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Segunda prueba
¿Furulas?
Cuando los zombies nos alcancen
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
LOS PECADOS DEL PADRE
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- No os quedéis ahí parados, joder - Dijo el asesino que estaba intentando mover una cómoda cercana a una puerta- Ayudadme a bloquear esta puerta. Si hay que salir lo haremos por la otra pero es más fácil controlar una.
- Después de mover esto, nosotros dos nos vamos a buscar a mi marido. Cura, tienes que declararnos marido y mujer - Bromeó la novia - ¿Nos acompañáis?
- Primero, no soy cura - Dijo el asesino mientras se quitaba la sotana, llevava un traje negro con bolsillos, se saco una navaja del zapato, y se la guardo en el cinturon. - Y segundo, en mi coche hay armas, voy a por ellas. ¡Tu! - Dijo señalando a Alex, necesito que vengas conmigo, tal vez puedas ayudarme.
- Pues yo creo que seria mejor que viniese con el resto del grupo. ¿No crees Alex? - Dijo la novia.
- He dicho que se viene conmigo - Dijo el asesino.
- No te preocupes Silvia, ya os alcanzaremos - Dijo el chico.
Alex y el asesino salieron por la puerta, apenas encontraron zombis en su camino hacia el vestibulo, por desgracia este estaba lleno de zombis.
- Mierda - Dijo el asesino mientras una treitena de zombis se dirigian hacia ellos. - Atras coño, hay que buscar otra salida.
- Ven, sigueme - Dijo Alex, entraron en un pasillo y cerraron la puerta, siguieron caminando hasta llegar a una especie de cuarto de trastos, salieron por una puerta que daba al patio.
- ¿Donde esta tu coche? - Pregunto Alex.
- Esta afuera.
El asesino se dirigio al muro, no debia de costarle mucho saltarlo, dio un salto y se agarro al bordillo, subio el resto del cuerpo y tendio la mano a Alex.
- Venga, sube - Dijo
Alex obedecio. Se descolgaron al otro lado, habia unos cuantos zombis, nada de lo que no pudieran ocuparse, los gemidos eran incesantes.
- Mierda - Dijo el asesino - El coche esta al otro lado de los zombis. Vale, veamos, toma esto - El asesino le entrego la pistola - Cubreme.
El asesino corrio hacia un coche cercano a los zombis, se subio de un salto, y saltó sobre la ola de zombis, llegó al otro lado por poco.
Alex empezo a disparar, algunos zombis caian, otros no, empezaron a acercarse a Alex, que se guardo la pistola, y se cargo tres solo con sus manos.
El asesino siguio corriendo y por fin divisó su coche, lo abrio con el mando a distancia, abrio el maletero, saco el cadaver del cura, y recogio una bolsa que se colgo a la espalda.
Alex seguia luchando contra los zombis, los estaba manteniendo a raya, cogió a uno del cuello, y se lo partió.
No se dio cuenta de que un zombi se le acercaba por detras.
El asesino llego donde estaba Alex, este estaba tirado en el suelo forcejeando con un zombi, el asesino se saco la navaja y la lanzó contra el zombi, le impacto de lleno en el craneo, el zombi cayo hacia atras, dejando un charco de sangre.
- Venga levanta, volvamos dentro - Dijo el asesino.
Llegaron dentro y volvieron hasta la cocina, alli estaban los dos camareros.
- He traido algunos juguetitos - Dijo el asesino, mientras dejaba la bolsa en el suelo. La abrio y saco algunos cuchillos de combate, una MP5 con ACOG y silenciador, ademas de varios cargadores. Tambien sacó 2 pistolas con silenciador, con sus respectivas municiones.
Le dió un cuchillo a Alex, parecia que el cuerpo a cuerpo era su fuerte, se quedo para si una de las pistolas, un cuchillo, y su MP5, y le dio la otra pistola a uno de los camareros.
- Oye - Le dijo Alex. - ¿Te importaria venir un momento?
El aseesino se acerco a el, parecia querer hablar en privado.
- ¿Para que me buscabas? - Pregunto Alex.
- Bueno, primero debes saber que soy asesino a sueldo, trabajo en una agencia que reparte los distintos encargos entre sus operativos, como yo. -El chico no altero su rostro, debia de haberselo imaginado ya.
-Hace unos dias, me tropece en la ducha y perdi la memora, no se como me llamo, nada, no se nada de mi pasado. En la agencia me dijeron que el y yo eramos buenos amigos, no creo que lo supieses, pero la mayoria de los encargos provenian de el. Hicimos buenas migas, y tal, por desgracia, murió y no pude preguntarle nada, queria saber si tu sabias algo. Seguramente tu padre tenga un diario, registros de correo, grabaciones, cualquier cosa que me ayude a recordar. Necesito encontrar todo eso.
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Venga mancos ¡Postead mas, que quiero ver como peta el foro!
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- No os quedéis ahí parados, joder - Dijo el asesino que estaba intentando mover una cómoda cercana a una puerta- Ayudadme a bloquear esta puerta. Si hay que salir lo haremos por la otra pero es más fácil controlar una.
- Después de mover esto, nosotros dos nos vamos a buscar a mi marido. Cura, tienes que declararnos marido y mujer - Bromeó la novia - ¿Nos acompañáis?
- Primero, no soy cura - Dijo el asesino mientras se quitaba la sotana, llevava un traje negro con bolsillos, se saco una navaja del zapato, y se la guardo en el cinturon. - Y segundo, en mi coche hay armas, voy a por ellas. ¡Tu! - Dijo señalando a Alex, necesito que vengas conmigo, tal vez puedas ayudarme.
- Pues yo creo que seria mejor que viniese con el resto del grupo. ¿No crees Alex? - Dijo la novia.
- He dicho que se viene conmigo - Dijo el asesino.
- No te preocupes Silvia, ya os alcanzaremos - Dijo el chico.
Alex y el asesino salieron por la puerta, apenas encontraron zombis en su camino hacia el vestibulo, por desgracia este estaba lleno de zombis.
- Mierda - Dijo el asesino mientras una treitena de zombis se dirigian hacia ellos. - Atras coño, hay que buscar otra salida.
- Ven, sigueme - Dijo Alex, entraron en un pasillo y cerraron la puerta, siguieron caminando hasta llegar a una especie de cuarto de trastos, salieron por una puerta que daba al patio.
- ¿Donde esta tu coche? - Pregunto Alex.
- Esta afuera.
El asesino se dirigio al muro, no debia de costarle mucho saltarlo, dio un salto y se agarro al bordillo, subio el resto del cuerpo y tendio la mano a Alex.
- Venga, sube - Dijo
Alex obedecio. Se descolgaron al otro lado, habia unos cuantos zombis, nada de lo que no pudieran ocuparse, los gemidos eran incesantes.
- Mierda - Dijo el asesino - El coche esta al otro lado de los zombis. Vale, veamos, toma esto - El asesino le entrego la pistola - Cubreme.
El asesino corrio hacia un coche cercano a los zombis, se subio de un salto, y saltó sobre la ola de zombis, llegó al otro lado por poco.
Alex empezo a disparar, algunos zombis caian, otros no, empezaron a acercarse a Alex, que se guardo la pistola, y se cargo tres solo con sus manos.
El asesino siguio corriendo y por fin divisó su coche, lo abrio con el mando a distancia, abrio el maletero, saco el cadaver del cura, y recogio una bolsa que se colgo a la espalda.
Alex seguia luchando contra los zombis, los estaba manteniendo a raya, cogió a uno del cuello, y se lo partió.
No se dio cuenta de que un zombi se le acercaba por detras.
El asesino llego donde estaba Alex, este estaba tirado en el suelo forcejeando con un zombi, el asesino se saco la navaja y la lanzó contra el zombi, le impacto de lleno en el craneo, el zombi cayo hacia atras, dejando un charco de sangre.
- Venga levanta, volvamos dentro - Dijo el asesino.
Llegaron dentro y volvieron hasta la cocina, alli estaban los dos camareros.
- He traido algunos juguetitos - Dijo el asesino, mientras dejaba la bolsa en el suelo. La abrio y saco algunos cuchillos de combate, una MP5 con ACOG y silenciador, ademas de varios cargadores. Tambien sacó 2 pistolas con silenciador, con sus respectivas municiones.
Le dió un cuchillo a Alex, parecia que el cuerpo a cuerpo era su fuerte, se quedo para si una de las pistolas, un cuchillo, y su MP5, y le dio la otra pistola a uno de los camareros.
- Oye - Le dijo Alex. - ¿Te importaria venir un momento?
El aseesino se acerco a el, parecia querer hablar en privado.
- ¿Para que me buscabas? - Pregunto Alex.
- Bueno, primero debes saber que soy asesino a sueldo, trabajo en una agencia que reparte los distintos encargos entre sus operativos, como yo. -El chico no altero su rostro, debia de haberselo imaginado ya.
-Hace unos dias, me tropece en la ducha y perdi la memora, no se como me llamo, nada, no se nada de mi pasado. En la agencia me dijeron que el y yo eramos buenos amigos, no creo que lo supieses, pero la mayoria de los encargos provenian de el. Hicimos buenas migas, y tal, por desgracia, murió y no pude preguntarle nada, queria saber si tu sabias algo. Seguramente tu padre tenga un diario, registros de correo, grabaciones, cualquier cosa que me ayude a recordar. Necesito encontrar todo eso.
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PauTL- Mano derecha del jefe
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Localización : En alguna parte
Fecha de inscripción : 05/03/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
El tranquilo mundo que Alex se esperaba encontrar se vino abajo en cuestión de minutos cuando unos cadáveres que regresaban de la muerte para devorar a los vivos entraron en la boda que se celebraba en su casa. Ahora sin sus nuevos amigos y acompañado de un tipo que se colo en la boda vestido de cura pero que aseguraba ser un asesino debería de aceptar el hecho de que la vida que conocía se acabo para siempre y sobrevivir...
??? - Pues esa es mi historia, y aunque te parezca una locura solo quiero saber quien soy y porque estoy trabajando para tu padre.
Alex - ¡No es mi padre, es mi padrastro así que deja de llamarlo así! - Dijo mientras le clavaba la mirada al asesino sin pestañear siquiera -.
??? - Joder chaval, le hechas huevos para gritarme así después de saber quien soy y de lo que soy capaz.
Alex - Perdón... yo no... - y volvió a desviar la mirada y a bajar la cabeza -.
??? - JAJAJA, no pasa nada niño JAJAJAJA, es solo que me has sorprendido que actuases así. Tienes valor, empezaba a pensar que eras un gilipollas rico mas sin pelotas para nada.
Alex - ... - Los tres se quedaron de piedra al ver la reacción del asesino y el asesino y Alex se acercaron a la encimera donde estaban Sergio y Carlos.
Sergio - ¿Bueno y cual es el plan 007? - Dijo mientras miraba al asesino y daba un codazo a Carlos el cual estaba sosteniendo la pistola.
Carlos - ¡Cállate gilipollas!, ¿no has visto como repartía leña hace un momento?¿Quieres que te de un puñetazo o algo peor?. Perdónalo solo quería decir que como coño vamos a salir de aquí tío.
??? - No lo se, todavía.
Sergio - Podríamos ir a la parte baja del sótano e ir por las alcantarillas bajo la casa podremos salir.
Carlos - Si pero antes debemos esperar a la Alicia que ha ido a recuperar a su príncipe azul ya cadáver seguro.
??? - ¿Que? ¿Habéis dejado a la novia sola?
Sergio - Vamos colega, no te pongas así. Ya hemos pasado por eso antes que tu, y esa tía es una mezcla de Lara Croft y Claire Redfield. Casi tira una puerta abajo de un empujón.
Carlos - Ademas dice que ya ha pasado por esto antes y no esta sola un camarero se fue con ella para buscar a su novio.
Alex - Tengo una idea. - Los tres pararon de discutir y le miraron, a lo que Alex trago saliva y empezó a hablar -
Alex- no podemos ir así vestidos, en la parte de arriba de la casa hay cajas con ropa, y ¿no podemos dejar a los demás solos no? Ademas de camino a la buhardilla esta el despacho de mi padrastro y seguro que no hay ninguna de esas cosas allí porque siempre cerraba con llave cuando no estaba, y tiene fuertes puertas.
??? - ¿Y como se supone que entraremos allí si esta cerrado?
Sergio - Un hombre mayor que trabajaba aquí era el que tenia todas las llaves, creo que te lo cargastes cuando estabais en el salón haciéndoos los héroes.
??? - Bueno pues las cogemos y vamos arriba. Y de camino debemos de reunir ala mayor cantidad de gente posible.
Sergio - Esta bien, Carlos dame la pistola - Dijo Sergio mientras ponía la mano para que se la diese -
Carlos - Ni de coña tío, que te de otra pistola el.
Sergio - No hay mas y no tienes experiencia con las armas de fuego dámela.
Carlos - Esta bien toma, pero a mi me parece mas segura la idea de las alcantarillas tío, y ¿desde cuando el crió toma las decisiones?
??? - Voy a deciros una cosa a los tres. A partir de ahora yo doy las ordenes, si os digo que corráis corréis sin pensar y ni se vota ni se cuestiona nada ¿de acuerdo? aquí se hace lo que yo diga y punto. Yo iré primero y después tu Carlos seguido de Alex y de Sergio, si veis a alguno decídselo a los demás, pero no lo gritéis o alertareis a todos y vendrán en tropel.
Salieron de la cocina en fila india y no tardaron en ver al primer zombie en el salón justo abajo de las escaleras el asesino le dio una descarga de balas en la cabeza y callo redondo. Después se agacho e indico que buscasen la llave entre los muertos. Después de un minuto encontraron al hombre con las llaves y Carlos se agacho a buscar en los bolsillos, entonces el descomunal zombie de uno de los policías salio de detrás del sofá se abalanzo sobre el y empezó a forcejear en el suelo. Sergio estaba apuntando y el asesino le cogió de el antebrazo.
??? - No dispares están demasiado juntos.
Sergio - ¡¡¡¡Pues dispara tu joder!!!!. - Mientras terminaba la frase un par de zombies mas venian hacia ellos por las escaleras y abrieron fuego. Dándoles en la cabeza ambos.
Alex se acerco a la chimenea y cogió un atizador de la misma, después recogió del suelo una toalla ahora empapada en sangre de el cuello de una victima y se la enrollo en el brazo varias veces, se acerco corriendo por detras al zombie y le puso el antebrazo con la toalla en la boca hincando el atizador en la espalda. una sustancia viscosa se vertió en la ropa de Carlos el cual aprovecho para salir de debajo de esa mole que se puso de pie y dejo colgado a Alex de su cuello mientras se lo intentaba partir sin éxito mientras le clavaba el cuchillo que le dio el asesino en el costado. El rigor mortis hizo bien su trbajo y el cuello del muerto parecía hormigón, Carlos que se encontraba enfrente de ese espectáculo macabro saco el atizador del muerto que le asomaba por el abdomen si se lo clavo en el ojo atravesando la cabeza del zombie que cayo de bruces hacia delante.
Carlos - Gracias por salvarme tío.
Alex - De nada - Mientras le cogía la mano y se levantaba.
Carlos - Siento lo de antes, lo de llamarte crió jeje... - Se acercaron el asesino y Sergio donde estaban los dos y cuando llegaron el asesino le propino una colleja a Alex.
??? - La próxima vez que intentes hacerte el héroe podrías pensar antes de actuar. ¿Te han mordido?
Alex - No... solo apretó con fuerza, lo... lo siento mucho. - El asesino le agarro del antebrazo y lo examino no había ninguna herida pero la presión del mordisco había hecho un moratón en la piel
Sergio - Déjalo tío, ha sido alucinante, si no llega a ser por el Carlos seria comida de zombies. Gracias por salvar la vida a este inútil enano. - Dijo mientras guiñaba el ojo -
Carlos - ¿Como que inútil? Tu no has hecho nada por defenderme del hulk zombie cacho perro.
Sergio - Eso es porque sabia que el te salvaría... ademas recordé que te debía pasta y decidí no disparar. JAJAJAJA
Carlos - de todas formas gracias amigo. E ignora a Sergio se cree que por tener una pistola es un cazador de zombies o algo asi JAJAJA - Dijo mientras le ponía el brazo en el hombro a Alex y se dirigían a las escaleras -
??? - Bueno no se lo que encontraremos ahí arriba pero no quiero que nadie haga mas tonterías ¿de acuerdo?... (por eso odio trabajar con novatos) - pensó el asesino mientras empezaban a subir las escaleras.
Al llegar al piso de arriba se sorprendieron, ya que estaba desierto sin un solo cadáver andante y la pistola había desaparecido del pie de las escaleras.
Alex - La puerta esta al final del pasillo.
??? - Vamos en silencio y juntos como antes.
Carlos - Ok. - Mientras sonreía y levantaba el pulgar.
Sergio - Esta bien.
Según avanzaban por el pasillo se escuchaban los gemidos incesantes de fuera y como la ciudad se volvía loca, cuando quedaban solo cinco metros para llegar a el despacho de ambas puertas a los laterales del pasillo aparecieron 5 zombies de una de las habitaciones y tres de otra de ellas mas adelante. Sergio disparo derribando a 1 de ellos y haciendo mella en otro pero se le acabaron las balas y el asesino disparo hasta cargarse a los cuatro restantes con la MP5 con ráfagas largas pero precisas que les dejo sin rostro a ninguno de los zombies, mientras sergio alucinaba con su puntería. De los otros tres Carlos le dio una patada a la de el medio tirándola al suelo, después se apoyo en la pared para acabar tras los zombies y clavo el atizador en la cabeza de uno de ellos, mientras que Alex clavo el cuchillo en la garganta de otro y le propino un puñetazo a el mango hundiéndolo en el cuello del todo para partirle después con un movimiento seco el cuello y sacar el cuchillo a la vez. se quedaron mirando a la tercera que estaba en el suelo y el asesino le puso la bota en el pecho impidiendo que se levantase, Carlos hundio el atizador en la boca y lo dejo clavado mientras que Alex limpiaba el cuchillo y miraba como se retorcía intentando agarrar al asesino y morderle la pierna arañando las botas con los dedos ensangrentados.
Sergio - Que pena de chica. Debía de estar que te cagas de buena antes de toda esta mierda de los zombies.
Carlos - Pues no es muy diferente de la ultima chica que saliste jjajajaja. - Se rió mirando a Alex, el cual también se le escapo una sonrisa mientras miraba a Sergio-
??? - Ya basta - Dijo al tiempo que cargaba el arma y la daba un tiro entre los ojos cesando así los gemidos. (Parece que han superado todo esto del fin del mundo con algo de humor) - Pensó el asesino.
Sacaron las llaves y se dispusieron a abrir la puerta del despacho pero cuando la empujaron ya estaba entreabierta...
??? - Pues esa es mi historia, y aunque te parezca una locura solo quiero saber quien soy y porque estoy trabajando para tu padre.
Alex - ¡No es mi padre, es mi padrastro así que deja de llamarlo así! - Dijo mientras le clavaba la mirada al asesino sin pestañear siquiera -.
??? - Joder chaval, le hechas huevos para gritarme así después de saber quien soy y de lo que soy capaz.
Alex - Perdón... yo no... - y volvió a desviar la mirada y a bajar la cabeza -.
??? - JAJAJA, no pasa nada niño JAJAJAJA, es solo que me has sorprendido que actuases así. Tienes valor, empezaba a pensar que eras un gilipollas rico mas sin pelotas para nada.
Alex - ... - Los tres se quedaron de piedra al ver la reacción del asesino y el asesino y Alex se acercaron a la encimera donde estaban Sergio y Carlos.
Sergio - ¿Bueno y cual es el plan 007? - Dijo mientras miraba al asesino y daba un codazo a Carlos el cual estaba sosteniendo la pistola.
Carlos - ¡Cállate gilipollas!, ¿no has visto como repartía leña hace un momento?¿Quieres que te de un puñetazo o algo peor?. Perdónalo solo quería decir que como coño vamos a salir de aquí tío.
??? - No lo se, todavía.
Sergio - Podríamos ir a la parte baja del sótano e ir por las alcantarillas bajo la casa podremos salir.
Carlos - Si pero antes debemos esperar a la Alicia que ha ido a recuperar a su príncipe azul ya cadáver seguro.
??? - ¿Que? ¿Habéis dejado a la novia sola?
Sergio - Vamos colega, no te pongas así. Ya hemos pasado por eso antes que tu, y esa tía es una mezcla de Lara Croft y Claire Redfield. Casi tira una puerta abajo de un empujón.
Carlos - Ademas dice que ya ha pasado por esto antes y no esta sola un camarero se fue con ella para buscar a su novio.
Alex - Tengo una idea. - Los tres pararon de discutir y le miraron, a lo que Alex trago saliva y empezó a hablar -
Alex- no podemos ir así vestidos, en la parte de arriba de la casa hay cajas con ropa, y ¿no podemos dejar a los demás solos no? Ademas de camino a la buhardilla esta el despacho de mi padrastro y seguro que no hay ninguna de esas cosas allí porque siempre cerraba con llave cuando no estaba, y tiene fuertes puertas.
??? - ¿Y como se supone que entraremos allí si esta cerrado?
Sergio - Un hombre mayor que trabajaba aquí era el que tenia todas las llaves, creo que te lo cargastes cuando estabais en el salón haciéndoos los héroes.
??? - Bueno pues las cogemos y vamos arriba. Y de camino debemos de reunir ala mayor cantidad de gente posible.
Sergio - Esta bien, Carlos dame la pistola - Dijo Sergio mientras ponía la mano para que se la diese -
Carlos - Ni de coña tío, que te de otra pistola el.
Sergio - No hay mas y no tienes experiencia con las armas de fuego dámela.
Carlos - Esta bien toma, pero a mi me parece mas segura la idea de las alcantarillas tío, y ¿desde cuando el crió toma las decisiones?
??? - Voy a deciros una cosa a los tres. A partir de ahora yo doy las ordenes, si os digo que corráis corréis sin pensar y ni se vota ni se cuestiona nada ¿de acuerdo? aquí se hace lo que yo diga y punto. Yo iré primero y después tu Carlos seguido de Alex y de Sergio, si veis a alguno decídselo a los demás, pero no lo gritéis o alertareis a todos y vendrán en tropel.
Salieron de la cocina en fila india y no tardaron en ver al primer zombie en el salón justo abajo de las escaleras el asesino le dio una descarga de balas en la cabeza y callo redondo. Después se agacho e indico que buscasen la llave entre los muertos. Después de un minuto encontraron al hombre con las llaves y Carlos se agacho a buscar en los bolsillos, entonces el descomunal zombie de uno de los policías salio de detrás del sofá se abalanzo sobre el y empezó a forcejear en el suelo. Sergio estaba apuntando y el asesino le cogió de el antebrazo.
??? - No dispares están demasiado juntos.
Sergio - ¡¡¡¡Pues dispara tu joder!!!!. - Mientras terminaba la frase un par de zombies mas venian hacia ellos por las escaleras y abrieron fuego. Dándoles en la cabeza ambos.
Alex se acerco a la chimenea y cogió un atizador de la misma, después recogió del suelo una toalla ahora empapada en sangre de el cuello de una victima y se la enrollo en el brazo varias veces, se acerco corriendo por detras al zombie y le puso el antebrazo con la toalla en la boca hincando el atizador en la espalda. una sustancia viscosa se vertió en la ropa de Carlos el cual aprovecho para salir de debajo de esa mole que se puso de pie y dejo colgado a Alex de su cuello mientras se lo intentaba partir sin éxito mientras le clavaba el cuchillo que le dio el asesino en el costado. El rigor mortis hizo bien su trbajo y el cuello del muerto parecía hormigón, Carlos que se encontraba enfrente de ese espectáculo macabro saco el atizador del muerto que le asomaba por el abdomen si se lo clavo en el ojo atravesando la cabeza del zombie que cayo de bruces hacia delante.
Carlos - Gracias por salvarme tío.
Alex - De nada - Mientras le cogía la mano y se levantaba.
Carlos - Siento lo de antes, lo de llamarte crió jeje... - Se acercaron el asesino y Sergio donde estaban los dos y cuando llegaron el asesino le propino una colleja a Alex.
??? - La próxima vez que intentes hacerte el héroe podrías pensar antes de actuar. ¿Te han mordido?
Alex - No... solo apretó con fuerza, lo... lo siento mucho. - El asesino le agarro del antebrazo y lo examino no había ninguna herida pero la presión del mordisco había hecho un moratón en la piel
Sergio - Déjalo tío, ha sido alucinante, si no llega a ser por el Carlos seria comida de zombies. Gracias por salvar la vida a este inútil enano. - Dijo mientras guiñaba el ojo -
Carlos - ¿Como que inútil? Tu no has hecho nada por defenderme del hulk zombie cacho perro.
Sergio - Eso es porque sabia que el te salvaría... ademas recordé que te debía pasta y decidí no disparar. JAJAJAJA
Carlos - de todas formas gracias amigo. E ignora a Sergio se cree que por tener una pistola es un cazador de zombies o algo asi JAJAJA - Dijo mientras le ponía el brazo en el hombro a Alex y se dirigían a las escaleras -
??? - Bueno no se lo que encontraremos ahí arriba pero no quiero que nadie haga mas tonterías ¿de acuerdo?... (por eso odio trabajar con novatos) - pensó el asesino mientras empezaban a subir las escaleras.
Al llegar al piso de arriba se sorprendieron, ya que estaba desierto sin un solo cadáver andante y la pistola había desaparecido del pie de las escaleras.
Alex - La puerta esta al final del pasillo.
??? - Vamos en silencio y juntos como antes.
Carlos - Ok. - Mientras sonreía y levantaba el pulgar.
Sergio - Esta bien.
Según avanzaban por el pasillo se escuchaban los gemidos incesantes de fuera y como la ciudad se volvía loca, cuando quedaban solo cinco metros para llegar a el despacho de ambas puertas a los laterales del pasillo aparecieron 5 zombies de una de las habitaciones y tres de otra de ellas mas adelante. Sergio disparo derribando a 1 de ellos y haciendo mella en otro pero se le acabaron las balas y el asesino disparo hasta cargarse a los cuatro restantes con la MP5 con ráfagas largas pero precisas que les dejo sin rostro a ninguno de los zombies, mientras sergio alucinaba con su puntería. De los otros tres Carlos le dio una patada a la de el medio tirándola al suelo, después se apoyo en la pared para acabar tras los zombies y clavo el atizador en la cabeza de uno de ellos, mientras que Alex clavo el cuchillo en la garganta de otro y le propino un puñetazo a el mango hundiéndolo en el cuello del todo para partirle después con un movimiento seco el cuello y sacar el cuchillo a la vez. se quedaron mirando a la tercera que estaba en el suelo y el asesino le puso la bota en el pecho impidiendo que se levantase, Carlos hundio el atizador en la boca y lo dejo clavado mientras que Alex limpiaba el cuchillo y miraba como se retorcía intentando agarrar al asesino y morderle la pierna arañando las botas con los dedos ensangrentados.
Sergio - Que pena de chica. Debía de estar que te cagas de buena antes de toda esta mierda de los zombies.
Carlos - Pues no es muy diferente de la ultima chica que saliste jjajajaja. - Se rió mirando a Alex, el cual también se le escapo una sonrisa mientras miraba a Sergio-
??? - Ya basta - Dijo al tiempo que cargaba el arma y la daba un tiro entre los ojos cesando así los gemidos. (Parece que han superado todo esto del fin del mundo con algo de humor) - Pensó el asesino.
Sacaron las llaves y se dispusieron a abrir la puerta del despacho pero cuando la empujaron ya estaba entreabierta...
Tatsu-Kami- Superviviente
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Localización : Detras de ti!!!!!!! jajajaja XD
Fecha de inscripción : 02/06/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia salió junto a Marcos de aquella habitación dejando al falso cura y a Alex abandonados a su suerte. Ahora sí que estaba realmente enfadada. Ese maldito cura no era de verdad así que su boda iba a ser una completa mentira. Ahora sí que odiaba a la Iglesia. A alguien tenía que culpar.
Lo primero que tenía que hacer era encontrar a su novio y a sus amigos y después ya pediría cuentas al cura, si es que los malditos zombies no la impedían llegar hasta allí y tampoco el bueno y perfecto de Simón.
No la había dado tiempo a pensar en lo que había pasado entre ella y Simón. Simón estaba muy cambiado pero conservaba sus ojos y esa mirada que, desde el día que se conocieron la había trastornado. Se sentía extraña. Sabía que Simón no sentía ningún tipo de atracción sexual por ella, solamente obsesión o algo parecido pero se seguía preguntando: ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué la había besado.
Recorrieron el estrecho pasillo que les separaba del vestíbulo. A través de la puerta pudo ver que un montón de zombies se congregaban allí así que le hizo un signo con su dedo índice a Marcos para que se mantuviese en silencio y tomaron el camino de la izquierda. Aquella zona estaba libre de zombies. Comprobaron las puertas del pasillo pero estaban oportunamente cerradas con llave así que las posibilidades de que su pareja estuviese por allí eran escasas. Se apoyó contra la pared y se detuvo por un momento.
- ¿Qué pasa Alicia? - Preguntó Marcos sosteniendo la sartén - ¿Escuchaste algo?
- No. Estoy tratando de pensar. Conozco a Fernando y a Facundo. Si no me equivoco, se fueron por la otra puerta de entrada. Habrán ido a un lugar grande que puedan fortificar... Ya lo sé. Vamos.
- ¿Sabes dónde están?
- Sí, subamos.
- Sé por dónde es. La escalera está al final de este pasillo.
Tras atravesar el corto pasillo, llegaron a las escaleras. Estaban bastante cerca de la cocina otra vez y Alicia pensó que habían dado una vuelta bastante estúpida porque eran las mismas escaleras por las que habían bajado antes. Subió de nuevo las escaleras hasta el primer piso pero se encontró con una estampa distinta. Allí no quedaba ningún zombie de los que habían matado tan solo media hora atrás. Siguieron avanzando en silencio para llegar al otro lado del pasillo. Sin embargo, tuvo tiempo de mirar por la ventana y contemplar las primeras ruinas y explosiones de una ciudad devastada. Por desgracia, Alicia recordaba todo lo que había pasado tan solo dos años atrás. La historia se estaba repitiendo y ella volvía a ser testigo.
De una de las puertas, escuchó gemidos agonizantes. Miró por una rendija y allí contempló una escena horrorosa. Allí había numerosos zombies. Estaba un camarero, otra de sus compañeras de trabajo y un chico amigo de Fernando convertidos en zombies, alimentándose de un guardia de seguridad de Alex. Parecía que no les habían sentido.
- Shhh - Susuró Marcos- Mira ahí. Hay un guarda de seguridad. Tiene un arma. - Alicia asintió.
En la habitación de enfrente escucharon gritos pero siguieron adelante. Llegaron a una puerta y escucharon un ruido dentro, como si alguien estuviera llamando desde dentro. Alicia pegó el oído a la puerta y la pareció escuchar unos lamentos diferentes. No eran gritos sino alguien sollozaba. Giró el pomo de la puerta y esta se abrió. Primero entró Alicia y, a continuación Marcos.
Ambos se quedaron paralizados por la escena que allí contemplaron. Todos los zombies que habían sido asesinados en aquel pasillo estaban dentro de esa habitación, colocados como estatuas vigilantes, enganchados a la pared en los clavos en los que antes se mostraban preciosos cuadros. En el centro de la habitación estaba Carla, horriblemente amputada y depositada sobre una mesa a la que un zombie carente de piernas intentaba alcanzar. Marcos vomitó mientras Alicia cogió una estatua de bronce que había encima de la mesa de lo que pareció un despacho y matóa aquel zombie aún moribundo. Se acercó a su amiga.
- Carla, no te preocupes. Estoy aquí. No te va a pasar nada - la dijo Alicia sosteniéndola entre sus brazos.
- ¿No va a pasar nada? Mira lo que me ha hecho ese cabrón... - Dijo Carla entre sollozos - Mátame por favor... No quiero vivir así... Mátame te lo suplico. No quiero convertirme en uno de ellos y menos así...
- No te preocupes, querida, no te pasará nada. ¿Nadie te ha mordido? - Dijo mientras clavaba el cuchillo que la había dado Carlos justo en el corazón de su amiga. Las lágrimas rodaban por sus mejillas - Todo terminará enseguida
- Gracias, Alicia - Consiguió decir mientras en su bonito vestido de boda, aparecía una mancha color carmesí.
- De nada, amiga - Dijo Alicia pensando en Simón. Nunca lo perdonaría.
