Tu muerdes, yo vuelo

Antonio, se encontraba rodeado por aquello zombies y la unica salida estaba bloqueada por un mutante de 2 metros con un gran brazo capaz de derribar un toro de un golpe.
En aquel momento de tensión, Antonio se puso a recordar una cosa que le habia ocurrido no lejos de Valencia......

Antonio, viajaba hacia el norte buscando las respuestas que necesitaba, cuando escucho unos ruidos que parecían de persona.
- EEH!! Andres, que se supone que estas haciendo??
-Perdón jefe,ya lo arreglo.
Antonio al escuchar esto se extraño y aparco en una calle cercana.
Mientras mas andaba escuchaba mas ruido hasta que al girar una esquina vió un gran emplazamiento militar.
Al principio se alegro por que podia ser la solucion para sobrevivir, pero en cuanto vio a unos pobre civiles siendo asesinados por ellos cambio de idea.La curiosidad le estremecia y se acerco un poco mas , lo suficiente para ver que estaban cargando una especie de bombas en unos helicópteros.Pensó en ese momento que ellos podrían ser los responsables de lo que estaba pasando;pero derrepente alguien alerto a un compañero de que le parecía haber visto a alguien.En unos segundos se encontraban a 3 metros de donde se encontraba Antonio, pero cuando llegaron no vieron a nadie.
-¿Para eso me haces perder el tiempo?
-!Pero yo juraría haber visto a alguien!
-!vuelve al trabajo! Hay mucho que hacer aún.
En ese instante Antonio no se lo podía creer se percato en ese momento en que era invisible y susurro
-¿Pero que cojo..?
Rapido volvio al vehiculo en que se encontraba y sigio su rumbo hacia Alemania con algo de preocupación.

Al recordar eso tambien recordó que llevaba la escopeta de perdigones y el hacha de su padre en la espalda.
Rapidamente en un giro brusco de muñeca, alcanzo con el hacha a los 2 zombies a uno le rajo parte del pecho y a otro se la dejo clavada en el cuello(sus estudios de medicina le habían servido para saber los puntos mas mortales del cuerpo humano).
Pero el mutante se encontraba delante de el y no conseguia alcanzar la escopeta de perdigones que tenía a la espalda.......

POST 1
NIVEL 0

Silvia y Hank entraron en el sótano y se reunieron con Carlos y Round que charlaban amistosamente con Jerichó.
- Da gusto encontrarse a gente de mi edad - dijo Round - Estos chicos me caen realmente bien pero a veces se echa de menos poder hablar de esto con gente de tu edad. Ya me entiendes.
- Sí, la verdad es que estoy hasta los cojones de estos malditos críos - contestó secamente Jerichó. - Sobretodo de ese larguirucho pero parece que el destino quiere que continúe con él así que será lo que haga, ciertamente. Siempre que me venga bien.
- Oye, no te pases - intervino Carlos que aún seguía algo aturdido por la cura que había recibido por parte de Silvia. La herida estaba limpia, desinfectada y vendada pero no tenían apenas calmantes - Tendré 23 años pero no sabes nada sobre mi vida así que deja de llamarme crío.
- No te ofendas. Creo que le entiendo. Los jóvenes sois demasiado impulsivos - dijo mirando a Silvia - Y a veces hacéis cosas de las que luego os arrepentís.
- Si eso va por mí, yo no me arrepiento de nada de lo que ha pasado con ese grandullón, ehhh - dijo ella enfadada.
- Silvi, no te hagas mala sangre que yo estoy bien - dijo Carlos- Me has curado muy bien....!
- Sí pero estoy harta de ese grandullón, encima me ha empujado y ese chaval se ha cabreado.
- Sí, y ha sido malo conmigo - dijo Hank - No le vuelvo a dar nada suyo que me encuentre-
- Jajaajajaja, pequeño - dijo Jerichó que reía por primera vez en días - Lo que tienes que aprender.
- Yo sé hablar con hormiguitas así que eso seguro que no lo sabes hacer tú y me hacen caso- Le sacó la lengua
- Bueno, no sé hablar con ellas pero puedo hablar con los animales y me contestan.
- Qué bonito - dijo Round - Reírte de un niño pequeño.
- Silvia, ¿vamos a quedarnos aquí mucho tiempo? - dijo Hank - No me gusta esta gente. Se ríen de mí. Y mira ese alto, que no me hace caso
- ¿Quieres que vaya a hablar con él? ¿Para que no sea tan desagradable la próxima vez?
- No vayas Silvia- la advirtió Carlos - Mira lo que pasó la última vez.
- No te preocupes, estoy más calmada. Ya hemos comido, jajajajaja, era la falta de apetito.
- Vete pero vuelve rápido - dijo Hank- Marta me mira raro.
- Es verdad, ahora cuando vuelva me cuentas lo de Marta, ¿vale?
- Vale - dijo Hank y se despidió de Silvia con un abrazo.

Silvia echó a andar escaleras arriba y se cruzó con Oleg. Ella se pegó contra la pared y siguió su camino tranquilamente. Él se limitó a mirarla muy seriamente y a ignorarla. No quería que Patt volviera a llamarle la atención, no sabía por qué pero le empezaba a gustar rodeado de aquellas personas, excepto de esa maldita gata y de sus nuevos compañeros.
Silvia llegó hasta el piso de arriba donde Fernando seguía tranquilizandose apoyado a la pared:
- ¡Buenas! - dijo Silvia - Venía a disculparme sin el pequeño. Se siente mal porque antes te vio jugar con los demás niños y él fue el que te devolvió tu baraja.
- ¿Qué coño haces aquí? - dijo Fernando - ¿No os dije que os largarais? Además, ya le di las gracias a ese niño.
- Joder, tío, que borde eres. No te hice nada, sólo subí a disculparme.
- No hace falta que te disculpes, no necesito las disculpas de nadie.
- Pues a mí me da la gana disculparme para sentirme mejor.
- ¿Sentirte mejor, gatita? ¿Has visto lo que has estado a punto de hacerle a ese ahí abajo cuando te has puesto nerviosa?
- Fui consciente de lo que hacía
- ¿Seguro? - dijo Fernando acercándose demasiado a ella y agarrándola por la cintura - ¿Qué pasa si te pones nerviosa? ¿Te salen esas uñas tan largas? Quiero verlo.
- Suéltame. No quiero hacerte daño - dijo Silvia que empezaba a notar un extraño cosquilleo en sus manos.
- ¿Y si te acerco más a mí? - dijo Fernando pegándose a ella - ¿Sacarás tus garras?
- Suéltame. Sólo subí a disculparme
- No eres tan dura como parecías allí abajo hace un rato - dijo Fernando soltándola de repente- Pero quizá si hago esto. - Fernando cogió a Silvia por el cuello y la levantó como si de una mosca se tratase - Ahora estás sóla, ¿qué harás?
- Ésto - dijo Silvia mientras clavaba las garras de su mano derecha en el cuello de Fernando que cayó al suelo sangrando como un cochino mientras Silvia se soltaba y salía corriendo.

Asustada, Silvia descendió los peldaños de dos en dos hasta la cama en la que Carlos estaba tumbado.
- Debemos irnos ya - dijo Silvia completamente asustada.

La sangre estaba encharcando el suelo, pero Fernando se levanto como si nada. Su herida se cerró de pronto y bajo despacio las escaleras, cogió un par de cartar de su baraja y las cogió con la mano derecha.
La puerta estaba cerrada, dentro no se imaginaban lo que habia sucedido arriba.

Silvia salió de golpe de la habitación junto con Round, la cara de Silvia al ver a Fernando cambió de repente.

-¿¡Te alegras de verme Gatita?!-dijo Fernando mientras que los empujaba a dentro.
-Ehh...no puede ser...yo misma...-contestó entrecortada Silvia
-Tu misma, ¿Qué?. ¿Me intentaste matar?--dijo Fernando terminando de empujarlos y cerrando la puerta.

Oleg se levantó de golpe y andó rápidamente hacia los jovenes. La anciana mando callar a todos en el sotano, todos al ver el esfuerzo de la anciana al levantarse y acercarse a Silvia y a Fernando, junto con la chica de los poderes de agua.

-Se lo que has hecho Silvia, pero no te preocupes por ello fue por instinto- dijo la anciana poniendo su mano sobre el hombro de Silvia.
-Claro, el intentar matarme estubo bien, ¿no?, Anciana-dijo Fernando airado.
-Me hiciste daño ahi arriba, te portaste como un cerdo cuando solo fui a pedir disculpas-contesto Silvia.
-Solo os pedi una cosa, ¡Una cosa!, que no os acercaseis a mi-Dijo Fernando apartandose.
-No deberias hacer lo que estas pensando Fernando es una mala idea-dijo la anciana acercandose a Fernando.
-Haber os lo voy a dejar claro, muy claro. Primero no te metas en mi mente y seguno dejarme tranquilo-dijo Fernando tajante.

Cuando terminó de decir eso, abrió la puerta otra vez y salió de la habitación para salir fuera de ese edificio. Sin que Fernando lo notara Hank salió y se escondió para que no lo viera.
En la calle, todo estaba despejado. Ninguna criatura acechaba en el momento en el que salió Fernando.
Un repentino viento surgió de uno de los callejones que estaban cerca del edificio, Hank se acercó a la puerta y lo vigiló sin que se diera cuenta. Silvia salió para buscar a Hank y se quedó observando al muchacho.

La brisa se conviertió de repente en un torbellino que se iba acercando a Fernando peligrosamente. Fernando se puso es posición de combate y sacó varias cartas de su bolsillo.
El torbellino cobró forma, era aquel chico que intento quemarlo vivo.

-Eeh! Tipo duro ahora no vengo buscando pelea-dijo el chico que se transformaba-Me dijo mi jefa que hablara contigo y con tu amigo.
-¡¿Pero tu quien coño te crees que eres?!-replicó Fernando airado-Seras cabrón como puedes venir ahora de buenas habiendo intando quemarme vivo
-Te he dicho que vengo por parte de mi jega, ¿os lo habeis pensado o no?-preguntó el chico.
-Te lo voy a decir de una forma muy sencilla para que lo entiendas, No quiero tener nada que ver contigo. cabronazo-respondió Fernando Lanzando las cartas hacia el chico.

