso cura, ellos se están llevando muy mal, y eso no beneficia en nada al grupo, especialmente a Ariel. Él acostumbra a evadir los conflictos, y no le gustaba para nada las peleas.
Ya no había zombis en la calle, parecían haberse extinguido. Se mantuvo así hasta que llegaron al refugio. Todos bajaron, charlando amistosamente y cargando las mochilas y demás equipo.
Se instalaron cómodamente en la casa, a pesar de haber poco espacio. Roberto se estaba medicando, y unos minutos después, recuperó el color de su rostro y se sintió más activo. Parecía que todo marchaba con perfecta orden.
Se escuchó el motor de una ruidosa moto. Todos se dirigieron a la ventana para ver si eran los que faltaban, y así era: el asesino manejaba la moto adelante, el muchacho estaba en el medio y Degtyarev atrás, mordiéndose los labios de bronca.
Los tres bajaron de la moto y tocaron la puerta, a lo que Zed la abrió casi al instante. Pasó Alex, tranquilo y un poco cansado, el asesino, con una seriedad absoluta, y Degtyarev, todavía con bronca. Pareció no poder contenerla, porque apenas entró le dio una patada al falso cura, lo que lo mandó al suelo.
El deportista se acercó a él y le dijo:
-Ahora vas a decirme quién eres y a darme respuestas-
Ariel se tomó la cabeza. Sentía una presión enorme en el cuerpo...no podía soportar mucho tiempo.
Una decisión sabia, porque un zombie golpeó la parte trasero del automóvil, y si hubiera aguardado un tiempo más, ya lo tendrían encima del techo. Aunque la salida no fue muy fácil; tuvieron que atropellar a algunos muertos para abrirse camino.
Ariel estaba situado en la parte de atrás del automóvil, junto con Jorge, Effy y Roberto. Le quedaba tres balas en cada pistola, por lo que tendría que racionar su uso y buscar más municiones.
Roberto abrió la mochila de medicamentos, tratando de buscar alguna aspirina o algo específico para quitar la fiebre. Se notaba pálido y decaído.
-¿Qué te sucede?- le preguntó Jorge a Roberto al notar su estado.
-Estoy enfermo. Intento encontrar un medicamento para que se me quite- respondió.
Jorge calló. Seguramente creía que estaba infectado, pero no lo estaba. Ariel ya se había fijado en ese detalle tiempo atrás, en el refugio, cuando inspeccionó minuciosamente si tenía alguna herida, pero no encontró ninguna.
Effy estaba nerviosa. Seguramente el hecho de que los tres restantes se quedaran solos con la horda zombie la inquietaba. Zed notó esto, y trató de relajarla.
Parecía un grupo de sobrevivientes amigable, pero no lo eran todos. El problema eran Degtyarev y el falso cura, ellos se están llevando muy mal, y eso no beneficia en nada al grupo, especialmente a Ariel. Él acostumbra a evadir los conflictos, y no le gustaba para nada las peleas.
Ya no había zombis en la calle, parecían haberse extinguido. Se mantuvo así hasta que llegaron al refugio. Todos bajaron, charlando amistosamente y cargando las mochilas y demás equipo.
Se instalaron cómodamente en la casa, a pesar de haber poco espacio. Roberto se estaba medicando, y unos minutos después, recuperó el color de su rostro y se sintió más activo. Parecía que todo marchaba con perfecta orden.
Se escuchó el motor de una ruidosa moto. Todos se dirigieron a la ventana para ver si eran los que faltaban, y así era: el asesino manejaba la moto adelante, el muchacho estaba en el medio y Degtyarev atrás, mordiéndose los labios de bronca.
Los tres bajaron de la moto y tocaron la puerta, a lo que Zed la abrió casi al instante. Pasó Alex, tranquilo y un poco cansado, el asesino, con una seriedad absoluta, y Degtyarev, todavía con bronca. Pareció no poder contenerla, porque apenas entró le dio una patada al falso cura, lo que lo mandó al suelo.
El deportista se acercó a él y le dijo:
-Ahora vas a decirme quién eres y a darme respuestas-
Ariel se tomó la cabeza. Sentía una presión enorme en el cuerpo...no podía soportar mucho tiempo.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Las ventanillas de aquel automóvil eran fuentes de protección divina antes los peligros de aquella infección que se les presentaban a Rodrigo y su escuadrón, afortunadamente el medio de transporte conseguido por uno de los jóvenes resultaba ser una camioneta Chevrolet Kodiak 2006 equipada y finamente transformada para que estuviera completamente blindada, no solo servía para protegerse de algún loco que anduviera disparando por ahí sino que también para todo estilo de zombies que apareciesen. Así es como aquellos cuatro hombres de un suicida escuadrón se movilizaban por la ciudad, con aquel aire de tranquilidad que tan solo ellos podían dominar y que tan solo ellos encontraban en medio de un caos grave.
Rodrigo se encontraba mirando por la ventanilla de la puerta trasera izquierda en tanto que con los ojos buscaba todos los puntos de luces que se llegaran a divisar delante de ellos y a los costados, era extraño ver aquello pero ciertamente sabían los cuatro que a pesar de los zombies aun quedaban sobrevivientes entre ellos y que serían de amplia utilidad como todos los son en el infierno, pero también sabían que rescatarlos era algo suicida y completamente complicado, así que lo único que podían hacer era continuar el paso sin volver a mirar atrás.
- Mierda que se puso oscuro - dijo Lee mientras que miraba un poco perturbado por la ventanilla del acompañante y hacia delante para comprobar que no se fueran a dar contra algo.
- La oscuridad no es nada si hay zombies - dijo Charlie quién conducía la monstruosa camioneta color negro, la cuál ya que llevaban las luces apagadas se difundía con el entorno haciéndose casi imposible de ver, solamente oír.
- Creo divisar una estación de servicios a dos calles de esta en dirección continua - dijo Blaz que estaba continuamente mirando un GPS con mapas de la ciudad que llevaba consigo y el cuál se apago minutos después por la poca batería que tenia.
Ya todos sabían que es lo que debían de hacer, así que Charlie aceleró con suma precaución para pasar rápidamente aquellas dos calles, entre la primera y le segunda se detuvieron un poco, miraron hacia un costado llamados por una fulminante luz y pudieron llegar a ver como un avión yacía cortando la calle, este mismo estaba envuelto en llamas y al rededor aparte de ver maletas y ropa por todos lados se podían identificar cadáveres calcinados de sexo indefinido a causa de las mortales quemaduras.
- Maldición, que asco de accidente - dijo Lee, a lo qué todos asintieron de forma inconsciente con la cabeza.
La camioneta siguió camino en dirección a la estación de servicio, afortunadamente en esta zona de la ciudad por alguna razón o quién sabe que no había casi zombies, y los que habían estaban acechando alguna de las casas que tenían sobrevivientes y estos daban señal de vida de forma tan peligrosa pero insinuadora. Minutos luego de esquivar automóviles y de sentir cadáveres siendo deformados por las ruedas de la camioneta, llegamos a donde se encontraba la estación de servicios en donde había una gasolinera que nos podía servir, se detuvieron en la esquina de la misma para primero poder investigar con la mirada el ambiente.
- Veamos como está la situación...- comentó Rodrigo mirando detenidamente cada detalle de el lugar.
- Tu eres el experto en esto Rodrigo, tu dinos que hacer y que no - dijo Charlie también mirando hacia afuera por el retrovisor advirtiendo de que ningún zombie se adentrara por la retaguardia.
- Veo dos zombies en la esquina que no nos serán problemas, mmm esta oscuro y eso nos puede ayudar un poco y como esta bastante limpia la zona no creo que
tengamos mucha acción en este lugar y eso es una señal buena! - dijo Rodrigo mirando a Lee el cuál parecía preparado para preguntar si eso era bueno o no, así le respondió a la pregunta.
- Verifiquen sus armas muchachos y andando...- el sonido de las armas al ser cargadas y puestas en lista se oyó dentro de la camioneta.
Luego de ese escándalo entre el silencio que inundaba la ciudad, Charlie encendió el automóvil nuevamente y a velocidad lenta para no llamar mucho la atención se dirigió al centro de la estación de servicios que era en donde se encontraba la zona de la gasolinera, y ya que llevaba las luces apagadas tenían que ir con cuidado para no estrellarse contra algo.
Ya finalmente teniendo la maquina de la gasolina a un lado de la camioneta, Blaz se bajó justo del lado de donde estaba la expendedora y donde se encontraba el tanque de gasolina de la camioneta y así sin hacer mucho ruido comenzó a cargarle al tanque, en tanto que los demás miraban hacia todos lados vigilando de que nadie ni nada los tomase por sorpresa en medio del hurto de gasolina.
Sonó levemente el indicador de tanque lleno cuando ya Blaz estaba retirando la manguera de la gasolina y volviéndola al lugar para subirse a la camioneta, cerrar la puerta y apresurar la marcha nuevamente al encender la camioneta y acelerar a fondo para salir disparado de aquel lugar en donde se podría formar alguna aglomeración de zombies por la presencia de carne fresca.
Ya estando a algunas calles del lugar todos suspiraron aliviados de haber superado una parte bastante tensa.
- Bien el marcador está hasta arriba y tendremos gasolina para ir a donde quiera que vayamos... - dijo Charlie que era quién conducía y se había fijado en aquel detalle.
- Es hora de jugar a ser héroes - dijo Rodrigo sonriendo, a la par que se fijaba si había suficiente munición.
- A qué te refieres? - Preguntá Lee haciendo lo mismo y mirándolo confundido.
- Recuerdas aquellos rastreadores que solíamos poner en las cosas para rastrearlas? - preguntá Rodrigo sacando del maletero que tenía en frente una pequeña consola portátil la cuál mostraba un mapa y un punto rojo que tintineaba.
- Hell Yeah - dice Blaz nombrando un dicho que solía decir muy a menudo, en tanto que sonreía.
- Seguiremos este rastro que coloque en Alicia sin que ella lo supiera y así los encontraremos - dice Rodrigo haciéndole señas a Charlie para que continuara un camino el cuál los llevaría a la posición de los demás.
- Y cómo sabes que no está muerta y sigue transmitiendo? - pregunta Charlie el cuál no quita la vista de por donde conducía, era un gran conductor y eso se hacia notar.
Rodrigo respiró un poco mientras sonreía a la par que miraba por la ventanilla hacia afuera y ojeaba de tanto en tanto el mapa digital aquel con indicador.
- Simplemente porque es.... Alicia - Rodrigo asintió a lo que acababa de decir sabiendo que ella no se dejaría morir solo porque si, esa chica era inteligente y Rodrigo lo tenía más que sabido.
Abran pasado unos cinco minutos en el cuál lo más riesgoso fue cuándo un zombie se estrello contra el capote de la camioneta pero sin dañarla en lo absoluto, se estaban acercando cada vez más, calles pasaban, imágenes de devastación se iban revelando cuánto avanzaban, hasta que de pronto todo se silenció por un segundo, Charlie acelero y los demás comenzaron a disparar a una especie de Chinos que habían de a montones al rededor de un edificio, mataron unos doce o trece de ellos, luego de atropellar a un par más, pararon el automóvil apegado a la puerta de ese edifico y sin ver a nadie decidieron trepar por el techo de la camioneta.
Haciéndose de apoyo como escalera todos subieron por esa ventana, entrando los cuatro y entrando el armamento que llevaban, habían apagado la camioneta así que aun serviría.
Rodrigo miró hacia todos lados, era un cabaret lo que veía?
- Estem... una vez estuve en un cabaret que tenia habitaciones como estas - dijo Lee,
- Es aquí donde debemos de estar- dijo Rodrigo, quien escucho un sonido como de pasos e indico que todos amartillaran sus armas para tenerlas listas, los pasos se acercaban y ellos estaban preparados.
Rodrigo se encontraba mirando por la ventanilla de la puerta trasera izquierda en tanto que con los ojos buscaba todos los puntos de luces que se llegaran a divisar delante de ellos y a los costados, era extraño ver aquello pero ciertamente sabían los cuatro que a pesar de los zombies aun quedaban sobrevivientes entre ellos y que serían de amplia utilidad como todos los son en el infierno, pero también sabían que rescatarlos era algo suicida y completamente complicado, así que lo único que podían hacer era continuar el paso sin volver a mirar atrás.
- Mierda que se puso oscuro - dijo Lee mientras que miraba un poco perturbado por la ventanilla del acompañante y hacia delante para comprobar que no se fueran a dar contra algo.
- La oscuridad no es nada si hay zombies - dijo Charlie quién conducía la monstruosa camioneta color negro, la cuál ya que llevaban las luces apagadas se difundía con el entorno haciéndose casi imposible de ver, solamente oír.
- Creo divisar una estación de servicios a dos calles de esta en dirección continua - dijo Blaz que estaba continuamente mirando un GPS con mapas de la ciudad que llevaba consigo y el cuál se apago minutos después por la poca batería que tenia.
Ya todos sabían que es lo que debían de hacer, así que Charlie aceleró con suma precaución para pasar rápidamente aquellas dos calles, entre la primera y le segunda se detuvieron un poco, miraron hacia un costado llamados por una fulminante luz y pudieron llegar a ver como un avión yacía cortando la calle, este mismo estaba envuelto en llamas y al rededor aparte de ver maletas y ropa por todos lados se podían identificar cadáveres calcinados de sexo indefinido a causa de las mortales quemaduras.
- Maldición, que asco de accidente - dijo Lee, a lo qué todos asintieron de forma inconsciente con la cabeza.
La camioneta siguió camino en dirección a la estación de servicio, afortunadamente en esta zona de la ciudad por alguna razón o quién sabe que no había casi zombies, y los que habían estaban acechando alguna de las casas que tenían sobrevivientes y estos daban señal de vida de forma tan peligrosa pero insinuadora. Minutos luego de esquivar automóviles y de sentir cadáveres siendo deformados por las ruedas de la camioneta, llegamos a donde se encontraba la estación de servicios en donde había una gasolinera que nos podía servir, se detuvieron en la esquina de la misma para primero poder investigar con la mirada el ambiente.
- Veamos como está la situación...- comentó Rodrigo mirando detenidamente cada detalle de el lugar.
- Tu eres el experto en esto Rodrigo, tu dinos que hacer y que no - dijo Charlie también mirando hacia afuera por el retrovisor advirtiendo de que ningún zombie se adentrara por la retaguardia.
- Veo dos zombies en la esquina que no nos serán problemas, mmm esta oscuro y eso nos puede ayudar un poco y como esta bastante limpia la zona no creo que
tengamos mucha acción en este lugar y eso es una señal buena! - dijo Rodrigo mirando a Lee el cuál parecía preparado para preguntar si eso era bueno o no, así le respondió a la pregunta.
- Verifiquen sus armas muchachos y andando...- el sonido de las armas al ser cargadas y puestas en lista se oyó dentro de la camioneta.
Luego de ese escándalo entre el silencio que inundaba la ciudad, Charlie encendió el automóvil nuevamente y a velocidad lenta para no llamar mucho la atención se dirigió al centro de la estación de servicios que era en donde se encontraba la zona de la gasolinera, y ya que llevaba las luces apagadas tenían que ir con cuidado para no estrellarse contra algo.
Ya finalmente teniendo la maquina de la gasolina a un lado de la camioneta, Blaz se bajó justo del lado de donde estaba la expendedora y donde se encontraba el tanque de gasolina de la camioneta y así sin hacer mucho ruido comenzó a cargarle al tanque, en tanto que los demás miraban hacia todos lados vigilando de que nadie ni nada los tomase por sorpresa en medio del hurto de gasolina.
Sonó levemente el indicador de tanque lleno cuando ya Blaz estaba retirando la manguera de la gasolina y volviéndola al lugar para subirse a la camioneta, cerrar la puerta y apresurar la marcha nuevamente al encender la camioneta y acelerar a fondo para salir disparado de aquel lugar en donde se podría formar alguna aglomeración de zombies por la presencia de carne fresca.
Ya estando a algunas calles del lugar todos suspiraron aliviados de haber superado una parte bastante tensa.
- Bien el marcador está hasta arriba y tendremos gasolina para ir a donde quiera que vayamos... - dijo Charlie que era quién conducía y se había fijado en aquel detalle.
- Es hora de jugar a ser héroes - dijo Rodrigo sonriendo, a la par que se fijaba si había suficiente munición.
- A qué te refieres? - Preguntá Lee haciendo lo mismo y mirándolo confundido.
- Recuerdas aquellos rastreadores que solíamos poner en las cosas para rastrearlas? - preguntá Rodrigo sacando del maletero que tenía en frente una pequeña consola portátil la cuál mostraba un mapa y un punto rojo que tintineaba.
- Hell Yeah - dice Blaz nombrando un dicho que solía decir muy a menudo, en tanto que sonreía.
- Seguiremos este rastro que coloque en Alicia sin que ella lo supiera y así los encontraremos - dice Rodrigo haciéndole señas a Charlie para que continuara un camino el cuál los llevaría a la posición de los demás.
- Y cómo sabes que no está muerta y sigue transmitiendo? - pregunta Charlie el cuál no quita la vista de por donde conducía, era un gran conductor y eso se hacia notar.
Rodrigo respiró un poco mientras sonreía a la par que miraba por la ventanilla hacia afuera y ojeaba de tanto en tanto el mapa digital aquel con indicador.
- Simplemente porque es.... Alicia - Rodrigo asintió a lo que acababa de decir sabiendo que ella no se dejaría morir solo porque si, esa chica era inteligente y Rodrigo lo tenía más que sabido.
Abran pasado unos cinco minutos en el cuál lo más riesgoso fue cuándo un zombie se estrello contra el capote de la camioneta pero sin dañarla en lo absoluto, se estaban acercando cada vez más, calles pasaban, imágenes de devastación se iban revelando cuánto avanzaban, hasta que de pronto todo se silenció por un segundo, Charlie acelero y los demás comenzaron a disparar a una especie de Chinos que habían de a montones al rededor de un edificio, mataron unos doce o trece de ellos, luego de atropellar a un par más, pararon el automóvil apegado a la puerta de ese edifico y sin ver a nadie decidieron trepar por el techo de la camioneta.
Haciéndose de apoyo como escalera todos subieron por esa ventana, entrando los cuatro y entrando el armamento que llevaban, habían apagado la camioneta así que aun serviría.
Rodrigo miró hacia todos lados, era un cabaret lo que veía?
- Estem... una vez estuve en un cabaret que tenia habitaciones como estas - dijo Lee,
- Es aquí donde debemos de estar- dijo Rodrigo, quien escucho un sonido como de pasos e indico que todos amartillaran sus armas para tenerlas listas, los pasos se acercaban y ellos estaban preparados.
.:Rodriux:.- Superviviente
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Bajaron Kenny, Fernando, Facundo y Juán en el despacho de éste. Bajaron para mirar el armamento que había en aquel local, y lo que les serviría a cada uno de ellos.
* -La mayoría de los que vienen aquí son gente asociados.. digamos a trabajos poco recomendables. Cuando estan con las chicas, y con unas copas de mas, pués se olvidan de sus armas en las mesas. Entonces yo, si me lo encuentro, me lo quedo. -Explicó Juán.
Kenny, Fernando y Facundo empezaron a mirar las armas. Había de todo, tanto revolveres y pistolas de 12 balas, a escopetas y algún que otro rifle.
Fernando estuvo mirando un buén rifle, una Remington desgastado, pero que se veía que aún se podía utilizar. Lo sujetó apoyandolo en su hombro y fijando la puntería de lo que sería su nueva arma.
* -Elegante, si señor.. -Musitó mientras apuntaba hacia el techo.
Facundo miró por su parte, una Colt 45 tuneada, de color negro brillante y que de primeras imponía. Lo sujetó con las dos manos, al tener una empuñadura grande y gorda aquel Colt. Apuntó hacia delante apartandolo de los demás.
* -Me quedo con esta, me encanta. Siempre quise tener uno de estos, ya que estamos, aprovecho el momento. -Soltó una risotada al decirlo.
Y Kenny, apartado de los demás, sin decir nada si quiera, estuvo mirando la parte izquierda, al fondo de la mesa. Mirando pistolas de calibre baja pero de fuego rápido. Sujeto una Glock18C, metiendo el cargador en ella y dandole el retroceso del arma. Lo empuñó con furia apuntando al aire. En la mente de Kenny no había nada, solamente esta las ganas de volar cabezas de pútridos mal engendrados.
* Cojeré esta.. sí.. -Susurró para sí mismo mientras cojía otro mas. Duales, en cada mano.
Todos se cojieron sus balas y cartuchos, metiiendolas cada uno en sus mochillas. Juán por su parte cojió una Escopeta Carabina de dos barriles, metiendo las balas en un tipo de cinturón cartuchera.
Los cuatro tenían pintas de cazar terroristas, pintas de cazarecompensas o algo de eso, pero una cosa clara estaba entre ellos. Que al tener nuevas armas, los demás deberían estar mas protegidos.
Facundo, Fernando y Juán estaban teniendo una conversación sobre las armas que llevaban.
* -Veo que os habeís repartido bién las armas del despacho. Les diré a los demás de si pueden, que cojan el suyo también, quedan revolveres de tamaño pequeño en los cajones, y algunas balas. -Dijo Juán.
* -Gracias por todo, Juán. Ahora podremos poner a los pútridos en su sitio con todo esto. -Sonrió Fernando al darle las gracias a Juán, y éste devolvió la sonrisa.
Facundo aún estaba flipando con su arma nueva. Una pistola de un tamaño casi tan grande como el rifle Remington que cojió Fernando. Se le veía ganas de utilizarlo, como a todos.
Pero Kenny parecía estar mas familiarizado con la Glock. Lo sujetaba con fuerza todo el rato, apuntando hacia todas partes calibrando la puntería.
Facundo vió a Kenny, y soprendido, se acercó a él para sacar conversación con el joven. Fernando y Juán estaban teniendo su propia conversación sobre armas y el local.
* -Parece que tienes mucha prática con esa arma. Lo has utilizado alguna vez?. -Preguntó Facundo.
* -La verdad es que solo empuñé un rifle de caza con mi padre, y ese revolver de segunda que quité a aquel poli zombie. Este tipo de armas lo controlaba en un juego de guerras. Y era una máquina de matar con ellas.. Pero eso no te debe de importar.
* -Tampoco querría que reaccionaras así hijo.
* -No me llame hijo, si no te importa.