Entre los pliegues del vestido de su amiga, Alicia encontró una carta. Estaba escrita con una perfecta caligrafía. Era de Simón. Leyó la carta. En ella, les proponía un juego pero Alicia estaba cansada de jugar. Ella siempre sería el ratón en un juego en el que el gato estaba destinado a ganar pero, por el momento, seguiría el juego.
Mostraría la carta a los demás para que supieran a lo que se enfrentaban pero nadie tenía que saber, y menos Fernando, lo que había pasado entre ellos. Arrancó el final de la carta, hizo una bolita y la lanzó al otro extremo del cuarto. Guardó la carta en uno de sus calcetines.
- Marcos, ¿estás bien? - Preguntó Alicia que aún seguía sentada.
- No, joder... Acabo de ver a una tía amputada encima de una silla. Sólo soy camarero, no forense.
- Tranquilo. Te sacaré de aquí - Decía con la mirada perdida.
- ¿Qué es eso? - Gritó Marcos al escuchar gritos, voces, disparos....
- Alguien se acerca. Debemos ocultarnos - Dijo Alicia sin mucho ánimo. - No es la voz de mi niño.
- Joder. Vámonos por esa puerta - Dijo Marcos agarrando su sartén y tirando de ella.
Alicia y Marcos salieron por la misma puerta por la que minutos antes, Simón había escapado después de preparar aquella dramática escena recién sacada de las puertas del infierno.
Lo primero que tenía que hacer era encontrar a su novio y a sus amigos y después ya pediría cuentas al cura, si es que los malditos zombies no la impedían llegar hasta allí y tampoco el bueno y perfecto de Simón.
No la había dado tiempo a pensar en lo que había pasado entre ella y Simón. Simón estaba muy cambiado pero conservaba sus ojos y esa mirada que, desde el día que se conocieron la había trastornado. Se sentía extraña. Sabía que Simón no sentía ningún tipo de atracción sexual por ella, solamente obsesión o algo parecido pero se seguía preguntando: ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué la había besado.
Recorrieron el estrecho pasillo que les separaba del vestíbulo. A través de la puerta pudo ver que un montón de zombies se congregaban allí así que le hizo un signo con su dedo índice a Marcos para que se mantuviese en silencio y tomaron el camino de la izquierda. Aquella zona estaba libre de zombies. Comprobaron las puertas del pasillo pero estaban oportunamente cerradas con llave así que las posibilidades de que su pareja estuviese por allí eran escasas. Se apoyó contra la pared y se detuvo por un momento.
- ¿Qué pasa Alicia? - Preguntó Marcos sosteniendo la sartén - ¿Escuchaste algo?
- No. Estoy tratando de pensar. Conozco a Fernando y a Facundo. Si no me equivoco, se fueron por la otra puerta de entrada. Habrán ido a un lugar grande que puedan fortificar... Ya lo sé. Vamos.
- ¿Sabes dónde están?
- Sí, subamos.
- Sé por dónde es. La escalera está al final de este pasillo.
Tras atravesar el corto pasillo, llegaron a las escaleras. Estaban bastante cerca de la cocina otra vez y Alicia pensó que habían dado una vuelta bastante estúpida porque eran las mismas escaleras por las que habían bajado antes. Subió de nuevo las escaleras hasta el primer piso pero se encontró con una estampa distinta. Allí no quedaba ningún zombie de los que habían matado tan solo media hora atrás. Siguieron avanzando en silencio para llegar al otro lado del pasillo. Sin embargo, tuvo tiempo de mirar por la ventana y contemplar las primeras ruinas y explosiones de una ciudad devastada. Por desgracia, Alicia recordaba todo lo que había pasado tan solo dos años atrás. La historia se estaba repitiendo y ella volvía a ser testigo.
De una de las puertas, escuchó gemidos agonizantes. Miró por una rendija y allí contempló una escena horrorosa. Allí había numerosos zombies. Estaba un camarero, otra de sus compañeras de trabajo y un chico amigo de Fernando convertidos en zombies, alimentándose de un guardia de seguridad de Alex. Parecía que no les habían sentido.
- Shhh - Susuró Marcos- Mira ahí. Hay un guarda de seguridad. Tiene un arma. - Alicia asintió.
En la habitación de enfrente escucharon gritos pero siguieron adelante. Llegaron a una puerta y escucharon un ruido dentro, como si alguien estuviera llamando desde dentro. Alicia pegó el oído a la puerta y la pareció escuchar unos lamentos diferentes. No eran gritos sino alguien sollozaba. Giró el pomo de la puerta y esta se abrió. Primero entró Alicia y, a continuación Marcos.
Ambos se quedaron paralizados por la escena que allí contemplaron. Todos los zombies que habían sido asesinados en aquel pasillo estaban dentro de esa habitación, colocados como estatuas vigilantes, enganchados a la pared en los clavos en los que antes se mostraban preciosos cuadros. En el centro de la habitación estaba Carla, horriblemente amputada y depositada sobre una mesa a la que un zombie carente de piernas intentaba alcanzar. Marcos vomitó mientras Alicia cogió una estatua de bronce que había encima de la mesa de lo que pareció un despacho y matóa aquel zombie aún moribundo. Se acercó a su amiga.
- Carla, no te preocupes. Estoy aquí. No te va a pasar nada - la dijo Alicia sosteniéndola entre sus brazos.
- ¿No va a pasar nada? Mira lo que me ha hecho ese cabrón... - Dijo Carla entre sollozos - Mátame por favor... No quiero vivir así... Mátame te lo suplico. No quiero convertirme en uno de ellos y menos así...
- No te preocupes, querida, no te pasará nada. ¿Nadie te ha mordido? - Dijo mientras clavaba el cuchillo que la había dado Carlos justo en el corazón de su amiga. Las lágrimas rodaban por sus mejillas - Todo terminará enseguida
- Gracias, Alicia - Consiguió decir mientras en su bonito vestido de boda, aparecía una mancha color carmesí.
- De nada, amiga - Dijo Alicia pensando en Simón. Nunca lo perdonaría.
Entre los pliegues del vestido de su amiga, Alicia encontró una carta. Estaba escrita con una perfecta caligrafía. Era de Simón. Leyó la carta. En ella, les proponía un juego pero Alicia estaba cansada de jugar. Ella siempre sería el ratón en un juego en el que el gato estaba destinado a ganar pero, por el momento, seguiría el juego.
Mostraría la carta a los demás para que supieran a lo que se enfrentaban pero nadie tenía que saber, y menos Fernando, lo que había pasado entre ellos. Arrancó el final de la carta, hizo una bolita y la lanzó al otro extremo del cuarto. Guardó la carta en uno de sus calcetines.
- Marcos, ¿estás bien? - Preguntó Alicia que aún seguía sentada.
- No, joder... Acabo de ver a una tía amputada encima de una silla. Sólo soy camarero, no forense.
- Tranquilo. Te sacaré de aquí - Decía con la mirada perdida.
- ¿Qué es eso? - Gritó Marcos al escuchar gritos, voces, disparos....
- Alguien se acerca. Debemos ocultarnos - Dijo Alicia sin mucho ánimo. - No es la voz de mi niño.
- Joder. Vámonos por esa puerta - Dijo Marcos agarrando su sartén y tirando de ella.
Alicia y Marcos salieron por la misma puerta por la que minutos antes, Simón había escapado después de preparar aquella dramática escena recién sacada de las puertas del infierno.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Pasaron dos meses desde que Ariel fue dado de alta. Desde entonces trabajaba como reportero de una revista no muy conocida.
Le tocó hacer una entrevista al cantante de Blue Zombies, y no se le ocurrió mejor forma que hacerlo después de la boda que asistiría la estrella.
Pues allí estaba, dentro de la mansión, tratando de averiguar el extraño lazo que unía a Zed Craig con esta pareja de novios. Se encontraba en uno de los pasillos, donde buscaba al cantante, pero pasados veinte minutos, se dio por vencido y decidió descansar afuera mientras miraba la boda.
Ariel caminaba tranquilamente por el salón, cuando vio que la gente se desparramaba y gritaba.
-¿Ya comenzó la fiesta?- se dijo a sí mismo.
Pero pronto se oyeron disparos, y de entre las filas de la muchedumbre, aparecieron personas ensangrentadas, con terribles muecas de dolor, aullando como si estuvieran en una cacería y repartiendo mordiscos entre los presentes. Algo estaba mal. Ariel recordó una situación similar en la que se vio metido, pero no recordaba cual.
Un hombre, con las ropas destrozadas y con el rostro desfigurado, observó por unos segundos a Ariel, y como si se tratara de un león sobre su presa, se abalanzó hacia el reportero. Este no pudo reaccionar.
Ya se acordó en donde presenció una situación similar: en una película de zombies. Y ahora estaba tumbado en el suelo, en las garras de uno.
El zombie tomó a Ariel por el cuello, para que no se le escape. Mostró los dientes y cuando estuvo dispuesto a clavarselos, el reportero le clavó una lapicera en la nariz al cadáver.
Este no mostró dolor, pero le quitó las manos de encima para tratar de quitarse el delicado objeto de su nariz. Fue una buena oportunidad para que Ariel le propinara un puñetazo en la cara, lo que dejo atontado al zombie, y alejado de él.
Acto seguido corrió al interior de la mansión, analizando la situación. Decenas de zombies se arrastraban al interior del edificio, y cada vez se incrementaba su número. Ideó dos opciones:
La primera, huir de ese sitio, por una ventana u otra salida, lo cual le ahorraría lidiar con los muertos ambulantes. Era una solución segura y fácil de aplicar, pero si la plaga se extendiese por toda la ciudad, habría perdido un magnifico refugio con todas las comodidades existentes y la posibilidad de entrevistar a Zed.
La segunda, arriesgada y difícil de realizar, era quedarse en la mansión, hacer de ella (o parte de ella) un refugio, conseguir armas, alimentos y ayuda.
Lo primordial en ese entonces era conseguir armas, por lo que pensó:
-¿Habrá una sala de juegos aquí? La cocina seguramente fue saqueada por completo y no quedará nada. Quizá tenga suerte y consiga un palo de pool.-
Lo complicado era encontrar esa habitación, así que Ariel tuvo que recorrer muchos pasillos hasta encontrar el dichoso lugar. Efectivamente, había una mesa de pool con tres palos.
El reportero cogió uno, le partió la punta y practicó un poco.
-Con uno bastará- pensó. -Llevar dos solo complicaría el manejo de las armas.-
En ese momento escuchó pasos. Había dejado la puerta de la sala abierta, por lo que quedaría vulnerable si se trataba de un zombie.
Afortunadamente, era un humano. Se notaba cansado y asustado. Tenía una pistola encima, y parecía que tenía otra escondida.
-Entra, compañero, está despejado aquí- dijo Ariel.
-No. Mejor escaparé de aquí- dijo dándose vuelta.
-¡No! Los alrededores están colmados de caníbales. Es mejor quedarnos juntos y esperar que nuestros colegas nos auxilien.- explicó haciéndole señas para que ingrese.
- Disimulas bárbaro tu trabajo de incógnito- respondió el policía entrando en la habitación.
Ariel escondió detrás suyo el palo de pool.
-¿Y tienes bastante munición encima?- insinuó el reportero. Al ver la expresión de extrañeza del policía, agregó -Es que me he quedado con pocas.-
- No, tengo tres cargadores encima- informó, mientras cerraba la puerta.
- Con eso basta para frenar a estos locos. Ven, ayudame preparando los palos de pool.- dijo Ariel señalando la mesa de pool.
- Espera que aseguro la puerta - dijo el policía dirigiéndose a un mueble.
- Deja que lo haga yo. Tú afila los palos - insistió el reportero.
- Ok.- dijo el policía desenfundado un cuchillo. Los ojos de Ariel brillaron.
El policía se acercó a la mesa, sujetando el cuchillo con firmeza. Ariel no dudó. Descubrió el palo afilado y noqueó al policía con el costado de la madera, para no lastimarlo. Solo quería su equipamiento.
Cinco minutos después, Ariel trotaba en los pasillos con una pistola en una mano y un cuchillo en la otra.
Le tocó hacer una entrevista al cantante de Blue Zombies, y no se le ocurrió mejor forma que hacerlo después de la boda que asistiría la estrella.
Pues allí estaba, dentro de la mansión, tratando de averiguar el extraño lazo que unía a Zed Craig con esta pareja de novios. Se encontraba en uno de los pasillos, donde buscaba al cantante, pero pasados veinte minutos, se dio por vencido y decidió descansar afuera mientras miraba la boda.
Ariel caminaba tranquilamente por el salón, cuando vio que la gente se desparramaba y gritaba.
-¿Ya comenzó la fiesta?- se dijo a sí mismo.
Pero pronto se oyeron disparos, y de entre las filas de la muchedumbre, aparecieron personas ensangrentadas, con terribles muecas de dolor, aullando como si estuvieran en una cacería y repartiendo mordiscos entre los presentes. Algo estaba mal. Ariel recordó una situación similar en la que se vio metido, pero no recordaba cual.
Un hombre, con las ropas destrozadas y con el rostro desfigurado, observó por unos segundos a Ariel, y como si se tratara de un león sobre su presa, se abalanzó hacia el reportero. Este no pudo reaccionar.
Ya se acordó en donde presenció una situación similar: en una película de zombies. Y ahora estaba tumbado en el suelo, en las garras de uno.
El zombie tomó a Ariel por el cuello, para que no se le escape. Mostró los dientes y cuando estuvo dispuesto a clavarselos, el reportero le clavó una lapicera en la nariz al cadáver.
Este no mostró dolor, pero le quitó las manos de encima para tratar de quitarse el delicado objeto de su nariz. Fue una buena oportunidad para que Ariel le propinara un puñetazo en la cara, lo que dejo atontado al zombie, y alejado de él.
Acto seguido corrió al interior de la mansión, analizando la situación. Decenas de zombies se arrastraban al interior del edificio, y cada vez se incrementaba su número. Ideó dos opciones:
La primera, huir de ese sitio, por una ventana u otra salida, lo cual le ahorraría lidiar con los muertos ambulantes. Era una solución segura y fácil de aplicar, pero si la plaga se extendiese por toda la ciudad, habría perdido un magnifico refugio con todas las comodidades existentes y la posibilidad de entrevistar a Zed.
La segunda, arriesgada y difícil de realizar, era quedarse en la mansión, hacer de ella (o parte de ella) un refugio, conseguir armas, alimentos y ayuda.
Lo primordial en ese entonces era conseguir armas, por lo que pensó:
-¿Habrá una sala de juegos aquí? La cocina seguramente fue saqueada por completo y no quedará nada. Quizá tenga suerte y consiga un palo de pool.-
Lo complicado era encontrar esa habitación, así que Ariel tuvo que recorrer muchos pasillos hasta encontrar el dichoso lugar. Efectivamente, había una mesa de pool con tres palos.
El reportero cogió uno, le partió la punta y practicó un poco.
-Con uno bastará- pensó. -Llevar dos solo complicaría el manejo de las armas.-
En ese momento escuchó pasos. Había dejado la puerta de la sala abierta, por lo que quedaría vulnerable si se trataba de un zombie.
Afortunadamente, era un humano. Se notaba cansado y asustado. Tenía una pistola encima, y parecía que tenía otra escondida.
-Entra, compañero, está despejado aquí- dijo Ariel.
-No. Mejor escaparé de aquí- dijo dándose vuelta.
-¡No! Los alrededores están colmados de caníbales. Es mejor quedarnos juntos y esperar que nuestros colegas nos auxilien.- explicó haciéndole señas para que ingrese.
- Disimulas bárbaro tu trabajo de incógnito- respondió el policía entrando en la habitación.
Ariel escondió detrás suyo el palo de pool.
-¿Y tienes bastante munición encima?- insinuó el reportero. Al ver la expresión de extrañeza del policía, agregó -Es que me he quedado con pocas.-
- No, tengo tres cargadores encima- informó, mientras cerraba la puerta.
- Con eso basta para frenar a estos locos. Ven, ayudame preparando los palos de pool.- dijo Ariel señalando la mesa de pool.
- Espera que aseguro la puerta - dijo el policía dirigiéndose a un mueble.
- Deja que lo haga yo. Tú afila los palos - insistió el reportero.
- Ok.- dijo el policía desenfundado un cuchillo. Los ojos de Ariel brillaron.
El policía se acercó a la mesa, sujetando el cuchillo con firmeza. Ariel no dudó. Descubrió el palo afilado y noqueó al policía con el costado de la madera, para no lastimarlo. Solo quería su equipamiento.
Cinco minutos después, Ariel trotaba en los pasillos con una pistola en una mano y un cuchillo en la otra.
FIN DE LA MISIÓN 1
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Rodrigo estaba apegado contra una de las paredes de la casa, justo en la esquina que daba del otro lado al patio en donde la boda un rato antes había sido llevada a cabo, a medias. Media hora antes, como mucho, luego del encuentro con Fernando y la otra chica, volvieron juntos para poder llegar a ponerse a salvo, el camino aunque ciertamente había sido riguroso, un poco plagado de zombies habían podido despistar a la mayoría sin agotarse en lo más mínimo, "suerte que estos podridos siguen igual de lentos" pensó Rodrigo un par de veces desde que la situación se había puesto caliente de vuelta, ya de paso se encontraron con dos personas más que un poco atemorizados estaban huyendo de la situación, eran nuevos en el tema de los zombies y cómo era normal estaban más que perturbados. Entre pequeñas caminatas sigilosas y otras más que corriendo habían llegado de forma perfecta hasta donde ahora estaban de pie.
Rodrigo asomó la cabeza apenas por donde terminaba la pared para mirar hacia el otro lado y descubrir que misteriosamente en el lugar donde el caos se había desatado sólo permanecía un zombie de pie, estando de espalda al grupo de sobrevivientes y mirando el sol como atontado. Lo demás era todo destrozo, sangre y cuerpos mutilados que ni a zombies habían llegado cómo también otros que de seguro si habían llegado por la significativa marca de disparos.
Fernando, quién estaba detrás de Rodrigo solo en mente cómo ideal volver a encontrar a Alicia movía las piernas de adelante a atrás flexionándolas un poco, demostrando que estaba nervioso y a su vez ansioso, Rodrigo notando tanto movimiento detrás giro la vista un poco mirando mal a Fernando. - Tranquilízate hombre, que ya estamos por llegar...- susurro Rodrigo, a lo que Fernando contesto apenas asintiendo con la cabeza, Rodrigo volvió a salir apenas por la entre cruzada de la pared y apuntando al zombie con el arma estaba decidido a dispararle cuando de pronto vio la silueta de Fernando que de forma tan fugaz había pasado a su lado y ya en forma silenciosa estaba detrás del zombie, este mismo quién había conseguido una parte de un caño de titanio de alguna cañería seguro, golpeo al zombie en la cabeza de una sola vez haciendo que esta se partiera al medio y luego de un golpe seco pero silencioso cayera al suelo, quedándose inmóvil de ahora y para siempre. Rodrigo y los otros tres sobrevivientes caminaron en silencio hasta donde estaba este de pie sosteniendo el caño entre sus manos aun.
- Que te den, que quiero encontrar a mi amada - dijo Fernando, volteando hacia ellos mientras se notaba en su cara una expresión triunfante, Rodrigo simplemente negó con la cabeza mientras reía un poco, olvidando por momentos en donde se encontraba y golpeando el hombro de Fernando de forma amistosa, pasó de lado a él para continuar el paso hacia una gran puerta de vidrio que daba hacia el interior de la casa. Apoyo ambas manos contra el vidrio y acercando la cabeza recostó la frente contra este mismo, se encontraba frío, tan frío como la carne de esos desgraciados podridos. Intentando enfocar la vista en algo en concreto, pudo ver que la sala estaba vacía, un poco revoloteada si, pero vacía por completo ya que ni un alma libre ni una muerta cómo la de los zombies estaban dentro, eso era una buena señal o quizás no tan buena.
- Bien gente, ya estamos casi dentro, solo hay que ver que no haya ninguno dentro y luego todo cambiará, aunque igual no puedo decir si la situación dentro de la casa está tan bien como lo está acá fuera - dijo de forma irónica Rodrigo, apartándose un poco del vidrio cuándo de repente este mismo estallo en miles de pedazos, un ser no muerto había estrellado su cabeza contra el vidrio y por eso se había quebrado, Rodrigo por susto de la sorpresa poco grata saltó hacia atrás cayendo sentado sobre el suelo sin saber bien que sucedía, Fernando corrió hacia el zombie y le golpeo la cabeza un par de veces, primero errando y destrozándole una parte del hombro pero finalmente de un solo golpe sacándole una parte de la cabeza, haciendo que finalmente muriera del todo.
- Joder, jodido podrido...- dijo Rodrigo entre otras sarta de insultos que daba hacía aquel ser que lo había querido morder segundos antes, mientras se ponía de pie lentamente y con una mano se presionaba el trasero, el cuál le dolía por el golpe brusco que había sufrido mientras que notando la mirada de todos sobre él intentaba guardar el dolor y poner una expresión ruda. - Qué?- preguntó mirando a todos de reojo, - nada nada - dijo Fernando riendo un poco tras verlo, los demás ahora miraban a ambos, con el rostro aterrado y pensando que estarían locos por reír en momentos como esos, sin saber todo lo que anteriormente habían vivido. Sin decir palabra alguna más y por el bochorno que se había llevado Rodrigo de recuerdo intentó hacerse el serio de vuelta y girando el pestillo de la puerta entro hacia adentro, apuntando de forma ágil hacia todos lados hasta ver que nadie más había ahora dentro, y esta vez estaba bien seguro, gruño un poco y eso fue la señal que los demás esperaban porque tras él entraron todos los demás y el ultimo cerro bien la puerta, asegurándola con un mueble que puso delante.
Respirando un poco hondo ahora, pensando que estaban más seguros se mantuvieron en silencio unos minutos, hasta escuchar cómo los gruñidos de muchos de aquellos zombies provenientes de todas partes de la casa inundaban aquel anteriormente espacio armónico.
Fernando caminó hasta donde Rodrigo estaba de pie y haciéndola una seña con la mano apuntó hacia una puerta pequeña que había a un lado, claramente no era la principal ya que había otra media tapada por unos muebles recién puestos que era a donde llevaba hacia el Hall de la mansión. Del otro lado se escuchaban unos gemidos y la respiración agitada de una persona que de seguro estaba en medio de un forcejeo por su vida con algún zombie. Rápidamente Rodrigo abrió de forma silenciosa la puerta y luego entró Fernando con el caño en la mano, mirando hacia todos lados hasta lograr encontrar de donde provenía el sonido, allí había una joven de espaldas al suelo, con un zombie encima el cuál intentaba morderle. Sin vacilar Fernando efectuó un golpe de lado en la cabeza del podrido haciendo que este muriese al instante y a su vez por la fuerza cayese a un lado de la situación. Así entro Rodrigo y las demás personas quienes se quedaron recostados contra la pared mirando a aquel podrido y toda la sangre que estaba contra la pared y en un charco, Rodrigo estiro una mano hacia aquella jovencita mientras que la miraba de forma sería.
- Por poco -dijo Fernando tras ver que el ambiente estaba tenso, intentando no asustar a aquella chica que parecía bastante perturbada ya.
La chica tomó la mano de Rodrigo y se puso de pie, quedando al lado de ellos mirándolos mientras que intentaba recuperar la respiración y intentando olvidar aquella escena tan extrema que había vivido. - Me...me llamo Julieta - dijo ella de forma dulce, mirando a los demás. - Yo soy Facundo - dijo Facundo dirigiéndose a Julieta, intentando pasar a otra cosa para poder encontrar a Alicia, a su amada que tanto extrañaba y que lo traía tan preocupado, - y yo Rodrigo - dijo luego Rodrigo mirándola aun serio, sin cambiar la expresión en ningún momento, los demás ni hablaban y solo se limitaban a mirar a los alrededores buscando algo con que protegerse, sin decir más y cómo sabiendo todos lo que tenían que hacer, se pusieron a buscar dentro de la sala armas, caños o lo que fuera que les sirviese para protegerse hasta que Rodrigo encontró una puerta media aislada detrás de un armario, que de forma tan fácil corrió a un lado deslizándolo y abriéndola se encontró conque había una escalera hacia la otra planta. -Creo que encontré la salida - dijo él de forma satisfactoria, sonriendo por el hallazgo, todos se reunieron en medio de la sala y se quedaron mirando a Rodrigo, a la espera de saber que harían.
- Bien, ahora tenemos que dividirnos, tres se quedaran acá y tres irán en busca de sobrevivientes- señaló con la mano a los tres que estaban siempre en silencio - ustedes se quedarán acá y se encargaran de proteger y fortalecer esto hasta que nosotros volvamos- dijo él de forma audaz, volviendo la vista hacia Fernando y Julieta -Julieta, Fernando y yo iremos en busca de los demás, de armas y cosas útiles que encontremos en el camino - todos asintieron y se separaron un poco, sin comenzar con las actividades aun, - Por cierto quién eres? - preguntó Rodrigo a Julieta, ella de forma tímida lo miró - Soy...soy una amiga de Alex y vine a su casa para visitarlo, pero bueno...pasó esto...- dijo ella, cerrando los ojos un poco. - Ya vale de preguntas, vamos...- dijo Fernando comenzando a caminar hacia la escalera aquella, mientras que Julieta lo seguía en silencio. Rodrigo volteo una ultima vez hacia los que se quedaban mirándolos de forma seria - si llegan a entrar los no muertos, jamás se atrevan a subir por esas escaleras, luchen hasta el final y entréguense si ven que no queda otra...- dijo en un tono frío y luego se dio vuelta, entrando a aquella escalera y cerrando la puerta a su paso.
Rodrigo asomó la cabeza apenas por donde terminaba la pared para mirar hacia el otro lado y descubrir que misteriosamente en el lugar donde el caos se había desatado sólo permanecía un zombie de pie, estando de espalda al grupo de sobrevivientes y mirando el sol como atontado. Lo demás era todo destrozo, sangre y cuerpos mutilados que ni a zombies habían llegado cómo también otros que de seguro si habían llegado por la significativa marca de disparos.
Fernando, quién estaba detrás de Rodrigo solo en mente cómo ideal volver a encontrar a Alicia movía las piernas de adelante a atrás flexionándolas un poco, demostrando que estaba nervioso y a su vez ansioso, Rodrigo notando tanto movimiento detrás giro la vista un poco mirando mal a Fernando. - Tranquilízate hombre, que ya estamos por llegar...- susurro Rodrigo, a lo que Fernando contesto apenas asintiendo con la cabeza, Rodrigo volvió a salir apenas por la entre cruzada de la pared y apuntando al zombie con el arma estaba decidido a dispararle cuando de pronto vio la silueta de Fernando que de forma tan fugaz había pasado a su lado y ya en forma silenciosa estaba detrás del zombie, este mismo quién había conseguido una parte de un caño de titanio de alguna cañería seguro, golpeo al zombie en la cabeza de una sola vez haciendo que esta se partiera al medio y luego de un golpe seco pero silencioso cayera al suelo, quedándose inmóvil de ahora y para siempre. Rodrigo y los otros tres sobrevivientes caminaron en silencio hasta donde estaba este de pie sosteniendo el caño entre sus manos aun.
- Que te den, que quiero encontrar a mi amada - dijo Fernando, volteando hacia ellos mientras se notaba en su cara una expresión triunfante, Rodrigo simplemente negó con la cabeza mientras reía un poco, olvidando por momentos en donde se encontraba y golpeando el hombro de Fernando de forma amistosa, pasó de lado a él para continuar el paso hacia una gran puerta de vidrio que daba hacia el interior de la casa. Apoyo ambas manos contra el vidrio y acercando la cabeza recostó la frente contra este mismo, se encontraba frío, tan frío como la carne de esos desgraciados podridos. Intentando enfocar la vista en algo en concreto, pudo ver que la sala estaba vacía, un poco revoloteada si, pero vacía por completo ya que ni un alma libre ni una muerta cómo la de los zombies estaban dentro, eso era una buena señal o quizás no tan buena.
- Bien gente, ya estamos casi dentro, solo hay que ver que no haya ninguno dentro y luego todo cambiará, aunque igual no puedo decir si la situación dentro de la casa está tan bien como lo está acá fuera - dijo de forma irónica Rodrigo, apartándose un poco del vidrio cuándo de repente este mismo estallo en miles de pedazos, un ser no muerto había estrellado su cabeza contra el vidrio y por eso se había quebrado, Rodrigo por susto de la sorpresa poco grata saltó hacia atrás cayendo sentado sobre el suelo sin saber bien que sucedía, Fernando corrió hacia el zombie y le golpeo la cabeza un par de veces, primero errando y destrozándole una parte del hombro pero finalmente de un solo golpe sacándole una parte de la cabeza, haciendo que finalmente muriera del todo.
- Joder, jodido podrido...- dijo Rodrigo entre otras sarta de insultos que daba hacía aquel ser que lo había querido morder segundos antes, mientras se ponía de pie lentamente y con una mano se presionaba el trasero, el cuál le dolía por el golpe brusco que había sufrido mientras que notando la mirada de todos sobre él intentaba guardar el dolor y poner una expresión ruda. - Qué?- preguntó mirando a todos de reojo, - nada nada - dijo Fernando riendo un poco tras verlo, los demás ahora miraban a ambos, con el rostro aterrado y pensando que estarían locos por reír en momentos como esos, sin saber todo lo que anteriormente habían vivido. Sin decir palabra alguna más y por el bochorno que se había llevado Rodrigo de recuerdo intentó hacerse el serio de vuelta y girando el pestillo de la puerta entro hacia adentro, apuntando de forma ágil hacia todos lados hasta ver que nadie más había ahora dentro, y esta vez estaba bien seguro, gruño un poco y eso fue la señal que los demás esperaban porque tras él entraron todos los demás y el ultimo cerro bien la puerta, asegurándola con un mueble que puso delante.
Respirando un poco hondo ahora, pensando que estaban más seguros se mantuvieron en silencio unos minutos, hasta escuchar cómo los gruñidos de muchos de aquellos zombies provenientes de todas partes de la casa inundaban aquel anteriormente espacio armónico.
Fernando caminó hasta donde Rodrigo estaba de pie y haciéndola una seña con la mano apuntó hacia una puerta pequeña que había a un lado, claramente no era la principal ya que había otra media tapada por unos muebles recién puestos que era a donde llevaba hacia el Hall de la mansión. Del otro lado se escuchaban unos gemidos y la respiración agitada de una persona que de seguro estaba en medio de un forcejeo por su vida con algún zombie. Rápidamente Rodrigo abrió de forma silenciosa la puerta y luego entró Fernando con el caño en la mano, mirando hacia todos lados hasta lograr encontrar de donde provenía el sonido, allí había una joven de espaldas al suelo, con un zombie encima el cuál intentaba morderle. Sin vacilar Fernando efectuó un golpe de lado en la cabeza del podrido haciendo que este muriese al instante y a su vez por la fuerza cayese a un lado de la situación. Así entro Rodrigo y las demás personas quienes se quedaron recostados contra la pared mirando a aquel podrido y toda la sangre que estaba contra la pared y en un charco, Rodrigo estiro una mano hacia aquella jovencita mientras que la miraba de forma sería.
- Por poco -dijo Fernando tras ver que el ambiente estaba tenso, intentando no asustar a aquella chica que parecía bastante perturbada ya.
La chica tomó la mano de Rodrigo y se puso de pie, quedando al lado de ellos mirándolos mientras que intentaba recuperar la respiración y intentando olvidar aquella escena tan extrema que había vivido. - Me...me llamo Julieta - dijo ella de forma dulce, mirando a los demás. - Yo soy Facundo - dijo Facundo dirigiéndose a Julieta, intentando pasar a otra cosa para poder encontrar a Alicia, a su amada que tanto extrañaba y que lo traía tan preocupado, - y yo Rodrigo - dijo luego Rodrigo mirándola aun serio, sin cambiar la expresión en ningún momento, los demás ni hablaban y solo se limitaban a mirar a los alrededores buscando algo con que protegerse, sin decir más y cómo sabiendo todos lo que tenían que hacer, se pusieron a buscar dentro de la sala armas, caños o lo que fuera que les sirviese para protegerse hasta que Rodrigo encontró una puerta media aislada detrás de un armario, que de forma tan fácil corrió a un lado deslizándolo y abriéndola se encontró conque había una escalera hacia la otra planta. -Creo que encontré la salida - dijo él de forma satisfactoria, sonriendo por el hallazgo, todos se reunieron en medio de la sala y se quedaron mirando a Rodrigo, a la espera de saber que harían.
