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Segunda prueba
¿Furulas?
Cuando los zombies nos alcancen
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Ya habían pasado un par de días desde que Zed, Facundo y Michael salieran en busca de los demás supervivientes. Pese a que ella no estaba de acuerdo, Claudia encomendó a Alicia la tarea de ayudarla en la organización del búnker y a eso se dedicaba. La vino mejor de lo que ella pensaba porque, en ese tiempo, había vuelto a sonreir y se había olvidado de lo que estaba sucediendo tan solo a unos metros por encima de sus cabezas.
Se tenía que levantar temprano a juzgar por escasa claridad que se observaba en las cámaras cuando Alicia las encendia. Hasta que volviera Miguel, esa era su tarea: Revisar las cámaras durante unas pocas horas, después debía ayudar a preparar el comedor y recogerlo después de las comidas. El complejo estaba habitado por unas 40 personas, en algún momento, debía haber habido allí como unas 100 personas, teniendo en cuenta las fotos de equipo que había colgadas en la pared. Sin embargo, el número se había reducido considerablemente y Alicia todavía no sabía cual era la razón.
Después de que todo estuviera recogido, sus tareas matutinas concluían y se podía tomar unas horas libres para convivir con los demás supervivientes. Había gente muy variopinta, lejos de haber soldados, había muchas mujeres y niños. Al parecer, familias de los antiguos miembros de aquella extraña unidad. Sólamente había unos 15 hombres, el resto había fallecido en algún momento desde que todo comenzara.
Alicia ya no podía confiar en nadie así que sus relaciones personales se limitaban a las charlas matutinas con Claudia, con Joseph, un hombre pelirrojo de unos 35 años que había desertado del ejército británico hacía 2 años y, como no, con Arturo y Jorge.
Todas las tardes acudía a la enfermería y charlaba con Jorge que aún se recuperaba de su disparo en la pierna aunque, gracias a los buenos cuidados de Arturo y a los excelentes medios de los que disponía, podía levantarse ya de la cama y dar pequeños paseos cerca de la enfermería.
- Bueno Alicia, ¿y qué tal estás? - Preguntó Jorge la primera tarde.
- ¿Eso no debería preguntartelo yo? - Respondió ella riéndose- Tú eres quién recibió el disparo, no yo.
- Bah, lo mío solo es físico y este "manitas" ha podido solucionarlo en un par de horas.
- Un respeto, para ti, Sr. Manitas que si no llego a estar aquí, hubieras perdido la pierna.
- Bueno, ¿qué tal estás Ali?
- Pues estoy, que no es poco. Sigo pensando en él, ¿sabes? Pero el dolor ya no es tan fuerte como al principio. Tengo que reponerme y seguir adelante. Ya sabéis como soy. No pudieron conmigo los ejércitos de Adán como para derrumbarme con esto. Gracias por preocuparte - Alicia sonrió.
- Compañero, creo que debemos volver ya - Dijo el doctor- Para el primer día que caminas es suficiente y creo que nos hemos alejado demasiado. ¿Sabéis dónde estamos?
- Dejadme descansar un segundo, anda - Dijo Jorge apoyándose en una puerta. Sin darse cuenta, se apoyó en el picaporte y la puerta se abrió. - Mierda, sujetame que me caigo- Arturo le agarró a tiempo.
- ¿Qué cojones es esto? - Dijo ALicia cuando vio el contenido de aquella habitación.
- Tal vez debamos largarnos de aquí y examinarlo a otra hora más prudente. No me da ningún buen rollo donde nos hemos metido - Dijo Arturo.
- Sí, larguemonos. Esta habitación parece un laboratorio y aquí han estado investigando con zombies a juzgar por el olor y por esos restos de carne pútrida que hay en esas probetas. Debemos hablar con Claudia.
- Nooooo, no hablemos con ella. Volvamos y decidamos que hacer - Dijo Jorge- Empieza a doler.
- Nenaza... ¿Puedes andar? Apóyate en nosotros anda.
Los tres regresaron a la enfermería y acostaron a Jorge en su cama. Su plan era muy rudimentario, como todos los planes que hacían pero solían salir bien así que ese no sería diferente. Esa noche Alicia y Arturo no se quedarían dormidos con el toque de queda sino que harían como que estaban dormidos y se levantarían en mitad de la noche e irían a visitar a Jorge. Jorge debía hacer como que estaba enfermo y pedir a alguien que avisase a Arturo, ALicia le acompañaría para estar con su amigo Jorge. Después mientras Jorge se quedaba en la habitación con la puerta cerrada, comprobando que nadie venía, los otros dos irían a investigar en aquel cuarto. Efectivamente, así lo hicieron.
Después de cenar, Jorge puso su plan en marcha y, en menos de diez minutos, allí estaban Alicia y Arturo listos para investigar. Se pusieron en camino hacia el laboratorio que encontraron aquella mañana. No parecía que hubiese nadie por allí pero cuando llegaron a la puerta estaba cerrada con llave.
- Mierda, está cerrada con llave - Susurró Arturo - ¿Tienes alguna horquilla o algo para poder abrirla?
- ¿Desde cuándo te hiciste ladrón profesional?
- Nada, una infección de zombies y olvidarme las llaves de casa siempre te hace ser muy hábil para ciertas cosas. ¿Tienes o no?
- No, Arturo, ¿no ves que tengo el pelo suelto?
- ¿Y qué hacemos? Estos esconden algo aquí y no me da muy buen rollo.
- Mierda, viene alguien. Si nos pillan aquí estamos perdidos - Dijo Alicia mientras miraba la luz que se acercaba por su derecha.
- Bésame - Dijo Arturo - Que me beses joder- Repitió ante la mirada perpleja de Alicia - Si nos pillan diremos que buscábamos intimidad.
- Aprovechado... - Dijo ALicia y empezó a besar a Arturo
- ¿Quiénes sois vosotros? - Preguntó un hombre armado.
- Somos los supervivientes recién llegados. Sólo buscábamos un poco de intimidad, tío - Rió Arturo- Ya me entiendes....
- Bueno, pase por esta vez pero esta zona está restringida. No podeis estar aquí. Volved a la habitación.
Alicia y Arturo regresaron a su habitación, pasando antes por la habitación de Jorge que dormía plácidamente. Por algo les habían descubierto. Aquella noche durmieron juntos aunque no pasó nada entre ellos. Ella empezaba a sentirse mejor y él seguía respetándola. Al día siguiente, Alicia mantendría una conversación con Claudia, no sabía como pero tenía que averigüar que escondían allí.
Aquella misma mañana Alicia comprobó sus cámaras, los pequeños regresaban al túnel acompañados de Michael. Aún se encontraban lejos pero ahora sería ella la que saldría a buscarlos. Se acabo esa actitud tan pasiva por su parte. Alicia había regresado con más fuerza que nunca.
Se tenía que levantar temprano a juzgar por escasa claridad que se observaba en las cámaras cuando Alicia las encendia. Hasta que volviera Miguel, esa era su tarea: Revisar las cámaras durante unas pocas horas, después debía ayudar a preparar el comedor y recogerlo después de las comidas. El complejo estaba habitado por unas 40 personas, en algún momento, debía haber habido allí como unas 100 personas, teniendo en cuenta las fotos de equipo que había colgadas en la pared. Sin embargo, el número se había reducido considerablemente y Alicia todavía no sabía cual era la razón.
Después de que todo estuviera recogido, sus tareas matutinas concluían y se podía tomar unas horas libres para convivir con los demás supervivientes. Había gente muy variopinta, lejos de haber soldados, había muchas mujeres y niños. Al parecer, familias de los antiguos miembros de aquella extraña unidad. Sólamente había unos 15 hombres, el resto había fallecido en algún momento desde que todo comenzara.
Alicia ya no podía confiar en nadie así que sus relaciones personales se limitaban a las charlas matutinas con Claudia, con Joseph, un hombre pelirrojo de unos 35 años que había desertado del ejército británico hacía 2 años y, como no, con Arturo y Jorge.
Todas las tardes acudía a la enfermería y charlaba con Jorge que aún se recuperaba de su disparo en la pierna aunque, gracias a los buenos cuidados de Arturo y a los excelentes medios de los que disponía, podía levantarse ya de la cama y dar pequeños paseos cerca de la enfermería.
- Bueno Alicia, ¿y qué tal estás? - Preguntó Jorge la primera tarde.
- ¿Eso no debería preguntartelo yo? - Respondió ella riéndose- Tú eres quién recibió el disparo, no yo.
- Bah, lo mío solo es físico y este "manitas" ha podido solucionarlo en un par de horas.
- Un respeto, para ti, Sr. Manitas que si no llego a estar aquí, hubieras perdido la pierna.
- Bueno, ¿qué tal estás Ali?
- Pues estoy, que no es poco. Sigo pensando en él, ¿sabes? Pero el dolor ya no es tan fuerte como al principio. Tengo que reponerme y seguir adelante. Ya sabéis como soy. No pudieron conmigo los ejércitos de Adán como para derrumbarme con esto. Gracias por preocuparte - Alicia sonrió.
- Compañero, creo que debemos volver ya - Dijo el doctor- Para el primer día que caminas es suficiente y creo que nos hemos alejado demasiado. ¿Sabéis dónde estamos?
- Dejadme descansar un segundo, anda - Dijo Jorge apoyándose en una puerta. Sin darse cuenta, se apoyó en el picaporte y la puerta se abrió. - Mierda, sujetame que me caigo- Arturo le agarró a tiempo.
- ¿Qué cojones es esto? - Dijo ALicia cuando vio el contenido de aquella habitación.
- Tal vez debamos largarnos de aquí y examinarlo a otra hora más prudente. No me da ningún buen rollo donde nos hemos metido - Dijo Arturo.
- Sí, larguemonos. Esta habitación parece un laboratorio y aquí han estado investigando con zombies a juzgar por el olor y por esos restos de carne pútrida que hay en esas probetas. Debemos hablar con Claudia.
- Nooooo, no hablemos con ella. Volvamos y decidamos que hacer - Dijo Jorge- Empieza a doler.
- Nenaza... ¿Puedes andar? Apóyate en nosotros anda.
Los tres regresaron a la enfermería y acostaron a Jorge en su cama. Su plan era muy rudimentario, como todos los planes que hacían pero solían salir bien así que ese no sería diferente. Esa noche Alicia y Arturo no se quedarían dormidos con el toque de queda sino que harían como que estaban dormidos y se levantarían en mitad de la noche e irían a visitar a Jorge. Jorge debía hacer como que estaba enfermo y pedir a alguien que avisase a Arturo, ALicia le acompañaría para estar con su amigo Jorge. Después mientras Jorge se quedaba en la habitación con la puerta cerrada, comprobando que nadie venía, los otros dos irían a investigar en aquel cuarto. Efectivamente, así lo hicieron.
Después de cenar, Jorge puso su plan en marcha y, en menos de diez minutos, allí estaban Alicia y Arturo listos para investigar. Se pusieron en camino hacia el laboratorio que encontraron aquella mañana. No parecía que hubiese nadie por allí pero cuando llegaron a la puerta estaba cerrada con llave.
- Mierda, está cerrada con llave - Susurró Arturo - ¿Tienes alguna horquilla o algo para poder abrirla?
- ¿Desde cuándo te hiciste ladrón profesional?
- Nada, una infección de zombies y olvidarme las llaves de casa siempre te hace ser muy hábil para ciertas cosas. ¿Tienes o no?
- No, Arturo, ¿no ves que tengo el pelo suelto?
- ¿Y qué hacemos? Estos esconden algo aquí y no me da muy buen rollo.
- Mierda, viene alguien. Si nos pillan aquí estamos perdidos - Dijo Alicia mientras miraba la luz que se acercaba por su derecha.
- Bésame - Dijo Arturo - Que me beses joder- Repitió ante la mirada perpleja de Alicia - Si nos pillan diremos que buscábamos intimidad.
- Aprovechado... - Dijo ALicia y empezó a besar a Arturo
- ¿Quiénes sois vosotros? - Preguntó un hombre armado.
- Somos los supervivientes recién llegados. Sólo buscábamos un poco de intimidad, tío - Rió Arturo- Ya me entiendes....
- Bueno, pase por esta vez pero esta zona está restringida. No podeis estar aquí. Volved a la habitación.
Alicia y Arturo regresaron a su habitación, pasando antes por la habitación de Jorge que dormía plácidamente. Por algo les habían descubierto. Aquella noche durmieron juntos aunque no pasó nada entre ellos. Ella empezaba a sentirse mejor y él seguía respetándola. Al día siguiente, Alicia mantendría una conversación con Claudia, no sabía como pero tenía que averigüar que escondían allí.
Aquella misma mañana Alicia comprobó sus cámaras, los pequeños regresaban al túnel acompañados de Michael. Aún se encontraban lejos pero ahora sería ella la que saldría a buscarlos. Se acabo esa actitud tan pasiva por su parte. Alicia había regresado con más fuerza que nunca.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Localización : Como dice Tatsu... Villadolor xDDD
Fecha de inscripción : 11/02/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
-¿Falta mucho?Tengo hambre...-Se quejaba Degtyarev mientras seguía a Alex.
-No,ahora ya deja de quejarte-Respondió Alex.
-Bah,estaba mas cómodo en esa vieja casa que en estas sucias calles-Decía Degtyarev que tomaba la mano libre de Cody,ya que en la otra llevaba a Willis.
-En esa estación de metro estamos mejor,es mas segura que esa casa-Dijo Alex sin darse la vuelta.
-Si tu lo dices.
Las calles estaban desiertas,solo había cadáveres que se cocinaban en el sol matutino,en el cielo varias aves volaban en círculos,de los edificios,en las ventanas se podían apreciar amenazadoras siluetas.
-Estoy cansado-Murmuró Cody.
-Ya casi llegamos...¿verdad?-Preguntó Degtyarev mirando a Alex.
-Si,ya casi llegamos,calmados-Tranquilizó Alex.
-Saquen tema-Dijo Degtyarev luego de unos incómodos minutos de silencio.
-¿Quienes eran antes?-Preguntó Alex.
-¿A que te refieres?-Preguntó Degtyarev mientras veía que de su pantalon se agrandaba cada vez mas la mancha de sangre ocasionada por la herida.
-Hablo de que eran antes,a que se dedicaban-Aclaró Alex.
-Yo era estudiante,vivía con mis padres-Respondió mirando al suelo Cody.
-Ya entiendo que habrá pasado después¿Y tu Degtyarev?¿A qué te dedicabas?
-Era mecanico,también jugaba al rugby,vivía en la casa de mi padre.
-¿Y que sucedió con tu padre?-Preguntó Cody.
-Murió en la primera infección.
-¿Primera infección?-Preguntó frunciendo el ceño Alex.
-Para mi hubo una primera infección y para otros también-Dijo con voz firme Degtyarev.
-Vale ya llegamos...¿chicos?-Preguntó Alex mientras se daba vuelta para ver que ocurría.
Degtyarev estaba contra un poste de luz mientras que con ambas manos trataba de parar la hemorragia que tenía en su pierna.
-¡Debemos ayudarle!-Gritó Cody mientras trataba de ponerlo en pie.
-Deberían-Dijo con tono de dolor Degtyarev.
-¡Mierda llevemoslo rapidamente adentro!-Gritó Alex.
Lo último que vió Degtyarev fue una pequeña sala de enfermería,antes de desmayarse escuchó una voz,posiblemente la de Cody.
-Ya hemos llegado.
-No,ahora ya deja de quejarte-Respondió Alex.
-Bah,estaba mas cómodo en esa vieja casa que en estas sucias calles-Decía Degtyarev que tomaba la mano libre de Cody,ya que en la otra llevaba a Willis.
-En esa estación de metro estamos mejor,es mas segura que esa casa-Dijo Alex sin darse la vuelta.
-Si tu lo dices.
Las calles estaban desiertas,solo había cadáveres que se cocinaban en el sol matutino,en el cielo varias aves volaban en círculos,de los edificios,en las ventanas se podían apreciar amenazadoras siluetas.
-Estoy cansado-Murmuró Cody.
-Ya casi llegamos...¿verdad?-Preguntó Degtyarev mirando a Alex.
-Si,ya casi llegamos,calmados-Tranquilizó Alex.
-Saquen tema-Dijo Degtyarev luego de unos incómodos minutos de silencio.
-¿Quienes eran antes?-Preguntó Alex.
-¿A que te refieres?-Preguntó Degtyarev mientras veía que de su pantalon se agrandaba cada vez mas la mancha de sangre ocasionada por la herida.
-Hablo de que eran antes,a que se dedicaban-Aclaró Alex.
-Yo era estudiante,vivía con mis padres-Respondió mirando al suelo Cody.
-Ya entiendo que habrá pasado después¿Y tu Degtyarev?¿A qué te dedicabas?
-Era mecanico,también jugaba al rugby,vivía en la casa de mi padre.
-¿Y que sucedió con tu padre?-Preguntó Cody.
-Murió en la primera infección.
-¿Primera infección?-Preguntó frunciendo el ceño Alex.
-Para mi hubo una primera infección y para otros también-Dijo con voz firme Degtyarev.
-Vale ya llegamos...¿chicos?-Preguntó Alex mientras se daba vuelta para ver que ocurría.
Degtyarev estaba contra un poste de luz mientras que con ambas manos trataba de parar la hemorragia que tenía en su pierna.
-¡Debemos ayudarle!-Gritó Cody mientras trataba de ponerlo en pie.
-Deberían-Dijo con tono de dolor Degtyarev.
-¡Mierda llevemoslo rapidamente adentro!-Gritó Alex.
Lo último que vió Degtyarev fue una pequeña sala de enfermería,antes de desmayarse escuchó una voz,posiblemente la de Cody.
-Ya hemos llegado.
DarkHades- Pirómano
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Fecha de inscripción : 11/01/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Los zombies, reunidos en una gran multitud, seguían a paso lento al reportero y el armero. Sencillamente podían perderlos gracias a la velocidad de la furgoneta, pero los vehículos abandonados que cortaban las calles exigían que el conductor fuera con precaución. Además, los incesantes gemidos de los zombies atraían a más de ellos, por lo que encontrarse con varios en las esquinas era común.
El armero buscaba la lista en la mochila de Ariel, mientras este conducía altamente concentrado poniendo los ojos en el camino para evitar chocar con nadie.
- Por cierto, ¿cómo te llamas? - le preguntó Ariel.
- Daniel - contestó el hombre - ¿Y tú? -
- Ariel, Ariel Ferreira - dijo sin apartar la vista del camino. El hombre dejó de buscar la lista, paralizado, absorto en sus pensamientos. Su expresión de asombro preocupó al conductor.
- ¿Qué? ¿Qué te pasa? - preguntó extrañado.
- N...nada, es que no encuentro la lista - mintió Daniel.
- Mierd... la habré dejado en la biblioteca. Tendremos que ir allá a---
Una luz ascendió por los cielos hasta quedar colgada del firmamento, brillando como una estrella. Era la bengala de Carl.
- Retiro lo dicho, vamos a averiguar de dónde proviene la bengala -
Daniel asintió y siguieron su camino, con diferente rumbo.
- Ajj, tengo hambre. ¿No tienes algo para comer?- pidió el armero.
- Sí, sí, tengo una mochila con víveres en la parte de atrás, junto a las armas. -
Después de cinco minutos de viaje mientras Daniel comía barritas de cereales, finalmente llegaron los dos aventureros. El refugio era una enorme casa, una mansión, como la de la boda pero más protegida. Ocupaba una cuadra entera, y estaba rodeada de un muro de dos metros de alto, y frente a la furgoneta una verja negra que cerraba el paso. Típica mansión de gente adinerada, que serviría mucho como refugio.
No había señal de vida, todas las luces de la mansión se encontraban apagadas y no se veía el camión de Carl. Pero los gemidos lejanos de las calles vecinas advertían que los zombies se acercaban, por lo que tenían que entrar rápido a la mansión. Ariel estacionó la furgoneta cerca del muro, y ambos salieron de ella.
- ¿Pero dejaremos la furgoneta sola? - preguntó Daniel al ver que Ariel subía encima de ella y se trepaba al muro.
- ¿Y qué le harán? ¿Masticarla? - se burló Ariel, mientras ayudaba al armero a subir.
Ambos pudieron entrar en el jardín de la mansión, sólo restaba saber si era el lugar marcado por Carl o se habían equivocado.
El armero buscaba la lista en la mochila de Ariel, mientras este conducía altamente concentrado poniendo los ojos en el camino para evitar chocar con nadie.
- Por cierto, ¿cómo te llamas? - le preguntó Ariel.
- Daniel - contestó el hombre - ¿Y tú? -
- Ariel, Ariel Ferreira - dijo sin apartar la vista del camino. El hombre dejó de buscar la lista, paralizado, absorto en sus pensamientos. Su expresión de asombro preocupó al conductor.
- ¿Qué? ¿Qué te pasa? - preguntó extrañado.
- N...nada, es que no encuentro la lista - mintió Daniel.
- Mierd... la habré dejado en la biblioteca. Tendremos que ir allá a---
Una luz ascendió por los cielos hasta quedar colgada del firmamento, brillando como una estrella. Era la bengala de Carl.
- Retiro lo dicho, vamos a averiguar de dónde proviene la bengala -
Daniel asintió y siguieron su camino, con diferente rumbo.
- Ajj, tengo hambre. ¿No tienes algo para comer?- pidió el armero.
- Sí, sí, tengo una mochila con víveres en la parte de atrás, junto a las armas. -
Después de cinco minutos de viaje mientras Daniel comía barritas de cereales, finalmente llegaron los dos aventureros. El refugio era una enorme casa, una mansión, como la de la boda pero más protegida. Ocupaba una cuadra entera, y estaba rodeada de un muro de dos metros de alto, y frente a la furgoneta una verja negra que cerraba el paso. Típica mansión de gente adinerada, que serviría mucho como refugio.
No había señal de vida, todas las luces de la mansión se encontraban apagadas y no se veía el camión de Carl. Pero los gemidos lejanos de las calles vecinas advertían que los zombies se acercaban, por lo que tenían que entrar rápido a la mansión. Ariel estacionó la furgoneta cerca del muro, y ambos salieron de ella.
- ¿Pero dejaremos la furgoneta sola? - preguntó Daniel al ver que Ariel subía encima de ella y se trepaba al muro.
- ¿Y qué le harán? ¿Masticarla? - se burló Ariel, mientras ayudaba al armero a subir.
Ambos pudieron entrar en el jardín de la mansión, sólo restaba saber si era el lugar marcado por Carl o se habían equivocado.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Fecha de inscripción : 30/05/2010
Re: Cuando los zombies nos alcancen
Rapido, Rapido!!- le decia Alex, con un paso deprisa, a Cody, mientras Auxiliaban a Degtyarev, que no podia caminar debido a su herida en la pierna...-
Al llegar nuevo al refugio, Alicia, Arturo y Claudia estaban en la Entrada, habian visto a Degtyarev sangrar por las Camaras, pero no habian Salido debido a la tormenta que hacia afuera...
¿Que le ha pasado?- Pregunto Alicia
parece que se enterro un vidrio al huir del callejon en donde estaba atrapado, y su herida se volvió a abrir por la caminata- Respondio Alex
Dejenme ver- Dijo Arturo
Arturo Examinó la pierna de Degtyarev...
Parece que es grave, Nesecitamos intervencion medica rapido!
Tenemos una pequeña sala de Emfermeria, pueden llevarlo ahi- dijo claudia, señalando con el dedo el fondo del pasillo,- esta en buenas condiciones y hace tiempo que no la hemos utilizado.
Perfecto! llevemoslo ahi- Dijo Arturo agarrando el brazo de Degtyarev.
vas a estar bien! Ya hemos llegado - le dijo cody a Degtyarev, pero este parecia inconciente.
muy bien, manos a la obra!- Dijo Arturo- Acuestenlo, bajen un poco la altura de su cabeza de manera que quede abajo del torso, y alzen su pierna un poco, Necesitamos guantes, gasas y agua oxigenada, ustedes chicos, vayanse a Cambiar de ropa, antes de les cause un resfriado el estar mojado.
el armario de ropa esta en la tercera puerta a la izquierda- dijo claudia- las ropas no son muy bonitas pero son calidas.