De la conversación entre medias que estaban teniendo, algo ocurría en el sótano donde estaban Alicia, Arturo y Carmen, escuchandolo los cuatro desde el despacho de Juán.
Al alertarles, rápidamente salieron del despacho subiendo en la parte de arriba para bajar después al sótano donde se juntaron todos. Juán vió que Carmen se había dado un tiro en la cabeza al morderla un zombie en el cuello.
Fernando, Facundo, Kenny y Juán sacaron sus armas a la vez que Kenny preguntaba a Alicia lo que pasó en el sótano.
* -Se puede saber qué os ha pasado aquí abajo?. -Preguntó Kenny sereno y serio.
A la pregunta de Kenny no hubo respuesta, Alicia solamente se limitó a mirar, mirando la escena a la vez que Kenny. Viendo la sangre salpicando del cuello de Carmen. Juán se arodilló ante ella casi lagrimeando, pasando la palma de su mano sobre el rostro de Carmen, cerrando sus ojos que quedaron abiertos justo al morir. Se levantó y se quitó de sus ojos las pocas lágrimas que salió.
Alicia y los demás escucharon de repente a Ramón alertandolos de lo que vieron en la azotea. Todos subieron las escaleras dirjidas a la azotea para mirar lo que pasaba. Entre la oscuridad de la noche se veía disparos, se podía escuchar gritos y mucho ruido. Un conwoy se acercaba a su posición.
* -La mayoría de los que vienen aquí son gente asociados.. digamos a trabajos poco recomendables. Cuando estan con las chicas, y con unas copas de mas, pués se olvidan de sus armas en las mesas. Entonces yo, si me lo encuentro, me lo quedo. -Explicó Juán.
Kenny, Fernando y Facundo empezaron a mirar las armas. Había de todo, tanto revolveres y pistolas de 12 balas, a escopetas y algún que otro rifle.
Fernando estuvo mirando un buén rifle, una Remington desgastado, pero que se veía que aún se podía utilizar. Lo sujetó apoyandolo en su hombro y fijando la puntería de lo que sería su nueva arma.
* -Elegante, si señor.. -Musitó mientras apuntaba hacia el techo.
Facundo miró por su parte, una Colt 45 tuneada, de color negro brillante y que de primeras imponía. Lo sujetó con las dos manos, al tener una empuñadura grande y gorda aquel Colt. Apuntó hacia delante apartandolo de los demás.
* -Me quedo con esta, me encanta. Siempre quise tener uno de estos, ya que estamos, aprovecho el momento. -Soltó una risotada al decirlo.
Y Kenny, apartado de los demás, sin decir nada si quiera, estuvo mirando la parte izquierda, al fondo de la mesa. Mirando pistolas de calibre baja pero de fuego rápido. Sujeto una Glock18C, metiendo el cargador en ella y dandole el retroceso del arma. Lo empuñó con furia apuntando al aire. En la mente de Kenny no había nada, solamente esta las ganas de volar cabezas de pútridos mal engendrados.
* Cojeré esta.. sí.. -Susurró para sí mismo mientras cojía otro mas. Duales, en cada mano.
Todos se cojieron sus balas y cartuchos, metiiendolas cada uno en sus mochillas. Juán por su parte cojió una Escopeta Carabina de dos barriles, metiendo las balas en un tipo de cinturón cartuchera.
Los cuatro tenían pintas de cazar terroristas, pintas de cazarecompensas o algo de eso, pero una cosa clara estaba entre ellos. Que al tener nuevas armas, los demás deberían estar mas protegidos.
Facundo, Fernando y Juán estaban teniendo una conversación sobre las armas que llevaban.
* -Veo que os habeís repartido bién las armas del despacho. Les diré a los demás de si pueden, que cojan el suyo también, quedan revolveres de tamaño pequeño en los cajones, y algunas balas. -Dijo Juán.
* -Gracias por todo, Juán. Ahora podremos poner a los pútridos en su sitio con todo esto. -Sonrió Fernando al darle las gracias a Juán, y éste devolvió la sonrisa.
Facundo aún estaba flipando con su arma nueva. Una pistola de un tamaño casi tan grande como el rifle Remington que cojió Fernando. Se le veía ganas de utilizarlo, como a todos.
Pero Kenny parecía estar mas familiarizado con la Glock. Lo sujetaba con fuerza todo el rato, apuntando hacia todas partes calibrando la puntería.
Facundo vió a Kenny, y soprendido, se acercó a él para sacar conversación con el joven. Fernando y Juán estaban teniendo su propia conversación sobre armas y el local.
* -Parece que tienes mucha prática con esa arma. Lo has utilizado alguna vez?. -Preguntó Facundo.
* -La verdad es que solo empuñé un rifle de caza con mi padre, y ese revolver de segunda que quité a aquel poli zombie. Este tipo de armas lo controlaba en un juego de guerras. Y era una máquina de matar con ellas.. Pero eso no te debe de importar.
* -Tampoco querría que reaccionaras así hijo.
* -No me llame hijo, si no te importa.
De la conversación entre medias que estaban teniendo, algo ocurría en el sótano donde estaban Alicia, Arturo y Carmen, escuchandolo los cuatro desde el despacho de Juán.
Al alertarles, rápidamente salieron del despacho subiendo en la parte de arriba para bajar después al sótano donde se juntaron todos. Juán vió que Carmen se había dado un tiro en la cabeza al morderla un zombie en el cuello.
Fernando, Facundo, Kenny y Juán sacaron sus armas a la vez que Kenny preguntaba a Alicia lo que pasó en el sótano.
* -Se puede saber qué os ha pasado aquí abajo?. -Preguntó Kenny sereno y serio.
A la pregunta de Kenny no hubo respuesta, Alicia solamente se limitó a mirar, mirando la escena a la vez que Kenny. Viendo la sangre salpicando del cuello de Carmen. Juán se arodilló ante ella casi lagrimeando, pasando la palma de su mano sobre el rostro de Carmen, cerrando sus ojos que quedaron abiertos justo al morir. Se levantó y se quitó de sus ojos las pocas lágrimas que salió.
Alicia y los demás escucharon de repente a Ramón alertandolos de lo que vieron en la azotea. Todos subieron las escaleras dirjidas a la azotea para mirar lo que pasaba. Entre la oscuridad de la noche se veía disparos, se podía escuchar gritos y mucho ruido. Un conwoy se acercaba a su posición.
Neno- Cazador cojonudo
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia subió en último lugar a la azotea siguiendo a Fernando y a Facundo. Fernando empezaba a sospechar que había algo entre Alicia y Arturo teniendo en cuenta cómo había acudido a su lado durante la reunión pero los últimos acontecimientos habían hecho que se olvidase del asunto y regresase al tema de los zombies. Alicia empezaba a sentirse mal por ello pero no podía decirle nada, todavía no. Cualquier cosa podría descentrar a Fernando, lo que podría ser nefasto para su superviviencia y la de todos. Sería mejor guardar silencio.
Llegaron rápidamente a la azotea. Facundo, Sergio y Kenny ya estaban asomados cuando ellos llegaron. Ninguno de ellos podía ver nada en mitad de la noche. Era una noche sin luna así que la oscuridad era casi absoluta. Ahora, sin las luces de la ciudad, sin la contaminación lumínica y con la única luz de las estrellas, mirar hacia abajo era como mirar a la boca del lobo. Estaba completamente oscuro. El vehículo que se acercaba tenía las luces apagadas y se acercaba con el motor en punto muerto.
- ¿Dónde está ese vehículo que decías? - Preguntó Facundo a Ramón
- Se acercaba por la gasolinera y venía directo hacia aquí pero las luces se apagaron y les perdí de vista.
- ¿Alguno ve algo? - Preguntó Alicia a los que estaban en el otro lado de la azotea.
- Qué va, sólo zombies - Gritó Carlos- Los zombies chinos son feos de cojones, ehh- Sergio y Kenny rieron.
- Sí, son feos pero tendrías que ver como quedarán después de que me los cargue con esta bonita arma.
- Hostia, colega, ¿de dónde la has sacado?
- El Juan este tiene un arsenal en la parte de abajo. Luego podéis coger algunas balas para vuestras armas.
- Mirad, allí - Gritó de repente Fernando.
Alicia se asomó a la ventana y vio cómo los ocupantes de un coche disparaban a los chinos que habian salido del almacén hacia varias horas ya. El vehículo aparcó en la puerta del club y entraron por una ventana del primer piso. Ella sabía de sobra que los zombies no podían escalar así que los ocupantes tenían que estar vivos. Sin embargo, no se fiaba ya que podrían ser saqueadores o algo peor.
Cogió el rifle que llevaba Paula y bajó las escaleras hacia la habitación por la que estaban entrando esos hombres. Fernando, Arturo y Facundo la siguieron. Ella fue la primera en entrar en la habitación, cuando los otros tres entraron, Alicia ya estaba apuntando a un hombre vestido de militar.
- Joder tío, además de ser una tía dura, está muy buena - Gritó el hombre por la ventana.
- Deja de decir gilipoyeces. No tengo ningún problema en pegarte un tiro ahora mismo.
- ¿Quiénes sois? - Preguntó Facundo al otro lado de la pistola.
- No os preocupéis - Dijo una voz familiar que estaba ayudando al último de ellos a entrar en la habitación- Soy Rodrigo, veo que os habéis apañado bien en mi ausencia.
- Rodrigo - Dijo Alicia sonriendo y aliviada bajando su arma- ¿Cómo nos encontrasteis?
- Soy militar, pequeña, te puse un localizador.
- Bueno, te perdonaré...
- Joder tío, me alegro de que estés aquí- Dijo Fernando.
- Sí, es bueno tener algo más que un maldito palo para defenderse - Dijo Arturo- ¿Traéis armas?
- Pues algo tenemos en el coche ahí abajo pero de momento es mejor que no bajemos. Podemos limpiar la zona desde aquí arriba pero no se ve nada de nada, todavía.
- ¿Tenéis algo de papeo? - Preguntó uno de los militares.
- Sí, abajo hay unos cuantos zombies - Dijo Arturo- Puedes servirte todo lo que quieras.
- Nos ha salido graciosete el niño- Dijo uno de los hombres-
- Tranquilo, es así el niño. Es Arturo pero es buen tío y esta es Alicia, el Fernando y el otro Facundo.
- Uyssss, y la gente que hay arriba que te queda por conocer. He hecho bien mi trabajo de líder - Dijo Alicia divertida- ¿Cómo están las cosas ahí fuera? Me alegro de que estés vivo, Rodrigo.
- Pues lo tuve jodido pero estos vinieron a buscarme y aquí estamos. Sé que hice bien dejándote de líder. Las cosas ahí fuera están muy mal, demasiados zombies y más en esta zona. ¿Qué habéis hecho?
- Había un taller ilegal o algo así ahí enfrente y les dejamos salir, ahora estamos aquí atrapados.
- Esta noche descansaremos aquí dentro y mañana buscaremos una solución. Subamos y conozcamos a todos.
Todos dormirían en la azotea aquella noche después de alimentarse. Dos de los hombres de Rodrigo estuvieron limpiando la parte de abajo y Kenny y Rodrigo hicieron guardia en la parte de arriba. Sería una divertida mañana matando zombies desde la azotea, jugando al tiro al blanco. Rodrigo informó a todos de sus planes. Hubo alguno de ellos, Carlos y Sergio, que apostaron a ver quién se cargaba a más podridos.
Alicia se quedó dormida apoyada en el pecho de Fernando y ante la atenta mirada de Arturo, muerto de celos.
Soñó de nuevo con Simón y se despertó empapada en sudor. Intentó volver a dormirse pero no pudo así que abrió los ojos y todos estaban dormidos, o haciendo que dormían, excepto los que estaban haciendo guardia.
Sin que ninguno la viera, ella bajó las escaleras hasta el sótano y buscó una nueva salida, nuevas armas... Allí encontró algo que ella no esperaba.
- Hola, querida, me alegro de verte- Dijo Simón sonriendo y con el hombro aún cubierto de sangre seca.
Llegaron rápidamente a la azotea. Facundo, Sergio y Kenny ya estaban asomados cuando ellos llegaron. Ninguno de ellos podía ver nada en mitad de la noche. Era una noche sin luna así que la oscuridad era casi absoluta. Ahora, sin las luces de la ciudad, sin la contaminación lumínica y con la única luz de las estrellas, mirar hacia abajo era como mirar a la boca del lobo. Estaba completamente oscuro. El vehículo que se acercaba tenía las luces apagadas y se acercaba con el motor en punto muerto.
- ¿Dónde está ese vehículo que decías? - Preguntó Facundo a Ramón
- Se acercaba por la gasolinera y venía directo hacia aquí pero las luces se apagaron y les perdí de vista.
- ¿Alguno ve algo? - Preguntó Alicia a los que estaban en el otro lado de la azotea.
- Qué va, sólo zombies - Gritó Carlos- Los zombies chinos son feos de cojones, ehh- Sergio y Kenny rieron.
- Sí, son feos pero tendrías que ver como quedarán después de que me los cargue con esta bonita arma.
- Hostia, colega, ¿de dónde la has sacado?
- El Juan este tiene un arsenal en la parte de abajo. Luego podéis coger algunas balas para vuestras armas.
- Mirad, allí - Gritó de repente Fernando.
Alicia se asomó a la ventana y vio cómo los ocupantes de un coche disparaban a los chinos que habian salido del almacén hacia varias horas ya. El vehículo aparcó en la puerta del club y entraron por una ventana del primer piso. Ella sabía de sobra que los zombies no podían escalar así que los ocupantes tenían que estar vivos. Sin embargo, no se fiaba ya que podrían ser saqueadores o algo peor.
Cogió el rifle que llevaba Paula y bajó las escaleras hacia la habitación por la que estaban entrando esos hombres. Fernando, Arturo y Facundo la siguieron. Ella fue la primera en entrar en la habitación, cuando los otros tres entraron, Alicia ya estaba apuntando a un hombre vestido de militar.
- Joder tío, además de ser una tía dura, está muy buena - Gritó el hombre por la ventana.
- Deja de decir gilipoyeces. No tengo ningún problema en pegarte un tiro ahora mismo.
- ¿Quiénes sois? - Preguntó Facundo al otro lado de la pistola.
- No os preocupéis - Dijo una voz familiar que estaba ayudando al último de ellos a entrar en la habitación- Soy Rodrigo, veo que os habéis apañado bien en mi ausencia.
- Rodrigo - Dijo Alicia sonriendo y aliviada bajando su arma- ¿Cómo nos encontrasteis?
- Soy militar, pequeña, te puse un localizador.
- Bueno, te perdonaré...
- Joder tío, me alegro de que estés aquí- Dijo Fernando.
- Sí, es bueno tener algo más que un maldito palo para defenderse - Dijo Arturo- ¿Traéis armas?
- Pues algo tenemos en el coche ahí abajo pero de momento es mejor que no bajemos. Podemos limpiar la zona desde aquí arriba pero no se ve nada de nada, todavía.
- ¿Tenéis algo de papeo? - Preguntó uno de los militares.
- Sí, abajo hay unos cuantos zombies - Dijo Arturo- Puedes servirte todo lo que quieras.
- Nos ha salido graciosete el niño- Dijo uno de los hombres-
- Tranquilo, es así el niño. Es Arturo pero es buen tío y esta es Alicia, el Fernando y el otro Facundo.
- Uyssss, y la gente que hay arriba que te queda por conocer. He hecho bien mi trabajo de líder - Dijo Alicia divertida- ¿Cómo están las cosas ahí fuera? Me alegro de que estés vivo, Rodrigo.
- Pues lo tuve jodido pero estos vinieron a buscarme y aquí estamos. Sé que hice bien dejándote de líder. Las cosas ahí fuera están muy mal, demasiados zombies y más en esta zona. ¿Qué habéis hecho?
- Había un taller ilegal o algo así ahí enfrente y les dejamos salir, ahora estamos aquí atrapados.
- Esta noche descansaremos aquí dentro y mañana buscaremos una solución. Subamos y conozcamos a todos.
Todos dormirían en la azotea aquella noche después de alimentarse. Dos de los hombres de Rodrigo estuvieron limpiando la parte de abajo y Kenny y Rodrigo hicieron guardia en la parte de arriba. Sería una divertida mañana matando zombies desde la azotea, jugando al tiro al blanco. Rodrigo informó a todos de sus planes. Hubo alguno de ellos, Carlos y Sergio, que apostaron a ver quién se cargaba a más podridos.
Alicia se quedó dormida apoyada en el pecho de Fernando y ante la atenta mirada de Arturo, muerto de celos.
Soñó de nuevo con Simón y se despertó empapada en sudor. Intentó volver a dormirse pero no pudo así que abrió los ojos y todos estaban dormidos, o haciendo que dormían, excepto los que estaban haciendo guardia.
Sin que ninguno la viera, ella bajó las escaleras hasta el sótano y buscó una nueva salida, nuevas armas... Allí encontró algo que ella no esperaba.
- Hola, querida, me alegro de verte- Dijo Simón sonriendo y con el hombro aún cubierto de sangre seca.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Los dos estaban echados en el suelo, mirándose fijamente, como si de un gato y un perro se tratase. El deportista, cogiendo la remera del asesino con fuerza, esperaba la respuesta. El otro solo lo miraba, sin ganas de hablar. Nadie hacía nada, se dedicaban a mirar, como si fuera un espectáculo. Repentinamente, Ariel se levantó de su asiento y se dirigió a la entrada. Pasó indiferentemente al lado de los dos sujetos, y se paró ante la puerta. Mantenía la cabeza gacha, mirando el suelo; se agarraba la cabeza y repetía unas palabras por lo bajo. Levantó la vista, y al ver la puerta, le dio una fuerte patada, y esta se abrió. Acto seguido, se retiró.
-Voy a buscarlo- dijo Zed mientras caminaba a la entrada.
-¡NO!- exclamó Alex. Él y Degtyarev sabían lo que sucedía. Zed ignoró la advertencia y salió de la casa, dejando a todos en silencio por unos segundos. Todo se volvía confuso, el accionar repentino de Ariel era muy raro y escalofriante. Effy se levantó de la silla.
-Voy a acompañarlo- dijo, pero la mano de Alexander se le interpuso.
-Quedate aquí, tengo un mal presentimiento-
Así fue. Zed volvió, pero no solo. Atrás estaba Ariel, más feliz de lo normal. El cantante se encontraba inmovilizado; el cuchillo de Joker estaba cerca de su cuello. En la otra mano tenía una pistola, apuntando a todos los demás.
- Siento interrumpir su discusión, caballeros, pero les ordeno que se separen- dijo sonriente Joker al deportista y al asesino. Estos dos se levantaron del suelo, amenazados con la pistola.
-Así está mejor. Lamento hacer esto, pero nunca me gustaron las peleas... me hacen recordar a mis padres- dijo, mientras la sonrisa en su cara desaparecía.
- Por eso, necesito las llaves de la moto, Degytarev, y la mochila con los víveres-
- Las llaves la tiene él- respondió señalando al asesino.
- ¿Y qué esperan? Sacale las llaves-
Degtyarev miró con cara de súplica al asesino, al cual este respondió cediéndole las llaves. Effy se acercaba a Joker con la mochila en la mano, dispuesta a entregárselo, como había mandado. Este le indicó que lo dejara a los pies de él.
- Maldito idiota- murmuró ella.
-¿Qué has dicho? Tratame con respeto- dijo apuntándola con el arma. Un disparo resonó en la casa. La chica cayó al suelo sin vida. Varios gritaron sorprendidos- ¿Alguno más?-
Degyarev con suma rabia le lanzó las llaves.
-Bien, espero que no me sigan, o terminarán como su amiga. Ahora los dejaré con su nuevo problema- dijo empujando a Zed hacia adelante, mientras recogía la mochila del suelo. Zed, con gran furia, lo corrió, pero era tarde.
Joker se subió a la moto y se fue. Ahora volvía a quedar solo, tal como le gustaba.
-Voy a buscarlo- dijo Zed mientras caminaba a la entrada.
-¡NO!- exclamó Alex. Él y Degtyarev sabían lo que sucedía. Zed ignoró la advertencia y salió de la casa, dejando a todos en silencio por unos segundos. Todo se volvía confuso, el accionar repentino de Ariel era muy raro y escalofriante. Effy se levantó de la silla.
-Voy a acompañarlo- dijo, pero la mano de Alexander se le interpuso.
-Quedate aquí, tengo un mal presentimiento-
Así fue. Zed volvió, pero no solo. Atrás estaba Ariel, más feliz de lo normal. El cantante se encontraba inmovilizado; el cuchillo de Joker estaba cerca de su cuello. En la otra mano tenía una pistola, apuntando a todos los demás.
- Siento interrumpir su discusión, caballeros, pero les ordeno que se separen- dijo sonriente Joker al deportista y al asesino. Estos dos se levantaron del suelo, amenazados con la pistola.
-Así está mejor. Lamento hacer esto, pero nunca me gustaron las peleas... me hacen recordar a mis padres- dijo, mientras la sonrisa en su cara desaparecía.
- Por eso, necesito las llaves de la moto, Degytarev, y la mochila con los víveres-
- Las llaves la tiene él- respondió señalando al asesino.
- ¿Y qué esperan? Sacale las llaves-
Degtyarev miró con cara de súplica al asesino, al cual este respondió cediéndole las llaves. Effy se acercaba a Joker con la mochila en la mano, dispuesta a entregárselo, como había mandado. Este le indicó que lo dejara a los pies de él.
- Maldito idiota- murmuró ella.
-¿Qué has dicho? Tratame con respeto- dijo apuntándola con el arma. Un disparo resonó en la casa. La chica cayó al suelo sin vida. Varios gritaron sorprendidos- ¿Alguno más?-
Degyarev con suma rabia le lanzó las llaves.
-Bien, espero que no me sigan, o terminarán como su amiga. Ahora los dejaré con su nuevo problema- dijo empujando a Zed hacia adelante, mientras recogía la mochila del suelo. Zed, con gran furia, lo corrió, pero era tarde.
Joker se subió a la moto y se fue. Ahora volvía a quedar solo, tal como le gustaba.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-¡Joder!, ¡está muerta!- Gritó Alex
-¡Calmate coño!, aun repira- Le dijo el asesino -Traed vendas, antibióticos y alcohol, la bala no ha dado en ningun hueso, la ha atravesado, joder que mala pinta- Dijo
Jim y Alex corrieron a por el botiquin, Roberto y Degtyarev estaban inmoviles.