- Bien, ahora tenemos que dividirnos, tres se quedaran acá y tres irán en busca de sobrevivientes- señaló con la mano a los tres que estaban siempre en silencio - ustedes se quedarán acá y se encargaran de proteger y fortalecer esto hasta que nosotros volvamos- dijo él de forma audaz, volviendo la vista hacia Fernando y Julieta -Julieta, Fernando y yo iremos en busca de los demás, de armas y cosas útiles que encontremos en el camino - todos asintieron y se separaron un poco, sin comenzar con las actividades aun, - Por cierto quién eres? - preguntó Rodrigo a Julieta, ella de forma tímida lo miró - Soy...soy una amiga de Alex y vine a su casa para visitarlo, pero bueno...pasó esto...- dijo ella, cerrando los ojos un poco. - Ya vale de preguntas, vamos...- dijo Fernando comenzando a caminar hacia la escalera aquella, mientras que Julieta lo seguía en silencio. Rodrigo volteo una ultima vez hacia los que se quedaban mirándolos de forma seria - si llegan a entrar los no muertos, jamás se atrevan a subir por esas escaleras, luchen hasta el final y entréguense si ven que no queda otra...- dijo en un tono frío y luego se dio vuelta, entrando a aquella escalera y cerrando la puerta a su paso.
.:Rodriux:.- Superviviente
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia acababa de salir de la habitación donde había encontrado a Carla. La reacción de cualquier persona normal hubiera sido la de salir corriendo, huir de allí o, incluso vomitar como hizo Marcos, pero Alicia ya no era una persona normal. Todo lo que la había pasado hacía dos años y lo que estaba volviendo a pasar la habían convertido en un ser carente de sentimientos. O, al menos, ella empezaba a tener esa sensación. No era tanto culpa de los zombies sino más bien de Simón. ¿En qué demonios se estaba convirtiendo? No quería acabar igual que él pero decidió buscar al Moreno a la vez que buscaba a sus amigos.
Se encontraban ahora en la parte trasera de la casa. Por allí apenas había zombies ya que era una zona de difícil acceso. Estaba repleta de habitaciones en las que, probablemente, ni siquiera Alex había entrado. Recorrieron el pasillo. Aquella parte de la casa daba al jardín trasero donde los destrozos no eran tan graves como en el delantero pero aún podía ver zombies devorando cuerpos inertes de los que una vez fueron sus amigos. Incluso aquel panadero tan gracioso, estaba cubierto de su delicioso pastel de boda, convertido en zombie. Su boda... Tenía que encontrar a Fernando lo antes posible. Empezaba a estar preocupada.
Marcos giró el pomo de una puerta y allí estaba la enorme habitación de los padres de Alex. Era una habitación de matrimonio, casi tan grande como el pequeño apartamento en el que Alicia y Fernando habían vivido los últimos dos años. Río con desgana. Cerraron la puerta y procedieron a registrar la habitación.
- Creo que deberías buscar algo mejor que una sartén para tener un arma así que busca. Yo mientras voy a cambiarme.
- Sí, tienes razón. Buscaré algo. Tranquila que no miro - Dijo el camarero.
Alicia encontró unas mayas de deporte, una camiseta y una sudadera de color negro. Se lavó la cara en el baño y bebió un poco de agua, sacando un vaso para Marcos, justo antes de que el grifo dijera que esas eran las últimas gotas que salían de él. Alicia pensó "Otra vez empieza, todo, eh"
Contempló por tercera vez la carta de Simón y una lágrima rodó por su mejilla. Ahora quería jugar... Después de tanto tiempo, pues los dos iban a jugar. Guardó la carta en el bolsillo del pantalón y salió con Marcos.
- Mira lo que he encontrado, compañera - Gritó todo eufórico, sosteniendo uno de los palos de golf que había en la bolsa del padre de Alex. - ¿Crees que esto me servirá?
- Sí - Sonrió apenada. Aquello la traía desagradables recuerdos. Cogió otro palo. Empuñando su pequeña pistola y con el palo de golf convenientemente atado a la espalda con unas pequeñas cuerdas que encontraron en el cuarto, salieron de nuevo al pasillo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Moreno había escapado por los pelos de un tío que le quería morder. No sabía muy bien que estaba pasando allí, ni por qué la gente se comportaba de aquella manera pero no quería que le sucediese lo mismo que al resto así que decidió que lo mejor sería escapar de allí y esperar a que llegase ayuda. Pediría refuerzos desde el móvil. Sin embargo, las líneas estaban colapsadas, cosa que resultó extraño a Moreno.
Caminó por la casa, sin rumbo fijo, esperando encontrar a alguien que le explicara que estaba pasando cuando recordó aquella extraña conversación que tuvo con Alicia Ortega dos días antes de la boda... Zombies, la oyó mencionar veces... <<¿Zombies? ¿De esos de las películas? Imposible. No existen>>
En ese momento, de entre las cortinas, salió uno de los jóvenes admiradores de Zed al que horas antes había visto esperando a su ídolo y saltó directo a su cuello. Moreno fue rápido, sacó su arma y disparó justo a la cabeza. Su hijo de 15 años empezaba a aficionarse al cine de zombies así que había visto alguna película con él. El podrido no se levantó y Moreno pudo salir de debajo de él.
Vio a la gente correr despavorida en dirección a la casa. Allí vio a Zed Craig, el líder del grupo que entraba corriendo por la puerta lateral de la derecha, justo en su dirección, junto con Jorge y otro de los miembros de su grupo, la alemana que le acompañaba, Arturo y Fiorella.
Les hizo una señal para que entrasen por ahí y después atrancaron la puerta justo antes de que un grupo de zombies entrase. Rompieron la ventana con sus manos así que decidieron huir en dirección contraria.
Subieron unas escaleras y pusieron un sofá para evitar que los zombies llegaran a aquel pasillo. No era de gran ayuda pero retrasaría su llegada.
Entraron en la primera de las puertas que daban a aquel pasillo. Allí es donde todos guardaban sus instrumentos y equipaje. Zed cogió su guitarra que le servía como arma para acabar con los zombies, también cogieron alguna de las armas de fuego y cargadores que encontraron en el equipaje de Facundo y Jorge cogió las baquetas de la bateria. Solo tendrían un uso pero nunca se sabía para que podría necesitarlas.
Fiorella se decidió por una de las varillas metálicas que formaban la batería y Arturo optó por un arma de fuego. No quería mancharse las manos.
Así, todo el grupo armado, con pistolas o con armas cuerpo a cuerpo y Zed con su guitarra, salieron de la habitación, ahora acompañados por Moreno.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Alicia abrió la puerta, miró a ambos lados del pasillo y no vio a nadie. Hizo gestos a Marcos para que saliera detrás de ella. Continuaron andando por ese pasillo hacia la derecha, cuando de repente Alicia se detuvo. Alguien había gritado su nombre. Alicia se dio la vuelta, con su arma en alto:
- Alicia - Gritó alguien con un extraño acento inglés.
- Zed - Gritó Alicia que salió corriendo y abrazó a aquel grandullón.
- A mí nunca me abrazas así, ehhh - Dijo Arturo que recibió un codazo de Fiorella - Aunque ahora soy no estoy disponbile, lo siento nena.
- Me da igual. Te voy a abrazar igual. Con tu permiso, guapa - Alicia abrazó también a Arturo y a Jorge.
- ¿Dónde está Fernando?
- Ni idea- Respondió Zed - Está con Rodrigo y con Facundo así que no te preocupes por él. Sabe cuidarse.
- El larguirucho está protegido y estará buscandote, así que no desesperes.
- Sí, les vi entrar por la puerta central - Intervino Moreno al que Alicia no había visto todavía.
Alicia se separó de Arturo y de los demás y empuñó su pistola, apuntando directamente a la cabeza de Moreno.
- Eh, eh, que no estoy infectado.
- ¿Qué haces Alicia? Él está bien, nadie le ha mordido - Dijo Zed poniéndose en medio.
- Quítate de ahí, Zed. Toma Jorge, leed esto. Tengo que matarle, lo siento- Alicia sacó la carta de Simón y se la entregó. Jorge la leyó en voz alta mientras ALicia iba recitándola en voz alta.
- No sabéis lo que ha hecho, no sabéis lo que me ha obligado a hacer. He tenido que matar a Carla. La ha... mutilado. Era horrible.
- Sí, yo lo vi - Dijo Marcos, callado hasta ese momento. Fue horrible.
- ¿Quién tendrá que ser el próximo? Quizá tú, Arturo, o Facundo... o Zed, o Fernando.. Puede ser cualquiera. En cambio, si acabo con él ahora...
- Alicia, no lo hagas. Conozco a Simón, quiere verte sufrir, hacerte más débil para poder controlarte. - Dijo Moreno. Sin embargo, Alicia disparó, dando justo en la cabeza de su objetivo. Después, se derrumbó en el suelo y se echó a llorar. Zed tuvo que levantarla cuando vio venir a los demás zombies.
- No puedo hacerlo, no soy cómo él. No quiero jugar a su juego. Todavía no - Dijo Alicia.
- Vamos Moreno, esta tía te acaba de salvar la vida. Corred. Son demasiados - Dijo Arturo disparando su arma y corriendo en dirección contraria a los zombies que subían por aquellas escaleras.
- Por aquella puerta, tiene salida hacia el otro lado - Intervino de nuevo Marcos.
Jorge, Zed, la alemana, Arturo, Fiorella, Moreno, Marcos, Alicia y Aaron, de los Blue Zombies entaron en la habitación donde minutos antes, Alicia había tenido que matar a su amiga. Allí se encontraron con el pequeño Alex, acompañado de los dos camareros y del cura que había abandonado ya su vieja sotana.
Se encontraban ahora en la parte trasera de la casa. Por allí apenas había zombies ya que era una zona de difícil acceso. Estaba repleta de habitaciones en las que, probablemente, ni siquiera Alex había entrado. Recorrieron el pasillo. Aquella parte de la casa daba al jardín trasero donde los destrozos no eran tan graves como en el delantero pero aún podía ver zombies devorando cuerpos inertes de los que una vez fueron sus amigos. Incluso aquel panadero tan gracioso, estaba cubierto de su delicioso pastel de boda, convertido en zombie. Su boda... Tenía que encontrar a Fernando lo antes posible. Empezaba a estar preocupada.
Marcos giró el pomo de una puerta y allí estaba la enorme habitación de los padres de Alex. Era una habitación de matrimonio, casi tan grande como el pequeño apartamento en el que Alicia y Fernando habían vivido los últimos dos años. Río con desgana. Cerraron la puerta y procedieron a registrar la habitación.
- Creo que deberías buscar algo mejor que una sartén para tener un arma así que busca. Yo mientras voy a cambiarme.
- Sí, tienes razón. Buscaré algo. Tranquila que no miro - Dijo el camarero.
Alicia encontró unas mayas de deporte, una camiseta y una sudadera de color negro. Se lavó la cara en el baño y bebió un poco de agua, sacando un vaso para Marcos, justo antes de que el grifo dijera que esas eran las últimas gotas que salían de él. Alicia pensó "Otra vez empieza, todo, eh"
Contempló por tercera vez la carta de Simón y una lágrima rodó por su mejilla. Ahora quería jugar... Después de tanto tiempo, pues los dos iban a jugar. Guardó la carta en el bolsillo del pantalón y salió con Marcos.
- Mira lo que he encontrado, compañera - Gritó todo eufórico, sosteniendo uno de los palos de golf que había en la bolsa del padre de Alex. - ¿Crees que esto me servirá?
- Sí - Sonrió apenada. Aquello la traía desagradables recuerdos. Cogió otro palo. Empuñando su pequeña pistola y con el palo de golf convenientemente atado a la espalda con unas pequeñas cuerdas que encontraron en el cuarto, salieron de nuevo al pasillo.
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Moreno había escapado por los pelos de un tío que le quería morder. No sabía muy bien que estaba pasando allí, ni por qué la gente se comportaba de aquella manera pero no quería que le sucediese lo mismo que al resto así que decidió que lo mejor sería escapar de allí y esperar a que llegase ayuda. Pediría refuerzos desde el móvil. Sin embargo, las líneas estaban colapsadas, cosa que resultó extraño a Moreno.
Caminó por la casa, sin rumbo fijo, esperando encontrar a alguien que le explicara que estaba pasando cuando recordó aquella extraña conversación que tuvo con Alicia Ortega dos días antes de la boda... Zombies, la oyó mencionar veces... <<¿Zombies? ¿De esos de las películas? Imposible. No existen>>
En ese momento, de entre las cortinas, salió uno de los jóvenes admiradores de Zed al que horas antes había visto esperando a su ídolo y saltó directo a su cuello. Moreno fue rápido, sacó su arma y disparó justo a la cabeza. Su hijo de 15 años empezaba a aficionarse al cine de zombies así que había visto alguna película con él. El podrido no se levantó y Moreno pudo salir de debajo de él.
Vio a la gente correr despavorida en dirección a la casa. Allí vio a Zed Craig, el líder del grupo que entraba corriendo por la puerta lateral de la derecha, justo en su dirección, junto con Jorge y otro de los miembros de su grupo, la alemana que le acompañaba, Arturo y Fiorella.
Les hizo una señal para que entrasen por ahí y después atrancaron la puerta justo antes de que un grupo de zombies entrase. Rompieron la ventana con sus manos así que decidieron huir en dirección contraria.
Subieron unas escaleras y pusieron un sofá para evitar que los zombies llegaran a aquel pasillo. No era de gran ayuda pero retrasaría su llegada.
Entraron en la primera de las puertas que daban a aquel pasillo. Allí es donde todos guardaban sus instrumentos y equipaje. Zed cogió su guitarra que le servía como arma para acabar con los zombies, también cogieron alguna de las armas de fuego y cargadores que encontraron en el equipaje de Facundo y Jorge cogió las baquetas de la bateria. Solo tendrían un uso pero nunca se sabía para que podría necesitarlas.
Fiorella se decidió por una de las varillas metálicas que formaban la batería y Arturo optó por un arma de fuego. No quería mancharse las manos.
Así, todo el grupo armado, con pistolas o con armas cuerpo a cuerpo y Zed con su guitarra, salieron de la habitación, ahora acompañados por Moreno.
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Alicia abrió la puerta, miró a ambos lados del pasillo y no vio a nadie. Hizo gestos a Marcos para que saliera detrás de ella. Continuaron andando por ese pasillo hacia la derecha, cuando de repente Alicia se detuvo. Alguien había gritado su nombre. Alicia se dio la vuelta, con su arma en alto:
- Alicia - Gritó alguien con un extraño acento inglés.
- Zed - Gritó Alicia que salió corriendo y abrazó a aquel grandullón.
- A mí nunca me abrazas así, ehhh - Dijo Arturo que recibió un codazo de Fiorella - Aunque ahora soy no estoy disponbile, lo siento nena.
- Me da igual. Te voy a abrazar igual. Con tu permiso, guapa - Alicia abrazó también a Arturo y a Jorge.
- ¿Dónde está Fernando?
- Ni idea- Respondió Zed - Está con Rodrigo y con Facundo así que no te preocupes por él. Sabe cuidarse.
- El larguirucho está protegido y estará buscandote, así que no desesperes.
- Sí, les vi entrar por la puerta central - Intervino Moreno al que Alicia no había visto todavía.
Alicia se separó de Arturo y de los demás y empuñó su pistola, apuntando directamente a la cabeza de Moreno.
- Eh, eh, que no estoy infectado.
- ¿Qué haces Alicia? Él está bien, nadie le ha mordido - Dijo Zed poniéndose en medio.
- Quítate de ahí, Zed. Toma Jorge, leed esto. Tengo que matarle, lo siento- Alicia sacó la carta de Simón y se la entregó. Jorge la leyó en voz alta mientras ALicia iba recitándola en voz alta.
- No sabéis lo que ha hecho, no sabéis lo que me ha obligado a hacer. He tenido que matar a Carla. La ha... mutilado. Era horrible.
- Sí, yo lo vi - Dijo Marcos, callado hasta ese momento. Fue horrible.
- ¿Quién tendrá que ser el próximo? Quizá tú, Arturo, o Facundo... o Zed, o Fernando.. Puede ser cualquiera. En cambio, si acabo con él ahora...
- Alicia, no lo hagas. Conozco a Simón, quiere verte sufrir, hacerte más débil para poder controlarte. - Dijo Moreno. Sin embargo, Alicia disparó, dando justo en la cabeza de su objetivo. Después, se derrumbó en el suelo y se echó a llorar. Zed tuvo que levantarla cuando vio venir a los demás zombies.
- No puedo hacerlo, no soy cómo él. No quiero jugar a su juego. Todavía no - Dijo Alicia.
- Vamos Moreno, esta tía te acaba de salvar la vida. Corred. Son demasiados - Dijo Arturo disparando su arma y corriendo en dirección contraria a los zombies que subían por aquellas escaleras.
- Por aquella puerta, tiene salida hacia el otro lado - Intervino de nuevo Marcos.
Jorge, Zed, la alemana, Arturo, Fiorella, Moreno, Marcos, Alicia y Aaron, de los Blue Zombies entaron en la habitación donde minutos antes, Alicia había tenido que matar a su amiga. Allí se encontraron con el pequeño Alex, acompañado de los dos camareros y del cura que había abandonado ya su vieja sotana.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Después de la muerte de aquella zombie a manos del asesino, se dispusieron a abrir el despacho poco a poco ya que al no estar echado con llave no sabrían lo que se encontrarían allí. La puerta cedió despacio y la escena era dantesca, había un montón de zombies calvados en las paredes, y en medio junto a un cadáver destrozado sin piernas encima de una camilla al lado de la mesa del despacho, había una mujer horriblemente mutilada y con un cuchillo en el pecho clavado. Ninguno podía mirar aquella habitación sin sentir algo de miedo desde lo mas profundo de su subconsciente, y pasados unos segundos el asesino volvió en si y se acerco a la mesa de servicio.
??? - Esta muerta pero aun esta caliente, no habrá pasado ni 5 minutos desde que falleció - Dijo mientras tocaba su frágil cuello ahora sin vida -
Carlos - Joder tíos mirad sus brazos y piernas... ha esta le han hecho esto hoy mismo no hace mucho y después la han matado.
Sergio - Estaba en la boda, la recuerdo. Me pidió que la llevase una copa de champan, y ahora esta muerta hostias. - Sergio se puso la mano en la boca estaba apunto
de vomitar y se giro para hacerlo. Después reparo en Alex que estaba junto a uno de los cadáveres de la pared agachado en una esquina -
Alex estaba mirando la escena cuando reparo en una bolita de papel que había en el suelo, con un sobre cerrado que parecía haberse caído y con la letra de Alicia en el que ponía solo un nombre Simon. Abrió la pequeña bola de papel y se quedo impactado ante lo que vio...
P.D: Alicia, fue muy osado que me besáras momentos después de casarte. ¿Qué pensará
tu marido?
Vuestro amigo, Simón.
Sergio le di unos golpecitos en el hombro al asesino el cual se giro junto con Carlos.
??? - No toques nada Alex... puede ser peligroso.
Alex - ¿quien les haría esto ha estas personas? pobrecillos. - Sergio y Carlos se miraron y después miraron a Alex y soltaron una carcajada-
Carlos - Esos cabrones se merecían esto y mas, ¿no te has dado cuenta todavía?... la única que me da pena es la pobre chica de la camilla.
Sergio - Tienes razón, ella estaba viva mientras la hacían eso...
Alex - ¿estáis locos? como podéis decir eso de estas personas!!!!!
Carlos - Alex mírame, estas cosas no son personas son zombies están muertos y ya esta...
Alex - ¡eso es mentira! esas cosas no existen... deben de tener una enfermedad o algo que hayan echado a la comida o algo...
Sergio - Pero tu mismo los has visto, les da igual que les dispares en el pecho... siguen andando y quieren morderte, para mi es mas que suficiente prueba.
Alex - ...
??? - Vamos, tu sabes tan bien como yo que al fortachon de antes del piso de abajo le perforaste el pulmon por lo menos tres veces y seguia en pie como si nada ¿Me vas a decir que eso es posible por todos y cada uno de esas cosas que andan por ahí?... bueno dejando atrás toda esta mierda del fin del mundo, ¿este es el despacho de tu padrastro no? vamos a por lo que hemos venido.
Alex se mentalizo ante la idea de que fuese real y bajo la trampilla que daba a la buhardilla y subieron a esta que estaba llena de cajas. El asesino vio lo que buscaba enseguida una caja fuerte de seguridad junto a una cajas de ropa y unos aparatos de gimnasia. Intento abrir la caja de seguridad y Alex se acerco a ella y giro un par de veces y se abrió dando paso a una caja llena de papeles, los cuales habrían tenido mucho valor antes de la situación que estaban viviendo pero ahora eran solo valiosos para aquel misterioso asesino.
??? - AJA aquí esta lo que buscaba, parece mentira que lo tuviese en una carpeta en vez de en un pc... - El asesino miro mientras Sergio, Carlos y Alex encontraban ropa cómoda y se cambiaban. En la agenda que miro estaban un montón de nombres tachados y un montón de fechas junto a ellos, y después llego al nombre del embajador del que recibió el ultimo "encargo", mas adelante solo había mas nombres y algunas fotos pero nada acerca de quien era el, ningún nombre ni ninguna dirección, ningún dato. Sergio y carlos encontraron ropa que les valía pero suerte y era cómoda, consistía en unos pantalones de deporte cómodos con unas sudaderas y unas zapatillas de deporte, Alex encontró unos vaqueros con unas zapatillas de deporte con otra de las sudaderas negras que llevaban Sergio y Carlos, también encontró unos guantes de cuero y una cazadora del mismo material sencilla negra, después de vestirse se acerco a el asesino y miro por encima del hombro.-
Alex - ¿Encontraste algo?
??? - Que va, solo los nombres de los que tenia que... ya sabes.
Alex - Bueno algo es algo aunque lamento que no encontrases nada en la agenda, miraste bien ¿verdad?
??? - Si si mira. - Se puso a pasar paginas, era increible que todfos los nombres tachados fuesen los que el había matado, pero casi al final de la agenda junto a una fecha se encontró la foto de Alex, con su nombre y una fecha. Alex se dio cuenta y agarro disimuladamente le cuchillo.
??? - Tranquilo chaval, ya me he fijado antes en que estaba tu foto aquí. Ya no hay nadie que me pague por ello así que no te preocupes de nada, aunque debiste que hacer algo muy gordo para cabrear así a tu padrastro jejeje...
Alex - Jejeje... - Mientras se reían de lo sucedido los dos se callaron ante un ruido que se escuchaba abajo, era muy ligero tanto que ni Carlos ni Sergio que estaban al fondo de la buhardilla se enteraron de nada, el asesino les hizo una señal y se callaron al instante.
Carlos - Sera un zombie???
??? - No se, parece muy silencioso para ser uno de ellos - Se escucho un grito de abajo, que sobresalto a todos y después del grito ahogado Carlos y Alex decidieron asomarse por la trampilla para ver quien estaba allí y si era humano.
Segun se asomaban una voz sobresalto a Carlos. el cual estaba medio colgado.
Rodrigo - Quieto. Baja aquí muy despacio y no hagas ninguna tontería.
Fernando - Vamos, Rodrigo no creo que sea una amenaza. - Alex escucho con atención ¡era la voz de Fernando! y grito su nombre asomándose por la trampilla. -
Alex - Fernando.... hola - dijo mientras sonrreia- Somos dos mas estamos arriba hay ropa ahora bajamos un segundo.
Fernando - ¿Alex que estas haciendo aquí?¿Donde esta Alicia?
Julieta - ALEX???? - Julieta no le recnocio de inmediato cuando se asomo por la trampilla pero al llamarlo Fernando estaba segura de que era el -
Alex - Que... Que... ya voy. Me parece que esta abajo por lo menos la ultima vez que la vi estaba allí. - Bajaron Sergio, el asesino y después Alex -
Fernando - El cura???
??? - Bueno ¿a estas alturas sabrás que no soy cura verdad?
Fernando - Hijo de puta... - Fernando se adelanto y fue a agarrar de la camisa al asesino el cual saco la pistola y le apunto, provocando que Rodrigo también apuntase al asesino -
Carlos - Vamos a calmarnos ok? - Julieta salio de detrás de Rodrigo y se acerco a Alex el cual se la quedo mirando pero desvió la mirada. -
Julieta - Sigues sin aguantar una mirada a los ojos mas de tres segundos...
Alex - Quien eres?...
Julieta - Jugabams de pequeños recuerdas? antes de que te enviasen al colegio ese fuera.
Alex - TU!!! Madre mía que cambiada estas... antes eras tan, diferente,, jeje
Se escucho un disparo en la otra habitación y entonces después de un silencio que parecía durar una eternidad y de interrumpir las conversaciones que mantenía el grupo, la puerta se abrió lentamente, y se veía la figura de Alicia, seguida de Zed, Jorge, Moreno y su despampanante novia...
??? - Esta muerta pero aun esta caliente, no habrá pasado ni 5 minutos desde que falleció - Dijo mientras tocaba su frágil cuello ahora sin vida -
Carlos - Joder tíos mirad sus brazos y piernas... ha esta le han hecho esto hoy mismo no hace mucho y después la han matado.
Sergio - Estaba en la boda, la recuerdo. Me pidió que la llevase una copa de champan, y ahora esta muerta hostias. - Sergio se puso la mano en la boca estaba apunto
de vomitar y se giro para hacerlo. Después reparo en Alex que estaba junto a uno de los cadáveres de la pared agachado en una esquina -
Alex estaba mirando la escena cuando reparo en una bolita de papel que había en el suelo, con un sobre cerrado que parecía haberse caído y con la letra de Alicia en el que ponía solo un nombre Simon. Abrió la pequeña bola de papel y se quedo impactado ante lo que vio...
P.D: Alicia, fue muy osado que me besáras momentos después de casarte. ¿Qué pensará
tu marido?
Vuestro amigo, Simón.
Sergio le di unos golpecitos en el hombro al asesino el cual se giro junto con Carlos.
??? - No toques nada Alex... puede ser peligroso.
Alex - ¿quien les haría esto ha estas personas? pobrecillos. - Sergio y Carlos se miraron y después miraron a Alex y soltaron una carcajada-
Carlos - Esos cabrones se merecían esto y mas, ¿no te has dado cuenta todavía?... la única que me da pena es la pobre chica de la camilla.
Sergio - Tienes razón, ella estaba viva mientras la hacían eso...
Alex - ¿estáis locos? como podéis decir eso de estas personas!!!!!
Carlos - Alex mírame, estas cosas no son personas son zombies están muertos y ya esta...
Alex - ¡eso es mentira! esas cosas no existen... deben de tener una enfermedad o algo que hayan echado a la comida o algo...
Sergio - Pero tu mismo los has visto, les da igual que les dispares en el pecho... siguen andando y quieren morderte, para mi es mas que suficiente prueba.
Alex - ...
??? - Vamos, tu sabes tan bien como yo que al fortachon de antes del piso de abajo le perforaste el pulmon por lo menos tres veces y seguia en pie como si nada ¿Me vas a decir que eso es posible por todos y cada uno de esas cosas que andan por ahí?... bueno dejando atrás toda esta mierda del fin del mundo, ¿este es el despacho de tu padrastro no? vamos a por lo que hemos venido.
Alex se mentalizo ante la idea de que fuese real y bajo la trampilla que daba a la buhardilla y subieron a esta que estaba llena de cajas. El asesino vio lo que buscaba enseguida una caja fuerte de seguridad junto a una cajas de ropa y unos aparatos de gimnasia. Intento abrir la caja de seguridad y Alex se acerco a ella y giro un par de veces y se abrió dando paso a una caja llena de papeles, los cuales habrían tenido mucho valor antes de la situación que estaban viviendo pero ahora eran solo valiosos para aquel misterioso asesino.
??? - AJA aquí esta lo que buscaba, parece mentira que lo tuviese en una carpeta en vez de en un pc... - El asesino miro mientras Sergio, Carlos y Alex encontraban ropa cómoda y se cambiaban. En la agenda que miro estaban un montón de nombres tachados y un montón de fechas junto a ellos, y después llego al nombre del embajador del que recibió el ultimo "encargo", mas adelante solo había mas nombres y algunas fotos pero nada acerca de quien era el, ningún nombre ni ninguna dirección, ningún dato. Sergio y carlos encontraron ropa que les valía pero suerte y era cómoda, consistía en unos pantalones de deporte cómodos con unas sudaderas y unas zapatillas de deporte, Alex encontró unos vaqueros con unas zapatillas de deporte con otra de las sudaderas negras que llevaban Sergio y Carlos, también encontró unos guantes de cuero y una cazadora del mismo material sencilla negra, después de vestirse se acerco a el asesino y miro por encima del hombro.-
Alex - ¿Encontraste algo?
??? - Que va, solo los nombres de los que tenia que... ya sabes.
Alex - Bueno algo es algo aunque lamento que no encontrases nada en la agenda, miraste bien ¿verdad?
??? - Si si mira. - Se puso a pasar paginas, era increible que todfos los nombres tachados fuesen los que el había matado, pero casi al final de la agenda junto a una fecha se encontró la foto de Alex, con su nombre y una fecha. Alex se dio cuenta y agarro disimuladamente le cuchillo.
??? - Tranquilo chaval, ya me he fijado antes en que estaba tu foto aquí. Ya no hay nadie que me pague por ello así que no te preocupes de nada, aunque debiste que hacer algo muy gordo para cabrear así a tu padrastro jejeje...
Alex - Jejeje... - Mientras se reían de lo sucedido los dos se callaron ante un ruido que se escuchaba abajo, era muy ligero tanto que ni Carlos ni Sergio que estaban al fondo de la buhardilla se enteraron de nada, el asesino les hizo una señal y se callaron al instante.
Carlos - Sera un zombie???
??? - No se, parece muy silencioso para ser uno de ellos - Se escucho un grito de abajo, que sobresalto a todos y después del grito ahogado Carlos y Alex decidieron asomarse por la trampilla para ver quien estaba allí y si era humano.
Segun se asomaban una voz sobresalto a Carlos. el cual estaba medio colgado.
Rodrigo - Quieto. Baja aquí muy despacio y no hagas ninguna tontería.
Fernando - Vamos, Rodrigo no creo que sea una amenaza. - Alex escucho con atención ¡era la voz de Fernando! y grito su nombre asomándose por la trampilla. -
Alex - Fernando.... hola - dijo mientras sonrreia- Somos dos mas estamos arriba hay ropa ahora bajamos un segundo.
Fernando - ¿Alex que estas haciendo aquí?¿Donde esta Alicia?
Julieta - ALEX???? - Julieta no le recnocio de inmediato cuando se asomo por la trampilla pero al llamarlo Fernando estaba segura de que era el -
Alex - Que... Que... ya voy. Me parece que esta abajo por lo menos la ultima vez que la vi estaba allí. - Bajaron Sergio, el asesino y después Alex -
Fernando - El cura???
??? - Bueno ¿a estas alturas sabrás que no soy cura verdad?
Fernando - Hijo de puta... - Fernando se adelanto y fue a agarrar de la camisa al asesino el cual saco la pistola y le apunto, provocando que Rodrigo también apuntase al asesino -
Carlos - Vamos a calmarnos ok? - Julieta salio de detrás de Rodrigo y se acerco a Alex el cual se la quedo mirando pero desvió la mirada. -
Julieta - Sigues sin aguantar una mirada a los ojos mas de tres segundos...
Alex - Quien eres?...
Julieta - Jugabams de pequeños recuerdas? antes de que te enviasen al colegio ese fuera.
Alex - TU!!! Madre mía que cambiada estas... antes eras tan, diferente,, jeje
Se escucho un disparo en la otra habitación y entonces después de un silencio que parecía durar una eternidad y de interrumpir las conversaciones que mantenía el grupo, la puerta se abrió lentamente, y se veía la figura de Alicia, seguida de Zed, Jorge, Moreno y su despampanante novia...
Tatsu-Kami- Superviviente
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Fecha de inscripción : 02/06/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Todo se había vuelto un caos, gente gritando, disparos, todo mundo corriendo en diferentes direcciones. La boda fue interrumpida por un grupo de infectados. Aaron y Will sonrieron creyendo que se trataba de una broma o de un loco club de fans disfrazados haciendo honor al grupo Blue Zombies; nada más alejado de la realidad.