Pero yo Quiero Ayudar!!- Grito Cody- Es mi amigo!!.
No vas a ayudar mucho si te enfermas!-Le Respondio Arturo, con algo de prisa- ya tenemos suficiente con los que estan ahora!.
Cody bajo la cabeza, dio media vuelta y se fue corriendo a alcanzar a alex, y entraron a la habitacion que les habian Dicho antes.
Claudia empezo a revisar las cosas del botiquin en busca de lo que habia pedido arturo, mientras que el se labava las manos y se ponia unos guantes de latex.
No hay gasas!!- Exclamó Claudia- Solo hay agua oxigenada!-
-Pues trae un Trapo Blanco o alguna tela blanca, que la necesitamos para observar si la hemorragia se detiene o continua!- Dijo Arturo
-Te sirve este?- Pregunto Alicia, enseñandole una servilleta blanca que estaba en una de las mesas de la emfermeria -Yo tambien quiero Ayudar-
Esta bien,-Respondio Arturo mientras desinfectaba la herida con el Agua oxigenada- ponte estos guantes, Nesecito que presiones con el trapo la herida, no dejes de presionar y observa bien, si la sangre sigue Saliendo, Agrega otro trapo encima de ese y sigue presionando, yo buscare las vendas en la otra habitacion, si ocurre algo, grita ¿ok?
OK- dijo alicia y empezó a presionar la herida de Degtyarev.
Arturo salio de la sala con prisa y Alicia se quedo Con Claudia, Alicia estaba presionando la herida y Claudia Buscaba Las vendas en esa habitacion..
Alicia veia como la sangre se esparcia por el trapo que hace unos segundos era blanco... ella seguia presionando..
unos minutos despues, al ver que la herida seguia sangrando, procedio a ponerle Otro trapo encima y seguir presionando, justo como le habia dicho arturo.
al cabo de unos minutos llegó arturo con unas vendas, y le hizo un torniquete en la pierna a Degtyarev.
Lo mejor es que descanze, Vámonos!- Dijo Arturo.
Salieron de la habitacion, Alex y Cody estaban esperando en la entrada, estos estaban vestidos con ropas que parecian muy antiguas y grandes,
¿Como Se encuentra Degtyarev? ¿Esta bien?- Pregunto Cody, Agarrandose el pantalon con una mano, ya que el pantalon que llevaba le quedaba un poco grande.
Estara bien, solo nesecita descanzar- le respondio Arturo.
Cody suspiró y se sentó en la banca junto con alex, estaba contento de que su amigo estubiera bien.
Por cierto, Donde esta Sergio? y el otro?- Pregunto Arturo,
Afuera...- Respondio Alex -matando zombies.
De repende, Cody se percato de que Willis no estaba..
-Alex!, ¿no has visto a Willis?-
-la ultima vez que lo vi, fue en aquel cuarto, cuando nos cambiabamos..-
Cody Saltó de la banca y se dirigio al cuarto, alex lo siguió.
-bueno, es hora de descanzar.-dijo arturo- voy por una merienda ligera, ¿quieres algo?-Pregunto Arturo-
-No Gracias- Respondio, Alicia- No tengo hambre.
Esta bien, pero luego no te arrepientas, eh!-Dijo arturo Sonriendo.
Arturo se fue Hacia el comedor de ahi, mientras que Alicia se quedó viendo la puerta de la sala de emfermeria, se preguntaba por que no habia tenido la oportunidad para conocer mejor a Degtryarev. asi que entro a la Sala de emfermeria y se sento junto a una silla que habia ahi..
pasaron los minutos y ella se quedo totalmente dormida.. esperando que al dia siguiente, Degtyarev Despertara, para poder conocerlo mejor...
Al llegar nuevo al refugio, Alicia, Arturo y Claudia estaban en la Entrada, habian visto a Degtyarev sangrar por las Camaras, pero no habian Salido debido a la tormenta que hacia afuera...
¿Que le ha pasado?- Pregunto Alicia
parece que se enterro un vidrio al huir del callejon en donde estaba atrapado, y su herida se volvió a abrir por la caminata- Respondio Alex
Dejenme ver- Dijo Arturo
Arturo Examinó la pierna de Degtyarev...
Parece que es grave, Nesecitamos intervencion medica rapido!
Tenemos una pequeña sala de Emfermeria, pueden llevarlo ahi- dijo claudia, señalando con el dedo el fondo del pasillo,- esta en buenas condiciones y hace tiempo que no la hemos utilizado.
Perfecto! llevemoslo ahi- Dijo Arturo agarrando el brazo de Degtyarev.
vas a estar bien! Ya hemos llegado - le dijo cody a Degtyarev, pero este parecia inconciente.
muy bien, manos a la obra!- Dijo Arturo- Acuestenlo, bajen un poco la altura de su cabeza de manera que quede abajo del torso, y alzen su pierna un poco, Necesitamos guantes, gasas y agua oxigenada, ustedes chicos, vayanse a Cambiar de ropa, antes de les cause un resfriado el estar mojado.
el armario de ropa esta en la tercera puerta a la izquierda- dijo claudia- las ropas no son muy bonitas pero son calidas.
Pero yo Quiero Ayudar!!- Grito Cody- Es mi amigo!!.
No vas a ayudar mucho si te enfermas!-Le Respondio Arturo, con algo de prisa- ya tenemos suficiente con los que estan ahora!.
Cody bajo la cabeza, dio media vuelta y se fue corriendo a alcanzar a alex, y entraron a la habitacion que les habian Dicho antes.
Claudia empezo a revisar las cosas del botiquin en busca de lo que habia pedido arturo, mientras que el se labava las manos y se ponia unos guantes de latex.
No hay gasas!!- Exclamó Claudia- Solo hay agua oxigenada!-
-Pues trae un Trapo Blanco o alguna tela blanca, que la necesitamos para observar si la hemorragia se detiene o continua!- Dijo Arturo
-Te sirve este?- Pregunto Alicia, enseñandole una servilleta blanca que estaba en una de las mesas de la emfermeria -Yo tambien quiero Ayudar-
Esta bien,-Respondio Arturo mientras desinfectaba la herida con el Agua oxigenada- ponte estos guantes, Nesecito que presiones con el trapo la herida, no dejes de presionar y observa bien, si la sangre sigue Saliendo, Agrega otro trapo encima de ese y sigue presionando, yo buscare las vendas en la otra habitacion, si ocurre algo, grita ¿ok?
OK- dijo alicia y empezó a presionar la herida de Degtyarev.
Arturo salio de la sala con prisa y Alicia se quedo Con Claudia, Alicia estaba presionando la herida y Claudia Buscaba Las vendas en esa habitacion..
Alicia veia como la sangre se esparcia por el trapo que hace unos segundos era blanco... ella seguia presionando..
unos minutos despues, al ver que la herida seguia sangrando, procedio a ponerle Otro trapo encima y seguir presionando, justo como le habia dicho arturo.
al cabo de unos minutos llegó arturo con unas vendas, y le hizo un torniquete en la pierna a Degtyarev.
Lo mejor es que descanze, Vámonos!- Dijo Arturo.
Salieron de la habitacion, Alex y Cody estaban esperando en la entrada, estos estaban vestidos con ropas que parecian muy antiguas y grandes,
¿Como Se encuentra Degtyarev? ¿Esta bien?- Pregunto Cody, Agarrandose el pantalon con una mano, ya que el pantalon que llevaba le quedaba un poco grande.
Estara bien, solo nesecita descanzar- le respondio Arturo.
Cody suspiró y se sentó en la banca junto con alex, estaba contento de que su amigo estubiera bien.
Por cierto, Donde esta Sergio? y el otro?- Pregunto Arturo,
Afuera...- Respondio Alex -matando zombies.
De repende, Cody se percato de que Willis no estaba..
-Alex!, ¿no has visto a Willis?-
-la ultima vez que lo vi, fue en aquel cuarto, cuando nos cambiabamos..-
Cody Saltó de la banca y se dirigio al cuarto, alex lo siguió.
-bueno, es hora de descanzar.-dijo arturo- voy por una merienda ligera, ¿quieres algo?-Pregunto Arturo-
-No Gracias- Respondio, Alicia- No tengo hambre.
Esta bien, pero luego no te arrepientas, eh!-Dijo arturo Sonriendo.
Arturo se fue Hacia el comedor de ahi, mientras que Alicia se quedó viendo la puerta de la sala de emfermeria, se preguntaba por que no habia tenido la oportunidad para conocer mejor a Degtryarev. asi que entro a la Sala de emfermeria y se sento junto a una silla que habia ahi..
pasaron los minutos y ella se quedo totalmente dormida.. esperando que al dia siguiente, Degtyarev Despertara, para poder conocerlo mejor...
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Michael, Sergio y Zed iban en un todoterreno acompañados del cientifico que se habia perdido, Michael conducia, Sergio iba de copiloto, y Zed y el cientifico iban atras.
-Entonces, ¿te separaste de los demas y no sabes donde estan?- Pregunto Sergio.
-Exacto, se hundio el piso y cai a una sotano, casi la palmo.
-Si, menos mal que te hemos encontrado- Dijo Michael.
-Oye, Psycho- Dijio Sergio
-¿Si?
-El dueño del coche, mira lo que tenia.
Sergio saco una caja, estaba abierta, y llena de porros.
-Jaja, ¿y te los vas a fumar todos?- Le pregunto Michael.
-Esperaba que me ayudaras, jaja- Dijo Sergio encendiendo uno.
-No gracias.
-Venga hombre, prueba un poco.
-Pero solo una calada, ¿eh?
Media hora mas tarde, Michael y Sergio iban colgados, Zed no paraba de rezar para que no se chocaran contra algo.
-Creo que deberia conducir yo- Le dijo Zed
-Calla, calla, se lo que me...hagooooooooo...aha- Le respondio Michael
-Eh...mira- Dijo Sergio -Mas...zombies.
-Si...los veo...creo que los voy a recoger
-Vengaaaaa...vaaaaleeee.
Michael acelero y atropello al zombie, que quedo tumbado al parabrisas, dado golpes al cristal.
-No...tio...asi no...anda...coge el volante...Sergio.-
-Seee...ya voy.
Michael abrió la ventanilla superior y asomo el cuerpo.
-Fuera de aqui...bicho- Le dijo mientras le golpeaba con la mochila llena de explosivos.
-Espera...Michael...te ayudo- Dijo Sergio, que empezo a dar volantazos.
-Wooooahaahahaha- Grito Michael, el zombi cayo, la mochila tambien, Michael volvio a entrar en el coche.
-Mira...tu...mas zombies.
-Seeeeeee...mira como los esquivo- Dio Michael, atropellandolos a todos -¡Los paso por debajooooooo!
El Walkie empezo a sonar
-¡Zed!, ¿estais ahi?- Sono la voz de Alicia
-¡Si!, y tenemos al cientifico, y por cierto, yo no vuelvo a ir con estos dos locos a ningun otro sitio.
-Trae aca- Dijo Sergio, cogiendo el Walkie -No le hagas...caso...estaaaa...nervioso.
-¡Y nosotros colgadoooooos!, jajaja- Dijo Michael
Sergio solto una carcajada, y Zed le quito el Walkie.
-No te preocupes Alicia, ya estamos cerca.
-Esta bien, daos prisa.
-¡Eh!, Michael, mira- Dijo Sergio, apretando el detonador, se escucho una explosion por detras de ellos, y las llamas iluminaron toda la calle.
-Jajajaja, mira tu esto- Michael se acerco a gran velocidad a un zombie, abrió la puerta, y lo atropello con ella.
-Jajaja, ¡eso lo vi en una pelicula!- Dijo Sergio.
-Seeeeeeeeee...en fin...creo que ya...hemos...llegadooooo- Dijo Michael
-Entonces, ¿te separaste de los demas y no sabes donde estan?- Pregunto Sergio.
-Exacto, se hundio el piso y cai a una sotano, casi la palmo.
-Si, menos mal que te hemos encontrado- Dijo Michael.
-Oye, Psycho- Dijio Sergio
-¿Si?
-El dueño del coche, mira lo que tenia.
Sergio saco una caja, estaba abierta, y llena de porros.
-Jaja, ¿y te los vas a fumar todos?- Le pregunto Michael.
-Esperaba que me ayudaras, jaja- Dijo Sergio encendiendo uno.
-No gracias.
-Venga hombre, prueba un poco.
-Pero solo una calada, ¿eh?
Media hora mas tarde, Michael y Sergio iban colgados, Zed no paraba de rezar para que no se chocaran contra algo.
-Creo que deberia conducir yo- Le dijo Zed
-Calla, calla, se lo que me...hagooooooooo...aha- Le respondio Michael
-Eh...mira- Dijo Sergio -Mas...zombies.
-Si...los veo...creo que los voy a recoger
-Vengaaaaa...vaaaaleeee.
Michael acelero y atropello al zombie, que quedo tumbado al parabrisas, dado golpes al cristal.
-No...tio...asi no...anda...coge el volante...Sergio.-
-Seee...ya voy.
Michael abrió la ventanilla superior y asomo el cuerpo.
-Fuera de aqui...bicho- Le dijo mientras le golpeaba con la mochila llena de explosivos.
-Espera...Michael...te ayudo- Dijo Sergio, que empezo a dar volantazos.
-Wooooahaahahaha- Grito Michael, el zombi cayo, la mochila tambien, Michael volvio a entrar en el coche.
-Mira...tu...mas zombies.
-Seeeeeee...mira como los esquivo- Dio Michael, atropellandolos a todos -¡Los paso por debajooooooo!
El Walkie empezo a sonar
-¡Zed!, ¿estais ahi?- Sono la voz de Alicia
-¡Si!, y tenemos al cientifico, y por cierto, yo no vuelvo a ir con estos dos locos a ningun otro sitio.
-Trae aca- Dijo Sergio, cogiendo el Walkie -No le hagas...caso...estaaaa...nervioso.
-¡Y nosotros colgadoooooos!, jajaja- Dijo Michael
Sergio solto una carcajada, y Zed le quito el Walkie.
-No te preocupes Alicia, ya estamos cerca.
-Esta bien, daos prisa.
-¡Eh!, Michael, mira- Dijo Sergio, apretando el detonador, se escucho una explosion por detras de ellos, y las llamas iluminaron toda la calle.
-Jajajaja, mira tu esto- Michael se acerco a gran velocidad a un zombie, abrió la puerta, y lo atropello con ella.
-Jajaja, ¡eso lo vi en una pelicula!- Dijo Sergio.
-Seeeeeeeeee...en fin...creo que ya...hemos...llegadooooo- Dijo Michael
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev habia tenido un sueño,estaba en su casa,la que heredó de su padre.Su padre se hiba urgentemente ya que al parecer habia surgido algo inesperado.
Su padre se da la vuelta y le dice:
-Me has decepcionado,no creí que cayeras en esto-Dijo entre dientes mientras que de uno de sus bolsillos sacaba una bolsita transparente con un polvo blanco dentro.
-¡Papá lo siento muchísimo!¡Perdoname porfavor!-Suplicaba Degtyarev arrodillado en la salida de la puerta de la casa.
Luego de unos segundos de silencio su padre dijo:
-Sea lo que sea que haya en esta carta que me has dado,mas te vale que sea importante-Dijo con lagrimas su padre mientras se subía en la parte trasera de uno de los camiones del ejército y guardaba la carta en el mismo bolsillo que en la que yacía la extraña sustancia.
Degtyarev se quedó parado en la puerta de su casa con lágrimas que se deslizaban por sus mejillas hasta que finalmente caían por su mentón.
Hasta que el sueño,o mejor dicho el recuerdo terminó.
Degtyarev abrió apenas los ojos y movió apenas la cabeza para ver donde se encontraba,al parecer estaba en una enfermería,a su lado estaba sentada una chica,la misma del anterior refugio,Alicia era su nombre.Hiso un leve esfuerzo para sentarse en la camilla.
-No deberías bajarte-Dijo la chica mientras le tomaba de la muñeca.
Degtyarev sin ganas de pelear se zafó de su mano y salió por la puerta,no toleraba estar encerrado.
-Chico no te recomiendo que salgas-Le dijo un hombre que estaba parado frente la puerta de la enfermería.
-No te recomiendo que me tapes mi única salida,no sabes como dejé a los zombies que hicieron eso-Respondió desafiante Degtyarev.
-Me gustaría verlo,chaval.
Degtyarev se dió media vuelta hacia la camilla y cuando parecía que volvía a recostarse,tomó velocidad hacia el guardia.El hombre no vio venir la tacleada y ambos cayeron varios metros delante de la enfermería.Degtyarev aprovechó y empezó a golpearle tan fuerte como lo habia hecho con los zombies en aquel callejón sin salida.
-Suéltalo-Gritaba Alicia que estaba detrás de él tratando de quitarselo de encima al guardia.
Su padre se da la vuelta y le dice:
-Me has decepcionado,no creí que cayeras en esto-Dijo entre dientes mientras que de uno de sus bolsillos sacaba una bolsita transparente con un polvo blanco dentro.
-¡Papá lo siento muchísimo!¡Perdoname porfavor!-Suplicaba Degtyarev arrodillado en la salida de la puerta de la casa.
Luego de unos segundos de silencio su padre dijo:
-Sea lo que sea que haya en esta carta que me has dado,mas te vale que sea importante-Dijo con lagrimas su padre mientras se subía en la parte trasera de uno de los camiones del ejército y guardaba la carta en el mismo bolsillo que en la que yacía la extraña sustancia.
Degtyarev se quedó parado en la puerta de su casa con lágrimas que se deslizaban por sus mejillas hasta que finalmente caían por su mentón.
Hasta que el sueño,o mejor dicho el recuerdo terminó.
Degtyarev abrió apenas los ojos y movió apenas la cabeza para ver donde se encontraba,al parecer estaba en una enfermería,a su lado estaba sentada una chica,la misma del anterior refugio,Alicia era su nombre.Hiso un leve esfuerzo para sentarse en la camilla.
-No deberías bajarte-Dijo la chica mientras le tomaba de la muñeca.
Degtyarev sin ganas de pelear se zafó de su mano y salió por la puerta,no toleraba estar encerrado.
-Chico no te recomiendo que salgas-Le dijo un hombre que estaba parado frente la puerta de la enfermería.
-No te recomiendo que me tapes mi única salida,no sabes como dejé a los zombies que hicieron eso-Respondió desafiante Degtyarev.
-Me gustaría verlo,chaval.
Degtyarev se dió media vuelta hacia la camilla y cuando parecía que volvía a recostarse,tomó velocidad hacia el guardia.El hombre no vio venir la tacleada y ambos cayeron varios metros delante de la enfermería.Degtyarev aprovechó y empezó a golpearle tan fuerte como lo habia hecho con los zombies en aquel callejón sin salida.
-Suéltalo-Gritaba Alicia que estaba detrás de él tratando de quitarselo de encima al guardia.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Anochecía en la ciudad, y la luna ya se hacía presente. Unas cuantas nubes se juntaban, buscando formar una tormenta. El viento, predecesor del fenómeno, arrastraba consigo cientos de hojas caídas, de árboles que se agitaban, formando sombras espeluznantes. La temperatura bajaba, el frío se hacía notar en los supervivientes.
Silencio en la ciudad. Sólo la muchedumbre de muertos interrumpía la tranquilidad; gemidos que estremecían, que ponían la piel de gallina. Amontonados frente al muro, extendían sus brazos queriendo trepar la pared y perseguir a los humanos que se escabulleron en el jardín. Cada vez venían más zombies, atraídos por los llamados de los otros. En unos minutos lograron superar los cincuenta, pero aunque tenían la ventaja del número, no podían hacer nada ante un obstáculo de dos metros de alto. La única posibilidad de pasarlo es subirse uno encima del otro, imposible para esos seres que no tenían la capacidad de razonar.
Los humanos corrían por el jardín, con el corazón en la garganta. No les importaba el frío, el viento ni la oscuridad, el miedo los azotaba con fiereza, y aunque tuvieran la mejor protección posible, enfrentarse a un ser sin sentimientos, sin la capacidad de sentir dolor, con el único objetivo de devorarte, enfrentarse aunque sea con uno de ellos, es realmente duro. Tienes que tener nervios de acero, porque si fallas, un momento de distracción, un tiro fallido, estás perdido y nadie te podrá ayudar cuando te muerda uno de esos horrorosos monstruos.
Por eso corrían los humanos, tratando de alcanzar la mansión, de entrar en ella y sentirse seguros. Pero con cientos de ellos a pocos metros de distancia no se puede estar seguro, es imposible dormir tranquilo, por lo que sobrevivir era estar alerta cada instante para no ser derrotado.
Los dos corrían por los frondosos campos, esquivando arbustos, árboles, estatuas y todo tipo de obstáculos. El jardín era más extenso que la mansión, y estaba bellamente decorada. Al terminar el jardín, un pasillo conducía al interior del edificio. La puerta estaba abierta, Ariel desenfundó su pistola. Le hizo señas al armero y, agachados, se sumergieron en la oscuridad de la sala.
El hall era muy elegante; una escalera conducía al primer piso. Pero una luz emergía de una habitación de la planta baja llamó la atención del reportero. Se pegó a la pared y lentamente se dirigió a la luz. Las voces de dos personas discutían sobre armas y de un muchacho que tardaba. Luego se escuchó unos pasos apresurados y salió de la habitación un hombre. Por la oscuridad no se le podía distinguir, pero se notaba que llevaba consigo un hacha de mano.
- ¿Carl? - susurró tímidamente Ariel. El hombre miró a su costado.
- ¡Ariel, por fin! - exclamó con alegría. Tiró al suelo el hacha y abrazó a su amigo. Recién ahí se dio cuenta de la presencia de otra persona. - ¿Quién eres tú? - preguntó.
- Es un sobreviviente, me lo encontré en la armería.- se apresuró en contestar - Carl, él es Daniel. Daniel, él es Carl -
Ambos se saludaron y los tres entraron en la habitación. El cuarto resultó ser el comedor. Marcus estaba esperando sentado en una silla, observando al trío.
- Ya era tiempo, Ariel. Pero veo que has traído un nuevo refugiado. - dijo percatándose de Daniel. Este se quedó callado, al sorprenderse del aspecto de Carl, ya que antes no lo pudo ver porque estaba oscuro.
- Es Daniel, el armero que me regaló gentilmente las armas. - dijo el reportero. Marcus se levantó de su asiento y se acercó a Daniel.
- Mucho gusto, Daniel. Espero que te sientas como en casa. - dijo extendiendo la mano.
- Muchas gracias. - dijo estrechando la mano. Un trueno resonó en la mansión. Gruesas gotas anunciaban el comienzo de una tormenta.
Silencio en la ciudad. Sólo la muchedumbre de muertos interrumpía la tranquilidad; gemidos que estremecían, que ponían la piel de gallina. Amontonados frente al muro, extendían sus brazos queriendo trepar la pared y perseguir a los humanos que se escabulleron en el jardín. Cada vez venían más zombies, atraídos por los llamados de los otros. En unos minutos lograron superar los cincuenta, pero aunque tenían la ventaja del número, no podían hacer nada ante un obstáculo de dos metros de alto. La única posibilidad de pasarlo es subirse uno encima del otro, imposible para esos seres que no tenían la capacidad de razonar.
Los humanos corrían por el jardín, con el corazón en la garganta. No les importaba el frío, el viento ni la oscuridad, el miedo los azotaba con fiereza, y aunque tuvieran la mejor protección posible, enfrentarse a un ser sin sentimientos, sin la capacidad de sentir dolor, con el único objetivo de devorarte, enfrentarse aunque sea con uno de ellos, es realmente duro. Tienes que tener nervios de acero, porque si fallas, un momento de distracción, un tiro fallido, estás perdido y nadie te podrá ayudar cuando te muerda uno de esos horrorosos monstruos.
Por eso corrían los humanos, tratando de alcanzar la mansión, de entrar en ella y sentirse seguros. Pero con cientos de ellos a pocos metros de distancia no se puede estar seguro, es imposible dormir tranquilo, por lo que sobrevivir era estar alerta cada instante para no ser derrotado.