-Tu- Le dijo el asesino a Degtyarev -Ayudame- Degtyarev se acerco, el asesino levanto la camiseta de Effy -Presiona fuerte en la herida-
Effy apenas respiraba, solo emitia una especie de gemido, tenía los ojos abiertos, sangraba por la boca y el estomago y la espalda baja.
Jim y Alex aparecieron por la puerta -Aqui estan las cosas, pero no habia vendas- Dijo Jim
-¡Pues trae cinta aislante!- Gritó el asesino -Alex, abre la botella de alcohol y hechale en las heridas-
Alex se dispuso a ello, abrió la botella, pero Effy ya no respiraba.
-¡Joder!- Dijo el asesino mientras le tomaba el pulso -Joder Effy, respira, ¡vamos respira!-
Era inutil, ya estaba muerta, Jim apareció por la puerta y contemplo el cadaver de la chica.
-Traed algo para limpiar esto- Dijo el asesino, mientras levantaba el cuerpo de Effy y se lo hechaba a los hombros y salia por la puerta, se encontro a Zed que subia las escaleras.
-¿Donde está ese cabron?- Preguntó el asesino
-Se ha escapado- Le respondio Zed, mientras observava el cadaver -¿Que vas a hacer con ella?- Pregunto Zed
El asesino no respondió, bajó las escaleras y salió a la calle, camino unos 100 metros antes de dejar el cuerpo en el suelo, y pegarle un tiro en la cabeza.
Volvió caminando hasta el refugio, llevaba toda la ropa ensangrentada, cuando entro le pregunto a Jim si tenia algo de ropa, este le miro como intentando adivinar como podia estar tan tranquilo despues de lo que acababa de ocurrir, al final le respondio -Si, si tengo, ven- Lo llevó a una habitacion y le abrio el armario -Ponte lo que quieras- Le dijo
El asesino se cambio, se puso unos pantalones largos de deporte y una camisa de manga larg, todo de color oscuro, cogio tambien una chaqueta de chandal, y salio, donde lo esperaba Degtyarev con una sonrisa en el rostro.
-¡Calmate coño!, aun repira- Le dijo el asesino -Traed vendas, antibióticos y alcohol, la bala no ha dado en ningun hueso, la ha atravesado, joder que mala pinta- Dijo
Jim y Alex corrieron a por el botiquin, Roberto y Degtyarev estaban inmoviles.
-Tu- Le dijo el asesino a Degtyarev -Ayudame- Degtyarev se acerco, el asesino levanto la camiseta de Effy -Presiona fuerte en la herida-
Effy apenas respiraba, solo emitia una especie de gemido, tenía los ojos abiertos, sangraba por la boca y el estomago y la espalda baja.
Jim y Alex aparecieron por la puerta -Aqui estan las cosas, pero no habia vendas- Dijo Jim
-¡Pues trae cinta aislante!- Gritó el asesino -Alex, abre la botella de alcohol y hechale en las heridas-
Alex se dispuso a ello, abrió la botella, pero Effy ya no respiraba.
-¡Joder!- Dijo el asesino mientras le tomaba el pulso -Joder Effy, respira, ¡vamos respira!-
Era inutil, ya estaba muerta, Jim apareció por la puerta y contemplo el cadaver de la chica.
-Traed algo para limpiar esto- Dijo el asesino, mientras levantaba el cuerpo de Effy y se lo hechaba a los hombros y salia por la puerta, se encontro a Zed que subia las escaleras.
-¿Donde está ese cabron?- Preguntó el asesino
-Se ha escapado- Le respondio Zed, mientras observava el cadaver -¿Que vas a hacer con ella?- Pregunto Zed
El asesino no respondió, bajó las escaleras y salió a la calle, camino unos 100 metros antes de dejar el cuerpo en el suelo, y pegarle un tiro en la cabeza.
Volvió caminando hasta el refugio, llevaba toda la ropa ensangrentada, cuando entro le pregunto a Jim si tenia algo de ropa, este le miro como intentando adivinar como podia estar tan tranquilo despues de lo que acababa de ocurrir, al final le respondio -Si, si tengo, ven- Lo llevó a una habitacion y le abrio el armario -Ponte lo que quieras- Le dijo
El asesino se cambio, se puso unos pantalones largos de deporte y una camisa de manga larg, todo de color oscuro, cogio tambien una chaqueta de chandal, y salio, donde lo esperaba Degtyarev con una sonrisa en el rostro.
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
La casa de Jim Stuart estaba cerrada y despedía una tenue luz de vela a través de unas diminutas rendijas en las ventanas; no es que los sobrevivientes así lo quisieran, sino que las cortinas duales no siempre bloquean por completo la vista hacia fuera y viceversa. Pese a que no había zombies fuera de su refugio y que estaban a salvo, el ambiente estaba muy denso.
Los ocho sobrevivientes que estaban dentro acababan de presenciar una horrible muerte a manos de un demente, cada uno reaccionó de diferente forma. Aaron estaba sentado en una esquina sin pronunciar palabra, su cuerpo ya había despedido mucha adrenalina y sólo quería descansar. Por su parte, Jorge permanecía impávido, reviviendo en su mente las muertes que había visto desde la primera infección; un sentimiento muy profundo sacudió su mente… Mariana, que había muerto a manos de otro psicópata. A partir de ahí Jorge no era el mismo, había estado con muchas mujeres, pero ninguna como ella.
Jim, sin embargo, tenía una sensación extraña. Sabía que todo aquello había sido horrible, pero por alguna razón no estaba alterado; toda esa gente extraña había muerto frente a él, pero Jim seguía vivo, y eso es lo que cuenta; además estaba en su casa, por lo que la nostalgia no lo invadió del todo. Roberto tampoco estaba muy afectado, toda esa gente era extraña, y lo que le tenía feliz era que su fiebre había bajado y eso le hacía sentirse mejor… además, al ser carnicero veía sangre todos los días, no de humano, pero sangre al fin y al cabo, y aquel suelo rojizo no le afectaba en lo más mínimo.
De todos, el más tranquilo era el asesino, que se dedicaba a tallar con un trapo húmedo el piso; la sangre era parte de su labor diaria, y sabía que él sobreviviría a este apocalipsis de una u otra manera. Degtyarev sentía pena por la pobre chica, no la conocía, pero le parecía atractiva y lamentó su muerte; de todos los ahí presentes, sólo sentía aprecio por Ariel, pero ya no estaba, se había vuelto loco, mató a la chica y huyó; por otro lado, estaba feliz de tener con él a Zed Craig, irónicamente días atrás había ido a una mansión esperando recibir un autógrafo de dicha celebridad, y ahora lo tenía hombro con hombro.
Alex estaba realmente fundido por dentro, muchas emociones lo habían sacudido, pero la muerte de Effy realmente le había afectado; conoció por poco tiempo a esa chica, desde que la vio en su casa el día de la boda, le pareció demasiado linda y que aquel médico sarcástico no la merecía… Alex era el único que lloraba la partida de la chica.
Zed tenía un sentimiento extraño, él estaba acostumbrado a todas las muertes que lo perseguían, desde el primer grupo metalero que murió en pleno concierto, hasta la partida de su amigo Will… Pero la muerte de esta chica le removió más sentimientos, justo minutos antes, la chica le había besado la mejilla y lo miraba de forma profunda. Zed no sabía si la chica estaba enamorada de él o sólo era una más de sus admiradoras, pero el hecho de que haya abandonado a Arturo por ir con él le había perturbado.
-¿Estás bien, amigo? –preguntó Zed a Jorge, que tenía los ojos llorosos, aún pensaba en Mariana.
-Es una pregunta capciosa.
-De acuerdo…
Zed comprendió que Jorge necesitaba un tiempo a solas y se fue al otro lado de la estancia, se sentó en un sofá. Notaba desde hacía un rato que aquel corpulento joven le seguía con la vista.
-Zed… Zed Craig –dijo Degtyarev-. Por fin te encuentro, quería un autógrafo tuyo.
-Pues justo ahora no tengo ganas de fanáticos frustrados.
-¿Es cierto que tú ya habías vivido esto?
-Sí.
Degtyarev se sentó junto a él y volteó en dos direcciones, esperando que no estuviera nadie cerca.
-¿Sabes? Mi padre también estuvo en la primera infección.
-No me digas, todo mundo me dice eso para obtener mi autógrafo… ¡lárgate de aquí!
-Es en serio, desde que escuché aquella entrevista que diste a los medios, sabía que tú venías de ahí.
-No quiero saber tu historia familiar, te dije que te largaras.
-De acuerdo –dijo Degtyarev algo decepcionado, se levantó de aquel lugar y se dirigió al otro lado de la habitación-. Su nombre era Bergen.
-¡Un momento! –Zed miró fijamente a Degtyarev, ahora comprendía por qué aquel chico le parecía tan familiar-. Tu padre fue un buen hombre, combatió hasta el final.
-Lo sé –sonrió Degtyarev y siguió su camino.
Roberto Juárez aprovechó que el enorme cantante se quedó solo para acercarse y conversar un poco.
-Así que tú eres ese rockero del que hablan en todos lados.
-Sí.
-¿Sabes? Mi hija era gran fanática tuya.
-¿Dónde está ella ahora?
-Murió hace medio año… salió de madrugada con unos amigos, el que conducía estaba algo alcoholizado, y el auto en que viajaban se volcó.
-Una pena en verdad.
-Vaya que sí, lo peor es que el bastardo que conducía fue el único que sobrevivió.
-Te aseguro que ya está pagando lo que hizo.
-Te equivocas… ya lo pagó, yo lo maté.
Zed se quedó perplejo, se sentía extraño rodeado de tanto psicópata.
-No te asustes, es la primera y última vez que mato a alguien, lo hice por mi hija.
-¿Y cómo fue?
-Hace un par de días que comenzó la infección, fui al hospital donde él estaba, quedó inválido, ¿sabes? Aún recibía tratamiento.
-Y aprovechaste el pánico para matarlo.
-Así es, seguramente por ir al hospital es que me entró aquella fiebre del demonio. Algún bicho rondaba los pasillos y fue a parar directo a mi nariz.
-No sé qué decir… felicidades por ti, supongo.
-Gracias, en realidad no vine a hablarte de mi hija.
-Supongo que me pedirás un autógrafo entonces.
-Nada de eso, he notado que eres el más centrado de aquí, si no es mucha molestia, quiero ofrecerte mi compañía y apoyo. Si cualquiera de estos locos vuelve a perder el control, los cuerdos debemos estar unidos.
Zed miró a Roberto irónicamente, estaba a punto de echarse a reír.
-Créeme que soy el peor al que puedes acudir con ese plan…
-¿Por qué lo dices? Eres famoso, los famosos no pierden los estribos, salvo contadas excepciones.
-Por mi culpa estamos aquí, si no hubiera perdido el control, estaríamos con nuestro grupo original, y Effy no habría muerto.
-¿Grupo original dices?
-Sí, mis amigos, y donde hace unos días conocí a Alex y al sujeto de nombre desconocido.
-¿Y cómo son ellos? ¿También están locos?
-Nada de eso, hay un policía, un militar, una mujer con un temple gigante, un médico y un montón más de gente.
Roberto miró al horizonte divagando, volvió en sí emocionado y sonriendo.
-¿Podemos ir con ellos? La verdad es que estoy harto de estos sujetos, se la pasan peleando, viendo quién se hace con el mando de la situación… Incluso el dueño de esta casa, Jim, es egocéntrico y no sé en qué momento termine por echarnos a la calle.
-Me encantaría regresar con Alicia, Facundo y los demás… Pero vengo con mis amigos, y este no es buen momento para salir a buscarlos.
-Te propongo algo, mañana a primera hora le avisas a tus amigos y nos vamos de aquí…
-¿Estás loco? No arriesgaré a los míos porque la nenita no tiene amigos con quién tomar el té.
-Piénsalo… yo me iré de aquí de todas formas al amanecer, mientras todos duermen. El nuevo sujeto que llegó contigo, el que peleó con el muchacho, me da mala espina, al igual que Jim, y qué decir del loco que mató a tu amiga, puede regresar en cualquier momento. Piénsalo…
Roberto se fue de ahí y dejó pensando a Zed, la idea de regresar con Alicia, dejar ahí al falso cura y a los demás parecía buena… sin embargo, lo único que lo mantenía lejos de sus amigos, era Agatha… Zed tenía mucho e qué pensar esa noche.
Poco a poco, los sobrevivientes se quedaron dormidos, sólo permanecía despierto Zed y Roberto, este último sólo fingía dormir.
Los ocho sobrevivientes que estaban dentro acababan de presenciar una horrible muerte a manos de un demente, cada uno reaccionó de diferente forma. Aaron estaba sentado en una esquina sin pronunciar palabra, su cuerpo ya había despedido mucha adrenalina y sólo quería descansar. Por su parte, Jorge permanecía impávido, reviviendo en su mente las muertes que había visto desde la primera infección; un sentimiento muy profundo sacudió su mente… Mariana, que había muerto a manos de otro psicópata. A partir de ahí Jorge no era el mismo, había estado con muchas mujeres, pero ninguna como ella.
Jim, sin embargo, tenía una sensación extraña. Sabía que todo aquello había sido horrible, pero por alguna razón no estaba alterado; toda esa gente extraña había muerto frente a él, pero Jim seguía vivo, y eso es lo que cuenta; además estaba en su casa, por lo que la nostalgia no lo invadió del todo. Roberto tampoco estaba muy afectado, toda esa gente era extraña, y lo que le tenía feliz era que su fiebre había bajado y eso le hacía sentirse mejor… además, al ser carnicero veía sangre todos los días, no de humano, pero sangre al fin y al cabo, y aquel suelo rojizo no le afectaba en lo más mínimo.
De todos, el más tranquilo era el asesino, que se dedicaba a tallar con un trapo húmedo el piso; la sangre era parte de su labor diaria, y sabía que él sobreviviría a este apocalipsis de una u otra manera. Degtyarev sentía pena por la pobre chica, no la conocía, pero le parecía atractiva y lamentó su muerte; de todos los ahí presentes, sólo sentía aprecio por Ariel, pero ya no estaba, se había vuelto loco, mató a la chica y huyó; por otro lado, estaba feliz de tener con él a Zed Craig, irónicamente días atrás había ido a una mansión esperando recibir un autógrafo de dicha celebridad, y ahora lo tenía hombro con hombro.
Alex estaba realmente fundido por dentro, muchas emociones lo habían sacudido, pero la muerte de Effy realmente le había afectado; conoció por poco tiempo a esa chica, desde que la vio en su casa el día de la boda, le pareció demasiado linda y que aquel médico sarcástico no la merecía… Alex era el único que lloraba la partida de la chica.
Zed tenía un sentimiento extraño, él estaba acostumbrado a todas las muertes que lo perseguían, desde el primer grupo metalero que murió en pleno concierto, hasta la partida de su amigo Will… Pero la muerte de esta chica le removió más sentimientos, justo minutos antes, la chica le había besado la mejilla y lo miraba de forma profunda. Zed no sabía si la chica estaba enamorada de él o sólo era una más de sus admiradoras, pero el hecho de que haya abandonado a Arturo por ir con él le había perturbado.
-¿Estás bien, amigo? –preguntó Zed a Jorge, que tenía los ojos llorosos, aún pensaba en Mariana.
-Es una pregunta capciosa.
-De acuerdo…
Zed comprendió que Jorge necesitaba un tiempo a solas y se fue al otro lado de la estancia, se sentó en un sofá. Notaba desde hacía un rato que aquel corpulento joven le seguía con la vista.
-Zed… Zed Craig –dijo Degtyarev-. Por fin te encuentro, quería un autógrafo tuyo.
-Pues justo ahora no tengo ganas de fanáticos frustrados.
-¿Es cierto que tú ya habías vivido esto?
-Sí.
Degtyarev se sentó junto a él y volteó en dos direcciones, esperando que no estuviera nadie cerca.
-¿Sabes? Mi padre también estuvo en la primera infección.
-No me digas, todo mundo me dice eso para obtener mi autógrafo… ¡lárgate de aquí!
-Es en serio, desde que escuché aquella entrevista que diste a los medios, sabía que tú venías de ahí.
-No quiero saber tu historia familiar, te dije que te largaras.
-De acuerdo –dijo Degtyarev algo decepcionado, se levantó de aquel lugar y se dirigió al otro lado de la habitación-. Su nombre era Bergen.
-¡Un momento! –Zed miró fijamente a Degtyarev, ahora comprendía por qué aquel chico le parecía tan familiar-. Tu padre fue un buen hombre, combatió hasta el final.
-Lo sé –sonrió Degtyarev y siguió su camino.
Roberto Juárez aprovechó que el enorme cantante se quedó solo para acercarse y conversar un poco.
-Así que tú eres ese rockero del que hablan en todos lados.
-Sí.
-¿Sabes? Mi hija era gran fanática tuya.
-¿Dónde está ella ahora?
-Murió hace medio año… salió de madrugada con unos amigos, el que conducía estaba algo alcoholizado, y el auto en que viajaban se volcó.
-Una pena en verdad.
-Vaya que sí, lo peor es que el bastardo que conducía fue el único que sobrevivió.
-Te aseguro que ya está pagando lo que hizo.
-Te equivocas… ya lo pagó, yo lo maté.
Zed se quedó perplejo, se sentía extraño rodeado de tanto psicópata.
-No te asustes, es la primera y última vez que mato a alguien, lo hice por mi hija.
-¿Y cómo fue?
-Hace un par de días que comenzó la infección, fui al hospital donde él estaba, quedó inválido, ¿sabes? Aún recibía tratamiento.
-Y aprovechaste el pánico para matarlo.
-Así es, seguramente por ir al hospital es que me entró aquella fiebre del demonio. Algún bicho rondaba los pasillos y fue a parar directo a mi nariz.
-No sé qué decir… felicidades por ti, supongo.
-Gracias, en realidad no vine a hablarte de mi hija.
-Supongo que me pedirás un autógrafo entonces.
-Nada de eso, he notado que eres el más centrado de aquí, si no es mucha molestia, quiero ofrecerte mi compañía y apoyo. Si cualquiera de estos locos vuelve a perder el control, los cuerdos debemos estar unidos.
Zed miró a Roberto irónicamente, estaba a punto de echarse a reír.
-Créeme que soy el peor al que puedes acudir con ese plan…
-¿Por qué lo dices? Eres famoso, los famosos no pierden los estribos, salvo contadas excepciones.
-Por mi culpa estamos aquí, si no hubiera perdido el control, estaríamos con nuestro grupo original, y Effy no habría muerto.
-¿Grupo original dices?
-Sí, mis amigos, y donde hace unos días conocí a Alex y al sujeto de nombre desconocido.
-¿Y cómo son ellos? ¿También están locos?
-Nada de eso, hay un policía, un militar, una mujer con un temple gigante, un médico y un montón más de gente.
Roberto miró al horizonte divagando, volvió en sí emocionado y sonriendo.
-¿Podemos ir con ellos? La verdad es que estoy harto de estos sujetos, se la pasan peleando, viendo quién se hace con el mando de la situación… Incluso el dueño de esta casa, Jim, es egocéntrico y no sé en qué momento termine por echarnos a la calle.
-Me encantaría regresar con Alicia, Facundo y los demás… Pero vengo con mis amigos, y este no es buen momento para salir a buscarlos.
-Te propongo algo, mañana a primera hora le avisas a tus amigos y nos vamos de aquí…
-¿Estás loco? No arriesgaré a los míos porque la nenita no tiene amigos con quién tomar el té.
-Piénsalo… yo me iré de aquí de todas formas al amanecer, mientras todos duermen. El nuevo sujeto que llegó contigo, el que peleó con el muchacho, me da mala espina, al igual que Jim, y qué decir del loco que mató a tu amiga, puede regresar en cualquier momento. Piénsalo…
Roberto se fue de ahí y dejó pensando a Zed, la idea de regresar con Alicia, dejar ahí al falso cura y a los demás parecía buena… sin embargo, lo único que lo mantenía lejos de sus amigos, era Agatha… Zed tenía mucho e qué pensar esa noche.
Poco a poco, los sobrevivientes se quedaron dormidos, sólo permanecía despierto Zed y Roberto, este último sólo fingía dormir.
Re: Cuando los zombies nos alcancen
La tragedia ya sucedió. Ahora Joker se dirigía a su hogar, en busca de su compañero. Seguramente sobrevivió, él es muy listo. La última vez estaba en el calabozo de máxima seguridad por matar a tres de sus amigos, pero la relación con Joker era distinta, era especial, y por eso el periodista eligió estar con él; juntos serían imparables.
Habían pasado diez minutos desde que huyó del refugio, desde que mató a la chica. No lo siguieron, así que podía estar seguro, pero sabía que tarde o temprano esa gente se querrá vengar, y él tendrá que estar preparado. La moto tiene poco combustible, así que tendría que apañárselas caminando, no estaba muy lejos de su destino. Eso sí, el ruidoso vehículo atraía a decenas de zombies, y no era extraño encontrarse hasta con supervivientes, pero él los ignoraba. Nunca le facilitó la convivencia grupal, traían muchos problemas y eso fastidiaba a Joker, y cuando se sentía fastidiado, le daba ataques de locura. Después de todo, era un demente, un ser altamente peligroso para la sociedad, aunque ahí empezaba el problema: la sociedad en la ciudad estaba extinta.
Llegó finalmente sin problemas. Ante él se imponía firmemente el Hospital Psiquiátrico Metterson, el establecimiento donde vivió gran parte de su vida. No había señal de peligro, el edificio gozaba de absoluto silencio pero no había que engañarse; las puertas estaban abiertas.
Joker caminó a la entrada empuñando su pistola. El lugar estaba exactamente igual como lo dejó; la recepción, los pasillos, el centro de asistencia, las habitaciones. Todo le traía vagos recuerdos de su infancia y juventud, pero tenía que centrarse en su objetivo.
Caminaba silenciosamente por los pasillos; las puertas de las habitaciones estaban abiertas, signo de que todos los pacientes estaban libres. El apagón dejó a las puertas sin electricidad, y aunque había una reserva eléctrica para casos de emergencia, se agotó después de 24 horas.
Finalmente llegó al pabellón de máxima seguridad. Esta constaba de 10 celdas selladas, y el único hueco era para pasar la comida. Se paró ante la celda número 7. La puerta estaba abierta, y tenía una nota pegada.