-¡Tenemos qué movernos! –dijo Facundo-. No puedo creer que esto suceda de nuevo… ¡Vamos!
-What’s happening, Zed? –preguntó Aaron.
-It’s not a joke! RUN! –le respondió Zed mientras tomaba de la mano a Agatha y hacía señas a los demás de que se movilizaran. Jorge también tomó la mano de su acompañante y trató de ir al lado de Zed.
-Warten Sie hier, Honig (espera aquí, cariño) –ordenó Zed a Agatha en un perfecto alemán, mientras corría hacia el extremo opuesto del jardín, detrás de él iba Will Perkins estupefacto y sin entender qué sucedía.
-Hey, buddy… It’s all this real?
-Yeah, very fucking real –Zed seguía corriendo pero se dio cuenta de que era imposible atravesar el jardín, ya que del otro extremo más zombies entraban, así que dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia donde estaba Agatha y el resto.
Will no entendía qué pasaba, se quedó impávido unos instantes, cuando volteó ya era muy tarde, un zombie se dirigía hacia su cuello, por puro reflejo el bajista alcanzó a quitarse, trastabilló un poco y corrió detrás de Zed.
Cuando Zed regresó, un zombie estaba en el suelo forcejeando con Agatha, mientras el resto también debatía por su vida. Zed corrió como centella y con el mismo impulso de la carrera, pateó el costado del zombie, quien salió despedido un par de metros.
-Sie beißen? (¿te mordieron?) –preguntó Zed.
-Nicht (no) –respondió Agatha, que se levantó rápidamente mientras se cubría los pechos y las piernas que estaban al aire debido al forcejeo, pese a haber modelado desnuda en algunas revistas, aún le quedaba algo de pudor frente a aquellos extraños.
-Hey, Zed… ¿seguro que no estarías dispuesto a un intercambio de chicas? –susurró Arturo, quien recibió un buen puñetazo en el hombro del cantante, quien avanzaba con enormes zancadas hacia donde estaban los demás-. ¡Rayos! Aún me duele, pega como mula ese infeliz.
Cuando Zed había llegado ya era muy tarde. Un zombie estaba encima de la chica que acompañaba a Jorge, éste tiraba de la ropa del infectado, después le dio un puñetazo con el que le desprendió la mandíbula. El enorme cantante dio un empujón al zombie, quien cayó de espalda, estaba a punto de reincorporarse, pero el enorme pie de Zed ya había reventado su cráneo.
-¡Nooooo! –gritaba Jorge con lágrimas en los ojos-. ¿Por qué siempre a mí?
-Hey, George… Just calm down –decía Aaron Grant tratando de consolar a su compañero de grupo, pero Jorge estaba desconsolado. La lucha encarnizada por sobrevivir seguía, así que Jorge se fue de ahí diciéndole a Zed qué hacer.
-Sorry, babe… -Zed aplastó la cabeza de aquella chica, sabía que si no lo hacía se levantaría nuevamente.
***
Los golpes eran constantes, un puñado de sobrevivientes se había refugiado en una pequeña salita cercana a la entrada principal. Aquella estancia servía como sala de recepción de la enorme mansión que ostentaba el padrastro de Alex. Las puertas eran pequeñas pero muy resistentes, así que resistían el embate de los zombies que se habían congregado afuera.
Effy estaba de un lado del cuarto llorando y abrazando a Arturo, quien la acariciaba delicadamente tratando de tranquilizarla, pero era evidente que los nervios también estaban a punto de reventarle. A una corta distancia de ahí estaba Jorge en cuclillas viendo al piso, restregándose la manga de su saco en el rostro, aún no superaba la pérdida de su nueva novia.
-Scheiße! Scheiße! Mein Gott! Mein Gott! Mein Gott! (mierda x2, Dios mío x3) –repetía una y otra vez Agatha, que estaba histérica y tomada del enorme brazo de Zed.
Por su parte, el vocalista de Blue Zombies estaba ahí, de pie, al lado de Aaron Grant mirando estupefactos al suelo. No tenían palabras.
-Are ‘u sure? I’ll become one of them? –preguntaba Will Perkins, bajista de Blue Zombies, que estaba tendido en el suelo con una mordida en el brazo y un charco de sangre debajo de él.
-Yes, sorry… -Zed se quedó sin palabras, estaba pasando justo lo mismo que hace dos años, cuando perdió a todos sus compañeros y amigos del grupo en el que cantaba por culpa de la primera infección.
-Zed, debemos hacer algo –dijo Facundo-. De un momento a otro Will se convertirá, no podemos arriesgarnos.
-No, Facundo –respondió Zed con mirada inexpresiva-. No mataremos a Will, ni tú ni nadie. Es mi amigo desde la infancia.
-¿Y por qué a mi novia sí la mataste? –gritó Jorge-. Aplástalo como sueles hacer con los demás, ¡HAZLO!
-FUCK YOU!
Jorge se lanzó sobre Zed tratando de rodear su enorme cuello con las manos. El cantante lo detuvo por las muñecas y lo lanzó contra una mesita que estaba en el centro, el golpe fue seco y todos se levantaron.
-¡Hey, hey! –Arturo se interpuso entre ambos-. Los enemigos están allá afuera, no aquí dentro.
-Fuck all of you! –repuso Zed, quien sólo se dio la vuelta y miró enfurecido hacia una pared con un enorme cuadro que mostraba un paisaje donde lucía el sol en todo lo alto mientras iluminaba un espeso bosque con una cascada de lado izquierdo.
-Allá va Fernando –dijo Facundo-. Debo ir con él, aguarden aquí.
-¡Vamos, Robocop! –contestó Arturo fastidiado-. Este no es el momento para que te hagas el héroe y todos nos separemos.
-Debo ir, aquí ya no hay nada qué hacer, sólo debemos esperar a que Zed haga lo correcto.
Facundo abrió una de las ventanas que daban al jardín, justo por donde había visto pasar a lo lejos a Fernando segundos atrás. La ventana era un poco inaccesible, pero no tenía ningún zombie acechando de aquel lado de la habitación, así que pudo salir sin problemas. Los demás vieron cómo se alejaba.
-Perdóname por no creerte, cariño –sollozaba Effy-. De verdad lo lamento mucho.
-¿Por no creerme que existían los zombies o que conocía a Zed?
-¡Por ninguna de las dos, maldita sea! ¡No hagas bromas en este momento, no lo soportaría!
-I’m ready! –interrumpió Zed con un hilo de voz, todos enmudecieron, no sabían qué responder, así que esperaron a que el líder de Blue Zombies hablara de nuevo-. Estoy listo, saldremos de aquí, pero nadie tocará a Will.
Todos se miraron entre sí, sabían que el riesgo de que Will Perkins se convirtiera en una amenaza latente era muy alto, pero nadie quiso contradecirle; en parte porque sabían de su mal carácter, pero también porque sabían que era la persona que los podía sacar vivos de ahí.
Pasaron unos minutos en los que todos mostraron sus respetos a Will y le abrazaron previo a su partida, siendo muy cuidadosos de no tocar la herida que tenía el baterista en el brazo. Quien más segundos demoró en la despedida fue Zed, quien lo abrazó y le dio las últimas palabras de aliento.
Poco después Arturo abrió la puerta que estaba llena de zombies en su exterior, Zed tomó una base de lámpara que había ahí, y con ella empujó a los más cercanos, permitiendo al resto del grupo salir de ahí a toda prisa. Con un par de golpes certeros con aquella lámpara, Zed pudo reventar el cráneo de un par de zombies, segundos después corrió detrás del grupo; con sus enormes zancadas los alcanzó rápidamente. Atravesaron medio jardín y aún no sabían hacia dónde se dirigían, hasta que una voz les hizo cambiar de trayectoria.
-¡Hey, por aquí!
Aunque se trataba de un extraño, el grupo entró rápidamente en la casa y atrancaron la puerta, justo antes de que el grupo de zombies que los perseguía les dieran alcance. Una vez dentro subieron las escaleras debido a que los infectados ya comenzaban a romper las ventanas. Después, con un sofá bloquearon momentáneamente el acceso a aquel pasillo de la planta superior, y entraron en la primera habitación. Ahí encontraron armas e instrumentos musicales (leer el último relato de Kealah).
-¿Y tú quién rayos eres? -preguntó Arturo.
-Soy el detective Tomás Moreno.
-¿Detective? –sonrió Arturo-. Lo único que nos faltaba, ya teníamos músicos, militares, modelos alemanas con enormes senos, zombies, y ahora esto.
-¿Y qué está haciendo aquí? ¿Investiga la infección? –preguntó Jorge.
-Me temo que no, esto me ha tomado de improviso. Estoy siguiendo el rastro de un peligroso asesino en serie llamado Simón Lasso.
-Ahora lo recuerdo… -dijo Arturo-. Usted es el sujeto que fue a casa de Alicia aquella noche cuando encontró la cabeza decapitada de su amigo.
-Así es.
-Usted disculpe, no soy buen fisonomista, era de noche y tenía unos tragos encima, usted sabe a qué me refiero –Arturo guiñó el ojo al hombre.
-¿Simón? –respondió Zed enfurecido-. ¿Está vivo ese cabrón?
-Por supuesto –intervino Arturo-. Creí que ya todos lo sabíamos.
Zed volteó una de las mesitas de la estancia de una patada y azotó todo lo que encontraba a su alrededor, Moreno trató de calmarlo, pero Zed seguía con el rostro rojizo y las venas marcadas en la frente, exhalando rápidamente.
-¿Quién es simón? –preguntó Effy.
-El bastardo que le dejó la cicatriz en el cuello a Alicia –contestó Arturo-. Mató a mucha gente de nuestro grupo, digamos que es una especie de carnicero con cara de ángel. Por cierto, también se le culpa de iniciar la guerra de Vietnam y de matar judíos en la Segunda Guerra Mundial.
-Es hora de irnos –intervino Zed con una mirada imponente-. Busquemos a los demás.
Después de un par de minutos de deambular por aquella enorme mansión, llegaron a un pasillo, al que recorrieron con precaución porque la luz no era lo suficientemente buena como para caminar confiadamente. Al frente iba Zed, seguido por Agatha que lo tomaba de la espalda para no perderse del grupo. Más atrás estaba Jorge que hablaba en voz baja y en inglés con Aaron Grant, seguidos de Arturo, Effy y Moreno.
-¡Alicia! –gritó Zed que vio a la chica al otro lado del pasillo acompañada de un joven camarero.
-¡Zed! –respondió la chica que corrió a abrazarlo.
(leer el último relato de Kealah)
El grupo huía de un grupo numeroso de zombies después de haber sido emboscados.
-Por aquella puerta, tiene salida hacia el otro lado –dijo Marcos, el camarero que acompañaba a Alicia. Todos salieron de ahí y atrancaron nuevamente la puerta. Ahora estaban en un comedor enorme, el lugar estaba lleno de comida, todo parecía que sería el lugar donde los invitados comerían después de la boda, pero ahora el lugar estaba desierto.
-¡A comer, señores! –dijo Arturo, quien sin recato alguno tomó una pierna de pollo con especias y le dio un par de mordiscos.
-¡Arturo, no sabes si alguno de esos infectados lamió antes eso que te estás comiendo! –repuso Effy.
-No lo creo, esos idiotas tienen mal gusto para la comida, aunque a veces la dieta no debe ser tan mala –dijo Arturo mientras observaba a la hermosa modelo alemana que estaba junto a Zed.
El resto del grupo aceptó que no debían ser paranoicos, así que comieron rápidamente lo que pudieron, sabían que en un apocalipsis era un pecado desperdiciar la comida.
Todos estaban tan ocupados comiendo lo que encontraban que no se percataron que los golpeteos de los zombies fuera del comedor eran más insistentes, incluso la madera de la puerta ya había crujido un par de veces. Asaltados por la sorpresa se levantaron cuando aquellos podridos entraron al comedor; todos corrieron y atravesaron otro enorme pasillo, como pudieron entraron en otra habitación que al parecer era la bodega de provisiones con comida enlatada, pero los zombies seguían cerca.
-¡Tomen esto, malditos! –Arturo disparó nuevamente, el zombie más cercano cayó, pero se volvió a levantar, sin saber qué hacer, permanecieron en silencio, Alicia abrió lentamente la puerta a sus espaldas, en la otra habitación estaba Fernando acompañado de un grupo pintoresco.
***
(leer el último relato de .:Rodriux:.)
-Bien, ahora tenemos que dividirnos –ordenó Rodrigo-, tres se quedan acá y tres irán en busca de sobrevivientes.
Así, Fernando, Julieta y Rodrigo desaparecieron del lugar. En aquella estancia se quedaron Facundo, Elise y Gloria siguiendo las órdenes de Rodrigo.
-¿Y tú quién eres? –preguntó Elise.
-Soy parte del personal de seguridad de Blue Zombies –respondió Facundo.
-¿Blue qué…?
-¿No los conoces? Es un grupo musical muy famoso.
-En realidad no me importa –dijo Elise-. Esas cosas que hace la gente para sobrellevar su desgraciada existencia me es indiferente.
-¿Y tú quién eres? –dijo Facundo sin querer discutir con esa arrogante mujer.
-Soy militar.
-¿Una militar que acompaña a Rodrigo a la boda de sus amigos?
-De acuerdo, estoy en el mismo regimiento que Rodrigo, y soy, su pareja.
-Ya veo… Creí que no tenías amor en la vida.
Ambos permanecieron en silencio mirándose a los ojos sin despegar la mirada, como si se estuvieran retando.
-Yo soy Gloria, vecina de Fernando y Alicia, y uno de los zombies… mató, mató a Pablo, mi marido.
La chica comenzó a llorarn, mientras Facundo la abrazaba tratando de darle algo de consuelo; por mucho que hubiera visto, aún no se acostumbraba a las desgarradoras pérdidas que le perseguían desde la primera infección.
A unos pasos de ahí, estaba Simón, oculto dentro de un enorme ropero que había en la habitación, escuchando pacientemente la charla intrascendente de Facundo, Gloria y Elise. Con la punta de una navaja jugueteaba clavándosela suavemente en un dedo, mientras en su rostro de se dibujaba una siniestra sonrisa, sabía que aquella infección le había traído lo mejor de la vida: una casa llena de víctimas en potencia.
-¡Tenemos qué movernos! –dijo Facundo-. No puedo creer que esto suceda de nuevo… ¡Vamos!
-What’s happening, Zed? –preguntó Aaron.
-It’s not a joke! RUN! –le respondió Zed mientras tomaba de la mano a Agatha y hacía señas a los demás de que se movilizaran. Jorge también tomó la mano de su acompañante y trató de ir al lado de Zed.
-Warten Sie hier, Honig (espera aquí, cariño) –ordenó Zed a Agatha en un perfecto alemán, mientras corría hacia el extremo opuesto del jardín, detrás de él iba Will Perkins estupefacto y sin entender qué sucedía.
-Hey, buddy… It’s all this real?
-Yeah, very fucking real –Zed seguía corriendo pero se dio cuenta de que era imposible atravesar el jardín, ya que del otro extremo más zombies entraban, así que dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia donde estaba Agatha y el resto.
Will no entendía qué pasaba, se quedó impávido unos instantes, cuando volteó ya era muy tarde, un zombie se dirigía hacia su cuello, por puro reflejo el bajista alcanzó a quitarse, trastabilló un poco y corrió detrás de Zed.
Cuando Zed regresó, un zombie estaba en el suelo forcejeando con Agatha, mientras el resto también debatía por su vida. Zed corrió como centella y con el mismo impulso de la carrera, pateó el costado del zombie, quien salió despedido un par de metros.
-Sie beißen? (¿te mordieron?) –preguntó Zed.
-Nicht (no) –respondió Agatha, que se levantó rápidamente mientras se cubría los pechos y las piernas que estaban al aire debido al forcejeo, pese a haber modelado desnuda en algunas revistas, aún le quedaba algo de pudor frente a aquellos extraños.
-Hey, Zed… ¿seguro que no estarías dispuesto a un intercambio de chicas? –susurró Arturo, quien recibió un buen puñetazo en el hombro del cantante, quien avanzaba con enormes zancadas hacia donde estaban los demás-. ¡Rayos! Aún me duele, pega como mula ese infeliz.
Cuando Zed había llegado ya era muy tarde. Un zombie estaba encima de la chica que acompañaba a Jorge, éste tiraba de la ropa del infectado, después le dio un puñetazo con el que le desprendió la mandíbula. El enorme cantante dio un empujón al zombie, quien cayó de espalda, estaba a punto de reincorporarse, pero el enorme pie de Zed ya había reventado su cráneo.
-¡Nooooo! –gritaba Jorge con lágrimas en los ojos-. ¿Por qué siempre a mí?
-Hey, George… Just calm down –decía Aaron Grant tratando de consolar a su compañero de grupo, pero Jorge estaba desconsolado. La lucha encarnizada por sobrevivir seguía, así que Jorge se fue de ahí diciéndole a Zed qué hacer.
-Sorry, babe… -Zed aplastó la cabeza de aquella chica, sabía que si no lo hacía se levantaría nuevamente.
***
Los golpes eran constantes, un puñado de sobrevivientes se había refugiado en una pequeña salita cercana a la entrada principal. Aquella estancia servía como sala de recepción de la enorme mansión que ostentaba el padrastro de Alex. Las puertas eran pequeñas pero muy resistentes, así que resistían el embate de los zombies que se habían congregado afuera.
Effy estaba de un lado del cuarto llorando y abrazando a Arturo, quien la acariciaba delicadamente tratando de tranquilizarla, pero era evidente que los nervios también estaban a punto de reventarle. A una corta distancia de ahí estaba Jorge en cuclillas viendo al piso, restregándose la manga de su saco en el rostro, aún no superaba la pérdida de su nueva novia.
-Scheiße! Scheiße! Mein Gott! Mein Gott! Mein Gott! (mierda x2, Dios mío x3) –repetía una y otra vez Agatha, que estaba histérica y tomada del enorme brazo de Zed.
Por su parte, el vocalista de Blue Zombies estaba ahí, de pie, al lado de Aaron Grant mirando estupefactos al suelo. No tenían palabras.
-Are ‘u sure? I’ll become one of them? –preguntaba Will Perkins, bajista de Blue Zombies, que estaba tendido en el suelo con una mordida en el brazo y un charco de sangre debajo de él.
-Yes, sorry… -Zed se quedó sin palabras, estaba pasando justo lo mismo que hace dos años, cuando perdió a todos sus compañeros y amigos del grupo en el que cantaba por culpa de la primera infección.
-Zed, debemos hacer algo –dijo Facundo-. De un momento a otro Will se convertirá, no podemos arriesgarnos.
-No, Facundo –respondió Zed con mirada inexpresiva-. No mataremos a Will, ni tú ni nadie. Es mi amigo desde la infancia.
-¿Y por qué a mi novia sí la mataste? –gritó Jorge-. Aplástalo como sueles hacer con los demás, ¡HAZLO!
-FUCK YOU!
Jorge se lanzó sobre Zed tratando de rodear su enorme cuello con las manos. El cantante lo detuvo por las muñecas y lo lanzó contra una mesita que estaba en el centro, el golpe fue seco y todos se levantaron.
-¡Hey, hey! –Arturo se interpuso entre ambos-. Los enemigos están allá afuera, no aquí dentro.
-Fuck all of you! –repuso Zed, quien sólo se dio la vuelta y miró enfurecido hacia una pared con un enorme cuadro que mostraba un paisaje donde lucía el sol en todo lo alto mientras iluminaba un espeso bosque con una cascada de lado izquierdo.
-Allá va Fernando –dijo Facundo-. Debo ir con él, aguarden aquí.
-¡Vamos, Robocop! –contestó Arturo fastidiado-. Este no es el momento para que te hagas el héroe y todos nos separemos.
-Debo ir, aquí ya no hay nada qué hacer, sólo debemos esperar a que Zed haga lo correcto.
Facundo abrió una de las ventanas que daban al jardín, justo por donde había visto pasar a lo lejos a Fernando segundos atrás. La ventana era un poco inaccesible, pero no tenía ningún zombie acechando de aquel lado de la habitación, así que pudo salir sin problemas. Los demás vieron cómo se alejaba.
-Perdóname por no creerte, cariño –sollozaba Effy-. De verdad lo lamento mucho.
-¿Por no creerme que existían los zombies o que conocía a Zed?
-¡Por ninguna de las dos, maldita sea! ¡No hagas bromas en este momento, no lo soportaría!
-I’m ready! –interrumpió Zed con un hilo de voz, todos enmudecieron, no sabían qué responder, así que esperaron a que el líder de Blue Zombies hablara de nuevo-. Estoy listo, saldremos de aquí, pero nadie tocará a Will.
Todos se miraron entre sí, sabían que el riesgo de que Will Perkins se convirtiera en una amenaza latente era muy alto, pero nadie quiso contradecirle; en parte porque sabían de su mal carácter, pero también porque sabían que era la persona que los podía sacar vivos de ahí.
Pasaron unos minutos en los que todos mostraron sus respetos a Will y le abrazaron previo a su partida, siendo muy cuidadosos de no tocar la herida que tenía el baterista en el brazo. Quien más segundos demoró en la despedida fue Zed, quien lo abrazó y le dio las últimas palabras de aliento.
Poco después Arturo abrió la puerta que estaba llena de zombies en su exterior, Zed tomó una base de lámpara que había ahí, y con ella empujó a los más cercanos, permitiendo al resto del grupo salir de ahí a toda prisa. Con un par de golpes certeros con aquella lámpara, Zed pudo reventar el cráneo de un par de zombies, segundos después corrió detrás del grupo; con sus enormes zancadas los alcanzó rápidamente. Atravesaron medio jardín y aún no sabían hacia dónde se dirigían, hasta que una voz les hizo cambiar de trayectoria.
-¡Hey, por aquí!
Aunque se trataba de un extraño, el grupo entró rápidamente en la casa y atrancaron la puerta, justo antes de que el grupo de zombies que los perseguía les dieran alcance. Una vez dentro subieron las escaleras debido a que los infectados ya comenzaban a romper las ventanas. Después, con un sofá bloquearon momentáneamente el acceso a aquel pasillo de la planta superior, y entraron en la primera habitación. Ahí encontraron armas e instrumentos musicales (leer el último relato de Kealah).
-¿Y tú quién rayos eres? -preguntó Arturo.
-Soy el detective Tomás Moreno.
-¿Detective? –sonrió Arturo-. Lo único que nos faltaba, ya teníamos músicos, militares, modelos alemanas con enormes senos, zombies, y ahora esto.
-¿Y qué está haciendo aquí? ¿Investiga la infección? –preguntó Jorge.
-Me temo que no, esto me ha tomado de improviso. Estoy siguiendo el rastro de un peligroso asesino en serie llamado Simón Lasso.
-Ahora lo recuerdo… -dijo Arturo-. Usted es el sujeto que fue a casa de Alicia aquella noche cuando encontró la cabeza decapitada de su amigo.
-Así es.
-Usted disculpe, no soy buen fisonomista, era de noche y tenía unos tragos encima, usted sabe a qué me refiero –Arturo guiñó el ojo al hombre.
-¿Simón? –respondió Zed enfurecido-. ¿Está vivo ese cabrón?
-Por supuesto –intervino Arturo-. Creí que ya todos lo sabíamos.
Zed volteó una de las mesitas de la estancia de una patada y azotó todo lo que encontraba a su alrededor, Moreno trató de calmarlo, pero Zed seguía con el rostro rojizo y las venas marcadas en la frente, exhalando rápidamente.
-¿Quién es simón? –preguntó Effy.
-El bastardo que le dejó la cicatriz en el cuello a Alicia –contestó Arturo-. Mató a mucha gente de nuestro grupo, digamos que es una especie de carnicero con cara de ángel. Por cierto, también se le culpa de iniciar la guerra de Vietnam y de matar judíos en la Segunda Guerra Mundial.
-Es hora de irnos –intervino Zed con una mirada imponente-. Busquemos a los demás.
Después de un par de minutos de deambular por aquella enorme mansión, llegaron a un pasillo, al que recorrieron con precaución porque la luz no era lo suficientemente buena como para caminar confiadamente. Al frente iba Zed, seguido por Agatha que lo tomaba de la espalda para no perderse del grupo. Más atrás estaba Jorge que hablaba en voz baja y en inglés con Aaron Grant, seguidos de Arturo, Effy y Moreno.
-¡Alicia! –gritó Zed que vio a la chica al otro lado del pasillo acompañada de un joven camarero.
-¡Zed! –respondió la chica que corrió a abrazarlo.
(leer el último relato de Kealah)
El grupo huía de un grupo numeroso de zombies después de haber sido emboscados.
-Por aquella puerta, tiene salida hacia el otro lado –dijo Marcos, el camarero que acompañaba a Alicia. Todos salieron de ahí y atrancaron nuevamente la puerta. Ahora estaban en un comedor enorme, el lugar estaba lleno de comida, todo parecía que sería el lugar donde los invitados comerían después de la boda, pero ahora el lugar estaba desierto.
-¡A comer, señores! –dijo Arturo, quien sin recato alguno tomó una pierna de pollo con especias y le dio un par de mordiscos.
-¡Arturo, no sabes si alguno de esos infectados lamió antes eso que te estás comiendo! –repuso Effy.
-No lo creo, esos idiotas tienen mal gusto para la comida, aunque a veces la dieta no debe ser tan mala –dijo Arturo mientras observaba a la hermosa modelo alemana que estaba junto a Zed.
El resto del grupo aceptó que no debían ser paranoicos, así que comieron rápidamente lo que pudieron, sabían que en un apocalipsis era un pecado desperdiciar la comida.
Todos estaban tan ocupados comiendo lo que encontraban que no se percataron que los golpeteos de los zombies fuera del comedor eran más insistentes, incluso la madera de la puerta ya había crujido un par de veces. Asaltados por la sorpresa se levantaron cuando aquellos podridos entraron al comedor; todos corrieron y atravesaron otro enorme pasillo, como pudieron entraron en otra habitación que al parecer era la bodega de provisiones con comida enlatada, pero los zombies seguían cerca.
-¡Tomen esto, malditos! –Arturo disparó nuevamente, el zombie más cercano cayó, pero se volvió a levantar, sin saber qué hacer, permanecieron en silencio, Alicia abrió lentamente la puerta a sus espaldas, en la otra habitación estaba Fernando acompañado de un grupo pintoresco.
***
(leer el último relato de .:Rodriux:.)
-Bien, ahora tenemos que dividirnos –ordenó Rodrigo-, tres se quedan acá y tres irán en busca de sobrevivientes.
Así, Fernando, Julieta y Rodrigo desaparecieron del lugar. En aquella estancia se quedaron Facundo, Elise y Gloria siguiendo las órdenes de Rodrigo.
-¿Y tú quién eres? –preguntó Elise.
-Soy parte del personal de seguridad de Blue Zombies –respondió Facundo.
-¿Blue qué…?
-¿No los conoces? Es un grupo musical muy famoso.
-En realidad no me importa –dijo Elise-. Esas cosas que hace la gente para sobrellevar su desgraciada existencia me es indiferente.
-¿Y tú quién eres? –dijo Facundo sin querer discutir con esa arrogante mujer.
-Soy militar.
-¿Una militar que acompaña a Rodrigo a la boda de sus amigos?
-De acuerdo, estoy en el mismo regimiento que Rodrigo, y soy, su pareja.
-Ya veo… Creí que no tenías amor en la vida.
Ambos permanecieron en silencio mirándose a los ojos sin despegar la mirada, como si se estuvieran retando.
-Yo soy Gloria, vecina de Fernando y Alicia, y uno de los zombies… mató, mató a Pablo, mi marido.
La chica comenzó a llorarn, mientras Facundo la abrazaba tratando de darle algo de consuelo; por mucho que hubiera visto, aún no se acostumbraba a las desgarradoras pérdidas que le perseguían desde la primera infección.
A unos pasos de ahí, estaba Simón, oculto dentro de un enorme ropero que había en la habitación, escuchando pacientemente la charla intrascendente de Facundo, Gloria y Elise. Con la punta de una navaja jugueteaba clavándosela suavemente en un dedo, mientras en su rostro de se dibujaba una siniestra sonrisa, sabía que aquella infección le había traído lo mejor de la vida: una casa llena de víctimas en potencia.
Re: Cuando los zombies nos alcancen
"Me he convertido en Muerte, el destructor de mundos" - Robert Oppenheimer
El señor y la señora Lasso se encontraban en el porche de su chalet, junto a la asistenta social.
- Debe estar al llegar - les informó la asistenta social al ver que se encontraban un poco nerviosos. - Sé lo mucho que se han
esforzado, y he de decir que me llena de felicidad el pensar que todavía hay gente que se preocupa por esos pobres niños.
La señora Lasso se alisó la falda, le temblaban ligeramente las manos.
- ¿Cómo es?
- Pues verá, es un chico muy educado y prolijo, quizás no es muy hablador, pero es comprensible después de lo que le pasó.
- Y...¿cómo murieron sus padres?
La asistenta social suspiró.
- Unos ladrones entraron una noche a robar a su casa, decidieron que eso no era suficiente y mataron a su padre y violaron y mataron a su
madre y su hermana de 4 años, todo eso delante del chico. Después de eso estuvo un año sin decir nada. Pero ahora se encuentra
mucho más receptivo y me gusta pensar que tantas sesiones con él han dado resultado, además, parece no recordar nada de lo
que le sucedió a su familia, su mente debe de haber levantado un bloqueo para defenderse.
La señora Lasso se frotó los brazos.
- Estoy segura de que podremos hacer de este su nuevo hogar. Le daremos todo el amor del mundo.
- Bueno, parece que ahí llega.
Un coche verde oscuro apareció por la esquina de la calle y se paró en la entrada de la casa. De él se bajó una mujer y de la puerta de atrás
apareció un chico flacucho y de rodillas huesudas. No tenía un aspecto muy sano.
El señor y la señora Lasso se acercaron al chico.
- ¿Cómo te llamas, cielo? - preguntó la señora Lasso agachando y quedando rostro con rostro con el chico.
-...Simón.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Había anochecido y Simón observaba la luna desde el tejado. Una luna gloriosa. Llena, gorda y rojiza, que da a la noche la misma luz que si fuera de día. También trae ese ruido sordo. No, no el que os imagináis, sino la voz suave y salvaje del viento que te eriza el vello del brazo, el lamento hueco de las estrellas.
Simón contempló su cuchillo y lo levantó por encima de la cabeza. El color que la sangre adquiría a la luz de la luna era casi negro.
Los demás habían decidido que no iban a seguir su juego, así que ahora deberían pagar las consecuencias. Aunque al menos Alicia había matado a Carla, por lo que estaba un paso más cerca de cumplir el plan que Simón tenía preparado para ella, pero todo a su debido tiempo, pensó Simón.
Encendió una cerilla y la lanzó a la gasolina. La había vertido de manera que todas las salidas de la casa quedasen inaccesibles. En poco tiempo la casa estaría completamente en llamas.
Simón había estudiado los planos de la casa, y sabía que había una trampilla que daba al exterior. Les esperaría allí, ya era hora de reunirse con sus viejos amigos.
El señor y la señora Lasso se encontraban en el porche de su chalet, junto a la asistenta social.
- Debe estar al llegar - les informó la asistenta social al ver que se encontraban un poco nerviosos. - Sé lo mucho que se han
esforzado, y he de decir que me llena de felicidad el pensar que todavía hay gente que se preocupa por esos pobres niños.
La señora Lasso se alisó la falda, le temblaban ligeramente las manos.
- ¿Cómo es?
- Pues verá, es un chico muy educado y prolijo, quizás no es muy hablador, pero es comprensible después de lo que le pasó.
- Y...¿cómo murieron sus padres?
La asistenta social suspiró.
- Unos ladrones entraron una noche a robar a su casa, decidieron que eso no era suficiente y mataron a su padre y violaron y mataron a su
madre y su hermana de 4 años, todo eso delante del chico. Después de eso estuvo un año sin decir nada. Pero ahora se encuentra
mucho más receptivo y me gusta pensar que tantas sesiones con él han dado resultado, además, parece no recordar nada de lo
que le sucedió a su familia, su mente debe de haber levantado un bloqueo para defenderse.
La señora Lasso se frotó los brazos.
- Estoy segura de que podremos hacer de este su nuevo hogar. Le daremos todo el amor del mundo.
- Bueno, parece que ahí llega.
Un coche verde oscuro apareció por la esquina de la calle y se paró en la entrada de la casa. De él se bajó una mujer y de la puerta de atrás
apareció un chico flacucho y de rodillas huesudas. No tenía un aspecto muy sano.
