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Segunda prueba
¿Furulas?
Cuando los zombies nos alcancen
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Alf Zombie
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia estaba enfadada con aquel científico aunque aquel hombre no había tenido la culpa directamente de lo que había sucedido, el mundo se venía abajo y ella necesitaba culpar a alguien. Sin embargo, sabía que aquel hombre les había contado todo lo que ya sabía. Era inútil seguir torturándole.
En aquel momento, Alicia sólo tenía una prioridad: Sacar a todos de aquel laboratorio e intentar sobrevivir. Después pensaría cómo llegar al metro a rescatar a Degtyarev y a los otros.
Arturo y los demás habían conseguido apuntalar la puerta pero no resistiría mucho las embestidas de los zombies. Además, según el científico, había todavía un zombie rondando por el edificio cuyo nombre era Caín y que era aún más inteligente que aquel zombie al que derrotaron entre Ferrnando y ella. Solamente un milagro podría sacarlos de ésta. Todos se reunieron en torno al científico.
- Bueno - Dijo Alicia- ¿Cómo podemos salir de la azotea?
- Pues no lo sé, joder, solo soy un científico pero liberadme, dejad que me defienda cuando esos zombies consigan entrar.
- No tendremos oportunidad- Sollozó el pequeño Cody
- No te preocupes, hemos salido de situaciones más complicadas, pequeño -Dijo Arturo alborotando el pelo del pequeño. Cody le abrazó.Tenía miedo y no podía evitarlo.
- Arturo, no estoy muy seguro de que podamos salir de esta - Dijo Facundo con su arma en la mano- Hagamos recuento de municiones.
- Yo tengo el cargador casi sin usar y otro más en el bolsillo - Dijo Fernando - Y mis puños siempre listos.
- Yo he perdido mi arma - Dijo Michael- Con todo el jaleo de la explosión... Pero tengo mi tubería.
- Yo tengo dos armas, toma una -Dijo Alicia lanzándole un arma y un cargador de repuesto. - Yo me quedaré con mi Glock me quedan dos cartuchos y 12 balas en el que tengo puesto. ¿Y tú Facundo?
- Tengo munición suficiente. He preferido el sigilo a las balas para llegar hasta aquí.
- Tengo mi arma a punto y lista para usarse - Dijo Hopkins- Aunque me vendría mejor tener un par de armas más.
- Yo tengo este arma - Dijo Cody- La conseguí por el camino pero no tengo puntería.
- ¿Y qué te parece, Cody? Si yo me quedo con esa arma - Dijo Marco - Y me encargo de protegerte hasta que salgamos de aquí.
- Yo te protegeré - Djo el guarda de seguridad- Te debo una. Tengo mi pequeña pistola dispuesta para cargarse algunos zombies.
- Bueno.... Dijo Cody a regañadientes y le dio su arma a Marco.
- ¿Y tú? - Preguntó Alicia a aquel sujeto silencioso y callado- ¿No tienes nada?
- ¿Él? Él mató a Effy -Dijo Michael- ¿Crees que deberíamos darle un arma?
- Me da igual a quién matara. Yo maté a Simón, cuantos más disparemos, más oportunidades tendremos de salir vivos de aquí.
- Yo no tengo armas, solamente tengo estos cuchillos. Las perdí ahí abajo.
- Ey - DIjo Pablo- Yo tengo mi arma y la de Soraya. Ella ya no la necesitará más... Toma. - Ariel recibió su arma y una extraña sonrisa se dibujó en su rostro mientras la miraba con deseo.
- Capullo, no hagas tonterías - Dijo Arturo mientras le ponía su pistola en la cabeza- Tú mataste a mi novia y no dejaré que mates a nadie más. No me costará nada apretar el gatillo cuando sea necesario.
- Arturo, tranquilo. No hará nada malo. - Dijo Alicia- Tienes muchos zombies con los que acabar.
- ¿Y yo? - Gritó el científico desde su posición - ¿No me vais a liberar?
- Creo que deberíamos hacerlo- Dijo Hopkins- No vendrá mal un tirador más.
Alicia y los demás discutieron durante largo tiempo qué es lo que deberían hacer. Si probar a saltar al otro edificio o esperar que no hubiera demasiados zombies en el laboratorio y poder enfrentarse a todos ellos. La idea de saltar a la fábrica quedó rápidamente descartada. La altura del lugar en el que se encontraban era considerable y la diferencia de altura con el edificio contiguo era de al menos 5 pisos. Si saltaban, lo menos que podría sucederles era que se rompieran una pierna y, en cualquier caso, serían comida fácil para los zombies.
Su única opción era esperar a que aquellos podridos derribasen la puerta.
No tuvieron que esperar mucho. Los zombies entraron, primero de uno en uno y luego, cuando por fin consiguieron tirar la puerta abajo, entraban de tres en tres. Eran demasiados para enfrentarse a ellos pero aquel grupo de valientes no podía rendirse. Su torpe caminar les daba unos segundos valiosos que no desperdiciaban. Fue Fernando el que inició el tiroteo.
Ariel hacía blanco casi todas las veces que disparaba, igual que Facundo y Alicia. El pequeño Cody se refugiaba detrás de Marco y Martin, el guarda de seguridad que se movía con dificultad. Hopkins y Arturo se habían subido a puntos elevados para mejorar su puntería. Unos disparos sesgaban partes de sus cabezas, cubriendo todo de sesos y sangre, otros disparos, los de Marco principalmente, amputaban sus miembros, herían sus rodillas o partían pedazos de su cuerpo. Miembros cercenados, vísceras, sangre y restos humanos salpicaban a los tiradores y los zombies se acercaban por momentos.
Pablo y el científico eran los puntos más débiles del grupo ya que jamás habían disparado un arma y se empezaban a quedar rezagados. Habían conseguido una distancia importante respecto a los zombies cuando escucharon un sonido extraño, inusual en aquellos tiempos, no era un coche... Era un otra cosa pero estaban demasiado concentrados disparando. De pronto, aquel pájaro con luces apareció en el cielo y una nueva oportunidad se abrió para los supervivientes.
- UN HELICÓPTERO, UN HELICÓPTERO - Empezó a gritar Cody desde su posición segura. - Podemos salvarnos, seguid disparando.
Todos miraron al cielo y vieron aquel helicóptero con sus luces encendidas. Dispararon al cielo para hacerles ver que seguían vivos e hicieron signos con las manos, al menos Cody y Pablo que eran los que más se habían entusiasmado con la idea del helicóptero. Este inclinó sus alas, era cuestión de tiempo que les rescatasen.
Fue un momento decisivo ya que un zombie atrapó a Pablo, le mordió en el cuello y disfrutó con cada litro de su tibia sangre y con cada gramo de su deliciosa carne. Varios zombies se avalanzaron sobre él pero, mientras le devoraban, Pablo tuvo tiempo de lanzarse por la azotea, llevándose consigo 4 de los zombies que acosaban a los supervivientes. Hopkins sonrió, al menos su secreto estaría a salvo.
Todos se acercaron a los puntos elevados donde estaban Fernando y Hopkins. El helicóptero se sitúó sobre sus cabezas e hizo descender una pequeña escalerilla. El primero en ponerse a salvo fue Cody, seguido de Martin, el guarda de seguridad. Los zombies estaban casi sobre ellos cuando Alicia y Arturo seguían disparando sus armas, detrás, Facundo y Marco subieron, Ariel y Hopkins fueron los siguientes. El científico sería el siguiente y Fernando subiría en último lugar defendiendo el fuerte.
Sin embargo, mientras subía Hopkins, la escalerilla se rompió. Afortunadamente, había conseguido alcanzar el borde. Solo quedaba Fernando abajo y los zombies casi habían conseguido subir a su posición segura.
- Sálvele- Gritó Alicia al piloto.
Otro le hubiera dejado abandonado a su suerte pero aquel piloto debía tener todavía algo de humanidad y decidió descender hasta donde estaba él. Arturo, Facundo y Marco le dieron sus manos para ascenderle y, por fin se encontró a salvo dentro del helicóptero. Se abrazó a su arma y rezó como hacía años que no lo hacía. Sus rezos se vieron interrumpidos por un infernal pitido.
- Mierda - Gritó el piloto- Llevamos demasiado peso. Vamos a estrellarnos. Debemos llevar algún zombie agarrado.
- No se preocupe- Dijo el científico que aún no tenía nombre- Mi nombre es Héctor Martínez Pérez. Soy científico, recuerden lo que hoy hice por ustedes- Y saltó del helicóptero por lo que los zombies que habían agarrado el helicóptero cayeron al soltarse intentando atraparle.
- Una lástima - Dijo el piloto- Ya podemos tomar altura...
El helicóptero sufrió una turbulencia, se inclinó al lado derecho. Martin cayó desde mucha altura. Estaría muerto antes de llegar al suelo. Cody lloró la pérdida de aquel hombre. Y se quedó dormido en el regazo de Alicia.
- Soy el Teniente Cazorla, el piloto es Fuentes y esta es mi mano derecha, la Sargento María Márquez.
- Les llevamos a un punto seguro. Ya nos explicarán qué hacían aquí. ¿Quién es su líder?
- Se podría decir.... - Dijo Hopkins- Qué es esa mujer qué está ahí sentada o aquel hombre de allí. - Señaló a Facundo.
- A mí no me miren, primero las damas- Dijo Facundo- Soy su segundo al mando.
- Ja, ja- Dijo Márquez- Así me gusta, una mujer con un par de huevos. Tanto hombre y ella es la jefa.
- Esa soy yo, Alicia y me temo que, al igual que lo que se hacía ahí dentro, nuestra situación ahí es confidencial.
- Veo que además de un par de huevos, eres una borde... Me cae bien esta tía.
- ¿Sabían dónde estaban?
- ¿En un laboratorio secreto del gobierno? Sí...lo sabíamos pero tranquilo, después de cómo va todo, no creo que haya nadie a quién podamos decírselo. ¿Verdad, chicos?
- No diremos nada - Dijo Arturo- Se lo juro por Arturo, que soy yo
- ¿Les importaría hacer una parada antes de ir a dónde quiera que vayamos?
- ¿Quieres ir de compras? - Preguntó el piloto.
- Pedazo de capullo, hace dos noches dejamos a un grupo de unos 30 supervivientes atrapados en el metro y tenemos que regresar a por ellos. Sé que están vivos y si no lo están, al menos quiero comprobarlo.
- Bueno, primero les llevaremos al refugio y después pensaremos cómo entrar en el metro.
El teniente se dio la vuelta y comezó a hablar con el piloto y la sargento Márquez. Marco charlaba amistosamente con Fernando y Hopkins acariciaba su arma sin dejar de mirar a Ariel, le tendría vigilado. Ariel se dio cuenta de la mirada de Hopkins pero miraba por la ventanilla, Facundo pensaba en lo que acababa de pasar con los ojos cerrados y Cody seguía durmiendo como un ceporro.
- ¿Y ahora qué? - Preguntó Arturo mientras daba la mano a Alicia.
- Ahora... Déjame descansar un rato junto a mi chico. Estoy cansada de ser una líder por hoy.
En aquel momento, Alicia sólo tenía una prioridad: Sacar a todos de aquel laboratorio e intentar sobrevivir. Después pensaría cómo llegar al metro a rescatar a Degtyarev y a los otros.
Arturo y los demás habían conseguido apuntalar la puerta pero no resistiría mucho las embestidas de los zombies. Además, según el científico, había todavía un zombie rondando por el edificio cuyo nombre era Caín y que era aún más inteligente que aquel zombie al que derrotaron entre Ferrnando y ella. Solamente un milagro podría sacarlos de ésta. Todos se reunieron en torno al científico.
- Bueno - Dijo Alicia- ¿Cómo podemos salir de la azotea?
- Pues no lo sé, joder, solo soy un científico pero liberadme, dejad que me defienda cuando esos zombies consigan entrar.
- No tendremos oportunidad- Sollozó el pequeño Cody
- No te preocupes, hemos salido de situaciones más complicadas, pequeño -Dijo Arturo alborotando el pelo del pequeño. Cody le abrazó.Tenía miedo y no podía evitarlo.
- Arturo, no estoy muy seguro de que podamos salir de esta - Dijo Facundo con su arma en la mano- Hagamos recuento de municiones.
- Yo tengo el cargador casi sin usar y otro más en el bolsillo - Dijo Fernando - Y mis puños siempre listos.
- Yo he perdido mi arma - Dijo Michael- Con todo el jaleo de la explosión... Pero tengo mi tubería.
- Yo tengo dos armas, toma una -Dijo Alicia lanzándole un arma y un cargador de repuesto. - Yo me quedaré con mi Glock me quedan dos cartuchos y 12 balas en el que tengo puesto. ¿Y tú Facundo?
- Tengo munición suficiente. He preferido el sigilo a las balas para llegar hasta aquí.
- Tengo mi arma a punto y lista para usarse - Dijo Hopkins- Aunque me vendría mejor tener un par de armas más.
- Yo tengo este arma - Dijo Cody- La conseguí por el camino pero no tengo puntería.
- ¿Y qué te parece, Cody? Si yo me quedo con esa arma - Dijo Marco - Y me encargo de protegerte hasta que salgamos de aquí.
- Yo te protegeré - Djo el guarda de seguridad- Te debo una. Tengo mi pequeña pistola dispuesta para cargarse algunos zombies.
- Bueno.... Dijo Cody a regañadientes y le dio su arma a Marco.
- ¿Y tú? - Preguntó Alicia a aquel sujeto silencioso y callado- ¿No tienes nada?
- ¿Él? Él mató a Effy -Dijo Michael- ¿Crees que deberíamos darle un arma?
- Me da igual a quién matara. Yo maté a Simón, cuantos más disparemos, más oportunidades tendremos de salir vivos de aquí.
- Yo no tengo armas, solamente tengo estos cuchillos. Las perdí ahí abajo.
- Ey - DIjo Pablo- Yo tengo mi arma y la de Soraya. Ella ya no la necesitará más... Toma. - Ariel recibió su arma y una extraña sonrisa se dibujó en su rostro mientras la miraba con deseo.
- Capullo, no hagas tonterías - Dijo Arturo mientras le ponía su pistola en la cabeza- Tú mataste a mi novia y no dejaré que mates a nadie más. No me costará nada apretar el gatillo cuando sea necesario.
- Arturo, tranquilo. No hará nada malo. - Dijo Alicia- Tienes muchos zombies con los que acabar.
- ¿Y yo? - Gritó el científico desde su posición - ¿No me vais a liberar?
- Creo que deberíamos hacerlo- Dijo Hopkins- No vendrá mal un tirador más.
Alicia y los demás discutieron durante largo tiempo qué es lo que deberían hacer. Si probar a saltar al otro edificio o esperar que no hubiera demasiados zombies en el laboratorio y poder enfrentarse a todos ellos. La idea de saltar a la fábrica quedó rápidamente descartada. La altura del lugar en el que se encontraban era considerable y la diferencia de altura con el edificio contiguo era de al menos 5 pisos. Si saltaban, lo menos que podría sucederles era que se rompieran una pierna y, en cualquier caso, serían comida fácil para los zombies.
Su única opción era esperar a que aquellos podridos derribasen la puerta.
No tuvieron que esperar mucho. Los zombies entraron, primero de uno en uno y luego, cuando por fin consiguieron tirar la puerta abajo, entraban de tres en tres. Eran demasiados para enfrentarse a ellos pero aquel grupo de valientes no podía rendirse. Su torpe caminar les daba unos segundos valiosos que no desperdiciaban. Fue Fernando el que inició el tiroteo.
Ariel hacía blanco casi todas las veces que disparaba, igual que Facundo y Alicia. El pequeño Cody se refugiaba detrás de Marco y Martin, el guarda de seguridad que se movía con dificultad. Hopkins y Arturo se habían subido a puntos elevados para mejorar su puntería. Unos disparos sesgaban partes de sus cabezas, cubriendo todo de sesos y sangre, otros disparos, los de Marco principalmente, amputaban sus miembros, herían sus rodillas o partían pedazos de su cuerpo. Miembros cercenados, vísceras, sangre y restos humanos salpicaban a los tiradores y los zombies se acercaban por momentos.
Pablo y el científico eran los puntos más débiles del grupo ya que jamás habían disparado un arma y se empezaban a quedar rezagados. Habían conseguido una distancia importante respecto a los zombies cuando escucharon un sonido extraño, inusual en aquellos tiempos, no era un coche... Era un otra cosa pero estaban demasiado concentrados disparando. De pronto, aquel pájaro con luces apareció en el cielo y una nueva oportunidad se abrió para los supervivientes.
- UN HELICÓPTERO, UN HELICÓPTERO - Empezó a gritar Cody desde su posición segura. - Podemos salvarnos, seguid disparando.
Todos miraron al cielo y vieron aquel helicóptero con sus luces encendidas. Dispararon al cielo para hacerles ver que seguían vivos e hicieron signos con las manos, al menos Cody y Pablo que eran los que más se habían entusiasmado con la idea del helicóptero. Este inclinó sus alas, era cuestión de tiempo que les rescatasen.
Fue un momento decisivo ya que un zombie atrapó a Pablo, le mordió en el cuello y disfrutó con cada litro de su tibia sangre y con cada gramo de su deliciosa carne. Varios zombies se avalanzaron sobre él pero, mientras le devoraban, Pablo tuvo tiempo de lanzarse por la azotea, llevándose consigo 4 de los zombies que acosaban a los supervivientes. Hopkins sonrió, al menos su secreto estaría a salvo.
Todos se acercaron a los puntos elevados donde estaban Fernando y Hopkins. El helicóptero se sitúó sobre sus cabezas e hizo descender una pequeña escalerilla. El primero en ponerse a salvo fue Cody, seguido de Martin, el guarda de seguridad. Los zombies estaban casi sobre ellos cuando Alicia y Arturo seguían disparando sus armas, detrás, Facundo y Marco subieron, Ariel y Hopkins fueron los siguientes. El científico sería el siguiente y Fernando subiría en último lugar defendiendo el fuerte.
Sin embargo, mientras subía Hopkins, la escalerilla se rompió. Afortunadamente, había conseguido alcanzar el borde. Solo quedaba Fernando abajo y los zombies casi habían conseguido subir a su posición segura.
- Sálvele- Gritó Alicia al piloto.
Otro le hubiera dejado abandonado a su suerte pero aquel piloto debía tener todavía algo de humanidad y decidió descender hasta donde estaba él. Arturo, Facundo y Marco le dieron sus manos para ascenderle y, por fin se encontró a salvo dentro del helicóptero. Se abrazó a su arma y rezó como hacía años que no lo hacía. Sus rezos se vieron interrumpidos por un infernal pitido.
- Mierda - Gritó el piloto- Llevamos demasiado peso. Vamos a estrellarnos. Debemos llevar algún zombie agarrado.
- No se preocupe- Dijo el científico que aún no tenía nombre- Mi nombre es Héctor Martínez Pérez. Soy científico, recuerden lo que hoy hice por ustedes- Y saltó del helicóptero por lo que los zombies que habían agarrado el helicóptero cayeron al soltarse intentando atraparle.
- Una lástima - Dijo el piloto- Ya podemos tomar altura...
El helicóptero sufrió una turbulencia, se inclinó al lado derecho. Martin cayó desde mucha altura. Estaría muerto antes de llegar al suelo. Cody lloró la pérdida de aquel hombre. Y se quedó dormido en el regazo de Alicia.
- Soy el Teniente Cazorla, el piloto es Fuentes y esta es mi mano derecha, la Sargento María Márquez.
- Les llevamos a un punto seguro. Ya nos explicarán qué hacían aquí. ¿Quién es su líder?
- Se podría decir.... - Dijo Hopkins- Qué es esa mujer qué está ahí sentada o aquel hombre de allí. - Señaló a Facundo.
- A mí no me miren, primero las damas- Dijo Facundo- Soy su segundo al mando.
- Ja, ja- Dijo Márquez- Así me gusta, una mujer con un par de huevos. Tanto hombre y ella es la jefa.
- Esa soy yo, Alicia y me temo que, al igual que lo que se hacía ahí dentro, nuestra situación ahí es confidencial.
- Veo que además de un par de huevos, eres una borde... Me cae bien esta tía.
- ¿Sabían dónde estaban?
- ¿En un laboratorio secreto del gobierno? Sí...lo sabíamos pero tranquilo, después de cómo va todo, no creo que haya nadie a quién podamos decírselo. ¿Verdad, chicos?
- No diremos nada - Dijo Arturo- Se lo juro por Arturo, que soy yo
- ¿Les importaría hacer una parada antes de ir a dónde quiera que vayamos?
- ¿Quieres ir de compras? - Preguntó el piloto.
- Pedazo de capullo, hace dos noches dejamos a un grupo de unos 30 supervivientes atrapados en el metro y tenemos que regresar a por ellos. Sé que están vivos y si no lo están, al menos quiero comprobarlo.
- Bueno, primero les llevaremos al refugio y después pensaremos cómo entrar en el metro.
El teniente se dio la vuelta y comezó a hablar con el piloto y la sargento Márquez. Marco charlaba amistosamente con Fernando y Hopkins acariciaba su arma sin dejar de mirar a Ariel, le tendría vigilado. Ariel se dio cuenta de la mirada de Hopkins pero miraba por la ventanilla, Facundo pensaba en lo que acababa de pasar con los ojos cerrados y Cody seguía durmiendo como un ceporro.
- ¿Y ahora qué? - Preguntó Arturo mientras daba la mano a Alicia.
- Ahora... Déjame descansar un rato junto a mi chico. Estoy cansada de ser una líder por hoy.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Localización : Como dice Tatsu... Villadolor xDDD
Fecha de inscripción : 11/02/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
-Sergio,¿has visto a Cody?
-¿Cody?no,no lo he visto,¿quién era Cody?
-Vamos carajo,el niño ese que siempre andaba conmigo y tenia una maldita ardilla en una jaula,¡ese niño!
-No tio,no lo he visto,pero si quieres puedo ayudarte.
-¿Por que tanto escandalo?-Preguntaba Carlos que salia de uno de los dormitorios.
-Ese chico Cody,el niño que siempre andaba tras mio,ha desaparecido.-Decia desesperadamente Degtyarev.
-No te preocupes,debe estar por aquí,dudo mucho de que se haya ido.
-¿Cuándo fué la última vez que lo viste?-Prosiguió Sergio.
-Sinceramente no lo recuerdo,enserio.
-Miren -Prosiguió Degtyarev- si están con "ganas de ayudarme ¿por que no nos separamos?Seria bueno que uno preguntara en el comedor,otro en el dormitorio y otro en los túneles de guardia.
-He,es buena idea iré a la cocina.-Decia Sergio mientras se levantaba de su silla.
-Entonces yo me quedo aquí en los dormitorios a preguntar.
-Bueno,yo en los túneles de guardia,recuerden,es un niño bajo con una ardilla en una jaula,no lo se,alguien lo habrá visto...espero.
-No te preocupes,ya lo encontraremos.-Decia Carlos mientras se dirijia a la cocina.
-Cuidate Degtyarev.-Le dijo Sergio que se adentraba en los dormitorios.
-Bueno...a los túneles supongo...-Murmuró Degtyarev en voz baja y se dirijia a los túneles dondeu n par de horas antes casi es devorado.
El chico le había dado un par de problemas hace solo un par de días,pero eran buenos compañeros,se jugó la vida por él en uno de los callejones no hace mucho y casi no lo cuenta.Además fue Cody el chico que lo encontró entre los escombros y fue él quien le dió compañia ahí fuera.Por eso mismo debia buscarlo cueste lo que cueste.
-¡Oigan!-Gritó Degtyarev hacia Sergio y Carlos.
-!Vayamos hacia la salida,tengo un presentimiento!
-Pero detrás de las rejas he,el otro lado está lleno de zombies.
-No te preocupes,solo vamos a quedarnos un rato,creo que algo va a pasar.-Murmuraba Degtyarev mientras empuñaba su M16 y ponía su mascara de hockey.
No tardaron mucho en subir las escaleras electricas viejas y llegar a la superficie,del otro lado había una horda de zombies,pero una gran verja les impedía el paso.
-Bueno vamos a quedarnos aquí a esperar no se que dcosa,asi que vamos a sentarnos.-Decia Carlos mientras bostezaba.
-¿Cody?no,no lo he visto,¿quién era Cody?
-Vamos carajo,el niño ese que siempre andaba conmigo y tenia una maldita ardilla en una jaula,¡ese niño!