Sabía que vendrías a por mí. Si quieres encontrarme estoy en la biblioteca.
Joker sonrió. Su compañero le encantaba leer, y su sueño era ir a la biblioteca de la ciudad y leerse todos los libros, pero lo que no sabía era que nunca lo dejarían salir del hospital.
En ese momento Joker sintió una grave presión en todo su cuerpo. Los latidos del corazón iban más rápido de lo normal, y las pupilas de sus ojos se agrandaron. El dolor arremetía en todo su cuerpo; se arrodilló y empezó a aullar del dolor. El miedo tomaba forma, y ese miedo lo hacía sufrir. Eso significaba una sola cosa: volvería a correr sangre.
Habían pasado diez minutos desde que huyó del refugio, desde que mató a la chica. No lo siguieron, así que podía estar seguro, pero sabía que tarde o temprano esa gente se querrá vengar, y él tendrá que estar preparado. La moto tiene poco combustible, así que tendría que apañárselas caminando, no estaba muy lejos de su destino. Eso sí, el ruidoso vehículo atraía a decenas de zombies, y no era extraño encontrarse hasta con supervivientes, pero él los ignoraba. Nunca le facilitó la convivencia grupal, traían muchos problemas y eso fastidiaba a Joker, y cuando se sentía fastidiado, le daba ataques de locura. Después de todo, era un demente, un ser altamente peligroso para la sociedad, aunque ahí empezaba el problema: la sociedad en la ciudad estaba extinta.
Llegó finalmente sin problemas. Ante él se imponía firmemente el Hospital Psiquiátrico Metterson, el establecimiento donde vivió gran parte de su vida. No había señal de peligro, el edificio gozaba de absoluto silencio pero no había que engañarse; las puertas estaban abiertas.
Joker caminó a la entrada empuñando su pistola. El lugar estaba exactamente igual como lo dejó; la recepción, los pasillos, el centro de asistencia, las habitaciones. Todo le traía vagos recuerdos de su infancia y juventud, pero tenía que centrarse en su objetivo.
Caminaba silenciosamente por los pasillos; las puertas de las habitaciones estaban abiertas, signo de que todos los pacientes estaban libres. El apagón dejó a las puertas sin electricidad, y aunque había una reserva eléctrica para casos de emergencia, se agotó después de 24 horas.
Finalmente llegó al pabellón de máxima seguridad. Esta constaba de 10 celdas selladas, y el único hueco era para pasar la comida. Se paró ante la celda número 7. La puerta estaba abierta, y tenía una nota pegada.
Sabía que vendrías a por mí. Si quieres encontrarme estoy en la biblioteca.
Joker sonrió. Su compañero le encantaba leer, y su sueño era ir a la biblioteca de la ciudad y leerse todos los libros, pero lo que no sabía era que nunca lo dejarían salir del hospital.
En ese momento Joker sintió una grave presión en todo su cuerpo. Los latidos del corazón iban más rápido de lo normal, y las pupilas de sus ojos se agrandaron. El dolor arremetía en todo su cuerpo; se arrodilló y empezó a aullar del dolor. El miedo tomaba forma, y ese miedo lo hacía sufrir. Eso significaba una sola cosa: volvería a correr sangre.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
El asesino limpiaba el suelo con la fregona, y escurria la sangre en el cubo. Al final, termino de recoger tod la sangre, pero el suelo habia cogido algo de rojo.
Aaron estaba sentado en el suelo y Jorge tenia la mirada perdida, Zed y Roberto mantenian una conversacion en voz baja.
Alex, observaba el lugar donde el suelo se habia enrojecido, tenia los ojos enrojecidos, Jim estaba tumbado en el sofa, mirando al techo. El asesino fue al baño vacio el cubo en el vater, lleno el cubo de agua para ver si podia quitar esa ultima mancha que se resistia.
El asesino se disponia a limpiar cuando Degtyarev se le acerco.
-Bien,de ahora en adelante te llamaré Mudito.-Dijo Degtyarev mientras daba media vuelta.
El asesino sonrio, cogio el cubo, y le lanzo el agua a Degtyarev, todos en la habitacion lo miraron sorprendidos, de repente, el asesino solto un carcajada, todos se quedaron sorprendidos.
-Bien, de ahora en adelante te llamare ''mujado''.- Dijo el asesino en tono sarcastico.
Degyarev comenzo a reirse tambien. -Esta te la guardo, ¿eh?- Dijo mientras se reia.
-Si, si, lo que tu digas.- Le respondio el asesino. -Ahora corre a secarte.-
Degtyarev entro en el baño y cerro la puerta, recordo cuando Degtyarev le dió un puñetazo que csi lo tumba, en aquel momento habia recordado una escen, que se le quedo grabada en la retina.
El chico se encontraba en un callejon, tenia 14 años y media 1.60. Tres chicos mas mayores que el, unos dos años, lo habian asaltado alli.
-Dicen que su madre es puta.- Solto uno de los chicos en tono burlon. -¿Es eso cierto?, ¿eh?, hijo de puta-
El otro muchacho solto una carcajada. -Seguro que disfruta mucho todas las noches- Dijo el tercero.
El chico los miraba con rabia.
-¿Que coño miras?.- Dijo de nuevo el primero. -Te vas a enterar.-
El chico no tuvo tiempo de esquivar el puñetazo, y cayo al suelo en redondo, comenzaron a darle patadas, cuando terminaron, empezaron a insultarlo de nuevo.
El chico no podia seguir conteniendo la rabia, sacó fuerzas de donde no las habia, y le propino un puñetazo en los testiculos al primer chico, se levanto rapidamente, y le dio una patada en la rodilla, aquel mchacho cayo al suelo gimiendo de dolor.
-¡Seras cabron!- Grito uno, que se abalanzo hacia el chico, pero este fue mas rapido, lo agarro del brazo y le dio un rodillazo en la boca del estomago, el segundo tambie cayo al suelo. El chico se giro hacia el tercero y saltó hacia el, ambos cayeron al suelo, el chico de 14 encima del otro, comenzo a darle puñetazos en la cara, y al final, con ambas manos, le dio un fuerte golpe en el pecho, oyó como se le rompia una costilla.
El chico se levanto, se giro, y vio que el segundo estaba levantandose, el chico corrio hacia el, salto hacia la pared, rebotó y le dio una patada al otro en la boca, varios dientes volaron.
Varias horas mas tarde, el chico estaba en la comisaria, sentado en una sala vacia.
Un hombre trajeado entro en la habitación, y se sento frente a el.
-¿Sabes que uno de los chicos esta el el quirofano, y a otro le han tenido que poner una dentadura?- Dijo el hombre.
-Yo solo me defendi- Dijo el chico.
-No se trata de eso, las familias te han denunciado, y han pedido que se te ingrese en un correccional, y me temo que van a conseguir lo que quieren, ¿como te llamas?-
-Lo sabes muy bien, lo pone en los papeles-
-Exacto, tambien pone que nunca has tenido problemas con la autoridad, y en tu expediente escolar pone que eres el mejor alumno de la clase, nadie tiene queja de ti, y de repente, mira lo que pasa.-
El chico lo miro un largo rato y finalmente dijo:
-Michael Sykes-
Aaron estaba sentado en el suelo y Jorge tenia la mirada perdida, Zed y Roberto mantenian una conversacion en voz baja.
Alex, observaba el lugar donde el suelo se habia enrojecido, tenia los ojos enrojecidos, Jim estaba tumbado en el sofa, mirando al techo. El asesino fue al baño vacio el cubo en el vater, lleno el cubo de agua para ver si podia quitar esa ultima mancha que se resistia.
El asesino se disponia a limpiar cuando Degtyarev se le acerco.
-Bien,de ahora en adelante te llamaré Mudito.-Dijo Degtyarev mientras daba media vuelta.
El asesino sonrio, cogio el cubo, y le lanzo el agua a Degtyarev, todos en la habitacion lo miraron sorprendidos, de repente, el asesino solto un carcajada, todos se quedaron sorprendidos.
-Bien, de ahora en adelante te llamare ''mujado''.- Dijo el asesino en tono sarcastico.
Degyarev comenzo a reirse tambien. -Esta te la guardo, ¿eh?- Dijo mientras se reia.
-Si, si, lo que tu digas.- Le respondio el asesino. -Ahora corre a secarte.-
Degtyarev entro en el baño y cerro la puerta, recordo cuando Degtyarev le dió un puñetazo que csi lo tumba, en aquel momento habia recordado una escen, que se le quedo grabada en la retina.
El chico se encontraba en un callejon, tenia 14 años y media 1.60. Tres chicos mas mayores que el, unos dos años, lo habian asaltado alli.
-Dicen que su madre es puta.- Solto uno de los chicos en tono burlon. -¿Es eso cierto?, ¿eh?, hijo de puta-
El otro muchacho solto una carcajada. -Seguro que disfruta mucho todas las noches- Dijo el tercero.
El chico los miraba con rabia.
-¿Que coño miras?.- Dijo de nuevo el primero. -Te vas a enterar.-
El chico no tuvo tiempo de esquivar el puñetazo, y cayo al suelo en redondo, comenzaron a darle patadas, cuando terminaron, empezaron a insultarlo de nuevo.
El chico no podia seguir conteniendo la rabia, sacó fuerzas de donde no las habia, y le propino un puñetazo en los testiculos al primer chico, se levanto rapidamente, y le dio una patada en la rodilla, aquel mchacho cayo al suelo gimiendo de dolor.
-¡Seras cabron!- Grito uno, que se abalanzo hacia el chico, pero este fue mas rapido, lo agarro del brazo y le dio un rodillazo en la boca del estomago, el segundo tambie cayo al suelo. El chico se giro hacia el tercero y saltó hacia el, ambos cayeron al suelo, el chico de 14 encima del otro, comenzo a darle puñetazos en la cara, y al final, con ambas manos, le dio un fuerte golpe en el pecho, oyó como se le rompia una costilla.
El chico se levanto, se giro, y vio que el segundo estaba levantandose, el chico corrio hacia el, salto hacia la pared, rebotó y le dio una patada al otro en la boca, varios dientes volaron.
Varias horas mas tarde, el chico estaba en la comisaria, sentado en una sala vacia.
Un hombre trajeado entro en la habitación, y se sento frente a el.
-¿Sabes que uno de los chicos esta el el quirofano, y a otro le han tenido que poner una dentadura?- Dijo el hombre.
-Yo solo me defendi- Dijo el chico.
-No se trata de eso, las familias te han denunciado, y han pedido que se te ingrese en un correccional, y me temo que van a conseguir lo que quieren, ¿como te llamas?-
-Lo sabes muy bien, lo pone en los papeles-
-Exacto, tambien pone que nunca has tenido problemas con la autoridad, y en tu expediente escolar pone que eres el mejor alumno de la clase, nadie tiene queja de ti, y de repente, mira lo que pasa.-
El chico lo miro un largo rato y finalmente dijo:
-Michael Sykes-
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
De guardia toda la noche, otra vez, con otro tío que no conocía de nada. Kenny estaba harto de todo el panorama, de todo el puto jaleo que se ha armado y se esta armando, que parece que no tiene solución alguno. Después de escuchar las palabras de aquél soldado llamado Rodrigo, de que afuera estaba muy jodido la cosa, y mas en esta zona, Kenny sintió una euforia y unas ganas de matar aún mas a los pútridos que se descomponían por momentos, cada día.
Estaban en la azotea, Kenny y Rodrigo, sentados en unas sillas desplegables de madera, haciendo guardia como debía ser, para alertar o alejar a los zombies que quisieran pasar dentro del local, aunque eso era algo imposible para ellos, de momento..
Todos dormían plácidamente, mientras Carlos y Sergio disparaban en la otra punta de la azotea, a los zombies que andaban cercanos. Se divertían jugando a quién acertaba mas veces en la cabeza de un tiro.. o a los ojos de Kenny, era mas bien quién gastaba mas balas de los dos.
Éste solamente giró de un lado a otro levemente la cabeza, como negando algo, mientras escuchaba uno detrás de otro los disparos de aquellos dos. Rodrigo había subido con Kenny con 5 o 6 botellas de cerveza bien frescas. Parecía que la noche iba a transcurrir lento, así que Rodrigo se dispuso a entablar una conversación algo mas entretenido para llevar la guardia algo menos pesado.
* -Quieres una? Están frescas y bien frías.
* -Sí, por favor..
* -Tranquílo muchacho, tendré cara de hijo puta pero no lo soy. Encantado, soy Rodrigo, que creo que desde que te juntaste con el grupo de Alicia y yo me fuí, no nos conocimos.
* -Cierto, encantado igualmente. Soy Kenny, pero llamame Ken o como te salga..
* -Bien bien.. Bueno, Ken, cómo os ha ido estos días sin mi ayuda?.
* -Pués Alicia lo ha controlado bastante bien. Ha habido momentos en que.. yo que sé. Estoy harto de estos pútridos caminando todo el rato con esas caras de agilipoyaos profundos..
* -Cálmate tío, un día de estos terminará todo. Ya lo verás.
* -A saber cuando termina, que me estoy hartando y estoy por darme un tiro en la cabeza. -Soltó Kenny mientras daba un sorbo a la cerveza.
* -No digas eso hombre, todo irá bien, ya verás.
* -Si.. lo veremos todos..
Rodrigo miró de un lado para otro, y vió que en la otra punta, los demás dormían sin que les despertase si quiera los disparos de aquellos dos. Rodrigo también se estaba hartando de la diversión que tenían, y éste se levantó dirijidos hacia ellos.
* -Podeís dejar eso.. que estamos teniendo una buena noche y lo rompeís de esta manera, aparte de gastar balas y balas y balas.. Habeís visto cuantos casquillos hay en el suelo? Madurad un poco hombre.
Se alejó de ellos dando un trago a la botella de cerveza, antes de sentarse en la silla nuevamente. Kenny se rió al ver aquello, y los dos se pararon, dejaron el rifle en el suelo y se apoyaron en el pequeño muro que tenía la azotea. Se les veía hablar, sacando temas ajenos a todo, o directamente, despotricando contra el militar al quitarles el pasa tiempo.
* -Has visto las pibas estas del local? Joder, que cachondo me he puesto al verlas todas. -Soltó Rodrigo.
* -Ya.. Supongo que estan buenas, yo que sé..
* -Qué te pasa? Eres marica o qué?
Al escuchas estas palabras, Kenny no tuvo mas remedio que levantar su brazo derecho, dirijiendo su mano hacia las fundas de sus Glock, sacar la de la derecha y apuntar en la cabeza a Rodrigo.
* -No sé no sé.. Pero esos insultos, nunca me han gustado, Ro dri go. Vuelve a llamarme marica y haré que seas pasto fácil para los pútridos.
El militar se quedó absorto, sin ni si quiera levantar la botella para poder beber y dar un sorbo a la cerveza. Alejó un poco la cabeza de la punta de la Glock moviendose de la silla un poco.
* -Tranquílo, no era mi intención ofenderte, muchacho. Ahora baja esa arma o la armarás buena, si nos ven. -Susurró volviendo a su posición normal en la silla.
El militar sabía que estaba indefenso ante Kenny, ya que todos sus armas se quedaron en el conwoy que ellos utilizaron, que en el mismo instante estaban entre toda aquella manada de zombies debajo.
* -Tranquílo, tampoco era mi intención acojonarte tanto. -Contestó Kenny casi riendo, al escuchar el militar.
Desvió la dirección de la Glock de la cabeza de Rodrigo, sintiendo a la vez que una mano de mujer se posaba en los hombros de Kenny, pasando después a acariciar su pecho. Kenny no dió importancia a ello, y guardó su Glock en su funda.
* -Quién es..? -Preguntó Kenny.
* -Vaya.. creo que tenemos compa.. -Se paró en seco Rodrigo al ver que también hay una mano de chica acariciandole.
* -Chicos.. estaís algo estresados por todo.. relax please.. -Caminó aquella chica para sentarse segudiamente encima de Kenny. Era Megan, que se despertó ante la conversación que tuvieron Kenn y Rodrigo.
La otra chica era Barbie, que cojió de la mano a Rodrigo para llevarselo a algún rincón oscuro del local. Y éste, tope cachondo, la siguió.
* -Ví que estabas algo tenso en la conversación, y vengo a tranquilizarte.. -Acercó los labios de Megan hacia el oido de Kenny, susurrandole segudiamente.
* -No estoy tenso.. solamente, que soy así. -Soltó Kenny mientras alejaba el rostro de Megan.
* -No deberías ser así tampoco con todos.. Vas a serlo conmigo? -Preguntó ella, mientras apretaba sus piernas en contra de las de Kenny, acercando su figura de stripper aún mas de cerca al cuerpo de Kenny.
En la mente de Kenny no había nada, pero poco a poco Megan conseguía apartarle de aquello. Aquello ojos azules, que se contrarestaba con el pelo negro de ésta, y con esa camisa junto con unos pantalones ajustados, que cada vez que ella se movía, se raspaba suavemente sobre Kenny.
* -Deberías estar descansando.. -Dijo Kenny, mientras apartaba su mirada de los ojos de ella.
* -No quiero.. quiero estar aquí, contigo.. -Apretujó sus voluptuosas tetas delante de él, que se dejaba ver el color del sujetador por aquella camisa blanca casi transparente. Y éste no tuvo mas remedio que mirarlas, aunque sea por un momento, apartando seguidamente la mirada.
Megan cojió el rostro de Kenny, acercandolo aún mas de cerca para fundir sus labios en un morreo que llevó a Kenny hasta el septimo cielo. Ésta mientras, desabrochaba poco a poco la camisa blanca que llevaba, dejandose ver aquellos pechos con el sujetador negro y aquél cuerpo de tía buena. Para segudiamente, ésta sujetó la mano derecha de Kenny, dirijiendola en sus pechos, invitandole a que las apretujara, y se la quitara bajandolo simplemente.
Kenny siguió morreandola dandola besos en el cuello, mojandola poco a poco con la lengua, mientras ésta se estremecía de gusto y jadeaba cada vez mas rápido. El cuerpo de Megan desprendía calor intenso, causada por el momento que estaban teniendo los dos.
Éste apretujó los pechos de Megan, acariciandola segudiamente mientras Megan se movía lentamente sobre él.
* -Me encanta.. -Susurró la stripper.
Kenny bajó del todo el sujetador de Megan, dirijiendo sus besos hacia aquellos pechos voluptuosos. Mientras ella dirijió sus manos dejando de acariciar la cabeza, el pelo, de Kenny, para posarlo en su nuca, invitandole aún mas a que siga.
Megan se rió a la vez que jadeaba, al igual que Kenny que soltó una risotada pequeña por todo lo que estaba pasando. Ella relajó sus brazos levantando el rostro de Kenny, que estaban hundidos en los pechos de ésta, para después darle otro profundo morreo.
* -Dime que no morirás.. -Susurró ella, con la voz casi adormilada.
* -Me quedaré contigo..
Ella soltó otra risotada en el momento, mientras le propinaba otro morreo aún mas intenso a Kenny, acercando sus pechos sobre el cuerpo de él, sujetandole del cuello, acariciandole el pelo, mientras éste la cojía de la cadera, acariciando sus pechos, su espalda.. Ante la atenta mirada en la otra punta de la azotea, de Carlos y Sergio, que parecía que comentaban sobre lo que estaban viendo, o casi, estaban viendo.
Estaban en la azotea, Kenny y Rodrigo, sentados en unas sillas desplegables de madera, haciendo guardia como debía ser, para alertar o alejar a los zombies que quisieran pasar dentro del local, aunque eso era algo imposible para ellos, de momento..
Todos dormían plácidamente, mientras Carlos y Sergio disparaban en la otra punta de la azotea, a los zombies que andaban cercanos. Se divertían jugando a quién acertaba mas veces en la cabeza de un tiro.. o a los ojos de Kenny, era mas bien quién gastaba mas balas de los dos.
Éste solamente giró de un lado a otro levemente la cabeza, como negando algo, mientras escuchaba uno detrás de otro los disparos de aquellos dos. Rodrigo había subido con Kenny con 5 o 6 botellas de cerveza bien frescas. Parecía que la noche iba a transcurrir lento, así que Rodrigo se dispuso a entablar una conversación algo mas entretenido para llevar la guardia algo menos pesado.
* -Quieres una? Están frescas y bien frías.
* -Sí, por favor..
* -Tranquílo muchacho, tendré cara de hijo puta pero no lo soy. Encantado, soy Rodrigo, que creo que desde que te juntaste con el grupo de Alicia y yo me fuí, no nos conocimos.
* -Cierto, encantado igualmente. Soy Kenny, pero llamame Ken o como te salga..
* -Bien bien.. Bueno, Ken, cómo os ha ido estos días sin mi ayuda?.
* -Pués Alicia lo ha controlado bastante bien. Ha habido momentos en que.. yo que sé. Estoy harto de estos pútridos caminando todo el rato con esas caras de agilipoyaos profundos..
* -Cálmate tío, un día de estos terminará todo. Ya lo verás.
* -A saber cuando termina, que me estoy hartando y estoy por darme un tiro en la cabeza. -Soltó Kenny mientras daba un sorbo a la cerveza.
* -No digas eso hombre, todo irá bien, ya verás.
* -Si.. lo veremos todos..
Rodrigo miró de un lado para otro, y vió que en la otra punta, los demás dormían sin que les despertase si quiera los disparos de aquellos dos. Rodrigo también se estaba hartando de la diversión que tenían, y éste se levantó dirijidos hacia ellos.
* -Podeís dejar eso.. que estamos teniendo una buena noche y lo rompeís de esta manera, aparte de gastar balas y balas y balas.. Habeís visto cuantos casquillos hay en el suelo? Madurad un poco hombre.
Se alejó de ellos dando un trago a la botella de cerveza, antes de sentarse en la silla nuevamente. Kenny se rió al ver aquello, y los dos se pararon, dejaron el rifle en el suelo y se apoyaron en el pequeño muro que tenía la azotea. Se les veía hablar, sacando temas ajenos a todo, o directamente, despotricando contra el militar al quitarles el pasa tiempo.
* -Has visto las pibas estas del local? Joder, que cachondo me he puesto al verlas todas. -Soltó Rodrigo.
* -Ya.. Supongo que estan buenas, yo que sé..
* -Qué te pasa? Eres marica o qué?
Al escuchas estas palabras, Kenny no tuvo mas remedio que levantar su brazo derecho, dirijiendo su mano hacia las fundas de sus Glock, sacar la de la derecha y apuntar en la cabeza a Rodrigo.