Las cartas impactaron junto en el pecho del joven, que cayó al suelo de golpe. Fernando volvió a coger otras dos cartas y retrocedió un par de metros. Momento en el cual aprovecho el joven para levantarse y convertirse en un remolino y adelantarse hasta su objetivo.
Fernando tiro una de las cartas al remolino pero la carta voló hacia arriba y estalló en el aire.

Hank nervioso salió de su escondrijo para intentar ayudar a Fernando. El joven transformista notó su presencia y fue directo a por él. 3 metros antes de llegar al muchacho, Fernando lanzó la carta al suelo haciendo lo caer.

-'Vete Hank, vete dentro corre!-gritó Fernando aprovechando para salir corriendo hacia el joven transformista.


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Post: 9
nivel: 3

-Jodida gata!No podemos darte la espalda que nos apuñalas verdad!?-Gritò furiosamente Oleg a Sylvia.
-Ya dejame!El me estaba haciendo daño!-Respondiò Sylvia zafandose de Oleg.
-Oleg,ya basta,parad de una vez-Ordenò la anciana.
-Joder!Todo el mundo la anda defendiendo!Bah!-Decia Oleg mientras subia las escaleras hacia el exterior.

Oleg saliò al exterior a respirar aire fresco,estaba cansado de esa gata y de sus amigos.Se habia puesto su traje protector junto con su mascara antigas.El traje fue hecho especialmente para el en un laboratorio de Kiev,capaz de soportar las termperaturas mas adversas,ademas de tener varios bolsillos y capas protectoras ante balas.En total 500.000 rublos.Era lo que ganaba por una misiòn exitosa.

Oleg saliò al medio de la calle,reinaba la tranquilidad.Pero no durò mucho,delante de el veia al niño Hank corriendo a toda prisa hacia el.
Oleg prestò mas atenciòn y pudo ver que una gran bola de fuego venia persiguiendo al niño.
-Lo salvo?O no lo salvo?-Murmurò Oleg para si mismo.

Oleg se dirigiò a toda prisa hacia el encuentro del niño,lo abrazò y le dio la espalda a la bola de fuego.!Splash!El impacto sonò como si fuera un gran globo de agua estallando.El traje le habia salvado la vida varias veces y esa no era la excepciòn.
Oleg quedò perplejo al ver que los restos de la gran bola de fuego se materializaban en un chico.Unos 17 años,cabello rubio vestido de una cazadora y un pantalon gris de combate urbano.
-Quien eres tu!?-Gruño Oleg mientras colocaba a Hank detràs de el.
-Vaya vaya,tu debes ser Oleg Demonio,me presento,soy tu fin-El chico luego de decir esto se convirtiò en una fuerte rafaga de viento.
-Mierda odio cuando se esconden!-Gritò furioso Oleg.

Sintiò varios golpes,este muchacho no era invisible,pero se podia transformar en viento que es algo similar y muy problematico.
Seis golpes derribaron a Oleg.Sylvia que habia salido a la calle en busca de Hank contemplò la escena.Oleg siendo derrotado por un fuerte viento.

-Hank!Pequeño ven aqui!-Gritò Sylvia llamandole a Hank.
-Sylvia!-Exclamò el pequeño Hank cayendo en sus brazos.
-Que sucede pequeño?Que pasa?
-Sylvia Oleg me salvò pero està perdiendo.
-Que?Que le pasa?
-Lo està atacando un villano!

Fernando volviò a aparecer en la escena agitado luego de perseguir tanto tiempo al atacante.
-Debemos ayudar a Oleg,pero ese sujeto en forma de viento es invulnerable!

Mientras decia esto,Oleg fue lanzado por los aires cayendo encima de una gran reja puntiaguda.Para la mala suerte de el,cayò justo encima de una de sus puntas filosas.
-La jodì...-Logrò jadear Oleg.
-Que pasa chico duro?No aguantas mas?-Dijo el chico mientras volviò a su forma normal.
-Que te den.
-Veamos quien està detras de esa mascara.

El chico retirò la mascara de Oleg y hechò a reir.
-Pero que cara de payaso.Eso debes de ser,un payaso.

Oleg estaba semi inconsciente cuando el chico volviò a materializarse en viento retirando a Oleg de la barra de hierro puntiaguda de la reja.Lo recostò en el suelo y volviò a proseguir con su carniceria.
Las rafagas de viento golpeaban a Oleg en la cara como si fueran puños de hierro.Tratò de taparse con su brazo pero el chico la apoyò contra el pavimento en su estado de viento.

Oleg no podia moverse,una barra de hierro lo habia traspasado y ahora su brazo derecho no respondìa,se lo habia quebrado como si se tratara de una vara.Oleg yacìa en el suelo inerte,su cabeza le dolia como si un auto le hubiera pasado por encima.Y su brazo derecho no se veia mejor.Lo ultimo que viò fue a Mica correr hacia a èl,seguida de Ryan y la gata Sylvia.

Cuando Antonio, creia que estaba todo perdido derrepente vio como algo afilado parecido a un machete atravesaba el cuerpo del mutante.
Cuando se desplomo se observaban 2 siluestas,la de un hombre y la de una mujer. Rapidamente retrocedio atras y pregunto quien eran.
-Tranquilo no soy enemistoso, yo tambien soy Español, ella es Belga.
-vale, cerrad la puerta no puedo veros.
-¿para que necsitas vernos?
-psss no se ¿Hacia donde os dirigis?
-Hacia Almeria, necesito ver si mi familia esta bien.
-mmmm.... no se como decirte esto, pero Almeria esta desierta igual que todas las ciudades que he recorrido.
-!!NO!! Mientes. Derrepente la arma de Antonio salió despedida hacia las manos la silueta oculta y le apuntaba a la cabeza.
-Tranquilo amigo... , yo solo busco respuestas por eso viajo hacia Berlín.
-¿Berlin? Que esperas encontrar alli.
-No lo se, Pero algo me dice que debo confiar en mi instinto.
-Bueno, no tenemos nada que ¿verdad cariño?
-!No vuelvas a llamarme así!.
-Vale, vale jaja.
-Bueno, ¿como os llamais?.
-mm a mi llamame hunter, y a ella Katja.
-Yo me llamo Antonio.
-¿Antonio eeh?
-Vale pero debeis decidir o acompañarme a Berlin o viajar a derruida Almeria.Pero daros prisa se acerca un gran número de zombies.
-Tranquilo no pasa nada tenemos arm...(UGGHH)
Derrepente un mutante doblo la esquina de la gasolinera y embistio a hunter. Sus brazos parecían garras gigantes y podia medir unos 3 metros, corria a una velocidad sorprendente.
-Antonio rapido, toma esta arma.
-Guau una escopeta de combate, bueno no hay tiempo para charlar debemos ayudarle.
Rapidamente Katja y Antonio empezaron a disparar indiscriminadamente contra las bestia, pero no parecía surgir efecto.
Entonces la bestia se giro como algo enfadada por haberle disparado.
Se acerco a ellos con una velocidad increible con sus garras preparadas, pero en ese instante Antonio noto como un gran dolor por todo el cuerpo, y empezó a crecer no solo a lo alto, a lo ancho.
En unos 10 segundos era algo parecido a esa bestia solo que algo mas grande y fuerte, la bestia se fijo en él y se fue corriendo como alma lleva el diablo. Despues Antonio recuperó su forma original y cayó desmallado al suelo.

Pudo ver poco durante ese tiempo pero lo suficiente para ver un cartel que decía "Bienvenue en France" Entonces se alegró y volvió a dormir.

POST 2
NIVEL 0

Silvia miró a Oleg que estaba tirado en el suelo y a su brazo que caía inerte mientras el joven que se convertía en viento le golpeaba una y otra vez. Aquel fanfarrón enorme se estaba doblando como una hoja y, si alguien no hacía algo, él moriría. Mica se acercó a él, al igual que Silvia, no sin antes mandar a Hank al sótano.
- Déjale en paz, cabrón - gritó Mica mientras daba golpes al aire en vano.
- Joder, ¿y tú quién coño eres? - dijo el joven mientras se deshacía de ella con un ligero movimiento de mano.
- No la hagas daño - gritó Oleg e intentó levantarse.

Eso pareció hacer disfrutar al joven que se empeñó más con Oleg y siguió golpeandole con ráfagas de viento. Mica volvió a intentar separarles pero el joven, cansado, la golpeó y ella cayó contra un coche golpeándose en la cabeza. Silvia se acercó corriendo hasta ella y notó que aún respiraba. Por un segundo, el chico se distrajo lo que sirvió de oportunidad a Fernando para atacarle de nuevo.
- ¿Pensaste que era tan tonto? - dijo el joven mientras lanzaba por los aires a Fernando con la otra mano.
- ¿Por qué es tan poderoso? - preguntó a Silvia que estaba observando detrás de un coche
- Es mi turno - gritó ella mientras se dirigió dispuesta a atacar al joven del viento.

Sus garras empezaron a aparecer y adoptó su posición de ataque. Pegó un salto y se puso detrás del joven, pillándole desprevenido. Justo cuando Silvia estaba a punto de atravesarle el brazo con sus garras recibió un fuerte golpe en el costado derecho. Una figura cobró forma a su derecha mientras ella perdía el equilibrio y caía al suelo.
- ¿Fuisteis tan tontos como para pensar que vendría sólo? - dijo el joven del viento.
- Jaja, estúpidos... No sabéis donde os habéis metido. Acaba con ese estúpido, Jonas y larguémonos de aquí.
- Espera que le dé el golpe de gracia. Pensé que este sería más fuerte.
- Yo volveré en otro momento a por la gatita - dijo el joven
- Así cualquiera, vienes siendo invisible . No es una lucha justa - dijo Silvia mientras veía como Fernando empezaba a levantarse y a jugar con sus cartas. Ella se levantó e intentó atacar al hombre que quería matar a Oleg pero el hombre invisible desapareció para reaparecer detrás de ella y empujarla por la espalda. Gracias a ello, no pudieron acabar con Oleg que seguía en el suelo sangrando y con mal aspecto.
- ¿Lucha justa, dices? La justicia desapareció con las bombas y tú vas a ser mía pero es que ahora no tengo ganas de matarte, pequeña, sino, ya estarías muerta.
- No me retes porque no se sabe quién podría ganar en esta historia.
- Dejaos de gilipoyeces - dijo el hombre viento.