El señor y la señora Lasso se acercaron al chico.
- ¿Cómo te llamas, cielo? - preguntó la señora Lasso agachando y quedando rostro con rostro con el chico.
-...Simón.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Había anochecido y Simón observaba la luna desde el tejado. Una luna gloriosa. Llena, gorda y rojiza, que da a la noche la misma luz que si fuera de día. También trae ese ruido sordo. No, no el que os imagináis, sino la voz suave y salvaje del viento que te eriza el vello del brazo, el lamento hueco de las estrellas.
Simón contempló su cuchillo y lo levantó por encima de la cabeza. El color que la sangre adquiría a la luz de la luna era casi negro.
Los demás habían decidido que no iban a seguir su juego, así que ahora deberían pagar las consecuencias. Aunque al menos Alicia había matado a Carla, por lo que estaba un paso más cerca de cumplir el plan que Simón tenía preparado para ella, pero todo a su debido tiempo, pensó Simón.
Encendió una cerilla y la lanzó a la gasolina. La había vertido de manera que todas las salidas de la casa quedasen inaccesibles. En poco tiempo la casa estaría completamente en llamas.
Simón había estudiado los planos de la casa, y sabía que había una trampilla que daba al exterior. Les esperaría allí, ya era hora de reunirse con sus viejos amigos.
Invitado- Invitado
Ariel.
-Tengo que encontrar una salida. Seguramente estoy cerca. ¿Qué es ese olor?-
Ariel, seguido por ese olor, llegó a una habitación con una ventana que daba al jardín. El espectáculo era fenomenal. Un fuego inmenso invadía el jardín.
El calor era agobiante, y el olor a humo era peligroso.
-Alguien tuvo la sensacional idea de incendiar la mansión. Curiosa manera de deshacerse de los zombies. Solo tengo que encontrar la salida lo más rápido posible, o acompañaré a estos espectros al infierno.-
Se retiró de la habitación y se dirigió hacia la parte trasera de la mansión. Seguramente habría alguna puerta que daría al exterior.
De repente, Ariel se detuvo. El humo provenía de donde se dirigía.
-Mierda. Ese loco ha incendiado todas las salidas. No dudo que el humo atraerá la atención de los bomberos, pero si no actuaran rápidamente o el fuego crecería demasiado, este edificio será consumido antes de que pueda convertirme. Solo de esta forma puedo escaparme, pero si no logro controlarme, podré exponer mi vida.-
Lo pensó unos instantes, y luego de esto, guardó su pistola y tomó el cuchillo con las dos manos.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Joker saltaba alegremente mientras tiraba su cuchillo y lo cogía en el aire. El fuego se acercaba cada vez más, pero él no parecía preocupado. Sólo le molestaba ese inmenso calor. Oh sí, que fastidioso. Tenía que salir de allí y refrescarse.
Pensado esto, Joker empezó a correr con todo lo que podía, con una sonrisa de oreja a oreja. No duró mucho la carrera, ya que se vio interrumpido por una inmensa pared de fuego que le obstaculizaba.
-¡Qué calor!- aulló Joker -Tendré que encontrar otra salida-
Retrocedió y subió unas escaleras a grandes saltos. Se detuvo en un pasillo. Un hombre yacía tirada en un costado, y su estado era deplorable.
Joker se acercó sigilosamente, sin ser descubierto por esa persona. Esta no parecía dar señales de vida, pero él sabía que algo raro sucedía.
-Señor, ¿usted se baña?- dijo Joker al notar que el extraño tenía un olor espantoso.
El hombre giró la cabeza y observó asombrado al payaso. Trató de levantarse, pero era muy torpe y se caía. Le faltaba una de sus piernas.
-Uy, un discapacitado. Déjeme ayudarle a levantarse.- dijo Joker acercándose, pero este lanzó una mordida al aire, advirtiéndole que era peligroso.
-Ajá, un perro con rabia.- dijo el payaso sacando una pistola- Dicen que el remedio es peor que la enfermedad, pero yo no pienso lo mismo.
El disparo resonó en todo el pasillo. Varias cabezas podridas se asomaron por las puertas de las habitaciones. Joker sonrió, desenfundado una segunda pistola.
Ariel, seguido por ese olor, llegó a una habitación con una ventana que daba al jardín. El espectáculo era fenomenal. Un fuego inmenso invadía el jardín.
El calor era agobiante, y el olor a humo era peligroso.
-Alguien tuvo la sensacional idea de incendiar la mansión. Curiosa manera de deshacerse de los zombies. Solo tengo que encontrar la salida lo más rápido posible, o acompañaré a estos espectros al infierno.-
Se retiró de la habitación y se dirigió hacia la parte trasera de la mansión. Seguramente habría alguna puerta que daría al exterior.
De repente, Ariel se detuvo. El humo provenía de donde se dirigía.
-Mierda. Ese loco ha incendiado todas las salidas. No dudo que el humo atraerá la atención de los bomberos, pero si no actuaran rápidamente o el fuego crecería demasiado, este edificio será consumido antes de que pueda convertirme. Solo de esta forma puedo escaparme, pero si no logro controlarme, podré exponer mi vida.-
Lo pensó unos instantes, y luego de esto, guardó su pistola y tomó el cuchillo con las dos manos.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Joker saltaba alegremente mientras tiraba su cuchillo y lo cogía en el aire. El fuego se acercaba cada vez más, pero él no parecía preocupado. Sólo le molestaba ese inmenso calor. Oh sí, que fastidioso. Tenía que salir de allí y refrescarse.
Pensado esto, Joker empezó a correr con todo lo que podía, con una sonrisa de oreja a oreja. No duró mucho la carrera, ya que se vio interrumpido por una inmensa pared de fuego que le obstaculizaba.
-¡Qué calor!- aulló Joker -Tendré que encontrar otra salida-
Retrocedió y subió unas escaleras a grandes saltos. Se detuvo en un pasillo. Un hombre yacía tirada en un costado, y su estado era deplorable.
Joker se acercó sigilosamente, sin ser descubierto por esa persona. Esta no parecía dar señales de vida, pero él sabía que algo raro sucedía.
-Señor, ¿usted se baña?- dijo Joker al notar que el extraño tenía un olor espantoso.
El hombre giró la cabeza y observó asombrado al payaso. Trató de levantarse, pero era muy torpe y se caía. Le faltaba una de sus piernas.
-Uy, un discapacitado. Déjeme ayudarle a levantarse.- dijo Joker acercándose, pero este lanzó una mordida al aire, advirtiéndole que era peligroso.
-Ajá, un perro con rabia.- dijo el payaso sacando una pistola- Dicen que el remedio es peor que la enfermedad, pero yo no pienso lo mismo.
El disparo resonó en todo el pasillo. Varias cabezas podridas se asomaron por las puertas de las habitaciones. Joker sonrió, desenfundado una segunda pistola.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev habia recorrido ya varias manzanas,en todas ellas habia personas haciendo frente y corriendo de las infrenables hordas de zombies.A veces no habia ni uno a la vista,pero de repente surgian de los callejones y de las casas en llamas ardiendo como cerillos.Su gran llave inglesa roja yacia en su mano derecha la cual le sujetaba firmemente.Estaba parado en medio de la calle y se tomo la molestia de robar una mascara de hockey de una tienda de deportes que habia sido saqueada horas antes.
Agudizando el oido pudo percibir una ambulancia dirigiendose a toda velocidad a su dirección,espero pacientemente y la vió una ambulancia en llamas dobló por una esquina a toda velocidad hacia su dirección,los cristales delanteros de la ambulancia estaban rotos y Degtyarev pudo ver como el copiloto se habria paso a mordiscos a traves de la garganta del conductor.
Degtyarev retrocedio varios pasos hasta que hecho a correr,la ambulancia se dirigia hacia el a toda velocidad y el se estaba quedando casi sin aliento.Un coche salio de su derecha y apenas tuvo tiempo de saltar sobre él cayendo asi enfrente de un puesto de vegetales abandonado.
El auto estaba destrozando y salian grandes chorros de sangre a traves de una abertura de la puerta.
-Jeje y creí que las ambulancias ayudaban a salvar vidas.-Dijo Degtyarev mientras se incorporaba.
Un mechón de su cabello cubria su ojo derecho azul mientras observaba como de la ambulancia salian dos zombies literalmente destrozados.El primero se arrastraba hacia el ya que al parecer sus piernas estaban en una posicion extraña,mientras que el segundo salió a traves de la ventana rota delantera de la ambulancia dando grandes dentelladas hacia su dirección.
"Creo recordar que una guia de supervivencia dice que hay que acabar primero con los mas rapidos".-Pensaba Degtyarev mientras levantaba levemente su llave inglesa.
El zombie copiloto estaba tan solo a varios metros delante de el,Degtyarev retrocedió tres pasos y embistió al zombie haciendolo caer contra la puerta del auto bañado en sangre.
-Agradesco el entrenamiento de rugby la verdad.
Mientras decia esto el zombie que se arrastraba le habia tomado el pie derecho sin siquiera darse cuenta haciendole caer encima del zombie.Su cara estaba a pocos centimetros de la del zombie que de su garganta salian varios gemidos de ultratumba que le helaban la piel en segundos.El zombie le sujetaba firmemente pero logró zafarse dandole un cabezazo.
Mientras el zombie "piernas chuecas" como le habia llamado Degtyarev se incorporaba el zombie al que habia embestido se levantaba dando grandes espasmos con la boca abierta apuntando hacia el.
Tomó su llavle inglesa y se dirigió a toda velocidad hacia el llevando la llave inglesa hacia atras y rapidamente hacia adelante destrozando la cabeza del zombie.La mitad de la llave inglesa yacia en el interior del craneo del zombie que cayo de espaldas hacia el coche destrozado.
-Uno menos... falta el "piernas chuecas".-Dijo mientras daba media vuelta hacia el zombie que se dirigia furioso hacia el.
Le propinó una patada en la cabeza seguidamente salto encima de esta.Lo que era su cabeza ahora era un amasijo de carne,hueso y sesos.
Degtyarev tomó su arma y se dio cuenta de que el zombie llevaba una browning hp reglamentaria de la policia.La comprobo y pudo ver que le quedaban cinco balas en el cargador.Tomó la browning y saco de la cabeza del zombie su llave inglesa y se largó sonriente a traves de unos callejones que se dirigian hacia unos adinerados vecindarios.
Agudizando el oido pudo percibir una ambulancia dirigiendose a toda velocidad a su dirección,espero pacientemente y la vió una ambulancia en llamas dobló por una esquina a toda velocidad hacia su dirección,los cristales delanteros de la ambulancia estaban rotos y Degtyarev pudo ver como el copiloto se habria paso a mordiscos a traves de la garganta del conductor.
Degtyarev retrocedio varios pasos hasta que hecho a correr,la ambulancia se dirigia hacia el a toda velocidad y el se estaba quedando casi sin aliento.Un coche salio de su derecha y apenas tuvo tiempo de saltar sobre él cayendo asi enfrente de un puesto de vegetales abandonado.
El auto estaba destrozando y salian grandes chorros de sangre a traves de una abertura de la puerta.
-Jeje y creí que las ambulancias ayudaban a salvar vidas.-Dijo Degtyarev mientras se incorporaba.
Un mechón de su cabello cubria su ojo derecho azul mientras observaba como de la ambulancia salian dos zombies literalmente destrozados.El primero se arrastraba hacia el ya que al parecer sus piernas estaban en una posicion extraña,mientras que el segundo salió a traves de la ventana rota delantera de la ambulancia dando grandes dentelladas hacia su dirección.
"Creo recordar que una guia de supervivencia dice que hay que acabar primero con los mas rapidos".-Pensaba Degtyarev mientras levantaba levemente su llave inglesa.
El zombie copiloto estaba tan solo a varios metros delante de el,Degtyarev retrocedió tres pasos y embistió al zombie haciendolo caer contra la puerta del auto bañado en sangre.
-Agradesco el entrenamiento de rugby la verdad.
Mientras decia esto el zombie que se arrastraba le habia tomado el pie derecho sin siquiera darse cuenta haciendole caer encima del zombie.Su cara estaba a pocos centimetros de la del zombie que de su garganta salian varios gemidos de ultratumba que le helaban la piel en segundos.El zombie le sujetaba firmemente pero logró zafarse dandole un cabezazo.
Mientras el zombie "piernas chuecas" como le habia llamado Degtyarev se incorporaba el zombie al que habia embestido se levantaba dando grandes espasmos con la boca abierta apuntando hacia el.
Tomó su llavle inglesa y se dirigió a toda velocidad hacia el llevando la llave inglesa hacia atras y rapidamente hacia adelante destrozando la cabeza del zombie.La mitad de la llave inglesa yacia en el interior del craneo del zombie que cayo de espaldas hacia el coche destrozado.
-Uno menos... falta el "piernas chuecas".-Dijo mientras daba media vuelta hacia el zombie que se dirigia furioso hacia el.
Le propinó una patada en la cabeza seguidamente salto encima de esta.Lo que era su cabeza ahora era un amasijo de carne,hueso y sesos.
Degtyarev tomó su arma y se dio cuenta de que el zombie llevaba una browning hp reglamentaria de la policia.La comprobo y pudo ver que le quedaban cinco balas en el cargador.Tomó la browning y saco de la cabeza del zombie su llave inglesa y se largó sonriente a traves de unos callejones que se dirigian hacia unos adinerados vecindarios.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Sergio, Alex, el asesino y yo. Nos encontrábamos en la buhardilla cogiendo ropa y accesorios.
Yo-Mira Sergio que guantes más guapos.
Sergio- Alaa, son mejores que los que me pongo para el gimnasio.
Alex- Pues yo prefiero llevar vaqueros, le dan un toque de estilo al asunto jeje.
???- Coged ya lo que tengáis que coger, pero no tardéis mucho.
Cuando terminamos de cambiarnos, me asomé a la ventana y pude ver que todo el jardín estaba ardiendo.
Yo- Chicos, tenemos que encontrar a los demás ya!
Sergio- Y esas prisas Carlos?
Yo- No se, pero quiero que esto acabe cuanto antes y salgamos de aquí.(mentí)
???- Habéis oído eso. Dijo el asesino.
Yo- Sergio, tu y yo bajemos a investigar.
Sergio -Y si es un zombie?
Yo- Pues te jodes y bailas.
Cuando bajamos, nos llevamos una grata sorpresa era el grupo de supervivientes, pero faltaban algunas personas como Alicia.
Julieta- Alex!
Yo- Dios!, ya ha venido su cariño. Susurre riéndome con Sergio.
Al poco, un disparo nos alarmo a todos, pero era Alicia, el cantante de Blue Zombies y 3 personas más.
Cuando terminamos las presentaciones y demás, les avisé sobre la situación fuera.
Alicia- Eso es horrible, tenemos que salir ahora mismo.
Zed- But where can we escape?
Sergio- Por la cocina chavales, allí está la trampilla que da a la alcantarilla.
Jorge- Y como llegaremos si se puede saber?
Alex-Me parece, que habría que seguir el pasillo recto, luego girar a la izquierda, bajar las escaleras y entrar en la cocina desde el recibidor.
Yo- Lo que os parezca mejor, pero espero que todos llevéis alguna arma, no?
Zed- Yes
Alicia- Si
Fernando- Si
Jorge- Si
Rodrigo- Si
Alex- Si
.........
Rodrigo- Pues en marcha que me debéis una boda jeje.
Alicia- este no es el momento...
Y poco a poco el gran grupo de supervivientes fuimos saliendo de la habitación en dirección hasta la cocina, pero tenía la conciencia reconcomida por no decirles nada sobre el fuego.
Yo-Mira Sergio que guantes más guapos.
Sergio- Alaa, son mejores que los que me pongo para el gimnasio.
Alex- Pues yo prefiero llevar vaqueros, le dan un toque de estilo al asunto jeje.
???- Coged ya lo que tengáis que coger, pero no tardéis mucho.
Cuando terminamos de cambiarnos, me asomé a la ventana y pude ver que todo el jardín estaba ardiendo.
Yo- Chicos, tenemos que encontrar a los demás ya!
Sergio- Y esas prisas Carlos?
Yo- No se, pero quiero que esto acabe cuanto antes y salgamos de aquí.(mentí)
???- Habéis oído eso. Dijo el asesino.
Yo- Sergio, tu y yo bajemos a investigar.
Sergio -Y si es un zombie?
Yo- Pues te jodes y bailas.
Cuando bajamos, nos llevamos una grata sorpresa era el grupo de supervivientes, pero faltaban algunas personas como Alicia.
Julieta- Alex!
Yo- Dios!, ya ha venido su cariño. Susurre riéndome con Sergio.
Al poco, un disparo nos alarmo a todos, pero era Alicia, el cantante de Blue Zombies y 3 personas más.
Cuando terminamos las presentaciones y demás, les avisé sobre la situación fuera.
Alicia- Eso es horrible, tenemos que salir ahora mismo.
Zed- But where can we escape?
Sergio- Por la cocina chavales, allí está la trampilla que da a la alcantarilla.
Jorge- Y como llegaremos si se puede saber?
Alex-Me parece, que habría que seguir el pasillo recto, luego girar a la izquierda, bajar las escaleras y entrar en la cocina desde el recibidor.
Yo- Lo que os parezca mejor, pero espero que todos llevéis alguna arma, no?
Zed- Yes
Alicia- Si
Fernando- Si
Jorge- Si
Rodrigo- Si
Alex- Si
.........
Rodrigo- Pues en marcha que me debéis una boda jeje.
Alicia- este no es el momento...
Y poco a poco el gran grupo de supervivientes fuimos saliendo de la habitación en dirección hasta la cocina, pero tenía la conciencia reconcomida por no decirles nada sobre el fuego.
PeKaDoR- Lich King
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
MISIÓN 2: FANTASMAS DEL PASADO
Tiempo: 2 publicaciones por usuario o 1 semana -próximo lunes de corte- (lo primero que suceda).
Planteamiento: Cada personaje tiene un pasado oscuro que lo atormenta, cosas que no se olvidan, hasta que llega el día que debemos afrontarlas y darlas a conocer; en ocasiones puede liberar tu alma, en otras sumergirte más en la desesperanza.
Objetivo: Dar a conocer a todos algo que atormenta al personaje, y posteriormente confesarlo a algunos personajes, para que la anécdota no quede hueca y se pueda dar juego a dicha situación.
Restricciones: Esta semana (a partir de la asignación de esta misión) se DEBEN hacer dos publicaciones:
La primera es 100% flashback del personaje, donde nos narre un detalle de su pasado que le avergüence. El imprescindible que sea un detalle vergonzoso; para la psicología de cada personaje la vergüenza es diferente (por lo tanto, la anécdota de Simón no es matar a alguien porque lo hace tanto como dormir), también es importante que sea trascendente (a juicio del Consejo), así que no aplica una flatulencia en medio de un discurso, sino algo que atormente al personaje.
La segunda publicación es en tiempo presente, y dicha situación se la debe confesar (decir o ser descubierta) o dar a conocer al menos a otros dos personajes, al menos uno de ellos DEBE ser personaje real (no un bot).
Responsable(s): Todos los usuarios deben postear los dos mensajes (sin desobedecer la restricción de 24 hrs. entre cada mensaje); si se desobedecen las restricciones, habrá una amonestación por cada una.
Re: Cuando los zombies nos alcancen
..........................2 años atrás.........................
Estaba yo en una fiesta en casa de Sergio.
Yo- Jajaja, que buena Sergio, pero a que no te bebes esta de un trago.
Sergio- Quieres verlo?
Jose- Al final este acaba mal.
Laura- Peor que tu? No lo creo.
Francisco- Bueno gente que ya llegaron las pizzas a comer!
Yo- Venga jeje.
Era una noche como cualquiera, me lo estaba pasando bien con mis colegas, cuando recibí aquella llamada.
???- Eres Carlos?
Yo- Si, quien es?
???- Soy el médico Jack Shephard del hospital de Huercal-Overa.
Yo- De mi pueblo jeje, cuanto lo echo de menos. Que ocurre?
???- Deberías venir al hospital.
Yo- Pero si Huercal está a 500 Km.
???- Carlos!.........tus padres, han tenido un accidente y están muy graves, es posible que de esta no salgan.
Yo-............Ok.
Sergio- EEEH! Carlos vente anda que nos vamos a echar un guitar hero.
Yo- Lo.. siento..... Debo irme ahora.
Laura- Y eso?
Yo- temas personales, ya os contaré.
Aquella noche estaba demasiado nervioso, necesitaba ir a mi pueblo, así que tuve que ir haciendo autostop.
A la mañana siguiente llegué, pero era demasiado tarde. No tuve tiempo de contarles todo lo que hubiera querido contarles.
Mis padres habían muerto, desde entonces cambié totalmente.
Nunca le dije nada a Sergio ni a nadie de la ciudad ya que no podía.
Pero para esconderlo hacía algunas tonterías ilógicas y la gente se reía de mi.
Aquel fue mi pasado y me avergüenzo de como me tomé que mis padres hubieran muerto.
Un día bastante gente empezó a ir soltando rumores de mi ya que creían que me había vuelto gay y me llamaban maricón!
Yo, no les podía decir lo que verdaderamente sucedió así que simplemente pasé de ellos y seguí con mi vida.
Sergio, me sigue llamando maricón pero no lo hace con mala intención.
Así que creo que ya es hora de contar lo que me pasó ya que este presente que se nos presenta no pinta muy bien, y quiero que entre esta gente y yo, no halla secreto alguno.
Estaba yo en una fiesta en casa de Sergio.
Yo- Jajaja, que buena Sergio, pero a que no te bebes esta de un trago.
Sergio- Quieres verlo?
Jose- Al final este acaba mal.
Laura- Peor que tu? No lo creo.
Francisco- Bueno gente que ya llegaron las pizzas a comer!
Yo- Venga jeje.
Era una noche como cualquiera, me lo estaba pasando bien con mis colegas, cuando recibí aquella llamada.
???- Eres Carlos?
Yo- Si, quien es?
???- Soy el médico Jack Shephard del hospital de Huercal-Overa.
Yo- De mi pueblo jeje, cuanto lo echo de menos. Que ocurre?
???- Deberías venir al hospital.
Yo- Pero si Huercal está a 500 Km.
???- Carlos!.........tus padres, han tenido un accidente y están muy graves, es posible que de esta no salgan.
Yo-............Ok.
Sergio- EEEH! Carlos vente anda que nos vamos a echar un guitar hero.
Yo- Lo.. siento..... Debo irme ahora.
Laura- Y eso?
Yo- temas personales, ya os contaré.
Aquella noche estaba demasiado nervioso, necesitaba ir a mi pueblo, así que tuve que ir haciendo autostop.
A la mañana siguiente llegué, pero era demasiado tarde. No tuve tiempo de contarles todo lo que hubiera querido contarles.
Mis padres habían muerto, desde entonces cambié totalmente.
Nunca le dije nada a Sergio ni a nadie de la ciudad ya que no podía.
Pero para esconderlo hacía algunas tonterías ilógicas y la gente se reía de mi.
Aquel fue mi pasado y me avergüenzo de como me tomé que mis padres hubieran muerto.
Un día bastante gente empezó a ir soltando rumores de mi ya que creían que me había vuelto gay y me llamaban maricón!
Yo, no les podía decir lo que verdaderamente sucedió así que simplemente pasé de ellos y seguí con mi vida.
Sergio, me sigue llamando maricón pero no lo hace con mala intención.
Así que creo que ya es hora de contar lo que me pasó ya que este presente que se nos presenta no pinta muy bien, y quiero que entre esta gente y yo, no halla secreto alguno.
PeKaDoR- Lich King
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia entro por la puerta de la habitación y allí estaba Fernando, mirándola con esos ojos que desde hacía tanto tiempo la cuidaban y protegían a la vez que la daban todo lo que ella necesitaba. Sin embargo, justo en el momento en el que la abrazó, ella sintió una punzada de dolor justo en el corazón. No era nada físico sino más bien algo psicológico. Aquel beso con Simón y volver a ver a Fernando, la trajo recuerdos. Recuerdos que ella pensaba seguían escondidos en el fondo de su memoria...
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Todo pasó unos meses antes de la primera infección. Alicia había conseguido un trabajo temporal mientras se preparaba sus oposiciones. Era tan temporal que sólo iba a durar una semana pero como suele decirse "algo es algo" y podía compaginarlo con su trabajo de camarera los fines de semana. Alicia iba a trabajar como recepcionista en una clínica dental, vaya, su trabajo consistía básicamente en dar citas a los clientes que se presentaban. No era nada del otro mundo pero la iban a pagar.
El último día de trabajo se presentó el hijo de su "jefe" que se presentó como Arturo. También era doctor y ya había montado su propia consulta. Debía de ser muy joven, no mucho mayor que Alicia, era muy guapo y rápidamente se sintió atraída por él. Además, su sonrisa cortaba el aire y él, conquistador nato, no dejaba de sonreirla.
Para evitar problemas con su nuevo empleo, se levantó y fue a hacer fotocopias. Era una sala justo detrás de recepción y allí, roja como un tomate, intentó esconderse. Arturo no se cansaba tan fácilmente, así que la siguió y se colocó en el umbral de la puerta. Sacó una tarjeta y se la dio. "Por si algún día te duele una muela o simplemente quieres salir a cenar o... a lo que sea..."
Justo en ese momento, el padre de Arturo y jefe de Alicia salió de la consulta, acompañado de un paciente. Arturo salió de la sala y Alicia salió a cobrar al paciente.
Estuvo tentada a llamarle varias veces porque las cosas con su pareja no iban nada bien en aquel momento pero lo fue dejando pasar. Dejó a su novio finalmente y se dijo que al día siguiente le llamaria pero el día siguiente no llegó. Los zombies asolaron la ciudad y conoció a Fernando y se reencontró con Arturo. Allí le conoció y la salvó la vida. Jamás le dijo nada de que él hubiese intentado ligar con ella, ni que la conociera de antes. Simplemente, surgió la amistad y Arturo se convirtió en el mejor amigo de Alicia.
Tras la infección, ella empezó a vivir con Fernando y parecía que les iba muy bien todo, a pesar de sus problemas psicológicos causados por los zombies. Sin embargo, durante un par de meses, la realidad fue otra. Alicia estaba segura de que quería a Fernando, no sabía si como amigo, como novio o como padre de sus futuros hijos así que, con las dudas de Alicia y el temperamento de Fernando, discutían continuamente. Fernando decidió irse una semana de acampada con Facundo que estaba de vacaciones para aclarar sus ideas y decidir su futuro con ella.
Todo ocurrió aquel fin de semana. Alicia apenas tenía amigas, unas cuantas del despacho, así llamó a Arturo, su mejor amigo desde la infección y se contaron sus penas junto a una botella de vodka.
- Disimulo bien, ¿verdad? - Dijo Arturo
- ¿A qué te refieres? - Preguntó Alicia intrigada.
- ¿No me reconociste nada más verme? ¿No sabes quién era? Te di mi tarjeta y nunca la usaste.
- Si... supe quién eras al instante pero trabajé para tu padre. También pudiste haberle pedido mi teléfono a él.
- Touché, pequeña Alicia. Me atrajiste desde el primer momento pero... tú eres buena chica. Te mereces a un chico como Fernando y no a un tipo como yo.
- Tú en el fondo no eres tan malo como dices... Te conozco y un poco cabrón si que eres pero eres un cabrón sarcástico y divertido. Me gustas así- Se carcajeó Alicia mientras brindaba con Arturo.
- ¿Te ríes de que soy un cabrón y eso te gusta? - Dijo Arturo apurando las últimas gotas de la botella.
- No, me río de que estuve tentada a llamarte. Iba a hacerlo pero justo al día siguiente unos jodidos podridos intentaban acabar con el puto mundo. Eso sí, el destino quiso que te volviera a conocer - Rió Alicia.
- Si... ¿Y eso no significa nada para ti?
- Sí, que el destino mezcla las cartas...
- .... Y nosotros las jugamos - Dijo Arturo dejando el vaso encima de la mesa y lanzándose a besar a Alicia.
Entre la borrachera, el alcohol y lo demás, Alicia dejó que Arturo la besara. Y la gustó. Era una sensación distinta a la que sentía con Fernando. Durante un mes, estuvieron viéndose a escondidas. Yendo al gimnasio y encontrandose como dos estudiantes cuyos padres les prohíben verse hasta que Alicia se dio cuenta de que así no podían seguir. Tenía que dejar a alguno de los dos pero no sabía por quién decidirse, probablemente fuera Fernando, la daba mayor estabilidad a pesar de sus discusiones... pero lo de Arturo era pura pasión.
Estaba confusa hasta que ambos hicieron algo que la ayudó a decidirse. Fernando la preparó una noche romántica, la llevó a ver toda la ciudad en su coche y cuando llegaron a casa la había cubierto de velas y rosas. Aquella noche hicieron las paces, varias veces y Alicia se dio cuenta de que estaba enamorada de Fernando
Por su parte, Arturo, sin que Alicia le hubiera dicho nada, sabría cual sería su elección. El era un cerdo pero estaba loco por aquella chica. Hacía tiempo que no sentía nada por nadie como lo que sentía por ella, desde que su última novia seria le dejase y se largase sin volver a dar señales de vida (por eso era así) Sintió que, a pesar de lo que él quería, retirarse era lo mejor para ambos.
Fue bonito aquel mes furtivo que vivió con Alicia pero las cosas tenían que terminar entre ellos. Él la quería a ella y ella a él pero ella estaba enamorada de Fernando.
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Todo pasó unos meses antes de la primera infección. Alicia había conseguido un trabajo temporal mientras se preparaba sus oposiciones. Era tan temporal que sólo iba a durar una semana pero como suele decirse "algo es algo" y podía compaginarlo con su trabajo de camarera los fines de semana. Alicia iba a trabajar como recepcionista en una clínica dental, vaya, su trabajo consistía básicamente en dar citas a los clientes que se presentaban. No era nada del otro mundo pero la iban a pagar.
El último día de trabajo se presentó el hijo de su "jefe" que se presentó como Arturo. También era doctor y ya había montado su propia consulta. Debía de ser muy joven, no mucho mayor que Alicia, era muy guapo y rápidamente se sintió atraída por él. Además, su sonrisa cortaba el aire y él, conquistador nato, no dejaba de sonreirla.
Para evitar problemas con su nuevo empleo, se levantó y fue a hacer fotocopias. Era una sala justo detrás de recepción y allí, roja como un tomate, intentó esconderse. Arturo no se cansaba tan fácilmente, así que la siguió y se colocó en el umbral de la puerta. Sacó una tarjeta y se la dio. "Por si algún día te duele una muela o simplemente quieres salir a cenar o... a lo que sea..."
Justo en ese momento, el padre de Arturo y jefe de Alicia salió de la consulta, acompañado de un paciente. Arturo salió de la sala y Alicia salió a cobrar al paciente.
Estuvo tentada a llamarle varias veces porque las cosas con su pareja no iban nada bien en aquel momento pero lo fue dejando pasar. Dejó a su novio finalmente y se dijo que al día siguiente le llamaria pero el día siguiente no llegó. Los zombies asolaron la ciudad y conoció a Fernando y se reencontró con Arturo. Allí le conoció y la salvó la vida. Jamás le dijo nada de que él hubiese intentado ligar con ella, ni que la conociera de antes. Simplemente, surgió la amistad y Arturo se convirtió en el mejor amigo de Alicia.
Tras la infección, ella empezó a vivir con Fernando y parecía que les iba muy bien todo, a pesar de sus problemas psicológicos causados por los zombies. Sin embargo, durante un par de meses, la realidad fue otra. Alicia estaba segura de que quería a Fernando, no sabía si como amigo, como novio o como padre de sus futuros hijos así que, con las dudas de Alicia y el temperamento de Fernando, discutían continuamente. Fernando decidió irse una semana de acampada con Facundo que estaba de vacaciones para aclarar sus ideas y decidir su futuro con ella.
Todo ocurrió aquel fin de semana. Alicia apenas tenía amigas, unas cuantas del despacho, así llamó a Arturo, su mejor amigo desde la infección y se contaron sus penas junto a una botella de vodka.
- Disimulo bien, ¿verdad? - Dijo Arturo
- ¿A qué te refieres? - Preguntó Alicia intrigada.
- ¿No me reconociste nada más verme? ¿No sabes quién era? Te di mi tarjeta y nunca la usaste.
- Si... supe quién eras al instante pero trabajé para tu padre. También pudiste haberle pedido mi teléfono a él.