* -No sé no sé.. Pero esos insultos, nunca me han gustado, Ro dri go. Vuelve a llamarme marica y haré que seas pasto fácil para los pútridos.
El militar se quedó absorto, sin ni si quiera levantar la botella para poder beber y dar un sorbo a la cerveza. Alejó un poco la cabeza de la punta de la Glock moviendose de la silla un poco.
* -Tranquílo, no era mi intención ofenderte, muchacho. Ahora baja esa arma o la armarás buena, si nos ven. -Susurró volviendo a su posición normal en la silla.
El militar sabía que estaba indefenso ante Kenny, ya que todos sus armas se quedaron en el conwoy que ellos utilizaron, que en el mismo instante estaban entre toda aquella manada de zombies debajo.
* -Tranquílo, tampoco era mi intención acojonarte tanto. -Contestó Kenny casi riendo, al escuchar el militar.
Desvió la dirección de la Glock de la cabeza de Rodrigo, sintiendo a la vez que una mano de mujer se posaba en los hombros de Kenny, pasando después a acariciar su pecho. Kenny no dió importancia a ello, y guardó su Glock en su funda.
* -Quién es..? -Preguntó Kenny.
* -Vaya.. creo que tenemos compa.. -Se paró en seco Rodrigo al ver que también hay una mano de chica acariciandole.
* -Chicos.. estaís algo estresados por todo.. relax please.. -Caminó aquella chica para sentarse segudiamente encima de Kenny. Era Megan, que se despertó ante la conversación que tuvieron Kenn y Rodrigo.
La otra chica era Barbie, que cojió de la mano a Rodrigo para llevarselo a algún rincón oscuro del local. Y éste, tope cachondo, la siguió.
* -Ví que estabas algo tenso en la conversación, y vengo a tranquilizarte.. -Acercó los labios de Megan hacia el oido de Kenny, susurrandole segudiamente.
* -No estoy tenso.. solamente, que soy así. -Soltó Kenny mientras alejaba el rostro de Megan.
* -No deberías ser así tampoco con todos.. Vas a serlo conmigo? -Preguntó ella, mientras apretaba sus piernas en contra de las de Kenny, acercando su figura de stripper aún mas de cerca al cuerpo de Kenny.
En la mente de Kenny no había nada, pero poco a poco Megan conseguía apartarle de aquello. Aquello ojos azules, que se contrarestaba con el pelo negro de ésta, y con esa camisa junto con unos pantalones ajustados, que cada vez que ella se movía, se raspaba suavemente sobre Kenny.
* -Deberías estar descansando.. -Dijo Kenny, mientras apartaba su mirada de los ojos de ella.
* -No quiero.. quiero estar aquí, contigo.. -Apretujó sus voluptuosas tetas delante de él, que se dejaba ver el color del sujetador por aquella camisa blanca casi transparente. Y éste no tuvo mas remedio que mirarlas, aunque sea por un momento, apartando seguidamente la mirada.
Megan cojió el rostro de Kenny, acercandolo aún mas de cerca para fundir sus labios en un morreo que llevó a Kenny hasta el septimo cielo. Ésta mientras, desabrochaba poco a poco la camisa blanca que llevaba, dejandose ver aquellos pechos con el sujetador negro y aquél cuerpo de tía buena. Para segudiamente, ésta sujetó la mano derecha de Kenny, dirijiendola en sus pechos, invitandole a que las apretujara, y se la quitara bajandolo simplemente.
Kenny siguió morreandola dandola besos en el cuello, mojandola poco a poco con la lengua, mientras ésta se estremecía de gusto y jadeaba cada vez mas rápido. El cuerpo de Megan desprendía calor intenso, causada por el momento que estaban teniendo los dos.
Éste apretujó los pechos de Megan, acariciandola segudiamente mientras Megan se movía lentamente sobre él.
* -Me encanta.. -Susurró la stripper.
Kenny bajó del todo el sujetador de Megan, dirijiendo sus besos hacia aquellos pechos voluptuosos. Mientras ella dirijió sus manos dejando de acariciar la cabeza, el pelo, de Kenny, para posarlo en su nuca, invitandole aún mas a que siga.
Megan se rió a la vez que jadeaba, al igual que Kenny que soltó una risotada pequeña por todo lo que estaba pasando. Ella relajó sus brazos levantando el rostro de Kenny, que estaban hundidos en los pechos de ésta, para después darle otro profundo morreo.
* -Dime que no morirás.. -Susurró ella, con la voz casi adormilada.
* -Me quedaré contigo..
Ella soltó otra risotada en el momento, mientras le propinaba otro morreo aún mas intenso a Kenny, acercando sus pechos sobre el cuerpo de él, sujetandole del cuello, acariciandole el pelo, mientras éste la cojía de la cadera, acariciando sus pechos, su espalda.. Ante la atenta mirada en la otra punta de la azotea, de Carlos y Sergio, que parecía que comentaban sobre lo que estaban viendo, o casi, estaban viendo.
Neno- Cazador cojonudo
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev se había cansado de esperar a que su ropa se terminara de secara salió en boxers del baño.
-Hola Mudito.-Dijo mientras se cruzó a Mudito en la salida del baño.
-Que tal Mojadito?-Preguntó este mientras se arrodillaba a limpiar el charco de sangre que se resistía al agua y a los trapos.
-He estado mejor.-Dijo Degtyarev mientras sacaba una sonrisa y se dirigía hacia la habitación del dueño de casa.
Rapidamente llegó a la habitación del dueño de casa y abrió todos los muebles de la misma buscando la ropa que le gustara y quedara bien.Luego de unos minutos ya había terminado.
Había escogido un jean gris claro,una campera con capucha negra y unas botas negras con punta de acero.El jean le quedaba algo ajustado pero no le importaba mucho.Encima de un gran armario estaba la gran mochila que había usado para buscar provisiones en el centro comercial,no dudó en tomarla...
Al salir de la habitación no vio a Jim por ninguna parte,mucho mejor.Se dirigió hacia una pared cercana a la marca de sangre resistente y tomó su gran llave inglesa roja que yacía recostada en la pared.
-Si te vas no olvides tu Browning.-Dijo el asesino mientras salía de la cocina.
-Gracias.-Respondió Degtyarev mientras la tomaba.
-Iré a dar un paseo,crees que le moleste a Jim si tomo su linterna?-Preguntó haciendo señas hacia la mesa en la que estaba la linterna.
-No lo creo.-Respondió el asesino.
Degtyarev tomó la linterna y prosiguió.
-Despidete de los demás por mi,tengo ganas de divertirme.
-Claro.
Degyarev salió silenciosamente por la puerta principal mirando hacia todas partes había zombies dispersos y en pocos numeros,no serían una molestia si era lo suficientemente silencioso.
Empezó a andar sin rumbo fijo,se sentía muy seguro,solo debía evitar cruzar cerca de ellos y no hacer ni un ruido,además de esconderse cuando fuera adecuado.
Ya había caminado unas trece manzanas cuándo lo vió,un zombie militar aún portando en su mano una M16 en perfecto estado y una mochila que podría contener un buen tesoro.
-Esa mochila es mia.-Murmuró mientras se dirigía a paso hacia el zombie que le daba la espalda.
Degtyarev sujetó firmemente su llave inglesa y golpeó fuertemente su craneo en la sien izquierda haciendo caer el cadáver sobre la ventanilla de conductor de un auto.
El ruido de los cristales rompiéndose fueron suficiente para llamar la atención de los zombies que estaban alrededor.
-Hostia puta!-Gritó mientras se abalanzaba sobre el cadaver del zombie juntando la M16 y revisando la mochila del militar.
Cinco bengalas,dos cartuchos para la M16 y vendas con una botella de alcohol.Los zombies ya estaban a unos pocos metros de él.Con la llave inglesa le propinó a uno de ellos un fuerte golpe haciendole caer muerto encima de uno de sus compañeros.Tomó un poco de velocidad y saltó por encima de ellos.Había corrido dos manzanas cuando se dió cuenta que de encima de un local de stippers disparaban sobre unos zombies que yacían en la acera.
Al llegar cayó arrodillado en medio de la acera,los zombies estaban a pocos metros de él,había llamado bastante la atención de ellos.
-No me van a atrapar tan facilmente hijos de puta!-Gritó mientras tomaba su M16.
Su padre le había enseñado a utilizar una gran cantidad de armas de fuego,el había sido soldado.
-Jajajaja!Quieren mas!?-Gritaba mientras disparaba hacia la zona de la cabeza.
De la azotea se habían reunido unos chicos y unas chicas bellizimas,mientras el defendía su vida con garras y dientes.
-Hola Mudito.-Dijo mientras se cruzó a Mudito en la salida del baño.
-Que tal Mojadito?-Preguntó este mientras se arrodillaba a limpiar el charco de sangre que se resistía al agua y a los trapos.
-He estado mejor.-Dijo Degtyarev mientras sacaba una sonrisa y se dirigía hacia la habitación del dueño de casa.
Rapidamente llegó a la habitación del dueño de casa y abrió todos los muebles de la misma buscando la ropa que le gustara y quedara bien.Luego de unos minutos ya había terminado.
Había escogido un jean gris claro,una campera con capucha negra y unas botas negras con punta de acero.El jean le quedaba algo ajustado pero no le importaba mucho.Encima de un gran armario estaba la gran mochila que había usado para buscar provisiones en el centro comercial,no dudó en tomarla...
Al salir de la habitación no vio a Jim por ninguna parte,mucho mejor.Se dirigió hacia una pared cercana a la marca de sangre resistente y tomó su gran llave inglesa roja que yacía recostada en la pared.
-Si te vas no olvides tu Browning.-Dijo el asesino mientras salía de la cocina.
-Gracias.-Respondió Degtyarev mientras la tomaba.
-Iré a dar un paseo,crees que le moleste a Jim si tomo su linterna?-Preguntó haciendo señas hacia la mesa en la que estaba la linterna.
-No lo creo.-Respondió el asesino.
Degtyarev tomó la linterna y prosiguió.
-Despidete de los demás por mi,tengo ganas de divertirme.
-Claro.
Degyarev salió silenciosamente por la puerta principal mirando hacia todas partes había zombies dispersos y en pocos numeros,no serían una molestia si era lo suficientemente silencioso.
Empezó a andar sin rumbo fijo,se sentía muy seguro,solo debía evitar cruzar cerca de ellos y no hacer ni un ruido,además de esconderse cuando fuera adecuado.
Ya había caminado unas trece manzanas cuándo lo vió,un zombie militar aún portando en su mano una M16 en perfecto estado y una mochila que podría contener un buen tesoro.
-Esa mochila es mia.-Murmuró mientras se dirigía a paso hacia el zombie que le daba la espalda.
Degtyarev sujetó firmemente su llave inglesa y golpeó fuertemente su craneo en la sien izquierda haciendo caer el cadáver sobre la ventanilla de conductor de un auto.
El ruido de los cristales rompiéndose fueron suficiente para llamar la atención de los zombies que estaban alrededor.
-Hostia puta!-Gritó mientras se abalanzaba sobre el cadaver del zombie juntando la M16 y revisando la mochila del militar.
Cinco bengalas,dos cartuchos para la M16 y vendas con una botella de alcohol.Los zombies ya estaban a unos pocos metros de él.Con la llave inglesa le propinó a uno de ellos un fuerte golpe haciendole caer muerto encima de uno de sus compañeros.Tomó un poco de velocidad y saltó por encima de ellos.Había corrido dos manzanas cuando se dió cuenta que de encima de un local de stippers disparaban sobre unos zombies que yacían en la acera.
Al llegar cayó arrodillado en medio de la acera,los zombies estaban a pocos metros de él,había llamado bastante la atención de ellos.
-No me van a atrapar tan facilmente hijos de puta!-Gritó mientras tomaba su M16.
Su padre le había enseñado a utilizar una gran cantidad de armas de fuego,el había sido soldado.
-Jajajaja!Quieren mas!?-Gritaba mientras disparaba hacia la zona de la cabeza.
De la azotea se habían reunido unos chicos y unas chicas bellizimas,mientras el defendía su vida con garras y dientes.
DarkHades- Pirómano
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Localización : Refugiándome en la estación de bomberos.
Fecha de inscripción : 11/01/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
La noche pintaba calmada así que Rodrigo había terminado por decidir darle la noche libre a sus muchachos. Quienes se encontraban descansando en una habitación de las tantas que aquel cabaret ofrecía para los antiguos clientes y ahora resientes residentes de una fortaleza llena de vida, casi única por decir mejor.
La noche, era una como tantas de esas noches en las que ni una nube se presentaba en el cielo, las estrellas y la luna llena iluminaban la ciudad cual yacía en la plena y más terrorífica oscuridad. De los paramos más oscuros de la jungla de asfalto miles de gemidos y sonidos de pasos incansables e interminables retumban en los oídos de los pocos sobrevivientes que aun respiran en la ciudad.
Rodrigo ya pasado la medía noche se encontraba sentado en una silla, en la azotea del edifico, bebiendo un poco de cerveza junto a un novato que apenas conocía y de quién solo sabia el nombre, ni la procedencia ni la edad, igual esos temas eran poco importantes para Rodrigo. En un momento de la conversación, cuando el aire estaba tenso y si seguía así alguien terminaría muriendo, dos de las jóvenes aparecen en busca de algo, algo que Rodrigo tenía pero le faltaba ganas de dar, así que simplemente se decidió por seguir a aquella chica para alejarse un poco del lugar y poder cambiar de aires.
Cuando ya estaban alejados ambos, de Kenny y Megan, Rodrigo soltó la mano de la joven quien siquiera conocía el nombre y la miró de forma seria.
- Discúlpame pero no haré nada contigo, ni siquiera conozco tu nombre - Dijo Rodrigo, arreglándose el rifle de asalto que llevaba sujetado por una cinta en su espalda.
La chica detuvo la caminata serena que llevaba y volteó a mirar a Rodrigo, buscando tomar su mano de forma inocente.
- Soy Barbie, y conociendo la situación en la que estamos corriendo riesgo de morir a cada momento, creo que no nos vendría mal hacer esto, no crees? - finaliza preguntando ella, tomándole nuevamente la mano a Rodrigo.
Rodrigo simplemente negó con la cabeza, volviendo a soltarle la mano a Barbie, la cual resentida por el rechazo llevó su propia mano al lugar, dejándola inmóvil.
- No me interesa nada que puedas ofrecerme ni ahora ni nun...- Rodrigo fue interrumpido por un gemido seguido por un grito de dolor desgarrador, de esos que congelan la piel y causan temor en la gente que cotidianamente escuchan.
Rodrigo posicionó su rifle de asalto en forma de espera y comenzó a correr a la puerta que llevaría a las escaleras en donde podría decender. De una patada abrió la puerta y encendiendo una linterna que el rifle llevaba apuntó hacia todos lados para iluminar las escaleras y buscar así si algún infectado había. Afortunadamente nada se vio hasta que comenzaron los disparos de las plantas bajas, seguramente provenientes de las armas de los amigos de Rodrigo, quienes disparaban en contra de zombies que habían salido de una habitación en donde nadie se había fijado si había zombies o no, ahora parecía que si habían y lograron salir de alguna forma o otra, arremetiéndose contra cuanta gente viva se encontraran para comer.
En ayuda aparecieron los otros dos que estaban en la terraza trasera disparando sin compasión minutos antes, apuntando con sus armas. Rodrigo hizo unas cuantas señas militares indicando a que aquellos dos se adelantaran un poco y mantuvieran posición a mitad de camino en las escaleras, pero que aun no bajaran por completo.
Los otros dos acataron a las ordenes de Rodrigo bajando un poco, parando a mitad de las escaleras y apuntando a la puerta más cercana a la espera de ver que sucedería. En cambio Rodrigo volteó a ver si Kenny aparecía y al notar que no lo hacía simplemente dirigió la vista a la chica llamada Barbie con quién minutos antes había tenido una no interesante conversación y que ahora se encontraba escondida tras unos barriles de metal.
- Tu quédate acá y ve a alertarle a tu amiga y al otro idiota de lo que sucede, cierra esta puerta cuando yo entre y no la abras a menos que escuches una voz humana quien sea que te pide que la abras, ten cuidado.- Dijo Rodrigo rápidamente, volteando y comenzando a caminar nuevamente hacia donde estaban las escaleras y de donde aun no se escuchaban disparos.
- Ee-está bien - dijo la chica, demostrando su temor por la situación.
Ella caminó tras Rodrigo, y al haber este atravesado la única puerta por donde bajar o subir, la cerro a su espalda como había señalado él segundos antes. Para luego correr a alertarle a los otros dos que seguramente seguían en la silla sentados.
En cambio Rodrigo ya estaba posicionado detrás de los otros dos jóvenes armados, pensando en como actuar y escuchando gritos y disparos provenientes de todas partes de la casa.
- Avancemos de a poco por las plantas, evaluemos la situación y busquemos sobrevivientes, hay que brindar apoyo a esos disparos que se oyen - Ordenó Rodrigo, posicionado se primero y comenzando a caminar hacia la primera puerta que había.
Los otros dos apuntando sigilosamente con sus armas caminaron detrás de Rodrigo, hasta llegar a la puerta, uno se colocó de espaldas a un lado de la puerta y el otro apuntando hacia la puerta a espaldas de Rodrigo.
- Tres, dos, uno - Rodrigo pateó la puerta, la cual se abrió haciendo un fuerte estruendo y estallando contra la pared del otro lado, gemidos más altos salieron tras el estruendo.
Rodrigo se hizo a un lado y abriéndose paso a la otra habitación pasó primero quien estaba apuntando y luego el otro que estaba apegado a la pared. Los disparos de ambas armas se comenzaron a oír y el sonido de cadáveres cayendo de golpe al suelo los seguían. Finalmente pasó Rodrigo quién se unió matando con tres disparos a dos zombies que se acercaban rápido a su posición, abriéndose paso por los pasillos, continuaron con la misión de barrer a todo infectado que se moviera allí.
En un punto en donde la situación no tenia marcha atrás, de una puerta entreabierta un zombie se abalanzó encima de uno de los chicos, mordiéndolo al instante y a su vez haciendo que cayeran al suelo ambos. Rodrigo disparó en la cabeza de esta mujer infectada, matándola al instante para luego de un golpe seco con la bota, efectuado por el otro que seguía de pie, apartarla de encima del joven que ayudaba a Rodrigo.
- Lo siento, pero estás infectado y tendré que matarte - dijo Rodrigo, notando como la expresión del que seguía en el suelo cambiaba a una de miedo, pero sin oportunidad ya que un disparo proveniente de un arma pequeña que llevaba Rodrigo también, salió incrustandoce entre ojo y ojo.
El otro saltó un poco tras el disparo, lamentándose por dentro por la perdida de su amigo.
- Q-que esta no es Cristina? - preguntó el chico.
- Que extraño, ella había dicho que no estaba mordida ni nada, joder que mentirosa...- expresó Rodrigo, negando con la cabeza, y levantando la vista, comenzar a avanzar en dirección a los otros disparos.
Cuando llegaron todo estaba en silencio, la oscuridad reinaba en los pasillos y por lo que se podía evaluar ya todos los zombies estaban muertos al no oírse gemidos en ningún lado. Rodrigo y el otro entraron y se encontraron con Lee, Charlie y Blaz.
- Joder, están bien? . preguntó Rodrigo, cerrando la puerta al entrar luego que el chico.
- Tío estas vivo, estamos todos bien, aunque vaya susto nos hemos pegado con estos infectados de mierda - expresó Charlie, quién sostenía su rifle humeante aun por si las dudas.
- Putos zombies casi me muerden, um die Scheiße sein! (a la mierda!) - dijo Blaz, descontento de la situación y tocándose todo el cuerpo para asesorar que seguía en una pieza.
Lee seguía moviéndose de un lado a otro de la habitación, mirando hacia todos lados y apuntando con su rifle a cada sombra que se moviera en donde sea, se puso a mirar por la ventana, en dirección al horizonte. - Ya está amaneciendo - demostró una sonrisa en su rostro. Se sabía desde hace mucho que no le agradaba la oscuridad y siempre prefería estar a la luz del día, visible pero con visibilidad, como decía él.
- Debemos de llegar a donde está el radio, llamaré a Spencer para que mueva su culo y traiga el helicóptero hasta acá - comentó Rodrigo, notando como las expresiones de los demás cambiaban un poco al escuchar aquel nombre. -... porque....sigue vivo no? - preguntó Rodrigo, mientras que hacia señas al otro joven de que tomara un poco de descanso, el cuál lo hizo.
- Ss-si si si ja ja ja!, claro que si... - dijo Charlie, girando un poco los ojos.
Rodrigo los miró a todos de reojo, sin darle mucha importancia.
- Bien veamos, Lee y Blaz, ustedes irán con el nuevo a limpiar todas las plantas de los infectados, para así al finalizar reunir a todos en la azote, en tanto Charlie y yo iremos a la sala del radio para intentar entablar conversación con Spencer y hacerlo traer el Helicóptero, vale? - ordenó Rodrigo, cerrando el puño y llevándolo hacia delante - Buhya? - expresó luego.
- Buhya! - dijeron en coro Lee, Charlie y Blaz, quienes cerrando el puño lo golpearon los tres a la vez contra el de Rodrigo, en tanto que el nuevo los miraba con cara de no entender que sucedía.
Todos se separaron, amartillaron sus armas y aprontando todo abrieron la puerta de vuelta, al salir se separaron en dos grupos, Lee, Blaz y el nuevo quienes se encargarían de la limpieza comenzaron a caminar por el pasillo izquierdo en dirección a las escaleras para descender a los demás pisos, en tanto que Charlie y Rodrigo avanzaron por el pasillo derecho, hacia la habitación del radio que quedaba bastante cerca ciertamente.
Diez minutos, trece balas y siete zombies muertos después...
Rodrigo y Charlie por fin se encontraban delante de la puerta de la habitación del radio, Charlie abrió la puerta lentamente y de forma rápida Rodrigo se abalanzo hacia adentro, apuntando hacia todos lados en busca de un objetivo que eliminar, nada había allí dentro que se moviese, ni zombie ni sobreviviente.
Charlie cerró la puerta al entrar y la trancó bien para que nada lograr entrar sin consentimiento de ambos. Rodrigo ya estaba sentando frente a la radio intentando hacer contacto con Spencer, Charlie se quedó cerca de la puerta con el arma preparada para cualquier cosa.