Los dos corrían por los frondosos campos, esquivando arbustos, árboles, estatuas y todo tipo de obstáculos. El jardín era más extenso que la mansión, y estaba bellamente decorada. Al terminar el jardín, un pasillo conducía al interior del edificio. La puerta estaba abierta, Ariel desenfundó su pistola. Le hizo señas al armero y, agachados, se sumergieron en la oscuridad de la sala.
El hall era muy elegante; una escalera conducía al primer piso. Pero una luz emergía de una habitación de la planta baja llamó la atención del reportero. Se pegó a la pared y lentamente se dirigió a la luz. Las voces de dos personas discutían sobre armas y de un muchacho que tardaba. Luego se escuchó unos pasos apresurados y salió de la habitación un hombre. Por la oscuridad no se le podía distinguir, pero se notaba que llevaba consigo un hacha de mano.
- ¿Carl? - susurró tímidamente Ariel. El hombre miró a su costado.
- ¡Ariel, por fin! - exclamó con alegría. Tiró al suelo el hacha y abrazó a su amigo. Recién ahí se dio cuenta de la presencia de otra persona. - ¿Quién eres tú? - preguntó.
- Es un sobreviviente, me lo encontré en la armería.- se apresuró en contestar - Carl, él es Daniel. Daniel, él es Carl -
Ambos se saludaron y los tres entraron en la habitación. El cuarto resultó ser el comedor. Marcus estaba esperando sentado en una silla, observando al trío.
- Ya era tiempo, Ariel. Pero veo que has traído un nuevo refugiado. - dijo percatándose de Daniel. Este se quedó callado, al sorprenderse del aspecto de Carl, ya que antes no lo pudo ver porque estaba oscuro.
- Es Daniel, el armero que me regaló gentilmente las armas. - dijo el reportero. Marcus se levantó de su asiento y se acercó a Daniel.
- Mucho gusto, Daniel. Espero que te sientas como en casa. - dijo extendiendo la mano.
- Muchas gracias. - dijo estrechando la mano. Un trueno resonó en la mansión. Gruesas gotas anunciaban el comienzo de una tormenta.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Joseph se golpeó la cabeza y cayó al suelo seminconsciente. Degtyarev, que no se había dado cuenta de eso, seguía golpeándolo con fuerza mientras aquel sangraba profusamente por la nariz. ALicia intentó separarlos hasta que finalmente, le tuvo que dar una fuerte patada. Degtyarev se levantó, agarró por el cuello a Alicia y la elevó varios palmos por encima del suelo . Alicia forcejeaba intentando zafarse de aquel animal pero no lo conseguía, sin embargo, la estatura de Alicia era idónea para pegarle un rodillazo en su entrepierna. Efectivamente lo hizo, Degtyarev la soltó de inmediato:
- Te está bien empleado, capullo - Gritó Alicia - No se te ocurra volver a ponerme la mano encima. No estás entre zombies. Has estado a punto de matarnos a Joseph y a mí. Así que, o te tranquilizas o te estás buscando un refugio por tu cuenta, ¿de acuerdo?
- No quiero hablar contigo. Te arrepentirás de haberme golpeado - Dijo Degtyarev.
- ¿Sí? ¿De qué modo? Podría acabar contigo ahora mismo sin ensuciarme las manos - Dijo Alicia desafiante.
- Ja, no podrías nunca conmigo. - Dijo Degtyarev que empezaba a incorporarse.
- Acabo de tumbarte sin ensuciarme las manos, ¿ves? ¿No crees que tengo razón? ¿Sabes?, te pareces a tu padre. Eres igual de terco que él.
- No vuelvas a mencionarle nunca. Mi padre era un héroe así que no vuelvas a hablar mal de él.
- ¿Hablar mal yo? ¿De Bergen? Por favor, me salvó la vida...
- ¿Te salvó la vida? - Preguntó Degtyarev abandonando su posición y sentándose en el suelo. Alicia se sentó junto a él.
- Tu padre fue un gran hombre y murió como un héroe - Dijo Alicia mirando al frente al recordar que fue Fernando quién le mató- Así que siéntete orgulloso de ser su hijo. Al igual que tú y yo, tu padre y yo empezamos con mal pie pero si no fuera por él, yo no estaría hablándote de él ahora mismo. Ni Arturo, ni Facundo, ni ninguna de las personas que estamos aquí somos tus enemigos, Degtyarev. Tenemos que sobrevivir juntos y aprender a convivir. Eres demasiado impetuoso pero el ímpetu te lleva a tomar malas decisiones.
- Cada uno es como es y a mí me tocó ser así, así que tú deberás acostumbrarte- Alicia rió ante aquella afirmación- Bueno, y ahora... hablame de mi padre... Aunque antes, deberíamos ocuparnos del probre guardia... fui demasiado bruto.
Alicia y Degtyarev charlaron durante horas sobre sus aventuras en la anterior infección y sobre la muerte final de Bergen. Alicia obvió detalles acerca de la adicción de Bergen a las drogas pero le habló de su amistad con Luis, de cómo se enfrentó a aquellos presidiarios y, sobretodo, de cómo actuó con Simón y como salvó la vida de Alicia. Cuando Alicia concluyó su historia, Degtyarev tenía lágrimas en sus ojos y la pidió que le dejara solo. Necesitaba pensar sobre todo lo que ella le había contado, asimilarlo y decidir sobre qué haría a continuación.
Por su parte, Alicia se dirgió hacia el comedor. Allí estaba Arturo merendando con Joseph que ya se había recuperado del golpe que había recibido. Dejaron a Joseph en el comedor y se dirigieron hacia el cuarto de vigilancia.
- He estado hablando con ese joven de la pierna herida. Es el hijo de Bergen, ¿le recuerdas?
- Cómo olvidar a aquel militar que veía zombies mutantes... Nunca hicimos buenas migas pero le recuerdo. Qué coincidencia! Además... te salvó la vida, niña, eso se lo agradezco yo mucho - Rió y, después de muchos días ella le devolvió la sonrisa - Por fin, por fin te veo sonreir!!!!!!
- No seas idiota, anda - Dijo sonriendole y mirándole a los ojos. Sin que ni siquiera ella lo esperara, le besó.
- ¿Interrumpimos? - Dijo una voz muy familiar lo que hizo que se separasen inmediatamente.
- No... no es lo que piensas Zed.
- Yo no pienso nada pero Facundo anda detrás de mí, muy cerca, él no lo entendería.
- No digas nada, por favor - Dijo Alicia- Ya te lo explicaré en otro momento. ¿Cómo fue la salida?
- La salida fue mal. Tenemos problemas ahí afuera. El capullo de Michael se ha quedado encerrado en el coche, después de golpearnos contra un muro. Tenemos que salir, necesitamos ayuda. Rápido.
Alicia cogió su arma y decidió que ya era hora de dejar de lamentarse. Abrió sus ojos y se puso en camino hacia la calle. Las vidas de Michael, Sergio y Miguel dependían de ellos.
- Te está bien empleado, capullo - Gritó Alicia - No se te ocurra volver a ponerme la mano encima. No estás entre zombies. Has estado a punto de matarnos a Joseph y a mí. Así que, o te tranquilizas o te estás buscando un refugio por tu cuenta, ¿de acuerdo?
- No quiero hablar contigo. Te arrepentirás de haberme golpeado - Dijo Degtyarev.
- ¿Sí? ¿De qué modo? Podría acabar contigo ahora mismo sin ensuciarme las manos - Dijo Alicia desafiante.
- Ja, no podrías nunca conmigo. - Dijo Degtyarev que empezaba a incorporarse.
- Acabo de tumbarte sin ensuciarme las manos, ¿ves? ¿No crees que tengo razón? ¿Sabes?, te pareces a tu padre. Eres igual de terco que él.
- No vuelvas a mencionarle nunca. Mi padre era un héroe así que no vuelvas a hablar mal de él.
- ¿Hablar mal yo? ¿De Bergen? Por favor, me salvó la vida...
- ¿Te salvó la vida? - Preguntó Degtyarev abandonando su posición y sentándose en el suelo. Alicia se sentó junto a él.
- Tu padre fue un gran hombre y murió como un héroe - Dijo Alicia mirando al frente al recordar que fue Fernando quién le mató- Así que siéntete orgulloso de ser su hijo. Al igual que tú y yo, tu padre y yo empezamos con mal pie pero si no fuera por él, yo no estaría hablándote de él ahora mismo. Ni Arturo, ni Facundo, ni ninguna de las personas que estamos aquí somos tus enemigos, Degtyarev. Tenemos que sobrevivir juntos y aprender a convivir. Eres demasiado impetuoso pero el ímpetu te lleva a tomar malas decisiones.
- Cada uno es como es y a mí me tocó ser así, así que tú deberás acostumbrarte- Alicia rió ante aquella afirmación- Bueno, y ahora... hablame de mi padre... Aunque antes, deberíamos ocuparnos del probre guardia... fui demasiado bruto.
Alicia y Degtyarev charlaron durante horas sobre sus aventuras en la anterior infección y sobre la muerte final de Bergen. Alicia obvió detalles acerca de la adicción de Bergen a las drogas pero le habló de su amistad con Luis, de cómo se enfrentó a aquellos presidiarios y, sobretodo, de cómo actuó con Simón y como salvó la vida de Alicia. Cuando Alicia concluyó su historia, Degtyarev tenía lágrimas en sus ojos y la pidió que le dejara solo. Necesitaba pensar sobre todo lo que ella le había contado, asimilarlo y decidir sobre qué haría a continuación.
Por su parte, Alicia se dirgió hacia el comedor. Allí estaba Arturo merendando con Joseph que ya se había recuperado del golpe que había recibido. Dejaron a Joseph en el comedor y se dirigieron hacia el cuarto de vigilancia.
- He estado hablando con ese joven de la pierna herida. Es el hijo de Bergen, ¿le recuerdas?
- Cómo olvidar a aquel militar que veía zombies mutantes... Nunca hicimos buenas migas pero le recuerdo. Qué coincidencia! Además... te salvó la vida, niña, eso se lo agradezco yo mucho - Rió y, después de muchos días ella le devolvió la sonrisa - Por fin, por fin te veo sonreir!!!!!!
- No seas idiota, anda - Dijo sonriendole y mirándole a los ojos. Sin que ni siquiera ella lo esperara, le besó.
- ¿Interrumpimos? - Dijo una voz muy familiar lo que hizo que se separasen inmediatamente.
- No... no es lo que piensas Zed.
- Yo no pienso nada pero Facundo anda detrás de mí, muy cerca, él no lo entendería.
- No digas nada, por favor - Dijo Alicia- Ya te lo explicaré en otro momento. ¿Cómo fue la salida?
- La salida fue mal. Tenemos problemas ahí afuera. El capullo de Michael se ha quedado encerrado en el coche, después de golpearnos contra un muro. Tenemos que salir, necesitamos ayuda. Rápido.
Alicia cogió su arma y decidió que ya era hora de dejar de lamentarse. Abrió sus ojos y se puso en camino hacia la calle. Las vidas de Michael, Sergio y Miguel dependían de ellos.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Rodrigo permanecía callado delante nuestra.....pensando pero yo lo interrumpí.
Carlos- Me voy.
Rodrigo- Iros, si venís conmigo encontrareis una muerte segura.
Kenny- Esperamos que vuelvas con lo que sea que estés buscando.
Rodrigo- Solo una cosa antes de iros. Me podéis prestar algún arma?
Megan- Toma mi pistola, total yendo con ellos no la voy a usar.
Agatha- Hasta luego.
Rodrigo- Si, esperemos que esto no sea un adiós sino un hasta luego.
Dejamos a Rodrigo allí y pusimos rumbo hacia donde se fueron Fernando y Facundo.
Nos paramos en una esquina a decidir que haríamos.
Carlos- Vale, yo opto por seguir esta calle hasta que acabe y luego girar a la derecha.
Kenny- Te secundo.
Barbie- Yo pienso que sería mejor por aquella calle y luego girar a la izquierda.
De pronto 2 zombies salieron de el otro lado de la esquina mordiendo a Megan y Barbie por detrás.
Carlos- NO!! Grité.
Kenny pudo acabar con el que tenía a Barbie y yo le di con la culeta al otro tirándolo al suelo, luego lo remate con 2 culetazos mas.
Megan- Hice bien en... darle la pistola. Yo ya no la necesitaré.... acabad conmigo, no quiero ser un muerto de esos.
Barbie- Noooo snif nif yo no quiero morir buaah buahh. Lloraba Barbie.
Kenny- Carlos con este escándalo nos oirá hasta el último zombie de la ciudad.
Megan- Disparadme! o lo haré yo misma.
Y eso hizo Megan agarrando la pistola de Barbie.
Megan- Recordadme! PUM! Se dio un tiro limpio en el craneo.
Carlos- Barbie... ahora tu...
Barbie- Nunca! Dijo Barbie cogiendo su pistola de las manos sin vida de Megan y apuntándonos.
Agatha- Tranquilaa.. no te haremos nada que tu no quieras.
Barbie- Mientes! En cuanto me gire me dispararéis.
En ese momento llegó otro zombie de el otro lado de la esquina y volvió a morder a Barbie, esta vez en el cuello y la derribo.
Kenny- La ayudamos o dejamos que se la coma?
Carlos- Déjalo, parece que disfruta comiendo.
Agatha- Pero Barbie volverá como uno de ellos.
Carlos- Jeje, no creo que ese zombie deje mucho de ella como para que pueda caminar.
Kenny cogió la pistola de Barbie y se la dio a Agatha. Después continuaron su viaje.
Carlos- Parece que como ya no hay oposición iremos por esta calle no?
Kenny- Imagino que si.
Agatha- Yo solo quiero volver con Zed.
hiiiiiii hiiii runn run.
Carlos- Eso es un puto coche??
Delante de ellos en un cruce pasó a toda velocidad un coche que dejó una extraña mochila allí.
Agatha- Ese era Zed?
Carlos- o_O! Sergio y el asesino iban con el¿??
Que será esa mochila?
De repente la mochila voló en pedazos, suerte que estábamos alejados de ella.
Kenny- Hijos de puta! Que se creen que están haciendo?
Carlos- Me la suda yo voy a por ellos.
Agatha- Pero si iban en coche?
Carlos- Da igual, seguiré el rastro de destrucción jaja , sea quien sea el que conduce está rompiendo todo a su paso. (Pensé en Sergio en ese momento)
Kenny- Si vamos a perseguirles, necesitamos llevar el menor peso posible.
Carlos- Yo solo llevo mi escopeta en la espalda y no me molesta tanto.
Agatha- Yo tampoco llevo nada, solo la pistola.
Kenny- Pues entonces en marcha.
Crash!
Agatha- Que a sido eso? llevan mas explosivos?
Carlos- No jajaja el que estuviera conduciendo se ha chocado 2 calles mas allá, no veis el humo?
Kenny- Vallamos, quizá necesiten ayuda.
Carlos- Me voy.
Rodrigo- Iros, si venís conmigo encontrareis una muerte segura.
Kenny- Esperamos que vuelvas con lo que sea que estés buscando.
Rodrigo- Solo una cosa antes de iros. Me podéis prestar algún arma?
Megan- Toma mi pistola, total yendo con ellos no la voy a usar.
Agatha- Hasta luego.
Rodrigo- Si, esperemos que esto no sea un adiós sino un hasta luego.
Dejamos a Rodrigo allí y pusimos rumbo hacia donde se fueron Fernando y Facundo.
Nos paramos en una esquina a decidir que haríamos.
Carlos- Vale, yo opto por seguir esta calle hasta que acabe y luego girar a la derecha.
Kenny- Te secundo.
Barbie- Yo pienso que sería mejor por aquella calle y luego girar a la izquierda.
De pronto 2 zombies salieron de el otro lado de la esquina mordiendo a Megan y Barbie por detrás.
Carlos- NO!! Grité.
Kenny pudo acabar con el que tenía a Barbie y yo le di con la culeta al otro tirándolo al suelo, luego lo remate con 2 culetazos mas.
Megan- Hice bien en... darle la pistola. Yo ya no la necesitaré.... acabad conmigo, no quiero ser un muerto de esos.
Barbie- Noooo snif nif yo no quiero morir buaah buahh. Lloraba Barbie.
Kenny- Carlos con este escándalo nos oirá hasta el último zombie de la ciudad.
Megan- Disparadme! o lo haré yo misma.
Y eso hizo Megan agarrando la pistola de Barbie.
Megan- Recordadme! PUM! Se dio un tiro limpio en el craneo.
Carlos- Barbie... ahora tu...
Barbie- Nunca! Dijo Barbie cogiendo su pistola de las manos sin vida de Megan y apuntándonos.
Agatha- Tranquilaa.. no te haremos nada que tu no quieras.
Barbie- Mientes! En cuanto me gire me dispararéis.
En ese momento llegó otro zombie de el otro lado de la esquina y volvió a morder a Barbie, esta vez en el cuello y la derribo.
Kenny- La ayudamos o dejamos que se la coma?
Carlos- Déjalo, parece que disfruta comiendo.
Agatha- Pero Barbie volverá como uno de ellos.
Carlos- Jeje, no creo que ese zombie deje mucho de ella como para que pueda caminar.
Kenny cogió la pistola de Barbie y se la dio a Agatha. Después continuaron su viaje.
Carlos- Parece que como ya no hay oposición iremos por esta calle no?
Kenny- Imagino que si.
Agatha- Yo solo quiero volver con Zed.
hiiiiiii hiiii runn run.
Carlos- Eso es un puto coche??
Delante de ellos en un cruce pasó a toda velocidad un coche que dejó una extraña mochila allí.
Agatha- Ese era Zed?
Carlos- o_O! Sergio y el asesino iban con el¿??
Que será esa mochila?
De repente la mochila voló en pedazos, suerte que estábamos alejados de ella.
Kenny- Hijos de puta! Que se creen que están haciendo?
Carlos- Me la suda yo voy a por ellos.
Agatha- Pero si iban en coche?
Carlos- Da igual, seguiré el rastro de destrucción jaja , sea quien sea el que conduce está rompiendo todo a su paso. (Pensé en Sergio en ese momento)
Kenny- Si vamos a perseguirles, necesitamos llevar el menor peso posible.
Carlos- Yo solo llevo mi escopeta en la espalda y no me molesta tanto.
Agatha- Yo tampoco llevo nada, solo la pistola.
Kenny- Pues entonces en marcha.
Crash!
Agatha- Que a sido eso? llevan mas explosivos?
Carlos- No jajaja el que estuviera conduciendo se ha chocado 2 calles mas allá, no veis el humo?
Kenny- Vallamos, quizá necesiten ayuda.
PeKaDoR- Lich King
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Degtyarev había meditado bastante ya,mucha de la gente que le rodeaba habían conocido a su padre,algunos habían sido amigos y otros enemigos.Las palabras de Alicia fueron chocantes para él,por lo cual le pidió estar a solas por un momento.
-Soy mas útil en otro lado que aquí llorando.-Murmuró para si mismo.
Juntó y se puso su ropa que yacía al lado de su camilla y al parecer estaba lavada y cosida en algunas partes,la M16 como la llave inglesa no estaba por ninguna parte pero de seguro podría haber algo mejor en la armería,si es que había alguna.
Salió de la enfermeria y se puso a recorrer gran parte del metro,había niños y ancianos,jovenes y embarazadas entre otros.También había hombres y mujeres que subían al exterior armados hasta los dientes en busca de ropa,comida,herramientas,electrodomésticos y demás cosas.
Degtyarev empezó a sentir apetito,de hecho lo tenía desde hace horas pero estaba pensando en otras cosas,le preguntó a una niña de unos trece años donde podía conseguir algo de comer y ella lo envió hacia la cafetería.
-¡Degtyarev!-Gritó Cody que se aproximaba corriendo hacia su dirección.
-¿Qué sucede Cody?-Murmuró Degtyarev que tenía la mirada fija en la barra de ensaladas.
-¿Cómo estas?
-Me siento un poco mejor.¿Has comido?-Preguntó Degtyarev.
-No aún no he comido nada.
-Busca una mesa libre yo ya voy con algo de comida.
Degtyarev luego de juntar unos emparedados y un poco de ensalada para cada uno fué directo hacia la mesa de Cody.En el camino se encontró con Alicia y con otros sobrevivientes mas que se iban a toda prisa por la salida.
-Soy mas útil en otro lado que aquí llorando.-Murmuró para si mismo.
Juntó y se puso su ropa que yacía al lado de su camilla y al parecer estaba lavada y cosida en algunas partes,la M16 como la llave inglesa no estaba por ninguna parte pero de seguro podría haber algo mejor en la armería,si es que había alguna.
Salió de la enfermeria y se puso a recorrer gran parte del metro,había niños y ancianos,jovenes y embarazadas entre otros.También había hombres y mujeres que subían al exterior armados hasta los dientes en busca de ropa,comida,herramientas,electrodomésticos y demás cosas.
Degtyarev empezó a sentir apetito,de hecho lo tenía desde hace horas pero estaba pensando en otras cosas,le preguntó a una niña de unos trece años donde podía conseguir algo de comer y ella lo envió hacia la cafetería.
-¡Degtyarev!-Gritó Cody que se aproximaba corriendo hacia su dirección.
-¿Qué sucede Cody?-Murmuró Degtyarev que tenía la mirada fija en la barra de ensaladas.
-¿Cómo estas?
-Me siento un poco mejor.¿Has comido?-Preguntó Degtyarev.
-No aún no he comido nada.
-Busca una mesa libre yo ya voy con algo de comida.
Degtyarev luego de juntar unos emparedados y un poco de ensalada para cada uno fué directo hacia la mesa de Cody.En el camino se encontró con Alicia y con otros sobrevivientes mas que se iban a toda prisa por la salida.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Alicia salió al exterior del refugio acompañada de Arturo, Zed y Facundo. El coche en el que viajaban se había estrellado contra un muro y se había llevado cuatro de esos podridos por el camino. Sergio estaba inconsciente en el asiento del copiloto, Miguel, en el asiento trasero, muy mal herido todavía respiraba y Michael había conseguido del coche y ya había empezado a disparar a los zombies para salvar a Sergio. Su puntería no era demasiado acertada pero había conseguido salvar la vida a Sergio.
- Joder, lo que habéis tardado. Sacad a Sergio primero y después a Miguel. Sergio tiene más posibilidades de ser devorado por dónde está. Rápido.
- ¿Qué coño ha pasado? - Gritó Alicia
- Nada, Alicia, me he distraído y ya está. Ayúdadlos y no hagáis preguntas.
- Ya claro, nada, ¿y ese olor...?
Alicia cubría a Zed y a Facundo mientras sacaban a Sergio del coche, Zed se cargó en su hombro a Sergio y bajó las escaleras que les llevarían hacia el refugio. Cuando dejó a Sergio en manos expertas, volvió a subir para echar una mano. Arturo había pasado al coche por la puerta trasera para echar un vistazo a Miguel. Estaba muy mal, Arturo no estaba seguro de que sobreviviera ya que había recibido un fuerte impacto en la cabeza contra el cristal pero, aún así, lo sacaron del coche y lo bajaron al refugio.
Todos se reunieron en la sala de cámaras, excepto Arturo, que estaba echando una mano al doctor.
- Michael o me cuentas lo que ha pasado o podemos tener muchos problemas para estar aquí si Miguel muere.
- Me da igual estar aquí o no. Así que si me echan, me echaron, encontraremos otro lugar.
- Nosotros podemos sobrevivir pero con nosotros llegó Cody, un niño de 13 años, Jorge, Degtyarev y ahora Sergio que están heridos así que, como no creo que quieras dejar atrás a Alex, cuentamelo.
- De acuerdo. Conducíamos matando los zombies que encontrábamos por el camino, se me fue el volante y nos golpeamos contra ese muro a toda velocidad.
- Vale. Lo primero, ¿estás bien? - Michel asintió - Bueno, fue un accidente. Son cosas que pasan.
- Puede - Intervino Zed- Pero yo no volveré a montar con ustedes dos en un coche...
- Esperad - Dijo Facundo- ¿No os suenan esas caras?
- ¿No es ese Carlos.... y Kenny?