- Touché, pequeña Alicia. Me atrajiste desde el primer momento pero... tú eres buena chica. Te mereces a un chico como Fernando y no a un tipo como yo.
- Tú en el fondo no eres tan malo como dices... Te conozco y un poco cabrón si que eres pero eres un cabrón sarcástico y divertido. Me gustas así- Se carcajeó Alicia mientras brindaba con Arturo.
- ¿Te ríes de que soy un cabrón y eso te gusta? - Dijo Arturo apurando las últimas gotas de la botella.
- No, me río de que estuve tentada a llamarte. Iba a hacerlo pero justo al día siguiente unos jodidos podridos intentaban acabar con el puto mundo. Eso sí, el destino quiso que te volviera a conocer - Rió Alicia.
- Si... ¿Y eso no significa nada para ti?
- Sí, que el destino mezcla las cartas...
- .... Y nosotros las jugamos - Dijo Arturo dejando el vaso encima de la mesa y lanzándose a besar a Alicia.
Entre la borrachera, el alcohol y lo demás, Alicia dejó que Arturo la besara. Y la gustó. Era una sensación distinta a la que sentía con Fernando. Durante un mes, estuvieron viéndose a escondidas. Yendo al gimnasio y encontrandose como dos estudiantes cuyos padres les prohíben verse hasta que Alicia se dio cuenta de que así no podían seguir. Tenía que dejar a alguno de los dos pero no sabía por quién decidirse, probablemente fuera Fernando, la daba mayor estabilidad a pesar de sus discusiones... pero lo de Arturo era pura pasión.
Estaba confusa hasta que ambos hicieron algo que la ayudó a decidirse. Fernando la preparó una noche romántica, la llevó a ver toda la ciudad en su coche y cuando llegaron a casa la había cubierto de velas y rosas. Aquella noche hicieron las paces, varias veces y Alicia se dio cuenta de que estaba enamorada de Fernando
Por su parte, Arturo, sin que Alicia le hubiera dicho nada, sabría cual sería su elección. El era un cerdo pero estaba loco por aquella chica. Hacía tiempo que no sentía nada por nadie como lo que sentía por ella, desde que su última novia seria le dejase y se largase sin volver a dar señales de vida (por eso era así) Sintió que, a pesar de lo que él quería, retirarse era lo mejor para ambos.
Fue bonito aquel mes furtivo que vivió con Alicia pero las cosas tenían que terminar entre ellos. Él la quería a ella y ella a él pero ella estaba enamorada de Fernando.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Rodrigo estaba de pie junto a una ventana, mirando hacia afuera de forma atontada sin pensar en nada, realmente estaba feliz de haber encontrando a todos sus viejos amigos pero un sentimiento de angustia le corría por el cuerpo al darse cuenta rato antes sintiendo que él podría haber evitado todo ese rollo de los zombies, era algo horrible ciertamente y peor se volvía viendo que podría no haber pasado si hubiese actuado tiempo antes, cuándo estando en el laboratorio le presentaron los dos nuevos zombies que estaban creando, jodidos eran los doctores aquellos que él buscaría para darles caza, hasta que la muerte o algún podrido lo matara.
Cuándo de repente vio un niño zombie, con un ojo salido hacia afuera que le colgaba y cuándo caminaba se golpeaba contra la mejilla, derramando unos líquidos extraños y seguramente desagradables.
Rodrigo por aquella imagen espantosa cerró los ojos, recordando aquel pasado oscuro que todas las noches desde aquella época lo atormentaba, con aquel sentimiento de muerte, frialdad y maldad que a alguna persona débil hubiese conducido al suicido, aunque afortunadamente Rodrigo era fuerte espiritualmente y no se dejaría vencer por tremenda cosa.
Siete años antes....
Todo transcurría cómo estaba planeado, Rodrigo presentaba un buen futuro para los militares y eso lo había ayudado a escalar entre los rangos que allí habían, pero no todo era de color rosa ya que un nuevo reto se presentaba delante de sus ojos al llegarle un pedido para una misión. Esta constaba en viajar a Irak, ya que la guerra había devastado todo vestigio de civilización y los soldados que en esas tierras peleaban ya no eran humanos, todos habían despertado sus bestias internas y compasión ya no sentían, compasión ni miedo ciertamente era. Pero cómo se presentaba fácil la cosa y sólo tenia que eliminar unos objetivos y destruir cosas, Rodrigo aceptó sin dudarlo, ya que su entrenamiento, su escuadrón y las estrategias que llevaban a cabo hacían que esas misiones fueran de rango fácil.
Así que así fue, un oscuro día de invierno, cerca de Julio en un año que parecía que el viento gélido se había decidido en dirigirse todos a donde Rodrigo residía, él se subió al avión que transportaba un grupo de gente, asesinos bien entrenados y con licencia para matar a libre albero. El viaje hasta Irak duró un par de días, todos descansaban y algunos hasta iban bromeando y jugando a las cartas, mientras tanto Rodrigo con su mejor amigo, su mano derecha y el segundo encargado al frente, iban planeando las estrategias, lo que usarían cómo transporte y los objetivos que tan perfectamente debían de hacer.
- Entonces será fácil, según planeamos todo - dijo Jack, convencido de que todo iría bien.
- Debería de serlo colega, pero ya vez que nunca las cosas salen cómo uno quiere...- dijo Rodrigo, siento interrumpido.
-...es por eso que siempre debemos estar preparado para lo peor - se burlo Octavio, interrumpiendo a Rodrigo y diciendo eso en tono de broma.
Rodrigo miró de reojo a Octavio, quién había aparecido de la nada de detrás de Rodrigo. - Así es, y cómo ya veo que todos lo saben, es eso que hace que nuestro escuadrón, sea lo mejor de lo mejor, la élite de la élite - dijo Rodrigo luego, volviendo la vista a los papeles con planos que habían reposados contra una pequeña mesa armada de forma rápida con algunos objetos que allí dentro habían encontrado.
Jack rió un poco, recordando buenos momentos que habían pasado juntos, ellos eran colegas desde que habían entrando por primera vez a una academia militar, cuándo estaban en secundaria. - Vale, hagamos eso y que sea lo que Dios quiera...- finalizó él.
Comenzó a alertar el cartel rojo que había, el mismo decía que se agarraran de lo que pudieran y eso solo podía significar que estaban llegando a la zona indicara, la zona roja cómo solía bromear uno de los integrantes del escuadrón. Media hora después todos estaban de pie sobre aquella línea de asfalto que pretendía hacer de pista de aterrizaje. Aun estaban en zona segura así que todos estaban o pretendían estar tranquilos, Rodrigo los miró y al verlos así sintió que algo iría mal, tanta tranquilidad y silencio en un lugar cómo aquel no era merito de algo bueno. Al pasar una media hora más en la cuál todos bromeaban, contaban relatos o alardeaban sobre la suerte que tenían con las mujeres llegó un vehículo, era una especie de tanque de guerra, combinado con las ruedas que llevaban los automóviles anfibios esos usados para desembarcar en las playas. Todos se quedaron mirando un poco extrañados a ese automóvil ya que era una novedad jamás antes vista por ninguno de los presentes, todo el estado de intriga de ellos se cortó cuándo bajó del mismo una mujer, quién se dirigió a donde los demás estaban sentados y que algunos ya secreteaban con otros sobre el estado físico de aquella.
- Buenas noches caballeros, mi nombre es Elise y seré su inteligencia en esta misión - dijo ella presentándose y estrechado la mano a Rodrigo, quién era el capitán.
- Mi nombre es Rodrigo, soy el capitán. - Dijo el estrechándole la mano a ella, luego la soltó de forma rápida y comenzó a apuntar a los demás uno por uno. - Ellos son Jack, quién es mi mano derecha, Octavio, Carlos, Blaz quién es Alemán y finalmente pero no por eso menos importante Lee nuestro arsenal andante, según le decimos - dijo Rodrigo, sonriendo un poco pero de forma mala.
Algunos siguieron hablando entre susurro sobre aquella hermosa mujer, mientras que Rodrigo los miraba de reojo cómo se de niños chicos y maleducados se tratase. - Bien vayamos al grano, en ese coche iremos a donde está registrado en los archivos, no? - preguntó Rodrigo.
- Así es, y ahora no se hable más, diríjanse inmediatamente a cumplir los objetivos antes de que me caiga una bronca de los superiores encima...- dijo Elise y sin esperar a más se alejo del lugar, entrando al avión de donde rato antes habían descendido todos.
Sin decir palabra alguna más todos se subieron al automóvil, uno se introdujo por el hoyo del techo y se quedó encargado de la ametralladora, los demás terminaron de ajustarse los cascos protectores, el chaleco y se pusieron a cargar las armas, guardarlas de forma correcta para aprontarse psicológica mente para la acción. Transcurrieron una hora más, al menos, en la cuál Jack conducía el automóvil aquel, Octavio se encontraba sentado casi en la ultima fila y Rodrigo se encontraba en el lugar del acompañante, junto a Jack mientras que miraba por una ventanilla hacia afuera, analizando el ambiente y los medios que habían para escapar del lugar cuándo todo terminara.
En un tramo que terminaba en un supuesto poblado, Jack apagó las luces del automóvil y todos quedaron en silencio, aprontando las armas, de forma sigilosa y silenciosa se fueron acercando aun sin descender del vehículo hasta que llegaron a unas rocas bastantes grandes, detrás comenzaba el poblado. Todos descendieron ahora sin hacer ni el más mínimo ruido, lo único que se escuchó fue el "clank" de las armas al ser destrabadas y luego el sonido de suaves pasos sobre la malesa tan poco densa del lugar. Se separaron en dos grupos de tres personas, Rodrigo, Jack y Octavio iban por el flanco derecho y Carlos, Blaz y Lee fueron por el flanco izquierdo, tenían ya las casas más importantes rodeadas, cuándo sonó una alarma, era la alerta de que la mini guerra estaba por comenzar y era la alerta que debía de poner en posición de tiro a los jovenes del escuadrón, finalmente fue así que sucedió ya que todos estaban pronto, comenzaron a salir hombres con armas de dentro de la casa, de a dos, de a tres, todos caían bajo la lluvia de balas provenientes de ambos escuadrones aliados que estaban posicionados a los lados.
Mataron al menos a veinte personas, quizás más, hasta que comenzó la segunda parte, que era fusilar la casa por todos lados y luego entrar para colocar una bomba y así acabar con uno de los mayores cárteles de droga que aprovechaban el estado de ese país para producir y importar sus cosas. Así ambos grupos dispararon de forma violenta en contra de la casa, acribillándola por todos lados, hasta que el silencio inundó todo, haciendo que aquello pareciese un lugar salido de una película de terror.
Todos se reunieron y entraron por la puerta delantera, hasta llegar a la mitad de la casa donde era notorio que las balas había llegado ya que había agujeros por todos lados y algún que otro cadáver de mujer o hombre que largando sangre a chorretadas yacían en el suelo, algunos reventados. Esa imagen no era para nada perturbante a aquel grupo de asesinos reglamentados, Rodrigo seguía en la delantera de todos y los demás apuntando hacia todos lados caminaban tras él.
Cuándo llegaron a una puerta de roble enorme que no tenía hoyos de balas pero si tenía a ambos lados de la pared, así que todo debía ser seguro, Rodrigo abrió la puerta y fue tan grande la impresión que se llevó que casi se cae hacia atrás, aunque pudo simular un poco y seguir rígido de pie, mirando hacia dentro y notando como todos asomaban la cabeza para mirar se expresaron con la cara de terror todos.
Era una jodida imagen, sangre por todas las paredes y aquella horrible canción infantil que de seguro dejó marcados a todos de por vida, en el suelo, tirados de a montones yacían los cadáveres de niños, quizás treinta pequeños niños, quizás más. Todos ellos llenos de plomo, agujeros de balas por todos lados y alguno que otro sin pedazos de cabeza, cara o partes del cuerpo, al haber juguetes tirados por todos lados, algunos dibujos en las paredes daba un aire de inocencia, culpabilidad y masacre que aquello había sido.
Desde ese día Rodrigo no volvió a ser el mismo, su personalidad había cambiado y aunque seguía igual de violento su carácter se había vuelto más duro, era imposible corromperlo y ya estaba preparado para ver lo que sea, ya que pensaba él que jamás vería algo peor a lo que ese día vio, hasta que claro, comenzó la infección y al entrar a aquel centro comercial y haber matado a aquellas personas todo cambió para su punto de vista.
Cuándo de repente vio un niño zombie, con un ojo salido hacia afuera que le colgaba y cuándo caminaba se golpeaba contra la mejilla, derramando unos líquidos extraños y seguramente desagradables.
Rodrigo por aquella imagen espantosa cerró los ojos, recordando aquel pasado oscuro que todas las noches desde aquella época lo atormentaba, con aquel sentimiento de muerte, frialdad y maldad que a alguna persona débil hubiese conducido al suicido, aunque afortunadamente Rodrigo era fuerte espiritualmente y no se dejaría vencer por tremenda cosa.
Siete años antes....
Todo transcurría cómo estaba planeado, Rodrigo presentaba un buen futuro para los militares y eso lo había ayudado a escalar entre los rangos que allí habían, pero no todo era de color rosa ya que un nuevo reto se presentaba delante de sus ojos al llegarle un pedido para una misión. Esta constaba en viajar a Irak, ya que la guerra había devastado todo vestigio de civilización y los soldados que en esas tierras peleaban ya no eran humanos, todos habían despertado sus bestias internas y compasión ya no sentían, compasión ni miedo ciertamente era. Pero cómo se presentaba fácil la cosa y sólo tenia que eliminar unos objetivos y destruir cosas, Rodrigo aceptó sin dudarlo, ya que su entrenamiento, su escuadrón y las estrategias que llevaban a cabo hacían que esas misiones fueran de rango fácil.
Así que así fue, un oscuro día de invierno, cerca de Julio en un año que parecía que el viento gélido se había decidido en dirigirse todos a donde Rodrigo residía, él se subió al avión que transportaba un grupo de gente, asesinos bien entrenados y con licencia para matar a libre albero. El viaje hasta Irak duró un par de días, todos descansaban y algunos hasta iban bromeando y jugando a las cartas, mientras tanto Rodrigo con su mejor amigo, su mano derecha y el segundo encargado al frente, iban planeando las estrategias, lo que usarían cómo transporte y los objetivos que tan perfectamente debían de hacer.
- Entonces será fácil, según planeamos todo - dijo Jack, convencido de que todo iría bien.
- Debería de serlo colega, pero ya vez que nunca las cosas salen cómo uno quiere...- dijo Rodrigo, siento interrumpido.
-...es por eso que siempre debemos estar preparado para lo peor - se burlo Octavio, interrumpiendo a Rodrigo y diciendo eso en tono de broma.
Rodrigo miró de reojo a Octavio, quién había aparecido de la nada de detrás de Rodrigo. - Así es, y cómo ya veo que todos lo saben, es eso que hace que nuestro escuadrón, sea lo mejor de lo mejor, la élite de la élite - dijo Rodrigo luego, volviendo la vista a los papeles con planos que habían reposados contra una pequeña mesa armada de forma rápida con algunos objetos que allí dentro habían encontrado.
Jack rió un poco, recordando buenos momentos que habían pasado juntos, ellos eran colegas desde que habían entrando por primera vez a una academia militar, cuándo estaban en secundaria. - Vale, hagamos eso y que sea lo que Dios quiera...- finalizó él.
Comenzó a alertar el cartel rojo que había, el mismo decía que se agarraran de lo que pudieran y eso solo podía significar que estaban llegando a la zona indicara, la zona roja cómo solía bromear uno de los integrantes del escuadrón. Media hora después todos estaban de pie sobre aquella línea de asfalto que pretendía hacer de pista de aterrizaje. Aun estaban en zona segura así que todos estaban o pretendían estar tranquilos, Rodrigo los miró y al verlos así sintió que algo iría mal, tanta tranquilidad y silencio en un lugar cómo aquel no era merito de algo bueno. Al pasar una media hora más en la cuál todos bromeaban, contaban relatos o alardeaban sobre la suerte que tenían con las mujeres llegó un vehículo, era una especie de tanque de guerra, combinado con las ruedas que llevaban los automóviles anfibios esos usados para desembarcar en las playas. Todos se quedaron mirando un poco extrañados a ese automóvil ya que era una novedad jamás antes vista por ninguno de los presentes, todo el estado de intriga de ellos se cortó cuándo bajó del mismo una mujer, quién se dirigió a donde los demás estaban sentados y que algunos ya secreteaban con otros sobre el estado físico de aquella.
- Buenas noches caballeros, mi nombre es Elise y seré su inteligencia en esta misión - dijo ella presentándose y estrechado la mano a Rodrigo, quién era el capitán.
- Mi nombre es Rodrigo, soy el capitán. - Dijo el estrechándole la mano a ella, luego la soltó de forma rápida y comenzó a apuntar a los demás uno por uno. - Ellos son Jack, quién es mi mano derecha, Octavio, Carlos, Blaz quién es Alemán y finalmente pero no por eso menos importante Lee nuestro arsenal andante, según le decimos - dijo Rodrigo, sonriendo un poco pero de forma mala.
Algunos siguieron hablando entre susurro sobre aquella hermosa mujer, mientras que Rodrigo los miraba de reojo cómo se de niños chicos y maleducados se tratase. - Bien vayamos al grano, en ese coche iremos a donde está registrado en los archivos, no? - preguntó Rodrigo.
- Así es, y ahora no se hable más, diríjanse inmediatamente a cumplir los objetivos antes de que me caiga una bronca de los superiores encima...- dijo Elise y sin esperar a más se alejo del lugar, entrando al avión de donde rato antes habían descendido todos.
Sin decir palabra alguna más todos se subieron al automóvil, uno se introdujo por el hoyo del techo y se quedó encargado de la ametralladora, los demás terminaron de ajustarse los cascos protectores, el chaleco y se pusieron a cargar las armas, guardarlas de forma correcta para aprontarse psicológica mente para la acción. Transcurrieron una hora más, al menos, en la cuál Jack conducía el automóvil aquel, Octavio se encontraba sentado casi en la ultima fila y Rodrigo se encontraba en el lugar del acompañante, junto a Jack mientras que miraba por una ventanilla hacia afuera, analizando el ambiente y los medios que habían para escapar del lugar cuándo todo terminara.
En un tramo que terminaba en un supuesto poblado, Jack apagó las luces del automóvil y todos quedaron en silencio, aprontando las armas, de forma sigilosa y silenciosa se fueron acercando aun sin descender del vehículo hasta que llegaron a unas rocas bastantes grandes, detrás comenzaba el poblado. Todos descendieron ahora sin hacer ni el más mínimo ruido, lo único que se escuchó fue el "clank" de las armas al ser destrabadas y luego el sonido de suaves pasos sobre la malesa tan poco densa del lugar. Se separaron en dos grupos de tres personas, Rodrigo, Jack y Octavio iban por el flanco derecho y Carlos, Blaz y Lee fueron por el flanco izquierdo, tenían ya las casas más importantes rodeadas, cuándo sonó una alarma, era la alerta de que la mini guerra estaba por comenzar y era la alerta que debía de poner en posición de tiro a los jovenes del escuadrón, finalmente fue así que sucedió ya que todos estaban pronto, comenzaron a salir hombres con armas de dentro de la casa, de a dos, de a tres, todos caían bajo la lluvia de balas provenientes de ambos escuadrones aliados que estaban posicionados a los lados.
Mataron al menos a veinte personas, quizás más, hasta que comenzó la segunda parte, que era fusilar la casa por todos lados y luego entrar para colocar una bomba y así acabar con uno de los mayores cárteles de droga que aprovechaban el estado de ese país para producir y importar sus cosas. Así ambos grupos dispararon de forma violenta en contra de la casa, acribillándola por todos lados, hasta que el silencio inundó todo, haciendo que aquello pareciese un lugar salido de una película de terror.
Todos se reunieron y entraron por la puerta delantera, hasta llegar a la mitad de la casa donde era notorio que las balas había llegado ya que había agujeros por todos lados y algún que otro cadáver de mujer o hombre que largando sangre a chorretadas yacían en el suelo, algunos reventados. Esa imagen no era para nada perturbante a aquel grupo de asesinos reglamentados, Rodrigo seguía en la delantera de todos y los demás apuntando hacia todos lados caminaban tras él.
Cuándo llegaron a una puerta de roble enorme que no tenía hoyos de balas pero si tenía a ambos lados de la pared, así que todo debía ser seguro, Rodrigo abrió la puerta y fue tan grande la impresión que se llevó que casi se cae hacia atrás, aunque pudo simular un poco y seguir rígido de pie, mirando hacia dentro y notando como todos asomaban la cabeza para mirar se expresaron con la cara de terror todos.
Era una jodida imagen, sangre por todas las paredes y aquella horrible canción infantil que de seguro dejó marcados a todos de por vida, en el suelo, tirados de a montones yacían los cadáveres de niños, quizás treinta pequeños niños, quizás más. Todos ellos llenos de plomo, agujeros de balas por todos lados y alguno que otro sin pedazos de cabeza, cara o partes del cuerpo, al haber juguetes tirados por todos lados, algunos dibujos en las paredes daba un aire de inocencia, culpabilidad y masacre que aquello había sido.
Desde ese día Rodrigo no volvió a ser el mismo, su personalidad había cambiado y aunque seguía igual de violento su carácter se había vuelto más duro, era imposible corromperlo y ya estaba preparado para ver lo que sea, ya que pensaba él que jamás vería algo peor a lo que ese día vio, hasta que claro, comenzó la infección y al entrar a aquel centro comercial y haber matado a aquellas personas todo cambió para su punto de vista.
.:Rodriux:.- Superviviente
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Ariel.
Los zombies se acercaban a Joker, quien se dedicaba a apuntar a estos, esperando el momento para abrir fuego. Echó una mirada al cadáver del zombie, comprobando que esté muerto por completo.
La sangre manchó la pared y el piso. Joker bajó las armas, recordando un siniestro hecho de su niñez.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Má, ¿papá de que trabaja?- insinuó el pequeño Ariel.
La madre estaba cocinando, cuando paró de hacerlo. Ese interrogante era difícil de contestar.
-Trabaja en el gobierno, hijo. Y hacé la tarea, que no quiero otra mala nota de parte de la profesora-
Ariel resopló indignado. Siempre la misma respuesta a su interrogante.
*********************************************************
Diez años después. Ariel caminaba solitario junto con su bicicleta por el barrio. Llevaba la mochila y el uniforme del colegio. El frío helado hacía tiritar al muchacho.
Su casa estaba a cinco cuadras de allí. Su madre seguramente estaría enfadada porque llegó tarde, pero él no pudo resistir jugar con sus compañeros a la pelota. Estaba pensado una excusa, cuando oyó un cohete.
No, no era un cohete, era un disparo. En ese momento Ariel sintió miedo. Una corazonada le indicaba que debía apurarse. El joven montó en la bicicleta y pedaleó como pudo.
Llegó a casa. Había guardado la bicicleta en el jardín delantero cuando sintió algo extraño en el ambiente. Estaba muy silencioso, como si no hubiera nadie en la casa.
-Má, llegué.- No obtuvo respuesta.
Subió las escaleras al primer piso. Dejó escapar un gemido de tristeza.
Era de noche cuando llegó el padre a casa. Se sentía preocupado, sentía el mismo miedo que sintió el hijo en la calle.
Abrió la puerta, y se encontró con su hijo en la cocina, sentado en la mesa. Estaba cruzado de brazos, metiendo la cabeza entre estos.
El padre se puso pálido. Corrió hacia las escaleras y las subió con rapidez. Segundos después volvía tomándose la cabeza, con las lágrimas recorriendo su rostro.
Ariel lloraba por lo bajo, maldiciendose a sí mismo, pensando que si no se hubiera entretenido en el camino podría haberlo evitado.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Joker bajó las armas y las guardó, se dio vuelta y corrió. No quería ver más sangre derramada.
La sangre manchó la pared y el piso. Joker bajó las armas, recordando un siniestro hecho de su niñez.
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-Má, ¿papá de que trabaja?- insinuó el pequeño Ariel.
La madre estaba cocinando, cuando paró de hacerlo. Ese interrogante era difícil de contestar.
-Trabaja en el gobierno, hijo. Y hacé la tarea, que no quiero otra mala nota de parte de la profesora-
Ariel resopló indignado. Siempre la misma respuesta a su interrogante.
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Diez años después. Ariel caminaba solitario junto con su bicicleta por el barrio. Llevaba la mochila y el uniforme del colegio. El frío helado hacía tiritar al muchacho.
Su casa estaba a cinco cuadras de allí. Su madre seguramente estaría enfadada porque llegó tarde, pero él no pudo resistir jugar con sus compañeros a la pelota. Estaba pensado una excusa, cuando oyó un cohete.
No, no era un cohete, era un disparo. En ese momento Ariel sintió miedo. Una corazonada le indicaba que debía apurarse. El joven montó en la bicicleta y pedaleó como pudo.
Llegó a casa. Había guardado la bicicleta en el jardín delantero cuando sintió algo extraño en el ambiente. Estaba muy silencioso, como si no hubiera nadie en la casa.
-Má, llegué.- No obtuvo respuesta.
Subió las escaleras al primer piso. Dejó escapar un gemido de tristeza.
Era de noche cuando llegó el padre a casa. Se sentía preocupado, sentía el mismo miedo que sintió el hijo en la calle.
Abrió la puerta, y se encontró con su hijo en la cocina, sentado en la mesa. Estaba cruzado de brazos, metiendo la cabeza entre estos.
El padre se puso pálido. Corrió hacia las escaleras y las subió con rapidez. Segundos después volvía tomándose la cabeza, con las lágrimas recorriendo su rostro.
Ariel lloraba por lo bajo, maldiciendose a sí mismo, pensando que si no se hubiera entretenido en el camino podría haberlo evitado.
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Joker bajó las armas y las guardó, se dio vuelta y corrió. No quería ver más sangre derramada.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Fecha de inscripción : 30/05/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
''Lazaro, levantate y anda''
__________________________________
Aquel fatidico dia...
________________________________________________________________________________________________
El grupo se dirigia hacia una puerta, que deberia llevarlos a la cocina.
El asesino, fue a abrirla, pero no lo hizo, algo iba mal, se oian maderas crujir, olia a ceniza.
-¿Que haces?, abrela- Dijo Sergio, que se dirijio a la puerta y fue a girar el pomo.
-¡No imbecil!- El asesino cogio a Sergio y lo lanzo lejos de la puerta, demasiado tarde, la puerta se abrio y un Back Draft lanzo al asesino por los aires.
El asesino vio como se le acercaban a ayudarlo, los ojos se le empezaron a cerrar, entonces recordó...
_______________________________________________________________________________________________
3 Años antes
-¿Y por que quieres matarlo?- Preguntó el asesino.
-No quiero matarlo, quiero que lo mates- Le respondio su amigo.
-Ya te lo he explicado, tu eres el asesino, yo solo soy el arma, ¿de acuerdo?, don ''multimillonario con aceso a informacion privilegiada''- Dijo el asesino con sarcasmo, su amigo rió.
-Bueno, al tema- Dijo. -Ha estado trabajando en el ''Proyecto Lazaro'', todavia no se con exactitud lo que es, pero mira esto. El hombre dejo un monton de fotos en la mesa, multitud de cadaveres, jeringuillas con extrañas sustancias, tanques de liquidos extraños con cuerpos flotando, con tubos conectados al cuerpo.
-Joder- Dijo el asesino. -Dime donde encontrarlo-.
Varias horas mas tarde
El asesino conducia un coche cargado de explosivos, su objetivo, Bob Page, tenia que pasar por una calle cercana para asistir a una conferencia.
El plan: estrellar el coche contra el.
No era su estilo, pero era la unica manera, Page contaba con un ejercito privado, que lo protegia dia y noche.
La limusina apareció por fin, girando una esquina a lo lejos, iba rodeado de coches negros, donde irian su hombres.
-Bien- Pensó -Es la hora-. El asesino arrancó el coche, y se dirigio a su objetovo con velocidad, salto del coche a unos 100 metro del objetivo, que se habia parado en un semaforo en rojo, el acelerador estaba pillado asi que no habria problemas, temporizador activado.
El asesino rodó por el suelo al saltar del coche, se levanto y observo, iba a disfrutar.
De repente, sucedio algo que no habia previsto, un autobus escolar aparecio por otra calle, cargado de niños, apenas tendrian 10 años. El asesino observo sus caras felices, llevaban la ventanilla abierta, iban cantando, felices, despreocupados...todos murieron en la explosion.
Desde aquel fatidico dia, el asesino empezo a tener pesadillas por las noches, pesadillas, que no han dejado nunca de perseguirle.
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Aquel fatidico dia...
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El grupo se dirigia hacia una puerta, que deberia llevarlos a la cocina.
El asesino, fue a abrirla, pero no lo hizo, algo iba mal, se oian maderas crujir, olia a ceniza.
-¿Que haces?, abrela- Dijo Sergio, que se dirijio a la puerta y fue a girar el pomo.
-¡No imbecil!- El asesino cogio a Sergio y lo lanzo lejos de la puerta, demasiado tarde, la puerta se abrio y un Back Draft lanzo al asesino por los aires.
El asesino vio como se le acercaban a ayudarlo, los ojos se le empezaron a cerrar, entonces recordó...
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3 Años antes
-¿Y por que quieres matarlo?- Preguntó el asesino.
-No quiero matarlo, quiero que lo mates- Le respondio su amigo.
-Ya te lo he explicado, tu eres el asesino, yo solo soy el arma, ¿de acuerdo?, don ''multimillonario con aceso a informacion privilegiada''- Dijo el asesino con sarcasmo, su amigo rió.
-Bueno, al tema- Dijo. -Ha estado trabajando en el ''Proyecto Lazaro'', todavia no se con exactitud lo que es, pero mira esto. El hombre dejo un monton de fotos en la mesa, multitud de cadaveres, jeringuillas con extrañas sustancias, tanques de liquidos extraños con cuerpos flotando, con tubos conectados al cuerpo.
-Joder- Dijo el asesino. -Dime donde encontrarlo-.
Varias horas mas tarde
El asesino conducia un coche cargado de explosivos, su objetivo, Bob Page, tenia que pasar por una calle cercana para asistir a una conferencia.
El plan: estrellar el coche contra el.
No era su estilo, pero era la unica manera, Page contaba con un ejercito privado, que lo protegia dia y noche.
La limusina apareció por fin, girando una esquina a lo lejos, iba rodeado de coches negros, donde irian su hombres.
-Bien- Pensó -Es la hora-. El asesino arrancó el coche, y se dirigio a su objetovo con velocidad, salto del coche a unos 100 metro del objetivo, que se habia parado en un semaforo en rojo, el acelerador estaba pillado asi que no habria problemas, temporizador activado.
El asesino rodó por el suelo al saltar del coche, se levanto y observo, iba a disfrutar.
De repente, sucedio algo que no habia previsto, un autobus escolar aparecio por otra calle, cargado de niños, apenas tendrian 10 años. El asesino observo sus caras felices, llevaban la ventanilla abierta, iban cantando, felices, despreocupados...todos murieron en la explosion.
Desde aquel fatidico dia, el asesino empezo a tener pesadillas por las noches, pesadillas, que no han dejado nunca de perseguirle.
Última edición por PauTL el Miér Jun 23, 2010 3:00 am, editado 1 vez
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
El pasado nunca olvida
Hace 2 años
.................................
-¿Nos pueden dejar solos?-preguntó Bergen.
-Claro chicos, os dejaremos solos-contestaron Alicia y Facundo saliendo de la habitación.
-Fernando ambos sabemos que esta herida no es de un cristal estoy infectado y no quiero combertirme en uno de ellos. ¿Te puedo pedir un favor?-preguntó Bergen
-Mm... espero que no estes pensando en...-dijo Fernando sin poder terminar.
-Si Fernando quiero que me pegues un tiro, por favor. No quiero terminar como ellos de ahi fuera y despidete de ellos por mi, yo no podria- contestó Bergen pasandole su pistola.
Ambos salieron de la habitación y fueron hacia la puerta, en la que estaban Jorge y Arturo custodiandola. Bergen abrió la puerta y salió respirando profundamente.
Fernando lo siguió resignandose en la acción que tendria que hacer.
Bergen iba murmurando algo, por lo que pudo escuchar Fernando se dió cuenta de que estaba recitando un padre nuestro cristiano.
Bergen se sento en el suelo y se puso de rodillas y dijo en alto unas palabras.