Fernando lanzó una de sus cartas contra el hombre viento pero en esa ocasión no estalló sino que aquel as de copas cayó al suelo como si no tuviera poderes. Las uñas de Silvia se introdujeron de nuevo en su piel y el hombre invisible no consiguió desaparecer. Oleg gritó del dolor que sentía.
- Ya está bien - gritó la voz de una anciana - Jonas deberías saber que si dañas a uno de los míos me estás molestando a mí. Así que levantate y deja a Oleg en paz.
- Ya no te obedezco, vieja bruja - dijo el hombre viento que movió su mano pero sólo consiguió crear una ligera brisilla. - ¿Qué me estás haciendo?
- Yo no te estoy haciendo nada. He visto tu futuro y te lo vas a hacer tu solo. Dejadlos en paz. Largaos de aquí los dos.
- Será mejor que nos vayamos - dijo el hombre invisible. Está pasando algo raro, no puedo desaparecer.
- ¿Richard está contigo, ehh? Vámonos. Volveré a por ti Oleg, y a por ti tambien larguirucho... No creas que he acabado contigo.
- Y yo a por ti, gatita - dijo el hombre invisible. - Serás mía y ni siquiera te enterarás de que estoy ahí.
- Mierda, por aquel lado no, se aproximan tres mutantes rodeados por zombies. Vamos por el otro lado.

En cuanto se hubieron alejado un poco, uno se desvaneció y otro se convirtió en viento. Dejaron a Silvia, Fernando, Patt y Richard solos contra los mutantes que se aproximaban. Oleg continuaba malherido en el suelo al igual que Mica, menos mal que Round, Hank, Hugo, Jericho y Carlos habían subido para ayudar.
- Richard es hora de que bajes al sótano. Llévate a Mica contigo y que Anatoly suba a por Oleg. Me temo que será el único que pueda con Oleg.

Post: 4
Nivel: 1

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Jericho salió corriendo del sótano, en la calle todo era excitación, gritos, sangre. El hombrecillo maduro pelirrojo iba acompañado de Hank, Round, Hugo y Carlos. Al lado de Jericho pasó Richard cargando a Mica que estaba desvanecida, al mismo tiempo que le gritaba a Anatoly que Oleg necesitaba ayuda.
El espectáculo era dantezco, en el suelo, el enorme mercenario con sangre y moretones por todos lados. Al lado de él estaban Silvia y Fernando un tanto apabullados. Hank corrió a abrazar a Silvia, Fernando se apartó de todos y se dirigía de nuevo al refugio.
-Viene otra ola de zombies –dijo la anciana Patt.
Las manos de Carlos empezaron a tornarse blanquecinas, y una ligera escarcha las rodeaba, lista para convertirse en un torrente de nieve. Round ya tenía munición suficiente para afrontar la situación. Hugo prefería no meterse en problemas y regresó de inmediato al sótano.
-Mire, anciana –dijo Jericho-. Encontré un nuevo juguete –el pelirrojo sonrió y levantó un bat de béisbol que empuñó con ganas de destrozar algunos cráneos.
-Sé cuidadoso, Jericho… -contestó Patt sin voltear a verlo-. Ese exceso de confianza te acarreará muchos problemas.
-¿Algún consejo para acabar con ellos?
-No eres poderoso ni puedes machacar zombies, eres pequeño y débil –Jericho puso una mueca de molestia-. Sin embargo, tu mayor fortaleza es el ataque sorpresa. Debes ser muy rápido, usar tu mente y planear bien tus movimientos.
Dicho esto, a unos metros de ahí se divisaron tres mutantes corpulentos, seguidos de un grupo de zombies.
-Muy bien, hielitos –dijo Jericho dirigiéndose a Carlos-. Prepárame el terreno.
-En seguida –de las manos de Carlos salieron un par de chorros de escarcha, que al impactar con los mutantes se convirtieron en hielo sólido, deteniéndolos un poco-. Y por cierto, no me gusta que me llames “Hielitos”, me llamo Carlos.
-Nos vemos, hielitos -¡ZAP! Jericho desapareció de ahí, se posó enfrente de uno de los mutantes al que le reventó la cabeza de un batazo… ¡ZAP! Ahora estaba al lado de otro mutante medio congelado, y le destrozó de otro impacto las piernas… ¡ZAP! Jericho apareció al lado de Rond que no comprendía lo que pasaba, todo había sido muy rápido-. ¡Venga, Kareem-Abdul…! Vuélale la cabeza al último mutante.
¡ZAP! Jericho se materializó en medio de la masa de zombies y comenzó a golpearlos en la cabeza, se teletransportó al menos unas 8 veces en menos de diez segundos. Un par de zombies cayeron al suelo con los brazos rotos y desfigurados. ¡ZAP! Jericho se teletransportó al lado del resto de los héroes, que en pocos segundos se deshicieron del mutante de la pierna rota y del resto de los zombies.
-¿Qué tal lo hice, vieja bruja? –se postró arrogante el pelirrojo.
-Mal, gastaste demasiada energía para sólo matar a un mutante y dos tristes zombies –respondió Patt-. Y por cierto, mi nombre es Patt, no vieja bruja.
-Y yo no soy “Hielitos” –interrumpió Carlos-. Que te quede claro.
-¿Sabes qué voy a hacer? –Jericho se enfrentó a Carlos con una sonrisa-. Te dejaré de decir Hielitos si me acompañas a dar un paseo.
¡ZAP! Jericho había tomado del hombro a Carlos y ahora estaban ambos en la azotea de un edificio cercano al refugio, apenas se pudo agarrar de unas vigas de metal que impedían que cayera unos 30 metros.
-¡Eres un maldito!
-Lo sé…
¡ZAP! Jericho estaba de nuevo con la anciana. Ésta lo miró con desaprobación, Jericho sólo entró al refugio. Un par de minutos después, la chica que ubicaba en los mapas a los superhumanos le indicó a otra chica dónde estaba Carlos, así que esta última se transformó en un ave (la misma que llevó a Fernando y Jericho volando) y fue en busca de él.
-Jericho, te tengo una misión… -la anciana se acercó con una mirada de súplica.
-Así que ahora soy Rambo.
-Debes ir a los linderos de Francia. Ahí encontrarás a tres chicos: dos hombres y una mujer.
-¿Una mujer? –Jericho levantó una ceja-. Esto comienza a pintar mejor.
-Sus nombres son Antonio, Hunter y Katja.
-Y yo supongo que ahora soy su autobús escolar, ¿no?
-Deja de bromear por un momento… Es de vital importancia que los traigas.
-¡Hey, todos! –Jericho levantó la voz, la mayoría volteó a verlo-. ¿Hay alguien que tenga los superpoderes de un taxista bien orientado? Porque de no ser así, dudo encontrar a tres sujetos que nunca he visto en los linderos de un país con una extensión de más de 600,000 kilómetros cuadrados.
-Guarda silencio –dijo la anciana que cada vez perdía más la calma-. Observa este mapa, tienes que ir exactamente a este punto.
-¿Iré yo solo?
-No, Ryan te acompañará.
-¿Qué hace ese tal Ryan? Me imagino que es experto en artes marciales, hace explotar cerebros o es inmortal.
-No, lanza rayos ópticos que pueden destruir media manzana con tan solo una mirada.
-¿Problemas oftalmológicos? Bueno, al menos no me llevo al niñato que juega con hormigas.
-¡TÚ, HIJO DE PUTA! –Carlos entro al sótano, seguido de la mujer que se convierte en ave; Carlos generó una enorme acumulación de hielo alrededor de sus manos-. ¡Me las vas a pagar, imbécil!
Carlos lanzó una gran ráfaga helada sobre Jericho. ¡ZAP! El pelirrojo apareció del otro lado de la estancia, y el gélido rayo fue a impactar directo en Silvia que no esperaba recibir el impacto.
-¡Silvia, lo lamento! –Carlos corrió a levantarla, Round estaba quitándole de la cara trozos de hielo-. Si fueras la mitad de hombre al menos, ya estarías persiguiendo a aquel chico que se convierte en viento, o al otro invisible.
-¿Y tú como sabes de ellos? –se acercó Jericho, por primera vez con una expresión de seriedad dibujada en el rostro.
-¿Quién crees que le dio la paliza de su vida a aquel mastodonte? –Carlos dirigió la mirada a Oleg, que seguía inconsciente.
-Así que esos dos estuvieron por aquí –dijo Jericho en voz baja, más para sí mismo que como respuesta a Carlos-. De acuerdo, abuela, déjame ver el mapa.
El pelirrojo estudió bien el mapa, no perdía detalle del lugar exacto que le indicaban, y en un par de segundos desapareció de aquel sótano.

Afuera del refugio estaba Fernando viendo al horizonte. ¡ZAP! Jericho ahora estaba a su lado contemplando el mismo punto que aquel joven alto.
-¿Te sucede algo? –preguntó Jericho sin dejar de ver el horizonte.
-Ese bastardo –respondió Fernando apretando los puños-. Nuevamente me hizo quedar como un niño. Ni siquiera el tal Oleg pudo vencerlo, ni la chica gato, todos lo atacamos y no le hicimos nada.
-Ya veo.
-Tú qué harás, Jericho –Fernando volteó a verlo a la cara, el pelirrojo seguía contemplando a la nada.
-No lo sé… Debo estudiar mis posibilidades, sé que aquí no soy bien recibido por todos. Pero también sé que no puedo confiar en los sujetos de la mansión en España.
-Si quieres seguir sirviendo de transporte de estos retardados, está bien… Yo no.
-Tal vez tengas razón… Para ellos sólo soy un vehículo de alta velocidad. Para el otro grupo, soy algo más. El chico viento me dijo que podía ser incluso más fuerte que su líder.
-Si te vas con ellos… -dijo Fernando en voz baja-. Yo te acompaño.
Jericho seguía meditando sin mover una sola pestaña, con la mirada perdida, después de unos segundos se abrió la puerta de la casona destruida y salió Ryan con sus ya acostumbradas gafas.
-¿Nos vamos? –preguntó el recién llegado a la calle.
-Sí.
-No seas muy brusco, esta será la primera vez que me teletransporte a otro país.
Jericho no respondió, cerró los ojos, frunció el ceño y todas las arrugas de su frente quedaron en evidencia. Se concentró en el punto exacto del mapa que había revisado momentos atrás… ¡ZAP!