-No tio,no lo he visto,pero si quieres puedo ayudarte.
-¿Por que tanto escandalo?-Preguntaba Carlos que salia de uno de los dormitorios.
-Ese chico Cody,el niño que siempre andaba tras mio,ha desaparecido.-Decia desesperadamente Degtyarev.
-No te preocupes,debe estar por aquí,dudo mucho de que se haya ido.
-¿Cuándo fué la última vez que lo viste?-Prosiguió Sergio.
-Sinceramente no lo recuerdo,enserio.
-Miren -Prosiguió Degtyarev- si están con "ganas de ayudarme ¿por que no nos separamos?Seria bueno que uno preguntara en el comedor,otro en el dormitorio y otro en los túneles de guardia.
-He,es buena idea iré a la cocina.-Decia Sergio mientras se levantaba de su silla.
-Entonces yo me quedo aquí en los dormitorios a preguntar.
-Bueno,yo en los túneles de guardia,recuerden,es un niño bajo con una ardilla en una jaula,no lo se,alguien lo habrá visto...espero.
-No te preocupes,ya lo encontraremos.-Decia Carlos mientras se dirijia a la cocina.
-Cuidate Degtyarev.-Le dijo Sergio que se adentraba en los dormitorios.
-Bueno...a los túneles supongo...-Murmuró Degtyarev en voz baja y se dirijia a los túneles dondeu n par de horas antes casi es devorado.
El chico le había dado un par de problemas hace solo un par de días,pero eran buenos compañeros,se jugó la vida por él en uno de los callejones no hace mucho y casi no lo cuenta.Además fue Cody el chico que lo encontró entre los escombros y fue él quien le dió compañia ahí fuera.Por eso mismo debia buscarlo cueste lo que cueste.
-¡Oigan!-Gritó Degtyarev hacia Sergio y Carlos.
-!Vayamos hacia la salida,tengo un presentimiento!
-Pero detrás de las rejas he,el otro lado está lleno de zombies.
-No te preocupes,solo vamos a quedarnos un rato,creo que algo va a pasar.-Murmuraba Degtyarev mientras empuñaba su M16 y ponía su mascara de hockey.
No tardaron mucho en subir las escaleras electricas viejas y llegar a la superficie,del otro lado había una horda de zombies,pero una gran verja les impedía el paso.
-Bueno vamos a quedarnos aquí a esperar no se que dcosa,asi que vamos a sentarnos.-Decia Carlos mientras bostezaba.
DarkHades- Pirómano
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Localización : Refugiándome en la estación de bomberos.
Fecha de inscripción : 11/01/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Estábamos en la superficie Yo, Sergio y Degtyarev, mirando a la horda de zombies, sin que ellos se diesen ni cuenta.
Carlos- Sabes que si nos ven tendremos graves problemas.
Degtyarev- Eso no es lo que me preocupa, os acordáis del chico nuevo?
Sergio- Si, el otaku ese que llego desde un andén.
Degtyarev- Yo tenía mis dudas de como había llegado al metro, cuando mis sospechas se desvelaron. Algunos zombies le habían seguido, se estaban dando cuenta de que aquí abajo había comida.
Carlos- Espera, eso es un problema muy gordo, si esa inquietud se las transmiten a los demás zombies, no dudarán en tirar la valla a golpes.
Degtyarev- Por eso este refugio no nos servirá de mucho, esperemos que esta valla aguante todo lo posible.
En ese momento algunos zombies se acercaron a la valla, como si instintivamente supieran que estábamos ahí.
Sergio- Chsss, silencio, si nos oyen estaremos muertos.
Los zombies, empezaron a arañar la verja, nos habían olido y estaban atrayendo a los demás.
Carlos- Degtyarev, quédate aquí controlando la situación mientras Sergio y yo bajamos para armarnos y alertar a la gente que esté preparada por si hay una intrusión.
Degtyarev- Daros prisa, si entran no los podré retener mucho tiempo
Rápidamente Sergio y yo bajamos hasta la estación y alertamos a la gente de esa posibilidad.
Kenny- Chicos, yo os acompañaré arriba, no me fío de vosotros jejeje.
Los 3 volvimos a subir a la superficie. Allí estaba Degtyarev algo alterado por que los zombie habían empezado a golpear la valla.
Degtyarev- No se cuanto aguantará, pero creo que si disparamos será peor aun ya que solo hay unos 20 golpeando la valla, si disparamos tendremos cientos atacándonos.
Kenny, se acercó a la valla donde se encontraban los zombies.
Apoyándose en la valla dijo:
Kenny- Chicos, yo entiendo de metales, y esta valla es muy resistente. No cederá al menos de que un ingente número de zombies la presione.
En ese momento, kenny se dio la vuelta para explicárnoslo. Lo que le permitió a un zombie morderle en la pierna.
Carlos- Joder, ya me lo temía, para que te acercas tanto!
Kenny- Mierda, escuece mucho.
Sergio- Tenemos que llevarlo abajo rápidamente.
Lo cogimos entre los 3 y bajamos corriendo hasta la estación, allí intentamos sanarlo, pero sabíamos que no tenía salvación alguna.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Hubiera escrito algo mejor, pero estoy muerto de sueño y no tenía apenas ganas de escribir. Esta no era la muerte que tenía pensada, pero Darky me forzó.
Carlos- Sabes que si nos ven tendremos graves problemas.
Degtyarev- Eso no es lo que me preocupa, os acordáis del chico nuevo?
Sergio- Si, el otaku ese que llego desde un andén.
Degtyarev- Yo tenía mis dudas de como había llegado al metro, cuando mis sospechas se desvelaron. Algunos zombies le habían seguido, se estaban dando cuenta de que aquí abajo había comida.
Carlos- Espera, eso es un problema muy gordo, si esa inquietud se las transmiten a los demás zombies, no dudarán en tirar la valla a golpes.
Degtyarev- Por eso este refugio no nos servirá de mucho, esperemos que esta valla aguante todo lo posible.
En ese momento algunos zombies se acercaron a la valla, como si instintivamente supieran que estábamos ahí.
Sergio- Chsss, silencio, si nos oyen estaremos muertos.
Los zombies, empezaron a arañar la verja, nos habían olido y estaban atrayendo a los demás.
Carlos- Degtyarev, quédate aquí controlando la situación mientras Sergio y yo bajamos para armarnos y alertar a la gente que esté preparada por si hay una intrusión.
Degtyarev- Daros prisa, si entran no los podré retener mucho tiempo
Rápidamente Sergio y yo bajamos hasta la estación y alertamos a la gente de esa posibilidad.
Kenny- Chicos, yo os acompañaré arriba, no me fío de vosotros jejeje.
Los 3 volvimos a subir a la superficie. Allí estaba Degtyarev algo alterado por que los zombie habían empezado a golpear la valla.
Degtyarev- No se cuanto aguantará, pero creo que si disparamos será peor aun ya que solo hay unos 20 golpeando la valla, si disparamos tendremos cientos atacándonos.
Kenny, se acercó a la valla donde se encontraban los zombies.
Apoyándose en la valla dijo:
Kenny- Chicos, yo entiendo de metales, y esta valla es muy resistente. No cederá al menos de que un ingente número de zombies la presione.
En ese momento, kenny se dio la vuelta para explicárnoslo. Lo que le permitió a un zombie morderle en la pierna.
Carlos- Joder, ya me lo temía, para que te acercas tanto!
Kenny- Mierda, escuece mucho.
Sergio- Tenemos que llevarlo abajo rápidamente.
Lo cogimos entre los 3 y bajamos corriendo hasta la estación, allí intentamos sanarlo, pero sabíamos que no tenía salvación alguna.
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Hubiera escrito algo mejor, pero estoy muerto de sueño y no tenía apenas ganas de escribir. Esta no era la muerte que tenía pensada, pero Darky me forzó.
PeKaDoR- Lich King
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Edad : 29
Localización : Almeria
Fecha de inscripción : 23/04/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Debilmente, abri parcialmente mis ojos...
la luz me cegó por unos instantes, pero, al cabo de un rato, pude ver de nuevo...
Seguiamos en este mundo, en esta maldita infeccion, desde el helicoptero se podia ver las calles vacias, solo uno que otro zombi deambulaba por ahi...
zombi, esa maldita criatura, una resureccion de un cadaver, un ser sin alma y sin sentimientos que mata solo por comida,
un ser tan fuerte como un gorila, pero tan fragil como una tostada, un ser que causa caos, panico y destruccion, al que su unico punto debil es la cabeza...
Pero...
¿que estoy diciendo? ¿Acaso me volvi loco? ¿Acaso sedí ante la Paranoía?
No, no es eso, no puede ser eso...
aunque... si no es eso... ¿que cosa es?
Será que... ¿me volvi debil?
Si, es eso,
me he vuelto debil,
a cada segundo que pasaba.. a cada muerte que presenciaba, aumentaba mi miedo a la muerte, y eso...
eso me volvio debil,
Pero..
¿Por que todas las personas a las que llego a querer, mueren?¿acaso es mi culpa?¿Soy yo la causa de sus muertes?
Si... es eso,
salen heridos o a veces hasta mueren intentando protegerme,
sabian que me volvi debil, y me protegieron sin importarles sus vidas,
¿Por que lo hizieron? Yo nunca se lo pedi...
Aquel hombre misterioso... Martin... Mamá... sufrieron por mi culpa...
Alex... El padre de Sam...
Samantha...
esa persona a la que logre amar, a la que le prometí defenderla sin importar mi vida,
a la que yo mismo asesiné, con un disparo accidental en la cabeza...
Y pensar que cuando empezó la infeccion logre avanzar sin ayuda a la ciudad, persiguiendo a Willis,
ja.. ja...
Ese dia...
Ese dia Conoci a Degtyarev... estaba bajo los escombros,
por lo que me explicó, su equipo se olvido de el, e hizo explotar el edificio en donde estaban...
hasta ahora, sigo recordando su rostro, esa mascara de hockey, esa decision al hablar, esa...
esa...
Espera... ¿Donde esta degryarev?
¿Donde fue la ultima vez que lo vi?
Si, en el metro... Pero..
Alicia tambien estaba ahi, y ahora esta con nosotros..
Tal vez esta muerto...
NO
no puede ser...
El no moriria tan facilmente, ademas... yo se que el nunca morirá...
El es fuerte.. si, Muy fuerte!!...
el...
a pesar de tener que protegerme, a pesar de tener que soportarme, a pesar de que su propio equipo lo abandono, a pesar de que las situaciones se ponen feas, el siempre ha salido adelante, en las buenas y en las malas, sin importar que dificultad se le presente...
Y... yo..
yo se que el sigue vivo...
y a partir de ahora, yo tambien seré fuerte,
empezaré por no volver a querer a nadie...
No, eso no es ser fuerte... entonces... ¿por donde comienzo..?
ah, ya se...
no volveré a causarle mas daño a nadie,
a partir de ahora, yo me cuidare solo, y... ya no tendre miedo...
porque el miedo solo causa dolor...
y no quiero volver a sufrir....
Aunque..
por ahora... debo descanzar...
la luz me cegó por unos instantes, pero, al cabo de un rato, pude ver de nuevo...
Seguiamos en este mundo, en esta maldita infeccion, desde el helicoptero se podia ver las calles vacias, solo uno que otro zombi deambulaba por ahi...
zombi, esa maldita criatura, una resureccion de un cadaver, un ser sin alma y sin sentimientos que mata solo por comida,
un ser tan fuerte como un gorila, pero tan fragil como una tostada, un ser que causa caos, panico y destruccion, al que su unico punto debil es la cabeza...
Pero...
¿que estoy diciendo? ¿Acaso me volvi loco? ¿Acaso sedí ante la Paranoía?
No, no es eso, no puede ser eso...
aunque... si no es eso... ¿que cosa es?
Será que... ¿me volvi debil?
Si, es eso,
me he vuelto debil,
a cada segundo que pasaba.. a cada muerte que presenciaba, aumentaba mi miedo a la muerte, y eso...
eso me volvio debil,
Pero..
¿Por que todas las personas a las que llego a querer, mueren?¿acaso es mi culpa?¿Soy yo la causa de sus muertes?
Si... es eso,
salen heridos o a veces hasta mueren intentando protegerme,
sabian que me volvi debil, y me protegieron sin importarles sus vidas,
¿Por que lo hizieron? Yo nunca se lo pedi...
Aquel hombre misterioso... Martin... Mamá... sufrieron por mi culpa...
Alex... El padre de Sam...
Samantha...
esa persona a la que logre amar, a la que le prometí defenderla sin importar mi vida,
a la que yo mismo asesiné, con un disparo accidental en la cabeza...
Y pensar que cuando empezó la infeccion logre avanzar sin ayuda a la ciudad, persiguiendo a Willis,
ja.. ja...
Ese dia...
Ese dia Conoci a Degtyarev... estaba bajo los escombros,
por lo que me explicó, su equipo se olvido de el, e hizo explotar el edificio en donde estaban...
hasta ahora, sigo recordando su rostro, esa mascara de hockey, esa decision al hablar, esa...
esa...
Espera... ¿Donde esta degryarev?
¿Donde fue la ultima vez que lo vi?
Si, en el metro... Pero..
Alicia tambien estaba ahi, y ahora esta con nosotros..
Tal vez esta muerto...
NO
no puede ser...
El no moriria tan facilmente, ademas... yo se que el nunca morirá...
El es fuerte.. si, Muy fuerte!!...
el...
a pesar de tener que protegerme, a pesar de tener que soportarme, a pesar de que su propio equipo lo abandono, a pesar de que las situaciones se ponen feas, el siempre ha salido adelante, en las buenas y en las malas, sin importar que dificultad se le presente...
Y... yo..
yo se que el sigue vivo...
y a partir de ahora, yo tambien seré fuerte,
empezaré por no volver a querer a nadie...
No, eso no es ser fuerte... entonces... ¿por donde comienzo..?
ah, ya se...
no volveré a causarle mas daño a nadie,
a partir de ahora, yo me cuidare solo, y... ya no tendre miedo...
porque el miedo solo causa dolor...
y no quiero volver a sufrir....
Aunque..
por ahora... debo descanzar...
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Fecha de inscripción : 24/07/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Abro los ojos y me quedo unos segundos mirando hacia el techo, por un momento casi creo oler las tostadas recién hechas, luego me doy cuenta de donde estoy y siento como si me cayese un cubo de agua fría encima.
Giro mi cuerpo y vomito, últimamente lo hago mucho. Pesadamente me incorporo y engullo el resto de las alubias que tomé para cenar. He recorrido tres supermercados ya, pero todo está saqueado.
En ocasiones pienso que sería más fácil rendirse, ponerle fin a todo. Pero cada vez que esa idea viene a mi mente, una voz femenina me susurra al oido que tengo que seguir.
¿Por qué? le pregunto.
Pero nunca obtengo respuesta, así que simplemente sigo, como siempre, moviéndome durante el día, escondido durante la noche. A él le pertenece la noche, y no puedo arriesgarme a que me atrape. Aún no, no estoy preparado para enfrentarme al diablo.
Termino de comer las sobras y me acerco a las ventanas tapiadas. Es lo que hago cada vez que encuentro un sitio nuevo, mi particular protocolo de seguridad. Bloqueo puertas y ventanas de forma que ninguno de los pobres condenados de ahí afuera pueda ver la luz del interior. Siempre mantengo una pequeña vela encendida, creo que él me atraparía si no lo hiciese.
De modo que miro a través de un pequeño hueco en la madera y echo un vistazo a la calle. Hay más que cuando me fui a dormir. A veces me pregunto si tendrán algún método para detectarme. Por suerte al escoger un sitio, siempre me aseguro de que tenga una salida de emergencia, puedo parecer algo obsesivo, pero por algo sigo vivo.
Recojo mis bártulos y subo a la azotea por una escalera de mano que se encuentra en la trastienda. Calculo que deben ser alrededor de las dos de la tarde, pues el sol ya está en su momento álgido. Me quedo de pie unos segundos disfrutando del calor que me proporciona. Me acerco al borde de la azotea y observo el panorama.
Sí, está claro que ha aumentado el número de infectados desde ayer. Me quedo observándoles por un momento, están estáticos, como si esperasen algo, algo que les volviese a poner en movimiento. Uno de ellos se percata de mi presencia y comienza a gemir y a alzar los brazos, en un imposible intento de atraparme.
Los demás se activan al oir los gemidos de su compañero y le acompañan en su pobre intento de llegar hasta mí, levantando sus brazos y agitándolos perezosamente.
Cuando los veo así casi puedo sentir lástima por ellos, esas personas no decidieron ser así, ellas son las verdaderas víctimas de todo esto. Siempre trato de evitar pensar en ellos como "el enemigo". No, ellos no son el enemigo, el verdadero enemigo es él, el ha infectado este lugar con su ponzoña. Mi deber es salvar a todo el que pueda de él y destruirle, o morir en el intento.
Entonces lo oigo, al principio es un ligero susurro arrastrado por el viento, pero luego se va haciendo más fuerte hasta que veo aparecer el helicóptero entre los edificios.
No hace falta que haga señales, ellos me han visto y vienen hacia mí. Se posicionan sobre mí y veo como me lanzan una escalerilla. Pongo una mano sobre ella, pero dudo sobre si subir o no. Tal vez esté poniendo en peligro a esta gente si voy con ellos, no saben que el Diablo está a mi espalda.
Sube, Connor me susurra mi padre mientras me pone una mano en el hombro.
Sin mediar palabra, agarro la escalerilla con las dos manos y comienzo a escalar. Cuando estoy a punto de subir al helicóptero, una mano me ayuda a subir del todo.
- Hola, soy el...- el hombre siguió hablando, pero Connor no lo escuchaba, su mirada se encontraba fija sobre la ciudad. No sabía la magnitud de los daños hasta que lo vio todo desde esa perspectiva. Una ciudad maldita, habitada por espíritus que se resisten a dejar este mundo.- vamos a llevarle a un lugar seguro. ¿Me está escuchando, señor?
Asentí sin apartar la mirada de la ciudad.
Tras quince minutos de viaje, pude atisbar nuestro destino. El ejército había instaurado un perímetro de al menos veinte kilómetros, fuertemente vallado y protegido. Parece que al fin se han puesto las pilas. En el interior del perímetro, hay multitud de improvisadas tiendas de campaña, y dos bloques de pisos junto a algunas tiendas. Hay más gente de la que esperaba, en algunos momentos llegué a creer que estaba yo solo en esta maldita ciudad.
El helicóptero empieza a descender y al tomar tierra, el mismo hombre que me acompañaba durante el trayecto me lleva al interior de uno de los edificios y me guia hasta lo que parece un comedor, allí me sirven un cuenco de sopa de tomate y me entregan una manta. Aún sin decir nada, me dispongo a comer, tengo que hacerlo despacio, o podría volver a vomitar.
A mi alrededor hay un gran bullicio. Un soldado entra al comedor y alcanzo a oir lo que le dice al que parece ser su superior:
- Señor, el teniente Cazorla vuelve a la base, y por lo visto tiene compañía...
Giro mi cuerpo y vomito, últimamente lo hago mucho. Pesadamente me incorporo y engullo el resto de las alubias que tomé para cenar. He recorrido tres supermercados ya, pero todo está saqueado.
En ocasiones pienso que sería más fácil rendirse, ponerle fin a todo. Pero cada vez que esa idea viene a mi mente, una voz femenina me susurra al oido que tengo que seguir.
¿Por qué? le pregunto.
Pero nunca obtengo respuesta, así que simplemente sigo, como siempre, moviéndome durante el día, escondido durante la noche. A él le pertenece la noche, y no puedo arriesgarme a que me atrape. Aún no, no estoy preparado para enfrentarme al diablo.
Termino de comer las sobras y me acerco a las ventanas tapiadas. Es lo que hago cada vez que encuentro un sitio nuevo, mi particular protocolo de seguridad. Bloqueo puertas y ventanas de forma que ninguno de los pobres condenados de ahí afuera pueda ver la luz del interior. Siempre mantengo una pequeña vela encendida, creo que él me atraparía si no lo hiciese.
De modo que miro a través de un pequeño hueco en la madera y echo un vistazo a la calle. Hay más que cuando me fui a dormir. A veces me pregunto si tendrán algún método para detectarme. Por suerte al escoger un sitio, siempre me aseguro de que tenga una salida de emergencia, puedo parecer algo obsesivo, pero por algo sigo vivo.
Recojo mis bártulos y subo a la azotea por una escalera de mano que se encuentra en la trastienda. Calculo que deben ser alrededor de las dos de la tarde, pues el sol ya está en su momento álgido. Me quedo de pie unos segundos disfrutando del calor que me proporciona. Me acerco al borde de la azotea y observo el panorama.
Sí, está claro que ha aumentado el número de infectados desde ayer. Me quedo observándoles por un momento, están estáticos, como si esperasen algo, algo que les volviese a poner en movimiento. Uno de ellos se percata de mi presencia y comienza a gemir y a alzar los brazos, en un imposible intento de atraparme.
Los demás se activan al oir los gemidos de su compañero y le acompañan en su pobre intento de llegar hasta mí, levantando sus brazos y agitándolos perezosamente.
Cuando los veo así casi puedo sentir lástima por ellos, esas personas no decidieron ser así, ellas son las verdaderas víctimas de todo esto. Siempre trato de evitar pensar en ellos como "el enemigo". No, ellos no son el enemigo, el verdadero enemigo es él, el ha infectado este lugar con su ponzoña. Mi deber es salvar a todo el que pueda de él y destruirle, o morir en el intento.
Entonces lo oigo, al principio es un ligero susurro arrastrado por el viento, pero luego se va haciendo más fuerte hasta que veo aparecer el helicóptero entre los edificios.
No hace falta que haga señales, ellos me han visto y vienen hacia mí. Se posicionan sobre mí y veo como me lanzan una escalerilla. Pongo una mano sobre ella, pero dudo sobre si subir o no. Tal vez esté poniendo en peligro a esta gente si voy con ellos, no saben que el Diablo está a mi espalda.
Sube, Connor me susurra mi padre mientras me pone una mano en el hombro.
Sin mediar palabra, agarro la escalerilla con las dos manos y comienzo a escalar. Cuando estoy a punto de subir al helicóptero, una mano me ayuda a subir del todo.
- Hola, soy el...- el hombre siguió hablando, pero Connor no lo escuchaba, su mirada se encontraba fija sobre la ciudad. No sabía la magnitud de los daños hasta que lo vio todo desde esa perspectiva. Una ciudad maldita, habitada por espíritus que se resisten a dejar este mundo.- vamos a llevarle a un lugar seguro. ¿Me está escuchando, señor?
Asentí sin apartar la mirada de la ciudad.
Tras quince minutos de viaje, pude atisbar nuestro destino. El ejército había instaurado un perímetro de al menos veinte kilómetros, fuertemente vallado y protegido. Parece que al fin se han puesto las pilas. En el interior del perímetro, hay multitud de improvisadas tiendas de campaña, y dos bloques de pisos junto a algunas tiendas. Hay más gente de la que esperaba, en algunos momentos llegué a creer que estaba yo solo en esta maldita ciudad.
El helicóptero empieza a descender y al tomar tierra, el mismo hombre que me acompañaba durante el trayecto me lleva al interior de uno de los edificios y me guia hasta lo que parece un comedor, allí me sirven un cuenco de sopa de tomate y me entregan una manta. Aún sin decir nada, me dispongo a comer, tengo que hacerlo despacio, o podría volver a vomitar.
A mi alrededor hay un gran bullicio. Un soldado entra al comedor y alcanzo a oir lo que le dice al que parece ser su superior:
- Señor, el teniente Cazorla vuelve a la base, y por lo visto tiene compañía...
Skimmer- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
¿Como pudimos llegar a esto?, tantas vidas...desperdiciadas, tanta muerte, dolor, y sufrimiento, ¿y para que?, para que un puñado de imbéciles usen su nueva arma para sus estúpidas guerras.
¿Que sentido tiene matar si no vas a recibir nada a cambio, si solo vas a salir perdiendo?, ¿por placer?, Michael nunca mató por placer, mató por odio, por dinero, por venganza, pero sentir placer al matar a alguien te aleja de tu humanidad cada vez mas, poco a poco, hasta que no sientes nada.
Michael había sentido la muerte de algunas de las personas que habían estado a su lado, durante aquellas semanas, aquellas horribles semanas, sabía quienes eran los responsables de aquello, y pensaba matarlos cuando saliera de allí.