Alicia y los demás regresaron al exterior a buscar a Carlos y Kenny que acababan de llegar de alguna parte de la ciudad. Todos juntos bajaron al refugio y, con permiso de Claudia, les dieron de comer. Después de comer, Carlos fue a ver a Sergio mientras Kenny se quedó contándoles la historia sobre Rodrigo y todo lo demás.
- ¿Cómo? - Dijo Facundo- Rodrigo estaba allí malherido y no habéis sido capaces de traerle...
- Es que él no quiso venir. Habló algo de un cuartel secreto del ejército o algo así.
- Es hora de salir - Dijo Alicia- Ahora Claudia está ocupada con lo de Miguel así que será el mejor momento para escabullirme. Necesito acción y vengarme por todo lo sucedido.
- ¿Estás segura? - Dijo Zed- Sabes que yo me apunto sin dudarlo.
- ¿Funcionará el coche en el que habéis llegado? - Dijo Facundo
- No creo - Dijo Michael- Estaba muy deteriorado pero en la calle hay muchos zombies. Puedo hacer un puente.
- De acuerdo, pero conduzco yo- Propuso Zed- Lo siento pero no me fío de ti al volante, al menos por ahora.
- Dejad que vaya a por Arturo y nos iremos.
- Está ocupado ahora mismo. Déjale que se quede aquí ayudando.
- Me temo que se preocuparía si no se lo digo- Pero afortunadamente, Arturo venía por el pasillo.
- Miguel sobrevivirá pero estará jodido una temporada. Claudia está ahora mismo con él.
- Muy bien, coge tus armas y nos vamos a por Rodrigo. Estos dos le dejaron herido en el lugar de la explosión.
- Genial, aventuras con zombies otra vez... Cuando termine esto me voy a aburrir bastante...
Zed, Michael, Facundo, Arturo y Alicia salieron a hurtadillas del complejo, cargados con armas y se pusieron en marcha hacia el lugar de la explosión. No estaba muy lejos pero el camino sería complicado dado el número de zombies. Habían dejado encargado a Jorge, después de despedirse de él, que advirtiera de su marcha al grupo y a Claudia y los demás. Era hora de seguir con la diversión.
- Joder, lo que habéis tardado. Sacad a Sergio primero y después a Miguel. Sergio tiene más posibilidades de ser devorado por dónde está. Rápido.
- ¿Qué coño ha pasado? - Gritó Alicia
- Nada, Alicia, me he distraído y ya está. Ayúdadlos y no hagáis preguntas.
- Ya claro, nada, ¿y ese olor...?
Alicia cubría a Zed y a Facundo mientras sacaban a Sergio del coche, Zed se cargó en su hombro a Sergio y bajó las escaleras que les llevarían hacia el refugio. Cuando dejó a Sergio en manos expertas, volvió a subir para echar una mano. Arturo había pasado al coche por la puerta trasera para echar un vistazo a Miguel. Estaba muy mal, Arturo no estaba seguro de que sobreviviera ya que había recibido un fuerte impacto en la cabeza contra el cristal pero, aún así, lo sacaron del coche y lo bajaron al refugio.
Todos se reunieron en la sala de cámaras, excepto Arturo, que estaba echando una mano al doctor.
- Michael o me cuentas lo que ha pasado o podemos tener muchos problemas para estar aquí si Miguel muere.
- Me da igual estar aquí o no. Así que si me echan, me echaron, encontraremos otro lugar.
- Nosotros podemos sobrevivir pero con nosotros llegó Cody, un niño de 13 años, Jorge, Degtyarev y ahora Sergio que están heridos así que, como no creo que quieras dejar atrás a Alex, cuentamelo.
- De acuerdo. Conducíamos matando los zombies que encontrábamos por el camino, se me fue el volante y nos golpeamos contra ese muro a toda velocidad.
- Vale. Lo primero, ¿estás bien? - Michel asintió - Bueno, fue un accidente. Son cosas que pasan.
- Puede - Intervino Zed- Pero yo no volveré a montar con ustedes dos en un coche...
- Esperad - Dijo Facundo- ¿No os suenan esas caras?
- ¿No es ese Carlos.... y Kenny?
Alicia y los demás regresaron al exterior a buscar a Carlos y Kenny que acababan de llegar de alguna parte de la ciudad. Todos juntos bajaron al refugio y, con permiso de Claudia, les dieron de comer. Después de comer, Carlos fue a ver a Sergio mientras Kenny se quedó contándoles la historia sobre Rodrigo y todo lo demás.
- ¿Cómo? - Dijo Facundo- Rodrigo estaba allí malherido y no habéis sido capaces de traerle...
- Es que él no quiso venir. Habló algo de un cuartel secreto del ejército o algo así.
- Es hora de salir - Dijo Alicia- Ahora Claudia está ocupada con lo de Miguel así que será el mejor momento para escabullirme. Necesito acción y vengarme por todo lo sucedido.
- ¿Estás segura? - Dijo Zed- Sabes que yo me apunto sin dudarlo.
- ¿Funcionará el coche en el que habéis llegado? - Dijo Facundo
- No creo - Dijo Michael- Estaba muy deteriorado pero en la calle hay muchos zombies. Puedo hacer un puente.
- De acuerdo, pero conduzco yo- Propuso Zed- Lo siento pero no me fío de ti al volante, al menos por ahora.
- Dejad que vaya a por Arturo y nos iremos.
- Está ocupado ahora mismo. Déjale que se quede aquí ayudando.
- Me temo que se preocuparía si no se lo digo- Pero afortunadamente, Arturo venía por el pasillo.
- Miguel sobrevivirá pero estará jodido una temporada. Claudia está ahora mismo con él.
- Muy bien, coge tus armas y nos vamos a por Rodrigo. Estos dos le dejaron herido en el lugar de la explosión.
- Genial, aventuras con zombies otra vez... Cuando termine esto me voy a aburrir bastante...
Zed, Michael, Facundo, Arturo y Alicia salieron a hurtadillas del complejo, cargados con armas y se pusieron en marcha hacia el lugar de la explosión. No estaba muy lejos pero el camino sería complicado dado el número de zombies. Habían dejado encargado a Jorge, después de despedirse de él, que advirtiera de su marcha al grupo y a Claudia y los demás. Era hora de seguir con la diversión.
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Despues de todo por lo que habia pasado, allí me encontraba, con Sergio e un metro lleno de supervivientes.
Carlos- Veo que has vuelto a burlar a la muerte camarada.
Sergio- No empieces a imitar al ruso del call of duty 5 maricón jeje.
Carlos- Me alegro de que estes bien.
Sergio- Y yo, cuando me dijeron lo de la explosión pensé que estabas muerto.
Carlos- No estaba en el edificio cuando explotó. Una cosa Sergio, aquí se puede comer algo?
Sergio- Claro que si, acompáñame, comeremos juntos y me cuentas, que ya he visto la escopeta que llevas a la espalda jeje.
Carlos y Sergio pasearon hasta la cocina y pidieron unos bocadillos.
Sergio- Bueno chaval, cuéntame.
Carlos- Pues nos fuimos de aquel puticlub en el helicóptero y aterrizamos en las afueras de la ciudad, allí Rodrigo nos echó por que decía que moriríamos si lo seguíamos. Entonces Kenny, Barbie, Megan, Agatha y yo.
Sergio- Eh eh eh, para el carro. Me estas diciendo que llevabais a 2 stripers y una modelo y no hicisteis nada?
Carlos- ¬¬ Que querías que hiciéramos si estaba todo lleno de zombies.
Sergio- Bueno pues sigue.
Carlos- Llegamos a una calle comercial donde nos cambiamos de ropa y cogimos armas y munición.
Unos zombies mordieron a las stripers y Os vimos subidos en el coche.
Sergio- Siiii, menudo viaje.
Carlos- Conozco esa cara, ibas fumao?
Sergio- Joder no se puede gesticular nada jaja.
Carlos- Espera pero si el que conducía no era el asesino?
Sergio- Si, pero el también iba fumao jaja. Y dice que no lo llamemos asesino, dice que le llamemos Psyco.
Carlos- Psyco? Pfff que mariconada jajaja.
Sergio- Si pero es que la mejor parte es su nombre real.
Carlos- Ya se acuerda?
Sergio- Si jaja, se llama Michael!
Carlos- Como el gallego? Jajajajajajaja. Habrá llegado esta infección allí a Galicia?
Sergio- A mi que mas me da jaja.
Carlos- Lo importante, es si habrá llegado a Huercal.
Sergio- No me quiero arriesgar, por que si ha llegado estaremos mejor aquí.
Carlos- Y si ha llegado y nos encontramos al Jose y al Pipas zombies?
Sergio- Jajajaja, como molaría reventarles los sesos.
Carlos- Si, jeje. Bueno cuéntame tu historia desde que nos separamos.
Sergio- Buff, mejor otro día que ahora con los efectos de porro lo veo todo nublado jeje.
Carlos- Bueno, vamos entonces a dormir, que nos lo merecemos.
Carlos- Veo que has vuelto a burlar a la muerte camarada.
Sergio- No empieces a imitar al ruso del call of duty 5 maricón jeje.
Carlos- Me alegro de que estes bien.
Sergio- Y yo, cuando me dijeron lo de la explosión pensé que estabas muerto.
Carlos- No estaba en el edificio cuando explotó. Una cosa Sergio, aquí se puede comer algo?
Sergio- Claro que si, acompáñame, comeremos juntos y me cuentas, que ya he visto la escopeta que llevas a la espalda jeje.
Carlos y Sergio pasearon hasta la cocina y pidieron unos bocadillos.
Sergio- Bueno chaval, cuéntame.
Carlos- Pues nos fuimos de aquel puticlub en el helicóptero y aterrizamos en las afueras de la ciudad, allí Rodrigo nos echó por que decía que moriríamos si lo seguíamos. Entonces Kenny, Barbie, Megan, Agatha y yo.
Sergio- Eh eh eh, para el carro. Me estas diciendo que llevabais a 2 stripers y una modelo y no hicisteis nada?
Carlos- ¬¬ Que querías que hiciéramos si estaba todo lleno de zombies.
Sergio- Bueno pues sigue.
Carlos- Llegamos a una calle comercial donde nos cambiamos de ropa y cogimos armas y munición.
Unos zombies mordieron a las stripers y Os vimos subidos en el coche.
Sergio- Siiii, menudo viaje.
Carlos- Conozco esa cara, ibas fumao?
Sergio- Joder no se puede gesticular nada jaja.
Carlos- Espera pero si el que conducía no era el asesino?
Sergio- Si, pero el también iba fumao jaja. Y dice que no lo llamemos asesino, dice que le llamemos Psyco.
Carlos- Psyco? Pfff que mariconada jajaja.
Sergio- Si pero es que la mejor parte es su nombre real.
Carlos- Ya se acuerda?
Sergio- Si jaja, se llama Michael!
Carlos- Como el gallego? Jajajajajajaja. Habrá llegado esta infección allí a Galicia?
Sergio- A mi que mas me da jaja.
Carlos- Lo importante, es si habrá llegado a Huercal.
Sergio- No me quiero arriesgar, por que si ha llegado estaremos mejor aquí.
Carlos- Y si ha llegado y nos encontramos al Jose y al Pipas zombies?
Sergio- Jajajaja, como molaría reventarles los sesos.
Carlos- Si, jeje. Bueno cuéntame tu historia desde que nos separamos.
Sergio- Buff, mejor otro día que ahora con los efectos de porro lo veo todo nublado jeje.
Carlos- Bueno, vamos entonces a dormir, que nos lo merecemos.
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-¿Y jugabas rugby?
-Si,jugaba rugby y me encantaba.
-¿Y sabes taclear y empujar bien verdad?
-Eso supongo.
-¿Y tienes novia o algo?
-No no tengo ni tenia.
-¿Y te gusta vivir aquí abajo?
-No...¡y dejate de tanta pregunta!-Gruñó Degtyarev a la chica que se sentó frente a él en el comedor,al lado de Cody.Llevaba vestimenta de colegiala,Degtyarev no dejaba de ver su falda.
-Es que no tengo nadie con quien hablar.-Respondió con timidez la joven que miraba con extrema curiosidad la máscara de hockey que yacía al lado de su plato.
-¿De dónde eres?
-Francia,¿y tu?
-De alguna parte...¿como te llamas?
-Emmy...¿tu?
-Degtyarev.
-Que lindo nombre,es aleman,entonces eres aleman¿verdad?
-Puede ser.
-¿Y el es tu hermanito?-Preguntó Emmy señalando con los ojos a Cody.
-No,es un chico al que me encontré ahí fuera.
Degtyarev prestó mayor atención a Emmy,chica de piel pálida,cabello corto negro y ojos azules con una sonrisa cautivante que,si Degtyarev tuviera todo el tiempo del mundo,no hubiese hecho otra cosa que observarla a lo lejos,tal y como hacia con las chicas en la secundaria.Jamás se atrevia a hablar con ni una,o tenian novio o eran "mucho" para Degtyarev según el.
-¿Que edad tienes?-Preguntó finalmente.
-Dieciocho.
-¿No me vas a preguntar la mia?-Preguntó Degtyarev con una sonrisa picara.
-Creí que te molestaba que te preguntara tanto.
-Tengo diecinueve.
-Hahaha me pasas por un año.
-Ahora me toca a mi preguntar,¿dónde están tus padres?
Cuando Degtyarev se dió cuenta del error que había cometido ya era tarde,la sonrisa de la chica se esfumó instantaneamente y la sustituyeron unos labios serios.De sus ojos azules empezaron a brotar lágrimas.
-Lo siento,no me pude contener.
-No te preocupes.-Respondió Emmy mientras se limpiaba las lágrimas con las mangas de su camisa escolar blanca.
-Creo que -Continuó luego de unos segundos- que mis padres murieron,no creo,es un hecho.Cuando llegué del instituto para mujeres la casa estaba destrozada por dentro,había sangre por todas partes,y me di cuenta de todo cuando luego de unas horas desesperantes escuché disparos fuera de mi casa...yo me quedé debajo de mi cama hasta que llegaron los acechadores...así les llamamos a los chicos y chicas que suben arriba y traen cosas útiles,bueno ellos me sacaron de ahí y me trajeron hasta aquí,eso es todo.
-Me gusta mucho tu sonrisa y tu voz,me pone loco sabes.-Dijo Degtyarev mirandola fijamente.
-¿He?Hahaha eso me sonó lindo...siempre estuve en un instituto solo para mujeres y no tuve mucho trato con chicos.
-Ya veo porque las preguntas.Bueno yo y Cody nos vamos.
-Bueno esta bien.-Respondió Emmy con un tono triste.
-¿Dónde puedo encontrarte?-Preguntó Degtyarev mientras con una seña le decia a Cody que tomara sus cosas.
-Estoy en la guarderia cuidando a los niños.
-Bien,te veré luego supongo.
-¿Te cayó bien?-Preguntó Cody luego de haberse alejado varios metros junto con Degtyarev.
-Claro,esta buenisima.
-¿Buenisima?
-Lo entenderás cuanto tengas diecinueve.
-Si,jugaba rugby y me encantaba.
-¿Y sabes taclear y empujar bien verdad?
-Eso supongo.
-¿Y tienes novia o algo?
-No no tengo ni tenia.
-¿Y te gusta vivir aquí abajo?
-No...¡y dejate de tanta pregunta!-Gruñó Degtyarev a la chica que se sentó frente a él en el comedor,al lado de Cody.Llevaba vestimenta de colegiala,Degtyarev no dejaba de ver su falda.
-Es que no tengo nadie con quien hablar.-Respondió con timidez la joven que miraba con extrema curiosidad la máscara de hockey que yacía al lado de su plato.
-¿De dónde eres?
-Francia,¿y tu?
-De alguna parte...¿como te llamas?
-Emmy...¿tu?
-Degtyarev.
-Que lindo nombre,es aleman,entonces eres aleman¿verdad?
-Puede ser.
-¿Y el es tu hermanito?-Preguntó Emmy señalando con los ojos a Cody.
-No,es un chico al que me encontré ahí fuera.
Degtyarev prestó mayor atención a Emmy,chica de piel pálida,cabello corto negro y ojos azules con una sonrisa cautivante que,si Degtyarev tuviera todo el tiempo del mundo,no hubiese hecho otra cosa que observarla a lo lejos,tal y como hacia con las chicas en la secundaria.Jamás se atrevia a hablar con ni una,o tenian novio o eran "mucho" para Degtyarev según el.
-¿Que edad tienes?-Preguntó finalmente.
-Dieciocho.
-¿No me vas a preguntar la mia?-Preguntó Degtyarev con una sonrisa picara.
-Creí que te molestaba que te preguntara tanto.
-Tengo diecinueve.
-Hahaha me pasas por un año.
-Ahora me toca a mi preguntar,¿dónde están tus padres?
Cuando Degtyarev se dió cuenta del error que había cometido ya era tarde,la sonrisa de la chica se esfumó instantaneamente y la sustituyeron unos labios serios.De sus ojos azules empezaron a brotar lágrimas.
-Lo siento,no me pude contener.
-No te preocupes.-Respondió Emmy mientras se limpiaba las lágrimas con las mangas de su camisa escolar blanca.
-Creo que -Continuó luego de unos segundos- que mis padres murieron,no creo,es un hecho.Cuando llegué del instituto para mujeres la casa estaba destrozada por dentro,había sangre por todas partes,y me di cuenta de todo cuando luego de unas horas desesperantes escuché disparos fuera de mi casa...yo me quedé debajo de mi cama hasta que llegaron los acechadores...así les llamamos a los chicos y chicas que suben arriba y traen cosas útiles,bueno ellos me sacaron de ahí y me trajeron hasta aquí,eso es todo.
-Me gusta mucho tu sonrisa y tu voz,me pone loco sabes.-Dijo Degtyarev mirandola fijamente.
-¿He?Hahaha eso me sonó lindo...siempre estuve en un instituto solo para mujeres y no tuve mucho trato con chicos.
-Ya veo porque las preguntas.Bueno yo y Cody nos vamos.
-Bueno esta bien.-Respondió Emmy con un tono triste.
-¿Dónde puedo encontrarte?-Preguntó Degtyarev mientras con una seña le decia a Cody que tomara sus cosas.
-Estoy en la guarderia cuidando a los niños.
-Bien,te veré luego supongo.
-¿Te cayó bien?-Preguntó Cody luego de haberse alejado varios metros junto con Degtyarev.
-Claro,esta buenisima.
-¿Buenisima?
-Lo entenderás cuanto tengas diecinueve.
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Amanecía en la ciudad. Eran las siete de la mañana cuando Ariel se levantó. Fue a la cocina, donde se encontraba Carl. Tenía puesto un parche en el ojo, ahora era más agradable verlo. Después de desayunar, salió al jardín para pensar.
Ya tenía un refugio lo bastante seguro, comida para unos meses, ¿que tenía que hacer ahora? Esperar, pensaba. Pero se aburriría mucho, tenía que buscar algo para pasar el tiempo.
Marcus apareció detrás de él, con una pala en la mano.
- Hola Ariel, ¿que tal amaneciste?-
- Bien. - respondió cortante.
- Ahora que lo tenemos todo, pienso que estaría bien dedicarse a exterminar zombies - propuso.
- Supongo. -
- Con Carl y Daniel a la tarde abriremos el portón para que entren los zombies y nos dedicaremos a eliminarlos -
- ¡¿Están locos?! Hay decenas de ellos allí, lo más prudente es matarlos con algún explosivo. -
- Pero así nos divertiremos. Si quieres participar, avisanos. - dijo mientras se retiraba.
Ya tenía un refugio lo bastante seguro, comida para unos meses, ¿que tenía que hacer ahora? Esperar, pensaba. Pero se aburriría mucho, tenía que buscar algo para pasar el tiempo.
Marcus apareció detrás de él, con una pala en la mano.
- Hola Ariel, ¿que tal amaneciste?-
- Bien. - respondió cortante.
- Ahora que lo tenemos todo, pienso que estaría bien dedicarse a exterminar zombies - propuso.
- Supongo. -
- Con Carl y Daniel a la tarde abriremos el portón para que entren los zombies y nos dedicaremos a eliminarlos -
- ¡¿Están locos?! Hay decenas de ellos allí, lo más prudente es matarlos con algún explosivo. -
- Pero así nos divertiremos. Si quieres participar, avisanos. - dijo mientras se retiraba.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Despues de que terminé de comer con degtyarev, estube pensando sobre aquella palabra que me dijo, "Buenisima" y sobre aquella chica que parecía que a Degtyarev le agradaba mucho, y mas aun en lo pacifico que habia estado el dia, por primera vez me habia podido relajar junto con mi mejor amigo, habia podido comer una comida completa, habia visto a degtyarev sonreir en una conversación, y habia dejado de pensar en mis padres.
a veces pienso que no esta tan mal este mundo, que uno puede acostumbrarse al ambiente y a los nuevos amigos. Pero hay algo que me preocupa, parece ser que yo solo soy una carga para el equipo, yo solo se hacer cosas basicas, mas sin embargo no sirvo para matar zombies.
Nesecito aprender a usar armas!- me dije a mi mismo- ¿vienes Degtyarev?
Degtyarev se sorprendió por el cambio drastico de actitúd,
lo penso, pero decidió no ir, no se porque, asi que fuí yo solo a la armería, Al llegar habia una niña en la entrada, tenía pelo largo y negro, ojos cafe obscuros y una sonrisa bellisima! al verla se me revolvió el estomago, y me pusé un poco nervioso sin motivo alguno.
me acerque a la entrada de la armería y toqué
-vienes a aprender a usar armas?- me pregunto la niña
-s... s... si..- le respondí tartamudeando- ¿Y tu?
-yo tambien,- me respondió con una sonrisa -pero veo que eres nuevo, yo estoy intentando aprender desde hace 3 dias y no te habia visto por aqui, ¿cuando llegaste?-
en ese momento un señor alto y fuerte abrió la puerta
-Ya puedes entrar, Sam- dijo el señor que abrió la puerta.
me quede impresionado, ese nombre era el mas bello que habia oido, "Sam"
me quede mirandola fijamente pensando en nada...
-Vamos!- me dijo Sam, -entra!-
me tomó de la mano y me llevó adentro de la armería, a un salon que tenia unos blancos al fondo y una raya en el piso.
Muy Bien, toma esta arma- me dijo el señor, dandome una pistola - tu empezarás primero,¿Como te llamas??-
Me llamo Cody!!- le dije en voz alta, luego de pensarmelo un rato.
Esta bien cody, lo que debes de hacer es darle al punto rojo que esta al fondo, para apuntar debes hacer que este punto se vea entre este orificio, entendiste?
Si señor!- le respondí
llamame Victor-
entendido! señor victor!-
vale, basta de presentaciones, dispara el arma!
Empezé a apuntar justo como me lo habia dicho Victor,
apunté hacia el punto rojo, y estaba a punto de disparar, cuando me acorde de como lo hacía Degtyarev, asi que estire la pistola lejos de mi cara, y apunte, ya estaba listo, sería la primera vez que dipararía un arma,
le di click al gatillo...
y no pasó nada,
Victor se empezó a reir - hahahaha, se me olvidó quitarle el seguro! hahahaha-
Victor se acerco, cogió el arma, le quito el seguro y le agregó un cilindro al arma y me la volvió a dar,
Ya esta, ya puedes Disparar hahaha, y con esto no hara ruido, asi que no te quedaras zordo- me dijo Victor.
Volvi a equiparme el arma, y apunté al punto rojo y esta vez, al apretar el gatillo, una fuerza hizo que mi mano se fuera hacia atras, y me caí, al levantarme Victor Grito -Casi le das!- con una sonrisa- parece que naciste para esto!,
-Guau! eso fué impresionante!- me dijo Sam,- pero ahora me toca a mi!,
Sam cogió el arma, y la sujetó con fuerza, apuntó al punto rojo y disparó, el retroseso hizo que se le cayera de sus manos, pero casi le daba al punto rojo,-
Samantha!!!, que te he dicho sobre sujetar bien la pistola???- dijo Victor- vuelve a intentarlo!
Si, padre- Repondió Samantha...
a veces pienso que no esta tan mal este mundo, que uno puede acostumbrarse al ambiente y a los nuevos amigos. Pero hay algo que me preocupa, parece ser que yo solo soy una carga para el equipo, yo solo se hacer cosas basicas, mas sin embargo no sirvo para matar zombies.