-Perdoname Padre pero he pecado, ahora solo busco la pazdijo tajante Bergen.
Fernando lo hizo levantarse nadie merecia morir de rodillas, Bergen obedeció y cerró los ojos. Fernando apretó la pistola con la mano y antes de disparar se despidió de Bergen.
Apretó la pistola otra vez y apuntó a la cabeza, un tiro certero evitaria el sufrimiento. Un disparo resonó fuera.
........................................................
Esta conversación y su suceso posterior no dejaba de atormentar a Fernando, ahora volvió a su mente al ver todos los cuerpos y zombies por todo el recinto.
Toda la tensión que habia soportado Fernando ahora era cada vez más grande, esta situacion le superaba con creces. Todo se habia truncado, su vida, sus relaciones y para más tensión Simón seguia vivo e intentaba acabar con Alicia.
No lo podía permitir, pensó Fernando absorto a toda situacion exterior. Su cuerpo estaba presente pero su mente se encontraba muy lejos de alli.
-Tu, oye tio, ¿estas bien?-preguntó Rodrigo situandose delante de Fernando.
-Ehm... si, si.-contestó Fernando sin saber que le habian preguntado.
Los supervivientes caminaban en la dirección al disparo. Rodrigo observaba a Fernando extrañado, le veia demasiado nervioso. Vale que su situación no fuera la mejor del mundo, pero era muy peligroso dejar que Fernando se distrajera tanto.
Rodrigo se plantó delante de Fernando y soltó una orden mirandolo frente a frente.
-¿Pero qué coño te pasa?-preguntó Rodrigo cogiendole del hombro.
-Nada, no seas pesado-contestó Fernando.
-No me jodas tio, estas absorto en tu mundo y en cualquier momento te pueden atacar. Dime que cojones te pasa.
-Es solo un recuerdo que me recome por dentro, tan solo eso. La boda me ha puesto de los nervios y para colmo los putos zombies me joden la boda, el cura no es un verdadero cura.
-¿Qué recuerdo, no será....?
-No creo que ni lo intullas, recuerdas lo de Bergen. Pues no quiero que vuelva a pasar, pensé que lo supere enseguida y que fue como un favor, pero no. No quiero que vuelva a ocurrir.
-Mmmm... entiendo, solo una cosa te digo: Estate atento joder no permitas que vuelva a ocurrir y punto.
----------------------------
Ya me volvera la inspiración. Gracias a todos por mantener a salvo a mi personaje. mientras tenga el pc de mi hermana podre echarle un ojo de vez en cuando.
Toletum- Jefe de Los Barbaros
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
4 MESES ANTES DE LA BODA
*Los siguientes diálogos son hablados originalmente en alemán.
Volker estaba detrás de la puerta de su hija escuchando gritos y floreros que se rompían, poco después tuvo que hacerse a un lado debido a que la puerta se abrió de golpe. Ahora el ruido era en el pasillo, Volker podía ver a un hombre gritando y haciendo aspavientos. Al anciano no le gustaba nada la forma en que ese sujeto se comportaba, así que se llevó la mano al bolsillo del pantalón donde tenía un revólver cargado y listo para ser usado.
En ese momento, Agatha salió de la habitación y se paró en medio del pasillo, volteó a ver a Volker y con una señal le ordenó no intervenir, siguió gritándose con el hombre y al cabo de un par de minutos, el sujeto salió de la casa azotando la puerta principal.
-¡Odio a los hombres, a todos y cada uno! –vociferaba Agatha azotando adornos que tenía cerca.
-Tranquila, hija –dijo Volker tratando de calmarla-. No resultó en esta ocasión, pero pronto lo conseguiremos.
-Ya no quiero más muertes, padre.
-Serán las necesarias.
-¡Pero mira! Tenemos todo lo que soñamos, muebles, adornos lujosos, hasta un auto convertible.
-Pero todo eso se esfuma, querida hija –dijo Volker con una mirada siniestra-. En un par de años tendremos que deshacernos de todo, nos quedaremos sin lujos, sin dinero. Y tu belleza no es eterna, si no conseguimos un ingreso constante de por vida, tu belleza se irá al caño.
-Quiero encontrar el amor, padre… No quiero seguir estafando a los demás.
-Y lo encontrarás, hija, lo encontrarás.
Volker tomó el periódico que estaba encima del sofá, le dio una hojeada y se acarició la barba grisácea.
***
Blue Zombies arrasó esa noche en Düsseldorf, una ciudad alemana con un gusto muy especial por la música pesada, a la mañana siguiente el grupo partiría a Stuttgart para seguir la gira por Alemania, pero antes fueron a un pequeño bar llamado “Tote Katze”. Jorge decidió quedarse a leer un poco en el hotel, al igual que Facundo, que sentía especial interés por los programas televisivos alemanes. Los otros tres músicos se dieron cita y bebían cerveza tras cerveza.
-I love the german beer –decía Will Perkins mientras apuraba tragos sostenidos de cerveza, pero cuyo líquido terminaba en buena medida en la ropa del bajista.
-PROST! (¡salud!) –gritó Aaron Grant a todo pulmón, para que todos los asistentes al “Tote Katze” brindaran con él.
Durante aquella noche, Will, Aaron y Zed bebieron una cerveza tras otra. Mucha gente se acercaba a ellos para conversar o pedirles su autógrafo; en realidad el único que pudo comunicarse con ellos en un alemán fluido fue Zed, que era amante de las lenguas extranjeras.
El lugar era un hervidero de risas y alegría, excepto por una figura que estaba sentada en un rincón sin apartar la vista de los Blue Zombies. Un anciano originario de esa misma ciudad de Düsseldorf llamado Volker. Era apenas la segunda cerveza de la noche y la bebía muy lentamente, se dedicaba a observar todo lo que sucedía.
De pronto, la alegría que predominaba en el ambiente se vino abajo. Uno de los ebrios del lugar empujó a Zed e hizo que cayera al suelo.
-Fühlen Sie sich eine Menge Dinge? (¿Te sientes gran cosa?) –recriminó aquel hombre al vocalista de Blue Zombies.
-Stück Scheiße (pedazo de mierda) –contestó Zed, que se había levantado y tomó al otro hombre por el cuello de la camisa.
Inmediatamente, Aaron y Will separaron a Zed de aquel individuo en estado alcohólico, sabían de lo que era capaz el enorme mastodonte que estaba ahí, con las venas de la frente casi al borde de reventar. Pronto más gente se interpuso, y echaron a aquel sujeto del “Tote Katze”, todo volvió a la normalidad.
Tres cuartos de hora más tarde, Zed sintió una creciente necesidad de orinar los tres litros de cerveza que tenía encima. Así que con paso vacilante se dirigió a los sanitarios. Cuando llegó a ellos, estaba lleno de gente y un penetrante olor a orina y vómito, así que Zed decidió salir a la calle.
Eran alrededor de las 4 de la madrugada, así que la calle estaba sola y podía hacer sus necesidades en cualquier lugar, sólo avisó a Will que saldría un momento, pero Volker lo estaba vigilando, y decidió salir detrás de él.
Zed estaba orinando a espaldas de aquel lugar en un pequeño callejón, con la mano izquierda se recargaba en la pared para no perder el equilibrio, con la derecha no hace falta decir qué hacía. Zed tarareaba y cantaba arrastrando las letras su viejo éxito “Fucking politicians”. Cuando volteó, estaba parado frente a él aquel ebrio con el que discutió minutos antes.
-Du schon wieder? (¿Tú de nuevo?) –dijo Zed con fastidio.
El hombre aún estaba lleno de furia, y empujó a Zed contra el muro, pudo darle un par de golpes en las costillas. Zed estaba de rodillas en el suelo, y el dolor le hizo tomar más coraje y levantarse.
Zed cargó por los hombros a aquel hombre y lo azotó contra la pared del callejón, el sujeto estaba fulminado, pero en un arranque de ira, Zed lo pateó estando en el suelo. Era una bestia, mientras más azotaba a aquel hombre más enojado estaba, lo que tenía que pasar, sucedió…
Después de un rato, Zed estaba más tranquilo, se acercó al hombre y se dio cuenta de que estaba muerto. No supo qué hacer, lo primero que le vino a la mente era correr, así que se levantó de ahí y salió a paso veloz del callejón. Estaba a punto de doblar la esquina que le llevaría de vuelta al “Tote Katze”, cuando una voz fría y escrupulosa lo detuvo.
*El siguiente diálogo también es en alemán originalmente:
-¿A dónde tan rápido? –dijo Volker.
-¿Quién eres tú? –preguntó Zed nervioso volteando a todos lados.
-Mi nombre no importa, lo que importa es lo que acabo de ver.
-Él se lo buscó, él empezó la pelea.
-El pobre infeliz no me importa, era un borracho cualquiera. Pero tú, una notable estrella del heavy, en la cárcel por una basura como él… Una pena en realidad.
Zed enfureció y dio un par de pasos hacia Volker, quien inmediatamente extrajo de la bolsa de su abrigo el revólver que siempre llevaba con él. Zed se detuvo en seco y sólo se limitó a rechinar los dientes por la furia que le inundaba.
-Pequeño imbécil, creí que hablaba con un adulto –dijo Volker con una sonrisa siniestra-. Además, dos muertos en una noche son demasiados para ti.
-¿Qué quieres? ¡Mátame si eso te hace feliz!
-No, matarte me convertiría en el ogro más grande del planeta, muchos sufrirían tu ausencia. Sólo quiero vivir bien, darme algunos lujos.
-¿Dinero? ¡Toma! –lanzó Zed un puñado de euros al suelo-. Métetelo por el culo y sé feliz.
-No me has entendido… quiero medio millón de euros mensualmente en mi cuenta bancaria, para las ventas que tienes actualmente eso sólo representará una pérdida que no te dejará en la miseria.
-No te daré esa cantidad, ve y acúsame si tienes las agallas.
-Yo era uno de esos viejos que se resisten al cambio, mi pequeña Agatha una y otra vez me animaba a usar teléfonos móviles, ahora agradezco su insistencia. Es tan útil uno de estos porque también toman video.
Volker levantó el móvil y sonrió, seguía apuntando a Zed con el revólver.
-De acuerdo –dijo Zed resignado-. Dame el número de cuenta.
Volker extrajo de su abrigo un papelito doblado que le entregó a Zed, el vocalista de Blue Zombies había dado media vuelta para irse, cuando Volker lo detuvo de nuevo.
-No planeo volver a verte, así que deberás depositarlo mientras sigas siendo famoso y sin importar si ya he muerto o no. Y un último favor, aprovechando tu infinita bondad, quiero algo más de ti.
-¡Vete al diablo!
-Bueno, supongo que sufrirás mucho en una celda diminuta con tres asesinos acompañándote.
-Habla ya…
-Tengo una hija que estaría encantado de tener un novio bondadoso como tú… Pero no pongas esa cara, grandulón, que mi hija es hermosa. Es modelo y cualquiera quisiera estar con ella.
-¿Cuándo la conoceré?
-Mañana, en tu concierto en Stuttgart, quiero pases VIP, ahí la conocerás.
***
Zed había conocido a Agatha, la hija de Volker, en aquel concierto en Stuttgart. El anciano hizo parecer que el pase VIP le había llegado gracias a un sorteo de una revista, y aunque la chica no lo creyó del todo, decidió asistir porque era gran admiradora de Blue Zombies.
Zed quedó fascinado con la belleza de aquella chica. Tenía el cabello tan hermoso, que asemejaba una lluvia de oro en pleno verano, aquellos ojos azules tan profundos y con una mirada tan intensa, un rostro angelical pero con un toque de malicia al mismo tiempo. El resto del cuerpo era un homenaje a la vista, en especial los senos, que eran muy grandes pese a la complexión delgada de la mujer.
Todo era perfecto en ella, excepto su padre. Durante un tiempo salieron juntos y pronto Zed le pidió ser su pareja, más por presión de Volker que por plena convicción. Al paso de los meses, Zed vio que aquella personalidad embustera y chantajista también estaba presente en Agatha.
No todo era malo, cada que Zed visitaba Alemania era rodeado por los medios de comunicación, Agatha era muy famosa en su país natal. Sin embargo, fuera de la nación teutona, pocos la conocían, pero todos admiraban sus atributos. Zed la utilizaba únicamente para el sexo, cosa en la que era bastante buena, pero no sentía nada por ella, no podía mirar a los ojos a una chica que le había sido impuesta por un anciano vil.
Agatha, sin embargo, adoraba a Zed y todo lo que le rodeaba en la vida; el líder de Blue Zombies estaba esperando a que Volker muriera para deshacerse de Agatha, con la firme esperanza de que ella no supiera nada del asesinato que cometió meses atrás.
Hoy en día, tenía la oportunidad perfecta para deshacerse de ella, pero una parte de Zed le tenía gran compasión y cariño. Así que había decidido protegerla de aquella infección, al menos por ahora…
*Los siguientes diálogos son hablados originalmente en alemán.
Volker estaba detrás de la puerta de su hija escuchando gritos y floreros que se rompían, poco después tuvo que hacerse a un lado debido a que la puerta se abrió de golpe. Ahora el ruido era en el pasillo, Volker podía ver a un hombre gritando y haciendo aspavientos. Al anciano no le gustaba nada la forma en que ese sujeto se comportaba, así que se llevó la mano al bolsillo del pantalón donde tenía un revólver cargado y listo para ser usado.
En ese momento, Agatha salió de la habitación y se paró en medio del pasillo, volteó a ver a Volker y con una señal le ordenó no intervenir, siguió gritándose con el hombre y al cabo de un par de minutos, el sujeto salió de la casa azotando la puerta principal.
-¡Odio a los hombres, a todos y cada uno! –vociferaba Agatha azotando adornos que tenía cerca.
-Tranquila, hija –dijo Volker tratando de calmarla-. No resultó en esta ocasión, pero pronto lo conseguiremos.
-Ya no quiero más muertes, padre.
-Serán las necesarias.
-¡Pero mira! Tenemos todo lo que soñamos, muebles, adornos lujosos, hasta un auto convertible.
-Pero todo eso se esfuma, querida hija –dijo Volker con una mirada siniestra-. En un par de años tendremos que deshacernos de todo, nos quedaremos sin lujos, sin dinero. Y tu belleza no es eterna, si no conseguimos un ingreso constante de por vida, tu belleza se irá al caño.
-Quiero encontrar el amor, padre… No quiero seguir estafando a los demás.
-Y lo encontrarás, hija, lo encontrarás.
Volker tomó el periódico que estaba encima del sofá, le dio una hojeada y se acarició la barba grisácea.
***
Blue Zombies arrasó esa noche en Düsseldorf, una ciudad alemana con un gusto muy especial por la música pesada, a la mañana siguiente el grupo partiría a Stuttgart para seguir la gira por Alemania, pero antes fueron a un pequeño bar llamado “Tote Katze”. Jorge decidió quedarse a leer un poco en el hotel, al igual que Facundo, que sentía especial interés por los programas televisivos alemanes. Los otros tres músicos se dieron cita y bebían cerveza tras cerveza.
-I love the german beer –decía Will Perkins mientras apuraba tragos sostenidos de cerveza, pero cuyo líquido terminaba en buena medida en la ropa del bajista.
-PROST! (¡salud!) –gritó Aaron Grant a todo pulmón, para que todos los asistentes al “Tote Katze” brindaran con él.
Durante aquella noche, Will, Aaron y Zed bebieron una cerveza tras otra. Mucha gente se acercaba a ellos para conversar o pedirles su autógrafo; en realidad el único que pudo comunicarse con ellos en un alemán fluido fue Zed, que era amante de las lenguas extranjeras.
El lugar era un hervidero de risas y alegría, excepto por una figura que estaba sentada en un rincón sin apartar la vista de los Blue Zombies. Un anciano originario de esa misma ciudad de Düsseldorf llamado Volker. Era apenas la segunda cerveza de la noche y la bebía muy lentamente, se dedicaba a observar todo lo que sucedía.
De pronto, la alegría que predominaba en el ambiente se vino abajo. Uno de los ebrios del lugar empujó a Zed e hizo que cayera al suelo.
-Fühlen Sie sich eine Menge Dinge? (¿Te sientes gran cosa?) –recriminó aquel hombre al vocalista de Blue Zombies.
-Stück Scheiße (pedazo de mierda) –contestó Zed, que se había levantado y tomó al otro hombre por el cuello de la camisa.
Inmediatamente, Aaron y Will separaron a Zed de aquel individuo en estado alcohólico, sabían de lo que era capaz el enorme mastodonte que estaba ahí, con las venas de la frente casi al borde de reventar. Pronto más gente se interpuso, y echaron a aquel sujeto del “Tote Katze”, todo volvió a la normalidad.
Tres cuartos de hora más tarde, Zed sintió una creciente necesidad de orinar los tres litros de cerveza que tenía encima. Así que con paso vacilante se dirigió a los sanitarios. Cuando llegó a ellos, estaba lleno de gente y un penetrante olor a orina y vómito, así que Zed decidió salir a la calle.
Eran alrededor de las 4 de la madrugada, así que la calle estaba sola y podía hacer sus necesidades en cualquier lugar, sólo avisó a Will que saldría un momento, pero Volker lo estaba vigilando, y decidió salir detrás de él.
Zed estaba orinando a espaldas de aquel lugar en un pequeño callejón, con la mano izquierda se recargaba en la pared para no perder el equilibrio, con la derecha no hace falta decir qué hacía. Zed tarareaba y cantaba arrastrando las letras su viejo éxito “Fucking politicians”. Cuando volteó, estaba parado frente a él aquel ebrio con el que discutió minutos antes.
-Du schon wieder? (¿Tú de nuevo?) –dijo Zed con fastidio.
El hombre aún estaba lleno de furia, y empujó a Zed contra el muro, pudo darle un par de golpes en las costillas. Zed estaba de rodillas en el suelo, y el dolor le hizo tomar más coraje y levantarse.
Zed cargó por los hombros a aquel hombre y lo azotó contra la pared del callejón, el sujeto estaba fulminado, pero en un arranque de ira, Zed lo pateó estando en el suelo. Era una bestia, mientras más azotaba a aquel hombre más enojado estaba, lo que tenía que pasar, sucedió…
Después de un rato, Zed estaba más tranquilo, se acercó al hombre y se dio cuenta de que estaba muerto. No supo qué hacer, lo primero que le vino a la mente era correr, así que se levantó de ahí y salió a paso veloz del callejón. Estaba a punto de doblar la esquina que le llevaría de vuelta al “Tote Katze”, cuando una voz fría y escrupulosa lo detuvo.
*El siguiente diálogo también es en alemán originalmente:
-¿A dónde tan rápido? –dijo Volker.
-¿Quién eres tú? –preguntó Zed nervioso volteando a todos lados.
-Mi nombre no importa, lo que importa es lo que acabo de ver.
-Él se lo buscó, él empezó la pelea.
-El pobre infeliz no me importa, era un borracho cualquiera. Pero tú, una notable estrella del heavy, en la cárcel por una basura como él… Una pena en realidad.
Zed enfureció y dio un par de pasos hacia Volker, quien inmediatamente extrajo de la bolsa de su abrigo el revólver que siempre llevaba con él. Zed se detuvo en seco y sólo se limitó a rechinar los dientes por la furia que le inundaba.
-Pequeño imbécil, creí que hablaba con un adulto –dijo Volker con una sonrisa siniestra-. Además, dos muertos en una noche son demasiados para ti.
-¿Qué quieres? ¡Mátame si eso te hace feliz!
-No, matarte me convertiría en el ogro más grande del planeta, muchos sufrirían tu ausencia. Sólo quiero vivir bien, darme algunos lujos.
-¿Dinero? ¡Toma! –lanzó Zed un puñado de euros al suelo-. Métetelo por el culo y sé feliz.
-No me has entendido… quiero medio millón de euros mensualmente en mi cuenta bancaria, para las ventas que tienes actualmente eso sólo representará una pérdida que no te dejará en la miseria.
-No te daré esa cantidad, ve y acúsame si tienes las agallas.
-Yo era uno de esos viejos que se resisten al cambio, mi pequeña Agatha una y otra vez me animaba a usar teléfonos móviles, ahora agradezco su insistencia. Es tan útil uno de estos porque también toman video.
Volker levantó el móvil y sonrió, seguía apuntando a Zed con el revólver.
-De acuerdo –dijo Zed resignado-. Dame el número de cuenta.
Volker extrajo de su abrigo un papelito doblado que le entregó a Zed, el vocalista de Blue Zombies había dado media vuelta para irse, cuando Volker lo detuvo de nuevo.
-No planeo volver a verte, así que deberás depositarlo mientras sigas siendo famoso y sin importar si ya he muerto o no. Y un último favor, aprovechando tu infinita bondad, quiero algo más de ti.
-¡Vete al diablo!
-Bueno, supongo que sufrirás mucho en una celda diminuta con tres asesinos acompañándote.
-Habla ya…
-Tengo una hija que estaría encantado de tener un novio bondadoso como tú… Pero no pongas esa cara, grandulón, que mi hija es hermosa. Es modelo y cualquiera quisiera estar con ella.
-¿Cuándo la conoceré?
-Mañana, en tu concierto en Stuttgart, quiero pases VIP, ahí la conocerás.
***
Zed había conocido a Agatha, la hija de Volker, en aquel concierto en Stuttgart. El anciano hizo parecer que el pase VIP le había llegado gracias a un sorteo de una revista, y aunque la chica no lo creyó del todo, decidió asistir porque era gran admiradora de Blue Zombies.
Zed quedó fascinado con la belleza de aquella chica. Tenía el cabello tan hermoso, que asemejaba una lluvia de oro en pleno verano, aquellos ojos azules tan profundos y con una mirada tan intensa, un rostro angelical pero con un toque de malicia al mismo tiempo. El resto del cuerpo era un homenaje a la vista, en especial los senos, que eran muy grandes pese a la complexión delgada de la mujer.
Todo era perfecto en ella, excepto su padre. Durante un tiempo salieron juntos y pronto Zed le pidió ser su pareja, más por presión de Volker que por plena convicción. Al paso de los meses, Zed vio que aquella personalidad embustera y chantajista también estaba presente en Agatha.
No todo era malo, cada que Zed visitaba Alemania era rodeado por los medios de comunicación, Agatha era muy famosa en su país natal. Sin embargo, fuera de la nación teutona, pocos la conocían, pero todos admiraban sus atributos. Zed la utilizaba únicamente para el sexo, cosa en la que era bastante buena, pero no sentía nada por ella, no podía mirar a los ojos a una chica que le había sido impuesta por un anciano vil.
Agatha, sin embargo, adoraba a Zed y todo lo que le rodeaba en la vida; el líder de Blue Zombies estaba esperando a que Volker muriera para deshacerse de Agatha, con la firme esperanza de que ella no supiera nada del asesinato que cometió meses atrás.
Hoy en día, tenía la oportunidad perfecta para deshacerse de ella, pero una parte de Zed le tenía gran compasión y cariño. Así que había decidido protegerla de aquella infección, al menos por ahora…
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia seguía abrazada a Fernando cuando Facundo gritó que era el momento para organizarse, su plan era acordonar la casa, limpiarla de zombies, cerrar las puertas principales y utilizar aquella casa como refugio.
Fue en ese momento cuando notaron un leve olor a humo en el ambiente.
- Esperad un momento - Dijo Alex- ¿Nadie nota ese extraño olor?
- Sí... Huele a humo - Dijo Zed
- Es normal, la ciudad está en llamas - Dijo Rodrigo - Lo vi antes por la ventana.
- No, no es la ciudad la que está en llamas - Intervino Carlos - La casa está en llamas. Lo vi desde la azotea.
- Estupendo - Se quejó Alicia separándose de Fernando por primera vez - ¿Y nos lo dices ahora?
- No encontré otro momento mejor... No obstante, hay una trampilla en la cocina que podemos usar para salir al exterior.
- Sí, porque enfrentarnos a un ejército de zombies es mejor que intentar apagar el incendio -dijo Arturo.
- Es imposible, capullos - dijo Carlos de nuevo. No hay un solo incendio, por la parte que yo vi, hay varios focos. Uno en cada una de las dos puertas traseras.
- Alguien no quiere que salgamos de aquí - Dijo Fernando - Simón - Repitió a la vez que Alicia.
- Mierda, teníais que haberme dejado acabar con ese policía joder, ahora no podremos salir de aquí. Leed esto.
Facundo y los demás presentes pudieron escuchar el contenido de la nota de Simón. De momento, nadie estaba dispuesto a acabar con un inocente, excepto Elise, que parecía dispuesta a acabar con él sin pensarlo dos veces. Rodrigo no estaba de acuerdo con la idea, cosa que pareció disgustar a Elise.
Alex miró a Alicia después de leer la carta mientras sostenía en su mano la bolita de papel que encontró en el suelo.
Decidieron que lo mejor sería salir de aquella habitación y utilizar la trampilla que Sergio y Carlos decían. Salieron por el lado en el que no había zombies. Facundo, Jorge y Zed encabezaban la marcha delante de Gloria, Aaron y Agatha que iban detrás. Effy, Moreno y Arturo iban a continuación, seguidos de cerca por Fernando, Alicia y Alex. Por detrás de ellos iban los tres camareros, Marcos, Carlos y Sergio y cerrando la marcha se encontraban Elise, Rodrigo y el falso cura. (Espero no haberme dejado a nadie dentro de la habitación)
El fuego empezaba a extenderse por la casa y el humo afectaba a la visión y respiración de los supervivientes. Sin embargo, aún no se les hacía difícil caminar porque el humo no era denso. Alguien había preparado aquella ratonera de tal manera que sólo se podía bajar por un camino a la cocina.
Facundo y Zed comenzaron a bajar las escaleras cuando de una de las habitaciones salió uno de los guardas de seguridad medio devorado por los zombies. De su pecho colgaban parte de sus intestinos y carecía de carne en su mandíbula. Los zombies se habían dado un buen festín con él. Ese guarda aún llevaba su pistola en la funda así que no tuvo tiempo de defenderse. Se avalanzó sobre Elise y la mordió en el brazo. Ella, con un rápido movimiento se quitó de encima al zombie y el falso cura remató la faena. Sin embargo, ya era demasiado tarde para ella. Estaba infectada y lo sabía.
- Elise... - Dijo Rodrigo al borde del llanto. - ¿Por qué tú?
- Bajé la guardia y por eso debo pagar. Nunca debí permitir esto. Sabía lo que estaba sucediendo y no hice nada. Te quiero Rodrigo - Dijo Elise llevándose su pistola a la barbilla y retrocediendo un par de pasos- Fuiste el mejor compañero que pude tener nunca. - Disparó.
- Nooooooooooo - gritó Rodrigo mientras corría hacia ella.
- Vamonos, amigo. Es duro pero ya no puedes hacer nada por ella. Y el incendio llega - Señalo el falso cura.
Fernando tomó el arma del guarda de seguridad y Alex se hizo con el arma de Elise. Tras unos minutos, llegaron a la planta baja. Ahora Alicia, Fernando y Alex iban en último lugar ya que Rodrigo y el falso cura se habían adelantado. Sólo quedaba un largo pasillo para llegar a la trampilla.
Alex cogió la mano de Alicia. Quería hablar con ella sobre el trozo de papel que había encontrado en el suelo pero en ese momento, una viga cayó del techo, separando a Alex del resto del grupo. Algo cayó encima de él y quedó inconsciente. Fernando, Alicia y Arturo intentaron llegar hasta él pero, por su posición era algo imposible, así que entre gritos de Alicia, tuvieron que irse hacia el otro lado dejando al pobre Alex a su suerte. Sin embargo, Alex no sabía que pronto recibiría ayuda del exterior y de un joven periodista que había escuchado los gritos de Alicia.
Llegaron a una puerta que les conduciría a la cocina. Sergio, sin saber que detrás de ella se habían acumulado gases, abrió la puerta y el falso cura, en un intento por evitar que éste sufriera daños, saltó para ayudarle. Él fue quién recibió el impacto y quedó. Tras la pequeña explosión, consiguieron entrar. Allí encontraron al camarero, amigo de Marcos, muerto. No parecía haber sido mordido pero efectivamente, estaba muerto.
Encontraron la trampilla detrás de una estantería repleta de sartenes y demás enseres. Tenían que salir de allí lo antes posible así que comenzaron a salir del agujero. Fernando acompañó a su amigo Facundo para vigilar que el exterior estuviera limpio. A Alicia no la hacía mucha gracia separarse de él pero alguien tenía que ayudar a salir a la gente y Fernando y Facundo se complementaban a la perfección. Zed subió después de que ellos dieran la orden, cargado con el falso cura a la espalda que aún seguía inconsciente. Los demás subieron uno a uno. Los últimos en subir serían Marcos, Arturo y Alicia. Una vez que Marcos hubo subido, se quedaron los dos solos.
- Alicia - Dijo Arturo - Sé que no es el mejor momento pero quiero hablar contigo.
- Efectivamente, no es el mejor momento. La casa se está incendiando y el fuego se acerca aquí... Simón...
- No es de Simón de quién quiero hablarte. Es de nosotros.
- ¿De nosotros? Arturo estaba a punto de casarme con Fernando... El nosotros no existe... Eres mi amigo. - Dijo Alicia acariciando la mejilla de Arturo.
- ¿Por qué crees que he sido un cabrón este tiempo? Para que creyeras que ya no sentía nada por ti, que no me importabas, que te había superado y que aquello que pasó, simplemente pasó. Para mí eres lo más importante desde hace mucho tiempo. Poder estar contigo... Pero sabía que lo elegirías a él así que me retiré. Deseé que fueras feliz. He intentado olvidarte, creeme que sí, muuuchas veces... pero no te olvido. Dime que no sientes nada por mí...
- Fernando... Está Fernando... Le quiero...
- No te pregunté eso, te pregunté que si no sientes nada por mí. Alicia, yo te quiero, voy a dejarme de tonterías ya. Quiero estar contigo cuando salgamos de aquí, si lo logramos. No voy a dejar que termines con ese larguirucho porque sé que me quieres.
- Está bien. Te lo diré... Te quiero y cada vez que te veo con una de tus nuevas novias me subo por las paredes. ¿Por qué crees que nunca me gusta ninguna de ellas? Pero está Fernando... hoy me iba a casar con él.
- Sólo necesitaba oirte decir eso. Me da igual que todos me odien, me escupan o lo que sea. Cuando esto acabe, tú y yo nos largaremos de aquí, lejos de los zombies y de los demás. Si hace falta te secuestraré pero no quiero ser solo tu amigo- Alicia sonrió - Vamos sube.
- No puedo largarme así como así. Cuando salga de aquí ya hablaremos de todo... y con todos...
- Si no hubieran aparecido los zombies, sabes que te hubiera dejado ser feliz con Fernando, ¿verdad? Hubiera seguido con mi vida de conquistador pero el destino ha regresado... El ha mezclado las cartas....
- Y nosotros las hemos jugado.
Con aquella frase, Alicia y Arturo volvieron a besarse, con la misma pasión que lo hicieran hace tan solo unos pocos meses. Sin saber que entre las sombras, escondido en silencio, se encontraba Simón, testigo de aquella conversación, testigo de aquel beso y de una pasión que no conocía de Alicia. "Esto no es propio de ti, Alicia" se dijo a sí mismo...
Marcos volvió a bajar la escalera pensando que les había pasado algo. Fue entonces cuando vio cómo Arturo y Alicia se besaban apasionadamente. No quiso interrumpirlos pero pensó que algo raro estaba pasando allí además de los zombies... La mujer que se iba a casar estaba besando a alguien que no era el futuro marido. Él no diría nada porque aquella historia no iba con él pero siempre tendría una baza para jugar en momentos de tensión.
Fue en ese momento cuando notaron un leve olor a humo en el ambiente.
- Esperad un momento - Dijo Alex- ¿Nadie nota ese extraño olor?
- Sí... Huele a humo - Dijo Zed
- Es normal, la ciudad está en llamas - Dijo Rodrigo - Lo vi antes por la ventana.
- No, no es la ciudad la que está en llamas - Intervino Carlos - La casa está en llamas. Lo vi desde la azotea.
- Estupendo - Se quejó Alicia separándose de Fernando por primera vez - ¿Y nos lo dices ahora?
- No encontré otro momento mejor... No obstante, hay una trampilla en la cocina que podemos usar para salir al exterior.
- Sí, porque enfrentarnos a un ejército de zombies es mejor que intentar apagar el incendio -dijo Arturo.