Hunter, Antonio y Katja se quedaron perplejos, frente a ellos y de la nada se materializó un par de sujetos: uno de ellos algo corpulento y con gafas oscuras pero de semblante amistoso, al lado de él un hombre de baja estatura, algo maduro y pelirrojo.
-¿Alguno de ustedes pidió taxi?
Fue lo único que pudo decir Jericho antes de caer al suelo como la primera vez que viajó a Alemania de esa forma. Ryan lo detuvo para que la caída no fuera de cuidado.
-Venimos para ayudarlos –dijo Ryan sonriente-. Viajaremos a Berlín…

PROXIMAMENTE
Es que no me da opcion de borrar xD

Oleg habìa despertado,se diòdado cuenta de que estaba siendo arrastrado,observò por encima de el y pudo ver que era Anatoly el que lo transportaba.
-Anatoly sueltame.
-No camarada,estas gravemente herido,mira tu brazo!

Oleg vio su brazo,su hombro estaba dislocado y su muñeca recalcada.Oleg se soltò de Anatoly y viò a su alrededor,tres zombies y un gran mutante venian delante de ellos dos.
-Anatoly vuelve a acomodarme el hombro,yo hago el resto.
-Seguro?Joder te dolerà bastante!
-Que lo hagas!

Oleg se arrodillò y dio su brazo a Anatoly,ya estaban en posiciòn.
-Bien,aquì va!

Un gran crujido de hueso se escuchò salir de Oleg.
-Ah!Mierda!
-Anda lo siento Oleg.

Oleg se reincorporò y tomò su muñeca.Un segundo crujido de huesos se escuchò seguido de un fuerte quejido.
-Anatoly vuelve al sòtano,yo me encargo.

Anatoly obedeciò y desapareciò entre los escombros del edificio en el que estaba el refugio.Un zombie estaba a escasos metros de Oleg,habìa levantado ambos brazos con intenciòn de sujetarlo.
-No estoy de humor hijo de la gran puta!-Gritò Oleg mientras deirigia un gran golpe hacia el zombie.

La cabeza del zombie volò en grandes trozos.Oleg empujò el cuerpo que habìa quedado parado enfrente de èl.
Se dirigiò hacia un mutante,era un cabeza blindada,como aquel que les habia atacado en la estaciòn de servicio a el y Anatoly.
-Otra vez tu?Estoy harto de los tuyos...

Oleg tomò un poste de luz y retrocediò varios metros,el poste se le resbalaba a causa de la escarcha de la nieve ,el cabeza blindada se dirigìa corriendo hacia el,Oleg sujetò firmemente el poste de luz y golpeò al cabeza blindada haciendolo volar por los aires.
-Hay algun otro!?-Gritaba Oleg mientras lanzaba el poste como una jabalina hacia uno de los dos zombies restantes.

El zombie se quedò contemplando el proyectil que se dirigìa hacia el.Oleg desde el otro extremo observò el espectaculo.Un zombie siendo aplastado por un poste de luz,jamàs creyò que verìa algo asì.

El tercer y ultimo zombie venia a paso lento hacia el.Oleg buscò a su alrededor algo con que lanzarle.Finalmente viò una tapa de alcantarilla.Oleg la tomò y retrocediò varios metros nuevamente.Apuntò hacia el zombie y lanzò la tapa como si fuera un frisbee.El gelido y pesado disco de metal cayò incrustado en el pecho del zombie,cayendo asì el zombie en el medio de la calle.
-No me vuelvan a molestar por un buen rato-Murmurò Oleg para si mismo.

Oleg esquivò los escombros y finalmente bajò al sòtano.Muchos lo miraban expectantes.
-He,que cojones miran?Bah-Gruñò Oleg mientras se dirigia a saludar a Anatoly.
-Genial amigo!Lo has hecho!
-Fue pan comido-Decia Oleg mientras devolvia el calido saludo.
-Por cierto,donde està Mica?
-Allì mismo-Señalò Anatoly a la gata Silvia arrodillada en el piso vendandole la cabeza a Mica.
-Oye...Que le sucediò?-Preguntò Oleg mirando hacia el piso.
-Se golpeò en la cabeza mientras intentaba ayudarte de aquel chico.No lo recuerdas ya que estabas inconsciente.
-Se pondrà bien?
-Si,no fue nada grave,necesitarà reposar y algo de cariño,bueno adiòs Oleg irè a ayudar en la cocina.

Oleg se acomodò en el frio suelo y tomò a Mica recostando su cabeza en su pecho.Oleg pudo ver que la anciana se dirigia hacia ellos dos.
-Y bien Oleg?Has decidido que hacer?-Preguntò esta.
-He decidido quedarme con ustedes...Por ahora-Decia Oleg mientras acariciaba la cabeza de Mica.
-Me alegra oìr eso,ahora cuida de ella y descansa-Dijo la anciana esbozando una sonrisa.

Oleg se quedò dormido con Mica recostada en su pecho.El sueño no durò mucho se escucho un gran ¡Zap! en el cuarto,Oleg despertò sobresaltado y delante de el pudo ver a Ryan,al extraño pelirojo y a dos chicos y una chica.
-Oigan los hemos traido!-Gritò emocionadamente Ryan.

Uno de los chicos se arrodillò hacia Oleg y le tendiò la mano.
-Hola,me llamo Antonio y ellos son Katja y Hunter...

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Post 17
Nivel 4

EN EL SOTANO DE LA VIEJA CASA

Berlín se había convertido en la ZONA CERO. Aquel era el lugar desde el cual las bombas habían iniciado su camino de destrucción. Pocas eran las personas que habían sobrevivido en aquella zona y los que lo habían hecho no podrían retomar sus antiguas vidas.
Un heterogéneo grupo se había reunido en el sótano de una casa medio derruida y allí hacía su vida como buenamente podía. Sin embargo, no dejaban de llegar supervivientes y los terroristas sabían donde se encontraba su escondite. El lugar empezaba a no ser seguro.
Entre los supervivientes, Silvia, Carlos, Jane y Hank se encontraban en la cocina preparando la comida para todos los que resistían en el refugio. Las provisiones de momento no escaseaban ya que los más fuertes salían todos los días en busca de ropa y alimento.
Fernando, Round y Hugo estaban jugando una partida animada a las cartas junto con Marta y Anatoly.
Por su parte, Mica, Oleg y Jericho estaban durmiendo como consecuencia del esfuerzo en las camas dispuestas a lo largo de todo el salón. Richard estaba enseñando el refugio a los recién llegados.
Y en la mesa más grande, entre susurros, Patt y Ryan junto con otros hablaban acerca de su situación.

EN LA COCINA: Silvia, Carlos, Hank y Jane estaban friendo las últimas patatas que les quedaban. Habían decidido gastar primero la comida perecedera y guardar las conservas para tiempos venideros así que cocieron un poco de pasta para todos.
- Hank, pequeño, ¿qué me querías contar antes? - preguntó Silvia.
- Te lo diré al oído que no quiero que nadie se entere - dijo Hank
- Esto... ¿Quieres ayudarme a pelar patatas, Hank? - dijo Silvia guiñando un ojo a Carlos - Iremos a aquella mesa, ¿vale? Así podremos hablar tranquilamente.
- Silvia - dijo Hank mientras pelaban patatas - Marta es mala, conmigo no lo ha sido pero es muy mala.
- ¿Por qué? - preguntó Silvia atónita.
- Aquel día cuando vinieron muchos zombies a por nosotros y nos golpeamos con un muro... Pasó algo. Me da miedo decírtelo porque ella me dijo que si decía algo.... - Hank deslizó su dedo de un lado al otro de su cuello.
- Anda, Hank, ¿por qué te iba a decir eso? Cuéntamelo...
- Ella es mala. Mató al chico que conducía. Le puso una manta en la cabeza mientras dormía y después me dijo que me haría eso si contaba algo. Me da miedo - dijo Hank echándose a llorar.
- No te preocupes. Ella no te hará nada - dijo Silvia mientras abrazaba al pequeño.

EN LA REUNIÓN
- Patt, ya estamos todos, ¿no? - dijo Ryan - ¿Queda alguien por venir?
- Me temo que no estamos todos. Falta una pareja que viene en moto desde Italia pero hace varios días que hemos perdido su pista. Tendremos que utilizar a Martha para que los encuentre y después Jericho o Jane tendrán que traerlos hasta aquí.
- ¿Y alguno ha decidido algo sobre su futuro?
- Oleg y los suyos han sido los únicos que me ha dicho algo. Él se queda. Todavía dudo de varios pero creo que hay algunos que ya han escogido su camino hace tiempo.
- ¿A quién te refieres?
- Jericho y Fernando nos abandonarán en cuanto no les seamos útiles. La gata y los suyos no estoy segura de lo que harán pero quizá no se arriesguen a irse con un niño. El futuro no está claro y menos en estos momentos. Veo que va a llegar el momento de decidir dentro de poco.

EN LA MESA DE JUEGOS
- Joder, mira que jugais mal a esto - dijo Fernando - Si el dinero sirviera para algo sería multimillonario ya. Habéis perdido demasiadas partidas.
- Tú nos haces trampas - dijo Round - Manejas tan bien las cartas que te guardas las necesarias en la manga. Te vi hacerlo hace rato pero no dije nada. Es más divertido así.
- ¿Trampas yo? - dijo Fernando mientras se levantó violentamente de la mesa
- Sí, tú- gritó Round.
Mientras Round y Fernando discutían y Hugo y Anatoly intentaban separarlos, Marta atravesó una pared y se encontró en la habitación contigua que daba directamente a las escaleras superiores. Subió las escaleras sigilosamente. Nadie se percató de su ausencia, excepto Jericho que se había despertado de la siesta. La siguió.

LOS RECIÉN LLEGADOS
Richard paseaba con los recién llegados enseñándoles sus camas, los baños, las duchas y la cocina. A la vez les explicaba el propósito de su llegada a Berlín. Les contó que los atentados habían sido provocados, que en breve habría una reunión y que tendrían que decidir sobre su futuro. Que estaban invitados a quedarse allí el tiempo que quisieran pero que tendrían que colaborar con Patt en la lucha contra los mutantes. Que era su elección irse o quedarse pero que si se quedaban tendrían que hacer algo. Richard, Hunter, Antonio y Katja llegaron al salón y se sentaron en el sofá junto a Hugo y Anatoly que habían decidido dejar que Round y Fernando siguieran discutiendo.