Nesecito aprender a usar armas!- me dije a mi mismo- ¿vienes Degtyarev?
Degtyarev se sorprendió por el cambio drastico de actitúd,
lo penso, pero decidió no ir, no se porque, asi que fuí yo solo a la armería, Al llegar habia una niña en la entrada, tenía pelo largo y negro, ojos cafe obscuros y una sonrisa bellisima! al verla se me revolvió el estomago, y me pusé un poco nervioso sin motivo alguno.
me acerque a la entrada de la armería y toqué
-vienes a aprender a usar armas?- me pregunto la niña
-s... s... si..- le respondí tartamudeando- ¿Y tu?
-yo tambien,- me respondió con una sonrisa -pero veo que eres nuevo, yo estoy intentando aprender desde hace 3 dias y no te habia visto por aqui, ¿cuando llegaste?-
en ese momento un señor alto y fuerte abrió la puerta
-Ya puedes entrar, Sam- dijo el señor que abrió la puerta.
me quede impresionado, ese nombre era el mas bello que habia oido, "Sam"
me quede mirandola fijamente pensando en nada...
-Vamos!- me dijo Sam, -entra!-
me tomó de la mano y me llevó adentro de la armería, a un salon que tenia unos blancos al fondo y una raya en el piso.
Muy Bien, toma esta arma- me dijo el señor, dandome una pistola - tu empezarás primero,¿Como te llamas??-
Me llamo Cody!!- le dije en voz alta, luego de pensarmelo un rato.
Esta bien cody, lo que debes de hacer es darle al punto rojo que esta al fondo, para apuntar debes hacer que este punto se vea entre este orificio, entendiste?
Si señor!- le respondí
llamame Victor-
entendido! señor victor!-
vale, basta de presentaciones, dispara el arma!
Empezé a apuntar justo como me lo habia dicho Victor,
apunté hacia el punto rojo, y estaba a punto de disparar, cuando me acorde de como lo hacía Degtyarev, asi que estire la pistola lejos de mi cara, y apunte, ya estaba listo, sería la primera vez que dipararía un arma,
le di click al gatillo...
y no pasó nada,
Victor se empezó a reir - hahahaha, se me olvidó quitarle el seguro! hahahaha-
Victor se acerco, cogió el arma, le quito el seguro y le agregó un cilindro al arma y me la volvió a dar,
Ya esta, ya puedes Disparar hahaha, y con esto no hara ruido, asi que no te quedaras zordo- me dijo Victor.
Volvi a equiparme el arma, y apunté al punto rojo y esta vez, al apretar el gatillo, una fuerza hizo que mi mano se fuera hacia atras, y me caí, al levantarme Victor Grito -Casi le das!- con una sonrisa- parece que naciste para esto!,
-Guau! eso fué impresionante!- me dijo Sam,- pero ahora me toca a mi!,
Sam cogió el arma, y la sujetó con fuerza, apuntó al punto rojo y disparó, el retroseso hizo que se le cayera de sus manos, pero casi le daba al punto rojo,-
Samantha!!!, que te he dicho sobre sujetar bien la pistola???- dijo Victor- vuelve a intentarlo!
Si, padre- Repondió Samantha...
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Allí estaban Zed, Alicia, Facundo y Arturo, supervivientes de la infección anterior, subidos en un coche en busca de Rodrigo. Aquello la trajo viejos recuerdos ya que no era la primera vez que huía con ellos hacia ninguna parte. Sin embargo, en esta ocasión había dos diferencias, una de ellas es que Fernando ya no estaba y otra es que Michael iba con ellos. Era un tipo extraño pero sabía pelear y eso es lo que más la importaba a Alicia.
Esta vez no era él quién conducía. Zed estaba al volante y Facundo era su copiloto, atras iban Alicia, Arturo y Michael. La verdad es que no había pasado mucho tiempo desde la muerte de Fernando pero Alicia había recuperado las ganas de vivir, de luchar y de matar zombies. El tiempo era el mismo pero, en esas circunstancias, era como si todo pasara mucho más rápido de lo que parecía.
Alicia iba pensativa en el coche, no sabía dónde iban, no sabían si encontrarían a Rodrigo vivo o quizá se hubiera convertido en un zombie y ni siquiera sabían si iban en la dirección correcta. Solamente veían la columna de humo en el exterior y contaba con las nefastas indicaciones que Kenny les había dado.
Por el camino, numerosos zombies intentaban atraparles, de hecho, la concentración de zombies en aquella dirección era inusualmente más alta que cuando salieron en busca de Miguel lo que dificultaba a Zed la conducción. Todos iban callados en el coche, pensando en sus cosas, nadie decía nada. Todos sabían que su viaje sería peligroso y que era probable que no volviesen todos. Agarró fuerte la mano de Arturo y éste se sobresaltó.
- Bueno chicos, parece que una vez más vamos al matadero, ehhh - Dijo Arturo intentando romper el hielo.
- Eso parece pero es por una buena causa- Dijo Facundo- Todos odiamos estar encerrados y escondidos sin matar podridos, sobretodo tú, Alicia.
- Sí, odio estar encerrada. Necesito descargar adrenalina y esos zombies son el blanco perfecto.
- Sí, cómo éste. Mírale que feo - Dijo Zed atropellando a uno que se encontraba en medio de la carretera.
- Luego dices de mí, ehhhh- Dijo Michael. Todos rieron- No debemos estar muy lejos ya. Se ve el humo.
Ya en silencio, todos llegaron a la zona de la explosión. Aquella zona estaba devastada y, por raro que pareciera, libre de zombies a primera vista. En medio de todo aquello, sentado en el suelo como si tal cosa estaba Rodrigo, dando vueltas a su arma. Alicia se acercó corriendo hacia él con su pistola en la mano.
- Rodrigo, dime que estás bien y que no te ha pasado nada.
- Alicia, me alegro de verte. Pensé que os habríais olvidado de mí. Esos estúpidos críos no quisieron venir conmigo.
- ¿Dónde quieres ir? Sabes que yo iré contigo y esos locos que vienen ahí detrás también irán.
- Me equivoqué, ¿sabes? Este no era el lugar correcto para acabar con esos cabrones.
- ¿De qué estás hablando? - Preguntó Alicia incrédula- Creo que el golpe ha sido fuerte. ¿Estás bien?
- Estoy prefectamente- Dijo Rodrigo, justo antes de comenzar a toser. Alicia no se dio cuenta pero Rodrigo hacía rato que venía tosiendo sangre- Sé de lo que te estoy hablando, joder, esos cabrones fueron los que reactivaron la infección. Lo sabía, yo lo sabía pero no me dio tiempo a deciros nada. El día de tu boda os lo iba a contar pero no quise hacerlo porque se suponía que era el día más feliz de tu vida. No sabía que iban a desatar allí la infección, no lo sabía, no lo sabía, no lo sabía.... - Alicia le propinó un tortazo a Rodrigo.
- Lo siento, no quería hacerlo pero necesitas centrarte. Cuéntame lo que sepas, me da igual el código de honor del ejército y su puta madre pero a mí me vas a contar todo lo que sabes.
- Ya estamos aquí Rodrigo - Dijo Facundo dirigiéndose a ambos
- Y veo que habéis traído compañía- Dijo Rodrigo señalando a un grupo de zombies que se acercaban tras ellos.
Rodrigo se levantó pesadamente apoyándose en el hombro de su amigo Zed. Tomó su pistola y comenzó a disparar a los zombies que se aproximaban. Eran muchos y parecía que habían estado siguiendo al vehículo en el que habían llegado. La zona no presentaba ningún lugar en el que esconderse, salvo los escombros que presentaban una elevación que los zombies no podrían escalar. Sin embargo, si hacían eso, corrían el riesgo de quedar atrapados en la cima con todos los zombies debajo.
Esta vez no era él quién conducía. Zed estaba al volante y Facundo era su copiloto, atras iban Alicia, Arturo y Michael. La verdad es que no había pasado mucho tiempo desde la muerte de Fernando pero Alicia había recuperado las ganas de vivir, de luchar y de matar zombies. El tiempo era el mismo pero, en esas circunstancias, era como si todo pasara mucho más rápido de lo que parecía.
Alicia iba pensativa en el coche, no sabía dónde iban, no sabían si encontrarían a Rodrigo vivo o quizá se hubiera convertido en un zombie y ni siquiera sabían si iban en la dirección correcta. Solamente veían la columna de humo en el exterior y contaba con las nefastas indicaciones que Kenny les había dado.
Por el camino, numerosos zombies intentaban atraparles, de hecho, la concentración de zombies en aquella dirección era inusualmente más alta que cuando salieron en busca de Miguel lo que dificultaba a Zed la conducción. Todos iban callados en el coche, pensando en sus cosas, nadie decía nada. Todos sabían que su viaje sería peligroso y que era probable que no volviesen todos. Agarró fuerte la mano de Arturo y éste se sobresaltó.
- Bueno chicos, parece que una vez más vamos al matadero, ehhh - Dijo Arturo intentando romper el hielo.
- Eso parece pero es por una buena causa- Dijo Facundo- Todos odiamos estar encerrados y escondidos sin matar podridos, sobretodo tú, Alicia.
- Sí, odio estar encerrada. Necesito descargar adrenalina y esos zombies son el blanco perfecto.
- Sí, cómo éste. Mírale que feo - Dijo Zed atropellando a uno que se encontraba en medio de la carretera.
- Luego dices de mí, ehhhh- Dijo Michael. Todos rieron- No debemos estar muy lejos ya. Se ve el humo.
Ya en silencio, todos llegaron a la zona de la explosión. Aquella zona estaba devastada y, por raro que pareciera, libre de zombies a primera vista. En medio de todo aquello, sentado en el suelo como si tal cosa estaba Rodrigo, dando vueltas a su arma. Alicia se acercó corriendo hacia él con su pistola en la mano.
- Rodrigo, dime que estás bien y que no te ha pasado nada.
- Alicia, me alegro de verte. Pensé que os habríais olvidado de mí. Esos estúpidos críos no quisieron venir conmigo.
- ¿Dónde quieres ir? Sabes que yo iré contigo y esos locos que vienen ahí detrás también irán.
- Me equivoqué, ¿sabes? Este no era el lugar correcto para acabar con esos cabrones.
- ¿De qué estás hablando? - Preguntó Alicia incrédula- Creo que el golpe ha sido fuerte. ¿Estás bien?
- Estoy prefectamente- Dijo Rodrigo, justo antes de comenzar a toser. Alicia no se dio cuenta pero Rodrigo hacía rato que venía tosiendo sangre- Sé de lo que te estoy hablando, joder, esos cabrones fueron los que reactivaron la infección. Lo sabía, yo lo sabía pero no me dio tiempo a deciros nada. El día de tu boda os lo iba a contar pero no quise hacerlo porque se suponía que era el día más feliz de tu vida. No sabía que iban a desatar allí la infección, no lo sabía, no lo sabía, no lo sabía.... - Alicia le propinó un tortazo a Rodrigo.
- Lo siento, no quería hacerlo pero necesitas centrarte. Cuéntame lo que sepas, me da igual el código de honor del ejército y su puta madre pero a mí me vas a contar todo lo que sabes.
- Ya estamos aquí Rodrigo - Dijo Facundo dirigiéndose a ambos
- Y veo que habéis traído compañía- Dijo Rodrigo señalando a un grupo de zombies que se acercaban tras ellos.
Rodrigo se levantó pesadamente apoyándose en el hombro de su amigo Zed. Tomó su pistola y comenzó a disparar a los zombies que se aproximaban. Eran muchos y parecía que habían estado siguiendo al vehículo en el que habían llegado. La zona no presentaba ningún lugar en el que esconderse, salvo los escombros que presentaban una elevación que los zombies no podrían escalar. Sin embargo, si hacían eso, corrían el riesgo de quedar atrapados en la cima con todos los zombies debajo.
Kealah- Cazadora con medias de seda
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-Dios, tendria que haber traido una sombrilla o algo
Marco caminaba bajo el sol de la autopista empujando su motocicleta. Habia decidido usarla solo para emergecias, ya que no queria gastarar el poco combustible que le quedaba. Ademas, hacia demaciado ruido, y eso no era bueno.
Habia pasado los dias anteriores en una cabaña un tanto alejada del camino. Esta parecia abandonada desde hace tiempo. Luego de verificar que estaba vacia y de atrincherar el lugar, se detubo a penser lo que habia visto esa noche. Gente en llamas. Gente en pedazos. Pero todabia viva. Tambien habia vistos otros en mejor estado, pero con el mismo comportamiento. Y todos habian intentado atacarlo. Se llevo las manos a la cara y sintio algo humedo. Recordo los cortes en su brazo y busco unas vendas. Luego de hacer un excusa de vendaje procedio a abastecerse: comida enlatada, botellas de agua, gasolina y se armo con un martillo. Le inquieto que los antiguos habitantes hubieran dejado todo esto atras.
Pero le inquieto mas los viejos periodicos que encontro.
Hablaban de un virus asesino y sus efectos sobre los cadaveres de sus victimas. Marco sabia que esta zona habia habido una especie de epidemia, pero los medios lo describian como una gripe o algo. Era su primera vez alli y tendria que haber sido de paso. Un autobus hacia el aeropuerto y directo a casa. Pero ahora estaba atrapado alli incomunicado y rodeado por una plaga que alguien se habia molestado mucho en encubrir.
Despues de un sueño poco tranquilo y reunir sus viveres, decidio dirigirse hacia la ciudad. Si bien habia mas posibilidad de encontrarse con mas de esas cosas, tambien la habia de encotrar sobrevivientes. Esperaba encontrar a estos primero.
Marco caminaba bajo el sol de la autopista empujando su motocicleta. Habia decidido usarla solo para emergecias, ya que no queria gastarar el poco combustible que le quedaba. Ademas, hacia demaciado ruido, y eso no era bueno.
Habia pasado los dias anteriores en una cabaña un tanto alejada del camino. Esta parecia abandonada desde hace tiempo. Luego de verificar que estaba vacia y de atrincherar el lugar, se detubo a penser lo que habia visto esa noche. Gente en llamas. Gente en pedazos. Pero todabia viva. Tambien habia vistos otros en mejor estado, pero con el mismo comportamiento. Y todos habian intentado atacarlo. Se llevo las manos a la cara y sintio algo humedo. Recordo los cortes en su brazo y busco unas vendas. Luego de hacer un excusa de vendaje procedio a abastecerse: comida enlatada, botellas de agua, gasolina y se armo con un martillo. Le inquieto que los antiguos habitantes hubieran dejado todo esto atras.
Pero le inquieto mas los viejos periodicos que encontro.
Hablaban de un virus asesino y sus efectos sobre los cadaveres de sus victimas. Marco sabia que esta zona habia habido una especie de epidemia, pero los medios lo describian como una gripe o algo. Era su primera vez alli y tendria que haber sido de paso. Un autobus hacia el aeropuerto y directo a casa. Pero ahora estaba atrapado alli incomunicado y rodeado por una plaga que alguien se habia molestado mucho en encubrir.
Despues de un sueño poco tranquilo y reunir sus viveres, decidio dirigirse hacia la ciudad. Si bien habia mas posibilidad de encontrarse con mas de esas cosas, tambien la habia de encotrar sobrevivientes. Esperaba encontrar a estos primero.
Quimera- Recien llegado al refugio
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
El grupo se había dispersado mas de la cuenta, con Rodrigo abandonado a su suerte, Alicia y algunos mas que fueron a su busqueda, mientras Kenny y los que se quedaron estaban en el "refugio", un refugio que podría dar mas problemas de los que tenían ahora.
Megan y Barbie habían muerto en todo el caos anterior, y dentro de Kenny retumbaba aún el nombre de Megan, como algo presente, igual que aquellos besos que ella deslizaba por los labios de éste. Un afecto que Kenny intenta esconder alejandose de los demás por momentos, una caracteristica que a ninguno al parecer, desde que él llego, no afectaba a ninguno de los componentes del grupo.
Todo se había tornado lioso, apartado y dispersado, y lo mejor era que estuvieran en el refugio, cojer mas fuerzas descansando todo lo que ellos podían, contar la munición que les quedaba y poca cosa mas que hacer.
En aquél refugio, en el interior del metro, estaban todos los demás, con Kenny apartado como siempre. Al parecer el refugio fué encontrado por casualidad, y mas que refugio era el central de mandos del metro. Como era de costumbre, Kenny estaba apoyado en una de las paredes, sentado, cansado entrecerrandose sus ojos a desgana, con el bate metálico al lado y uno de sus Glock en la funda, ya que el otro, al parecer, se perdió por el camino en una de los tantos ataques de los pútridos.
Kenny intentaba pensar, pero cada vez que lo intentaba, se le cerraba los ojos, llevando su mente en un trance de sueño, donde aparecía el rostro de Megan, como él lo recordaba, pero que poco a poco se nublaba, tornando este rostro en algo sangriento y putrefacto.
El bate metálico se deslizo hasta dar un golpe fuerte contra el suelo, haciendo que Kenny se despertara de sopetón. Miró hacia todos lados, de izquierda a derecha, y vió que Carlos estaba casi al lado suyo, apoyado sobre la pared, sentado y agotado, igual que él.
* -Tienes mala cara, deberías descansar.- Soltó seguidamente Carlos con una sonrisa algo apagada.
* -Pués deberías mirarte al espejo, porque parece que no soy yo el único que esta cansado.- Contestó bajando la cabeza a la vez que se reía débilmente. -O los demás, mirales, estan mas muertos que aquellos que nos quieren comer.-
Se rieron los dos de aquél comentario, alejando por unos segundos, el cansancio acumulado esos días.
* -Hmm.. No sé tu, pero tengo hambre, y mataría por una bolsa de patatas.
* -Y nunca mejor dicho.. Y si salimos un rato a buscar comida? Las mochillas de provisiones escasean, y los que estaban mas llenos se los llevó Alicia y los demás para la busqueda de Rodrigo.
La idea fué mútuo, tanto de Carlos como de Kenny, y al instante se levantaron con algo de fuerza, pensando en las latas de comida que podrían saquear de alguna tienda cercana, y si hay suerte, también tendrían una tienda de armas, o de deporte para cojer demás materiales.
Ellos dos no podrían llevar todo aquello, y pensaron en otra persona mas.
* -A quién llamamos? Todos tienen cara de fatigados, incluso se podría decir que mas que nosotros.- Carlos dandose cuenta de aquél detalle. -Pero quién podría ayudarnos es él, Degtyarev.
Miró Kenny hacia la dirección de Degtyarev, y no dudó en dirijirse a él para pedirle que fuera con ellos dos.
* -Necesitamos a otra persona, vamos a salir para buscar comida y otras cosas mas.- Se rió Carlos al escuchar lo que dijo Kenny.
* -Eso, y otras cosas mas.- Prosiguió Carlos con una sonrisa. Se podría decir que él ya ponía fé en encontrar una nueva tienda de armas no saqueada y sacar otro arma.
* -De acuerdo, pero espero que no sea nada peligroso eso de "y otras cosas".- Contestó Degtyarev sin mas dilaciones.
* -Tranquílo, Carlos y yo hemos salido a buscar cosas mas de una vez, y siempre salió bien.
* -Pués espero que esta vez también sea así.
Los tres se dirijieron a la puerta, poniendose por delante Sergio con una cara de preguntar cosas que no venía a cuento.
* -Se puede saber a donde cojones váis?.- Preguntó.
* -Tranquilizate hombre, solo saldremos a buscar mas provisiones, ya que escasean. Volveremos lo mas rápido posible.- Contestó Kenny.
* -Voy con vosotros entonces, mejor cuatro que tres, no?.
* -No, mejor quedate aquí con Alex, Agatha y el niño. Puede que os descubran por aquí algunos pútridos merodeando y Alex no puede estar solo en esa situación.
* -Bien, pero es mejor que volváis a tiempo, con la provisión necesaria, que tengo hambre.- Dando un golpe a puño cerrado sobre el hombro de Kenny.
* -Va va, ahora volvemos señorita.- Bromeó Kenny mientras salían por la puerta que abrió Sergio.
Kenny fué por delante seguido de Carlos y Degtyarev. Salieron por una salida de emergencia que el pasillo de la sala de mandos daba, dirijiendoles sobre una salida con una puerta de metal que se abría desde el suelo. Lo levantó Degtyarev con fuerza saliendo Kenny y Carlos de ella.
Ellos estaban sobre unos matorrales al salir, y estuvieron vigilando la zona durante unos cinco segundos, sin moverse si quiera del sitio de donde estaban. No había ningún pútrido al parecer, así que se levantaron y empezaron a buscar una calle principal cercana.
Lo encontraron a pocos minutos, ya que ellos estaban situados en el centro de la ciudad. Y una duda le picó a Carlos de repente.
* -Esto es raro, Kenny.. Estamos en plena ciudad, y no hay ningún zombie a la vista..
* -Habrán sido atraídos por algo, una explosión o yoquesé.
* -Es mejor que sigamos y rápido, no hay tiempo para esto, que nos esperan los demás.- Interrumpió Degtyarev.
Siguieron caminando hasta ir por un callejón torciendo la calle. Miraron primero si había alguién, pero tampoco había nada, y eso les incomodaba a los tres. Los pálpitos de peligro se presentía, pero ellos siguieron.
El callejón daba sobre la calle principal, donde, una vez mas, se encontraron con muchas tiendas, todas apiladas en fila, sobre toda la calle. Lo que tocaba ahora era buscar una tienda de alimento o un supermercado donde poder cojer lo que necesitaban, y de paso, buscar una tienda de armas o deportes.
Cuando de pronto, una brisa llevó un olor fuerte de putrefacción a las fosas nasales de cada uno de los tres seguido de unos gemidos débiles. Venía calle abajo, al finál del todo..
Megan y Barbie habían muerto en todo el caos anterior, y dentro de Kenny retumbaba aún el nombre de Megan, como algo presente, igual que aquellos besos que ella deslizaba por los labios de éste. Un afecto que Kenny intenta esconder alejandose de los demás por momentos, una caracteristica que a ninguno al parecer, desde que él llego, no afectaba a ninguno de los componentes del grupo.
Todo se había tornado lioso, apartado y dispersado, y lo mejor era que estuvieran en el refugio, cojer mas fuerzas descansando todo lo que ellos podían, contar la munición que les quedaba y poca cosa mas que hacer.
En aquél refugio, en el interior del metro, estaban todos los demás, con Kenny apartado como siempre. Al parecer el refugio fué encontrado por casualidad, y mas que refugio era el central de mandos del metro. Como era de costumbre, Kenny estaba apoyado en una de las paredes, sentado, cansado entrecerrandose sus ojos a desgana, con el bate metálico al lado y uno de sus Glock en la funda, ya que el otro, al parecer, se perdió por el camino en una de los tantos ataques de los pútridos.
Kenny intentaba pensar, pero cada vez que lo intentaba, se le cerraba los ojos, llevando su mente en un trance de sueño, donde aparecía el rostro de Megan, como él lo recordaba, pero que poco a poco se nublaba, tornando este rostro en algo sangriento y putrefacto.
El bate metálico se deslizo hasta dar un golpe fuerte contra el suelo, haciendo que Kenny se despertara de sopetón. Miró hacia todos lados, de izquierda a derecha, y vió que Carlos estaba casi al lado suyo, apoyado sobre la pared, sentado y agotado, igual que él.
* -Tienes mala cara, deberías descansar.- Soltó seguidamente Carlos con una sonrisa algo apagada.
* -Pués deberías mirarte al espejo, porque parece que no soy yo el único que esta cansado.- Contestó bajando la cabeza a la vez que se reía débilmente. -O los demás, mirales, estan mas muertos que aquellos que nos quieren comer.-
Se rieron los dos de aquél comentario, alejando por unos segundos, el cansancio acumulado esos días.
* -Hmm.. No sé tu, pero tengo hambre, y mataría por una bolsa de patatas.
* -Y nunca mejor dicho.. Y si salimos un rato a buscar comida? Las mochillas de provisiones escasean, y los que estaban mas llenos se los llevó Alicia y los demás para la busqueda de Rodrigo.