- Es imposible, capullos - dijo Carlos de nuevo. No hay un solo incendio, por la parte que yo vi, hay varios focos. Uno en cada una de las dos puertas traseras.
- Alguien no quiere que salgamos de aquí - Dijo Fernando - Simón - Repitió a la vez que Alicia.
- Mierda, teníais que haberme dejado acabar con ese policía joder, ahora no podremos salir de aquí. Leed esto.
Facundo y los demás presentes pudieron escuchar el contenido de la nota de Simón. De momento, nadie estaba dispuesto a acabar con un inocente, excepto Elise, que parecía dispuesta a acabar con él sin pensarlo dos veces. Rodrigo no estaba de acuerdo con la idea, cosa que pareció disgustar a Elise.
Alex miró a Alicia después de leer la carta mientras sostenía en su mano la bolita de papel que encontró en el suelo.
Decidieron que lo mejor sería salir de aquella habitación y utilizar la trampilla que Sergio y Carlos decían. Salieron por el lado en el que no había zombies. Facundo, Jorge y Zed encabezaban la marcha delante de Gloria, Aaron y Agatha que iban detrás. Effy, Moreno y Arturo iban a continuación, seguidos de cerca por Fernando, Alicia y Alex. Por detrás de ellos iban los tres camareros, Marcos, Carlos y Sergio y cerrando la marcha se encontraban Elise, Rodrigo y el falso cura. (Espero no haberme dejado a nadie dentro de la habitación)
El fuego empezaba a extenderse por la casa y el humo afectaba a la visión y respiración de los supervivientes. Sin embargo, aún no se les hacía difícil caminar porque el humo no era denso. Alguien había preparado aquella ratonera de tal manera que sólo se podía bajar por un camino a la cocina.
Facundo y Zed comenzaron a bajar las escaleras cuando de una de las habitaciones salió uno de los guardas de seguridad medio devorado por los zombies. De su pecho colgaban parte de sus intestinos y carecía de carne en su mandíbula. Los zombies se habían dado un buen festín con él. Ese guarda aún llevaba su pistola en la funda así que no tuvo tiempo de defenderse. Se avalanzó sobre Elise y la mordió en el brazo. Ella, con un rápido movimiento se quitó de encima al zombie y el falso cura remató la faena. Sin embargo, ya era demasiado tarde para ella. Estaba infectada y lo sabía.
- Elise... - Dijo Rodrigo al borde del llanto. - ¿Por qué tú?
- Bajé la guardia y por eso debo pagar. Nunca debí permitir esto. Sabía lo que estaba sucediendo y no hice nada. Te quiero Rodrigo - Dijo Elise llevándose su pistola a la barbilla y retrocediendo un par de pasos- Fuiste el mejor compañero que pude tener nunca. - Disparó.
- Nooooooooooo - gritó Rodrigo mientras corría hacia ella.
- Vamonos, amigo. Es duro pero ya no puedes hacer nada por ella. Y el incendio llega - Señalo el falso cura.
Fernando tomó el arma del guarda de seguridad y Alex se hizo con el arma de Elise. Tras unos minutos, llegaron a la planta baja. Ahora Alicia, Fernando y Alex iban en último lugar ya que Rodrigo y el falso cura se habían adelantado. Sólo quedaba un largo pasillo para llegar a la trampilla.
Alex cogió la mano de Alicia. Quería hablar con ella sobre el trozo de papel que había encontrado en el suelo pero en ese momento, una viga cayó del techo, separando a Alex del resto del grupo. Algo cayó encima de él y quedó inconsciente. Fernando, Alicia y Arturo intentaron llegar hasta él pero, por su posición era algo imposible, así que entre gritos de Alicia, tuvieron que irse hacia el otro lado dejando al pobre Alex a su suerte. Sin embargo, Alex no sabía que pronto recibiría ayuda del exterior y de un joven periodista que había escuchado los gritos de Alicia.
Llegaron a una puerta que les conduciría a la cocina. Sergio, sin saber que detrás de ella se habían acumulado gases, abrió la puerta y el falso cura, en un intento por evitar que éste sufriera daños, saltó para ayudarle. Él fue quién recibió el impacto y quedó. Tras la pequeña explosión, consiguieron entrar. Allí encontraron al camarero, amigo de Marcos, muerto. No parecía haber sido mordido pero efectivamente, estaba muerto.
Encontraron la trampilla detrás de una estantería repleta de sartenes y demás enseres. Tenían que salir de allí lo antes posible así que comenzaron a salir del agujero. Fernando acompañó a su amigo Facundo para vigilar que el exterior estuviera limpio. A Alicia no la hacía mucha gracia separarse de él pero alguien tenía que ayudar a salir a la gente y Fernando y Facundo se complementaban a la perfección. Zed subió después de que ellos dieran la orden, cargado con el falso cura a la espalda que aún seguía inconsciente. Los demás subieron uno a uno. Los últimos en subir serían Marcos, Arturo y Alicia. Una vez que Marcos hubo subido, se quedaron los dos solos.
- Alicia - Dijo Arturo - Sé que no es el mejor momento pero quiero hablar contigo.
- Efectivamente, no es el mejor momento. La casa se está incendiando y el fuego se acerca aquí... Simón...
- No es de Simón de quién quiero hablarte. Es de nosotros.
- ¿De nosotros? Arturo estaba a punto de casarme con Fernando... El nosotros no existe... Eres mi amigo. - Dijo Alicia acariciando la mejilla de Arturo.
- ¿Por qué crees que he sido un cabrón este tiempo? Para que creyeras que ya no sentía nada por ti, que no me importabas, que te había superado y que aquello que pasó, simplemente pasó. Para mí eres lo más importante desde hace mucho tiempo. Poder estar contigo... Pero sabía que lo elegirías a él así que me retiré. Deseé que fueras feliz. He intentado olvidarte, creeme que sí, muuuchas veces... pero no te olvido. Dime que no sientes nada por mí...
- Fernando... Está Fernando... Le quiero...
- No te pregunté eso, te pregunté que si no sientes nada por mí. Alicia, yo te quiero, voy a dejarme de tonterías ya. Quiero estar contigo cuando salgamos de aquí, si lo logramos. No voy a dejar que termines con ese larguirucho porque sé que me quieres.
- Está bien. Te lo diré... Te quiero y cada vez que te veo con una de tus nuevas novias me subo por las paredes. ¿Por qué crees que nunca me gusta ninguna de ellas? Pero está Fernando... hoy me iba a casar con él.
- Sólo necesitaba oirte decir eso. Me da igual que todos me odien, me escupan o lo que sea. Cuando esto acabe, tú y yo nos largaremos de aquí, lejos de los zombies y de los demás. Si hace falta te secuestraré pero no quiero ser solo tu amigo- Alicia sonrió - Vamos sube.
- No puedo largarme así como así. Cuando salga de aquí ya hablaremos de todo... y con todos...
- Si no hubieran aparecido los zombies, sabes que te hubiera dejado ser feliz con Fernando, ¿verdad? Hubiera seguido con mi vida de conquistador pero el destino ha regresado... El ha mezclado las cartas....
- Y nosotros las hemos jugado.
Con aquella frase, Alicia y Arturo volvieron a besarse, con la misma pasión que lo hicieran hace tan solo unos pocos meses. Sin saber que entre las sombras, escondido en silencio, se encontraba Simón, testigo de aquella conversación, testigo de aquel beso y de una pasión que no conocía de Alicia. "Esto no es propio de ti, Alicia" se dijo a sí mismo...
Marcos volvió a bajar la escalera pensando que les había pasado algo. Fue entonces cuando vio cómo Arturo y Alicia se besaban apasionadamente. No quiso interrumpirlos pero pensó que algo raro estaba pasando allí además de los zombies... La mujer que se iba a casar estaba besando a alguien que no era el futuro marido. Él no diría nada porque aquella historia no iba con él pero siempre tendría una baza para jugar en momentos de tensión.
Última edición por Kealah el Vie Jun 25, 2010 6:56 pm, editado 1 vez
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev se habia adentrado en el adinerado vecindario,los zombies reinaban en las calles y en algunas casas y mansiones,habia logrado pasar desapercibido saltando los grandes muros de los patios traseros de las casas.Sin darse cuenta cayó en una piscina en la que al parecer alguien se habia ahogado ya que un cadaver palido flotaba de espaldas.Rapidamente nadó hacia la orilla de la piscina mirando rapidamente a su alrededor.Al parecer no habia nada en el patio trasero capaz de suponer una amenaza.
Miró hacia arriba y hacia abajo y fue cuando se dió cuenta de que en el tejado de la mansión vecina yacia parado un hombre con un gran cuchillo.
-Oiga!Se encuentra bien!?-Gritó,pero al parecer el hombre no lo habia escuchado.
-Bah que mierda...supongo que deberé ir hasta allá.-Se dijo para si mismo mientras saltaba el muro hacia la calle.
No se habia dado cuenta pero cayó encima de un sujeto con pinta de periodista.
-Oye ten mas cuidado!-Se quejaba el hombre mientras se levantaba.
-Primero la piscina ya hora esto...-Se quejaba Degtyarev.
-Quien eres?-Le preguntó el periodista mientras se limpiaba la tierra de su ropa.
-Soy...un superviviente...si,me llamo Degtyarev,y tu?-Decia Degtyarev mientras juntaba su gran llave inglesa.
-Degtyarev he?Bien Degtyarev me llamo Ariel y necesito ayuda.-Le decia este mientras le tendia la mano.
-Ayuda?Con que necesitas ayuda?
-Necesito que me ayudes a saltar el muro hacia esta mansión,hay gente atrapada ahí dentro.
-Yo también me dirigo hacia allí,ponte en cuatro patas.-Le pidió Degtyarev?
-He?Para que?-Preguntó frunciendo el ceño Ariel.
-Para poder subirme a tu espalda y saltar el muro,no te hagas ilusiones.-Le contestó con una sonrisa este.
-Vale,saltas y me das la mano así tambien subes,rapido antes de que vengan invitados no deseados.
Jaja ya estoy arriba,ahora dame la mano,a la cuenta de tres,uno,dos,tres!
Ambos cayeron de espaldas hacia la mansión en la que ambos tenian como destino,parecia que les habia pillado en medio de una boda,ya que los asientos y el altar estaban hechos pedazos y la mesa estaba hecho un desorden,sin contar con los cadaveres y los zombies que andaban ahí.
-Genial...salimos de la sartén para caer en las brasas...que hacemos ahora tipo duro?-Preguntó Ariel pero no obtuvo respuesta.
Degtyarev estaba paralizado,la pintoresca escena del patio hiso que a Degtyarev le llegara un recuerdo...era su dia de graduación,el dia que tanto habia esperado,habia llegado a su casa con una gran sonrisa y lagrimas en los ojos,se sentia muy feliz.Cuando abrió la puerta de su casa los vio,zombies parados justo delante de el,gritando y extendiendo sus brazos ante el,de entre la multitud de zombies uno de ellos gritó:"Sorpresa!",pero habia sido demasiado tarde,de entre los pantalones de Degtyarev se notaba una mancha cada vez mas extensa que corria por su rodilla izquierda,los zombies,que en realidad eran sus amigos "fieles" disfrazados estallaron de la risa y simplemente se fueron de su casa y lo dejaron solo avergonzado hasta el final.
-Oye que te pasa!?Responde!-Gritaba Ariel mientras lo empujaba.
-Dejame,que sucede?-Preguntó Degtyarev mientras se limpiaba las lagrimas.
-Mira delante nuestro.-Dijo Ariel mientras señalaba a tres zombies que se dirigian lanzando grandes dentelladas hacia los dos.
-Toma mi llave,yo tengo una browning.-Decia Degtyarev mientras sacaba la pistola de su bolsillo y le daba la llave inglesa a Ariel.
Degtyarev retrocedió ambos pasos y tomó posición de disparo,tenia la mira fija en las cabezas de los zombies.Tres disparos atronadores resonaron en el ambiente,dos zombies cayeron de espaldas sobre la el altas con sus cabezas destrozadas.
El tercer disparo le dió a uno en el cuello,cosa que no lo mató pero si lo hiso caer sentado sobre la tierra momento en que Ariel aprovechó para golpearlo mortalmente en la cabeza con la llave inglesa.
-Bien entremos a la casa antes de que lleguen mas de esas cosas.-Decia Ariel mientras rompia una ventana con la llave.
Ambos entraron en la casa de la que salia un oscuro y venenoso humo.
-Bien ayudemos a la gente de aqui y larguemonos antes de que nos asfixiemos.-Ordenó Degtyarev mientras se tapaba la nariz con su aun mojada manga.
-Hola!Hay alguien!?-Gritaba Ariel con esperanzas de que le respondieran.
Ambos siguieron caminando por un extenso pasillo hasta que se encontraron con un chico semi inconsciente tumbado en el piso,justo delante de él yacia una viga carbonizada.
-Reanimalo mientras yo trato de mover esa viga.
-Vale.-Respondió Ariel mientras se arrodillaba a inspeccionar al muchacho.
Miró hacia arriba y hacia abajo y fue cuando se dió cuenta de que en el tejado de la mansión vecina yacia parado un hombre con un gran cuchillo.
-Oiga!Se encuentra bien!?-Gritó,pero al parecer el hombre no lo habia escuchado.
-Bah que mierda...supongo que deberé ir hasta allá.-Se dijo para si mismo mientras saltaba el muro hacia la calle.
No se habia dado cuenta pero cayó encima de un sujeto con pinta de periodista.
-Oye ten mas cuidado!-Se quejaba el hombre mientras se levantaba.
-Primero la piscina ya hora esto...-Se quejaba Degtyarev.
-Quien eres?-Le preguntó el periodista mientras se limpiaba la tierra de su ropa.
-Soy...un superviviente...si,me llamo Degtyarev,y tu?-Decia Degtyarev mientras juntaba su gran llave inglesa.
-Degtyarev he?Bien Degtyarev me llamo Ariel y necesito ayuda.-Le decia este mientras le tendia la mano.
-Ayuda?Con que necesitas ayuda?
-Necesito que me ayudes a saltar el muro hacia esta mansión,hay gente atrapada ahí dentro.
-Yo también me dirigo hacia allí,ponte en cuatro patas.-Le pidió Degtyarev?
-He?Para que?-Preguntó frunciendo el ceño Ariel.
-Para poder subirme a tu espalda y saltar el muro,no te hagas ilusiones.-Le contestó con una sonrisa este.
-Vale,saltas y me das la mano así tambien subes,rapido antes de que vengan invitados no deseados.
Jaja ya estoy arriba,ahora dame la mano,a la cuenta de tres,uno,dos,tres!
Ambos cayeron de espaldas hacia la mansión en la que ambos tenian como destino,parecia que les habia pillado en medio de una boda,ya que los asientos y el altar estaban hechos pedazos y la mesa estaba hecho un desorden,sin contar con los cadaveres y los zombies que andaban ahí.
-Genial...salimos de la sartén para caer en las brasas...que hacemos ahora tipo duro?-Preguntó Ariel pero no obtuvo respuesta.
Degtyarev estaba paralizado,la pintoresca escena del patio hiso que a Degtyarev le llegara un recuerdo...era su dia de graduación,el dia que tanto habia esperado,habia llegado a su casa con una gran sonrisa y lagrimas en los ojos,se sentia muy feliz.Cuando abrió la puerta de su casa los vio,zombies parados justo delante de el,gritando y extendiendo sus brazos ante el,de entre la multitud de zombies uno de ellos gritó:"Sorpresa!",pero habia sido demasiado tarde,de entre los pantalones de Degtyarev se notaba una mancha cada vez mas extensa que corria por su rodilla izquierda,los zombies,que en realidad eran sus amigos "fieles" disfrazados estallaron de la risa y simplemente se fueron de su casa y lo dejaron solo avergonzado hasta el final.
-Oye que te pasa!?Responde!-Gritaba Ariel mientras lo empujaba.
-Dejame,que sucede?-Preguntó Degtyarev mientras se limpiaba las lagrimas.
-Mira delante nuestro.-Dijo Ariel mientras señalaba a tres zombies que se dirigian lanzando grandes dentelladas hacia los dos.
-Toma mi llave,yo tengo una browning.-Decia Degtyarev mientras sacaba la pistola de su bolsillo y le daba la llave inglesa a Ariel.
Degtyarev retrocedió ambos pasos y tomó posición de disparo,tenia la mira fija en las cabezas de los zombies.Tres disparos atronadores resonaron en el ambiente,dos zombies cayeron de espaldas sobre la el altas con sus cabezas destrozadas.
El tercer disparo le dió a uno en el cuello,cosa que no lo mató pero si lo hiso caer sentado sobre la tierra momento en que Ariel aprovechó para golpearlo mortalmente en la cabeza con la llave inglesa.
-Bien entremos a la casa antes de que lleguen mas de esas cosas.-Decia Ariel mientras rompia una ventana con la llave.
Ambos entraron en la casa de la que salia un oscuro y venenoso humo.
-Bien ayudemos a la gente de aqui y larguemonos antes de que nos asfixiemos.-Ordenó Degtyarev mientras se tapaba la nariz con su aun mojada manga.
-Hola!Hay alguien!?-Gritaba Ariel con esperanzas de que le respondieran.
Ambos siguieron caminando por un extenso pasillo hasta que se encontraron con un chico semi inconsciente tumbado en el piso,justo delante de él yacia una viga carbonizada.
-Reanimalo mientras yo trato de mover esa viga.
-Vale.-Respondió Ariel mientras se arrodillaba a inspeccionar al muchacho.
Última edición por DarkHades el Sáb Jun 26, 2010 1:20 am, editado 1 vez
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Se había encontrado con un chico inconsciente que tenía una viga encima. Degtyarev era el más fuerte de los dos, así que se encargó de quitar el obstáculo.
Ariel miraba al muchacho; no estaba muerto, pero había que reanimarlo. Trató de despertarlo, pero no respondía.
-Este chico está en problemas- le dijo el periodista a Degtyarev. Este no respondió; sujetó con firmeza la viga y con una fuerza impresionante la quitó de encima del chico. Inmediatamente, el muchacho se despertó sobresaltado.
-Estás a salvo- dijo Ariel tratando de calmarlo.
-Te estás quemando- señaló el chico.
-¿Qué?- Ariel miró su camisa; estaba en llamas.
-¡Quitate la camisa!- exclamó Degtyarev.
-No...no...- pero el fuego se hacía más intenso y doloroso. No tuvo otra opción; se quitó la camisa, mostrando una espalda llena de cicatrices. En donde se situaba el corazón, tenía una marca más llamativa que las demás.
-¿Qué rayos es eso?- preguntó Degtyarev. El rostro de Ariel palideció.
-No es nada- le susurró mientras lanzaba la camisa lejos de su alcance. Se dio vuelta y se dirigió al chico- ¿Cómo te llamas, pequeño?
-No soy ningún pequeño, tengo 17 años. Y me llamo Alex-
-Ok, Alex, Degtyarev, salgamos de aquí antes de que se nos caiga el techo encima-
Los tres corrieron por un pasillo angosto. El fuego iba destruyendo la casa poco a poco, y los sobrevivientes ya empezaban a toser.
-Mis compañeros se fueron por allí- dijo Alex señalando otro pasillo.- Me separé de ellos por culpa de esa viga.
Lo mejor era juntarse con esas personas, aunque Ariel no las conociera. Siguieron por el camino indicado, apresurándose lo más posible.
De pronto, un zombie se abalanzó encima de Ariel. Lo miraba fijo, con los ojos inyectados en sangre. Ariel sintió miedo, y no pudo reaccionar.
Pero Degtyarev sí, y le partió la cabeza al monstruo con la llave inglesa, y después le quitó el cuerpo de encima a Ariel. Este se levantó con dificultad.
-Muchas gracias. ¿Cómo te lo puedo agradecer?-
-Explicándome como te hiciste esas cicatrices- insinuó Degtyarev con los ojos brillantes, lleno de curiosidad.
Ariel tragó saliva. Era una persona que cumplía sus promesas, pero esta costaba caro.
-Son heridas que me hago a mí mismo.-
-¿Por qué?- preguntó Degtyarev sin cambiar la expresión de su rostro.
-Es una larga historia. Cuando era chico, unos mafiosos asesinaron a mi madre. Mi padre, para protegerme, me mandó a un psiquiátrico. Sus enemigos nunca me encontraron, pero el psiquiátrico no era lo que aparentaba.
Una vez al mes, experimentaban con sus pacientes con cosas raras. Los sujetos de prueba salían de la sala de operaciones con extraños cambios. Un día, me eligieron a mí como su conejillo de indias. Al salir, me encontré con esta marca en el corazón. Desde entonces, sufro una doble personalidad: es peligrosa, tremendamente peligrosa, pero de vez en cuando la necesito. Para convertirme, necesito sufrir físicamente. Entonces, me hago unas pequeñas heridas en la espalda con un objeto cortante. Por eso tengo tantas cicatrices. Bien, ¿podemos continuar?- dijo señalando el pasillo.
Sus dos compañeros lo contemplaban boquiabiertos.
Ariel miraba al muchacho; no estaba muerto, pero había que reanimarlo. Trató de despertarlo, pero no respondía.
-Este chico está en problemas- le dijo el periodista a Degtyarev. Este no respondió; sujetó con firmeza la viga y con una fuerza impresionante la quitó de encima del chico. Inmediatamente, el muchacho se despertó sobresaltado.
-Estás a salvo- dijo Ariel tratando de calmarlo.
-Te estás quemando- señaló el chico.
-¿Qué?- Ariel miró su camisa; estaba en llamas.
-¡Quitate la camisa!- exclamó Degtyarev.
-No...no...- pero el fuego se hacía más intenso y doloroso. No tuvo otra opción; se quitó la camisa, mostrando una espalda llena de cicatrices. En donde se situaba el corazón, tenía una marca más llamativa que las demás.
-¿Qué rayos es eso?- preguntó Degtyarev. El rostro de Ariel palideció.
-No es nada- le susurró mientras lanzaba la camisa lejos de su alcance. Se dio vuelta y se dirigió al chico- ¿Cómo te llamas, pequeño?
-No soy ningún pequeño, tengo 17 años. Y me llamo Alex-
-Ok, Alex, Degtyarev, salgamos de aquí antes de que se nos caiga el techo encima-
Los tres corrieron por un pasillo angosto. El fuego iba destruyendo la casa poco a poco, y los sobrevivientes ya empezaban a toser.
-Mis compañeros se fueron por allí- dijo Alex señalando otro pasillo.- Me separé de ellos por culpa de esa viga.
Lo mejor era juntarse con esas personas, aunque Ariel no las conociera. Siguieron por el camino indicado, apresurándose lo más posible.
De pronto, un zombie se abalanzó encima de Ariel. Lo miraba fijo, con los ojos inyectados en sangre. Ariel sintió miedo, y no pudo reaccionar.
Pero Degtyarev sí, y le partió la cabeza al monstruo con la llave inglesa, y después le quitó el cuerpo de encima a Ariel. Este se levantó con dificultad.
-Muchas gracias. ¿Cómo te lo puedo agradecer?-
-Explicándome como te hiciste esas cicatrices- insinuó Degtyarev con los ojos brillantes, lleno de curiosidad.
Ariel tragó saliva. Era una persona que cumplía sus promesas, pero esta costaba caro.
-Son heridas que me hago a mí mismo.-
-¿Por qué?- preguntó Degtyarev sin cambiar la expresión de su rostro.
-Es una larga historia. Cuando era chico, unos mafiosos asesinaron a mi madre. Mi padre, para protegerme, me mandó a un psiquiátrico. Sus enemigos nunca me encontraron, pero el psiquiátrico no era lo que aparentaba.
Una vez al mes, experimentaban con sus pacientes con cosas raras. Los sujetos de prueba salían de la sala de operaciones con extraños cambios. Un día, me eligieron a mí como su conejillo de indias. Al salir, me encontré con esta marca en el corazón. Desde entonces, sufro una doble personalidad: es peligrosa, tremendamente peligrosa, pero de vez en cuando la necesito. Para convertirme, necesito sufrir físicamente. Entonces, me hago unas pequeñas heridas en la espalda con un objeto cortante. Por eso tengo tantas cicatrices. Bien, ¿podemos continuar?- dijo señalando el pasillo.
Sus dos compañeros lo contemplaban boquiabiertos.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-No te preocupes,hay algo que a mi me da verguenza contar y cada vez que pienso en ello me da mucha rabia...
-Si?Sea lo que sea no puede ser peor que esto.-Le aseguró Ariel a Degtyarev.
-Se que no es tan malo como lo que tu tienes,pero me afectó mucho,veran,era mi dia de graduación,estaba muy feliz.Cuando llegue de noche ya a mi casa,al abrir la puerta me lleve un susto de muerte,mi casa estaba llena de zombies y no pude contener mi temor y simplemente me oriné encima.Fue cuando uno de ellos,un zombie corpulento gritó:"Sorpresa!" y ahí lo entendí todo,se sacaron las mascaras y vi a todos mis compañeros de rugby riéndose,burlándose de mi señalandole a mis pantalones.Luego simplemente se fueron dejandome avergonzado y lleno de ira.
-Bien,por mi no diré nada,si tu no dices nada.-Dijo Ariel.
-No,no diré nada a nadie.-Respondió Degtyarev.
-Yo tampoco diré nada,y por cierto me llamo Alex,muchas gracias por ayudarme.-Dijo el chico salvado con una gran sonrisa.
Luego de unos segundos de incomodo silencio el chico rompió el silencio.
-Vengan siganme los llevaré con los demás,por aquí.
Ariel y Degtyarev lo siguieron hasta el final del pasillo hasta que llegaron hasta la cocina.
-Bien bien,esperen dejenme buscar.-Tranquilizó Alex a sus salvadores.
-Buscas que chico?Nos moriremos asfixiados aquí dentro.-Decia Ariel mientrasa mojaba un trapo humedo en el lavabo mientras Degtyarev hacia lo mismo.
Bien,aquí!Entren!.-Ordenó Alex mientras abria una pequeña puerta oculta detrás de una estanteria y observaba a sus amigos con la nariz tapada con sus mangas humedas.
Los tres entraron y Alex aseguró finalmente la trampilla,Degtyarev y Ariel se tumbaron contra la estrecha pared.
-Venga,que debo presentarles a mis demás amigos.-Dijo Alex mientras les tendia la mano.
-Si?Sea lo que sea no puede ser peor que esto.-Le aseguró Ariel a Degtyarev.
-Se que no es tan malo como lo que tu tienes,pero me afectó mucho,veran,era mi dia de graduación,estaba muy feliz.Cuando llegue de noche ya a mi casa,al abrir la puerta me lleve un susto de muerte,mi casa estaba llena de zombies y no pude contener mi temor y simplemente me oriné encima.Fue cuando uno de ellos,un zombie corpulento gritó:"Sorpresa!" y ahí lo entendí todo,se sacaron las mascaras y vi a todos mis compañeros de rugby riéndose,burlándose de mi señalandole a mis pantalones.Luego simplemente se fueron dejandome avergonzado y lleno de ira.
-Bien,por mi no diré nada,si tu no dices nada.-Dijo Ariel.
-No,no diré nada a nadie.-Respondió Degtyarev.
-Yo tampoco diré nada,y por cierto me llamo Alex,muchas gracias por ayudarme.-Dijo el chico salvado con una gran sonrisa.
Luego de unos segundos de incomodo silencio el chico rompió el silencio.
-Vengan siganme los llevaré con los demás,por aquí.
Ariel y Degtyarev lo siguieron hasta el final del pasillo hasta que llegaron hasta la cocina.
-Bien bien,esperen dejenme buscar.-Tranquilizó Alex a sus salvadores.
-Buscas que chico?Nos moriremos asfixiados aquí dentro.-Decia Ariel mientrasa mojaba un trapo humedo en el lavabo mientras Degtyarev hacia lo mismo.
Bien,aquí!Entren!.-Ordenó Alex mientras abria una pequeña puerta oculta detrás de una estanteria y observaba a sus amigos con la nariz tapada con sus mangas humedas.
Los tres entraron y Alex aseguró finalmente la trampilla,Degtyarev y Ariel se tumbaron contra la estrecha pared.
-Venga,que debo presentarles a mis demás amigos.-Dijo Alex mientras les tendia la mano.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
"La última desgracia del hombre es hacerse insensible por el hábito a los remordimientos."
Louis Philippe Ségur
Cuando el asesino se desperto, estaba en el suelo, los demas parecian discutir sobre lo que se haria a continuacion.
Carlos - Veo que ya te has despertado -
??? - Joder, mi cabeza. ¿Que ha pasado? -
Carlos - Te diste un buen golpe en la cabeza tras salvar a Sergio, si al final seras un bonachon y todo-
Carlos se echó a reir, pero el asesino no rió, se acordo de los niños que mató aquel día.
Carlos - ¿Te pasa algo? ¿A que viene esa cara? -
??? - Ni bonachon ni mierdas, tu no me conoces -
Carlos - Si te ocurre algo, puedes contarmelo -
El asesino dudo, no le habia contdo a nadie lo que habia hecho, aparte de su contacto en la agencia, y el padrastro de Alex, quien le habia encargado la tarea.
??? - Hace 3 años, mate a 57 niños por accidente -
La cara de Carlos se puso seria.
Carlos - ¿Como ocurrio? -
??? - Un cliente me encargo un trabajo, tenia que silenciar a un loco que trabajaba en un proyecto secreto del gobierno. Creo que tiene que ver con esto que está ocurriendo -
Carlos siguio atendiendo.
??? - El caso es que, cometí un error y un autobús lleno de niños voló por los aires -
Carlos - ¿Y no tienes remordimientos? - Carlos parecia enfadado.
El asesino no pensaba contarle lo de sus pesadillas, ni a el ni a nadie.
??? - No -
Antes hacerle pensar que era un cabron a reconocer sus remordimientos, Carlos lo miro con repugnancia y se fue con los demas.
Cuando se hubo ido, el asesino abrio su mochila, y saco un Pen Drive con un papel pegado que decia: Alex.
Lo habia encontrado en la buhardilla pero no habia tenido oportunidad de decir nada a Alex. Había quedado dentro de la casa. Sin embargo, necesitaba encontrar un ordenador, queria ver que tenia su padrastro preparado para Alex.
_____________________________________________________________________________________________
He adoptado el modo de escribir de Tatsu y Pekador, que lo hace todo mas sencillo, xD, y Tatsu, ahora me odias jaja.
Louis Philippe Ségur
Cuando el asesino se desperto, estaba en el suelo, los demas parecian discutir sobre lo que se haria a continuacion.
Carlos - Veo que ya te has despertado -
??? - Joder, mi cabeza. ¿Que ha pasado? -
Carlos - Te diste un buen golpe en la cabeza tras salvar a Sergio, si al final seras un bonachon y todo-
Carlos se echó a reir, pero el asesino no rió, se acordo de los niños que mató aquel día.
Carlos - ¿Te pasa algo? ¿A que viene esa cara? -
??? - Ni bonachon ni mierdas, tu no me conoces -
Carlos - Si te ocurre algo, puedes contarmelo -
El asesino dudo, no le habia contdo a nadie lo que habia hecho, aparte de su contacto en la agencia, y el padrastro de Alex, quien le habia encargado la tarea.
??? - Hace 3 años, mate a 57 niños por accidente -
La cara de Carlos se puso seria.
Carlos - ¿Como ocurrio? -
??? - Un cliente me encargo un trabajo, tenia que silenciar a un loco que trabajaba en un proyecto secreto del gobierno. Creo que tiene que ver con esto que está ocurriendo -
Carlos siguio atendiendo.
??? - El caso es que, cometí un error y un autobús lleno de niños voló por los aires -
Carlos - ¿Y no tienes remordimientos? - Carlos parecia enfadado.
El asesino no pensaba contarle lo de sus pesadillas, ni a el ni a nadie.
??? - No -
Antes hacerle pensar que era un cabron a reconocer sus remordimientos, Carlos lo miro con repugnancia y se fue con los demas.
Cuando se hubo ido, el asesino abrio su mochila, y saco un Pen Drive con un papel pegado que decia: Alex.
Lo habia encontrado en la buhardilla pero no habia tenido oportunidad de decir nada a Alex. Había quedado dentro de la casa. Sin embargo, necesitaba encontrar un ordenador, queria ver que tenia su padrastro preparado para Alex.
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He adoptado el modo de escribir de Tatsu y Pekador, que lo hace todo mas sencillo, xD, y Tatsu, ahora me odias jaja.
FIN DE LA MISIÓN 2
PauTL- Mano derecha del jefe
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