Michael alejó esos pensamientos de la cabeza, y miró alrededor, los habían rescatado en un helicóptero, habían sido los militares, odiaba a los militares, en una ocasión casi lo matan, por ahora convenía que no supieran nada de el.
Durante el trayecto, observó en repetidas ocasiones a Ariel, buscando sus ojos, pero este apartaba la mirada, parecía que Hopkins también lo vigilaba con prudencia.
Arturo charlaba pausadamente con Alicia, Cody acababa de despertar, y los demas charlaban, mientras Facundo murmuraba cosas con los ojos cerrados.
-Oye, ¿tu eres Michael?¿no?-. Le preguntó Hopkins.
-Si, ¿por?
-Me he fijado que vigilas a ese chico, Ariel, creo que se llama.
-¿Y?
-¿No es la primera vez que lo ves?, ¿verdad?
-No
-¿Que hizo exactamente?
-Mató a alguien, de repente se volvió loco, y disparo a una pobre cría que apenas tendría 20 años.
Hopkins se callo de inmediato, parecía estar pensando en algo, no parpadeaba, como si algún mal recuerdo le viniese a la mente.
-Supongo que será esquizofrénico o algo así, por la forma en que actuo. Me gustaría pensar que no es culpa suya, ya le preguntare- Dijo Michael mientras Hopkins seguía absorto en sus pensamientos.
-Joder- Dijo Michael -¿Como coño llegamos a esto?
¿Que sentido tiene matar si no vas a recibir nada a cambio, si solo vas a salir perdiendo?, ¿por placer?, Michael nunca mató por placer, mató por odio, por dinero, por venganza, pero sentir placer al matar a alguien te aleja de tu humanidad cada vez mas, poco a poco, hasta que no sientes nada.
Michael había sentido la muerte de algunas de las personas que habían estado a su lado, durante aquellas semanas, aquellas horribles semanas, sabía quienes eran los responsables de aquello, y pensaba matarlos cuando saliera de allí.
Michael alejó esos pensamientos de la cabeza, y miró alrededor, los habían rescatado en un helicóptero, habían sido los militares, odiaba a los militares, en una ocasión casi lo matan, por ahora convenía que no supieran nada de el.
Durante el trayecto, observó en repetidas ocasiones a Ariel, buscando sus ojos, pero este apartaba la mirada, parecía que Hopkins también lo vigilaba con prudencia.
Arturo charlaba pausadamente con Alicia, Cody acababa de despertar, y los demas charlaban, mientras Facundo murmuraba cosas con los ojos cerrados.
-Oye, ¿tu eres Michael?¿no?-. Le preguntó Hopkins.
-Si, ¿por?
-Me he fijado que vigilas a ese chico, Ariel, creo que se llama.
-¿Y?
-¿No es la primera vez que lo ves?, ¿verdad?
-No
-¿Que hizo exactamente?
-Mató a alguien, de repente se volvió loco, y disparo a una pobre cría que apenas tendría 20 años.
Hopkins se callo de inmediato, parecía estar pensando en algo, no parpadeaba, como si algún mal recuerdo le viniese a la mente.
-Supongo que será esquizofrénico o algo así, por la forma en que actuo. Me gustaría pensar que no es culpa suya, ya le preguntare- Dijo Michael mientras Hopkins seguía absorto en sus pensamientos.
-Joder- Dijo Michael -¿Como coño llegamos a esto?
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-¿Está vivo?-Preguntó Degtyarev que miraba el cuerpo de Kenny a una distancia pudrente.
-Claro que está vivo.-Murmuró Carlos.
-Se ve muy palido,¿no creen?-Dijo Sergio.
Degtyarev junto con Sergio y Carlos contemplaban el cuerpo moribundo de Kenny que derramaba sangre a borbotones de su boca y largos y finos hilos de su pierna herida.Los médicos iban y venian con vendas,alcohol y trapos húmedos para parar su cada vez más insoportable fiebre.
-Yo no aguanto esto saben,está perdido.-Decia Degtyarev mientras salia de la sala.
-Esto es una mierda,no veo la hora en que esto acabe,en que esto vuelva a ser lo que era antes,dormir sin temor a que nada te devorara,salir con tu novia tranquilamente una noche de fin de semana y beber hasta estar empedo.
-Ya nada es igual Degtyarev,pero hay que seguir.-Sonó una voz en su cabeza,¿su padre?
-Tu ya no existes,estas muerto,muerto como aquellos seres de ahí fuera.
-¿En verdad piensas eso?
-Si,eso pienso.
-Te quiero mocoso llorón,hay una carta bajo tu armario,quiero que la veas cuando tengas oportunidad.
-No se si tendré oportunidad papá.
-Hijo...
-¿Que?
-Estoy en cada lágrima que derramas,cada bala que disparas,cada golpe que lanzas,estoy contigo.
-Hahaha papá...
-Estoy contigo en todo momento,en tu sangre,yo te daré el conocimiento que no tuve cuando lo requería,te quiero Degtyarev.
-Yo también papá.-Logró murmurar Degtyarev al salir al exterior y ver los zombies del otro lado de la verja contundente.
-Claro que está vivo.-Murmuró Carlos.
-Se ve muy palido,¿no creen?-Dijo Sergio.
Degtyarev junto con Sergio y Carlos contemplaban el cuerpo moribundo de Kenny que derramaba sangre a borbotones de su boca y largos y finos hilos de su pierna herida.Los médicos iban y venian con vendas,alcohol y trapos húmedos para parar su cada vez más insoportable fiebre.
-Yo no aguanto esto saben,está perdido.-Decia Degtyarev mientras salia de la sala.
-Esto es una mierda,no veo la hora en que esto acabe,en que esto vuelva a ser lo que era antes,dormir sin temor a que nada te devorara,salir con tu novia tranquilamente una noche de fin de semana y beber hasta estar empedo.
-Ya nada es igual Degtyarev,pero hay que seguir.-Sonó una voz en su cabeza,¿su padre?
-Tu ya no existes,estas muerto,muerto como aquellos seres de ahí fuera.
-¿En verdad piensas eso?
-Si,eso pienso.
-Te quiero mocoso llorón,hay una carta bajo tu armario,quiero que la veas cuando tengas oportunidad.
-No se si tendré oportunidad papá.
-Hijo...
-¿Que?
-Estoy en cada lágrima que derramas,cada bala que disparas,cada golpe que lanzas,estoy contigo.
-Hahaha papá...
-Estoy contigo en todo momento,en tu sangre,yo te daré el conocimiento que no tuve cuando lo requería,te quiero Degtyarev.
-Yo también papá.-Logró murmurar Degtyarev al salir al exterior y ver los zombies del otro lado de la verja contundente.
Última edición por DarkHades el Vie Nov 19, 2010 6:32 pm, editado 1 vez
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Aterrizamos. No creo que sea necesario describir lo que pasó anteriormente, no, mejor empezar de cero, olvidar lo que sucedió. Todavía estoy a tiempo de cambiar, mientras tenga las pastillas indicadas no me volveré loco.
Hoy descubrí que aunque seas el más malvado, siempre hay alguien que perdona tus pecados. Algunos me siguen tratando como un asesino, pero no me interesa.
Estoy en una base militar, parece que está todo bien vigilado. Tengo ganas de mear, voy al baño más cercano. Me miro frente al espejo y me lavo la cara. Estoy cansado, necesito dormir.
De repente, siento una punzada en el corazón. Me arrodillo al suelo, es el síntoma. Rebusco en mis bolsillos las píldoras, pero descubro que las perdí. El corazón me late con más fuerza, respiro con celeridad.
- Mierda, mierda, ¡¡MIERDA!!-
Tomo la pistola, tiene una bala. Empiezo a llorar, se me mete un pensamiento macabro: solo hay una forma de acabar con el monstruo, y tiene una bala. Me meto la pistola en la boca y amago a pulsar el gatillo. Con decisión tiro el arma lejos de mí, me enjuago las lágrimas y sonrío.
Salgo del baño, veo varias personas reunidas junto al avión. Me pude curar, desde ahora no tendré esos ataques de locura.
- Necesitamos planear la vuelta al metro para rescatar a los demás- decía el piloto. - Pero necesitamos voluntarios. -
- Esta es una misión difícil, necesitaremos dar todo para cumplirla. No los obligaré a venir con nosotros, pero tendrán mi respeto y confianza si lo hacen.
- Yo iré - digo mientras me adelanto.
- Bien, no saldremos inmediatamente, primero descansaremos y luego fijaremos el horario, ¿alguien más se ofrece?-
Desde entonces creí empezar una nueva vida, lo que no sabía era que llegaba a mi fin.
Hoy descubrí que aunque seas el más malvado, siempre hay alguien que perdona tus pecados. Algunos me siguen tratando como un asesino, pero no me interesa.
Estoy en una base militar, parece que está todo bien vigilado. Tengo ganas de mear, voy al baño más cercano. Me miro frente al espejo y me lavo la cara. Estoy cansado, necesito dormir.
De repente, siento una punzada en el corazón. Me arrodillo al suelo, es el síntoma. Rebusco en mis bolsillos las píldoras, pero descubro que las perdí. El corazón me late con más fuerza, respiro con celeridad.
- Mierda, mierda, ¡¡MIERDA!!-
Tomo la pistola, tiene una bala. Empiezo a llorar, se me mete un pensamiento macabro: solo hay una forma de acabar con el monstruo, y tiene una bala. Me meto la pistola en la boca y amago a pulsar el gatillo. Con decisión tiro el arma lejos de mí, me enjuago las lágrimas y sonrío.
Salgo del baño, veo varias personas reunidas junto al avión. Me pude curar, desde ahora no tendré esos ataques de locura.
- Necesitamos planear la vuelta al metro para rescatar a los demás- decía el piloto. - Pero necesitamos voluntarios. -
- Esta es una misión difícil, necesitaremos dar todo para cumplirla. No los obligaré a venir con nosotros, pero tendrán mi respeto y confianza si lo hacen.
- Yo iré - digo mientras me adelanto.
- Bien, no saldremos inmediatamente, primero descansaremos y luego fijaremos el horario, ¿alguien más se ofrece?-
Desde entonces creí empezar una nueva vida, lo que no sabía era que llegaba a mi fin.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
En cuanto el helicoptero aterrizó, todos bajaron, excepto Michael, que se quedó observando la pistola que le había dado Alicia, perplejo.
En uno de los laterales, estaba escrito ''MS'', ¿como coño había llegado hasta allí esa Glock?, fué el primer arma de fuego que utilizó, para matar a las tres personas que le habían jodido la vida.
La voz del piloto, lo sacó de su ensimismamiento.
- ¿Vas a bajar o no?
- Si, si, claro- Dijo, mientras se apresuraba a bajar.
El piloto reunió al grupo que había bajado del helicoptero.
- Bién, ¿donde decias que estan los demas?- le preguntó a Alicia.
- En el metro, hy que ir a buscarlos cuanto antes mejor- Dijo esta con seguridad, aunque se veía el miedo en sus ojos.
- Necesitamos planear la vuelta al metro para rescatar a los demás- decía el piloto. - Pero necesitamos voluntarios. Esta es una misión difícil, necesitaremos dar todo para cumplirla. No los obligaré a venir con nosotros, pero tendrán mi respeto y confianza si lo hacen.
- Yo iré - dijo Ariel mientras adelantaba unos pasos.
Ariel tenía los ojos rojos, y las mejillas humedas, parecía que había estado llorando
- Bien, no saldremos inmediatamente, primero descansaremos y luego fijaremos el horario, ¿alguien más se ofrece?-
De inmediato empezaron a ofrecerse, uno por uno, todos los que habían venido en el helicóptero, incluso Arturo, lo que le sorprendió bastante.
Todos se quedaron mirando a Michael.
- ¿Tu no vienes?- Le preguntó Alicia. Michel quedo pensativo,y al final respondió.
- Mierda de presión de grupo, ¿cuando salimos?.
- Mañana por la mañana, todos tenemos que descansar y rearmarnos, y por supuesto comer- Dijo el piloto con una sonrisa en la boca. - El Cabo García os llevara a vuestra ''habitación''-.
El tal soldado García los guió por la base, que habían montado en un barrio de las afueras de la ciudad, los dejó a todos en una tienda de campaña.
- Tendreis que compartirla, no tenemos muchas tiendas, y a no ser que os guste dormir con el viento en la cara, es lo que hay- Dijo García. - El baño está a unos 30 metros de aquí, por donde hemos venido , si teneis dudas, dirijios al teniente-
El cabo los dejó allí, Michael fué el primero en dejarse caer en la cama, ¿cuanto hacía que no dormían?, no le importaba, pensaba dormir lo que hiciera falta.
En uno de los laterales, estaba escrito ''MS'', ¿como coño había llegado hasta allí esa Glock?, fué el primer arma de fuego que utilizó, para matar a las tres personas que le habían jodido la vida.
La voz del piloto, lo sacó de su ensimismamiento.
- ¿Vas a bajar o no?
- Si, si, claro- Dijo, mientras se apresuraba a bajar.
El piloto reunió al grupo que había bajado del helicoptero.
- Bién, ¿donde decias que estan los demas?- le preguntó a Alicia.
- En el metro, hy que ir a buscarlos cuanto antes mejor- Dijo esta con seguridad, aunque se veía el miedo en sus ojos.
- Necesitamos planear la vuelta al metro para rescatar a los demás- decía el piloto. - Pero necesitamos voluntarios. Esta es una misión difícil, necesitaremos dar todo para cumplirla. No los obligaré a venir con nosotros, pero tendrán mi respeto y confianza si lo hacen.
- Yo iré - dijo Ariel mientras adelantaba unos pasos.
Ariel tenía los ojos rojos, y las mejillas humedas, parecía que había estado llorando
- Bien, no saldremos inmediatamente, primero descansaremos y luego fijaremos el horario, ¿alguien más se ofrece?-
De inmediato empezaron a ofrecerse, uno por uno, todos los que habían venido en el helicóptero, incluso Arturo, lo que le sorprendió bastante.
Todos se quedaron mirando a Michael.
- ¿Tu no vienes?- Le preguntó Alicia. Michel quedo pensativo,y al final respondió.
- Mierda de presión de grupo, ¿cuando salimos?.
- Mañana por la mañana, todos tenemos que descansar y rearmarnos, y por supuesto comer- Dijo el piloto con una sonrisa en la boca. - El Cabo García os llevara a vuestra ''habitación''-.
El tal soldado García los guió por la base, que habían montado en un barrio de las afueras de la ciudad, los dejó a todos en una tienda de campaña.
- Tendreis que compartirla, no tenemos muchas tiendas, y a no ser que os guste dormir con el viento en la cara, es lo que hay- Dijo García. - El baño está a unos 30 metros de aquí, por donde hemos venido , si teneis dudas, dirijios al teniente-
El cabo los dejó allí, Michael fué el primero en dejarse caer en la cama, ¿cuanto hacía que no dormían?, no le importaba, pensaba dormir lo que hiciera falta.
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Aquella noche ALicia durmió junto a Arturo como hacía semanas que no dormía, en aquel lugar se sentía segura y a salvo pero ¿por cuánto tiempo? Ya se había sentido así antes, cuando estaban en el centro comercial, cuando estaba en su casa con Fernando, en el metro... pero todas aquellos lugares habían sido reducidos a polvo y cenizas o habían sido invadidos por los zombies. Tenía esa sensación de falsa seguridad pero aquella noche, no pensaría en ello, estaba demasiado cansada para hacerlo.
En aquella pequeña tienda de campaña, había numerosos camastros tirados de cualquier manera. Junto a ella, dormía plácidamente el pequeño Cody. Y dos camas más allá Michael, a su derecha Facundo y a su izquierda Ariel. Los dos primeros cayeron redondos y roncaban como si les fuera la vida en ello, por su parte, Ariel no dormía, se limitaba a estar despierto, con los ojos abiertos y mirando entre la oscuridad. Fernando y Marco habían sido llevados a otra tienda de campaña junto a Hopkins.
Alicia cerró los ojos, pensando que había visto demasiado para poder volver a dormir pero el cansancio pudo con ella y, en cuanto cerró los ojos, se quedó dormida y soñó.
"Aquel sueño fue diferente a los sueños que había tenido durante los últimos dos años. Ella estaba entre algodones, paseando entre las nubes, mirando a izquierda y derecha, vestida con su vieja ropa de combate, sus vaqueros, su camiseta de "Yo sobreviví a una invasíon zombie" y sus deportivas.
Su vestimenta no pegaba nada con aquel lugar pero, cuando llegó a dos grandes puertas de hierro, sus viejos vaqueros roídos fueron sustituídos por un precioso vestido rojo de un solo hombro hasta las rodillas y unos zapatos de tacón. Y su pelo, despeinado hasta ese momento, caía recogido, haciendo ver su belleza natural.
Un Simón muy sonriente y desprovisto de cualquier herida la esperaba para llevarla hasta el final de las escaleras:
- Hola, Alicia, te estaba esperando. Has tardado demasiado.
- ¿Estoy muerta?
- Oh, no querida, no estás muerta, pero quiero llevarte a un sitio.
Simón la condujo por una enorme escalinata de mármol mientras mantenía una agradable conversación, impropia de él en otros tiempos. Al final de la escalera, sus antiguos amigos, Fernando, Zed, Luis, Jorge, Alex, Bergen, Rodrigo, Marina, Juan y muchos otros más jugaban una entretenida partida de póker.
- Alicia - Gritaron Fernando y los demás- Te echábamos de menos.
- Uyssss, que yo sepa no estoy muerta, ¿ por qué... estoy aquí con vosotros?
- Ni idea - Dijo Luis- Eres tú la que estás soñando con nosotros- Dijo tal y como lo recordaba Alicia.
- Has tardado demasiado en llegar, casi no nos da tiempo a advertirte.
- ¿Qué me tenéis que decir? ¿Dónde estoy? ¿Estoy soñando?
- Sí, esto es un sueño pero haznos caso, no durará mucho. Somos tu conciencia, la representación de lo que tu piensas pero que no te atreves a decir- Dijo Fernando- Por cierto, ya hablaremos, dentro de unos años.. ¿Arturo y tú? Por favor....
- Fernando, dila lo que querías decirla y no te metas con su nueva vida. - Dijo Zed- Además, hacen buena pareja.
- Bueno, pues eso, que no estás segura donde estás, siempre os ha pasado lo mismo. No te fíes de nadie que te diga que estás segura. Solo tú puedes ponerte a salvo... Llevaté a quién quieras pero busca una guarida y asegurala tú - Dijo Fernando- La epidemia se ha extendido por todo el mundo, está incontrolada y pronto, el mundo, tal y como lo conocemos, dejará de existir. Así que busca un refugio y busca a quien quiera ir contigo, después los llevarás allí y los protegerás. Por cierto, estás preciosa pero... ¿Arturo?
- ¿Los protegeré yo? ¿Cómo?
- Eso lo averiguarás cuando llegue el momento- Dijo Simón- Nosotros solo podemos advertirte, eres tú la que tiene que conseguir averigüar como. Tienes un buen equipo, utilizalo, querida.
- Alicia, Alicia- Se oía en un susurro que parecía no ser pronunciado por ninguno de los presentes.
- ¿Qué es ese ruido? ¿Esa voz?
- Creo que esto llega a su fin- Dijo Fernando.
- Fernando - Gritó Alicia mientras corría a abrazarle pero se esfumó- Te echo de menos.
- Y nosotros a ti, te queremos mucho. Sobrevivirás, no tengas miedo.
- Alicia, Alicia - Gritaba Cody- Necesito ir al baño pero no sé dónde está- Ya ha amanecido.
Alicia y Arturo se despertaron precipitadamente a consecuencia de los gritos de Cody. Fue Arturo el que acompañó a Cody fuera de la tienda y cuando regresaron, Alicia, Michael, Facundo y Ariel ya estaban en pie y dispuestos a rescatar a los refugiados en el metro.
Alicia aún estaba atontada y pensando en el sueño que acababa de tener. No sabía quién viviría o quién moriría en el metro pero estaba segura de lo que haría después: Abandonaría la falsa seguridad que la proporcionaba el ejército y se buscaría la vida ella sola con Arturo, con Cody y con todos aquellos supervivientes que quisieran seguirla. No iba a dejar que aquel niño en manos de otras personas, por muy seguro que resultase.
A primera hora de la mañana, el Teniente Cazorla, la Sargento Márquez, Fuentes y otro par de militares estaban esperándoles en la cafetería. Se comieron un delicioso desayuno dadas las circunstancias (un vaso de leche con café amargo, unas galletas y un poco de chocolate) y partieron rumbo al metro.
Alicia estaba segura de que Degtyarev había sabido mantener a muchos de los supervivientes del metro con vida, no a todos puesto que no era un superhéroe pero no era para nada tonto.
- Bueno, vamos allá- Dijo el Teniente Cazorla- ¿Qué pueden contarnos del refugio?
- El refugio estaba en el metro- Dijo Alicia- En la estación que hay junto a aquella tienda de armas, cerca de varios centros comerciales y de una iglesia. No conozco demasiado esta zona.
- Yo sí - Intervino Cody- Vivía con mis padres a tan solo unas manzanas del metro. Era una estación en obras pero las obras llevaban durando dos años ya, por eso nos teníamos que ir andando hasta otra estación mucho más alejada. Mi madre siempre protestaba por ello.
- ¿Cómo se llamaba la calle, pequeño? - Pregunto Márquez
- Mmmmm, C/ Jorge A. Romero creo recordar.
- ¿Estás seguro, Cody?
- Sí, Jorge A. Romero es la calle, lo recuerdo porque me gustaba mirar el nombre de las calles y jugaba con mi madre mientras íbamos paseando.
- Pues allí es dónde iremos - Dijo Márquez. - Allí tenemos suministros para sus armas, cojan las balas que necesiten y las armas que quieran (Nota: Sólo un arma por persona)
- Están ustedes locos- Dijo un tipo que se hallaba sentado en una de las mesas de la cafetería- ¿Quieren salir de aquí para ir a rescatar a unas cuantas personas que probablemente estén muertos y arriesgarse a ser devorados por unos cuantos zombies hambrientos?
- ¿Y tú quién eres¿ - Preguntó Alicia.
- Un superviviente más. Mi nombre es Connor.
- Encantada, yo soy Alicia. Visto tu interés, ¿querrías unirte a nuestro club de locos?
- No, de momento no les conozco demasiado pero quizá me apunte en locuras posteriores- Dijo el chico.
Todos los presentes se dirigieron hacia la armería para recargar sus armas. Alicia mantuvo su arma, cogió cargadores y tomó un palo de golf que se colgó a la espalda. Cuando vio que Cody iba a coger una arma, miró hacia abajo y se agachó para hablar con él:
- Pequeño, esto es muy peligroso para ti. No debes venir.
- Pero yo quiero ir a salvar a Dagtyarev, no quiero quedarme aquí esperando, eso me da mucho miedo.
- Sí pero puedes acabar mal si vienes con nosotros y no quiero que te pase nada.
- Tienes razón pero tengo miedo de que no volváis.
- ¿Y si te prometo que alguno de los que nos vamos ahora volverá a por ti y nunca te volverá a dejar solo?
- Bueno, pero... ¿puedes llevarte un trasmisor para hablar conmigo y decirme que estás bien?
- De acuerdo- Le dio un beso en la mejilla y le llevó donde estaba Connor.
- ¿Puedes ocuparte de él durante un rato?
- No veo por qué no.
Todos juntos, excepto Cody, subieron al helicóptero rumbo a la C/ Jorge A. Romero. Alicia llevaba el trasmisor y no dejó de hablar ni un solo segundo con Cody hasta que no llegaron hasta su destino. Sobrevolando la zona, observaron que aquella entrada de metro había sido invadida, ya no podía quedar nadie vivo allí.
- Degtyarev, Sergio, Carlos, Kenny... ¿Estáis ahí? - Gritó Facundo a través del megáfono del helicóptero- Si estáis ahí disparad o dar sugnos de vida
Nadie dijo nada, los zombies únicamente que miraron desde abajo hacia el helicóptero, emitiendo sonidos guturales y gritos, elevando sus manos hacia el cielo como si fueran a alcanzarlos. Al no obtener respuesta dedujeron que, por aquella salida, no iban a encontrar a nadie.
- No podemos dejar de intentarlo joder- Gritó Michael- Estoy seguro de que están ahí. ¿Por qué no probamos por otra entrada? Tenían un mecanismo en el metro, un mecanismo de huída.