EN EL EXTERIOR
Una anciana caminaba por las calles de Berlín seguida de un ejército de zombies así como por cuatro hombres: un hombre con turbante, un tipo obeso y los dos tipos que se habían enfrentado a Oleg, Fernando y Silvia.
- Es la hora. ¿Está todo correcto? - dijo la anciana dirigiéndose a una joven.
- Sí, maestra, nadie sospecha nada - dijo Marta que salió de una pared - Puedes dar comienzo.
- ¿Comienzo a qué? - preguntó Jericho que se materializó frente a la anciana.
- ¿Has tomado una decisión? - preguntó.
- Sí pero todavía no quiero comunicartela.
- Espero que sea la correcta - dijo la anciana - Rashid, puedes comenzar. Homer haznos levitar a todos. Jericho, estás con nosotros o contra nosotros. Es el momento de decidir.
- Necesito hacer algo antes. - Con un ZAP, Jericho desapareció y se materializó en la cocina, dando un susto a los que estaban allí.
- ¿Dónde está Fernando? Deprisa!
- En el salón - contestó Jane - Hank, Carlos, Jane y Silvia salieron al salón.
- Fernando, amigo, es hora de irnos - dijo Jericho que se le llevó corriendo lejos de Richard. Salieron justo a tiempo.

Rashid levantó sus manos y, como si de un director de orquesta se tratase comenzó a mover las piedras. Un fuerte ruido se escuchó bajo sus pies, el suelo empezó a temblar y toda la casa se vino abajo dejando atrapados a los que estaban dentro. La estructura había quedado muy dañada y una lluvia de piedras había caído sobre la entrada e incluso sobre algunos supervivientes dejándolos a todos atrapados dentro.

El primero en morir había sido HUGO (lo siento pero Skimmer me lo pidió) ya que una de las vigas le había caído sobre la cabeza y ahora yacía en una extraña posición. Oleg y Mica estaban cubiertos de rocas y polvo, al igual que Carlos, Round, Jane y todos los demás.
Excepto, Richard, Patt, Hank y Silvia que se habían metido debajo de una mesa, todos los demás estaban inconscientes tirados en el suelo. Fuera un ejército de zombies guiado por la hermana de Patt esperaba furioso a que saliera del refugio. Dentro, era el momento de escoger entre ponerse a salvo o ayudar a los compañeros caídos.
- Hombre invisible, quédate aquí e informame de lo que pase cuando salgan - ordenó la anciana.

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EN ITALIA Matías y Sarah acababan de atravesar la frontera entre Italia y Austria cuando una enorme explosión les hizo caer de la moto y perder el equilibrio. Justo en ese momento, Matías dejó de recibir la señal de Berlín ya no había nadie que le dijera lo que tenía que hacer.
En esta ocasión, la moto había quedado demasiado dañada, Sarah gravemente herida e inconsciente. Un grupo de zombies sedientos de sangre se acercaba hacia ellos corriendo a una velocidad más rápida de lo habitual.

BERLÍN: Francisco se despertó en su cama empapado en sudor. Llevaba varios días allí encerrado porque no se atrevía a salir de allí pero la comida empezaba a escasear. Se asomó a la ventana y todo estaba destruido. Afortunadamente, su bloque de apartamentos era uno de los pocos que habían quedado en pie ya que, a su alrededor, reinaba el caos. Las personas que antes paseaban por la calle, se habían volatilizado y los que aún quedaban en pie se habían convertido en extraños seres mutantes.
Miró a lo lejos y vio a personas "normales" seguidas de un ejército de zombies. Decidió coger varias cosas que le hicieran falta y salir en busca de más personas como él. De repente, sintió un temblor en el suelo y corrió hacia la ventana. Una casa terminó de derrumbarse y las personas huyeron en dirección contraria. Los zombies quedaron allí.
Pensaba hacer algo, tenía que salir de allí porque en su casa apenas tenía comida. Cogió una mochila, se vistió y salió al pasillo donde varios de sus vecinos esperaban como zombies para darse el primer festin del día.

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Chicos, aquí tenéis el nuevo corte. Tenemos la primera baja del juego. Skimmer me dijo que no quería continuar con ese personaje, así que le he matado aunque no haya sido de la forma tan cruel como a él le gustaría. Os recuerdo una cosa... no podéis usar los poderes, excepto Matías, Fernando y Jericho. Richard está vivo así que tenéis el poder limitado, jejeje, así que... A ver como salimos todos de esta!!!!

Antonio notaba como un gran pitido en los oidos y una sensacion de gran peso en su pecho. Cuando de repente noto una voz.
-!Antonio!,!Katja! !mierda, decidme que estais bien! Gritaba hunter que rapidamente se había levantado.!Mierda sabía que no debíamos haber confiado en nadie!
-aquii. Intentaba deletrear Katja.
-¿Hay alguien por aquí que pueda echarme una mano? Grito Hunter.
En ese instante, aparecieron de la habitación contigua Richard y Silvia.
-!Rápido, debemos ayudarles o morirán de asfixia o de desangramiento!
-Esperad, parece que puedo ver donde esta cada uno de ellos. Dijo hunter exaltado.
-Pero esas rocas son demasiado pesadas,!Ninguno podemos levantarlas! Dijo Richard.
-Yo,yo puedo intentarlo.Tartamudeaba hank del susto. Quizas mis amigas hormigas puedan ir quitando las rocas poco a poco, pero por mucho que lo intentaba no conseguía que se movieran a su voluntad.-Mmm ¿Por qué no puedo controlarlas?.
-Eso es por que tu poder se ha encanijado al estar yo cerca. Prosiguió Richard.
-Joder, entonces no hay nada que podamos hacer.
-Tal vez si el se aleja podamos intentarlo¿Pero como? La puerta esta bloqueada.
-Me la suda lo que digais, ¿Me ayudais a mover esta roca o sois unos canijos que no son capaces de mover una triste roca.?
-Vale, a lo mejor entre todos podemos hacer algo.
Rapidamente todos se pusieron alrededor de la roca que sepultaba a Katja cuando de repente Oleg se quitó una roca que lo sepultaba.
-¿Que creíais que unas rocas me iban a parar aunque estuviera este delante? Ja.
Poco a poco fueron desenterrando a todos y separando a los que estaban gravemente heridos y a los que estaban decentes o que podían luchar.
Silvia y Richard, se llevaron a Antonio, Katja, Carlos, y Ryan a la enfermeria.
Y Patt preparaba a los demás para la batalla que estaba apunto de suceder.
-Rapido, debemos quitar los escombros de la puerta principal y reorganizarnos. Si se creen que esto sera coser y cantar están muy equivocados. Decia la anciana ya histérica.
-Pero somos demasiados pocos para la lucha Patt, tenemos que tener una buena estrategia para sorprenderlos¿Como sabremos cuando llegaran?
-De eso se encargara hunter.
-¿yo?
-Si, debes esforzarte ya que tu poder de ver a traves de las paredes nos puede servir de mucho ahora mismo.
-Si tu lo dices.
-Bueno a que estamos esperando.!Quitad los escombros de la puerta!
Mientras en la enfermería.
-Silvia, mientras yo permanezca aquí no teneis posibilidad alguna contra ellos.
-Lo se, pero algo tenemos que hacer.
-Conozco un tunel que tiene una abertura en uno de los pasillos tal vez podamos escapar por el o me valla yo. Así vuestros poderes estaran bien.
-Pero Richard,si a nosotros nos afecta tu poder a ellos también les afectara !Debes quedarte!
-Me lo plateare.

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Sueños de tiempos anteriores, imagenes venian a mi mente, palabras - ¡¡¡Noooo!!!, ¡¡¡¡Camila!!!! -, lagrimas. Desperte exaltado, empapado en sudor, "malditos sueños" pense. Volvi a la realidad, observe por mi ventanal, no recordaba muy bien lo que habia estado haciendo estos ultimos dias, solo sabia que despues del resplandor rojizo todo habia cambiado. Era un cambio que quizas le haria bien a este mundo, o quizas solo era algo que deseaba hace bastante tiempo; un cambio, algo que cambiara todo, que hiciera estremecer mi cuerpo y mi mente. Pero rayos, no deseaba algo tan dificil de superar, en fin ya me daba igual si mi vida avanzaba o se atascaba.
Debia moverme de aqui, ya casi me quedaba sin alimentos y agua; y pareciese llenarse de esas criaturas a mi alrrededor, si continuaba aqui, tarde o temprano seria un cadaver mas.
Observe por mi ventanal, vi un grupo de personas aparentemente normales correr de un par de criaturas, tengo ganas de ser algo al respecto, en fin, si no pude salvarla siquiera a ella, no sirvo para salvar a nadie.
En fin, debo movilizarme. Cogi una mochila, acomode mi puñal en su funda ya ajustada a mi pierna derecha, en mi mochila guarde mi ultima cajetilla de cigarrillos junto con la ultima botella de agua y un paquete de galletas, ya no quedaba nada mas en mi departamento que pudiera servirme.
Salgo al pasillo, habia poca luz, las paredes de ambos lados estaban con manchas de sangres, manos marcadas por sangre deslizandoce hacia el piso, caras marcadas de perfil con sangre en algunas partes, una vista totalmente depresiva. Mira hacia en donde estaba el ascensor, "¡¡demonios!!" pense, tenia varios infectados frente mio, tome mi puñal y suavemente lo saque de su funda, no estaba dispuesto a luchar, sabia muy bien que seria casi un suicidio. No parecian notarme, por ahora iva perecto, comenze a retroceder lentamente, tenia que dar la vuelta para usar las escaleras de la parte trasera de aquel edificio. Sabia con mucha certeza que cualquier diminuto sonido seria el comienzo de mi fin. Pero maldicion, que podia hacer yo, el edificio es demasiado viejo y con todo el movimiento de hace dias habia quedado peor aun, pisaba suavemente, una de las tablas sede un poco, mi pies pasa hasta la altura de mi tobillo, la madera da un sonido, las caras indescriptibles de aquellos bichos se giran todas hacia a mi, pude sentir la felicidad de sus rostros al ver un aperitivo mas para ellos. Me desespero, corro, giro el pasillo a la derecha, sigo corriendo, pensaba ironicamente "por fin ha llegado tu fin, ¿no?, lo que tanto anhelaste muchas veces antes, ¿no?". Corri lo mas deprisa que pude, llegue hasta las escaleras, cerre la puerta que dividia el pasillo y las escaleras, pero algo me detuvo y me extraño demasiado, los bichos se quedaron aproximadamente a unos 2 metros de distancia solo observando. Senti una pisada desde las escaleras de arriba, algo venia bajando, debia decidir si apresurarme y correr hacia el primer piso o esperar a ver que reaccion podria tener lo que sea que estuviese bajando. Si corria y me seguia, no sabria que tan rapido fuese ni que tan fuerte fuese. Decidi esperar, le di la espalda a la puerta y mire atentamente hacia la escalera de subida, desde donde venia el sonido de aquellas pisadas. Era un sonido espeluznante, veo primero sus pies delanteros bombeando sangre al piso, su mirada era perturbadora, su respiracion era agitada, sus dientes quizas afilados aunque no tenia intenciones de averiguarlo. No me dejo pensar mas y sin aviso alguno se lanzo de un solo salto hacia mi, pense que ese seria mi fin que no podria esquivarlo, pero la imagen de aquella bella mujer volvio a mi cabeza - sobrevive, por mi... - recorde sus palabras. Mi respiracion se hizo lenta, el sonido era indescriptiblemente silencioso, los colores de mi alrrededor se perdieron quedando todo en blanco y negro, se veia todo lento, el bicho aquel se veia venir encima mio, pude moverme un poco mas rapido, nada exagerado, pero me dio tiempo para girarme hacia la izquierda, los colores volvieron, el sonido se regularizo, mi corazon volvio a latir normalmente, y el bicho aquel paso hacia el otro lado de la puerta, empujandola. Reaccione rapido y sin pensar, cerre la puerta, le puse un seguro y me dispuse a correr al primer piso. "¿Que demonios fue eso?, ¿por que no habian colores?, ¿que bichos de mierdas son aquellas cosas?" miles de preguntas pasaban por mi mente, no savia como demonios me habia escapado de aquel ataque, ni que demonios era esa criatura. Lo que si recordaba, es que ella me queria vivo, que mi vida era la de ella y no debia desperdiciarla.
Llegue al primer piso, el panorama no cambiaba mucho, calles destruidas, cuerpos mutilados, sangre por todas partes, "un tipico lugar en donde nos ecantaria vacacionar, ¿no?" pense ironicamente, quizas solo hablaba a solas, o quizas necesitaba hablar como su aun estubieses viva.
Decidi buscar a aquellas personas que habia avistado anteriomente desde mi ventanal, pero no sabia por donde comenzar a buscar.
Solo camine hacia donde creia habia visto a aquellas personas.
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Esta medio raro el texto quizas, bueno en fin, espero les guste.