- Aquí Alfa a Charlie, Alfa a Charlie, responda, cambio - dijo Rodrigo al encontrar la emisora que buscaba.
Pasaron unos veinte segundos en donde solo la estática de la radio se escuchaba.
- Charlie acá Alfa, me alegra escucharlo señor - era Spencer quién hablaba al otro lado del radio.
- Igual puedo decir, Spencer aún conservas ese Helicóptero que tanto presumías que tenías? - preguntó Rodrigo, dirigiéndose a Spencer.
- Jaja, claro que si señor, aunque tengo que decirle que tiene poca gasolina, quizás pueda levantarlo un par de veces y descenderlo otro par más, no creo que sirva para salir de esta ciudad - comentó Spencer, informándole de todo.
- No necesitamos salir de la ciudad, solo de un edifico en el cuál estamos, crees ser capaz de mantenerlo sobre la azotea de un viejo edifico mientras gente sube? - preguntó Rodrigo.
- Claro que si jefe, sabe que si soy capaz de eso y más - dijo Spencer, en respuesta.
- Conoce el único cabaret de la ciudad? - preguntó luego Rodrigo.
- Si señor, me imagino que... allí está usted no? - Spencer reía un poco.
- Exacto, lo necesito acá al amanecer - Rodrigo hablaba en tono serio.
- Allí estaré - Spencer respondió, para luego terminar apagando el radio.
Rodrigo dejó la radio sobre la mesa, volteando y poniéndose de pie para mirar a Charlie.
- No entiendo aun el porque de su despido - comentó Charlie, quién levantaba un poco los hombros aun.
- Ni yo, pero bueno, de seguro por algo que hizo él, como tantas cosas que hemos hechos y se han hecho ojos ciegos...- dijo Rodrigo, apuntando hacia la puerta y abriéndola de vuelta.
La charla sobre Spencer se había terminado ahí, ahora Rodrigo y Charlie se encontraban caminando hacia la azotea, para esperar a los demás y también al helicóptero.
Dos plantas abajo...
Blaz y Lee iban caminando, limpiando la zona de infectados e indicando a los sobrevivientes que se dirigieran a la zona, ya quedaban pocos vivos y en parte los demás se habían ido con el joven nuevo, el tirador que había cautivado a Rodrigo por la habilidad de poder matar zombies con gran destreza.
Ya solo quedaban un par de habitaciones, la primera solo era otra de las ya antes vista habitaciones en donde las chicas hacían sus trabajos, pero en cambio el del final del pasillo era una habitación completamente diferente, estaba construida con un material claramente más resistente y las paredes estaban pintadas con un negro, o un color oscuro no muy visible en la oscuridad.
Entraron alumbrando hacia todos lados, nada había a primera vista ya que ningún gemido se había hecho resonar desde que entraron. Pero de repente sucedió algo que ninguno de los dos se esperaban, de detrás de la puerta, un silencioso pero letal zombie comenzó a caminar sin hacer ruido en dirección a Lee, se abalanzó sobre su espalda, logrando derribarlo y caer encima de él. Blaz volteó a ver que estaba pasando, apuntó hacia abajo y notó que un zombie estaba sobre Lee, luchando por morderlo. En tanto el zombie logró llegar a morder el cuello de Lee, arrancándole un considerable pedazo de carne lo cuál le llevaría a transformarse en cuanto muriese.
- Maldición lo siento Lee - dijo Blaz, un poco dudoso, hasta que con su rifle disparó tres ráfagas de tres disparos cada una, haciendo que así muriese el zombie pero también llevando a la muerte a Lee, quién ya yacía en silencio con sangre por todo su cuerpo. Blaz bajó un poco el caño del arma apuntando mejor, cuándo sintió que una mano lo tomaba del tobillo, fue un segundo interminable en el cual los dientes de alguien se le incrustaban en el tobillo, haciendo que el dolor aumentara y también por parte perdiera un poco la estabilidad de estar de pie, no dudó en darse vuelta y al voltear ver un zombie en el suelo, intentando volver a morderlo, le disparó tres veces, arrancándole un pedazo de cabeza y dirigiéndole a la muerte. Sin poder aguantar mucho el dolor comenzó a caminar lo más rápido posible hacia la azotea.
En esos momentos, en la azotea se vivía un tiempo de desesperación sumando el hecho de que nadie sabía que harían ahora, nadie estaba enterado del helicóptero que se dirigía hacia ellos.
Se volvió a abrir la puerta, llegaron Rodrigo y Charlie corriendo, cerraron la puerta y gritando un poco lograron tranquilizar a todos, quienes alterados aun decidieron mirar a Rodrigo, como a la espera de que contará que hacer ahora.
- Escúchenme, en pocos minutos llegará un helicóptero que nos sacará de acá, quiero que hagan un recuento de personas para saber más o menos quienes estamos, digan sus nombres en orden por favor - dijo Rodrigo, guardando su arma nuevamente en su espalda.
- Fernando presente! - dijo Fernando, buscando con la mirada a Alicia.
- Facundo también presente - comentó él.
- Barbie y Megan acá - comentó Megan señalando a su amiga también.
Rodrigo miraba atento a los nombres que se daban y las personas que habían.
- Acá estoy - comentó Kenny levantando la mano para que lo vieran.
De detrás de Rodrigo apareció Agatha caminando apresurada, esta se paró a un lado de Rodrigo para darle señal de vida, Rodrigo le sonrió amablemente, como nunca hacia.
- Carlos acá - dijo él, levantando la mano.
Ramón era el tirador que Rodrigo y Charlie antes habían conocido.
- Ramón acá - comentó él mirando en busca de su hermana.
Rodrigo miró a Charlie.
- Son todos? - preguntó Rodrigo.
- Al parecer señor - comentó Charlie.
- Maldición, pasemos listas de las perdidas...- sugirió Ramón quién había caminando hasta donde Rodrigo y Charlie se encontraban.
- Agatha ve con los demás querida, si? - Rodrigo preguntó amablemente, Charlie se sorprendió ante tanta amabilidad.
Agatha en tanto caminó hasta donde estaban los demás, sentándose a un lado de ellos.
- Bien veamos, nos faltan Juan, Alicia, Arturo, Sergio, Paula, Karen, Cristina quién matamos hace un rato, Blaz y Lee quienes aun no suben... se están demorando - pasó lista Charlie.
Rodrigo en tanto se encontraba pensativo, sin poder creer que Alicia estuviera muerta, sonaba como algo imposible, y más viniendo de ella.
- Maldición Ramón, lo siento - dijo Rodrigo, golpeándole el hombro ante la perdida de su hermana.
El sol comenzaba a salir de vuelta por el horizonte y el sonido de un águila mecánica se comenzaba a escuchar. Ramón se alejo de Rodrigo y Charlie para ayudar a que los demás estuvieran prontos para cuando el helicóptero llegara y evacuaran todo.
En eso, un tanto alejados Charlie y Rodrigo hablaban cerca de la puerta, por si alguien o algo aparecía. Y eso fue lo que pasó, Blaz de entre la oscuridad apareció cojeando un poco, Charlie rápidamente le ayudó a estabilizarse.
- Qué a pasado? - preguntó Rodrigo.
- No estábamos preparados, estaba oscuro y Lee, joder, lo siento, no pude protegerlo, ni a mi... - dice desesperado Blaz, murmurando luego cosas en Alemán.
- Así es la vida y aunque me duela perder un hombre....- dice Rodrigo, notándose preocupado.
- Te mordió un zombie? - preguntó Charlie mirando a Blaz.
Él solamente asintió.
- Lo siento amigo, pero ya sabes como es esto, si te muerden estas muerto y aunque me duela lo que voy a hacer...- Rodrigo hizo una seña a Charlie, este se apartó de Blaz en tanto que Rodrigo sacaba un arma de su pantalón efectuando un solo disparo letal, en medio de la cabeza de Blaz el cuál con una expresión de temor cae al suelo muerto en el acto, sin dolor, sin sufrimiento.
Allí lo dejaron, ambos caminaron hasta donde estaban los demás, solo quedaban diez minutos antes de que las cargas de C3 colocadas en el edificio explotasen, el helicóptero llegó finalmente. Y por suerte se mantuvo estable mientras todos los sobrevivientes subían en este. Ya todos estaban arriba menos Rodrigo, que seguía mirando hacia la puerta, a pasos del helicóptero.
- Espero volver a verlos...- dijo dirigiéndose a Alicia y Arturo, Rodrigo sabía que no podían de estar muertos. Finalmente se subió al águila eléctrica, sentándose en el borde con los pies en el acero que se utilizaba para mantener el helicóptero en tierra, a un lado de Charlie.
- Acá termina todo...- dijo Charlie, quién presiono un botón en un pulsador pequeño.
El helicóptero levantó vuelo bastante alto y comenzó a alejarse, en busca de un nuevo refugio. Mientras que el edificio exploto en las plantas altas, haciendo que colapsaran y comenzaran a consumir las plantas bajas, en cosa de minutos todo quedaría aplastado por el cemento y las bigas.
Un estruendo se escuchó por parte de esta persona, él se preguntaba de donde venía, tenía que saber pero no podía pararse a averiguarlo, corría un gran riesgo y al encontrar la trampilla para bajar al sótano saltó, cerro la trampilla justo a tiempo porque justo comenzó a caer escombros en todos lados, destruyendo por completo el lugar y haciendo que el edifico se cayera abajó, él ahora estaba atrapado allí dentro, pero sabía que no estaba solo. Miró por el cerrojo de la puerta hacia la habitación de al lado, allí estaba un hombre con un aspecto aterrador y en frente a ella su amada, una chica rubia de fuerte carácter.
La noche, era una como tantas de esas noches en las que ni una nube se presentaba en el cielo, las estrellas y la luna llena iluminaban la ciudad cual yacía en la plena y más terrorífica oscuridad. De los paramos más oscuros de la jungla de asfalto miles de gemidos y sonidos de pasos incansables e interminables retumban en los oídos de los pocos sobrevivientes que aun respiran en la ciudad.
Rodrigo ya pasado la medía noche se encontraba sentado en una silla, en la azotea del edifico, bebiendo un poco de cerveza junto a un novato que apenas conocía y de quién solo sabia el nombre, ni la procedencia ni la edad, igual esos temas eran poco importantes para Rodrigo. En un momento de la conversación, cuando el aire estaba tenso y si seguía así alguien terminaría muriendo, dos de las jóvenes aparecen en busca de algo, algo que Rodrigo tenía pero le faltaba ganas de dar, así que simplemente se decidió por seguir a aquella chica para alejarse un poco del lugar y poder cambiar de aires.
Cuando ya estaban alejados ambos, de Kenny y Megan, Rodrigo soltó la mano de la joven quien siquiera conocía el nombre y la miró de forma seria.
- Discúlpame pero no haré nada contigo, ni siquiera conozco tu nombre - Dijo Rodrigo, arreglándose el rifle de asalto que llevaba sujetado por una cinta en su espalda.
La chica detuvo la caminata serena que llevaba y volteó a mirar a Rodrigo, buscando tomar su mano de forma inocente.
- Soy Barbie, y conociendo la situación en la que estamos corriendo riesgo de morir a cada momento, creo que no nos vendría mal hacer esto, no crees? - finaliza preguntando ella, tomándole nuevamente la mano a Rodrigo.
Rodrigo simplemente negó con la cabeza, volviendo a soltarle la mano a Barbie, la cual resentida por el rechazo llevó su propia mano al lugar, dejándola inmóvil.
- No me interesa nada que puedas ofrecerme ni ahora ni nun...- Rodrigo fue interrumpido por un gemido seguido por un grito de dolor desgarrador, de esos que congelan la piel y causan temor en la gente que cotidianamente escuchan.
Rodrigo posicionó su rifle de asalto en forma de espera y comenzó a correr a la puerta que llevaría a las escaleras en donde podría decender. De una patada abrió la puerta y encendiendo una linterna que el rifle llevaba apuntó hacia todos lados para iluminar las escaleras y buscar así si algún infectado había. Afortunadamente nada se vio hasta que comenzaron los disparos de las plantas bajas, seguramente provenientes de las armas de los amigos de Rodrigo, quienes disparaban en contra de zombies que habían salido de una habitación en donde nadie se había fijado si había zombies o no, ahora parecía que si habían y lograron salir de alguna forma o otra, arremetiéndose contra cuanta gente viva se encontraran para comer.
En ayuda aparecieron los otros dos que estaban en la terraza trasera disparando sin compasión minutos antes, apuntando con sus armas. Rodrigo hizo unas cuantas señas militares indicando a que aquellos dos se adelantaran un poco y mantuvieran posición a mitad de camino en las escaleras, pero que aun no bajaran por completo.
Los otros dos acataron a las ordenes de Rodrigo bajando un poco, parando a mitad de las escaleras y apuntando a la puerta más cercana a la espera de ver que sucedería. En cambio Rodrigo volteó a ver si Kenny aparecía y al notar que no lo hacía simplemente dirigió la vista a la chica llamada Barbie con quién minutos antes había tenido una no interesante conversación y que ahora se encontraba escondida tras unos barriles de metal.
- Tu quédate acá y ve a alertarle a tu amiga y al otro idiota de lo que sucede, cierra esta puerta cuando yo entre y no la abras a menos que escuches una voz humana quien sea que te pide que la abras, ten cuidado.- Dijo Rodrigo rápidamente, volteando y comenzando a caminar nuevamente hacia donde estaban las escaleras y de donde aun no se escuchaban disparos.
- Ee-está bien - dijo la chica, demostrando su temor por la situación.
Ella caminó tras Rodrigo, y al haber este atravesado la única puerta por donde bajar o subir, la cerro a su espalda como había señalado él segundos antes. Para luego correr a alertarle a los otros dos que seguramente seguían en la silla sentados.
En cambio Rodrigo ya estaba posicionado detrás de los otros dos jóvenes armados, pensando en como actuar y escuchando gritos y disparos provenientes de todas partes de la casa.
- Avancemos de a poco por las plantas, evaluemos la situación y busquemos sobrevivientes, hay que brindar apoyo a esos disparos que se oyen - Ordenó Rodrigo, posicionado se primero y comenzando a caminar hacia la primera puerta que había.
Los otros dos apuntando sigilosamente con sus armas caminaron detrás de Rodrigo, hasta llegar a la puerta, uno se colocó de espaldas a un lado de la puerta y el otro apuntando hacia la puerta a espaldas de Rodrigo.
- Tres, dos, uno - Rodrigo pateó la puerta, la cual se abrió haciendo un fuerte estruendo y estallando contra la pared del otro lado, gemidos más altos salieron tras el estruendo.
Rodrigo se hizo a un lado y abriéndose paso a la otra habitación pasó primero quien estaba apuntando y luego el otro que estaba apegado a la pared. Los disparos de ambas armas se comenzaron a oír y el sonido de cadáveres cayendo de golpe al suelo los seguían. Finalmente pasó Rodrigo quién se unió matando con tres disparos a dos zombies que se acercaban rápido a su posición, abriéndose paso por los pasillos, continuaron con la misión de barrer a todo infectado que se moviera allí.
En un punto en donde la situación no tenia marcha atrás, de una puerta entreabierta un zombie se abalanzó encima de uno de los chicos, mordiéndolo al instante y a su vez haciendo que cayeran al suelo ambos. Rodrigo disparó en la cabeza de esta mujer infectada, matándola al instante para luego de un golpe seco con la bota, efectuado por el otro que seguía de pie, apartarla de encima del joven que ayudaba a Rodrigo.
- Lo siento, pero estás infectado y tendré que matarte - dijo Rodrigo, notando como la expresión del que seguía en el suelo cambiaba a una de miedo, pero sin oportunidad ya que un disparo proveniente de un arma pequeña que llevaba Rodrigo también, salió incrustandoce entre ojo y ojo.
El otro saltó un poco tras el disparo, lamentándose por dentro por la perdida de su amigo.
- Q-que esta no es Cristina? - preguntó el chico.
- Que extraño, ella había dicho que no estaba mordida ni nada, joder que mentirosa...- expresó Rodrigo, negando con la cabeza, y levantando la vista, comenzar a avanzar en dirección a los otros disparos.
Cuando llegaron todo estaba en silencio, la oscuridad reinaba en los pasillos y por lo que se podía evaluar ya todos los zombies estaban muertos al no oírse gemidos en ningún lado. Rodrigo y el otro entraron y se encontraron con Lee, Charlie y Blaz.
- Joder, están bien? . preguntó Rodrigo, cerrando la puerta al entrar luego que el chico.
- Tío estas vivo, estamos todos bien, aunque vaya susto nos hemos pegado con estos infectados de mierda - expresó Charlie, quién sostenía su rifle humeante aun por si las dudas.
- Putos zombies casi me muerden, um die Scheiße sein! (a la mierda!) - dijo Blaz, descontento de la situación y tocándose todo el cuerpo para asesorar que seguía en una pieza.
Lee seguía moviéndose de un lado a otro de la habitación, mirando hacia todos lados y apuntando con su rifle a cada sombra que se moviera en donde sea, se puso a mirar por la ventana, en dirección al horizonte. - Ya está amaneciendo - demostró una sonrisa en su rostro. Se sabía desde hace mucho que no le agradaba la oscuridad y siempre prefería estar a la luz del día, visible pero con visibilidad, como decía él.
- Debemos de llegar a donde está el radio, llamaré a Spencer para que mueva su culo y traiga el helicóptero hasta acá - comentó Rodrigo, notando como las expresiones de los demás cambiaban un poco al escuchar aquel nombre. -... porque....sigue vivo no? - preguntó Rodrigo, mientras que hacia señas al otro joven de que tomara un poco de descanso, el cuál lo hizo.
- Ss-si si si ja ja ja!, claro que si... - dijo Charlie, girando un poco los ojos.
Rodrigo los miró a todos de reojo, sin darle mucha importancia.
- Bien veamos, Lee y Blaz, ustedes irán con el nuevo a limpiar todas las plantas de los infectados, para así al finalizar reunir a todos en la azote, en tanto Charlie y yo iremos a la sala del radio para intentar entablar conversación con Spencer y hacerlo traer el Helicóptero, vale? - ordenó Rodrigo, cerrando el puño y llevándolo hacia delante - Buhya? - expresó luego.
- Buhya! - dijeron en coro Lee, Charlie y Blaz, quienes cerrando el puño lo golpearon los tres a la vez contra el de Rodrigo, en tanto que el nuevo los miraba con cara de no entender que sucedía.
Todos se separaron, amartillaron sus armas y aprontando todo abrieron la puerta de vuelta, al salir se separaron en dos grupos, Lee, Blaz y el nuevo quienes se encargarían de la limpieza comenzaron a caminar por el pasillo izquierdo en dirección a las escaleras para descender a los demás pisos, en tanto que Charlie y Rodrigo avanzaron por el pasillo derecho, hacia la habitación del radio que quedaba bastante cerca ciertamente.
Diez minutos, trece balas y siete zombies muertos después...
Rodrigo y Charlie por fin se encontraban delante de la puerta de la habitación del radio, Charlie abrió la puerta lentamente y de forma rápida Rodrigo se abalanzo hacia adentro, apuntando hacia todos lados en busca de un objetivo que eliminar, nada había allí dentro que se moviese, ni zombie ni sobreviviente.
Charlie cerró la puerta al entrar y la trancó bien para que nada lograr entrar sin consentimiento de ambos. Rodrigo ya estaba sentando frente a la radio intentando hacer contacto con Spencer, Charlie se quedó cerca de la puerta con el arma preparada para cualquier cosa.
- Aquí Alfa a Charlie, Alfa a Charlie, responda, cambio - dijo Rodrigo al encontrar la emisora que buscaba.
Pasaron unos veinte segundos en donde solo la estática de la radio se escuchaba.
- Charlie acá Alfa, me alegra escucharlo señor - era Spencer quién hablaba al otro lado del radio.
- Igual puedo decir, Spencer aún conservas ese Helicóptero que tanto presumías que tenías? - preguntó Rodrigo, dirigiéndose a Spencer.
- Jaja, claro que si señor, aunque tengo que decirle que tiene poca gasolina, quizás pueda levantarlo un par de veces y descenderlo otro par más, no creo que sirva para salir de esta ciudad - comentó Spencer, informándole de todo.
- No necesitamos salir de la ciudad, solo de un edifico en el cuál estamos, crees ser capaz de mantenerlo sobre la azotea de un viejo edifico mientras gente sube? - preguntó Rodrigo.
- Claro que si jefe, sabe que si soy capaz de eso y más - dijo Spencer, en respuesta.
- Conoce el único cabaret de la ciudad? - preguntó luego Rodrigo.
- Si señor, me imagino que... allí está usted no? - Spencer reía un poco.
- Exacto, lo necesito acá al amanecer - Rodrigo hablaba en tono serio.
- Allí estaré - Spencer respondió, para luego terminar apagando el radio.
Rodrigo dejó la radio sobre la mesa, volteando y poniéndose de pie para mirar a Charlie.
- No entiendo aun el porque de su despido - comentó Charlie, quién levantaba un poco los hombros aun.
- Ni yo, pero bueno, de seguro por algo que hizo él, como tantas cosas que hemos hechos y se han hecho ojos ciegos...- dijo Rodrigo, apuntando hacia la puerta y abriéndola de vuelta.
La charla sobre Spencer se había terminado ahí, ahora Rodrigo y Charlie se encontraban caminando hacia la azotea, para esperar a los demás y también al helicóptero.
Dos plantas abajo...
Blaz y Lee iban caminando, limpiando la zona de infectados e indicando a los sobrevivientes que se dirigieran a la zona, ya quedaban pocos vivos y en parte los demás se habían ido con el joven nuevo, el tirador que había cautivado a Rodrigo por la habilidad de poder matar zombies con gran destreza.
Ya solo quedaban un par de habitaciones, la primera solo era otra de las ya antes vista habitaciones en donde las chicas hacían sus trabajos, pero en cambio el del final del pasillo era una habitación completamente diferente, estaba construida con un material claramente más resistente y las paredes estaban pintadas con un negro, o un color oscuro no muy visible en la oscuridad.