- ¿Qué no nos habéis contado? - Pregunto el Teniente Cazorla, Arturo fue el que le contó la historia.
- ... Lo que pasa es que no sabemos a qué estación de metro llevaba ese tren preparado.
- Bueno, lo intentaremos en la siguiente estación de metro.
Así lo hicieron, fueron a la siguiente estación, una gran congregación de zombies se apostaba a las grandes puertas del refugio. Estaban cerradas con una enorme verja. Facundo repitió su mensaje otra vez y esta vez unas cuantas ráfagas de disparos respondieron al mensaje.
Todo fueron gritos y vítores dentro del helicóptero porque sus amigos o, al menos alguien, estaba vivo al otro lado de la verja. Sin embargo, los zombies que estaban a las puertas del metro se agolparon y estaban a punto de derrumbar las puertas.
- Rápido Facundo, dígales que se aparten de las verjas que vamos a abrir fuego. Fuentes, dispare.
Así lo hicieron, en una perfecta coordinación, Fuentes hizo descender el helicóptero mientras Facundo emitía su segundo mensaje. Se situó a la altura de las cabezas de los podridos y comenzó a disparar a aquellos que estaban en primera línea. Los zombies empezaron a caer y los que estaban dentro del helicóptero determinaron que aquel era el mejor momento para bajar a ayudarles.
En aquella pequeña tienda de campaña, había numerosos camastros tirados de cualquier manera. Junto a ella, dormía plácidamente el pequeño Cody. Y dos camas más allá Michael, a su derecha Facundo y a su izquierda Ariel. Los dos primeros cayeron redondos y roncaban como si les fuera la vida en ello, por su parte, Ariel no dormía, se limitaba a estar despierto, con los ojos abiertos y mirando entre la oscuridad. Fernando y Marco habían sido llevados a otra tienda de campaña junto a Hopkins.
Alicia cerró los ojos, pensando que había visto demasiado para poder volver a dormir pero el cansancio pudo con ella y, en cuanto cerró los ojos, se quedó dormida y soñó.
"Aquel sueño fue diferente a los sueños que había tenido durante los últimos dos años. Ella estaba entre algodones, paseando entre las nubes, mirando a izquierda y derecha, vestida con su vieja ropa de combate, sus vaqueros, su camiseta de "Yo sobreviví a una invasíon zombie" y sus deportivas.
Su vestimenta no pegaba nada con aquel lugar pero, cuando llegó a dos grandes puertas de hierro, sus viejos vaqueros roídos fueron sustituídos por un precioso vestido rojo de un solo hombro hasta las rodillas y unos zapatos de tacón. Y su pelo, despeinado hasta ese momento, caía recogido, haciendo ver su belleza natural.
Un Simón muy sonriente y desprovisto de cualquier herida la esperaba para llevarla hasta el final de las escaleras:
- Hola, Alicia, te estaba esperando. Has tardado demasiado.
- ¿Estoy muerta?
- Oh, no querida, no estás muerta, pero quiero llevarte a un sitio.
Simón la condujo por una enorme escalinata de mármol mientras mantenía una agradable conversación, impropia de él en otros tiempos. Al final de la escalera, sus antiguos amigos, Fernando, Zed, Luis, Jorge, Alex, Bergen, Rodrigo, Marina, Juan y muchos otros más jugaban una entretenida partida de póker.
- Alicia - Gritaron Fernando y los demás- Te echábamos de menos.
- Uyssss, que yo sepa no estoy muerta, ¿ por qué... estoy aquí con vosotros?
- Ni idea - Dijo Luis- Eres tú la que estás soñando con nosotros- Dijo tal y como lo recordaba Alicia.
- Has tardado demasiado en llegar, casi no nos da tiempo a advertirte.
- ¿Qué me tenéis que decir? ¿Dónde estoy? ¿Estoy soñando?
- Sí, esto es un sueño pero haznos caso, no durará mucho. Somos tu conciencia, la representación de lo que tu piensas pero que no te atreves a decir- Dijo Fernando- Por cierto, ya hablaremos, dentro de unos años.. ¿Arturo y tú? Por favor....
- Fernando, dila lo que querías decirla y no te metas con su nueva vida. - Dijo Zed- Además, hacen buena pareja.
- Bueno, pues eso, que no estás segura donde estás, siempre os ha pasado lo mismo. No te fíes de nadie que te diga que estás segura. Solo tú puedes ponerte a salvo... Llevaté a quién quieras pero busca una guarida y asegurala tú - Dijo Fernando- La epidemia se ha extendido por todo el mundo, está incontrolada y pronto, el mundo, tal y como lo conocemos, dejará de existir. Así que busca un refugio y busca a quien quiera ir contigo, después los llevarás allí y los protegerás. Por cierto, estás preciosa pero... ¿Arturo?
- ¿Los protegeré yo? ¿Cómo?
- Eso lo averiguarás cuando llegue el momento- Dijo Simón- Nosotros solo podemos advertirte, eres tú la que tiene que conseguir averigüar como. Tienes un buen equipo, utilizalo, querida.
- Alicia, Alicia- Se oía en un susurro que parecía no ser pronunciado por ninguno de los presentes.
- ¿Qué es ese ruido? ¿Esa voz?
- Creo que esto llega a su fin- Dijo Fernando.
- Fernando - Gritó Alicia mientras corría a abrazarle pero se esfumó- Te echo de menos.
- Y nosotros a ti, te queremos mucho. Sobrevivirás, no tengas miedo.
- Alicia, Alicia - Gritaba Cody- Necesito ir al baño pero no sé dónde está- Ya ha amanecido.
Alicia y Arturo se despertaron precipitadamente a consecuencia de los gritos de Cody. Fue Arturo el que acompañó a Cody fuera de la tienda y cuando regresaron, Alicia, Michael, Facundo y Ariel ya estaban en pie y dispuestos a rescatar a los refugiados en el metro.
Alicia aún estaba atontada y pensando en el sueño que acababa de tener. No sabía quién viviría o quién moriría en el metro pero estaba segura de lo que haría después: Abandonaría la falsa seguridad que la proporcionaba el ejército y se buscaría la vida ella sola con Arturo, con Cody y con todos aquellos supervivientes que quisieran seguirla. No iba a dejar que aquel niño en manos de otras personas, por muy seguro que resultase.
A primera hora de la mañana, el Teniente Cazorla, la Sargento Márquez, Fuentes y otro par de militares estaban esperándoles en la cafetería. Se comieron un delicioso desayuno dadas las circunstancias (un vaso de leche con café amargo, unas galletas y un poco de chocolate) y partieron rumbo al metro.
Alicia estaba segura de que Degtyarev había sabido mantener a muchos de los supervivientes del metro con vida, no a todos puesto que no era un superhéroe pero no era para nada tonto.
- Bueno, vamos allá- Dijo el Teniente Cazorla- ¿Qué pueden contarnos del refugio?
- El refugio estaba en el metro- Dijo Alicia- En la estación que hay junto a aquella tienda de armas, cerca de varios centros comerciales y de una iglesia. No conozco demasiado esta zona.
- Yo sí - Intervino Cody- Vivía con mis padres a tan solo unas manzanas del metro. Era una estación en obras pero las obras llevaban durando dos años ya, por eso nos teníamos que ir andando hasta otra estación mucho más alejada. Mi madre siempre protestaba por ello.
- ¿Cómo se llamaba la calle, pequeño? - Pregunto Márquez
- Mmmmm, C/ Jorge A. Romero creo recordar.
- ¿Estás seguro, Cody?
- Sí, Jorge A. Romero es la calle, lo recuerdo porque me gustaba mirar el nombre de las calles y jugaba con mi madre mientras íbamos paseando.
- Pues allí es dónde iremos - Dijo Márquez. - Allí tenemos suministros para sus armas, cojan las balas que necesiten y las armas que quieran (Nota: Sólo un arma por persona)
- Están ustedes locos- Dijo un tipo que se hallaba sentado en una de las mesas de la cafetería- ¿Quieren salir de aquí para ir a rescatar a unas cuantas personas que probablemente estén muertos y arriesgarse a ser devorados por unos cuantos zombies hambrientos?
- ¿Y tú quién eres¿ - Preguntó Alicia.
- Un superviviente más. Mi nombre es Connor.
- Encantada, yo soy Alicia. Visto tu interés, ¿querrías unirte a nuestro club de locos?
- No, de momento no les conozco demasiado pero quizá me apunte en locuras posteriores- Dijo el chico.
Todos los presentes se dirigieron hacia la armería para recargar sus armas. Alicia mantuvo su arma, cogió cargadores y tomó un palo de golf que se colgó a la espalda. Cuando vio que Cody iba a coger una arma, miró hacia abajo y se agachó para hablar con él:
- Pequeño, esto es muy peligroso para ti. No debes venir.
- Pero yo quiero ir a salvar a Dagtyarev, no quiero quedarme aquí esperando, eso me da mucho miedo.
- Sí pero puedes acabar mal si vienes con nosotros y no quiero que te pase nada.
- Tienes razón pero tengo miedo de que no volváis.
- ¿Y si te prometo que alguno de los que nos vamos ahora volverá a por ti y nunca te volverá a dejar solo?
- Bueno, pero... ¿puedes llevarte un trasmisor para hablar conmigo y decirme que estás bien?
- De acuerdo- Le dio un beso en la mejilla y le llevó donde estaba Connor.
- ¿Puedes ocuparte de él durante un rato?
- No veo por qué no.
Todos juntos, excepto Cody, subieron al helicóptero rumbo a la C/ Jorge A. Romero. Alicia llevaba el trasmisor y no dejó de hablar ni un solo segundo con Cody hasta que no llegaron hasta su destino. Sobrevolando la zona, observaron que aquella entrada de metro había sido invadida, ya no podía quedar nadie vivo allí.
- Degtyarev, Sergio, Carlos, Kenny... ¿Estáis ahí? - Gritó Facundo a través del megáfono del helicóptero- Si estáis ahí disparad o dar sugnos de vida
Nadie dijo nada, los zombies únicamente que miraron desde abajo hacia el helicóptero, emitiendo sonidos guturales y gritos, elevando sus manos hacia el cielo como si fueran a alcanzarlos. Al no obtener respuesta dedujeron que, por aquella salida, no iban a encontrar a nadie.
- No podemos dejar de intentarlo joder- Gritó Michael- Estoy seguro de que están ahí. ¿Por qué no probamos por otra entrada? Tenían un mecanismo en el metro, un mecanismo de huída.
- ¿Qué no nos habéis contado? - Pregunto el Teniente Cazorla, Arturo fue el que le contó la historia.
- ... Lo que pasa es que no sabemos a qué estación de metro llevaba ese tren preparado.
- Bueno, lo intentaremos en la siguiente estación de metro.
Así lo hicieron, fueron a la siguiente estación, una gran congregación de zombies se apostaba a las grandes puertas del refugio. Estaban cerradas con una enorme verja. Facundo repitió su mensaje otra vez y esta vez unas cuantas ráfagas de disparos respondieron al mensaje.
Todo fueron gritos y vítores dentro del helicóptero porque sus amigos o, al menos alguien, estaba vivo al otro lado de la verja. Sin embargo, los zombies que estaban a las puertas del metro se agolparon y estaban a punto de derrumbar las puertas.
- Rápido Facundo, dígales que se aparten de las verjas que vamos a abrir fuego. Fuentes, dispare.
Así lo hicieron, en una perfecta coordinación, Fuentes hizo descender el helicóptero mientras Facundo emitía su segundo mensaje. Se situó a la altura de las cabezas de los podridos y comenzó a disparar a aquellos que estaban en primera línea. Los zombies empezaron a caer y los que estaban dentro del helicóptero determinaron que aquel era el mejor momento para bajar a ayudarles.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Estaba tranquilo mirando a los zombies al otro lado de la gran verja,a través de los agujeros de mi máscara podía ver a esos fenómenos golpeandola con gran fuerza y haciendo sus sonoros crack al cerrar bruscamente sus venenosas mandíbulas.
Estaba pensando en lo que me había pasado segundos antes,¿había tenido una charla con mi padre?eso no es posible,fué una simple ilusión.¿Pero que hay de la carta bajo mi armario?
Mis pensamientos se desvanecieron rápidamente cuándo escuché las hélices de un helicóptero,se dirigía hacia la estación,cada vez se escuchaba más cerca.¿Eran de los "buenos"?¿Saqueadores?¿Militares?No había tiempo para sacar conclusiones rápidamente,esperé con la M16 cargada y me apoyé contra la pared esperando a que se mostraran.Ahí lo vi,difícilmente pude diferenciarlo ya que los rayos del sol me daban directamente en la cara,era un helicóptero militar pero no vi bien que modelo era,pero era militar.No tenía tiempo para relajarme,cualquier idiota inteligente con algo de experiencia puede manejar un helicóptero con ayuda de otro idiota con experiencia.
Me agaché contra la pared esperando en silencio su próximo movimiento en el cielo,bajaron varios metros y de cara a mi posición mirando a los zombies alguien desde un alta voz dijo:
-"Degtyarev,Carlos,Kenny,¿están ahí?"
No sabía muy bien como responderles,obviamente nos estaban buscando,no me lo pensé dos veces.Me paré,empuñé firmemente la M16 hacia el aire y disparé tres ráfagas hacia el aire esperando a que las escucharan,luego de unos segundos de mortal silencio alguien dijo:
-"Apartense de la verja chicos,abriremos fuego"
No había lugar donde tomar cobertura,pensé que lo mejor sería retroceder y tirarme al suelo rápidamente con la M16 apuntando hacia la verja que estaba a punto de caer ante la horda de muertos vivientes,era ahora o nunca.
Y aquí estoy,corriendo hacia una masa de zombies disparando largas ráfagas de mi M16 hacia la zona de sus cabezas mientras que del otro lado el helicóptero sigue con la matanza y un grupo de personas baja de él para echarme una mano.
Estaba pensando en lo que me había pasado segundos antes,¿había tenido una charla con mi padre?eso no es posible,fué una simple ilusión.¿Pero que hay de la carta bajo mi armario?
Mis pensamientos se desvanecieron rápidamente cuándo escuché las hélices de un helicóptero,se dirigía hacia la estación,cada vez se escuchaba más cerca.¿Eran de los "buenos"?¿Saqueadores?¿Militares?No había tiempo para sacar conclusiones rápidamente,esperé con la M16 cargada y me apoyé contra la pared esperando a que se mostraran.Ahí lo vi,difícilmente pude diferenciarlo ya que los rayos del sol me daban directamente en la cara,era un helicóptero militar pero no vi bien que modelo era,pero era militar.No tenía tiempo para relajarme,cualquier idiota inteligente con algo de experiencia puede manejar un helicóptero con ayuda de otro idiota con experiencia.
Me agaché contra la pared esperando en silencio su próximo movimiento en el cielo,bajaron varios metros y de cara a mi posición mirando a los zombies alguien desde un alta voz dijo:
-"Degtyarev,Carlos,Kenny,¿están ahí?"
No sabía muy bien como responderles,obviamente nos estaban buscando,no me lo pensé dos veces.Me paré,empuñé firmemente la M16 hacia el aire y disparé tres ráfagas hacia el aire esperando a que las escucharan,luego de unos segundos de mortal silencio alguien dijo:
-"Apartense de la verja chicos,abriremos fuego"
No había lugar donde tomar cobertura,pensé que lo mejor sería retroceder y tirarme al suelo rápidamente con la M16 apuntando hacia la verja que estaba a punto de caer ante la horda de muertos vivientes,era ahora o nunca.
Y aquí estoy,corriendo hacia una masa de zombies disparando largas ráfagas de mi M16 hacia la zona de sus cabezas mientras que del otro lado el helicóptero sigue con la matanza y un grupo de personas baja de él para echarme una mano.
DarkHades- Pirómano
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Edad : 30
Localización : Refugiándome en la estación de bomberos.
Fecha de inscripción : 11/01/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Hoy, he aprendido a disparar. No era algo que me entusiasmase, pero supongo que podría resultarme útil en algún momento. Cuando vivía en el exterior no me enfrentaba a muchos infectados, no me hacía falta. Modestias aparte, soy endiabladamente rápido. Me movía por callejones y carreteras secundarias, evitando las aglomeraciones de infectados.
Cuando no me quedaba más remedio que enfrentarme a uno de ellos, lo hacía con mi fiel martillo. Golpes rápidos y contundentes. Esa es la clave. Hasta que se escucha ese característico sonido acuoso que se produce al alcanzarles el cerebro.
En realidad no es tan difícil como parece, el problema es el miedo. El miedo te domina y te hace vulnerable. Dios…he visto a tanta gente morir por distraerse un segundo…
Trato de espantar esos pensamientos de mi mente y me dirijo al área médica. Cuando les dije que era estudiante de medicina decidieron que podía ser útil allí. Eso espero, al fin y al cabo por eso estoy aquí.
El área médica está situada en la primera planta del bloque de edificios. Han derribado varias paredes para unir todo en una sola habitación, lo cierto es que es bastante amplia. Miré en derredor y un simple vistazo me bastó para saber que esas personas no contaban con los requisitos necesarios que conlleva una instalación médica. Habían cogido las camas de los demás pisos y las habían reunido en hilera, cada una con sábanas de colores diferentes. El lugar estaba completamente a rebosar de gente, tanto en las camas como en las múltiples sillas plegables que se encontraban distribuidas por toda la estancia.
- Muy bien, ¿y a ti que te pasa? – me preguntó un hombre con bata acercándose a mí y sin despegar la mirada de su libreta de notas.
- Ehh…me llamo Connor. Era estudiante de medicina. Tercer año. Pensé que podría ayudar en algo – dije algo titubeante mientras volvía a mirar a la gente que esperaba en las sillas a que hubiese una cama libre.
El doctor apartó la mirada de su libreta de notas y miró de arriba abajo a Connor, como si pudiese determinar por su aspecto si lo que decía era verdad o no. Era un hombre delgado y no muy alto, parecía haber envejecido prematuramente, no debía tener más de treinta y ocho y su cabello ya presentaba un color grisáceo tenía el rostro surcado por cantidad de arrugas y unas gafas que aumentaban ligeramente el tamaño de sus ojos.
- Pues felicidades, estás contratado. A continuación te daré algunos detalles sobre el puesto. No hay sueldo, trabajarás muchas horas y al final del día estarás tan agotado física y psicológicamente que no tendrás fuerzas ni para comer. Pero lo peor no es eso, aquí no nos sobran los medicamentos, y tendrás que decidir quien se los merece más basándote en las probabilidades que tenga de salir adelante, con los otros no podemos hacer nada más que echarles de aquí y ocupar su lugar con gente a la que sí podamos ayudar.
- Bueno…haré lo que pueda.. – contesté ligeramente abrumado.
- Eso es lo que quería oír. Ahora sígueme, te asignaré a tus pacientes. Por cierto, me llamo José, pero aquí todos me llaman Doc. Somos cuatro trabajando en el área médica, y uno de ellos es dentista, así que yo ni le consideraría médico, pero no lo digas cerca suya...
A medida que íbamos caminando, Doc me entregaba los improvisados historiales médicos que había elaborado de los pacientes y yo los hojeaba tratando de no quedarme atrás. Doc no paraba un segundo.
Así pues comencé a trabajar allí. Era un trabajo muy duro, pero al menos sabía que estaba ayudando a la gente, aunque esa sensación se esfumaba cada vez que tenía que decirle a alguien que no podíamos atenderlo por falta de recursos.
Una noche, cuando estaba a punto de irme a dormir, unos soldados entraron precipitadamente en el área médica con uno de sus compañeros en brazos, éste sangraba copiosamente por el brazo izquierdo.
- ¡Rápido, túmbenle en aquella cama de allí! – ordené mientras cogía lo necesario para atenderlo y me acercaba a él a grandes zancadas
Le rompí la parte de arriba del uniforme militar y comprobé el estado de la herida.
- ¿Cómo está, doctor? ¿Se pondrá bien? ¿Puede curarlo, cierto? – preguntaban sus compañeros arremolinados sobre la cama.
Cuando observé la herida un escalofrío me recorrió la espalda. Miré ansiosamente en derredor en busca de Doc, pero éste no volvería hasta la mañana. En ese momento éramos solo un voluntario que se había ofrecido a ayudar allí y yo.
- No…no va a conservar el brazo. – dije casi para mí mismo.
- ¿¡Cómo!? ¡Tiene que ayudarle, no puede dejarle tullido! – gritaban los demás soldados.
- ¡Morirá si no lo hago! – dije tratando de hacer que entraran en razón.
Los soldados permanecieron unos momentos en silencio y acto seguido asintieron sin decir nada.
Eché un rápido vistazo alrededor en busca de algo que usar para cortarle el brazo.
Dios mío, no puedo creer que vaya a cortarle el brazo a alguien.
Entonces mi mirada se cruzó con un hacha metálica que se encontraba tras un cristal de romper en caso de incendio. Eso tendría que bastar. Rompí el cristal y saqué el hacha, me dispuse a esterilizarla y cuando todo estuvo listo, volví con el soldado herido.
Todo parecía tan irreal. Observaba la escena desde arriba, como si fuera un mero espectador. Estaba apunto de cortarle el brazo a un hombre vivo y sin anestesia, suerte que está inconsciente.
Coloqué el hacha unos centímetros por debajo de su hombro y tras unos instantes de concentración alcé el hacha e hice que cayese como un rayo sobre el brazo del soldado herido. Lo primero que pasó fue que el hombre despertó gritando histéricamente. Lo peor era que el corte no había sido lo suficientemente fuerte. Parte del brazo seguía unido.
Uno de los soldados se dobló sobre sí mismo y vomitó algo entre verde y amarillo.
Asustado, volví a arremeter contra el brazo de aquel hombre varias veces hasta que por fin conseguí separarlo por completo. Finalmente, el soldado volvió a desmayarse de dolor.
Respiraba agitadamente, y mi ropa se encontraba llena de salpicaduras de sangre. Los demás habían retrocedido varios pasos y contemplaban la escena boquiabiertos.
...
Llegué a mi tienda de campaña y me apresuré a quitarme la ropa manchada de sangre, me senté en un rincón y me quedé mirando un punto fijo de la lona.
- Hiciste lo correcto, Connor, deberías estar orgulloso. Ese hombre vive gracias a ti. – dijo mi padre apareciendo de la nada y agachándose frente a mí.
- ¿Entonces por qué me siento como una mierda? ¿Y si hubiese habido otra forma de ayudarle? Por el amor de Dios, yo solo soy un estudiante. – contesté tratando de contener las lágrimas.
- Escúchame bien, hijo. En el futuro te enfrentarás a situaciones en las que tendrás que tomar decisiones que otros no puedan aceptar, ya sea porque tienen demasiado miedo o porque no las consideren morales. Tienes que estar por encima de eso. Tienes que dejar tus sentimientos a un lado y hacer lo que te dicte tu instinto. Confío en ti, hijo, y sé que harás que me sienta orgulloso.
Dicho esto, volvió a desaparecer y yo me quedé dormido sobre la ropa empapada en sangre.
Cuando no me quedaba más remedio que enfrentarme a uno de ellos, lo hacía con mi fiel martillo. Golpes rápidos y contundentes. Esa es la clave. Hasta que se escucha ese característico sonido acuoso que se produce al alcanzarles el cerebro.
En realidad no es tan difícil como parece, el problema es el miedo. El miedo te domina y te hace vulnerable. Dios…he visto a tanta gente morir por distraerse un segundo…
Trato de espantar esos pensamientos de mi mente y me dirijo al área médica. Cuando les dije que era estudiante de medicina decidieron que podía ser útil allí. Eso espero, al fin y al cabo por eso estoy aquí.
El área médica está situada en la primera planta del bloque de edificios. Han derribado varias paredes para unir todo en una sola habitación, lo cierto es que es bastante amplia. Miré en derredor y un simple vistazo me bastó para saber que esas personas no contaban con los requisitos necesarios que conlleva una instalación médica. Habían cogido las camas de los demás pisos y las habían reunido en hilera, cada una con sábanas de colores diferentes. El lugar estaba completamente a rebosar de gente, tanto en las camas como en las múltiples sillas plegables que se encontraban distribuidas por toda la estancia.
- Muy bien, ¿y a ti que te pasa? – me preguntó un hombre con bata acercándose a mí y sin despegar la mirada de su libreta de notas.