Saludos

Hunter,Antonio y Katja habian ayudado a levantar a Oleg y Anatoly junto con Mica.El edificio se habia derrumbado encima de ellos y las rocas bloqueaban toda salida posible.
-Que mierda haremos ahora!?-Gritò encolerizado Anatoly.
-Debemos ayudar a los demas!Deben de estar en la cocina-Respondio Katja.
-Katja sostèn a Mica,mientras Richard estè por la zona no tenemos poderes-Dijo Oleg.

Katja sostuvo a Mica que aun estaba inconsciente por el gran golpe sufrido.Unas rocas les tapaba el paso.Detràs podian oir a Round,Martha
-Bien vamos,a la cuenta de tres...uno...dos...tres!-Gritaron Oleg,Anatoly y los demàs al unisono.

La roca cediò y se pudieron abrir paso hacia el otro lado de la gran sala,detras estaban Round y Martha junto con Carlos.
-Debemos ayudar a Silvia y a los demàs que estan atrapados en la cocina.No tenemos poderes ya que Richard està aquì con nosotros-Dijo Round.
-Lo siento mucho-Respondiò Richard mirando hacia el piso.
-Bien vamos,debemos salir de aquì o esto se nos caerà encima-Dijo histèrica Katja.

Todos se aproximaron a la cocina donde estaba el resto refugiados,antes de que Round pudiera abrir la puerta Silvia saliò del cuarto seguida de Richard,Ryan,Patt y el pequeño Hank.
-Sè de un pasadizo secreto,sigan a Richard el los guiarà-Ordenò la anciana.
-Ah si?Espero que esa mierda de pasadizo nos saque de aqui!-Gritò Oleg.
-Tranquilizate y siganme-Murmurò Richard.

Richard retirò una pequeña alfombra del piso,debajo de la misma habia una tapa de alcantarilla.
-Quieres que salgamos de aqui!?Joder estas loco!-Gritò Katja.
-Cierra la puta boca que ya me tienes harto!Escuchaste!?-Le respondiò furioso Oleg.

Antonio separò a ambos y les convenciò que bajaran por la alcantarilla.Una vez que todos bajaron siguieron en linea recta varios metros,Ryan alumbraba con una potente linterna,mientras que Katja solo se limitaba a llevar a Mica.
-Oleg siento que me haya comportado asi antes-Se disculpò Silvia que observaba fijamente a Oleg.
-No pasa nada,yo tambien me arrepiento de haberme comportado asi.
-Coño!Otra puta roca!-Gruñò Hunter.

Ryan,Antonio,Anatoly y Oleg usaron sus fuerzas para mover la roca dejando asì libre el camino.Luego de un gran esfuerzo lograron moverla.Detràs de la roca habia una pequeña escalera que les conduciria hacia el exterior.
-Oleg ve tu primero,luego irè yo y luego iran ustedes,esta claro?-Preguntò Ryan.
-Lo que sea,pero antes una ultima cosa...Tu te quedas aqui estorbo!Oiste!?-Gritò furioso Oleg a Richard.
-Yo y Richard nos quedaremos aqui hasta que todo sea seguro-Tranquilizò la anciana.

Oleg subiò las escaleras y retirò ligeramente la tapa de la alcantarilla.Donde una vez estaba el refugio ahora era un montòn de escombros con zombies buscando sobrevivientes entre ellos.
Oleg fue el primero en salir,luego Ryan,seguido de Hunter,Anatoly y Antonio junto con Carlos.

Carlos alzò su brazo y una fina capa de escarcha lo envolvia.Delante de ellos yacia un gran ejercito de muertos vivientes que al parecer aùn no se habian percatado de su presencia...
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Post 18
Nivel 4

Round fue el último de los hombres en salir al exterior. Por su parte, Silvia estaba dentro del túnel con el pequeño Hank abrazado a ella. A su lado, Richard, Patt, Mica y Katja estaban agazapados en el suelo esperando a que los que habían subido limpiasen un poco la zona y ellos pudiesen salir.
- Estoy hasta las narices - dijo Silvia - ¿Siempre va a ser así? ¿Yo en la retaguardia?
- No, Silvia, las cosas no son así pero deja que ellos se ocupen de esto. Su poder es más fuerte que el tuyo.
- ¿Perdón? ¿El de quién? No sabes lo que hemos hecho Carlos y yo juntos. Es porque soy mujer y me toman por una débil.
- Las cosas no son así. Hank tiene miedo, es mejor que te quedes con él aquí abajo.
- Hank, ¿estás bien? ¿A que quieres ayudar?
- Estoy perfectamente - afirmó Hank y mis hormiguitas y yo estamos preparadas para la lucha. Antes no me han hecho caso pero sé que me obedecerán. Es por su culpa - Señaló a Richard- No te preocupes.
- No podéis subir allí arriba.
- ¿Por qué? ¿Quién le ha dado el mando a esa mala bestia de Oleg? Siempre se olvida de que estoy aquí y cuando quiera puedo acabar con él. Sólo necesito una de mis uñas y no tendrá nada que hacer contra mí. No me gusta. Así que voy a salir. Hank quédate con Jane... ¡Mierda!
- Jane no está - dijo Hank- La última vez que la vi estaba al lado de la cocina
- Mierda, tenemos que encontrarla - dijo Silvia - Y la pequeña que jugaba con el larguirucho tampoco está. Falta gente. ¡¡Ese grandullón se ha olvidado de sacarnos a todos!!! Patt, me voy a ir.
- Richard, Katja, vosotros que estáis en condiciones id con ella y traed a los supervivientes. Según mis cálculos faltan Jane, Martha, Carla y la mujer pajaro. Jericho, Fernando y Marta salieron antes de que se derrumbara.

Richard, Silvia y Katja desandaron sus pasos y regresaron a su antiguo refugio. Todo estaba cubierto de polvo y piedras, no había quedado nada en pie. Encima del sofá yacía el cadáver de Hugo aún caliente.
- Vamos, tenemos que moverle - dijo Silvia- No pienso dejarle aquí tirado de cualquier manera. - Entre los tres le movieron y le tumbaron en el suelo, cubriendole con una sábana.
- Ayyyyy, ayyyyyy. Ayuda por favor - Se escuchó en una esquina de la habitación.
- Callad un momento - dijo Katja - He oído algo. Es por allí. - Los tres se dirigieron hasta una de las esquinas. Allí estaba Martha, con una estantería encima y sangrando por una pierna. - Corred, tenemos que mover esto y quitarselo de encima. ¿Estás herida?
- Eso creo - dijo Martha - Me duele mucho la pierna y no puedo moverla. Creo que está rota.
- Efectivamente, lo está - dijo Silvia - Parece una fractura limpia pero hay que curarla. Quizá te duela pero tenemos que mover la estantería. Haciendo palanca con una palanca que encontraron por allí consiguieron liberar a Martha y la sentaron en el sofá. Silvia la hizo un torniquete de emergencia y la entabilló la pierna como buenamente pudo- ¿Has visto a la niña pequeña? ¿A Jane o a la mujer pájaro?
- Sí. La niña hace un rato que no dice nada pero estaba en una de las habitaciones. La oí llorar. A Jane y a la mujer pájaro no las he oído. Lo siento.
- Quédate aquí que ahora vendremos para sacarte de aquí.