Entraron alumbrando hacia todos lados, nada había a primera vista ya que ningún gemido se había hecho resonar desde que entraron. Pero de repente sucedió algo que ninguno de los dos se esperaban, de detrás de la puerta, un silencioso pero letal zombie comenzó a caminar sin hacer ruido en dirección a Lee, se abalanzó sobre su espalda, logrando derribarlo y caer encima de él. Blaz volteó a ver que estaba pasando, apuntó hacia abajo y notó que un zombie estaba sobre Lee, luchando por morderlo. En tanto el zombie logró llegar a morder el cuello de Lee, arrancándole un considerable pedazo de carne lo cuál le llevaría a transformarse en cuanto muriese.
- Maldición lo siento Lee - dijo Blaz, un poco dudoso, hasta que con su rifle disparó tres ráfagas de tres disparos cada una, haciendo que así muriese el zombie pero también llevando a la muerte a Lee, quién ya yacía en silencio con sangre por todo su cuerpo. Blaz bajó un poco el caño del arma apuntando mejor, cuándo sintió que una mano lo tomaba del tobillo, fue un segundo interminable en el cual los dientes de alguien se le incrustaban en el tobillo, haciendo que el dolor aumentara y también por parte perdiera un poco la estabilidad de estar de pie, no dudó en darse vuelta y al voltear ver un zombie en el suelo, intentando volver a morderlo, le disparó tres veces, arrancándole un pedazo de cabeza y dirigiéndole a la muerte. Sin poder aguantar mucho el dolor comenzó a caminar lo más rápido posible hacia la azotea.
En esos momentos, en la azotea se vivía un tiempo de desesperación sumando el hecho de que nadie sabía que harían ahora, nadie estaba enterado del helicóptero que se dirigía hacia ellos.
Se volvió a abrir la puerta, llegaron Rodrigo y Charlie corriendo, cerraron la puerta y gritando un poco lograron tranquilizar a todos, quienes alterados aun decidieron mirar a Rodrigo, como a la espera de que contará que hacer ahora.
- Escúchenme, en pocos minutos llegará un helicóptero que nos sacará de acá, quiero que hagan un recuento de personas para saber más o menos quienes estamos, digan sus nombres en orden por favor - dijo Rodrigo, guardando su arma nuevamente en su espalda.
- Fernando presente! - dijo Fernando, buscando con la mirada a Alicia.
- Facundo también presente - comentó él.
- Barbie y Megan acá - comentó Megan señalando a su amiga también.
Rodrigo miraba atento a los nombres que se daban y las personas que habían.
- Acá estoy - comentó Kenny levantando la mano para que lo vieran.
De detrás de Rodrigo apareció Agatha caminando apresurada, esta se paró a un lado de Rodrigo para darle señal de vida, Rodrigo le sonrió amablemente, como nunca hacia.
- Carlos acá - dijo él, levantando la mano.
Ramón era el tirador que Rodrigo y Charlie antes habían conocido.
- Ramón acá - comentó él mirando en busca de su hermana.
Rodrigo miró a Charlie.
- Son todos? - preguntó Rodrigo.
- Al parecer señor - comentó Charlie.
- Maldición, pasemos listas de las perdidas...- sugirió Ramón quién había caminando hasta donde Rodrigo y Charlie se encontraban.
- Agatha ve con los demás querida, si? - Rodrigo preguntó amablemente, Charlie se sorprendió ante tanta amabilidad.
Agatha en tanto caminó hasta donde estaban los demás, sentándose a un lado de ellos.
- Bien veamos, nos faltan Juan, Alicia, Arturo, Sergio, Paula, Karen, Cristina quién matamos hace un rato, Blaz y Lee quienes aun no suben... se están demorando - pasó lista Charlie.
Rodrigo en tanto se encontraba pensativo, sin poder creer que Alicia estuviera muerta, sonaba como algo imposible, y más viniendo de ella.
- Maldición Ramón, lo siento - dijo Rodrigo, golpeándole el hombro ante la perdida de su hermana.
El sol comenzaba a salir de vuelta por el horizonte y el sonido de un águila mecánica se comenzaba a escuchar. Ramón se alejo de Rodrigo y Charlie para ayudar a que los demás estuvieran prontos para cuando el helicóptero llegara y evacuaran todo.
En eso, un tanto alejados Charlie y Rodrigo hablaban cerca de la puerta, por si alguien o algo aparecía. Y eso fue lo que pasó, Blaz de entre la oscuridad apareció cojeando un poco, Charlie rápidamente le ayudó a estabilizarse.
- Qué a pasado? - preguntó Rodrigo.
- No estábamos preparados, estaba oscuro y Lee, joder, lo siento, no pude protegerlo, ni a mi... - dice desesperado Blaz, murmurando luego cosas en Alemán.
- Así es la vida y aunque me duela perder un hombre....- dice Rodrigo, notándose preocupado.
- Te mordió un zombie? - preguntó Charlie mirando a Blaz.
Él solamente asintió.
- Lo siento amigo, pero ya sabes como es esto, si te muerden estas muerto y aunque me duela lo que voy a hacer...- Rodrigo hizo una seña a Charlie, este se apartó de Blaz en tanto que Rodrigo sacaba un arma de su pantalón efectuando un solo disparo letal, en medio de la cabeza de Blaz el cuál con una expresión de temor cae al suelo muerto en el acto, sin dolor, sin sufrimiento.
Allí lo dejaron, ambos caminaron hasta donde estaban los demás, solo quedaban diez minutos antes de que las cargas de C3 colocadas en el edificio explotasen, el helicóptero llegó finalmente. Y por suerte se mantuvo estable mientras todos los sobrevivientes subían en este. Ya todos estaban arriba menos Rodrigo, que seguía mirando hacia la puerta, a pasos del helicóptero.
- Espero volver a verlos...- dijo dirigiéndose a Alicia y Arturo, Rodrigo sabía que no podían de estar muertos. Finalmente se subió al águila eléctrica, sentándose en el borde con los pies en el acero que se utilizaba para mantener el helicóptero en tierra, a un lado de Charlie.
- Acá termina todo...- dijo Charlie, quién presiono un botón en un pulsador pequeño.
El helicóptero levantó vuelo bastante alto y comenzó a alejarse, en busca de un nuevo refugio. Mientras que el edificio exploto en las plantas altas, haciendo que colapsaran y comenzaran a consumir las plantas bajas, en cosa de minutos todo quedaría aplastado por el cemento y las bigas.
Un estruendo se escuchó por parte de esta persona, él se preguntaba de donde venía, tenía que saber pero no podía pararse a averiguarlo, corría un gran riesgo y al encontrar la trampilla para bajar al sótano saltó, cerro la trampilla justo a tiempo porque justo comenzó a caer escombros en todos lados, destruyendo por completo el lugar y haciendo que el edifico se cayera abajó, él ahora estaba atrapado allí dentro, pero sabía que no estaba solo. Miró por el cerrojo de la puerta hacia la habitación de al lado, allí estaba un hombre con un aspecto aterrador y en frente a ella su amada, una chica rubia de fuerte carácter.
.:Rodriux:.- Superviviente
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La Salvacion
Los Dias Pasaban y Cody No sabia lo que estaba pasando... solo Recordaba las palabras de Su Madre...Mamá: Cody! Algo esta Ocurriendo.. no se que es! pero un Muchacho ebrio me ha mordido Despues de morder al reportero! y lo peor es que ahora el reportero esta mordiendo a otras personas.. creo que una especie de virus. cierra Todo y no le habras a nadie!! Recuerda que te Quie......
El joven Tenia La Esperanza de Volver a ver a su madre... pero ya habia pasado demasiado tiempo...
Tu crees que mamá llegue pronto? dijo Cody Hablandole a su ardilla mascota llamada willis, este solo inclino la cara y quisquilleó sonidos extraños...,Lo se.. se respondio a si mismo viendo que no le respondia,
Al pasar el dia se dedico a limpiar toda la casa para cuando su mamá volviera, y limpiando descubrio que su casa tenia un acceso interno al tejado, en el cual se podia observar como el cielo se estrellaba al anochecer, y en el cual se podia descansar a gusto
y asi, dias tras dia.. todos los dias, se iba al tejado a esperar a su mamá, creyendo que algun dia regresaria,
aunque una noche en especial cambio el sentido de ver las cosas en cody...
una mañana igual que las otras empezo a ver humo en una casa lejana... Cody, como era de esperarse, no aguanto la curiosidad y fue a ver que pasaba... bajo del tejado hacia el interior de su casa y lentamente abrio la puerta, quitandole la madera con la que la atascaba, y salio con pasos dudosos rumbo a la cortina de humo que veia a lo lejos, Tardo un poco, pero se Decidio a ir sin importar lo que pasara, aunque no falto mucho para que se percatara del verdadero problema, una especie de GoticoVagabundo con su ropa desgarrada y maquillaje de segunda se acercaba a el joven Cody lentamente... Estas Bien?? Pregunto Cody Tartamudeando al ver que no se detenia,
Soy pobre! no tengo nada para darte!!! exclamo cody Al ver que no se detenia. !!pero tengo comida en mi casa! si quieres vamos! esta cer... Interrumpiendolo el Zombie lo sujetó para intentar darle un mordisco.. y en ese momento se acordo que su mama habia sido mordida por un vagabundo, Y Rapidamente reacciono pasando por debajo de sus piernas librandose de aquel ebrio, aunque no del todo, su brazo seguia Agarrando el de cody aun despues de haberse desprendido de su cuerpo, Cody Rapidamente se lo quito y corrio hacia su casa gritando AYUDAA!! con lo que atrajo a mas infectados, al llegar a su casa, puso la madera para estancar la puerta, y jadeando decidio buscar a willis para meterlo en su jaula, no paso mucho para que llegaran los zombies a tocarle la puerta,
Cody no Sabia Que hacer! estaba Rodeado y al ver que algunos infectados rompian su ventana para entrar, Decidio irse a la terraza por el acceso que habia descubierto antes... Esperando que alguien lo Rescatara de Esa Terrible Pesadilla, Minutos despues Se Empezaron a Oir Sonidos, y una Libelula gigante Motorizada (Helicoptero) paso por su terraza, Cody Le hizo señas a este, pero vio que se dirigia a otro lugar, a un tejado cercano de un edificio donde su padre grastaba todo su dinero en sus tiempos de Gloria.
El chico Creyo que despues de ir por los del otro tejado iban a ir con el, asi que espero, pero a ver que el helicoptero cambiaba de rumbo y al alejarse explotaba el edificio en donde estaban las otras personas, perdio la esperanza.
Del Cielo Cayeron algunos escombros ardientes al patio y la terraza de la casa, eran pequeños, pero eran muchos, asi que Cody agarro la jaula de wilis y salto de su humilde casa, y creyendo que iba a ser deborado, abrazo la jaula de wilis con todas sus fuerzas... hasta que vio que los Zombies le temian al fuego. Cody Solto la jaula y Encendio un pedazo de madera, se dio rumbo hacia donde estaba wilis, pero Al ver que adentro de la jaula no habia nada, se desespero y busco a su peludo amigo, y le encontro corriendo en direccion al edificio que habia explotado.
Al ir avanzando la madera de Cody se Consumia mas rapido pero le servia como repelente para infectados. corriendo, logro alcanzar a su ardilla, que se detubofente a una nuez cerca del club lujurioso derrumbado, aunque al parecer, los zombies no se acercaban a esa zona. de Repente se le ocurrio la grandiosa idea de buscar algo entre los escombros, y lo que encontro no fue comida ni agua sino "Salvacion"
Una persona que parecia estaba inconciente pero "viva" vestida de jean gris claro,una campera con capucha negra y unas botas negras con punta de acero. Cody recurrio a despertarlo .. y este, aturdido por la exposion pero sin daños mayores se desperto y se presento ante aquel joven
El joven Tenia La Esperanza de Volver a ver a su madre... pero ya habia pasado demasiado tiempo...
Tu crees que mamá llegue pronto? dijo Cody Hablandole a su ardilla mascota llamada willis, este solo inclino la cara y quisquilleó sonidos extraños...,Lo se.. se respondio a si mismo viendo que no le respondia,
Al pasar el dia se dedico a limpiar toda la casa para cuando su mamá volviera, y limpiando descubrio que su casa tenia un acceso interno al tejado, en el cual se podia observar como el cielo se estrellaba al anochecer, y en el cual se podia descansar a gusto
y asi, dias tras dia.. todos los dias, se iba al tejado a esperar a su mamá, creyendo que algun dia regresaria,
aunque una noche en especial cambio el sentido de ver las cosas en cody...
una mañana igual que las otras empezo a ver humo en una casa lejana... Cody, como era de esperarse, no aguanto la curiosidad y fue a ver que pasaba... bajo del tejado hacia el interior de su casa y lentamente abrio la puerta, quitandole la madera con la que la atascaba, y salio con pasos dudosos rumbo a la cortina de humo que veia a lo lejos, Tardo un poco, pero se Decidio a ir sin importar lo que pasara, aunque no falto mucho para que se percatara del verdadero problema, una especie de GoticoVagabundo con su ropa desgarrada y maquillaje de segunda se acercaba a el joven Cody lentamente... Estas Bien?? Pregunto Cody Tartamudeando al ver que no se detenia,
Soy pobre! no tengo nada para darte!!! exclamo cody Al ver que no se detenia. !!pero tengo comida en mi casa! si quieres vamos! esta cer... Interrumpiendolo el Zombie lo sujetó para intentar darle un mordisco.. y en ese momento se acordo que su mama habia sido mordida por un vagabundo, Y Rapidamente reacciono pasando por debajo de sus piernas librandose de aquel ebrio, aunque no del todo, su brazo seguia Agarrando el de cody aun despues de haberse desprendido de su cuerpo, Cody Rapidamente se lo quito y corrio hacia su casa gritando AYUDAA!! con lo que atrajo a mas infectados, al llegar a su casa, puso la madera para estancar la puerta, y jadeando decidio buscar a willis para meterlo en su jaula, no paso mucho para que llegaran los zombies a tocarle la puerta,
Cody no Sabia Que hacer! estaba Rodeado y al ver que algunos infectados rompian su ventana para entrar, Decidio irse a la terraza por el acceso que habia descubierto antes... Esperando que alguien lo Rescatara de Esa Terrible Pesadilla, Minutos despues Se Empezaron a Oir Sonidos, y una Libelula gigante Motorizada (Helicoptero) paso por su terraza, Cody Le hizo señas a este, pero vio que se dirigia a otro lugar, a un tejado cercano de un edificio donde su padre grastaba todo su dinero en sus tiempos de Gloria.
El chico Creyo que despues de ir por los del otro tejado iban a ir con el, asi que espero, pero a ver que el helicoptero cambiaba de rumbo y al alejarse explotaba el edificio en donde estaban las otras personas, perdio la esperanza.
Del Cielo Cayeron algunos escombros ardientes al patio y la terraza de la casa, eran pequeños, pero eran muchos, asi que Cody agarro la jaula de wilis y salto de su humilde casa, y creyendo que iba a ser deborado, abrazo la jaula de wilis con todas sus fuerzas... hasta que vio que los Zombies le temian al fuego. Cody Solto la jaula y Encendio un pedazo de madera, se dio rumbo hacia donde estaba wilis, pero Al ver que adentro de la jaula no habia nada, se desespero y busco a su peludo amigo, y le encontro corriendo en direccion al edificio que habia explotado.
Al ir avanzando la madera de Cody se Consumia mas rapido pero le servia como repelente para infectados. corriendo, logro alcanzar a su ardilla, que se detubofente a una nuez cerca del club lujurioso derrumbado, aunque al parecer, los zombies no se acercaban a esa zona. de Repente se le ocurrio la grandiosa idea de buscar algo entre los escombros, y lo que encontro no fue comida ni agua sino "Salvacion"
Una persona que parecia estaba inconciente pero "viva" vestida de jean gris claro,una campera con capucha negra y unas botas negras con punta de acero. Cody recurrio a despertarlo .. y este, aturdido por la exposion pero sin daños mayores se desperto y se presento ante aquel joven
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Arturo se despertó sobresaltado por culpa de los disparos que estaban realizando los niñatos desde la azotea. Para él, únicamente estaban malgastando balas puesto que era prácticamente imposible hacer blanco a tanta distancia y con la única luz que ofrecía el amanecer.
Miró enfrente, al lugar en el que Alicia dormía con Fernando. Para él, Fernando era como su hermano pero estaba enamorado de Alicia y tarde o temprano tendría que enterarse. ¿Dónde estaba Alicia? No estaba junto a Fernando, que seguía durmiendo plácidamente, tampoco estaba por allí cerca . No parecía que se hubieran dado cuenta de su marcha.
Arturo se levantó de su improvisado asiento y bajó las escaleras en busca de Alicia. Cogió una palanca de metal que encontró en suelo. No quería llevarse sorpresas así que mejor sería llevar algún tipo de arma. Su móvil no emitía señal alguna pero tenía algo de batería y serviría como linterna. Bajó a la segunda planta sin problemas pero al llegar a la primera planta, se encontró con un grupo de zombies. Estaban en una habitación dando vueltas, entre los zombies reconoció a Cristina. Él era uno de esos tipos que evitaban el peligro así que, en lugar de liarse a golpes contra ellos, simplemente decidió pasar de largo sin hacer ruido.
De repente, alguien se avalanzó sobre él intentando morderle. Era Karen, otra de las streapers. Sin miramientos, se quitó al zombie de encima y la clavó la palanca de metal en medio del ojo. Estuvo a punto de morderle pero no lo consiguió. Siguió bajando y llegó al sótano. Miró a través de la puerta y allí estaba ella. Su querida Alicia, acompañada de un viejo amigo.
Tras unos minutos intentando escuchar una conversación demasiado personal para ser escuchada, Arturo se produjo una explosión y Arturo quedó inconsciente.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Fue un shock para Alicia encontrarse con Simón allí mismo. Habían recorrido un largo camino desde casa de Alex, Simón estaba herido y, además, tenía que haber evitado a la legión de zombies que acechaba allí fuera. Pero no dejaba de ser Simón así que cualquier cosa era posible.
- Hola, querida, me alegro de verte - Dijo Simón. Tras unos segundos sin que Alicia acertara a decir nada, continuó - ¿No te alegras de verme? Reacciona, Ali. Con lo que me ha costado llegar. No sabes la de cosas que he tenido que hacer para encontrarte. Pero tengo una sorpresa para ti. Vamos.
- No me voy a ir a ninguna parte sin mis amigos.
- Tus amigos... tus amigos... Me he tomado muchas molestias por estar aquí así que vas a venir, te guste o no.
- No voy a ir a ninguna parte contigo - Dijo Alicia rotunda.
- ¿Me obligarás a dispararte?- Dijo Simón sacando una pistola- Se estropearía la diversión aunque te lo debo, querida. Me ha costado mucho curarme esta herida. Operarse uno mismo es complicado pero creo que no querías matarme, solo me has hecho un rasguño.
- Me parecía un momento poco oportuno para acabar contigo, Simón.
- Simon... ¡Qué bien suena mi nombre pronunciado por ti! Eres diferente. Por eso te elegí. No eres como las demás tan débiles, incapaces de cuidar de sí mismas. Tú sabes actuar, no pierdes la calma. Hemos jugado mucho tiempo, ¿verdad? ¿Quién es el gato y quién el ratón? Vamos, camina delante de mí - Alicia echó a andar - Por cierto, Ali, ¿se enteró Fernando de tu pequeña aventura? Eso sí que no me lo esperaba. Realmente me dejaste sorprendido. Aunque creo que te pega más él que Fernando.
- No te interesa.
- Sí que me interesa pero vamos, vamos... Tenemos prisa.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Simón estaba excitado, era esa clase de excitación que le producía ver a Alicia como una marioneta y a él como su titiritero. Tenía un perfecto juego preparado para ella y dentro de poco, el juego iba a terminar. Sabía que esta vez, ella no se dejaría atrapar tan fácilmente pero contra más se resistiera ella, más atrayente y divertido era todo aquello para él.
Utilizar un arma no le había agradado nunca, prefería su florete pero con SU Alicia, debía hacer una excepción. Mientras la apuntaba, la obligó a atarse las manos para que no hiciera tonterías. Era muy dada a eso
De repente, escuchó un ruido de pasos al otro lado de la habitación. Sus años en el psiquiátrico le habían dotado de un gran oído. Era Arturo, parecía un elefante en una cacharrería. Se seguía preguntando como había sobrevivido hasta entonces a dos epidemias de zombies. La respuesta le llegó por arte de magia: Alicia, sin duda había contribuído a ello y viceversa. Por un momento le dieron pena, tenía sentido que acabaran juntos.
Simón se acercó poco a poco a la posición de Arturo pero su camino fue interrumpido por una explosión que hizo que parte del edificio se viniera abajo. Algo cayó sobre Arturo, dejándole inconsciente. Por su parte, Simón y Alicia se encontraban en perfecto estado.
Simón pensó que la hora de la verdad había llegado. Los que estaban arriba o habían huído o estaban muertos, ahora estaban los tres solos.
Arturo todavía respiraba cuando Simón le ató de pies y manos y lo puso en una carretilla que había en el sótano y que obligaba a Alicia a transportar.
- No hagas ninguna tontería o le mataré a él, seguramente te dolerá más de lo que pueda hacerte a ti.Ahora será mucho más divertido, créeme. No debería decírtelo pero me encanta esto – Dijo Simón mientras Alicia caminaba entre la red de alcantarillas.
- ¿No tienes miedo de que un zombie salga y nos ataque? - Dijo Alicia con un toque de desdén en su voz.
- Ja, me ofendes con esa pregunta, por favor... Ya me ocupé de eso... He tenido tiempo de pensar y de prepararlo todo. Gira a la derecha por aquí.
- Dime Simón, después de tanto tiempo, ¿qué quieres de mí?
- Pensaba que me conocías... A ti, Alicia, te quiero a ti. Pero no pienses que te quiero como ese de ahí o como Fernando. En el fondo me da pena, cuando se entere de todo esto lo va a pasar realmente mal
- No se tiene que enterar – Dijo Alicia avalanzándose contra él- Y menos por ti
- Esta es mi querida Alicia, te echaba de menos, esa garra, esa fuerza... Se lo dirás tú misma pero yo me encargaré de todo. Bien, ¿ves esa puerta? Entra ahí... Ya hemos llegado.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Alicia entró en aquel lugar que le indicó Simón. Abrió la puerta y se quedo quieta, inmóvil, sin atreverse a pronunciar palabras. Se encontraba en una gran sala con butacas, iluminada únicamente por las velas que había al fondo, en el escenario. Todavía colgaban en las paredes los posters de la última representación, un gran éxito “El fantasma de la ópera” y sus espectadores, zombies ya inertes, en estado de descomposición.