- Ehh…me llamo Connor. Era estudiante de medicina. Tercer año. Pensé que podría ayudar en algo – dije algo titubeante mientras volvía a mirar a la gente que esperaba en las sillas a que hubiese una cama libre.
El doctor apartó la mirada de su libreta de notas y miró de arriba abajo a Connor, como si pudiese determinar por su aspecto si lo que decía era verdad o no. Era un hombre delgado y no muy alto, parecía haber envejecido prematuramente, no debía tener más de treinta y ocho y su cabello ya presentaba un color grisáceo tenía el rostro surcado por cantidad de arrugas y unas gafas que aumentaban ligeramente el tamaño de sus ojos.
- Pues felicidades, estás contratado. A continuación te daré algunos detalles sobre el puesto. No hay sueldo, trabajarás muchas horas y al final del día estarás tan agotado física y psicológicamente que no tendrás fuerzas ni para comer. Pero lo peor no es eso, aquí no nos sobran los medicamentos, y tendrás que decidir quien se los merece más basándote en las probabilidades que tenga de salir adelante, con los otros no podemos hacer nada más que echarles de aquí y ocupar su lugar con gente a la que sí podamos ayudar.
- Bueno…haré lo que pueda.. – contesté ligeramente abrumado.
- Eso es lo que quería oír. Ahora sígueme, te asignaré a tus pacientes. Por cierto, me llamo José, pero aquí todos me llaman Doc. Somos cuatro trabajando en el área médica, y uno de ellos es dentista, así que yo ni le consideraría médico, pero no lo digas cerca suya...
A medida que íbamos caminando, Doc me entregaba los improvisados historiales médicos que había elaborado de los pacientes y yo los hojeaba tratando de no quedarme atrás. Doc no paraba un segundo.
Así pues comencé a trabajar allí. Era un trabajo muy duro, pero al menos sabía que estaba ayudando a la gente, aunque esa sensación se esfumaba cada vez que tenía que decirle a alguien que no podíamos atenderlo por falta de recursos.
Una noche, cuando estaba a punto de irme a dormir, unos soldados entraron precipitadamente en el área médica con uno de sus compañeros en brazos, éste sangraba copiosamente por el brazo izquierdo.
- ¡Rápido, túmbenle en aquella cama de allí! – ordené mientras cogía lo necesario para atenderlo y me acercaba a él a grandes zancadas
Le rompí la parte de arriba del uniforme militar y comprobé el estado de la herida.
- ¿Cómo está, doctor? ¿Se pondrá bien? ¿Puede curarlo, cierto? – preguntaban sus compañeros arremolinados sobre la cama.
Cuando observé la herida un escalofrío me recorrió la espalda. Miré ansiosamente en derredor en busca de Doc, pero éste no volvería hasta la mañana. En ese momento éramos solo un voluntario que se había ofrecido a ayudar allí y yo.
- No…no va a conservar el brazo. – dije casi para mí mismo.
- ¿¡Cómo!? ¡Tiene que ayudarle, no puede dejarle tullido! – gritaban los demás soldados.
- ¡Morirá si no lo hago! – dije tratando de hacer que entraran en razón.
Los soldados permanecieron unos momentos en silencio y acto seguido asintieron sin decir nada.
Eché un rápido vistazo alrededor en busca de algo que usar para cortarle el brazo.
Dios mío, no puedo creer que vaya a cortarle el brazo a alguien.
Entonces mi mirada se cruzó con un hacha metálica que se encontraba tras un cristal de romper en caso de incendio. Eso tendría que bastar. Rompí el cristal y saqué el hacha, me dispuse a esterilizarla y cuando todo estuvo listo, volví con el soldado herido.
Todo parecía tan irreal. Observaba la escena desde arriba, como si fuera un mero espectador. Estaba apunto de cortarle el brazo a un hombre vivo y sin anestesia, suerte que está inconsciente.
Coloqué el hacha unos centímetros por debajo de su hombro y tras unos instantes de concentración alcé el hacha e hice que cayese como un rayo sobre el brazo del soldado herido. Lo primero que pasó fue que el hombre despertó gritando histéricamente. Lo peor era que el corte no había sido lo suficientemente fuerte. Parte del brazo seguía unido.
Uno de los soldados se dobló sobre sí mismo y vomitó algo entre verde y amarillo.
Asustado, volví a arremeter contra el brazo de aquel hombre varias veces hasta que por fin conseguí separarlo por completo. Finalmente, el soldado volvió a desmayarse de dolor.
Respiraba agitadamente, y mi ropa se encontraba llena de salpicaduras de sangre. Los demás habían retrocedido varios pasos y contemplaban la escena boquiabiertos.
...
Llegué a mi tienda de campaña y me apresuré a quitarme la ropa manchada de sangre, me senté en un rincón y me quedé mirando un punto fijo de la lona.
- Hiciste lo correcto, Connor, deberías estar orgulloso. Ese hombre vive gracias a ti. – dijo mi padre apareciendo de la nada y agachándose frente a mí.
- ¿Entonces por qué me siento como una mierda? ¿Y si hubiese habido otra forma de ayudarle? Por el amor de Dios, yo solo soy un estudiante. – contesté tratando de contener las lágrimas.
- Escúchame bien, hijo. En el futuro te enfrentarás a situaciones en las que tendrás que tomar decisiones que otros no puedan aceptar, ya sea porque tienen demasiado miedo o porque no las consideren morales. Tienes que estar por encima de eso. Tienes que dejar tus sentimientos a un lado y hacer lo que te dicte tu instinto. Confío en ti, hijo, y sé que harás que me sienta orgulloso.
Dicho esto, volvió a desaparecer y yo me quedé dormido sobre la ropa empapada en sangre.
Skimmer- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia...
No mueras...
***
El señor con el que Alicia me dejó encargado, creo que se llama Connor, dijo que iba por comida y no regresó..
-Ya estamos llegando- me dijo Alicia.
-¿Y quien esta ahí?-le pregunté
-Todavía no sabemos, hay muchos zombis en la entrada, no se logra ver nada- Respondió Alicia
-entendido, me avisas si encuentran a alguien- le dije...
Estaba charlando con Alicia, cuando de la nada aparecen un grupo de soldados a toda carrera cargando a uno que parecía herido, y empujándome hacia la pared, y haciendo que me torciera el tobillo y que la radio se golpeara contra la pared.
Eso dolió...
no me podía levantar, así que tuve que pedir ayuda a un sujeto que estaba cerca, y el voluntariamente se ofreció a llevarme al área médica, así que tomé la radio y nos pusimos en marcha.
en el viaje, probé la radio, pero no enviaba ni recibía nada..
al llegar al área médica, vi a los soldados de hace rato y a Connor, que parecía que ya trabajaba ahí, en una camilla por la esquina pero no le tomé importancia. me senté en una silla de espera, e intenté con la radio otra vez, pero fue en vano.
embarazadas y niños son lo primordial, así decía un cartel de ahí, así que no tuve que esperar mucho tiempo, se acercó un doctor y me preguntó que me pasaba.
-Hola chico, soy el doctor Jose ¿Cual es tu problema?- me dijo.
-Me torcí el tobillo.- le respondí
-ah, sígueme entonces-
Me llevó a una camilla y me sentó con la pierna estirada,
-Oh, parece que solo se inflamó un poco, te pondré hielo, pero no vas a poder caminar hasta dentro de unos días, depende de como descanses.-
-Pero, si pasa algo, no me voy a poder mover!-
-Tranquilo, te voy a poner unas vendas y, les diré al almacén que busquen una muleta, así podrás caminar-
-esta bien..-
el doctor se fue, dejándome de instrucciones no moverme.
a la derecha estaba la camilla donde estaban los militares, pero la habían rodeado de una cortina,
solo se escuchaban gritos...
-Dicen que solo tienen una muleta- dijo el doctor, interrumpiendo mis pensamientos -pero te servirá-
el doctor quitó el hielo y empezó a ponerle vendas... y en un rato llegó un hombre con una muleta. Me paré, le di las gracias y me dirigí a la puerta.
-Hey! es tuya esta radio!?- grito el doctor...
-Si, quédatela, no sirve- le respondí,
-Pero si solo tiene mal colocada la batería!- dijo el doctor acercándose a donde estaba yo. -Mira, si sirve-
-Cody!, Cody, Estas ahi!?- sonó la radio, no se escuchaba muy bien, ya que el sonido de disparos distorsionaba la voz.
-Si, aqui estoy!, que pasa!?-
-Ya los encontramos, pero, ¿Donde estabas?-
-¿A quien? ¿quienes estan? ¿Está degtyarev?-
-Aun no lo sabemos, pero nos respondieron, asi que hay alguien vivo, bueno, cody, tengo que concentrarme, te hablaré en cuanto estemos seguros-
-Entendido, Cuidate y... -
-Que pasa..?-
-Alicia...
No mueras...-
No mueras...
***
El señor con el que Alicia me dejó encargado, creo que se llama Connor, dijo que iba por comida y no regresó..
-Ya estamos llegando- me dijo Alicia.
-¿Y quien esta ahí?-le pregunté
-Todavía no sabemos, hay muchos zombis en la entrada, no se logra ver nada- Respondió Alicia
-entendido, me avisas si encuentran a alguien- le dije...
Estaba charlando con Alicia, cuando de la nada aparecen un grupo de soldados a toda carrera cargando a uno que parecía herido, y empujándome hacia la pared, y haciendo que me torciera el tobillo y que la radio se golpeara contra la pared.
Eso dolió...
no me podía levantar, así que tuve que pedir ayuda a un sujeto que estaba cerca, y el voluntariamente se ofreció a llevarme al área médica, así que tomé la radio y nos pusimos en marcha.
en el viaje, probé la radio, pero no enviaba ni recibía nada..
al llegar al área médica, vi a los soldados de hace rato y a Connor, que parecía que ya trabajaba ahí, en una camilla por la esquina pero no le tomé importancia. me senté en una silla de espera, e intenté con la radio otra vez, pero fue en vano.
embarazadas y niños son lo primordial, así decía un cartel de ahí, así que no tuve que esperar mucho tiempo, se acercó un doctor y me preguntó que me pasaba.
-Hola chico, soy el doctor Jose ¿Cual es tu problema?- me dijo.
-Me torcí el tobillo.- le respondí
-ah, sígueme entonces-
Me llevó a una camilla y me sentó con la pierna estirada,
-Oh, parece que solo se inflamó un poco, te pondré hielo, pero no vas a poder caminar hasta dentro de unos días, depende de como descanses.-
-Pero, si pasa algo, no me voy a poder mover!-
-Tranquilo, te voy a poner unas vendas y, les diré al almacén que busquen una muleta, así podrás caminar-
-esta bien..-
el doctor se fue, dejándome de instrucciones no moverme.
a la derecha estaba la camilla donde estaban los militares, pero la habían rodeado de una cortina,
solo se escuchaban gritos...
-Dicen que solo tienen una muleta- dijo el doctor, interrumpiendo mis pensamientos -pero te servirá-
el doctor quitó el hielo y empezó a ponerle vendas... y en un rato llegó un hombre con una muleta. Me paré, le di las gracias y me dirigí a la puerta.
-Hey! es tuya esta radio!?- grito el doctor...
-Si, quédatela, no sirve- le respondí,
-Pero si solo tiene mal colocada la batería!- dijo el doctor acercándose a donde estaba yo. -Mira, si sirve-
-Cody!, Cody, Estas ahi!?- sonó la radio, no se escuchaba muy bien, ya que el sonido de disparos distorsionaba la voz.
-Si, aqui estoy!, que pasa!?-
-Ya los encontramos, pero, ¿Donde estabas?-
-¿A quien? ¿quienes estan? ¿Está degtyarev?-
-Aun no lo sabemos, pero nos respondieron, asi que hay alguien vivo, bueno, cody, tengo que concentrarme, te hablaré en cuanto estemos seguros-
-Entendido, Cuidate y... -
-Que pasa..?-
-Alicia...
No mueras...-
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Estoy sentado en mi tienda de campaña. Es de noche y todos están durmiendo, pero sé que pueden necesitar mi ayuda en cualquier momento, por eso me mantengo despierto una o dos horas después de que acabe mi turno.
En estos últimos días he aprendido más junto a “Doc” que en tres años de carrera. Es increíble lo rápido que se aprende cuando te encuentras en situaciones en las que un segundo puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Cierro el libro que estoy leyendo y observo al chico que me han pedido que cuide. Sólo pensar en todo lo que habrá pasado para llegar hasta aquí me entristece, ya nunca volverá a sentirse un niño. Dentro de algunos años apenas recordará como era el mundo, se olvidará de sus padres, de sus compañeros de colegio…Dios, no se merece eso.
Cody se revuelve en su improvisada cama.
- ¿No puedes dormir? – le pregunto mientras dejo el libro en mis rodillas.
Cody se sienta en la cama y niega con la cabeza.
- ¿Estás preocupado por tus amigos?
- Sí. Hace rato que deberían haberse puesto en contacto conmigo. –dijo mirando apesadumbrado su radio.
Eso puedo entenderlo. Cuidar los unos de los otros, como una manada. En la época que estuve vagando por las calles de la ciudad tuve oportunidad de ver todo tipo de grupos. La mayoría de ellos se asemejaban más a animales que a hombres. Eran crueles y sanguinarios. Personas que antes eran tus vecinos, tus profesores…ahora eran caníbales que se dedicaban a violar y torturar a todo lo que se encontraban. Esa era una de las razones por las que siempre iba solo, era mejor no confiar en nadie.
- Tranquilo. Estoy seguro de que estarán bien. Si han sobrevivido hasta ahora, ten por supuesto que sabrán manejarse ahí fuera. – le dije en tono tranquilizador mientras me levantaba, en un intento de desperezarme.
Aquellas palabras parecieron animar al chaval, pues se borró de su rostro aquella expresión sombría. En cierto modo me recuerda a mi hermana pequeña…
Entonces ella apareció detrás de Cody, con las tripas colgando y el rostro desencajado.
- ¿Por qué no me salvaste, hermanito? Yo confiaba en ti.
Cierro los ojos con fuerza y llevándome las manos a la cabeza me digo a mí mismo que no es real. Me lo repito varias veces en mi mente y al abrir los ojos ya ha desaparecido. Cada vez es más frecuente. Sé que dentro de poco mi cordura y yo tendremos que rendir cuentas, solo espero que llegado el momento quede lo suficiente de mi mismo como para poder luchar. Estoy seguro de que si me rindo a la locura, ÉL tomará mi cuerpo. Rezo para que pueda pegarme un tiro antes de que eso pase.
- ¿Es...estás bien? – me pregunta Cody ligeramente asustado.
- Sí…sí. Tranquilo, solo es una jaqueca. Oye, en vista de que ninguno de los dos podemos dormir, ¿te apetece dar un paseo por el campamento? – le pregunto a Cody. Es mejor tratar de distraerle y que no piense en el peligro que afrontan sus amigos. Mantener su mente ocupada.
La idea parece agradarle, pues se levanta de un salto y con su inseparable radio, salimos de la tienda de campaña. El campamento está tranquilo esta noche. Patrullando el perímetro, se encuentran los soldados y los voluntarios. Todos los demás están acostados en sus tiendas, aunque estoy seguro de que la mayoría de ellos no podrá dormir más de tres horas.
Dejamos atrás la zona de las tiendas de campaña y nos vamos acercando a las rejas que contienen a los infectados ahí fuera.
- ¿Quieres que demos la vuelta? – le pregunto. No quiero que Cody los vea si no es necesario.
- No. Sigamos, quiero verlos. – me contesta Cody con la mirada fija en las rejas.
Seguimos caminando y nos paramos a unos metros de la reja. Ahí están, tratando de alcanzarnos pese a que es imposible.
- ¿Tú…tú les odias? – me pregunta Cody, como si le costase pronunciar cada palabra.
Me mantengo en silencio durante unos segundos y finalmente le respondo:
- No…no les odio. Al principio sí, cuando perdí a mi familia estaba lleno de odio, el odio me alimentaba y me daba fuerzas para seguir adelante. Pero luego comprendí que ese camino solo me llevaría a mi propia destrucción, y comencé a pensar más allá. Sabes…cuando les miras de la manera en la que lo hago yo, te dan menos miedo que antes.
- ¿Y cómo lo hiciste? – me pregunta Cody con los ojos brillantes.
- Les perdoné. Comprendí que no eligieron ser así, ellos son las verdaderas víctimas. Cuando alcanzas a entender eso, todo es mucho más fácil.
Cody parecía digerir mis palabras mientras volvía a mirar fijamente a los infectados.
- Yo…echo de menos a mi familia. – me dice rompiendo a llorar y abrazándose a mis piernas.
Yo me agacho y le devuelvo el abrazo mientras las lágrimas surcan mis mejillas.
- Yo también, Cody…yo también.
En estos últimos días he aprendido más junto a “Doc” que en tres años de carrera. Es increíble lo rápido que se aprende cuando te encuentras en situaciones en las que un segundo puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Cierro el libro que estoy leyendo y observo al chico que me han pedido que cuide. Sólo pensar en todo lo que habrá pasado para llegar hasta aquí me entristece, ya nunca volverá a sentirse un niño. Dentro de algunos años apenas recordará como era el mundo, se olvidará de sus padres, de sus compañeros de colegio…Dios, no se merece eso.
Cody se revuelve en su improvisada cama.
- ¿No puedes dormir? – le pregunto mientras dejo el libro en mis rodillas.
Cody se sienta en la cama y niega con la cabeza.
- ¿Estás preocupado por tus amigos?
- Sí. Hace rato que deberían haberse puesto en contacto conmigo. –dijo mirando apesadumbrado su radio.
Eso puedo entenderlo. Cuidar los unos de los otros, como una manada. En la época que estuve vagando por las calles de la ciudad tuve oportunidad de ver todo tipo de grupos. La mayoría de ellos se asemejaban más a animales que a hombres. Eran crueles y sanguinarios. Personas que antes eran tus vecinos, tus profesores…ahora eran caníbales que se dedicaban a violar y torturar a todo lo que se encontraban. Esa era una de las razones por las que siempre iba solo, era mejor no confiar en nadie.
- Tranquilo. Estoy seguro de que estarán bien. Si han sobrevivido hasta ahora, ten por supuesto que sabrán manejarse ahí fuera. – le dije en tono tranquilizador mientras me levantaba, en un intento de desperezarme.
Aquellas palabras parecieron animar al chaval, pues se borró de su rostro aquella expresión sombría. En cierto modo me recuerda a mi hermana pequeña…
Entonces ella apareció detrás de Cody, con las tripas colgando y el rostro desencajado.
- ¿Por qué no me salvaste, hermanito? Yo confiaba en ti.
Cierro los ojos con fuerza y llevándome las manos a la cabeza me digo a mí mismo que no es real. Me lo repito varias veces en mi mente y al abrir los ojos ya ha desaparecido. Cada vez es más frecuente. Sé que dentro de poco mi cordura y yo tendremos que rendir cuentas, solo espero que llegado el momento quede lo suficiente de mi mismo como para poder luchar. Estoy seguro de que si me rindo a la locura, ÉL tomará mi cuerpo. Rezo para que pueda pegarme un tiro antes de que eso pase.
- ¿Es...estás bien? – me pregunta Cody ligeramente asustado.
- Sí…sí. Tranquilo, solo es una jaqueca. Oye, en vista de que ninguno de los dos podemos dormir, ¿te apetece dar un paseo por el campamento? – le pregunto a Cody. Es mejor tratar de distraerle y que no piense en el peligro que afrontan sus amigos. Mantener su mente ocupada.
La idea parece agradarle, pues se levanta de un salto y con su inseparable radio, salimos de la tienda de campaña. El campamento está tranquilo esta noche. Patrullando el perímetro, se encuentran los soldados y los voluntarios. Todos los demás están acostados en sus tiendas, aunque estoy seguro de que la mayoría de ellos no podrá dormir más de tres horas.
Dejamos atrás la zona de las tiendas de campaña y nos vamos acercando a las rejas que contienen a los infectados ahí fuera.
- ¿Quieres que demos la vuelta? – le pregunto. No quiero que Cody los vea si no es necesario.
- No. Sigamos, quiero verlos. – me contesta Cody con la mirada fija en las rejas.
Seguimos caminando y nos paramos a unos metros de la reja. Ahí están, tratando de alcanzarnos pese a que es imposible.
- ¿Tú…tú les odias? – me pregunta Cody, como si le costase pronunciar cada palabra.
Me mantengo en silencio durante unos segundos y finalmente le respondo:
- No…no les odio. Al principio sí, cuando perdí a mi familia estaba lleno de odio, el odio me alimentaba y me daba fuerzas para seguir adelante. Pero luego comprendí que ese camino solo me llevaría a mi propia destrucción, y comencé a pensar más allá. Sabes…cuando les miras de la manera en la que lo hago yo, te dan menos miedo que antes.
- ¿Y cómo lo hiciste? – me pregunta Cody con los ojos brillantes.
- Les perdoné. Comprendí que no eligieron ser así, ellos son las verdaderas víctimas. Cuando alcanzas a entender eso, todo es mucho más fácil.
Cody parecía digerir mis palabras mientras volvía a mirar fijamente a los infectados.
- Yo…echo de menos a mi familia. – me dice rompiendo a llorar y abrazándose a mis piernas.
Yo me agacho y le devuelvo el abrazo mientras las lágrimas surcan mis mejillas.
- Yo también, Cody…yo también.
Skimmer- Cazador mediocre
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Fecha de inscripción : 18/09/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Los disparos habían comenzado en el interior del túnel, eso significaba que todavía quedaba alguien vivo dentro. Daba igual quién, lo importante es que los zombies no habían acabado con todos los supervivientes del metro. Unos pocos resistían a los ataques de esos seres.
Alicia guardó la pequeña radio por la que se comunicaba con Cody en el momento en el que el Sargento Cazorla dio la orden de saltar una vez que la mayor parte de los podridos fueron abatidos. Las últimas palabras del pequeño habían sido "no mueras...Alicia, no mueras" pero Alicia no supo que contestar, decidió que lo mejor sería cortar la comunicación por un tiempo. Sin embargo, aquellas cinco palabras seguían resonando en su cabeza cuando el helicóptero tomó tierra para que ellos se bajaran. No podía prometerlo pero haría todo lo posible por evitarlo.
Alicia bajó del helicóptero armada con su pequeña Glock, el palo de golf con el que había comenzado su aventura dos años atrás, con muchas esperanzas de encontrar vivos a sus amigos y con mucho miedo a morir. Ella suponía que sus compañeros se sentían igual, como corderos que acudían al matadero para sacrificarse. La diferencia, en este caso, era que ellos acudían al matadero conscientes de la posibilidad de tener una muerte horrible.
Arturo, Facundo, Michael, Hopkins, Marco, Fernando, Ariel, ALicia y aquellos cuatro soldados, excepto Fuentes, bajaron del helicóptero para enfrentarse a su destino.
Algunos de los zombies abatidos aún aullaban, ya fuera de dolor o desesperación por no conseguir llegar hasta los hombres armados ya que sus miembros amputados se lo impedían. Quizá por miedo, quizá por nervios, Marco fue el primero en apretar el gatillo para acabar con uno de los zombies que estaba tirado en el suelo.
Alicia caminaba con sumo cuidado entre los cuerpos de los muertos cuando volvió a escuchar el sonido del helicóptero levantando el vuelo. Miró hacia el cielo y solo acertó a distinguir las hélices de aquel enorme pájaro posándose en la azotea del edificio de enfrente. Fuentes tenía órdenes de esperar media hora allí, una vez pasados esos treinta minutos bajaría a recoger supervivientes, quedasen los que quedasen.
Los zombies que quedaban vivos y que conservaban sus extremidades inferiores empezaron a levantarse de nuevo y los podridos que se encontraban en la ciudad acudían irremediablemente al lugar de procedencia del sonido. Habían armado demasiado escándalo y, sin otro sonido en la ciudad, aquel concierto de disparos, les atraía sin remedio hacia su posición.
Contaban con una ventaja, se habían olvidado de los supervivientes del metro pero se concentraban en los supervivientes del exterior.
Cazorla, Márquez, Alicia y Hopkins se abrieron paso a tiros hasta la entrada del metro mientras el resto se apostaban a unos metros de la puerta después de haber dado cuenta de los zombies de los alrededores de la puerta. Un disparo pasó rozando la oreja de Alicia.