Llegaron a la habitación de al lado. La niña estaba tirada encima de la cama. Ya no respiraba. Una viga la había aplastado completamente. Probablemente, salió en busca de Fernando cuando la pilló todo el derrumbe. La cubrieron con una sábana y se dirigieron a el cuarto de baño. Allí, encima de un charco de sangre se encontraba Carla. Se había golpeado la cabeza contra el lavabo, ya no se podía hacer nada por ella.
- Mierda, nos han golpeado bien esos cabrones - dijo Richard.
- Si, la verdad es que nos han dado un buen palo pero tenemos que encontrar a Jane. Así que no te derrumbes ahora, ¿de acuerdo? - dijo Silvia.
- Corred, en la cocina, la he encontrado - gritó Katja. Allí, bajo una pila de latas en conservas, bajo el frigorífico y una de las vigas del techo estaba Jane. No la habían visto antes porque entre el caos, el miedo y las latas de conserva había pasado desapercibida. Aún respiraba. Richard cogió la palanca e intentó mover el frigorífico pero pesaba demasiado, ni siquiera pudo mover minimamente el frigorífico.
- Jane, Jane, ¿estás bien? - dijo Richard con lágrimas en los ojos.
- Siiii - contestó ella algo aturdida - ¿Qué ha pasado? No puedo levantarme y me duele mucho el brazo pero puedo mover las piernas.
- ¿Qué hacemos? No podemos mover esto. Necesitamos ayuda. Patt y Hank no van a ser suficientes - dijo Silvia - Carlos, Oleg y los demás tienen que volver - Richard, necesito que te alejes lo suficiente para intentar una cosa.
- De acuerdo, volveré al túnel.

Silvia se concentró en Anatoly, Oleg y en Carlos. Pensó en ellos y en dos únicas palabras "Necesitamos ayuda" Y lo continuó repitiendo durante unos minutos. Un rato después, Anatoly, Oleg y Carlos se presentaron en el sótano. Justo en ese instante, un extraño ruido se comenzó a oir el cuarto.
- ¿Qué coño necesitáis? Estaba a punto de cargarme a varios de esos zombies - dijo Oleg visiblemente cabreado - Espero que sea importante.
- Lo es - dijo Silvia - Jane está atrapada y no podemos sacarla de ahí. Tú, tan superfuerte eres el único que puede mover la viga. Richard se ha alejado. Esto está a punto de derrumbarse. Anatoly, saca a Martha que tiene una pierna rota.

Carlos congeló la viga, el frigorífico y todo lo que estaba cerca de Jane para lo que tuvo que concentrarse enormemente para no congelarla a ella también. Oleg dio un golpe maestro y partió todo lo que cubría a Jane, la cargó como si no pesara nada y la sacó a la calle.
- Ehhhh, ehhh - se oyó desde un extremo de la habitación - No se olviden de mí. Se me ha caído esta mesa encima y me golpeé la cabezxa pero estoy bien - dijo el joven telépata que se había puesto en contacto con Silvia y los demás héroes.
- Salgamos, esto no pinta bien - gritó Carlos.

Todos salieron corriendo y la casa empezó a derrumbarse, incluso el túnel. Uno a uno tuvieron que salir del túnel porque aquel ya no era un lugar seguro y podía caerse sobre ellos en cualquier momento. En el exterior, Round, Carlos, Antonio y Ryan habían acabado con un buen número de zombies pero aún quedaba un buen número y la presencia de Richard hacía que menguasen sus poderes.
- Es hora de irnos, Richard. Escaparemos con Anatoly, Mica, Hank, Katja, Jane, Martha y tú, telépata. El resto podéis quedar y luchar. Después nos pondremos en contacto con vosotros para indicaros nuestra posición.
Suerte.
- Me parece que no, anciana - gruñó Silvia - Hank se queda con nosotros si el quiere.
- Hank, ¿quieres quedarte con ella?
- Sin duda alguna - respondió Hank - Mis hormiguitas nos ayudarán.

Post: 5
Nivel: 2

________________________

-Pues vaya que la tienen jodida –dijo Fernando.
-Jericho, debemos irnos –dijo la anciana hermana de Patt-. No tenemos más que hacer aquí.
-Un momento, yo me largue del otro bando porque no quiero ser el juguete de nadie.
-Y no lo serás, pero es la única forma que veo para irnos de aquí.
-¿Y cuál es la prisa? Yo quiero ver qué sucede.
-Entre sus filas está Richard, un superhumano muy poderoso que inhibe los poderes, si se acerca a nosotros podemos estar imposibilitados y ser devorados por los zombies.
-Jericho –dijo Rashid-. No queremos adolescentes en nuestro grupo, si quieres divertirte te quedas aquí.
-¿Alguien les había dicho cuan amargado son?
¡ZAP! Jericho desapareció de ahí, teletransportando con él a Fernando, Rashid, Homer, Martha, la anciana, Jonás y el chico invisible.
Jericho cayó fulminado al suelo, fue demasiada gente y una distancia enorme. La puerta de la mansión se abrió y de ella salió Ruth, la chica que crecía su pelaje… lo enredó con un montón de cabello que salió de su brazo, y lo llevó arrastrando hacia la mansión.

***

Jericho despertó con un punzante dolor de cabeza, todo le daba vueltas. Se sentía como una resaca pero sin aquella sensación de la boca seca.
-¿Estás bien? –preguntó la anciana.
-Es la última vez que hago esto, si quieren que transporte a mucha gente consíganse un camión.
-Tienes razón, no volverá a suceder, para la próxima llevarás máximo a dos de nosotros.
-No llevaré a nadie más.
-Piensa que necesitarás refuerzos.
Jericho permaneció en silencio y se levantó apoyando su mano en las paredes, estaba muy mareado aún.
-Ya que has decidido unirte a nuestro grupo, te daré un recorrido para que conozcas formalmente a tus nuevos camaradas.
La anciana y Jericho caminaron a través de la estancia principal de la mansión, frente a ellos estaba Homer, un obeso con cara de pocos amigos que comía una barra de chocolate.
-El es Homer.
-Risorio en verdad –rió Jericho-. Su nombre le queda a la perfección.
-Él tiene el poder de levitar y hacer levitar a las demás personas, pero por alguna extraña razón no puede hacer lo mismo con objetos.
-Suerte con eso, grandulón.
El pelirrojo le dio una palmada en la espalda a Homer, que siguió comiendo su barra de chocolate como si no hubiera pasado nada. Caminaron otro trecho y se toparon a Rashid, el hombre del turbante, que miraba por una de las ventanas de la mansión.
-Él es Rashid, tiene la capacidad de controlar la tierra y las rocas a placer, también puede generar terremotos.
-Suena interesante, ahora comprendo por qué ha habido tantos últimamente, que con el turbante seguro es terrorista.
Rashid se molestó y se puso frente a él dispuesto a soltarle un puñetazo, pero se arrepintió y con una reverencia se retiro de ahí.

-No es bueno que te la pases insultando así a los demás –dijo la anciana-. No todos tienen tan buen carácter como los dos que te he presentado.
Jericho sonrió pensando para sí mismo que él podía hacer lo que quisiera. Avanzaron otro trecho y vieron a Jonás, que estaba practicando sus transformaciones en un amplio salón de la mansión que servía de biblioteca.
-No es buena idea que te conviertas en fuego en un sitio rodeado de libros –interrumpió Jericho.
-El pelirrojo está con nosotros –sonrió Jonás-. Espero que para la siguiente no te desmayes.
Jericho lo tomó por el cuello, pero el chico rápidamente se transformó en una delicada brisa, apareció detrás del hombrecillo, y justo se había convertido en una monstruosa mole hecha de tierra a punto de golpearle la nuca.
-¡Suficiente, Jonás! –intervino la anciana-. Como ya sabrás, el chico es muy especial, puede transformarse en cualquiera de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
-Será un placer darle un paseo al espacio exterior, a ver si ahí le sirven de algo sus transformaciones.
-¿Y verte desmayar mientras te explota la cabeza? Será un placer.
La anciana sabía que no fue buena idea presentarlos, así que se llevó de ahí a Jericho y continuaron el recorrido. Ahora llegaron al comedor, donde una chica con enorme pelaje acomodaba los cubiertos a distancia, todo gracias a sus capilares maleables sin tener que dar un paso.
-Te presento a Aurora –la anciana sonrió-. Es mi hija y tiene la capacidad de hacer crecer cualquier vello o cabello al tamaño que le dé la gana.
-Hubieras sido el éxito en la feria de fenómenos como la mujer barbuda.
Ambas se exasperaron y Jericho continuó caminando por el lugar seguido de la vieja.
-Adolfo, deja de seguirnos…
Frente a ellos se materializó el chico invisible que minutos atrás había enfrentado a Silvia.
-No imagino a cuántos baños de chicas has entrado en los últimos días.
Pese a que todo mundo odiaba a Jericho por sus comentarios, el chico invisible se rió estruendosamente.
-Por fin puedo reírme después de tanto contenerme… ¡Eres genial!
-Lo sé.
Pronto llegaron al sótano, donde Jericho había enfrentado al mutante aquella vez, ahí estaba el resto del grupo. Había tres hombres y una mujer practicando artes marciales con un enorme saco de boxeo. Jericho los reconoció, eran Fernando y los otros tres sujetos que estaban reunidos aquel día con el grupo de villanos.
-Conoces bien a Fernando, carga los objetos cinéticamente de energía para hacerlos explotar, y tiene un poder de regeneración simplemente fabuloso.
-Un gusto de verte nuevamente, querido amigo.
Fernando asintió con una leve sonrisa y siguió pateando el saco.
-Ella es Dagmar, es alemana.
-Dagmar, ¿eh? –se ruborizó Jericho-. Hermoso nombre, ¿qué hace ella?
-Tiene la capacidad de emitir gritos supersónicos.
-Ya veo, como siempre… las mujeres son las más escandalosas.
-Él es Uwe, también alemán –un hombre con enormes músculos y rostro amigable le saludó-. Él tiene la capacidad de hacer réplicas de él mismo, es decir, clonarse una y otra vez, aún estamos trabajando su habilidad para que tenga pleno control sobre todos sus clones.
-Podría hacer una orgía homosexual con él mismo.
Adolfo que estaba detrás de ellos comenzó a reírse, y la mirada alegre de Uwe desapareció. Frente a él estaba otro hombre de edad madura, mirada sombría y que tenía los ojos clavados en Jericho.
-Él es nuestro líder, guardamos en secreto su nombre y poder.
Jericho meditó un rato, aquel hombre era verdaderamente extraño…

matías se levantó rapidamente del suelo, poniendo especial atención a los zombies que se acercaban, sarah estaba inconciente,sin mencionar que una marca de sangre corría por su estomago, la motocicleta estaba deztrozada, tenía poco tiempo para pensar una estrategia.
matías tomó en brazos a sarah, y la intentó llevar lejos del peligro, pero solo la pudo cargar unos metros antes de tropezar y caer.
-bien,...al menos los puedo mantener al margen- dijo matías dirigiendo una mirada rapida a sarah que aún seguía inconciente.
los zombies eran pocos, pero eran mas rapidos de lo normal.
-si estuvieras despierta los dejaríamos fritos con tu agua y mi electricidad-dijo matías levantando su mano derecha a la altura de la cara, en ese momento una especie de rayos color azul se desprendía de su mano.
matías puso su mano en el piso, y una sección del pavimento se transformó en una masa gelatinosa, que absorvió a 3 de estos 5 zombies, matías estaba realmente cansado, cayó de rodillas al piso.....
cuando oyó un chasquido de dedos, una explosión se dió en medio de los dos zombies restantes, asesinandolos inmediatamente.

cuando se disipó la nube de polvo provocada por la explosión, apareció una chica en frente de matías, la extraña chica llevaba unos jeans apretados, una chaqueta de cuero negra, y en la mano derecha llevaba un guante de cuero, razón por la cual el chasquido de dedos sonaba tan fuerte. matías se puso de pie inmediatamente, haciendo un gran esfuerzo, sacó su espada y se puso en posición de defensa.