La idea fué mútuo, tanto de Carlos como de Kenny, y al instante se levantaron con algo de fuerza, pensando en las latas de comida que podrían saquear de alguna tienda cercana, y si hay suerte, también tendrían una tienda de armas, o de deporte para cojer demás materiales.
Ellos dos no podrían llevar todo aquello, y pensaron en otra persona mas.
* -A quién llamamos? Todos tienen cara de fatigados, incluso se podría decir que mas que nosotros.- Carlos dandose cuenta de aquél detalle. -Pero quién podría ayudarnos es él, Degtyarev.
Miró Kenny hacia la dirección de Degtyarev, y no dudó en dirijirse a él para pedirle que fuera con ellos dos.
* -Necesitamos a otra persona, vamos a salir para buscar comida y otras cosas mas.- Se rió Carlos al escuchar lo que dijo Kenny.
* -Eso, y otras cosas mas.- Prosiguió Carlos con una sonrisa. Se podría decir que él ya ponía fé en encontrar una nueva tienda de armas no saqueada y sacar otro arma.
* -De acuerdo, pero espero que no sea nada peligroso eso de "y otras cosas".- Contestó Degtyarev sin mas dilaciones.
* -Tranquílo, Carlos y yo hemos salido a buscar cosas mas de una vez, y siempre salió bien.
* -Pués espero que esta vez también sea así.
Los tres se dirijieron a la puerta, poniendose por delante Sergio con una cara de preguntar cosas que no venía a cuento.
* -Se puede saber a donde cojones váis?.- Preguntó.
* -Tranquilizate hombre, solo saldremos a buscar mas provisiones, ya que escasean. Volveremos lo mas rápido posible.- Contestó Kenny.
* -Voy con vosotros entonces, mejor cuatro que tres, no?.
* -No, mejor quedate aquí con Alex, Agatha y el niño. Puede que os descubran por aquí algunos pútridos merodeando y Alex no puede estar solo en esa situación.
* -Bien, pero es mejor que volváis a tiempo, con la provisión necesaria, que tengo hambre.- Dando un golpe a puño cerrado sobre el hombro de Kenny.
* -Va va, ahora volvemos señorita.- Bromeó Kenny mientras salían por la puerta que abrió Sergio.
Kenny fué por delante seguido de Carlos y Degtyarev. Salieron por una salida de emergencia que el pasillo de la sala de mandos daba, dirijiendoles sobre una salida con una puerta de metal que se abría desde el suelo. Lo levantó Degtyarev con fuerza saliendo Kenny y Carlos de ella.
Ellos estaban sobre unos matorrales al salir, y estuvieron vigilando la zona durante unos cinco segundos, sin moverse si quiera del sitio de donde estaban. No había ningún pútrido al parecer, así que se levantaron y empezaron a buscar una calle principal cercana.
Lo encontraron a pocos minutos, ya que ellos estaban situados en el centro de la ciudad. Y una duda le picó a Carlos de repente.
* -Esto es raro, Kenny.. Estamos en plena ciudad, y no hay ningún zombie a la vista..
* -Habrán sido atraídos por algo, una explosión o yoquesé.
* -Es mejor que sigamos y rápido, no hay tiempo para esto, que nos esperan los demás.- Interrumpió Degtyarev.
Siguieron caminando hasta ir por un callejón torciendo la calle. Miraron primero si había alguién, pero tampoco había nada, y eso les incomodaba a los tres. Los pálpitos de peligro se presentía, pero ellos siguieron.
El callejón daba sobre la calle principal, donde, una vez mas, se encontraron con muchas tiendas, todas apiladas en fila, sobre toda la calle. Lo que tocaba ahora era buscar una tienda de alimento o un supermercado donde poder cojer lo que necesitaban, y de paso, buscar una tienda de armas o deportes.
Cuando de pronto, una brisa llevó un olor fuerte de putrefacción a las fosas nasales de cada uno de los tres seguido de unos gemidos débiles. Venía calle abajo, al finál del todo..
Neno- Cazador cojonudo
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
"Una locura", pensaba Ariel sobre el asunto. Dejar pasar a los zombies a la mansión para matarlos cara a cara, era una barbarie. Si se filtraba un solo zombie en el edificio podía poner en peligro a más de uno. Pero parecían demasiado convencidos, no creía que hubiera forma de hacerlos razonar.
Acostado en la cama de su cuarto, con las piernas entrecruzadas, Ariel pensaba sobre el asunto. Otro tema era el del rescate; la vida no tenía sentido si se pasaba malgastándola acostado en su cama. Había que planear una estrategia, algo para acabar con esa maldita pesadilla. Pero necesitaba tiempo, y este sobraba, así que se puso manos a las obras. Fue ahí cuando empezó el verdadero problema.
Estaba Ariel planeando una forma de deshacerse de los zombies de la entrada cuando escuchó un leve gemido. Aguzó el oído por si se lo estaba imaginando pero el gemido volvió a aparecer. Unos pasos, pasos sin vida, penetraron en el pasillo.
Ariel se levantó y desenfundó su pistola.
- Mierda, las balas - maldijo al darse cuenta que no tenía municiones. Este comentario delató su presencia y no se hicieron esperar los golpes en la puerta. Ya estaba confirmadísimo que los zombies se filtraron en el edificio. Guardó su pistola y buscó algo para enfrentarse a esos seres.
Primero empujó un mueble a la puerta, porque ya se caía abajo. Tenía un cuchillo, pero eso no le servía, a menos que...
No, no lo volvería a hacer, aunque la última vez le fue bien. Podía lastimar a sus compañeros y eso sería imperdonable. Además ya mató a una mujer por culpa de ese problema, por lo que quedaría descartado, o eso quería.
Lo cierto es que la puerta empezó a ceder y los golpes eran más.
-¿Dónde se metieron estos?- se preguntó al darse cuenta que sus compañeros no daban signos de vida. Un puño penetró la madera de la puerta y se abrió, tratando de agarrar el aire. Pronto se sumaron los cabezazos, y el mueble se movía. Ariel tomó su cuchillo y miró por la ventana.
- Mierd---
Más de cien zombies paseaban campantes por el jardín, chocandose entre ellos pero todos con un mismo objetivo: Ariel. Este estaba muy jodido, sus compañeros no solo dejaron entrar a los zombies, sino que probablemente murieron o escaparon, y por consecuencia, lo dejaron solo.
La madera volvió a ceder y se hizo añicos. Una cabeza sobresalía de la puerta; una cara, si se podía decir así, lo miraba con ansias, mientras seguía dando golpes con su mano izquierda, y con la otra tratar de cogerlo. Ariel se acercó al zombie y se tomó su tiempo para cercenarlo de la manera más limpia, no quería ensuciarse las manos antes de tiempo. Pero de repente, no se sabe como, la puerta, junto con el mueble y Ariel, cayó abajo, dando paso a una decena de zombies.
Ariel estaba atrapado, debajo del mueble, y cuchillo en mano, se defendía como podía de los zombies que se atrevían a meter mano.
Acostado en la cama de su cuarto, con las piernas entrecruzadas, Ariel pensaba sobre el asunto. Otro tema era el del rescate; la vida no tenía sentido si se pasaba malgastándola acostado en su cama. Había que planear una estrategia, algo para acabar con esa maldita pesadilla. Pero necesitaba tiempo, y este sobraba, así que se puso manos a las obras. Fue ahí cuando empezó el verdadero problema.
Estaba Ariel planeando una forma de deshacerse de los zombies de la entrada cuando escuchó un leve gemido. Aguzó el oído por si se lo estaba imaginando pero el gemido volvió a aparecer. Unos pasos, pasos sin vida, penetraron en el pasillo.
Ariel se levantó y desenfundó su pistola.
- Mierda, las balas - maldijo al darse cuenta que no tenía municiones. Este comentario delató su presencia y no se hicieron esperar los golpes en la puerta. Ya estaba confirmadísimo que los zombies se filtraron en el edificio. Guardó su pistola y buscó algo para enfrentarse a esos seres.
Primero empujó un mueble a la puerta, porque ya se caía abajo. Tenía un cuchillo, pero eso no le servía, a menos que...
No, no lo volvería a hacer, aunque la última vez le fue bien. Podía lastimar a sus compañeros y eso sería imperdonable. Además ya mató a una mujer por culpa de ese problema, por lo que quedaría descartado, o eso quería.
Lo cierto es que la puerta empezó a ceder y los golpes eran más.
-¿Dónde se metieron estos?- se preguntó al darse cuenta que sus compañeros no daban signos de vida. Un puño penetró la madera de la puerta y se abrió, tratando de agarrar el aire. Pronto se sumaron los cabezazos, y el mueble se movía. Ariel tomó su cuchillo y miró por la ventana.
- Mierd---
Más de cien zombies paseaban campantes por el jardín, chocandose entre ellos pero todos con un mismo objetivo: Ariel. Este estaba muy jodido, sus compañeros no solo dejaron entrar a los zombies, sino que probablemente murieron o escaparon, y por consecuencia, lo dejaron solo.
La madera volvió a ceder y se hizo añicos. Una cabeza sobresalía de la puerta; una cara, si se podía decir así, lo miraba con ansias, mientras seguía dando golpes con su mano izquierda, y con la otra tratar de cogerlo. Ariel se acercó al zombie y se tomó su tiempo para cercenarlo de la manera más limpia, no quería ensuciarse las manos antes de tiempo. Pero de repente, no se sabe como, la puerta, junto con el mueble y Ariel, cayó abajo, dando paso a una decena de zombies.
Ariel estaba atrapado, debajo del mueble, y cuchillo en mano, se defendía como podía de los zombies que se atrevían a meter mano.
THE-VIL-JACK-KRAJER- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Genial,hace media hora estos tipos que apenas conosco me arrastran hacia fuera para ir a buscar provisiones,¿provisiones para que?si ya hay en el refugio.Y para empeorar las cosas una horda se dirije hacia nosotros calle abajo,puedo escuchar sus gemidos,gritos y esos sonoros "cracks" que hacen cuando cierran buscamente sus fauces,sigo sin entender porque yo...
El ensordecedor ruido de las armas me despiertan de mi letargo,el tipo que se llama Carlos usa su Benelli m1,me pregunto para que la usará si los zombies aún siguen lejos de nosotros,dudo que esos disparos sean efectivos si los zombies no están cerca.
Una segunda arma empieza a abrir fuego a mi derecha,Kenny con su glock disparando a diestra y siniestra pero firmemente con su arma,veo a unos cuántos caer.Creo que ahora me toca a mi...
Miro mi cintura y con una sonrisa veo que llevo puesto el cinturón mas los cinco cartuchos que saqué de la armeria,saco uno de los cartuchos para mi M16,recargo,apunto y fuego...la ráfaga les llega al pecho a los zombies que están a dos manzanas de nosotros.Elevo la mira,apunto,fuego...esta vez da mejor resultado,maté a unos cinco usando ráfagas cortas de tres balas.
-Debemos pensar en algo chicos.-Dice Carlos.
Me subo a un camión de bomberos,uno de gran tamaño,el unico vehículo en las dos manzanas y empiezo a disparar ráfagas más largas desde ahí,Kenny se apoya contra la puerta y sigue disparando,Carlos se sitúa a unos metros al lado de él y sigue con su tarea,los zombies están a menos de una manzana de distancia y nos superan en número por varias docenas.
Debemos pensar en alguna estrategia,algo que los retrase mientras huimos,no tenemos granadas ni nada parecido.
-¿Han pensado en algo?-Murmuro-Debemos escapar de aquí.
-Yo...se que hacer.-Dijo en voz alta Carlos mientras se dirigía a toda prisa dentro del camión de bomberos.
Me bajo del camión de bomberos justo al lado de la puerta de este y puedo verlo como saca un puñado de clabes de debajo del volvante y provoca un par de chispas.Un ruido me indica que el camión ha arrancado.
-Nose manejar uno de estos.-Me dice el chico mientras dedica una ojeada seria a la horda cada vez mas cercana.
-¡Kenny subete!-Grito mientras lo meto a empujones dentro del camión.
Me subo de un salto y le doy mi M16 a Kenny,los tres estamos un poco apretados pero es mejor que nada.
-Bien y ahora da marcha atrás.-Me ordena Carlos.
-Pasemos encima de ellos mejor.-Dice Kenny y asiento con la cabeza.
Piso el acelerador y la máquina se dirije a toda velocidad hacia la horda.
El ensordecedor ruido de las armas me despiertan de mi letargo,el tipo que se llama Carlos usa su Benelli m1,me pregunto para que la usará si los zombies aún siguen lejos de nosotros,dudo que esos disparos sean efectivos si los zombies no están cerca.
Una segunda arma empieza a abrir fuego a mi derecha,Kenny con su glock disparando a diestra y siniestra pero firmemente con su arma,veo a unos cuántos caer.Creo que ahora me toca a mi...
Miro mi cintura y con una sonrisa veo que llevo puesto el cinturón mas los cinco cartuchos que saqué de la armeria,saco uno de los cartuchos para mi M16,recargo,apunto y fuego...la ráfaga les llega al pecho a los zombies que están a dos manzanas de nosotros.Elevo la mira,apunto,fuego...esta vez da mejor resultado,maté a unos cinco usando ráfagas cortas de tres balas.
-Debemos pensar en algo chicos.-Dice Carlos.
Me subo a un camión de bomberos,uno de gran tamaño,el unico vehículo en las dos manzanas y empiezo a disparar ráfagas más largas desde ahí,Kenny se apoya contra la puerta y sigue disparando,Carlos se sitúa a unos metros al lado de él y sigue con su tarea,los zombies están a menos de una manzana de distancia y nos superan en número por varias docenas.
Debemos pensar en alguna estrategia,algo que los retrase mientras huimos,no tenemos granadas ni nada parecido.
-¿Han pensado en algo?-Murmuro-Debemos escapar de aquí.
-Yo...se que hacer.-Dijo en voz alta Carlos mientras se dirigía a toda prisa dentro del camión de bomberos.
Me bajo del camión de bomberos justo al lado de la puerta de este y puedo verlo como saca un puñado de clabes de debajo del volvante y provoca un par de chispas.Un ruido me indica que el camión ha arrancado.
-Nose manejar uno de estos.-Me dice el chico mientras dedica una ojeada seria a la horda cada vez mas cercana.
-¡Kenny subete!-Grito mientras lo meto a empujones dentro del camión.
Me subo de un salto y le doy mi M16 a Kenny,los tres estamos un poco apretados pero es mejor que nada.
-Bien y ahora da marcha atrás.-Me ordena Carlos.
-Pasemos encima de ellos mejor.-Dice Kenny y asiento con la cabeza.
Piso el acelerador y la máquina se dirije a toda velocidad hacia la horda.
DarkHades- Pirómano
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
tenia un dolor de cabeza, que recorria todo mi cuerpo,
no sabia en donde estaba, no lograba reconocer nada.. solo escuchaba silencio, paz,-
-Cody!! Despierta!!-Gritaba Samantha, desperada,- Cody!! Cody!!-
-¿que pasa? ¿que pasa?- le pregunte, un poco dormido,
-Le mordieron!! le mordieron!!,- Gritó Sam
Me tallé los ojos, y vi que Samantha estaba llorando
-¿Pero a quien mordieron??- le pregunte bostezando,
-A mi Padre!!-Dijo samantha y se soltó en lagrimas,
Al fondo Estaba Victor, agarrandose el brazo que sangraba, por donde parecia una mordida.
¿y como pasó esto?- pregunte- ¿como llegamos aqui?-
-No te acuerdas??- salimos en busca de tu amigo!!-
Un Escalofrio recorrió mi cuerpo, y de repente, todos los recuerdos llegaron de golpe...
***
Samantha no parecia prestarle mucha atencion al blanco, y puesto que llevabamos 1 hora practicando, no ha podido darle al centro,
yo, sin embargo, llevaba 10 aciertos en ese tiempo..
-11!!!- Grite Emocionado!
-Muy bien chico, vas mejorando- Me dijo victor con una sonrisa, dandome unas palmadas en la espalda,- sigue practicando-
-Padre, lo siento, no puedo darle al centro, soy una inutil, -dijo Sam, bajando la cabeza,
-No te preocupes hija, con el tiempo y la practica, seras igual que tu padre.- dijo victor y Sonrio,
Vio la hora y dijo -Bueno chicos, tienen que descanzar, ya que estubieron mucho tiempo parados y no soy un ogro de las montañas jeje-
-Eh, cody, Vienes con nosotros? - preguntó Sam-
-No puedo, tengo un compañero ya-
-¿nesecitas ayuda para buscarlo?- Preguntó Victor?
-Un poco jeje, es que esta muy grande el refugio-
-Bueno, yo ire por ahi, mientras que ustedes 2 se separan para buscarlo en el comedor, y recamaras- Propuso Victor
-Vale! vamos Sam- le dije a Samantha agarrandola de la mano, y llevandola hacia el comedor, mientras que Victor se alejaba por el pasillo-
Buscamos por todas partes, pero nada, ninguna pista de Degtyarev, asi que volvimos a la armeria, para saber si Victor Habia encontrado algo,
Al llegar le vimos agarrando armas, como si de una guerra se tratase.
-Eh, victor, ¿para que esas armas?- le pregunté
-Un amable Joven llamado Sergio me dijo que Degtyarev y otros 2 habian salido a buscar proviciones, asi que iremos a buscarlos,
-Pero yo confio en degtyarev, se que el estara bien, no se deben de preocupar por el-
-Pero es que no es el, es que cerraran el refugio y nadie podra entrar, debido a que una oleada de zombis se acerca, y son demasiados, debemos de encontrarlos y hacerlos regresar cuanto antes!-
-Esta bien!, pero yo voy!, Degtyarev es mi amigo, y no lo puedo dejar solo!- Le dije en un tono serio
-Esta bien Cody, vamos, Samantha, tu quedate, no puedes arriesgarte!- le dijo Victor en un tono de menosprecio.
-No! yo tambien iré! Cody es mi amigo! y cualquier amigo de el Tambien es el mio, asi que vamos todos!-
-Correcto, Vamos todos, pero demonos prisa!- Dijo Victor,
se echo una mochila al hombro y nos dió unas pistolas como las que habiamos usado en el entrenamiento, pero mas pesadas y mas complejas.
Salimos del refugio y Seguimos la calle, a lo lejos empezamos a ver zombis pero no les prestamos atencion,
seguimos avanzando hacia la calle, Veiamos muchos coches mal estacionados, destrozados y hasta quemados,
Tambien Las Casas estaban cerradas hermeticamente, aunque todas estaban con paredes destrozadas y muros incendiados,
llegamos a la tercera manzana y no habia mas que un zombie, que estaba cerca de la puerta de un edificio,
-Nesecitamos Descanzar-, le dije a Victor- despues del entrenamiento y con esta caminata estoy que me muero-
-Esta bien, descanzaremos en ese edifico- dijo victor señalando al zombi que estaba frente a su puerta.
-Yo me encargo!- dijo Samantha
-No, puede ser muy peligroso! que tal si...-
-CONFIA EN MI!!- Interrumpió Samantha,
el Grito de sam hizo que el zombi diera media vuelta y se acercara a ellos..
-Muy bien, hazlo!-
Samantha apunto a la cabeza, pero como era su primera vez utilizando un arma de verdad, fallo el tiro y le dio en el hombro,
Sam vio eso asi que volvió a intentar, y esta vez dandole en su cabeza.
pero para mala suerte, el zombi cayó encima de un coche y activó la alarma!, y en Toda la calle se escuchaba el sondio del carro,
y De repente aparecieron unos 10 zombies por un lado de la calle, y otros 10 por el otro lado, y algunos mas por los callejones y debajo de los carros,
Estabamos rodeados..
-Corran! al edificio!! rapido! rapido!!- Gritó victor jalandome de la mano y yo jalando de la mano a Sam.
Al entrar al edificio Victor se puso a barricar la entrada, y al ver esto, me puse a barricar las ventanas, mientras que samantha revisava el edificio.
Al Terminar de barricar la entrada Victor nos ordenó que descanzaramos, y que el iva a vigilar, asi que me acosté en el suelo y me quede dormido..
*****
-ehh Cody!! deja de Soñar despierto! nesecito de tu ayuda, con la herida de mi padre!- me dijo sam en un tono desesperado.
-¿Pero que le pasó?? ¿como fue que le mordieron??- pregunté mientras ayudaba a Sam a desinfectar la herida
Sam Bajo la cabeza...
-Fue mi culpa, no podia descanzar bien asi que busque en la parte de arriba algun cobertor, pero no me di cuenta de que habia zombis ahi arriba, asi que, cuando uno intentó morderme, mi padre recivió el mordisco y aunque le quebro el cuello, se puso a llorar, no se porque...- me dijo Sam Respondiendo la pregunta anterior,
Yo sabia por que Victor habia empezado a llorar..
-No es por el dolor, si eso es lo que crees- le dije en un tono serio
-¿No?-limpiandose los ojos, -entonces??-
No pude evitar caer en el llanto, yo tambien apreciaba a Victor...
-llora.. porque... se va a convertir en uno de ellos...- le dije limpiandome las lagrimas, Sam Me quedó mirando a los ojos, sabia lo que iba a preguntar...
-¿entonces que hacemos?- Dijo Sam
-Cody, Ven aqui chico- Interrumpió Victor, -Necesito que me hagas un favor, ¿ya sabes lo que pasa si...?-
-Si, lo se,-
-Bueno, quiero que tu lo hagas...- Dijo Victor, dandome un arma a la que muchos le decian Revolver... -Sam, Recuerda que siempre te amé, nunca lo olvides..., ahora voltea...-
-Pero.. Padre...!-
-VOLTEAA!- -Cody, ya sabes que hacer...-
En ese momento empezé a llorar, mis lagrimas no podian dejar de nacer y yo no podia hacer eso, pero el me lo habia pedido... era su ultima voluntad,
Veia como su cara se empezaba a poner palida, y empesaba a toser sangre...
Veia como la herida de mordedura se gangrenaba y pudría..
Pero.. Veia en sus ojos como sufria, como por dentro lloraba, sabia que no le gustaba la idea pero que era la unica opcion, y lo que mas le importaba era la seguridad de su hija...
Asi que le puse el arma directa en el craneo..., asi no fallaria, y Conte del 10 al 0...
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 .....
Zero...
Unit Zero W01- Aprendiz de cazador
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Habian encontrado a Rodrigo, pero al menos 200 zombies los habian seguido, estaban cercados, el unico sitio que parecia seguro era lo que parecia haber sido un bloque de pisos.
-¡Venga, vamos!- Grito Alicia, todos se dirgieron al edificio, Michael se subio al coche y aparco junto a la puerta.
-¡Mierda!, esta cerrada- Dijo Arturo.
-La hecharemos abajo- Dijo Zed.
Rodrigo seguia disparando, cada vez aparecian mas zombies por las esquinas.
-¿Estas loco?- Dijo Michael -Podran entrar y comernos.
-¿Y que coño hacemos?- Pregunto Alicia mientras disparaba.
Michael miro hacia arriba, habia unas ventanas en el piso superior.
-Esperad aqui, os abrire- Dijo Michael.
-¿Y como vas a hacer eso?, genio, no eres 007 o algo asi- Dijo Arturo burlandose.
-No- Dijo Michael -Soy mejor
Subio al techo del coche de un salto, y de ahi saltó a una cornisa, llego hasta un aparato de aire acondicionado, y consiguio encaramarse a la cornisa, a partir de ahi todo fué facil.
Mientras abajo, seguian luchando por su vida, pasaron cinco minutos, y al fin Michael abrio, los zombis estaban a apenas cinco metros.
-¡Rapido!, la puerta, bloqueadla- Dijo Michael -Zed, ayudame a mantenerla cerrada.
Zed y Michael empujaban con todas sus fuerzas, pero los zombies eran muchos y estaban ganando centimetros, al fin, Alicia llego con una pequeña cómoda, al cabo de media hora, habian conseguido atrancar la puerta lo suficientemente bien como para aguantar a todos esos zombis.
-¿Y ahora que?- Pregunto Arturo -Estamos encerrados aqui, sin apenas comida ni agua, genial idea, 007.
Michael ya estaba hasta los cojones de ese tio, saco la pistola y le apunto con ella, en seguida todos apuntaron a Michael.