- Dejad de disparar joder, somos los refuerzos- Gritó Alicia
- Vieja bruja, pensé que te habías olvidado de nosotros- Gritó una voz familiar al otro lado de la verja.
- Degtyarev me alegro de que estés vivo- Dijo Alicia- ¿Cuántos sois ahí abajo?
- Quedaremos unos 23 pero hay gente herida aquí abajo. Un par de mordeduras. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, Alicia pero...- Gritó Pekador acercándose a la puerta y ocultando su rostro debajo de sus manos- No hemos podido hacer más.
- Esto está listo, entremos. - Dijo Cazorla guardando la cizalla que había utilizado para abrir la verja- Vosotros dos - Dijo señalando a sus hombres- Os quedaréis aquí defendiendo la entrada con él, esos cuatro y ese otro- Señaló a Facundo, Fernando, Marco, Ariel, Arturo y Hopkins - Usted Señorita y usted - Señaló a Michael- vendrán abajo con nosotros. Nos quedan 10 minutos.
Unos defenderían el frente y otros bajarían a por los supervivientes. Degtyarev había sido el primero en verlos llegar y rápidamente fue a avisar a los demás supervivientes. Agatha, David, Oleg, Emmy, Kenny cojeando y muchos más que Alicia ni siquiera conocía estaban llegando por una de las entradas del metro.
Enseguida, Alicia se dio cuenta de que eran demasiados para llevarlos en helicóptero. Pese a ello, lo primero que hizo fue dar la radio a Degtyarev, Cody se alegraría al oir su voz.
Fuentes bajó con su pájaro diez minutos después. Los primeros supervivientes, niños y mujeres subieron al helicóptero junto con Márquez. Los demás seguían defendiendo su posición mientras nuevos zombies se acercaban en alto número. Fuentes advirtió que muchos de ellos se aproximaban al metro por distintas zonas de la ciudad.
Tuvo que hacer tres viajes para llevar a todos ellos hasta un lugar seguro pero cada vez costaba más mantener a los supervivientes que quedaban a salvo y una alfombra de cadáveres se extendía alrededor de los supervivientes.
Sólo quedaban Alicia, Arturo, Fernando, Facundo, Hopkins, Cazorla, David, Agatha, Oleg, Degtyarev, Carlos, Kenny y los supervivientes armados cuando todo pasó. Entre los restos mortales, un zombie se levantó en un lugar que quedaba fuera de la vista de los que estaban disparando justo cuando aterrizó el helicóptero.
David, Agatha y un tipo regordete subieron al helicóptero cuando el podrido enganchó la pierna del piloto y le mordió, llevándose consigo un pedazo de la pierna de Fuentes. Allí quedó enganchado y, nervioso como estaba, el piloto levantó el vuelo con el zombie colgado aún de su pierna, perdiendo así el control del helicóptero.
Los supervivientes que estaban a la puerta se refugiaron en el interior del metro justo a tiempo, antes de que el helicóptero se precipitará contra el edificio en cuya azotea había esperado Fuentes tres horas antes. Una enorme bola de fuego se elevó en el cielo dejando a los que se encontraban en el metro a su suerte.
- ¿Qué haremos ahora? - Preguntó Degtyarev que aún sostenía en sus brazos a Emmy que era la siguiente en subir al helicóptero.
- No lo sé. Dejenme pensar- Dijo Cazorla.
- ¿Y si llamamos a otro helicóptero?- Sugirió Arturo-
- La radio estaba en el helicóptero.
- Pero yo traje una radio- Protestó ALicia- La tiene él.
- La tenía. Se me cayó al suelo al proteger a Emmy, lo siento- Dijo el joven abatido.
- Quizá esté loco pero... ¿y si volvemos a la base a la antigua usanza? - Sugirió Marco
- ¿Cómo en autobús o en metro? Tenemos la parada cercana- Dijo Arturo.
- No, estúpido, conduciendo. Allí hay un par de autobuses.
- Vayamos, haré un puento- Dijo Michael
- Por cierto, ¿dónde está Kenny? - Preguntó Sergio
- Estoy aquí pero por poco tiempo. Lo siento chicos, por chulo me mordieron pero les haré un gran favor antes de largarme de aquí. Me iré a lo grande- Y salió corriendo hacia alguna parte.
Diez minutos después escapaban de los zombies por los pelos subidos en un camión de correos y en un pequeño coche deportivo que se encargaba de distraer a los zombies rezagados. Una gasolinera cercana, de repente estalló, y Carlos supo enseguida que Kenny había sido el kamikace. Eso les daría algo de tiempo.
- Lo siento chicos, después de lo que ha pasado ahora- Dijo Alicia- .... no me fio de los militares. Lo siento. Hoy he tenido un sueño. Soñé con todos nuestros amigos muertos- Miró a Facundo y Arturo- Estaba Zed, estaba Fernando, incluso Simón y también Bergen, tu padre- Dijo mirando a Degtyarev- Y me han dicho que ha llegado el momento. Yo no me quedaré en la base militar, no me fio de nadie y menos de los que han creado todo esto. Es culpa suya. Llegaré allí, cogeré a Cody y me iré en busca de un refugio, lo fortificaré y me asentaré allí con quien quiera venir conmigo, no voy a dejar que nadie me controle. Cuento contigo Arturo, todos vosotros sois bienvenidos. Sin embargo, vosotros debéis decidir. En la base lo teneis todo, seguridad, comida, alimentos... y conmigo no tendréis más que inseguridad, pocas armas y búsqueda de alimento pero creo que en este momento empieza la auténtica aventura: Sobrevivir y yo prefiero hacerlo a mi modo.
Así que.. ahí va mi pregunta: ¿Vendréis conmigo u os uniréis al ejército? Es vuestra decisión, excepto la tuya, cariño, porque no dejaré que te quedes.
Alicia guardó la pequeña radio por la que se comunicaba con Cody en el momento en el que el Sargento Cazorla dio la orden de saltar una vez que la mayor parte de los podridos fueron abatidos. Las últimas palabras del pequeño habían sido "no mueras...Alicia, no mueras" pero Alicia no supo que contestar, decidió que lo mejor sería cortar la comunicación por un tiempo. Sin embargo, aquellas cinco palabras seguían resonando en su cabeza cuando el helicóptero tomó tierra para que ellos se bajaran. No podía prometerlo pero haría todo lo posible por evitarlo.
Alicia bajó del helicóptero armada con su pequeña Glock, el palo de golf con el que había comenzado su aventura dos años atrás, con muchas esperanzas de encontrar vivos a sus amigos y con mucho miedo a morir. Ella suponía que sus compañeros se sentían igual, como corderos que acudían al matadero para sacrificarse. La diferencia, en este caso, era que ellos acudían al matadero conscientes de la posibilidad de tener una muerte horrible.
Arturo, Facundo, Michael, Hopkins, Marco, Fernando, Ariel, ALicia y aquellos cuatro soldados, excepto Fuentes, bajaron del helicóptero para enfrentarse a su destino.
Algunos de los zombies abatidos aún aullaban, ya fuera de dolor o desesperación por no conseguir llegar hasta los hombres armados ya que sus miembros amputados se lo impedían. Quizá por miedo, quizá por nervios, Marco fue el primero en apretar el gatillo para acabar con uno de los zombies que estaba tirado en el suelo.
- No malgasten munición. Utilizen sus armas, SOLAMENTE si es necesario, dejen que estos cabrones sufran- Ordenó Cazorla, sin dar lugar a reproches por parte del grupo.
Alicia caminaba con sumo cuidado entre los cuerpos de los muertos cuando volvió a escuchar el sonido del helicóptero levantando el vuelo. Miró hacia el cielo y solo acertó a distinguir las hélices de aquel enorme pájaro posándose en la azotea del edificio de enfrente. Fuentes tenía órdenes de esperar media hora allí, una vez pasados esos treinta minutos bajaría a recoger supervivientes, quedasen los que quedasen.
Los zombies que quedaban vivos y que conservaban sus extremidades inferiores empezaron a levantarse de nuevo y los podridos que se encontraban en la ciudad acudían irremediablemente al lugar de procedencia del sonido. Habían armado demasiado escándalo y, sin otro sonido en la ciudad, aquel concierto de disparos, les atraía sin remedio hacia su posición.
Contaban con una ventaja, se habían olvidado de los supervivientes del metro pero se concentraban en los supervivientes del exterior.
Cazorla, Márquez, Alicia y Hopkins se abrieron paso a tiros hasta la entrada del metro mientras el resto se apostaban a unos metros de la puerta después de haber dado cuenta de los zombies de los alrededores de la puerta. Un disparo pasó rozando la oreja de Alicia.
- Dejad de disparar joder, somos los refuerzos- Gritó Alicia
- Vieja bruja, pensé que te habías olvidado de nosotros- Gritó una voz familiar al otro lado de la verja.
- Degtyarev me alegro de que estés vivo- Dijo Alicia- ¿Cuántos sois ahí abajo?
- Quedaremos unos 23 pero hay gente herida aquí abajo. Un par de mordeduras. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, Alicia pero...- Gritó Pekador acercándose a la puerta y ocultando su rostro debajo de sus manos- No hemos podido hacer más.
- Esto está listo, entremos. - Dijo Cazorla guardando la cizalla que había utilizado para abrir la verja- Vosotros dos - Dijo señalando a sus hombres- Os quedaréis aquí defendiendo la entrada con él, esos cuatro y ese otro- Señaló a Facundo, Fernando, Marco, Ariel, Arturo y Hopkins - Usted Señorita y usted - Señaló a Michael- vendrán abajo con nosotros. Nos quedan 10 minutos.
Unos defenderían el frente y otros bajarían a por los supervivientes. Degtyarev había sido el primero en verlos llegar y rápidamente fue a avisar a los demás supervivientes. Agatha, David, Oleg, Emmy, Kenny cojeando y muchos más que Alicia ni siquiera conocía estaban llegando por una de las entradas del metro.
Enseguida, Alicia se dio cuenta de que eran demasiados para llevarlos en helicóptero. Pese a ello, lo primero que hizo fue dar la radio a Degtyarev, Cody se alegraría al oir su voz.
Fuentes bajó con su pájaro diez minutos después. Los primeros supervivientes, niños y mujeres subieron al helicóptero junto con Márquez. Los demás seguían defendiendo su posición mientras nuevos zombies se acercaban en alto número. Fuentes advirtió que muchos de ellos se aproximaban al metro por distintas zonas de la ciudad.
Tuvo que hacer tres viajes para llevar a todos ellos hasta un lugar seguro pero cada vez costaba más mantener a los supervivientes que quedaban a salvo y una alfombra de cadáveres se extendía alrededor de los supervivientes.
Sólo quedaban Alicia, Arturo, Fernando, Facundo, Hopkins, Cazorla, David, Agatha, Oleg, Degtyarev, Carlos, Kenny y los supervivientes armados cuando todo pasó. Entre los restos mortales, un zombie se levantó en un lugar que quedaba fuera de la vista de los que estaban disparando justo cuando aterrizó el helicóptero.
David, Agatha y un tipo regordete subieron al helicóptero cuando el podrido enganchó la pierna del piloto y le mordió, llevándose consigo un pedazo de la pierna de Fuentes. Allí quedó enganchado y, nervioso como estaba, el piloto levantó el vuelo con el zombie colgado aún de su pierna, perdiendo así el control del helicóptero.
Los supervivientes que estaban a la puerta se refugiaron en el interior del metro justo a tiempo, antes de que el helicóptero se precipitará contra el edificio en cuya azotea había esperado Fuentes tres horas antes. Una enorme bola de fuego se elevó en el cielo dejando a los que se encontraban en el metro a su suerte.
- ¿Qué haremos ahora? - Preguntó Degtyarev que aún sostenía en sus brazos a Emmy que era la siguiente en subir al helicóptero.
- No lo sé. Dejenme pensar- Dijo Cazorla.
- ¿Y si llamamos a otro helicóptero?- Sugirió Arturo-
- La radio estaba en el helicóptero.
- Pero yo traje una radio- Protestó ALicia- La tiene él.
- La tenía. Se me cayó al suelo al proteger a Emmy, lo siento- Dijo el joven abatido.
- Quizá esté loco pero... ¿y si volvemos a la base a la antigua usanza? - Sugirió Marco
- ¿Cómo en autobús o en metro? Tenemos la parada cercana- Dijo Arturo.
- No, estúpido, conduciendo. Allí hay un par de autobuses.
- Vayamos, haré un puento- Dijo Michael
- Por cierto, ¿dónde está Kenny? - Preguntó Sergio
- Estoy aquí pero por poco tiempo. Lo siento chicos, por chulo me mordieron pero les haré un gran favor antes de largarme de aquí. Me iré a lo grande- Y salió corriendo hacia alguna parte.
Diez minutos después escapaban de los zombies por los pelos subidos en un camión de correos y en un pequeño coche deportivo que se encargaba de distraer a los zombies rezagados. Una gasolinera cercana, de repente estalló, y Carlos supo enseguida que Kenny había sido el kamikace. Eso les daría algo de tiempo.
- Lo siento chicos, después de lo que ha pasado ahora- Dijo Alicia- .... no me fio de los militares. Lo siento. Hoy he tenido un sueño. Soñé con todos nuestros amigos muertos- Miró a Facundo y Arturo- Estaba Zed, estaba Fernando, incluso Simón y también Bergen, tu padre- Dijo mirando a Degtyarev- Y me han dicho que ha llegado el momento. Yo no me quedaré en la base militar, no me fio de nadie y menos de los que han creado todo esto. Es culpa suya. Llegaré allí, cogeré a Cody y me iré en busca de un refugio, lo fortificaré y me asentaré allí con quien quiera venir conmigo, no voy a dejar que nadie me controle. Cuento contigo Arturo, todos vosotros sois bienvenidos. Sin embargo, vosotros debéis decidir. En la base lo teneis todo, seguridad, comida, alimentos... y conmigo no tendréis más que inseguridad, pocas armas y búsqueda de alimento pero creo que en este momento empieza la auténtica aventura: Sobrevivir y yo prefiero hacerlo a mi modo.
Así que.. ahí va mi pregunta: ¿Vendréis conmigo u os uniréis al ejército? Es vuestra decisión, excepto la tuya, cariño, porque no dejaré que te quedes.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Michael tardo mas de lo esperado en hacer el puente, el maldito camion de correos estba lleno de polvo y apenas veía que cables tocaba, no obstante, tras algunos calambres, consiguió ponerlo en marcha, y se puso al volante.
-No estoy seguro de que debas conducir tu- dijo Sergio .-Despues de lo de...
-Callate- Lo interrumpió Michael, yo he hecho el puente, asi que yo conduzco.
-Bueno, bueno, como quieras.
El camión salió marcha atras, y se empotró contra una farola.
-Ves como no tenias que...
-¡Que te calles ya!, ¡leñe!- Dijo Michael, mientras ponía la primera marcha, y apretaba el acelerador.
Tras varios minutos de huida, Alicia comenzó a hablar.
-Lo siento chicos, después de lo que ha pasado ahora- Dijo Alicia- .... no me fio de los militares. Lo siento. Hoy he tenido un sueño. Soñé con todos nuestros amigos muertos- Dijo - Estaba Zed, estaba Fernando, incluso Simón y también Bergen, tu padre- Michael no tenía ni idea de quien era Bergen, pero creyo que Alicia se dirigía a Degtyarev al decir, ''tu padre'' -Y me han dicho que ha llegado el momento.- ¿Acababa de decir que le habían hablado en sueños?, esa tía estaba loca -Yo no me quedaré en la base militar, no me fio de nadie y menos de los que han creado todo esto. Es culpa suya. Llegaré allí, cogeré a Cody y me iré en busca de un refugio, lo fortificaré y me asentaré allí con quien quiera venir conmigo, no voy a dejar que nadie me controle. Cuento contigo Arturo, todos vosotros sois bienvenidos. Sin embargo, vosotros debéis decidir. En la base lo teneis todo, seguridad, comida, alimentos... y conmigo no tendréis más que inseguridad, pocas armas y búsqueda de alimento pero creo que en este momento empieza la auténtica aventura: Sobrevivir y yo prefiero hacerlo a mi modo.
Así que.. ahí va mi pregunta: ¿Vendréis conmigo u os uniréis al ejército? Es vuestra decisión, excepto la tuya, cariño, porque no dejaré que te quedes.
Michael quedó pensativo, el ejercito podía ofrecer mas seguridad, no obstante, lo tenían fichado en varios paises, y no tardarían en enterarse de quién era, y entonces, las cosas podrían ponerse feas, pensarían en el como una amenaza, y seguramente lo dejarían afuera con los zombies.
-Creo que yo voy contigo- Dijo Michael -No me llevo muy bien con el ejercito. Espero que no os ofendais- dijo mirando a los militares que iban en el camión.
-¿Alguien mas?- Pregunto Alicia.
-No estoy seguro de que debas conducir tu- dijo Sergio .-Despues de lo de...
-Callate- Lo interrumpió Michael, yo he hecho el puente, asi que yo conduzco.
-Bueno, bueno, como quieras.
El camión salió marcha atras, y se empotró contra una farola.
-Ves como no tenias que...
-¡Que te calles ya!, ¡leñe!- Dijo Michael, mientras ponía la primera marcha, y apretaba el acelerador.
Tras varios minutos de huida, Alicia comenzó a hablar.
-Lo siento chicos, después de lo que ha pasado ahora- Dijo Alicia- .... no me fio de los militares. Lo siento. Hoy he tenido un sueño. Soñé con todos nuestros amigos muertos- Dijo - Estaba Zed, estaba Fernando, incluso Simón y también Bergen, tu padre- Michael no tenía ni idea de quien era Bergen, pero creyo que Alicia se dirigía a Degtyarev al decir, ''tu padre'' -Y me han dicho que ha llegado el momento.- ¿Acababa de decir que le habían hablado en sueños?, esa tía estaba loca -Yo no me quedaré en la base militar, no me fio de nadie y menos de los que han creado todo esto. Es culpa suya. Llegaré allí, cogeré a Cody y me iré en busca de un refugio, lo fortificaré y me asentaré allí con quien quiera venir conmigo, no voy a dejar que nadie me controle. Cuento contigo Arturo, todos vosotros sois bienvenidos. Sin embargo, vosotros debéis decidir. En la base lo teneis todo, seguridad, comida, alimentos... y conmigo no tendréis más que inseguridad, pocas armas y búsqueda de alimento pero creo que en este momento empieza la auténtica aventura: Sobrevivir y yo prefiero hacerlo a mi modo.
Así que.. ahí va mi pregunta: ¿Vendréis conmigo u os uniréis al ejército? Es vuestra decisión, excepto la tuya, cariño, porque no dejaré que te quedes.
Michael quedó pensativo, el ejercito podía ofrecer mas seguridad, no obstante, lo tenían fichado en varios paises, y no tardarían en enterarse de quién era, y entonces, las cosas podrían ponerse feas, pensarían en el como una amenaza, y seguramente lo dejarían afuera con los zombies.
-Creo que yo voy contigo- Dijo Michael -No me llevo muy bien con el ejercito. Espero que no os ofendais- dijo mirando a los militares que iban en el camión.
-¿Alguien mas?- Pregunto Alicia.
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Después de una ráfaga de disparos procedentes del exterior.
Una conocida voz pregunto por nosotros y dijimos que aquí estábamos.
Cuando el sol que llegaba dejó de alumbrarme, pude distinguir a mis antiguos compañeros supervivientes.
Pero no había tiempo para saludarles ya que había demasiados zombies en los alrededores.
-Degtyarev a mi se me han acabado las balas de la escopeta. Dije alarmado.
-Yo solo no puedo contenerles, ahora que haremos?
-Carlos Toma mi pistola, ya no la voy a necesitar. Dijo kenny tosiendo.
-Gracias Kenny, te daré un entierro decente.
-Eso no hará falta, ya sabrás porque.
Degtyarev y yo no tuvimos muchos problemas eliminando a los zombies que se acercaban ya que Alicia y los demás nos apoyaban desde la calle.
Loz zombies no paraban de salir de la calle y pronto se nos acabaría la munición. Entonces kenny dijo:
-Llego el momento.
Y salió corriendo hacia los zombies llamando su atención. Gracias a eso tuvimos oportunidad de llegar hasta el otro grupo.
Al minuto, una columna de fuego se elevó desde otra calle, todos sabían lo que había pasado pero guardamos silencio.
El helicóptero empezó a llevarse a supervivientes hacia un campamento militar mientras los demás evacuábamos al resto.
No se lo que pasó pero el helicóptero empezó a girar bruscamente hasta chocar.
Después del choque no quedaba mas remedio que encontrar un vehículo, así que subimos a una furgoneta los que quedábamos.
Yo me senté pensando que en ese refugio al que íbamos acabaría todo cuando Alicia pronunció un discurso que me haría cambiar de opinión.
Llevaba las últimas semana viviendo de un nuevo modo emocionante en el que los débiles perecían y los fuertes sobrevivían.
Encima mis amigos no se dirigían hacia el campamento militar. Si no que seguirían por su cuenta.
Además, que iban ellos a hacer sin mi? jajaja.
Entonces me levanté y dije:
-Alicia, yo también voy. No os vais a librar de mi tan fácilmente.
Una conocida voz pregunto por nosotros y dijimos que aquí estábamos.
Cuando el sol que llegaba dejó de alumbrarme, pude distinguir a mis antiguos compañeros supervivientes.
Pero no había tiempo para saludarles ya que había demasiados zombies en los alrededores.
-Degtyarev a mi se me han acabado las balas de la escopeta. Dije alarmado.
-Yo solo no puedo contenerles, ahora que haremos?
-Carlos Toma mi pistola, ya no la voy a necesitar. Dijo kenny tosiendo.
-Gracias Kenny, te daré un entierro decente.
-Eso no hará falta, ya sabrás porque.
Degtyarev y yo no tuvimos muchos problemas eliminando a los zombies que se acercaban ya que Alicia y los demás nos apoyaban desde la calle.
Loz zombies no paraban de salir de la calle y pronto se nos acabaría la munición. Entonces kenny dijo:
-Llego el momento.
Y salió corriendo hacia los zombies llamando su atención. Gracias a eso tuvimos oportunidad de llegar hasta el otro grupo.
Al minuto, una columna de fuego se elevó desde otra calle, todos sabían lo que había pasado pero guardamos silencio.
El helicóptero empezó a llevarse a supervivientes hacia un campamento militar mientras los demás evacuábamos al resto.
No se lo que pasó pero el helicóptero empezó a girar bruscamente hasta chocar.
Después del choque no quedaba mas remedio que encontrar un vehículo, así que subimos a una furgoneta los que quedábamos.
Yo me senté pensando que en ese refugio al que íbamos acabaría todo cuando Alicia pronunció un discurso que me haría cambiar de opinión.
Llevaba las últimas semana viviendo de un nuevo modo emocionante en el que los débiles perecían y los fuertes sobrevivían.
Encima mis amigos no se dirigían hacia el campamento militar. Si no que seguirían por su cuenta.
Además, que iban ellos a hacer sin mi? jajaja.
Entonces me levanté y dije:
-Alicia, yo también voy. No os vais a librar de mi tan fácilmente.
Última edición por PeKaDoR el Lun Nov 29, 2010 5:41 pm, editado 1 vez
PeKaDoR- Lich King
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Fernando estaba a la espectativa de la elección de esas dos opciones que los dió Alicia, volver con los militares o ayudar a Alicia y Arturo y sobrevivir al menos por un tiempo, o quien sabe morir en el intento. Una elección dificil, podria costarle la vida. Pero visto el camino recorrido y la ayuda que le han prestado, sin más pensamiento que en cumplir y pagar la ayuda prestada no pudo dejarlos solos. Después de todo, eran los unicos que le habían ayudado, desde que los encontró se ayudaban mutuamente, algo tan fragil como un arañazo podria cambiarte de bando. Mejor ayudarlos y tener a alguien que te cubra las espaldas que confiar en unos militares que a saber si no te venden para salvarse ellos.
-Voy con vosotros, con la ayuda que me prestaron no puedo dejarlos a su suerte. Cuenten conmigo. - dijo Fernando, posicionandose al lado Alicia.
-Voy con vosotros, con la ayuda que me prestaron no puedo dejarlos a su suerte. Cuenten conmigo. - dijo Fernando, posicionandose al lado Alicia.