Los actores: sus amigos. Allí estaban Sergio y Paula colgados del techo, atados por sus manos como si fueran columpios que se mecieran con el viento. En medio del escenario, una mesa, dos copas, dos servilletas, dos cubiertos con sus respectivos platos y una rosa adornando la mesa.
- Espero que te guste. Ya te dije que me tomé muchas molestias por ti. - Dijo Simón sin obtener respuesta – Alicia, ¿otra vez se te comió la lengua el gato?. No esperaba la visita de Arturo pero no te preocupes que hay sillas de sobra por aquí. Te he preparado una cena. No preguntes como lo he conseguido pero aquí tienes un delicioso plato. No se puede jugar a nada con el estómago vacío.
Alicia miró hacia arriba. Se encontró con la mirada aterrada de Paula que, pese a estar atada, se encontraba bien y junto a ella, Sergio uqe había recibido un fuerte golpe en la cabeza. No había acertado a abrir los ojos.
- ¿Qué hacen ellos aquí? Creo que era un juego entre nosotros dos – Dijo Alicia sentándose en la silla que Simón la había retirado.
- No me gustan los juegos para dos, eso suena más para otro tipo de juegos que no me interesan. Es un juego inocente, ya me entiendes. Por cierto, te voy a desatar para atarte a la silla. Antes de que te muevas o hagas cualquier cosa, te advierto que estos dos de arriba están conectados a nuestras sillas. Si se caen o se mueven bruscamente, ellos caerán al vacío desde esa altura y morirán en el acto. Sí, está todo previsto así que tienes que estar muy quieta. - Dijo mientras ataba sus pies y manos a la silla- Y no te voy a decir quién morirá en cada caso.
- ¿Y por qué ellos precisamente?
- Bueno, él no te gusta, no te cae bien, te entorpece y se ríe de esta situación. Tarde o temprano podría ponerte en peligro. Nadie puede ponerte en peligro. NADIE, excepto yo, claro. Ella... simplemente ha sido una baja necesaria. Además, es tan frágil... me resulta aburrida.
Por cierto, me hubiera gustado ver como tu querido Fernando y ese pesado de Facundo se las han arreglado con el regalo que les dejé en la primera planta del hostal. Un comité de bienvenida de zombies, fue difícil pero genial.
Simón se desplazó hasta la carretilla donde estaba Arturo y lo sentó, lo desató y lo volvió a atar a la silla. Le despertó colocando un pequeño bote debajo de su nariz.
- Alicia, Alicia – Gritó sobresaltado - ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien y tú también. El edificio explotó y algo te golpeó en la cabeza. Simón no te ha hecho nada. Quiere jugar ya le conoces.
- Sí, cabrón. Ya te daré yo juegos.
- No digas esas cosas. Sé que es tu chica favorita pero la mía también. Sabías que tarde o temprano llegaría este momento. Y el momento ha llegado. Y tú vas a presenciar el juego. En principio, no tengo interés en matarte pero.... pensándolo mejor. Ya sé lo que voy a hacer contigo. Ahora formas parte del juego.
Sabes que yo nunca haría daño a Alicia, ¿por qué quieres hacerme daño a mí?
- Soy un psicópata y me resulta divertido. ¿Te parece? Jugando contigo, la daño a ella. Me gustaría que Fernando hubiera estado presente, os hubiera hecho confesar vuestro amor pero no siempre salen las cosas como uno quiere. Aunque Fernando ha de estar ciego para no verlo. Alicia, no me mires así. No sois nada disimulados. Vamos a cenar.
Simón desató las manos de Alicia para que pudiera cenar con él. Comieron algo aunque ella no tenía ningún apetito y conversaron amablemente, por lo menos él conversó, no así Alicia que comía y respondía por obligación. Disimuladamente, durante toda la cena, Alicia había estado moviendo sus pies y ahora las cuerdas estaban más flojas. Además, Alicia se dio cuenta de lo débil que resultaba la madera de aquellas sillas antiguas, propias para aquella función teatral. Cualquier movimiento brusco y las sillas se harían añicos.
No dejaba de pensar en que, si ella se movía demasiado, Paula o Sergio morirían pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr. Salvar tres vidas a cambio de una, cualquiera lo hubiera entendido.
Cuando terminaron de comer, Simón retiró los cubiertos de Alicia pero no volvió a atar sus manos. Quería que presenciase todo e intentase salir corriendo para que moviera la silla y uno de los que estaban colgados arriba cayeran. Le resultaba bastante divertido. Ahora, en lugar de jugar con ella, jugaría con Arturo.
Paseó su cuchillo por el cuello, boca, labios y pechos de Alicia mientras esta respiraba aceleradamente y Arturo miraba a Simón con ojos de odio. “No, aún no es el momento, él lo espera” Pensó para sí misma.
Cuando se cansó de que Alicia ni se moviese, se acercó a Arturo y le hizo lo mismo que a ella. Él gritó cuando comenzó a cortar poco a poco su oreja. Alicia reaccionó y se acercó a la mesa sin mover la silla, estiró los brazos mientras gritaba.
- Por fin, Alicia, pensé que te habías convertido en mí. Ahora al menos sé que tienes sentimientos.
- Déjale, no le hagas nada, matame a mí si quieres pero déjale en paz. Le quiero. - Dijo Alicia sollozando.
Alicia, sabes que no puedo hacer eso. No sería yo mismo. ¿Y si te hiciera a ti lo mismo? - Simón se acercó a ella y comenzó a cortarla el dedo meñique – Después seguiré con el resto y después con los de tus pies. Por cierto, bonita cicatriz la de tu cuello. Ahora estoy muy cerca y puedo verla bien.
Con un movimiento brusco, Alicia se levantó sorprendiendo a Simón. Lanzó su silla hacia atrás y cayó al suelo rompiéndose en pedazos. Simón, experto en esgrima, intentó luchar contra ella con su cuchillo pero ella, más rápida y entrenada que antes gracias a sus clases de kick boxing, golpeó justo en su hombro herido de Simón con un puñetazo, este se retorció de dolor y soltó el cuchillo.
Alicia corrió hacia el cuchillo pero Simón se repuso demasiado rápido, sacó su pistola y disparó. Afortunadamente, sólo la dio en el hombro, justo en el mismo sitio en el que ella le había disparado a él. Alicia cayó al suelo.
Simón estaba a punto de disparar a Arturo cuando Alicia se recuperó, ya no sentía dolor, se dirigía presa de una furia incontenible hacia él. Tantos eran los sentimientos, tanta era la adrenalina acumulada que ni siquiera Simón fue capaz de reaccionar.
Ella cogió el cuchillo y justo, cuando estaba a punto de disparar a Arturo, ella saltó sobre él, haciendo que errase el tiro. Cayó encima de él, le inmovilizó con sus rodillas. Por primera vez, vio el pánico en la mirada de Simón, esperando morir, esperando la muerte.
- Querido, ha sido un verdadero placer conocerte. Lástima que vaya a ser la última vez que nos veamos. - Dijo Alicia despidiéndose definitivamente de Simón y clavando el cuchillo justo en el centro de su pecho.
- Alicia, has sido una gran jugadora. Gracias por entenderme. Hasta la vista
Aquellas fueron las últimas palabras que pronunció Simón. Ahora yacía muerto en el suelo, víctima de su propio juego y Alicia, tumbada encima de él, se había convertido en su verdugo. Allí, sobre el cuerpo sin vida de su némesis, lloró. Lloró hasta que los gritos de Arturo y de alguien que seguía colgado del techo la sacaron de su trance.
Desató a Arturo y le abrazó. Siguió llorando mientras este bajaba a Sergio y le liberaba de su mordaza. En el fondo del escenario, Paula acababa de morir aplastada por las bolsas que hacían que subiese y bajase el telón.
Arturo comprobó que Simón de verdad estaba muerto, con lo que provocó de nuevo el llanto de Alicia. Corrió a abrazarla y, ante la mirada perpleja de Sergio, que había decidido acabar con las reservas de agua de Simón, pensó “La función debe continuar”
Miró enfrente, al lugar en el que Alicia dormía con Fernando. Para él, Fernando era como su hermano pero estaba enamorado de Alicia y tarde o temprano tendría que enterarse. ¿Dónde estaba Alicia? No estaba junto a Fernando, que seguía durmiendo plácidamente, tampoco estaba por allí cerca . No parecía que se hubieran dado cuenta de su marcha.
Arturo se levantó de su improvisado asiento y bajó las escaleras en busca de Alicia. Cogió una palanca de metal que encontró en suelo. No quería llevarse sorpresas así que mejor sería llevar algún tipo de arma. Su móvil no emitía señal alguna pero tenía algo de batería y serviría como linterna. Bajó a la segunda planta sin problemas pero al llegar a la primera planta, se encontró con un grupo de zombies. Estaban en una habitación dando vueltas, entre los zombies reconoció a Cristina. Él era uno de esos tipos que evitaban el peligro así que, en lugar de liarse a golpes contra ellos, simplemente decidió pasar de largo sin hacer ruido.
De repente, alguien se avalanzó sobre él intentando morderle. Era Karen, otra de las streapers. Sin miramientos, se quitó al zombie de encima y la clavó la palanca de metal en medio del ojo. Estuvo a punto de morderle pero no lo consiguió. Siguió bajando y llegó al sótano. Miró a través de la puerta y allí estaba ella. Su querida Alicia, acompañada de un viejo amigo.
Tras unos minutos intentando escuchar una conversación demasiado personal para ser escuchada, Arturo se produjo una explosión y Arturo quedó inconsciente.
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Fue un shock para Alicia encontrarse con Simón allí mismo. Habían recorrido un largo camino desde casa de Alex, Simón estaba herido y, además, tenía que haber evitado a la legión de zombies que acechaba allí fuera. Pero no dejaba de ser Simón así que cualquier cosa era posible.
- Hola, querida, me alegro de verte - Dijo Simón. Tras unos segundos sin que Alicia acertara a decir nada, continuó - ¿No te alegras de verme? Reacciona, Ali. Con lo que me ha costado llegar. No sabes la de cosas que he tenido que hacer para encontrarte. Pero tengo una sorpresa para ti. Vamos.
- No me voy a ir a ninguna parte sin mis amigos.
- Tus amigos... tus amigos... Me he tomado muchas molestias por estar aquí así que vas a venir, te guste o no.
- No voy a ir a ninguna parte contigo - Dijo Alicia rotunda.
- ¿Me obligarás a dispararte?- Dijo Simón sacando una pistola- Se estropearía la diversión aunque te lo debo, querida. Me ha costado mucho curarme esta herida. Operarse uno mismo es complicado pero creo que no querías matarme, solo me has hecho un rasguño.
- Me parecía un momento poco oportuno para acabar contigo, Simón.
- Simon... ¡Qué bien suena mi nombre pronunciado por ti! Eres diferente. Por eso te elegí. No eres como las demás tan débiles, incapaces de cuidar de sí mismas. Tú sabes actuar, no pierdes la calma. Hemos jugado mucho tiempo, ¿verdad? ¿Quién es el gato y quién el ratón? Vamos, camina delante de mí - Alicia echó a andar - Por cierto, Ali, ¿se enteró Fernando de tu pequeña aventura? Eso sí que no me lo esperaba. Realmente me dejaste sorprendido. Aunque creo que te pega más él que Fernando.
- No te interesa.
- Sí que me interesa pero vamos, vamos... Tenemos prisa.
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Simón estaba excitado, era esa clase de excitación que le producía ver a Alicia como una marioneta y a él como su titiritero. Tenía un perfecto juego preparado para ella y dentro de poco, el juego iba a terminar. Sabía que esta vez, ella no se dejaría atrapar tan fácilmente pero contra más se resistiera ella, más atrayente y divertido era todo aquello para él.
Utilizar un arma no le había agradado nunca, prefería su florete pero con SU Alicia, debía hacer una excepción. Mientras la apuntaba, la obligó a atarse las manos para que no hiciera tonterías. Era muy dada a eso
De repente, escuchó un ruido de pasos al otro lado de la habitación. Sus años en el psiquiátrico le habían dotado de un gran oído. Era Arturo, parecía un elefante en una cacharrería. Se seguía preguntando como había sobrevivido hasta entonces a dos epidemias de zombies. La respuesta le llegó por arte de magia: Alicia, sin duda había contribuído a ello y viceversa. Por un momento le dieron pena, tenía sentido que acabaran juntos.
Simón se acercó poco a poco a la posición de Arturo pero su camino fue interrumpido por una explosión que hizo que parte del edificio se viniera abajo. Algo cayó sobre Arturo, dejándole inconsciente. Por su parte, Simón y Alicia se encontraban en perfecto estado.
Simón pensó que la hora de la verdad había llegado. Los que estaban arriba o habían huído o estaban muertos, ahora estaban los tres solos.
Arturo todavía respiraba cuando Simón le ató de pies y manos y lo puso en una carretilla que había en el sótano y que obligaba a Alicia a transportar.
- No hagas ninguna tontería o le mataré a él, seguramente te dolerá más de lo que pueda hacerte a ti.Ahora será mucho más divertido, créeme. No debería decírtelo pero me encanta esto – Dijo Simón mientras Alicia caminaba entre la red de alcantarillas.
- ¿No tienes miedo de que un zombie salga y nos ataque? - Dijo Alicia con un toque de desdén en su voz.
- Ja, me ofendes con esa pregunta, por favor... Ya me ocupé de eso... He tenido tiempo de pensar y de prepararlo todo. Gira a la derecha por aquí.
- Dime Simón, después de tanto tiempo, ¿qué quieres de mí?
- Pensaba que me conocías... A ti, Alicia, te quiero a ti. Pero no pienses que te quiero como ese de ahí o como Fernando. En el fondo me da pena, cuando se entere de todo esto lo va a pasar realmente mal
- No se tiene que enterar – Dijo Alicia avalanzándose contra él- Y menos por ti
- Esta es mi querida Alicia, te echaba de menos, esa garra, esa fuerza... Se lo dirás tú misma pero yo me encargaré de todo. Bien, ¿ves esa puerta? Entra ahí... Ya hemos llegado.
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Alicia entró en aquel lugar que le indicó Simón. Abrió la puerta y se quedo quieta, inmóvil, sin atreverse a pronunciar palabras. Se encontraba en una gran sala con butacas, iluminada únicamente por las velas que había al fondo, en el escenario. Todavía colgaban en las paredes los posters de la última representación, un gran éxito “El fantasma de la ópera” y sus espectadores, zombies ya inertes, en estado de descomposición.
Los actores: sus amigos. Allí estaban Sergio y Paula colgados del techo, atados por sus manos como si fueran columpios que se mecieran con el viento. En medio del escenario, una mesa, dos copas, dos servilletas, dos cubiertos con sus respectivos platos y una rosa adornando la mesa.
- Espero que te guste. Ya te dije que me tomé muchas molestias por ti. - Dijo Simón sin obtener respuesta – Alicia, ¿otra vez se te comió la lengua el gato?. No esperaba la visita de Arturo pero no te preocupes que hay sillas de sobra por aquí. Te he preparado una cena. No preguntes como lo he conseguido pero aquí tienes un delicioso plato. No se puede jugar a nada con el estómago vacío.
Alicia miró hacia arriba. Se encontró con la mirada aterrada de Paula que, pese a estar atada, se encontraba bien y junto a ella, Sergio uqe había recibido un fuerte golpe en la cabeza. No había acertado a abrir los ojos.
- ¿Qué hacen ellos aquí? Creo que era un juego entre nosotros dos – Dijo Alicia sentándose en la silla que Simón la había retirado.
- No me gustan los juegos para dos, eso suena más para otro tipo de juegos que no me interesan. Es un juego inocente, ya me entiendes. Por cierto, te voy a desatar para atarte a la silla. Antes de que te muevas o hagas cualquier cosa, te advierto que estos dos de arriba están conectados a nuestras sillas. Si se caen o se mueven bruscamente, ellos caerán al vacío desde esa altura y morirán en el acto. Sí, está todo previsto así que tienes que estar muy quieta. - Dijo mientras ataba sus pies y manos a la silla- Y no te voy a decir quién morirá en cada caso.
- ¿Y por qué ellos precisamente?
- Bueno, él no te gusta, no te cae bien, te entorpece y se ríe de esta situación. Tarde o temprano podría ponerte en peligro. Nadie puede ponerte en peligro. NADIE, excepto yo, claro. Ella... simplemente ha sido una baja necesaria. Además, es tan frágil... me resulta aburrida.
Por cierto, me hubiera gustado ver como tu querido Fernando y ese pesado de Facundo se las han arreglado con el regalo que les dejé en la primera planta del hostal. Un comité de bienvenida de zombies, fue difícil pero genial.
Simón se desplazó hasta la carretilla donde estaba Arturo y lo sentó, lo desató y lo volvió a atar a la silla. Le despertó colocando un pequeño bote debajo de su nariz.
- Alicia, Alicia – Gritó sobresaltado - ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien y tú también. El edificio explotó y algo te golpeó en la cabeza. Simón no te ha hecho nada. Quiere jugar ya le conoces.
- Sí, cabrón. Ya te daré yo juegos.
- No digas esas cosas. Sé que es tu chica favorita pero la mía también. Sabías que tarde o temprano llegaría este momento. Y el momento ha llegado. Y tú vas a presenciar el juego. En principio, no tengo interés en matarte pero.... pensándolo mejor. Ya sé lo que voy a hacer contigo. Ahora formas parte del juego.
Sabes que yo nunca haría daño a Alicia, ¿por qué quieres hacerme daño a mí?
- Soy un psicópata y me resulta divertido. ¿Te parece? Jugando contigo, la daño a ella. Me gustaría que Fernando hubiera estado presente, os hubiera hecho confesar vuestro amor pero no siempre salen las cosas como uno quiere. Aunque Fernando ha de estar ciego para no verlo. Alicia, no me mires así. No sois nada disimulados. Vamos a cenar.
Simón desató las manos de Alicia para que pudiera cenar con él. Comieron algo aunque ella no tenía ningún apetito y conversaron amablemente, por lo menos él conversó, no así Alicia que comía y respondía por obligación. Disimuladamente, durante toda la cena, Alicia había estado moviendo sus pies y ahora las cuerdas estaban más flojas. Además, Alicia se dio cuenta de lo débil que resultaba la madera de aquellas sillas antiguas, propias para aquella función teatral. Cualquier movimiento brusco y las sillas se harían añicos.
No dejaba de pensar en que, si ella se movía demasiado, Paula o Sergio morirían pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr. Salvar tres vidas a cambio de una, cualquiera lo hubiera entendido.
Cuando terminaron de comer, Simón retiró los cubiertos de Alicia pero no volvió a atar sus manos. Quería que presenciase todo e intentase salir corriendo para que moviera la silla y uno de los que estaban colgados arriba cayeran. Le resultaba bastante divertido. Ahora, en lugar de jugar con ella, jugaría con Arturo.
Paseó su cuchillo por el cuello, boca, labios y pechos de Alicia mientras esta respiraba aceleradamente y Arturo miraba a Simón con ojos de odio. “No, aún no es el momento, él lo espera” Pensó para sí misma.
Cuando se cansó de que Alicia ni se moviese, se acercó a Arturo y le hizo lo mismo que a ella. Él gritó cuando comenzó a cortar poco a poco su oreja. Alicia reaccionó y se acercó a la mesa sin mover la silla, estiró los brazos mientras gritaba.
- Por fin, Alicia, pensé que te habías convertido en mí. Ahora al menos sé que tienes sentimientos.
- Déjale, no le hagas nada, matame a mí si quieres pero déjale en paz. Le quiero. - Dijo Alicia sollozando.
Alicia, sabes que no puedo hacer eso. No sería yo mismo. ¿Y si te hiciera a ti lo mismo? - Simón se acercó a ella y comenzó a cortarla el dedo meñique – Después seguiré con el resto y después con los de tus pies. Por cierto, bonita cicatriz la de tu cuello. Ahora estoy muy cerca y puedo verla bien.
Con un movimiento brusco, Alicia se levantó sorprendiendo a Simón. Lanzó su silla hacia atrás y cayó al suelo rompiéndose en pedazos. Simón, experto en esgrima, intentó luchar contra ella con su cuchillo pero ella, más rápida y entrenada que antes gracias a sus clases de kick boxing, golpeó justo en su hombro herido de Simón con un puñetazo, este se retorció de dolor y soltó el cuchillo.
Alicia corrió hacia el cuchillo pero Simón se repuso demasiado rápido, sacó su pistola y disparó. Afortunadamente, sólo la dio en el hombro, justo en el mismo sitio en el que ella le había disparado a él. Alicia cayó al suelo.
Simón estaba a punto de disparar a Arturo cuando Alicia se recuperó, ya no sentía dolor, se dirigía presa de una furia incontenible hacia él. Tantos eran los sentimientos, tanta era la adrenalina acumulada que ni siquiera Simón fue capaz de reaccionar.
Ella cogió el cuchillo y justo, cuando estaba a punto de disparar a Arturo, ella saltó sobre él, haciendo que errase el tiro. Cayó encima de él, le inmovilizó con sus rodillas. Por primera vez, vio el pánico en la mirada de Simón, esperando morir, esperando la muerte.
- Querido, ha sido un verdadero placer conocerte. Lástima que vaya a ser la última vez que nos veamos. - Dijo Alicia despidiéndose definitivamente de Simón y clavando el cuchillo justo en el centro de su pecho.
- Alicia, has sido una gran jugadora. Gracias por entenderme. Hasta la vista
Aquellas fueron las últimas palabras que pronunció Simón. Ahora yacía muerto en el suelo, víctima de su propio juego y Alicia, tumbada encima de él, se había convertido en su verdugo. Allí, sobre el cuerpo sin vida de su némesis, lloró. Lloró hasta que los gritos de Arturo y de alguien que seguía colgado del techo la sacaron de su trance.
Desató a Arturo y le abrazó. Siguió llorando mientras este bajaba a Sergio y le liberaba de su mordaza. En el fondo del escenario, Paula acababa de morir aplastada por las bolsas que hacían que subiese y bajase el telón.
Arturo comprobó que Simón de verdad estaba muerto, con lo que provocó de nuevo el llanto de Alicia. Corrió a abrazarla y, ante la mirada perpleja de Sergio, que había decidido acabar con las reservas de agua de Simón, pensó “La función debe continuar”
Kealah- Cazadora con medias de seda
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