-¿Y si en vez de quejarte ayudas un poco?, estoy hasta los cojones de ti y de tus comentarios, Effy murio por tu culpa, porque no la cuidaste ni estuviste a su lado, maldito imbecil, adivina quien tuvo que encargarse del cadaver y limpiar el gran charco de sangre que dejó. Te voy a dejar vivir, pero si vuelves a tocarme la moral...
...te mato.
-¡Venga, vamos!- Grito Alicia, todos se dirgieron al edificio, Michael se subio al coche y aparco junto a la puerta.
-¡Mierda!, esta cerrada- Dijo Arturo.
-La hecharemos abajo- Dijo Zed.
Rodrigo seguia disparando, cada vez aparecian mas zombies por las esquinas.
-¿Estas loco?- Dijo Michael -Podran entrar y comernos.
-¿Y que coño hacemos?- Pregunto Alicia mientras disparaba.
Michael miro hacia arriba, habia unas ventanas en el piso superior.
-Esperad aqui, os abrire- Dijo Michael.
-¿Y como vas a hacer eso?, genio, no eres 007 o algo asi- Dijo Arturo burlandose.
-No- Dijo Michael -Soy mejor
Subio al techo del coche de un salto, y de ahi saltó a una cornisa, llego hasta un aparato de aire acondicionado, y consiguio encaramarse a la cornisa, a partir de ahi todo fué facil.
Mientras abajo, seguian luchando por su vida, pasaron cinco minutos, y al fin Michael abrio, los zombis estaban a apenas cinco metros.
-¡Rapido!, la puerta, bloqueadla- Dijo Michael -Zed, ayudame a mantenerla cerrada.
Zed y Michael empujaban con todas sus fuerzas, pero los zombies eran muchos y estaban ganando centimetros, al fin, Alicia llego con una pequeña cómoda, al cabo de media hora, habian conseguido atrancar la puerta lo suficientemente bien como para aguantar a todos esos zombis.
-¿Y ahora que?- Pregunto Arturo -Estamos encerrados aqui, sin apenas comida ni agua, genial idea, 007.
Michael ya estaba hasta los cojones de ese tio, saco la pistola y le apunto con ella, en seguida todos apuntaron a Michael.
-¿Y si en vez de quejarte ayudas un poco?, estoy hasta los cojones de ti y de tus comentarios, Effy murio por tu culpa, porque no la cuidaste ni estuviste a su lado, maldito imbecil, adivina quien tuvo que encargarse del cadaver y limpiar el gran charco de sangre que dejó. Te voy a dejar vivir, pero si vuelves a tocarme la moral...
...te mato.
PauTL- Mano derecha del jefe
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Estaba anocheciendo, y los últimos rayos de sol despuntaban a través de los edificios. Rodrigo, Alicia, Zed, Facundo, Michael y Arturo resistían en el interior de aquel bloque de pisos, mientras que los zombies seguían acometiendo contra la puerta en un burdo intento de entrar en la vivienda.
La tensión se palpaba entre el grupo de supervivientes, todos estaban en silencio, taciturnos, pensando en como iban a escapar, cuando de repente, oyeron un sonido atronador, similar a la bocina de un camión. Unos segundos después, hizo aparición el camión. Era un monstruo de metal, y sonaba como el mismo infierno. Todos los zombies fijaron su vista en él, hipnotizados por el ruido que producía. El camión se dirigía directamente hacia el bloque donde los supervivientes estaban refugiados.
- ¡Mierda! ¡Ese cabrón se va a estampar contra nosotros! - exclamó Arturo asomándose por la ventana.
El camión no había cambiado el rumbo, seguía su curso atropellando todo lo que se le pusiese por delante. Cuando estaba a diez metros de los supervivientes, giró bruscamente a la izquierda y se estampó en la pared de una licorería, derrumbando la entrada.
La mayoría de los zombies ignoraron la tarea de llegar hasta los supervivientes y se dirigieron al camión, en busca del conductor.
- ¿Creeis que seguirá vivo? - preguntó Facundo entrecerrando los ojos, intentando divisar al conductor.
- No lo creo, se ha dado una buena. - le respondió Zed
La puerta del conductor se abrió y apareció un hombre de aspecto desaliñado y tambaleante, estuvo a punto de caerse al suelo, pero se apoyó en el camión. Sacó una bolsa de deporte y se la colgó a la espalda, acto seguido, se dispuso a escalar el camión. Cuando estuvo en el techo del contenedor, sacó de la bolsa una M-16 y una botella de whisky, se bebió lo que quedaba (más de la mitad) de un trago y se la lanzó a la cabeza de un podrido.
- ¡VAMOS HIJOS DE PUTA! ¡VENID AQUÍ! ¡PARA COMERME ANTES TENDRÉIS QUE COGERME CABRONES!
Dicho esto, comenzó a disparar a la miríada de zombies que se arremolinaban alrededor del camión mientras gritaba insultos a todo pulmón.
- ¡Está loco! - sentenció Arturo, observando la matanza.
En la bolsa de deporte llevaba todo un arsenal, y cada vez que se le agotaba la munición de un arma, se la arrojaba a los zombies y sacaba otra. Los pútridos manoteaban excitados el camión, aunque su número se había visto considerablemente reducido debido a la gran potencia de fuego que llevaba aquel hombre.
- ¿No deberíamos ayudarle? - preguntó Alicia, más para si misma que para el resto.
- La verdad, no creo que quiera ser salvado...parece una misión suicida - respondió Facundo, pensativo.
Cuando se le acabó la munición, aquel hombre rebuscó en la bolsa de deportes y sacó un lanzagranadas.
- ¡SALUDAD A MI AMIGUITO! - gritó mientras disparaba una granada, la cual se perdió entre los zombies. Segundos después, explosionó provocando una lluvia de sangre y miembros cercenados.
En vista de que se había quedado sin munición, sacó de su abrigo otra botella de whisky y se dispuso a beber de ella, levantando los brazos. Comenzó a trastabillar y se cayó del camión, quedando inconsciente.
- ¡Se lo van a comer! - exclamó Alicia.
- ¡Han quedado pocos, podemos salir y rescatarle! - Dijo Zed mientras cogía su arma y se dirigía a toda velocidad hacia la entrada.
Apartaron la cómoda y salieron al encuentro del borracho, el cual seguía en la misma posición, exceptuando el hecho de que ahora un zombie estaba sobre él, a punto de darle una dentellada en el cuello. Michael fue el más rápido y le propinó un certero disparo al zombie, atravesando su globo ocular. El grupo se desplegó en perfecta sincronía y acabaron rápidamente con el resto de infectados sin darles tiempo a reaccionar.
Facundo se acercó al hombre mientras este parecía volver en si, le quitó al cadáver de encima y le trató de despertar.
El hombre abrió los ojos un poco y miró la mano donde ahora estaba la botella de whisky rota.
- Joder...- murmuró - era la última.
- ¡Eh! ¿Estás bien? ¿Cómo te llamas? - preguntó Facundo.
- Hopkins..- dijo aquel hombre sin apartar la mirada de la botella rota.
Acto seguido cerró los ojos y se puso a roncar.
La tensión se palpaba entre el grupo de supervivientes, todos estaban en silencio, taciturnos, pensando en como iban a escapar, cuando de repente, oyeron un sonido atronador, similar a la bocina de un camión. Unos segundos después, hizo aparición el camión. Era un monstruo de metal, y sonaba como el mismo infierno. Todos los zombies fijaron su vista en él, hipnotizados por el ruido que producía. El camión se dirigía directamente hacia el bloque donde los supervivientes estaban refugiados.
- ¡Mierda! ¡Ese cabrón se va a estampar contra nosotros! - exclamó Arturo asomándose por la ventana.
El camión no había cambiado el rumbo, seguía su curso atropellando todo lo que se le pusiese por delante. Cuando estaba a diez metros de los supervivientes, giró bruscamente a la izquierda y se estampó en la pared de una licorería, derrumbando la entrada.
La mayoría de los zombies ignoraron la tarea de llegar hasta los supervivientes y se dirigieron al camión, en busca del conductor.
- ¿Creeis que seguirá vivo? - preguntó Facundo entrecerrando los ojos, intentando divisar al conductor.
- No lo creo, se ha dado una buena. - le respondió Zed
La puerta del conductor se abrió y apareció un hombre de aspecto desaliñado y tambaleante, estuvo a punto de caerse al suelo, pero se apoyó en el camión. Sacó una bolsa de deporte y se la colgó a la espalda, acto seguido, se dispuso a escalar el camión. Cuando estuvo en el techo del contenedor, sacó de la bolsa una M-16 y una botella de whisky, se bebió lo que quedaba (más de la mitad) de un trago y se la lanzó a la cabeza de un podrido.
- ¡VAMOS HIJOS DE PUTA! ¡VENID AQUÍ! ¡PARA COMERME ANTES TENDRÉIS QUE COGERME CABRONES!
Dicho esto, comenzó a disparar a la miríada de zombies que se arremolinaban alrededor del camión mientras gritaba insultos a todo pulmón.
- ¡Está loco! - sentenció Arturo, observando la matanza.
En la bolsa de deporte llevaba todo un arsenal, y cada vez que se le agotaba la munición de un arma, se la arrojaba a los zombies y sacaba otra. Los pútridos manoteaban excitados el camión, aunque su número se había visto considerablemente reducido debido a la gran potencia de fuego que llevaba aquel hombre.
- ¿No deberíamos ayudarle? - preguntó Alicia, más para si misma que para el resto.
- La verdad, no creo que quiera ser salvado...parece una misión suicida - respondió Facundo, pensativo.
Cuando se le acabó la munición, aquel hombre rebuscó en la bolsa de deportes y sacó un lanzagranadas.
- ¡SALUDAD A MI AMIGUITO! - gritó mientras disparaba una granada, la cual se perdió entre los zombies. Segundos después, explosionó provocando una lluvia de sangre y miembros cercenados.
En vista de que se había quedado sin munición, sacó de su abrigo otra botella de whisky y se dispuso a beber de ella, levantando los brazos. Comenzó a trastabillar y se cayó del camión, quedando inconsciente.
- ¡Se lo van a comer! - exclamó Alicia.
- ¡Han quedado pocos, podemos salir y rescatarle! - Dijo Zed mientras cogía su arma y se dirigía a toda velocidad hacia la entrada.
Apartaron la cómoda y salieron al encuentro del borracho, el cual seguía en la misma posición, exceptuando el hecho de que ahora un zombie estaba sobre él, a punto de darle una dentellada en el cuello. Michael fue el más rápido y le propinó un certero disparo al zombie, atravesando su globo ocular. El grupo se desplegó en perfecta sincronía y acabaron rápidamente con el resto de infectados sin darles tiempo a reaccionar.
Facundo se acercó al hombre mientras este parecía volver en si, le quitó al cadáver de encima y le trató de despertar.
El hombre abrió los ojos un poco y miró la mano donde ahora estaba la botella de whisky rota.
- Joder...- murmuró - era la última.
- ¡Eh! ¿Estás bien? ¿Cómo te llamas? - preguntó Facundo.
- Hopkins..- dijo aquel hombre sin apartar la mirada de la botella rota.
Acto seguido cerró los ojos y se puso a roncar.
Skimmer- Cazador mediocre
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
-...que lo pario!
Ese ultimo casi lo agarraba. Marco zigzagueaba entre los muertos con su motocicleta. Habia llegado a la ciudad perseguido por unos 50 de ellos solo para encontrarse con cientos. Sabia que la moto atraia mas, pero ir a pie ya no era una opcion asi que iba con martillo en mano conduciendo entre los zombies que por suerte (la unica hasta ahora) estaban lo suficientemente dispersos para maniobrar entre ellos y ensestar martillasos a los que intentaban ponerle las manos encima.
Ya estaba entrando en panico. Sabia que le quedaba poco combutible y no duraria a pie ni 2 minutos. Y para completar el dia podia ver a un par de calles un mar de autos aparentemente abandonados obstruyendo el camino... un momento, eso le daba un idea.
Acelero. Esto iba a doler. Pero le alcanzaba con no morir. Tambien era estupido. Pero, dios, no tenia sentido usar el sentido comun alli donde los muertos no se morian. Puso su martillo en el bolso que llevaba y aseguro este mientras comenzaba a levantarse del asiento. Quedaban 10 metros entre el y la barrera de coches.
"Si pueden escucharme, ayudenme en esta, Dukes de Hazzard"
A pesar de frenar un poco, el choque lo lanzo mas de lo esperado y termino un auto mas adelante de lo pensado. Pero habia tenido razon. Le dolia todo el cuerpo, aunque dudaba haberse roto algo. Pero no tenia tiempo y se poso a correr con el mayor sigilo posible por sobre los techos de los autos. Como habia imaginado, el ruido de la motocicleta al chocar distrajo lo suficiente a sus perseguidores como para sacar distancia entre ellos. Por lo que habia visto, dudaba que tuvieran la capacidad pra suguirlo por los techos ni la inteligencia para pasar por ese laberinto de autos.
En el camino debio usar de nuevo el martillo ya que, si bien nadie lo seguia, habian quedado algunos zombies atrapados en sus propios autos e intentaban atraparlo sacando los brazos o, en algunos casos el torso entero por la ventanilla. Uno le llamo la atencion, un policia. Pudo ver que tenia su pistola todavia enfundada. Tomo aire mientras el hombre intentaba agarrarlo sin exito y le dio un golpe el la frente con el martillo. Era la primera vez que mataba concientemente. No le gusto.
Inspescciono el auto con tada la sangre fria que pudo reunir y depues de unos minutos reviso su botin: la pistola del policia, una Smith & Wesson mp o algo asi (recordaba a su primo, tambien policia, mostrale una identica), una cachiporra y unas vainte balas.
Despues de un uno minutos vio un camion que habia chocado contra uno de los edificios, aunque sin dañarlo. Posiblemente fue el origen de aquel embotellaminto. Pero vio tambien que justo por encima de la carga de esta estaba un balcon del edifico. Subio al camion y, despues de un par de intentos pudo subir al balcon. Como imaginaba, no habia nada ni nadie. "Si mi casa fuera golpeada por un camion, lo ultimo que haria seria quedarme dentro". Inmediatamente aseguro la puerta y le coloco enfrente todos los muebles que pudo mover. Termiado esto, cayo al piso y durmio.
Mientras cerraba los ojos, abrigo de nuevo la infantil esperanza de que todo fuera solo un mal sueño.
Ese ultimo casi lo agarraba. Marco zigzagueaba entre los muertos con su motocicleta. Habia llegado a la ciudad perseguido por unos 50 de ellos solo para encontrarse con cientos. Sabia que la moto atraia mas, pero ir a pie ya no era una opcion asi que iba con martillo en mano conduciendo entre los zombies que por suerte (la unica hasta ahora) estaban lo suficientemente dispersos para maniobrar entre ellos y ensestar martillasos a los que intentaban ponerle las manos encima.
Ya estaba entrando en panico. Sabia que le quedaba poco combutible y no duraria a pie ni 2 minutos. Y para completar el dia podia ver a un par de calles un mar de autos aparentemente abandonados obstruyendo el camino... un momento, eso le daba un idea.
Acelero. Esto iba a doler. Pero le alcanzaba con no morir. Tambien era estupido. Pero, dios, no tenia sentido usar el sentido comun alli donde los muertos no se morian. Puso su martillo en el bolso que llevaba y aseguro este mientras comenzaba a levantarse del asiento. Quedaban 10 metros entre el y la barrera de coches.
"Si pueden escucharme, ayudenme en esta, Dukes de Hazzard"
A pesar de frenar un poco, el choque lo lanzo mas de lo esperado y termino un auto mas adelante de lo pensado. Pero habia tenido razon. Le dolia todo el cuerpo, aunque dudaba haberse roto algo. Pero no tenia tiempo y se poso a correr con el mayor sigilo posible por sobre los techos de los autos. Como habia imaginado, el ruido de la motocicleta al chocar distrajo lo suficiente a sus perseguidores como para sacar distancia entre ellos. Por lo que habia visto, dudaba que tuvieran la capacidad pra suguirlo por los techos ni la inteligencia para pasar por ese laberinto de autos.
En el camino debio usar de nuevo el martillo ya que, si bien nadie lo seguia, habian quedado algunos zombies atrapados en sus propios autos e intentaban atraparlo sacando los brazos o, en algunos casos el torso entero por la ventanilla. Uno le llamo la atencion, un policia. Pudo ver que tenia su pistola todavia enfundada. Tomo aire mientras el hombre intentaba agarrarlo sin exito y le dio un golpe el la frente con el martillo. Era la primera vez que mataba concientemente. No le gusto.
Inspescciono el auto con tada la sangre fria que pudo reunir y depues de unos minutos reviso su botin: la pistola del policia, una Smith & Wesson mp o algo asi (recordaba a su primo, tambien policia, mostrale una identica), una cachiporra y unas vainte balas.
Despues de un uno minutos vio un camion que habia chocado contra uno de los edificios, aunque sin dañarlo. Posiblemente fue el origen de aquel embotellaminto. Pero vio tambien que justo por encima de la carga de esta estaba un balcon del edifico. Subio al camion y, despues de un par de intentos pudo subir al balcon. Como imaginaba, no habia nada ni nadie. "Si mi casa fuera golpeada por un camion, lo ultimo que haria seria quedarme dentro". Inmediatamente aseguro la puerta y le coloco enfrente todos los muebles que pudo mover. Termiado esto, cayo al piso y durmio.
Mientras cerraba los ojos, abrigo de nuevo la infantil esperanza de que todo fuera solo un mal sueño.
Quimera- Recien llegado al refugio
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Re: Cuando los zombies nos alcancen
Debut: El comienzo
-David-Por fin llegó el día, creo que se me va a salir el corazón por la boca.
-Entrenador-Tu no te preocupes David, si haces lo que entrenamos todo saldrá bien.
-David-De acuerdo entrenador.
David se dirigió a la salida de los vestuarios la cual daba a un largo pasillo de un color gris apagado, este tenía una máquina expendedora de refrescos, pero ese no era momento para pensar en beberse una fanta. El transcurso por el pasillo pareció hacerse eterno hasta que por fin llegó a la puerta, a fuera podía oir perfectamente una pequeña muchedumbre de personas animando... había llegado la hora de salir.
-Comentarista- Y en la esquina azul, en su combate de debut, con un peso de 96 kilogramos, y una estatura de 1,88 metros, el debutante David García.
La puerta del largo pasillo se abrio dejando mostrar afuera una muchedumbre de personas dando animos al nuevo debutante, el que iba a medir sus fuerzas con un boxeador no muy veterano, pero más experimentado que el.
-Muchedumbre1- Ánimo David, danos un buen espectáculo en tu debut.
-Muchedumbre2- Buhh, no serás capaz de derrotarle, mejor rindete ya y ahorrate la vergüenza.
Con expresión calmada, el jóven debutante fue andando tranquilamente hacia el ring, pero su actitud era engañosa, pues en su interior, los nervios le corroían por dentro dejando su fondo y su forma física en mínimos, tal y como su entrenador le había dicho que pasaría.
Habiendo llegado ya al cuadrilatero, subío esta vez si con expresión de nerviosismo en su rostro sin poder ocultarla. Pese a no haber hecho un calentamiento previo al combate, el cuerpo de David, ardía sin lugar a duda, debido a ese sentimiento de nerviosismo mezclado con impaciencia y emoción.
-Entrenador-Tu tranquilo David, tal vez no tengas un buen juego de pies, ni una defensa perfecta, pero tienes un puñetazo que quita el ipo, y cargas muy rápido hacia el frente, haz lo que estubimos prácticando, tu pegate a el, y no pares de golpearle, demuestrale la tozudez que me mostraste a mi cuando llegaste a mi gimnasio hecho físicamente un adefesio y a pesar de lo duro de los entrenamientos te esforzabas más que nadie.
-David- Si entrenador, me he esforzado mucho durante estos años, confio en que ese esfuerzo dará buena recompensa.
-Árbitro- Vosotros dos, seré muy estricto con los golpes bajos y con los cabezazos, jugar limpio, u os restaré puntos... Saludad al contrario, y a boxear.
Y finalmente sonó la campana, era la hora de la verdad, ya no había marcha atras, ahora solo estaban, el ring y su contrincante...
-10,42 minutos despues-
-Comentarista- ¡Ha caido!, el púgil se desploma en el suelo, y el Árlbitro cruza los brazos, David es el vencedor. Parece increible, en los dos primeros asaltos, el debutante estaba sufriendo terriblemente, llevandose una gran cantidad de golpes directos sobretodo en el segundo asalto, en el cual cayo dos veces seguidas, la desventaja de puntos ya era clara. Pero en el tercer asalto nos ha obsequiado con una muestra de valentía y perseverancia de la que no cabe duda alguna, con una convinación de 6 golpes desde el cuerpo hasta la cabeza, consiguió tirar a su contrincante con un gancho justo en el centro del mentón.
-Muchedumbre1- Bien hecho novato, sigue así, te volveremos a ver en tu siguiente combate.
-Muchedumbre2- Al final resulta que no lo hiciste nada mal muchacho, pero aun tienes que mejorar mucho.
-Entrenador- Bien hecho chico, si ya sabía yo, solo te hacía falta encadenar unos pocos golpes para tirar a cualquiera.
-David- He.. he, ¡He ganado! ahh, he ganado.¡Vamos!. Entrenador, esto es mejor que cualquier atracción, nunca sentí tanta emoción en toda mi vida.
-Entrenador- Venga, saluda a todos los que te animaron.
David saludo levantando el brazo derecho, en señal de victoria, y oyó animos aun más altos que los anteriores casi estrepitosos,
pese a no gustarle mucho el ruido, todos esos aplausos y palabras de afecto, habían levantado el ánimo del jóven por las nubes, y su felicidad en ese momento era plena.
-5 minutos despues, dentro de los vestuarios-
Ya en el vestuario, David se duchó y cambio de ropa, y se volvió a poner las vendas, sentía que si no se las ponía, la felicidad de ese momento se escaparía entre los dedos de su mano, estaba a punto de ponerse los auriculares con la música a todo trapo cuando oyó gritos desde el exterior, su entrenador había salido a presentarle sus respetos al entrenador del contrincante y David tenía una oportunidad de oro para presumir de algo por primera vez en su vida. El victorioso jóven salio por si había conseguido hacer algún fan, pero... por desgracia, los gritos no eran gritos de ánimo, si no de horror y desesperación, el antes largo y vacio pasillo, se había transformado en un caos, por el cual corría gente en todas direcciones, el color del pasillo, antes de un gris apagado, tenía ahora enormes manchas rojizas, las cuales no presagiaban nada bueno. David se dirigió hacia el interior del polideportivo, una vez pudo recorrer el pasillo, se encontró con una escena realmente grotesca, gente tirada en el suelo inmovil, siendo apaleada, y mordida por otras personas, sangre por todas partes, el jóven todabía sin poder asimilar la sutiación de la cual estaba siendo consciente, se dió cuenta, de que una persona que estaba tendida delante suyo, se levantaba aparatosamente, para después intentar cojerle, este, debido a su entrenamiento como boxeador, reaccionó inmediatamente propinando un severo puñetazo en la frente de la persona que acababa de levantarse del suelo, haciendo que esta callera estrepitosamente otra vez contra las baldosas del polideportivo, el jóven sin saber como reaccionar después, vió de nuevo como el engendro delante suyo se incorporaba nuevamente a la verticalidad.
-David- ¡Me cago en la puta, que te quedes ahí tirado cabronazo!, hostias, que se vuelve a levantar el condenado. Bah, ahí te quedas, no tengo tiempo para mangurrianes como tú, tengo que encontrar a mi entrenador.
El jóven boxeador, propinó una patada a su atacante, tumbandolo nuevamente en el piso, y se dispuso a avanzar al otro vestuario en el cual debían de estar su entrenador, el entrenador del contrincante, y su contendiente, el acceso al vestuario, era igual que en el suyo un enorme pasillo esta vez sin gente corriendo dentro de el, pero con un regero de sangre que desalentaría a cualquiera que quisiera entrar, David se aproximó a la puerta, llamando primero antes de entrar, y en cuanto la abrió, tres personas ensangrentadas se avalanzaron sobre la pequeña entrada del vestuario, eran su entrenador y los otros dos, en un momento, al ver esa inquietante escena, el jóven púgil, haciendo gala de su fortaleza física, empujó la puerta reteniendo (no sin gran esfuerzo) a esas tres personas ahora enagenadas por la ira.