Toletum- Jefe de Los Barbaros
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Una semana? Dos a lo mejor. Haba pasado tan poco tiempo y a la vez tantas cosas. Los últimos recuerdos de Marco eran borrosos y fugases. Todavía no entendía completamente la situación, pero aquella chica parecía liderar al grupo de supervivientes. Luego del incidente del helicóptero les dio a Marco y el resto la elección: el ejército o ellos.
La cosa estaba complicada. Por un lado apenas conocía a este grupo, podían ser peligrosos o, en todo caso, terminar mucho peor de lo que estaban. Pero con los militares... había algo raro. No podía dejar de desconfiar. Con ellos sentía una sensación de estar en peligro, como de estor por ser golpeado por algo que no podía ver. Además, habían dicho que ellos empezaron todo esto.
"Bueno, solo queda una manera de decidir".Marco se dirigió hacia la chica.
-Che... Alicia, no? Haceme un favor.
-¿Que pasa?
-Deci un numero
-¿Que?- Lo mira extrañada
-Solo deci un numero cualquiera
-Em, ok...siete?
-Impar. Voy con ustedes.
¿Por que no pueden ser todas las decisiones ser así de sencillas? Marco solamente esperaba que fuera la correcta.
La cosa estaba complicada. Por un lado apenas conocía a este grupo, podían ser peligrosos o, en todo caso, terminar mucho peor de lo que estaban. Pero con los militares... había algo raro. No podía dejar de desconfiar. Con ellos sentía una sensación de estar en peligro, como de estor por ser golpeado por algo que no podía ver. Además, habían dicho que ellos empezaron todo esto.
"Bueno, solo queda una manera de decidir".Marco se dirigió hacia la chica.
-Che... Alicia, no? Haceme un favor.
-¿Que pasa?
-Deci un numero
-¿Que?- Lo mira extrañada
-Solo deci un numero cualquiera
-Em, ok...siete?
-Impar. Voy con ustedes.
¿Por que no pueden ser todas las decisiones ser así de sencillas? Marco solamente esperaba que fuera la correcta.
Quimera- Recien llegado al refugio
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Hoy han vuelto los amigos de Cody. Se ha alegrado mucho al verles, y francamente, yo también. No creo que el chico hubiese podido soportar otro batacazo emocional.
En cuanto nos enteramos de su llegada, Cody quiso ir a verles, así que yo le acompañé. Fue extraño presenciar el reencuentro. Identifiqué sentimientos como el amor o la amistad, pero no de la misma manera en la que los percibía antes. No estoy seguro de que pueda volver a sentir esas cosas, es como si un parásito se hubiese colado por mis entrañas y empezase a devorar poco a poco lo que queda del viejo Connor…
- Gracias…por cuidar de Cody – me dijo Alicia acercándose a mí.
- No hay de que…es un buen chico, cuidadle. – contesté dándome la vuelta, dispuesto a volver a mis labores.
- ¡Oye, espera! Quería preguntarte algo…verás, nosotros nos vamos de aquí. Sabemos que el ejército fue el que inició todo esto, así que vamos a iniciar nuestra propia comunidad. Tú eres médico, ya tenemos a uno, pero igualmente nos vendrías muy bien. Será difícil, habría que empezar todo desde cero, pero sé que podemos hacerlo. Bueno, ¿qué me dices?
Connor trataba de asimilar las palabras. Así que ÉL había embaucado a los soldados para que les sirviesen en su conquista de la tierra, ¿no? De ser así ese lugar no era seguro…
- Tengo…tengo que pensarlo… - contesté todavía aturdido por el efecto de aquellas palabras.
Alicia asintió y volvió con sus amigos.
El resto del día transcurrió con normalidad. El área médica estaba a rebosar, como de costumbre, y Doc y yo estábamos desbordados de trabajo. Pero esa tarde no podía concentrarme, no paraba de pensar en la propuesta de Alicia. Iniciar una nueva comunidad desde cero iba a ser muy difícil. Había que buscar un lugar, asegurarlo, vallarlo…Además, no podía ser cerca de la ciudad, pronto las ciudades serían un foco de enfermedades, enfermedades ya erradicadas como el cólera o el tifus volverían a aparecer y lo mejor sería estar lejos cuando eso sucediese. Tal vez en cinco o diez años se podría volver, pero ahora había que marcharse. Aparté esos pensamientos de mi cabeza por el momento, tenía que trabajar…
Horas después, me encontraba tumbado en mi tienda de campaña, mirando hacia el techo. Entonces oí un graznido, me resultó raro porque desde que todo esto empezó no volví a ver ni un solo pájaro. Lentamente salí de mi tienda de campaña y me quedé parado en la entrada, ¿habría sido mi imaginación? Pero entonces volvió a sonar otro graznido como respuesta.
Me dirigí hacia la fuente del sonido y llegué a la valla de contención. Posados sobre ella, había tres cuervos, éstos me miraban fijamente. La imagen se me antojaba similar a la de un tribunal, solo que con tres jueces.
- Es importante salvar el mundo- dijo uno de los cuervos y el segundo acabó la frase- porque si el mundo se va al infierno en una bolsa de basura, nadie podrá volver a reír.
El tercer cuervo habló
- El mundo se está yendo al infierno, no lo dudes. Ahora mismo la válvula está girada por completo y las compuertas están totalmente abiertas. El infierno está saliendo a chorros a razón de cuatro mil litros por segundo, y está inundando el mundo con su dolor. Pero tus manos están en la válvula. Empieza a girarla. Derecha apretar, izquierda aflojar. Apriétala. Empieza a cerrar las esclusas.
-Nunca la cerraras del todo, dijo el primer cuervo
-No. Pero incluso cerrarla a medias-contestó el segundo-sería una hazaña por sí sola, ¿no crees?
-El dolor ocurre-anunció el tercero, práctico-Es una fuerza existente. No te puedes librar de la mayor parte sin perecer, pero se puede reducir a la mínima expresión. Ese es nuestro plan. Eso es lo que tienes que hacer para ayudarnos.
-Es como un accidente de coche-dijeron a la vez-. No puedes evitarlo, pero puedes guiar el coche para que no mate a nadie. Habrá dolor, habrá rechinar de metal. Pero mantén firme el volante y podremos salir de esta con todos los dedos de las manos y de los pies.
- ¿Pero y que pasa con Él? - pregunté
- ¿De verdad creíste que el Diablo se encontraba dentro de la ciudad? – Dijo el tercer cuervo, ladeando ligeramente la cabeza – Él no está en la ciudad, lo sabes. Está dentro de ti. No importa a donde vayas, te perseguirá. Tendrás que darlo todo para mantenerle a raya, o las consecuencias serían nefastas…
- Recuerda, derecha apretar, izquierda aflojar. Tú decides...
Dicho esto, los cuervos despegaron y se perdieron por el horizonte.
Estaba confundido, pero sabía lo que tenía que hacer.
Tomadlo, tomadlo todo.
…
- Alicia…cuenta conmigo.
En cuanto nos enteramos de su llegada, Cody quiso ir a verles, así que yo le acompañé. Fue extraño presenciar el reencuentro. Identifiqué sentimientos como el amor o la amistad, pero no de la misma manera en la que los percibía antes. No estoy seguro de que pueda volver a sentir esas cosas, es como si un parásito se hubiese colado por mis entrañas y empezase a devorar poco a poco lo que queda del viejo Connor…
- Gracias…por cuidar de Cody – me dijo Alicia acercándose a mí.
- No hay de que…es un buen chico, cuidadle. – contesté dándome la vuelta, dispuesto a volver a mis labores.
- ¡Oye, espera! Quería preguntarte algo…verás, nosotros nos vamos de aquí. Sabemos que el ejército fue el que inició todo esto, así que vamos a iniciar nuestra propia comunidad. Tú eres médico, ya tenemos a uno, pero igualmente nos vendrías muy bien. Será difícil, habría que empezar todo desde cero, pero sé que podemos hacerlo. Bueno, ¿qué me dices?
Connor trataba de asimilar las palabras. Así que ÉL había embaucado a los soldados para que les sirviesen en su conquista de la tierra, ¿no? De ser así ese lugar no era seguro…
- Tengo…tengo que pensarlo… - contesté todavía aturdido por el efecto de aquellas palabras.
Alicia asintió y volvió con sus amigos.
El resto del día transcurrió con normalidad. El área médica estaba a rebosar, como de costumbre, y Doc y yo estábamos desbordados de trabajo. Pero esa tarde no podía concentrarme, no paraba de pensar en la propuesta de Alicia. Iniciar una nueva comunidad desde cero iba a ser muy difícil. Había que buscar un lugar, asegurarlo, vallarlo…Además, no podía ser cerca de la ciudad, pronto las ciudades serían un foco de enfermedades, enfermedades ya erradicadas como el cólera o el tifus volverían a aparecer y lo mejor sería estar lejos cuando eso sucediese. Tal vez en cinco o diez años se podría volver, pero ahora había que marcharse. Aparté esos pensamientos de mi cabeza por el momento, tenía que trabajar…
Horas después, me encontraba tumbado en mi tienda de campaña, mirando hacia el techo. Entonces oí un graznido, me resultó raro porque desde que todo esto empezó no volví a ver ni un solo pájaro. Lentamente salí de mi tienda de campaña y me quedé parado en la entrada, ¿habría sido mi imaginación? Pero entonces volvió a sonar otro graznido como respuesta.
Me dirigí hacia la fuente del sonido y llegué a la valla de contención. Posados sobre ella, había tres cuervos, éstos me miraban fijamente. La imagen se me antojaba similar a la de un tribunal, solo que con tres jueces.
- Es importante salvar el mundo- dijo uno de los cuervos y el segundo acabó la frase- porque si el mundo se va al infierno en una bolsa de basura, nadie podrá volver a reír.
El tercer cuervo habló
- El mundo se está yendo al infierno, no lo dudes. Ahora mismo la válvula está girada por completo y las compuertas están totalmente abiertas. El infierno está saliendo a chorros a razón de cuatro mil litros por segundo, y está inundando el mundo con su dolor. Pero tus manos están en la válvula. Empieza a girarla. Derecha apretar, izquierda aflojar. Apriétala. Empieza a cerrar las esclusas.
-Nunca la cerraras del todo, dijo el primer cuervo
-No. Pero incluso cerrarla a medias-contestó el segundo-sería una hazaña por sí sola, ¿no crees?
-El dolor ocurre-anunció el tercero, práctico-Es una fuerza existente. No te puedes librar de la mayor parte sin perecer, pero se puede reducir a la mínima expresión. Ese es nuestro plan. Eso es lo que tienes que hacer para ayudarnos.
-Es como un accidente de coche-dijeron a la vez-. No puedes evitarlo, pero puedes guiar el coche para que no mate a nadie. Habrá dolor, habrá rechinar de metal. Pero mantén firme el volante y podremos salir de esta con todos los dedos de las manos y de los pies.
- ¿Pero y que pasa con Él? - pregunté
- ¿De verdad creíste que el Diablo se encontraba dentro de la ciudad? – Dijo el tercer cuervo, ladeando ligeramente la cabeza – Él no está en la ciudad, lo sabes. Está dentro de ti. No importa a donde vayas, te perseguirá. Tendrás que darlo todo para mantenerle a raya, o las consecuencias serían nefastas…
- Recuerda, derecha apretar, izquierda aflojar. Tú decides...
Dicho esto, los cuervos despegaron y se perdieron por el horizonte.
Estaba confundido, pero sabía lo que tenía que hacer.
Tomadlo, tomadlo todo.
…
- Alicia…cuenta conmigo.
Skimmer- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Hacía un rato que habían llegado a la base, nada mas bajar, los militares que iban con ellos echaron a andar apresuradamente hacia la tienda de mando, desde entonces, las miradas de algunos de los militares lo acosaban constantemente.
Michael echó a andar hacia el cuarto de baño, necesitaba vaciarse, los sucesos de los últimos días habían sido distintos a todos los anteriores, tenía ganas de vomitar, Michael empezó a correr, abrió la puerta del baño de un empujón y se dirigió al retrete mas cercano. Aun estaba de rodillas, cuando escuchó como se abría la puerta, y unos pasos se dirigían hacia el, no alcanzó a darse la vuelta, cuando algo le golpeó la nuca, Michael cayó inconsciente.
Cuando despertó, estaba atado de pies y manos en el suelo, le dolía la cabeza, y no conseguía ver bien a su alrededor, todo era borroso, distorsionado, una voz seca se le clavó en la cabeza.
-Veo que ya te has despertado- Dijo la voz -Sabía que me sonabas de algo...Michael.
Michael se incorporó como pudo hasta estar de rodillas, y miró a su alrededor, estaba en una sala pequeña, sin mas adorno que una mesa y una ventana entreabierta en el techo, también distinguió una silueta, que se acercó a el, un puñetazo sonó en la sala.
-Eres un cabrón de mierda, ¡¿Sabes?!, has matado a muchos de los nuestros- Un nuevo golpe sonó en la sala, Michael se desplomó, los minutos siguientes fueron un aluvión de insultos y patadas.
-Michael...Sykes, asesino a sueldo, buscado en tres paises, te tengo, y voy a disfrutar...matandote, ¡igual que tu disfrutaste matando a mi hermano!
-Yo...no..disfruté- Alcanzó a decir Michael.
-¡Cállate!- Una nueva patada impactó en el cuerpo de Michael. -¿Sabes que?, me gusta tu pistola, y que casualidad, quedan siete balas en el cargador, a ver si adivino, cada una de las balas que faltan las usaste para matar a tres personas, entre ellas, mi hermano. ¿Como coño has hecho para no dispararla ni una vez desde entonces?.
-No...se.
-No, no lo sabes- Dijo aquel hombre, mientras le apuntaba, entonces empezó a ver mejor, aquel hombre llevaba un buen uniforme, debía ser un alto rango.
-Di adiós- Dijo el hombre en ese momento, mientras quitaba el seguro del arma...
Una silueta se dejó caer de la ventana del techo, el oficial se sobresaltó, y apretó el gatillo, no le dio tiempo a darse la vuelta, aquella silueta empezo a acuchillarlo con una mano, mientras tapaba su boca con la otra, para evitar que el oficial gritase.
Michael notó algo humedo y caliente, le empapaba la camiseta, miró hacia abajo, una mancha de sangre se estaba formando en su ropa, miró a aquella silueta, no alcanzó a ver su rostro antes de caer inconsciente.
Michael echó a andar hacia el cuarto de baño, necesitaba vaciarse, los sucesos de los últimos días habían sido distintos a todos los anteriores, tenía ganas de vomitar, Michael empezó a correr, abrió la puerta del baño de un empujón y se dirigió al retrete mas cercano. Aun estaba de rodillas, cuando escuchó como se abría la puerta, y unos pasos se dirigían hacia el, no alcanzó a darse la vuelta, cuando algo le golpeó la nuca, Michael cayó inconsciente.
Cuando despertó, estaba atado de pies y manos en el suelo, le dolía la cabeza, y no conseguía ver bien a su alrededor, todo era borroso, distorsionado, una voz seca se le clavó en la cabeza.
-Veo que ya te has despertado- Dijo la voz -Sabía que me sonabas de algo...Michael.
Michael se incorporó como pudo hasta estar de rodillas, y miró a su alrededor, estaba en una sala pequeña, sin mas adorno que una mesa y una ventana entreabierta en el techo, también distinguió una silueta, que se acercó a el, un puñetazo sonó en la sala.
-Eres un cabrón de mierda, ¡¿Sabes?!, has matado a muchos de los nuestros- Un nuevo golpe sonó en la sala, Michael se desplomó, los minutos siguientes fueron un aluvión de insultos y patadas.
-Michael...Sykes, asesino a sueldo, buscado en tres paises, te tengo, y voy a disfrutar...matandote, ¡igual que tu disfrutaste matando a mi hermano!
-Yo...no..disfruté- Alcanzó a decir Michael.
-¡Cállate!- Una nueva patada impactó en el cuerpo de Michael. -¿Sabes que?, me gusta tu pistola, y que casualidad, quedan siete balas en el cargador, a ver si adivino, cada una de las balas que faltan las usaste para matar a tres personas, entre ellas, mi hermano. ¿Como coño has hecho para no dispararla ni una vez desde entonces?.
-No...se.
-No, no lo sabes- Dijo aquel hombre, mientras le apuntaba, entonces empezó a ver mejor, aquel hombre llevaba un buen uniforme, debía ser un alto rango.
-Di adiós- Dijo el hombre en ese momento, mientras quitaba el seguro del arma...
Una silueta se dejó caer de la ventana del techo, el oficial se sobresaltó, y apretó el gatillo, no le dio tiempo a darse la vuelta, aquella silueta empezo a acuchillarlo con una mano, mientras tapaba su boca con la otra, para evitar que el oficial gritase.
Michael notó algo humedo y caliente, le empapaba la camiseta, miró hacia abajo, una mancha de sangre se estaba formando en su ropa, miró a aquella silueta, no alcanzó a ver su rostro antes de caer inconsciente.
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-Jobar que dolor de cabeza.-Murmuré al acercarme a Alicia.
-¿Y bien?¿Que has decidido?-Preguntó inmediatamente al darse la vuelta.
-No lo se,por una parte mi padre fué militar y me gustaría seguir su camino,pero por otra parte algunos de ustedes fueron sus amigos y debería ir con ustedes,no es fácil.
-¿A quien conoces ahora mismo de los militares?¿Crees que te reclutarán?¿Crees que no te tratarán como una mierda?Y peor aún,¿no crees que hasta si te les unes les estarias ayudando a empeorar las cosas?
-No lo se,no conosco a nadie,no se si me reclutarán,no se si me tratarán como una mierda y tampoco se si no les estaria ayudando al reclutarme a empeorar aún más las cosas.
-¿Entonces?
-¿Qué piensas Alicia?
-Que deberías venir con nosotros,todos nos conocemos,has tenido trato con muchos de nosotros.
-No se.
-Si dices no se una vez más te golpeo,necesitamos toda la ayuda posible para lograr esto Degtyarev,estoy segura de que tu padre lo hubiese deseado así.
-Ya vale,iré con ustedes,pero quiero libertades he,y quiero un rango.
-Si claro,lo tendrás cuando sea el momento,vayamos con los demás.
-¿Y bien?¿Que has decidido?-Preguntó inmediatamente al darse la vuelta.
-No lo se,por una parte mi padre fué militar y me gustaría seguir su camino,pero por otra parte algunos de ustedes fueron sus amigos y debería ir con ustedes,no es fácil.
-¿A quien conoces ahora mismo de los militares?¿Crees que te reclutarán?¿Crees que no te tratarán como una mierda?Y peor aún,¿no crees que hasta si te les unes les estarias ayudando a empeorar las cosas?
-No lo se,no conosco a nadie,no se si me reclutarán,no se si me tratarán como una mierda y tampoco se si no les estaria ayudando al reclutarme a empeorar aún más las cosas.
-¿Entonces?
-¿Qué piensas Alicia?
-Que deberías venir con nosotros,todos nos conocemos,has tenido trato con muchos de nosotros.
-No se.
-Si dices no se una vez más te golpeo,necesitamos toda la ayuda posible para lograr esto Degtyarev,estoy segura de que tu padre lo hubiese deseado así.
-Ya vale,iré con ustedes,pero quiero libertades he,y quiero un rango.
-Si claro,lo tendrás cuando sea el momento,vayamos con los demás.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Facundo conducía el camión militar en el que todos los de su grupo habían escapado. Alicia y Arturo, los únicos supervivientes de la primera infección estaban sentados a su lado.
Alicia lamentaba que las cosas hubieran salido de esa manera tan precipitada pero los acontecimientos que habían sucedido en las últimas horas, les había conducido a robar un camión del ejército y huir de aquella base militar que, durante un par de días les había proporcionado protección.
Tres horas antes...
- Alicia- Gritó el pequeño Cody mientras corría nervioso hacia ella- Alicia, Alicia, corre. Es en el baño, ven conmigo pero no digas nada a nadie. Por favor... ha pasado algo raro.
- ¿Qué ha pasado? - Preguntó Alicia
- No estoy seguro pero he ido al baño porque me hacía pis, lo siento Alicia, soy muy meón.
- Al grano Cody, al grano...
- Pues fui al baño que está junto a nuestra tienda de campaña y me encontré a Michael tirado en el suelo con un golpe muy feo en la cabeza, a un hombre muerto y a Ariel, ese hombre de ojos extraños con un cuchillo y riendo a carcajadas. Está loco. Me matará si averigüa que te he dicho algo- Lloró Unit abrazándola.
- No te preocupes.
Alicia, acompañada por Arturo, por Fernando y por Facundo, fue al baño y allí encontraron a los tres que había dicho Cody. Michael, con su ropa ensangrentadas y atado de pies y manos. Afortunadamente, la sangre no era suya, era del desgraciado que estaba en el suelo muerto, a todas luces, asesinado por Ariel, aquel periodista que ya no se esforzaba en aparentar que no estaba loco y que reía como lo que era, agazapado en una esquina y armado con sendos cuchillos.
Arturo revisó la cabeza de Michael y dictaminó que no era nada grave ya que, aunque estaba aturdido empezaba a recuperarse. Aún así, Fernando se le cargó a la espalda como si de un saco de patatas se tratase y lo sacó de aquel cuarto de baño mugriento.
- ¿Qué hacemos ahora? - Dijo Facundo- En cuanto descubran lo que ha pasado, pondrán un pelotón de fusilamento en la primera pared que encuentren solo para nosotros.
- Pero él no es de los nuestros- Protestó Fernando.
- Ya- Dijo Arturo- Eso no les importará. Él ha venido con nosotros y, para ellos, nosotros hemos traido un asesino.
- Adelantemos la huida. Larguémonos de aquí esta misma noche- Propuso Alicia.
- Pero... - Estuvo a punto de protestar Fernando.
- ¿Tiene alguien una idea mejor? - Preguntó Facundo cortando a Fernando.
- ¿Alguien sabe hacer un puente? - Preguntó Alicia.
- Y....yo.... - Susurró Michael desde la cama.
- Sí claro, estás tú para hacer un puente y después para conducir el rally de Montecarlo, anda que... - Dijo Arturo.
- Es... túpido, puedo decir a Facundo cómo hacerlo - Dijo Michael.
Tres horas más tarde, todos los que habían conseguido en escapar del refugio del metro, incluidos los quince que habían conseguido llegar a la base en helicóptero, huyeron de la base militar. Alertados por Unit, Alicia y Marco todos se apiñaron en un viejo camión del ejército cargado con algunas armas que habían abandonado los soldados y algunas raciones de combate. Ambas cosas les harían falta si querían empezar de nuevo.
Eran unos veinte los que habían salido de la base militar, el resto habían decidido quedarse bajo su propia responsabilidad pero los más importantes para Alicia, aquellos por los que había llegado a preocuparse en esos 40 días que llevaban juntos, habían decidido seguirla.
No sabían que había sido de Ariel, esperaba que no le pasase nada y pudiese escapar a tiempo, estaba segura de ello pero había algo que la inquietaba respecto a él y no estaba segura de qué era. Sólo sabía que le habían dejado atrás y que quizá este pudiera tomarse represalias.
El viaje hacia ninguna parte había comenzado.
******************************************************************************
Tras tres días conduciendo de noche por carreteras secundarias donde la afluencia de coches y el número de podridos era bastante reducido, durmiendo en antiguos moteles de carretera, llegaron a las afueras de un pequeño pueblo, agotados y sin apenas combustible ni provisiones. Allí se abastecerían y continuarían su camino.
Acabaron con la mayor parte de zombies que encontraron sin ningún problema.
Eran pocos y estaban muy repartidos por todo el lugar. Facundo, Arturo y unos pocos más se dedicaron a asaltar la comisaría de policía en busca de armas y a repostar el combustible, Fernando y Marco se quedaron haciendo guardia junto al camión mientras Connor daba unos puntos a la fea herida de Michael.
Los problemas llegaron cuando quisieron entrar en el supermercado para abastecerse de provisiones. Alicia, Carlos, Sergio, Degtyarev y Oleg intentaron abrir la puerta pero estaba cerrada con llave. Llamaron a uno de los supervivientes del metro, un tal Balta que se había ganado la vida como ratero hasta que la infección le pilló en el metro y aquello es otra historia. Forzó la puerta y la abrió sin problemas. Podrían haber utilizado sus armas pero Degtyarev decidió que aquello atraería a la horda y por eso llamaron a aquel joven. No sabían que la horda estaba en el interior del supermercado. Aquel era el establecimiento más grande de aquel pueblo y, ya que la iglesia estaba demasiado lejos del pueblo, decidieron refugiarse allí. De ese modo, tendrían alimento hasta que la ayuda llegase.