-David- ¡La hostía!, hasta el entrenador está así, yo me largo de aquí. Joder, pero que hace mi mochila ahí tirada (seguro que el entrenador se la debió de llevar) y yo que pensaba que estaba en la taquilla de mi vestuario.
La puerta que lleva desde el interior del polideportivo al pasillo, se abrió violentamente, dejando entrar toda una horda de esos seres, emitiendo gemidos guturales, y cloqueos a la par, esos entes, eran engañosamente lentos, aunque solo andaran, era un andar más bien apresurado, por lo que en unos segundos habrían llegado hasta David y le habrían hecho sabe Dios que cosas.
-David- ¡Coño! ¡¿pero estos que quieren ahora?! cago en chola , carretera y manta, ala y que os den pomada a todos cabrones.
David salió corriendo en dirección contraria a la de esos inquietantes seres, que por suerte era la dirección que llevaba a la salida, por la cual salió corriendo como una bala, el jóven estaba bastante sorprendido, pues sabía que habia mejorado su forma física al correr todos los días durante tres años, una hora y media de carrera al día, pero hasta hoy, no había podido comprobar los resultados de su duro entrenamiento.
Una vez fuera del polideportivo, la sutuación era muy distinta, y por desgracia, peor aun, el caos era una ley en la ciudad y había gente corriendo por todas partes, escapando de otras personas que iban con andar lento pero seguro persiguiendolas, el chico se había percatado, que estarse quieto no era buena idea, y siguió corriendo en la primera dirección que se le ocurrió, eso si, no seguía a ningún grupo de personas, porque se había dado cuenta, que esas cosas se sentían más atraidas por las muchedumbres y los ruidos que por los individuos.
-David- Joder... tal vez estaba más seguro ahí dentro, la calle está llena de esos cabrones sangrientos, y solo es cuestión de tiempo que me acorralen, y encima ahora mismo no se ni donde estoy. Esto se está yendo de madre (tengo que pensar de forma calmada un momento) a ver, he de orientarme, si no estar perdido supone que podría encontrarme con un callejón sin salida, y eso... da por culo fijo.
El jóven miró por un momento a su alrededor y a parte del grotesco escenario sanguinolento que se extendía hasta donde alcanzaba la vista, había dos establecimientos que posiblemente podrían resultarle útiles, el primero era una tienda deportiva la cual estaba cerrada, y parecía no haber nadie en su interior, el segundo, era el que tenía pinta de ser más util, era una tienda con aparejos de caza, pero esta última se encontraba en un estado lamentable, el cristal expositor estaba roto, la puerta, desencajada de las visagras y tambíen parecía estar desierta.
Primero entró en la tienda de caza, en ella no había gran cosa, pero de entre todo el desorden, logró hacerse con unos prismáticos, y con una cantidad ingente de raciones de emergencia de comida y agua, en las cuales se podía leer Datrex el no tenía ni idea de que era esa marca, pero en el emboltorio de las mismas, había instrucciones de uso, las raciones de comida era de 3600 kcal, tambíen había unas cuantas más pequeñas de 900 kcal, las raciones de agua según ponía en el embase eran de 125 ml, metió todos esos suministros en una bolsa, la cual iba llena hasta reventar. Después de mirar detenidamente, dió por imposible el hecho de encontrar algún arma, sin duda los desperfectos ocasionados en la tienda habían sido obra de personas como el que iban en busca de lo mismo, pero que debido a su ansia por recojer armas, habían dejado todas las raciones al alcance de otros, por suerte, el había llegado antes. Sin nada más que rapiñar en la tienda de caza, se dirigió a la tienda deportiva.
La tienda estaba cerrada, pero completamente nueva, el escaparate estaba intacto, y la puerta protegida por una verja de metal, (vamos, que era una tienda normal), entrar por la puerta se iba a tornar algo complejo, a si que el jóven optó por propinar un sólido puñetazo al escaparate de la tienda, el cual fue suficiente para romper los cristales, y tras unos cuantos golpes más, pudo abrirse camino hacia el interior de la tienda, aun era de día, y podía verse bien sin luces, mientras trasteaba por la tienda en busca de algo útil, David se dió cuenta de que la ropa que llevaba era para la ocasión, unos vaqueros, y una camisa formal las cuales no resultaban demasiado cómodas para escapar de esos individuos, despues de rebuscar un poco por la tienda, encontró varias prendas que podrían servirle para esa tarea, entre ellas, había un pantalon largo, con tres bandas blancas en cada lado, una camiseta de manga corta roja, y una chaqueta con tres bolsillos los cuales tenían cremallera, tambíen encontró unas zapatillas de deporte bastante prácticas, aunque no eran del color que a el le gustaban, ese no era el momento de pensar en conjuntar ropa. Mientras seguía buscando en la tienda lo poco que podría quedar de interes en ella, lo vió, allí estaba, iluminado por una ténue luz, un precioso bate de aluminio. Sin pensarselo dos veces agarró el bate entre sus manos, sorprendido por la ligereza de este, de no más de un kilogramo de peso, y lo metió en su mochila, después de eso, consiguio ver, un saco de dormir envuelto en su funda y todo y tambíen decidió cojerlo, ya estaba seguro de que no quedarían cosas útiles en la tienda, y calmadamente se sentó en uno de los asientos que servían para probarse zapatillas, y se puso a pensar en donde iría a partir de ahora.
-David- Vaya, he tenido bastante suerte, en la tienda de caza pude conseguir esta especie de raciones, que seguro que saben a muerto, pero aquí pone que te ayudan a sobrevivir, y encima tambíen había agua de esa en una especie de sobres, cualquiera que me viera ahora pensaría que estoy loco de remate... jaaa, que salga afuera, esos mamones si que están como una cabra, mordiendo a la gente por ahí.
Después de aproximadamente una hora, ya estaba anocheciendo, y el jóven tenía que encontrar un lugar para refugiarse y rápido. David había pensado en tres opciones distintas, según el recordaba, esa tienda de deporte ya la había visitado un par de veces, y no quedaba muy lejos de un centro comercial, pero dandose cuenta de que esa opción atraería a mucha gente y con ella a esos seres, descartó esa idea, otro sitio en el que pensó era el cuartel de la policía, que estaba aun más cerca, pero esa idea se antojaba igual que la otra, es decir, un disparate, como última idea y no menos loca que las anteriores, pensó en ir al metro, seguro que a la gente no se le ocurriría ir por los oscuros túneles del metro en situaciones así, y si conseguía subirse en el techo de un vagón, seguro que esas cosas no podrían alcanzarle, por lo que había visto, eran bastante torpes. Habiendo ya valorado todas las opciones, se decantó por la del metro, y se dispuso a prepararse para el viaje.
-David- Al final me marcho al metro, pero seguro que cuando anochezca no voy a ver una mierda, porque las farolas no se han encendido aun, y la luz gracias a la cual vi el bate, se ha apagado, eso seguro quiere decir que no hay luz, antes de que oscurezca del todo, voy a pasarme por la tienda de caza, que me pareció ver allí, unas linternas y unas cuantas cajas pilas, debí haberlas cojido antes... (parezco gilipollas), bueno, no es hora de lamentarse, ademas, parece que ahora mismo no hay de esas cosas por aquí, ha sido buena idea no hacer mucho ruido.
Una vez volvió a la tienda de caza, David se puso a buscar las linternas que creía haber visto, pero este, sin darse cuenta de que al revolver las cosas estaba haciendo demasiado ruido, no era consciente de lo que se avecinaba. De entre las sombras, una silueta oscura y tambaleante, se acercaba acechante hacia David, el jóven oyó un crujido de cristales a su espalda, y con gran rapidez, se puso en estado de alerta, era uno de ellos, una de esas cosas estaba a punto de abalanzarse sobre el, David agarró el mango de su nuevo bate el cual sobresalia de su mochila, lo sacó y le propinó un fuerte y seco golpe a ese individuo, el crujir de los huesos, y las astillas que salían de su cabeza reveló la potencia del golpe, el sanguinolento ente, se precipitó contra el suelo de la tienda con un sonido sordo, David se había llevado el segundo susto más grande de su vida (el primero fue cuando de pequeño, su casa ardió con sus padres y el dentro).
-David- ¡Dios!, me cago en la puta...el cabrón este casi me agarra, te jodes mamonazo. ¡Hoy no comes!, ya tengo las linternas, me voy a ir al metro cagando leches, que ya casi no veo una puta mierda en la calle.
Dicho y hecho, David puso camino hacia el metro, en el cual esperaba que no hubiera demasiadas personas pues eso conllevaría, que tambíen habria una gran algarabía de esos grotescos seres...
-David-Por fin llegó el día, creo que se me va a salir el corazón por la boca.
-Entrenador-Tu no te preocupes David, si haces lo que entrenamos todo saldrá bien.
-David-De acuerdo entrenador.
David se dirigió a la salida de los vestuarios la cual daba a un largo pasillo de un color gris apagado, este tenía una máquina expendedora de refrescos, pero ese no era momento para pensar en beberse una fanta. El transcurso por el pasillo pareció hacerse eterno hasta que por fin llegó a la puerta, a fuera podía oir perfectamente una pequeña muchedumbre de personas animando... había llegado la hora de salir.
-Comentarista- Y en la esquina azul, en su combate de debut, con un peso de 96 kilogramos, y una estatura de 1,88 metros, el debutante David García.
La puerta del largo pasillo se abrio dejando mostrar afuera una muchedumbre de personas dando animos al nuevo debutante, el que iba a medir sus fuerzas con un boxeador no muy veterano, pero más experimentado que el.
-Muchedumbre1- Ánimo David, danos un buen espectáculo en tu debut.
-Muchedumbre2- Buhh, no serás capaz de derrotarle, mejor rindete ya y ahorrate la vergüenza.
Con expresión calmada, el jóven debutante fue andando tranquilamente hacia el ring, pero su actitud era engañosa, pues en su interior, los nervios le corroían por dentro dejando su fondo y su forma física en mínimos, tal y como su entrenador le había dicho que pasaría.
Habiendo llegado ya al cuadrilatero, subío esta vez si con expresión de nerviosismo en su rostro sin poder ocultarla. Pese a no haber hecho un calentamiento previo al combate, el cuerpo de David, ardía sin lugar a duda, debido a ese sentimiento de nerviosismo mezclado con impaciencia y emoción.
-Entrenador-Tu tranquilo David, tal vez no tengas un buen juego de pies, ni una defensa perfecta, pero tienes un puñetazo que quita el ipo, y cargas muy rápido hacia el frente, haz lo que estubimos prácticando, tu pegate a el, y no pares de golpearle, demuestrale la tozudez que me mostraste a mi cuando llegaste a mi gimnasio hecho físicamente un adefesio y a pesar de lo duro de los entrenamientos te esforzabas más que nadie.
-David- Si entrenador, me he esforzado mucho durante estos años, confio en que ese esfuerzo dará buena recompensa.
-Árbitro- Vosotros dos, seré muy estricto con los golpes bajos y con los cabezazos, jugar limpio, u os restaré puntos... Saludad al contrario, y a boxear.
Y finalmente sonó la campana, era la hora de la verdad, ya no había marcha atras, ahora solo estaban, el ring y su contrincante...
-10,42 minutos despues-
-Comentarista- ¡Ha caido!, el púgil se desploma en el suelo, y el Árlbitro cruza los brazos, David es el vencedor. Parece increible, en los dos primeros asaltos, el debutante estaba sufriendo terriblemente, llevandose una gran cantidad de golpes directos sobretodo en el segundo asalto, en el cual cayo dos veces seguidas, la desventaja de puntos ya era clara. Pero en el tercer asalto nos ha obsequiado con una muestra de valentía y perseverancia de la que no cabe duda alguna, con una convinación de 6 golpes desde el cuerpo hasta la cabeza, consiguió tirar a su contrincante con un gancho justo en el centro del mentón.
-Muchedumbre1- Bien hecho novato, sigue así, te volveremos a ver en tu siguiente combate.
-Muchedumbre2- Al final resulta que no lo hiciste nada mal muchacho, pero aun tienes que mejorar mucho.
-Entrenador- Bien hecho chico, si ya sabía yo, solo te hacía falta encadenar unos pocos golpes para tirar a cualquiera.
-David- He.. he, ¡He ganado! ahh, he ganado.¡Vamos!. Entrenador, esto es mejor que cualquier atracción, nunca sentí tanta emoción en toda mi vida.
-Entrenador- Venga, saluda a todos los que te animaron.
David saludo levantando el brazo derecho, en señal de victoria, y oyó animos aun más altos que los anteriores casi estrepitosos,
pese a no gustarle mucho el ruido, todos esos aplausos y palabras de afecto, habían levantado el ánimo del jóven por las nubes, y su felicidad en ese momento era plena.
-5 minutos despues, dentro de los vestuarios-
Ya en el vestuario, David se duchó y cambio de ropa, y se volvió a poner las vendas, sentía que si no se las ponía, la felicidad de ese momento se escaparía entre los dedos de su mano, estaba a punto de ponerse los auriculares con la música a todo trapo cuando oyó gritos desde el exterior, su entrenador había salido a presentarle sus respetos al entrenador del contrincante y David tenía una oportunidad de oro para presumir de algo por primera vez en su vida. El victorioso jóven salio por si había conseguido hacer algún fan, pero... por desgracia, los gritos no eran gritos de ánimo, si no de horror y desesperación, el antes largo y vacio pasillo, se había transformado en un caos, por el cual corría gente en todas direcciones, el color del pasillo, antes de un gris apagado, tenía ahora enormes manchas rojizas, las cuales no presagiaban nada bueno. David se dirigió hacia el interior del polideportivo, una vez pudo recorrer el pasillo, se encontró con una escena realmente grotesca, gente tirada en el suelo inmovil, siendo apaleada, y mordida por otras personas, sangre por todas partes, el jóven todabía sin poder asimilar la sutiación de la cual estaba siendo consciente, se dió cuenta, de que una persona que estaba tendida delante suyo, se levantaba aparatosamente, para después intentar cojerle, este, debido a su entrenamiento como boxeador, reaccionó inmediatamente propinando un severo puñetazo en la frente de la persona que acababa de levantarse del suelo, haciendo que esta callera estrepitosamente otra vez contra las baldosas del polideportivo, el jóven sin saber como reaccionar después, vió de nuevo como el engendro delante suyo se incorporaba nuevamente a la verticalidad.
-David- ¡Me cago en la puta, que te quedes ahí tirado cabronazo!, hostias, que se vuelve a levantar el condenado. Bah, ahí te quedas, no tengo tiempo para mangurrianes como tú, tengo que encontrar a mi entrenador.
El jóven boxeador, propinó una patada a su atacante, tumbandolo nuevamente en el piso, y se dispuso a avanzar al otro vestuario en el cual debían de estar su entrenador, el entrenador del contrincante, y su contendiente, el acceso al vestuario, era igual que en el suyo un enorme pasillo esta vez sin gente corriendo dentro de el, pero con un regero de sangre que desalentaría a cualquiera que quisiera entrar, David se aproximó a la puerta, llamando primero antes de entrar, y en cuanto la abrió, tres personas ensangrentadas se avalanzaron sobre la pequeña entrada del vestuario, eran su entrenador y los otros dos, en un momento, al ver esa inquietante escena, el jóven púgil, haciendo gala de su fortaleza física, empujó la puerta reteniendo (no sin gran esfuerzo) a esas tres personas ahora enagenadas por la ira.
-David- ¡La hostía!, hasta el entrenador está así, yo me largo de aquí. Joder, pero que hace mi mochila ahí tirada (seguro que el entrenador se la debió de llevar) y yo que pensaba que estaba en la taquilla de mi vestuario.
La puerta que lleva desde el interior del polideportivo al pasillo, se abrió violentamente, dejando entrar toda una horda de esos seres, emitiendo gemidos guturales, y cloqueos a la par, esos entes, eran engañosamente lentos, aunque solo andaran, era un andar más bien apresurado, por lo que en unos segundos habrían llegado hasta David y le habrían hecho sabe Dios que cosas.
-David- ¡Coño! ¡¿pero estos que quieren ahora?! cago en chola , carretera y manta, ala y que os den pomada a todos cabrones.
David salió corriendo en dirección contraria a la de esos inquietantes seres, que por suerte era la dirección que llevaba a la salida, por la cual salió corriendo como una bala, el jóven estaba bastante sorprendido, pues sabía que habia mejorado su forma física al correr todos los días durante tres años, una hora y media de carrera al día, pero hasta hoy, no había podido comprobar los resultados de su duro entrenamiento.
Una vez fuera del polideportivo, la sutuación era muy distinta, y por desgracia, peor aun, el caos era una ley en la ciudad y había gente corriendo por todas partes, escapando de otras personas que iban con andar lento pero seguro persiguiendolas, el chico se había percatado, que estarse quieto no era buena idea, y siguió corriendo en la primera dirección que se le ocurrió, eso si, no seguía a ningún grupo de personas, porque se había dado cuenta, que esas cosas se sentían más atraidas por las muchedumbres y los ruidos que por los individuos.
-David- Joder... tal vez estaba más seguro ahí dentro, la calle está llena de esos cabrones sangrientos, y solo es cuestión de tiempo que me acorralen, y encima ahora mismo no se ni donde estoy. Esto se está yendo de madre (tengo que pensar de forma calmada un momento) a ver, he de orientarme, si no estar perdido supone que podría encontrarme con un callejón sin salida, y eso... da por culo fijo.
El jóven miró por un momento a su alrededor y a parte del grotesco escenario sanguinolento que se extendía hasta donde alcanzaba la vista, había dos establecimientos que posiblemente podrían resultarle útiles, el primero era una tienda deportiva la cual estaba cerrada, y parecía no haber nadie en su interior, el segundo, era el que tenía pinta de ser más util, era una tienda con aparejos de caza, pero esta última se encontraba en un estado lamentable, el cristal expositor estaba roto, la puerta, desencajada de las visagras y tambíen parecía estar desierta.
Primero entró en la tienda de caza, en ella no había gran cosa, pero de entre todo el desorden, logró hacerse con unos prismáticos, y con una cantidad ingente de raciones de emergencia de comida y agua, en las cuales se podía leer Datrex el no tenía ni idea de que era esa marca, pero en el emboltorio de las mismas, había instrucciones de uso, las raciones de comida era de 3600 kcal, tambíen había unas cuantas más pequeñas de 900 kcal, las raciones de agua según ponía en el embase eran de 125 ml, metió todos esos suministros en una bolsa, la cual iba llena hasta reventar. Después de mirar detenidamente, dió por imposible el hecho de encontrar algún arma, sin duda los desperfectos ocasionados en la tienda habían sido obra de personas como el que iban en busca de lo mismo, pero que debido a su ansia por recojer armas, habían dejado todas las raciones al alcance de otros, por suerte, el había llegado antes. Sin nada más que rapiñar en la tienda de caza, se dirigió a la tienda deportiva.
La tienda estaba cerrada, pero completamente nueva, el escaparate estaba intacto, y la puerta protegida por una verja de metal, (vamos, que era una tienda normal), entrar por la puerta se iba a tornar algo complejo, a si que el jóven optó por propinar un sólido puñetazo al escaparate de la tienda, el cual fue suficiente para romper los cristales, y tras unos cuantos golpes más, pudo abrirse camino hacia el interior de la tienda, aun era de día, y podía verse bien sin luces, mientras trasteaba por la tienda en busca de algo útil, David se dió cuenta de que la ropa que llevaba era para la ocasión, unos vaqueros, y una camisa formal las cuales no resultaban demasiado cómodas para escapar de esos individuos, despues de rebuscar un poco por la tienda, encontró varias prendas que podrían servirle para esa tarea, entre ellas, había un pantalon largo, con tres bandas blancas en cada lado, una camiseta de manga corta roja, y una chaqueta con tres bolsillos los cuales tenían cremallera, tambíen encontró unas zapatillas de deporte bastante prácticas, aunque no eran del color que a el le gustaban, ese no era el momento de pensar en conjuntar ropa. Mientras seguía buscando en la tienda lo poco que podría quedar de interes en ella, lo vió, allí estaba, iluminado por una ténue luz, un precioso bate de aluminio. Sin pensarselo dos veces agarró el bate entre sus manos, sorprendido por la ligereza de este, de no más de un kilogramo de peso, y lo metió en su mochila, después de eso, consiguio ver, un saco de dormir envuelto en su funda y todo y tambíen decidió cojerlo, ya estaba seguro de que no quedarían cosas útiles en la tienda, y calmadamente se sentó en uno de los asientos que servían para probarse zapatillas, y se puso a pensar en donde iría a partir de ahora.
-David- Vaya, he tenido bastante suerte, en la tienda de caza pude conseguir esta especie de raciones, que seguro que saben a muerto, pero aquí pone que te ayudan a sobrevivir, y encima tambíen había agua de esa en una especie de sobres, cualquiera que me viera ahora pensaría que estoy loco de remate... jaaa, que salga afuera, esos mamones si que están como una cabra, mordiendo a la gente por ahí.
Después de aproximadamente una hora, ya estaba anocheciendo, y el jóven tenía que encontrar un lugar para refugiarse y rápido. David había pensado en tres opciones distintas, según el recordaba, esa tienda de deporte ya la había visitado un par de veces, y no quedaba muy lejos de un centro comercial, pero dandose cuenta de que esa opción atraería a mucha gente y con ella a esos seres, descartó esa idea, otro sitio en el que pensó era el cuartel de la policía, que estaba aun más cerca, pero esa idea se antojaba igual que la otra, es decir, un disparate, como última idea y no menos loca que las anteriores, pensó en ir al metro, seguro que a la gente no se le ocurriría ir por los oscuros túneles del metro en situaciones así, y si conseguía subirse en el techo de un vagón, seguro que esas cosas no podrían alcanzarle, por lo que había visto, eran bastante torpes. Habiendo ya valorado todas las opciones, se decantó por la del metro, y se dispuso a prepararse para el viaje.
-David- Al final me marcho al metro, pero seguro que cuando anochezca no voy a ver una mierda, porque las farolas no se han encendido aun, y la luz gracias a la cual vi el bate, se ha apagado, eso seguro quiere decir que no hay luz, antes de que oscurezca del todo, voy a pasarme por la tienda de caza, que me pareció ver allí, unas linternas y unas cuantas cajas pilas, debí haberlas cojido antes... (parezco gilipollas), bueno, no es hora de lamentarse, ademas, parece que ahora mismo no hay de esas cosas por aquí, ha sido buena idea no hacer mucho ruido.
Una vez volvió a la tienda de caza, David se puso a buscar las linternas que creía haber visto, pero este, sin darse cuenta de que al revolver las cosas estaba haciendo demasiado ruido, no era consciente de lo que se avecinaba. De entre las sombras, una silueta oscura y tambaleante, se acercaba acechante hacia David, el jóven oyó un crujido de cristales a su espalda, y con gran rapidez, se puso en estado de alerta, era uno de ellos, una de esas cosas estaba a punto de abalanzarse sobre el, David agarró el mango de su nuevo bate el cual sobresalia de su mochila, lo sacó y le propinó un fuerte y seco golpe a ese individuo, el crujir de los huesos, y las astillas que salían de su cabeza reveló la potencia del golpe, el sanguinolento ente, se precipitó contra el suelo de la tienda con un sonido sordo, David se había llevado el segundo susto más grande de su vida (el primero fue cuando de pequeño, su casa ardió con sus padres y el dentro).
-David- ¡Dios!, me cago en la puta...el cabrón este casi me agarra, te jodes mamonazo. ¡Hoy no comes!, ya tengo las linternas, me voy a ir al metro cagando leches, que ya casi no veo una puta mierda en la calle.
Dicho y hecho, David puso camino hacia el metro, en el cual esperaba que no hubiera demasiadas personas pues eso conllevaría, que tambíen habria una gran algarabía de esos grotescos seres...
Arurkam- Recien llegado al refugio
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