- Bueno chicos, aquí tenéis vuestras puertas abiertas - Dijo Balta antes de que un zombie le mordiese en el cuello sin que ninguno lo viera venir.
Oleg disparó para quitarle de encima a aquel monstruo pero, finalmente, su disparo alertó a todos los zombies que había dentro del edificio. Salieron corriendo del fondo de la tienda, salieron por las ventanas, rompiendo los cristales que no pudieron resistir cuando los cuerpos de 5 personas se abalanzaron contra ellos. Balta estaba muerto y pronto sería uno de ellos. Sergio, Carlos y los demás empezaron a disparar contra aquellas criaturas pero eran demasiados y ellos muy pocos.
- Corred, corred hacia el camión, que alguno arranque, por Dios. Son demasiados - Gritó Alicia sin dejar de disparar su arma en dirección a la horda.
- No te detengas, Degt - Gritó Carlos- No pienso largarme sin ti.
Oleg cayó al suelo y tres zombies estaban a punto de echárselos encima pero la oportuna mano de Sergio le libró de la garra de aquellos podridos. No podrían resistir demasiado a pesar de que otros supervivientes se les habían unido. incluso el pequeño Cody disparaba el arma que le había devuelto Marco cuando encontró un arma mejor.
Fernando arrancó el camión pero ya era demasiado tarde para algunos cuando quisieron salir de allí. En aquel pueblo perdieron a diez personas. Diez supervivientes del metro, entre ellos Dennis y Balta perecieron en aquel pueblo perdido de la mano de dios.
- ¿Por qué paramos aquí? - Gritó Alicia una vez sentada en la parte trasera del camión.
- No te culpes- Dijo Arturo- Nadie pudo saber que se habían escondido ahí dentro. Hemos recorrido muchos lugares y nunca nos había pasado esto, Ali.
- Sí, es mi culpa. Yo tenía que haberos protegido, os saqué de un lugar seguro y mira lo que ha sucedido. Éramos poco más de veinte y ahora solo nos hemos quedado...
- La culpa fue mía - Dijo Michael ya recuperado- Soy Michael Stykes, asesino a sueldo. Eso de matar a la gente por dinero, tarde o temprano me tendría que pasar factura. Si queréis que me largue de aquí, lo haré. No sé cuánto sobreviviré solo pero si no queréis que esté aquí lo entendería.
- No- Dijo Facundo desde el asiento de copiloto- Eres Michael Stykes, compañero de viaje. Tu antiguo empleo ha quedado relegado a un mero recuerdo. No te irás de aquí, por lo menos mi confianza la tienes. Nos lo has demostrado todo este tiempo.
- Eso digo yo- Dijo Arturo- Pero si viene alguien más a matarte, avísanos para que podamos tener un plan mejor la próxima vez.
- Sí, quédate. Contigo al lado estamos un poco más a salvo.
- Gracias... - Dijo Michael sonrojándose- Hacía años que no me sonrojaba.
- Amigo- Dijo Carlos- Tomemos un trago para celebrarlo.
- Degtyarev- preguntó Cody- ¿puedo tomar un trago yo también?
- Claro que sí, Cody. Hoy te has portado como un hombre.
Todos rieron y continuaron su viaje.
******************************************************************************
Tras una hora conduciendo en dirección norte, llegaron a un gran edificio algo destartalado.
- Fernando, detén el camión- Dijo Alicia que miraba por un agujero que había hecho en la lona del camión y por donde se entretenía disparando a zombies en movimiento- Sí, acerté, qué buena soy.
- ¿Qué pasa Alicia? - Preguntó Fernando que detuvo el camión haciendo que Connor y Marco se diesen un buen golpe contra el suelo.
- Chicos, creo que este será el lugar. Aquí nos asentaremos. Hace diez minutos atravesamos un pueblo, tenía un centro comercial. De allí sacaremos las cosas.
- Un centro comercial, Degty, como a ti te gusta- DIjo Emmy que no se había separado un momento de chico.
- ¿Qué os parece? Estamos cerca de un centro comercial, la estructura parece sólida y está abandonado. Tendremos que hacer reparaciones pero creo que servirá para establecernos. Connor, ¿qué opinas? Degty, ya sé que a ti te gusta, Emmy acaba de decirnoslo. Y los demás... espero vuestra opinión.
- Sí, lo veo bien- Dijo Connor- Además, por esta zona no se ven demasiados zombies.
- Degty, Degty... empiezo a odiarte- Dijo Degtyarev- Está bien, es buen sitio pero yo seré quien vaya en primer lugar a por provisiones. Con mi compañero Oleg y con Carlos y Sergio.
- Nosotros dos nos apuntamos- Dijeron Carlos y Sergio al unísono.
- Degty- Dijo Fernando solemne- Yo conduciré y Marco vendrá conmigo- Dijo mirándole- ¿Verdad, compañero?- Marco asintió.
- Yo no diré que no si Alicia piensa que es el mejor lugar, ahí entraremos- Dijo Arturo- La conozco bien y no creo que pueda resistirme a sus encantos.
- Hemos permanecido juntos estos dos últimos años- Dijo Facundo- No les dejaré.
- Bueno- Dijo Cody- Yo no tengo otra alternativa porque soy muy pequeño y no me dejarán ir solo pero... El primer día que pasó todo esto perdí a mi mamá y a mi ardilla pero he encontrado a muchos que actuais como si yo fuera vuestro hijo. Os quieromucho- Dijo abrazando a Degtyarev.
- Por cierto- Dijo Hopkins- Yo también me uno a vosotros, pensabais dejarme atrás?
- Cody, tengo una cosa que me dieron para ti, Marta, una joven de unos 12 años - Dijo Michael dirigiéndose a una de las supervivientes- ¿Conservas lo que te di en el metro?
- Sí, aquí está.
- Cody, esto es para ti, me la dio Alex antes de ... bueno, me la dio Alex- Dijo Michael sacando a Willis y entregándosela a Cody.
******************************************************************************
Unos metros más adelante aparcaron el camión. Oleg, Hopkins, Degtyarev, Carlos y Sergio bajaron a inspeccionar la zona mientras el resto esperaba en el camión. Alicia observó por la ventana, aquel edificio tan grande se conservaba mejor de lo que ella pensaba, contaban con una estructura sólida y rejas en las ventanas del primer y segundo piso. La parte trasera estaba vallada con verjas y rejas, cosa que les facilitaría la tarea de adecentar el lugar, al igual que los laterales, la entrada era la única parte donde la valla era más débil y tendrían que repararla.
En el interior del recinto, había otros tres edificios más pequeños en los que podrían encontrar armas, herramientas e incluso vehículos. Con toda seguridad era una antigua cárcel.
Los pensamientos de ALicia se dispersaron cuando escuchó gritos y varios disparos. Eran diferentes a los gemidos que emitía un zombie, eran los gritos de alguien, casi con toda seguridad de Carlos, por la voz. Saltó del camión fusil en mano, dejando a todos al cuidado de Arturo.
Cuando entró en la cárcel, Sergio estaba tirado en el suelo con un charco de sangre bajo su cabeza. Estaba muerto y Carlos, junto a él, tirado en el suelo, sangrando profusamente por un brazo y una pierna. Aún estaba vivo aunque inconsciente. Salió corriendo y llamó a Arturo.
Cuando volvió a entrar, el fuego se había detenido. Un muchacho de unos 19 años que Alicia no conocía estaba tirado en el suelo, al igual que Sergio, muerto.
- Alto el fuego, alto el fuego- Gritó un muchacho que salió corriendo con sus manos en alto- Spyke, nooooo, Spyke- ¿Por qué lo hicieron? Nosotros estábamos protegiendo este lugar y ahora han matado a Spyke, a mi hermano, mi mejor amigo- Después un disparo pasó rozando la oreja de ALicia- Jules, deja de disparar- Gritó Spyke.
- Nosotros buscábamos un refugio nada más. Este nos pareció un buen lugar. - Dijo ALicia- Lo siento, no sabíamos que había nadie más aquí.
- Tenemos armas pero no provisiones. Llevamos varios días buscando comida pero no hay. Sólo queríamos echarlos de aquí. ¿Por qué lo han matado? Era mi amigo.
- Él disparó primero- DIjo Degtyarev- Nosotros solo nos defendimos.
- Sergio está muerto, Spyke está débil pero sobrevivirá. - Dijo Arturo- Llamad a Connor, rápido.
- Si nos dejáis quedarnos unos días, él salvará la vida a tu amigo. Es médico y en el camión hay otro más. Traeremos provisiones y agua. - Dijo Alicia- Me llamo Alicia, el médico es Arturo. Tranquilizate y dejale hacer su trabajo.
- Yo soy Gerard. Jules, baja. Ella es mi novia. A pesar de matar a uno de los vuestros, ¿nos ayudaréis?
- No deberías Alicia- Dijo Degtyarev.
- Ya te dije una vez que no pienso dejar a nadie atrás. Este es un buen lugar y entre veinte es más fácil adaptarlo que entre tres personas. Lo primero que haremos erá advertir que esto es un refugio para que no vuelva a pasar lo de hoy. Ellos no son nuestros enemigos, los enemigos están ahí fuera. Ayuda a Carlos, ha perdido a su amigo, será duro para él cuando despierte.
- Muchas gracias, señora- Dijo Jules.
- Señorita, qué aún no estoy casada- Dijo Alicia sonriendo, recordando a Fernando pero mirando a Arturo su nuevo amor.
Miró a su alrededor, todos los del camión habían bajado y entrado en la cárcel. Sin habérselo propuesto, se había convertido en líder de una pequeña comunidad de supervivientes. Haría todo lo posible por ellos.
Sonrió, una vida desconocida comenzaba.
Alicia lamentaba que las cosas hubieran salido de esa manera tan precipitada pero los acontecimientos que habían sucedido en las últimas horas, les había conducido a robar un camión del ejército y huir de aquella base militar que, durante un par de días les había proporcionado protección.
Tres horas antes...
- Alicia- Gritó el pequeño Cody mientras corría nervioso hacia ella- Alicia, Alicia, corre. Es en el baño, ven conmigo pero no digas nada a nadie. Por favor... ha pasado algo raro.
- ¿Qué ha pasado? - Preguntó Alicia
- No estoy seguro pero he ido al baño porque me hacía pis, lo siento Alicia, soy muy meón.
- Al grano Cody, al grano...
- Pues fui al baño que está junto a nuestra tienda de campaña y me encontré a Michael tirado en el suelo con un golpe muy feo en la cabeza, a un hombre muerto y a Ariel, ese hombre de ojos extraños con un cuchillo y riendo a carcajadas. Está loco. Me matará si averigüa que te he dicho algo- Lloró Unit abrazándola.
- No te preocupes.
Alicia, acompañada por Arturo, por Fernando y por Facundo, fue al baño y allí encontraron a los tres que había dicho Cody. Michael, con su ropa ensangrentadas y atado de pies y manos. Afortunadamente, la sangre no era suya, era del desgraciado que estaba en el suelo muerto, a todas luces, asesinado por Ariel, aquel periodista que ya no se esforzaba en aparentar que no estaba loco y que reía como lo que era, agazapado en una esquina y armado con sendos cuchillos.
Arturo revisó la cabeza de Michael y dictaminó que no era nada grave ya que, aunque estaba aturdido empezaba a recuperarse. Aún así, Fernando se le cargó a la espalda como si de un saco de patatas se tratase y lo sacó de aquel cuarto de baño mugriento.
- ¿Qué hacemos ahora? - Dijo Facundo- En cuanto descubran lo que ha pasado, pondrán un pelotón de fusilamento en la primera pared que encuentren solo para nosotros.
- Pero él no es de los nuestros- Protestó Fernando.
- Ya- Dijo Arturo- Eso no les importará. Él ha venido con nosotros y, para ellos, nosotros hemos traido un asesino.
- Adelantemos la huida. Larguémonos de aquí esta misma noche- Propuso Alicia.
- Pero... - Estuvo a punto de protestar Fernando.
- ¿Tiene alguien una idea mejor? - Preguntó Facundo cortando a Fernando.
- ¿Alguien sabe hacer un puente? - Preguntó Alicia.
- Y....yo.... - Susurró Michael desde la cama.
- Sí claro, estás tú para hacer un puente y después para conducir el rally de Montecarlo, anda que... - Dijo Arturo.
- Es... túpido, puedo decir a Facundo cómo hacerlo - Dijo Michael.
Tres horas más tarde, todos los que habían conseguido en escapar del refugio del metro, incluidos los quince que habían conseguido llegar a la base en helicóptero, huyeron de la base militar. Alertados por Unit, Alicia y Marco todos se apiñaron en un viejo camión del ejército cargado con algunas armas que habían abandonado los soldados y algunas raciones de combate. Ambas cosas les harían falta si querían empezar de nuevo.
Eran unos veinte los que habían salido de la base militar, el resto habían decidido quedarse bajo su propia responsabilidad pero los más importantes para Alicia, aquellos por los que había llegado a preocuparse en esos 40 días que llevaban juntos, habían decidido seguirla.
No sabían que había sido de Ariel, esperaba que no le pasase nada y pudiese escapar a tiempo, estaba segura de ello pero había algo que la inquietaba respecto a él y no estaba segura de qué era. Sólo sabía que le habían dejado atrás y que quizá este pudiera tomarse represalias.
El viaje hacia ninguna parte había comenzado.
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Tras tres días conduciendo de noche por carreteras secundarias donde la afluencia de coches y el número de podridos era bastante reducido, durmiendo en antiguos moteles de carretera, llegaron a las afueras de un pequeño pueblo, agotados y sin apenas combustible ni provisiones. Allí se abastecerían y continuarían su camino.
Acabaron con la mayor parte de zombies que encontraron sin ningún problema.
Eran pocos y estaban muy repartidos por todo el lugar. Facundo, Arturo y unos pocos más se dedicaron a asaltar la comisaría de policía en busca de armas y a repostar el combustible, Fernando y Marco se quedaron haciendo guardia junto al camión mientras Connor daba unos puntos a la fea herida de Michael.
Los problemas llegaron cuando quisieron entrar en el supermercado para abastecerse de provisiones. Alicia, Carlos, Sergio, Degtyarev y Oleg intentaron abrir la puerta pero estaba cerrada con llave. Llamaron a uno de los supervivientes del metro, un tal Balta que se había ganado la vida como ratero hasta que la infección le pilló en el metro y aquello es otra historia. Forzó la puerta y la abrió sin problemas. Podrían haber utilizado sus armas pero Degtyarev decidió que aquello atraería a la horda y por eso llamaron a aquel joven. No sabían que la horda estaba en el interior del supermercado. Aquel era el establecimiento más grande de aquel pueblo y, ya que la iglesia estaba demasiado lejos del pueblo, decidieron refugiarse allí. De ese modo, tendrían alimento hasta que la ayuda llegase.
- Bueno chicos, aquí tenéis vuestras puertas abiertas - Dijo Balta antes de que un zombie le mordiese en el cuello sin que ninguno lo viera venir.
Oleg disparó para quitarle de encima a aquel monstruo pero, finalmente, su disparo alertó a todos los zombies que había dentro del edificio. Salieron corriendo del fondo de la tienda, salieron por las ventanas, rompiendo los cristales que no pudieron resistir cuando los cuerpos de 5 personas se abalanzaron contra ellos. Balta estaba muerto y pronto sería uno de ellos. Sergio, Carlos y los demás empezaron a disparar contra aquellas criaturas pero eran demasiados y ellos muy pocos.
- Corred, corred hacia el camión, que alguno arranque, por Dios. Son demasiados - Gritó Alicia sin dejar de disparar su arma en dirección a la horda.
- No te detengas, Degt - Gritó Carlos- No pienso largarme sin ti.
Oleg cayó al suelo y tres zombies estaban a punto de echárselos encima pero la oportuna mano de Sergio le libró de la garra de aquellos podridos. No podrían resistir demasiado a pesar de que otros supervivientes se les habían unido. incluso el pequeño Cody disparaba el arma que le había devuelto Marco cuando encontró un arma mejor.
Fernando arrancó el camión pero ya era demasiado tarde para algunos cuando quisieron salir de allí. En aquel pueblo perdieron a diez personas. Diez supervivientes del metro, entre ellos Dennis y Balta perecieron en aquel pueblo perdido de la mano de dios.
- ¿Por qué paramos aquí? - Gritó Alicia una vez sentada en la parte trasera del camión.
- No te culpes- Dijo Arturo- Nadie pudo saber que se habían escondido ahí dentro. Hemos recorrido muchos lugares y nunca nos había pasado esto, Ali.
- Sí, es mi culpa. Yo tenía que haberos protegido, os saqué de un lugar seguro y mira lo que ha sucedido. Éramos poco más de veinte y ahora solo nos hemos quedado...
- La culpa fue mía - Dijo Michael ya recuperado- Soy Michael Stykes, asesino a sueldo. Eso de matar a la gente por dinero, tarde o temprano me tendría que pasar factura. Si queréis que me largue de aquí, lo haré. No sé cuánto sobreviviré solo pero si no queréis que esté aquí lo entendería.
- No- Dijo Facundo desde el asiento de copiloto- Eres Michael Stykes, compañero de viaje. Tu antiguo empleo ha quedado relegado a un mero recuerdo. No te irás de aquí, por lo menos mi confianza la tienes. Nos lo has demostrado todo este tiempo.
- Eso digo yo- Dijo Arturo- Pero si viene alguien más a matarte, avísanos para que podamos tener un plan mejor la próxima vez.
- Sí, quédate. Contigo al lado estamos un poco más a salvo.
- Gracias... - Dijo Michael sonrojándose- Hacía años que no me sonrojaba.
- Amigo- Dijo Carlos- Tomemos un trago para celebrarlo.
- Degtyarev- preguntó Cody- ¿puedo tomar un trago yo también?
- Claro que sí, Cody. Hoy te has portado como un hombre.
Todos rieron y continuaron su viaje.
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Tras una hora conduciendo en dirección norte, llegaron a un gran edificio algo destartalado.
- Fernando, detén el camión- Dijo Alicia que miraba por un agujero que había hecho en la lona del camión y por donde se entretenía disparando a zombies en movimiento- Sí, acerté, qué buena soy.
- ¿Qué pasa Alicia? - Preguntó Fernando que detuvo el camión haciendo que Connor y Marco se diesen un buen golpe contra el suelo.
- Chicos, creo que este será el lugar. Aquí nos asentaremos. Hace diez minutos atravesamos un pueblo, tenía un centro comercial. De allí sacaremos las cosas.
- Un centro comercial, Degty, como a ti te gusta- DIjo Emmy que no se había separado un momento de chico.
- ¿Qué os parece? Estamos cerca de un centro comercial, la estructura parece sólida y está abandonado. Tendremos que hacer reparaciones pero creo que servirá para establecernos. Connor, ¿qué opinas? Degty, ya sé que a ti te gusta, Emmy acaba de decirnoslo. Y los demás... espero vuestra opinión.
- Sí, lo veo bien- Dijo Connor- Además, por esta zona no se ven demasiados zombies.
- Degty, Degty... empiezo a odiarte- Dijo Degtyarev- Está bien, es buen sitio pero yo seré quien vaya en primer lugar a por provisiones. Con mi compañero Oleg y con Carlos y Sergio.
- Nosotros dos nos apuntamos- Dijeron Carlos y Sergio al unísono.
- Degty- Dijo Fernando solemne- Yo conduciré y Marco vendrá conmigo- Dijo mirándole- ¿Verdad, compañero?- Marco asintió.
- Yo no diré que no si Alicia piensa que es el mejor lugar, ahí entraremos- Dijo Arturo- La conozco bien y no creo que pueda resistirme a sus encantos.
- Hemos permanecido juntos estos dos últimos años- Dijo Facundo- No les dejaré.
- Bueno- Dijo Cody- Yo no tengo otra alternativa porque soy muy pequeño y no me dejarán ir solo pero... El primer día que pasó todo esto perdí a mi mamá y a mi ardilla pero he encontrado a muchos que actuais como si yo fuera vuestro hijo. Os quieromucho- Dijo abrazando a Degtyarev.
- Por cierto- Dijo Hopkins- Yo también me uno a vosotros, pensabais dejarme atrás?
- Cody, tengo una cosa que me dieron para ti, Marta, una joven de unos 12 años - Dijo Michael dirigiéndose a una de las supervivientes- ¿Conservas lo que te di en el metro?
- Sí, aquí está.
- Cody, esto es para ti, me la dio Alex antes de ... bueno, me la dio Alex- Dijo Michael sacando a Willis y entregándosela a Cody.
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Unos metros más adelante aparcaron el camión. Oleg, Hopkins, Degtyarev, Carlos y Sergio bajaron a inspeccionar la zona mientras el resto esperaba en el camión. Alicia observó por la ventana, aquel edificio tan grande se conservaba mejor de lo que ella pensaba, contaban con una estructura sólida y rejas en las ventanas del primer y segundo piso. La parte trasera estaba vallada con verjas y rejas, cosa que les facilitaría la tarea de adecentar el lugar, al igual que los laterales, la entrada era la única parte donde la valla era más débil y tendrían que repararla.
En el interior del recinto, había otros tres edificios más pequeños en los que podrían encontrar armas, herramientas e incluso vehículos. Con toda seguridad era una antigua cárcel.
Los pensamientos de ALicia se dispersaron cuando escuchó gritos y varios disparos. Eran diferentes a los gemidos que emitía un zombie, eran los gritos de alguien, casi con toda seguridad de Carlos, por la voz. Saltó del camión fusil en mano, dejando a todos al cuidado de Arturo.
Cuando entró en la cárcel, Sergio estaba tirado en el suelo con un charco de sangre bajo su cabeza. Estaba muerto y Carlos, junto a él, tirado en el suelo, sangrando profusamente por un brazo y una pierna. Aún estaba vivo aunque inconsciente. Salió corriendo y llamó a Arturo.
Cuando volvió a entrar, el fuego se había detenido. Un muchacho de unos 19 años que Alicia no conocía estaba tirado en el suelo, al igual que Sergio, muerto.
- Alto el fuego, alto el fuego- Gritó un muchacho que salió corriendo con sus manos en alto- Spyke, nooooo, Spyke- ¿Por qué lo hicieron? Nosotros estábamos protegiendo este lugar y ahora han matado a Spyke, a mi hermano, mi mejor amigo- Después un disparo pasó rozando la oreja de ALicia- Jules, deja de disparar- Gritó Spyke.
- Nosotros buscábamos un refugio nada más. Este nos pareció un buen lugar. - Dijo ALicia- Lo siento, no sabíamos que había nadie más aquí.
- Tenemos armas pero no provisiones. Llevamos varios días buscando comida pero no hay. Sólo queríamos echarlos de aquí. ¿Por qué lo han matado? Era mi amigo.
- Él disparó primero- DIjo Degtyarev- Nosotros solo nos defendimos.
- Sergio está muerto, Spyke está débil pero sobrevivirá. - Dijo Arturo- Llamad a Connor, rápido.
- Si nos dejáis quedarnos unos días, él salvará la vida a tu amigo. Es médico y en el camión hay otro más. Traeremos provisiones y agua. - Dijo Alicia- Me llamo Alicia, el médico es Arturo. Tranquilizate y dejale hacer su trabajo.
- Yo soy Gerard. Jules, baja. Ella es mi novia. A pesar de matar a uno de los vuestros, ¿nos ayudaréis?
- No deberías Alicia- Dijo Degtyarev.
- Ya te dije una vez que no pienso dejar a nadie atrás. Este es un buen lugar y entre veinte es más fácil adaptarlo que entre tres personas. Lo primero que haremos erá advertir que esto es un refugio para que no vuelva a pasar lo de hoy. Ellos no son nuestros enemigos, los enemigos están ahí fuera. Ayuda a Carlos, ha perdido a su amigo, será duro para él cuando despierte.
- Muchas gracias, señora- Dijo Jules.
- Señorita, qué aún no estoy casada- Dijo Alicia sonriendo, recordando a Fernando pero mirando a Arturo su nuevo amor.
Miró a su alrededor, todos los del camión habían bajado y entrado en la cárcel. Sin habérselo propuesto, se había convertido en líder de una pequeña comunidad de supervivientes. Haría todo lo posible por ellos.
Sonrió, una vida desconocida comenzaba.
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