-que quieres-dijo matías en un tono serio.
-con ese tono me agradeces que te haya salvado la vida-dijo la extraña mujer
-pero si fuiste tú quien nos derribó
-de que rayos habl....

otra explosión se sintió...

-maldita sea necesitamos un hospital-dijo matías tomando de nuevo a sarah que aún seguía inconciente y poniendose en marcha hacía el centro de la ciudad, en un cartel se leía "Benvenuti a innbrok"
-hay uno a solo dos cuadras, sigueme...
-gracias, soy matías y ella es sarah- dijo matías comenzando a correr
-yo soy carla- dijo la chica tomando la delantera lo más rapido posible
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cuando sarah despertó vió a matías muy cerca de ella abservandola, al verlo se sonrojó y desvió la mirada hacía una ventana, pero no pudo evitar notar que había otra persona. su herida estaba cuidadosamente vendada y ya casi no dolía.

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post:7
nivel:2

POST 02
NIVEL 0 /
Enfunde mi puñal y continue, caminaba por calles desastrozas, calles tipicas de peliculas, calles que jamas pense observar. El cielo era extraño, color rojizo, humo por doquier, incendios en cada esquina. No era un paisaje muy ameno.
Continue caminando, pero algo me saco de mis observaciones, un sonido, era parecido a un golpe fuerte, como si se tratase de rocas cayendo. Instintivamente, mi cuerpo entro en alerta, de los edificios cercanos, rompiendo ventanales, escalando escombros, comenzaron a salir varios infectados, se veian mas agiles que los que pude apreciar anteriormente. Sin pensarmelo mas, me heche a correr hacia donde habia escuchado el sonido aquel. Como supuse, hoy no era mi dia, y la mayoria de esas criaturas me seguian a paso veloz, algunas corriendo por la calle, otras mas agiles avanzaban por las paredes de los edificios como si de arañas se tratase. Mi instinto me decia que no lo lograria si no aceleraba mas mis pasos.
A lo lejos pude divisar unos escombros y unos cuantos sobrevivientes resistiendo ataques de los zombies, hice gestos con mis manos y grite:

- aqui!!, soy uno mas de ustedes!!! -

No fuera cosa de que se confundieran y me eliminaran a mi.
Preferi correr mas cerca de uno de los edificios, por precaucion, tenia unos ventanales grandes, la adrenalina en mi cuerpo se expandia con fuerza y mi corazon latia un poco agitado. Antes de llegar a la esquina de aquel edificio con ventanales, escuche el sonido de uno de los ventanales quebrarse muy cerca mio, el color de mi alrrededor se fue por completo, quedando solamente las personas y las bestias en color y todo el resto en blanco y negro, mi corazon ya casi ni emitia latidos, estaba todo en silencio, mire hacia mi derecha y pude ver muy cerca mio a una especie de perro, era de dimensiones un poco mas grandes, sus ojos ojos ensangrentados, sus dientes grandes daban temor, su boca derramaba sangre, los vidrios del ventanal a su alrrededor dejandose caer a una velocidad minima hacia el piso, pude observar todo con detalle. Mi cuerpo no reaccionaba tan rapido como mi mente y mi vista, pero al menos me dio un buen tiempo como para poder esquivar a aquel bicho, me deslize por el piso con mis pies extendidos; el perro ,o lo que fuera, paso por encima mio, chocando de frente con la ventana de uno de los tantos autos en la via, quedando con la mitad delantera de su cuerpo dentro del auto; apoye mi mano izquierda y empuje con fuerza hacia arriba, para de esta manera conseguir quedar de pie rapidamente y continuar corriendo. Los colores de mi alrrededor volvieron, mi corazon latia como antes, el sonido volvia a mis oidos.
No entendia como lo habia conseguido, solo sabia que lo habia logrado. Continue corriendo en direccion a los sobrevivientes, pude ver como uno de ellos lanzaba por los aires a un par de infectados, no estaba entendiendo nada. A escasos metros de llegar a mi meta, algo me empujo sujetandome contra una pared, era un zombie con una mutacion extraña, tenia las rodillas con las articulaciones al reves, su boca era mas grande debido al rasgamiento de sus mejillas, su mirada era aterradora y fria, no quise darle mas tiempo y puse mi rodilla a la altura de su pecho, dandole mas distancia a su boca de mi cuello, con delicadeza desenfunde mi puñal y lo clave en medio de su cuello. La criatura parecia como si nada la detuviera y mas empujaba con su cuello, tome el puñal con ambas manos y lo gire de vertical a horizontal, rasgando la mitad de su cuello hacia la derecha. La criatura callo al suelo dejando de moverse. Mi mente quedo en blanco, habia sido primera vez que mataba algo de esta magnitud, claro, estaba acostumbrado a matar insectos, pero esto era distinto. Senti un grito a lo lejos.

- ¡¡¡¡¡No te confies por que haya caido al piso!!!! - era la voz de una mujer, una de las sobrevivientes.

Senti una fuerte presion en mi pies, la criatura habia tomado mi pies con su mano, y tal presion contenia tanta fuerza que me hizo arrodillarme. No espere mas, y levante mi puñal, le enterre mi fiel arma en medio de la frente deteniendose ésta solo cuando toco el pavimento. El bicho aquel habia dejado de moverse, puse un pie encima de su rostro y tire con rapides del puñal para poder retirarlo. Corri deprisa hacia el grupo de sobervivientes........

-que se supone que van a hacer ahora-dijo carla
-nosotros vamos camino a Berlín, hace unos días oímos una voz llamándonos a Berlín, pero la voz desapareció con la explosión-
-bien chicos me convencieron, iré con ustedes
Sarah miró a carla con cara de estar cabreada ¬¬
Claro, pero antes quiero ir de compras, no puedo llegar con quien sea que nos llame con la ropa tiesa de tanta sangre seca-dijo Sarah

Diez minutos después, los tres iban camino a un centro comercial, al llegar se cambiaron ropa, todos excepto Matías, que solo tomó unos guantes sin dedos y una espada nueva. (Así es se encuentra de todo…)

Al salir tomaron un auto que estaba aparcado en la calle y emprendieron su marcha. Luego de dos días de marcha llegaron a Munich, para llegar a Berlín aún debían atravesar cientos de kilómetros llenos de infectados.


Post: 8
Nivel: 3
Vehículos usados: 3

Silvia se colocó en posición de ataque dispuesta a cargarse unos cuantos zombies y mutantes. A su derecha Carlos, a su izquierda Round y delante de ellos, dispuesto a parar con su cuerpo los primeros ataques el bueno de Oleg. Silvia siempre había pensado que Oleg era un grandullón que siempre quería acción pero en el fondo sabía que ese grandullón, a pesar de su ímpetu tenía buen corazón.

El primero de los zombies se acercó a ella dispuesto a atacarla cuando de repente escuchó un ruido a su izquierda. Perdió la concentración y cayó al suelo por lo que Carlos tuvo que congelar al zombie que estaba a punto de comérsela.
- Silvia, ¿qué te pasó? Ataca.
- Espera, allí hay alguien vivo. Tengo que ir a por él
- No vayas, es un locura.
- No te preocupes por mí y acaba con éste. Voy por él.
- Ten cuidado - Gritaba Carlos aunque Silvia ya había salido corriendo en dirección a la persona viva.
- ¿Dónde va esa loca? - dijo oleg
- No lo sé pero sabe cuidar de sí misma.
- Si la muerden, yo no quiero saber nada.

Silvia salió corriendo en dirección a un edificio acristalado. Allí un joven luchaba contra una de las criaturas, no tuvo problemas en esquivarla con movimientos rápidos y seguros. Silvia estaba convencida de que una persona normal nunca podría haber hecho eso y esquivar así al zombie así que tendría que ser cómo ellos. El joven la vio, se distrrajo y un mutante le atacó por la espalda sin que él se diera cuenta, poniendolo entre él y la pared. No tuvo problemas porque parecía que iba armado así que sacó su cuchillo y se lo clavó. Miró a Silvia que se acercaba y ella supuso que el mutante volvería a moverse:
- ¡¡¡¡No te confies por que haya caido al piso!!!! - Gritó con todas sus fuerzas. Afortunadamente, el joven la oyó y remató al mutante.

Silvia siguió corriendo en dirección al joven que, a su vez, corría en dirección a ella. Sin embargo, justo cuando estaba llegando. Silvia vio algo extraño, algo se movía detrás del joven. De entre las rocas aparecieron dos mutantes que el chico no había visto y, de espaldas como estaba, no podría ver. Silvia tendría que ser rápida si no quería que el joven muriese. Se encontraba aún a unos diez metros. Así que gruitó:
- Cuidado. Atento a tu espalda.

El joven se dio la vuelta únicamente para ver cuál era el peligro y vio a dos zombies que se avalanzaban sobre él. El chico sacó su cuchillo y se lo clavó a uno de ellos en la cabeza que cayó al suelo fulminado. Sin embargo, el cuchillo se quedó atascado allí, intentó sacarlo pero tropezó y cayó al suelo. El zombie se lanzó sobre él.
Silvia lo estaba viendo todo y corrió lo más deprisa que pudo. Cuando estaba a una distancia prudencial pegó un enorme salto a la vez que sus garras comenzaban a aparecer. Era extraño pero ya no sentía dolor y podía controlarlas más o menos bien. Justo cuando estaba encima del zombie, una de sus garras se introdujo en su cráneo, cayendo el cadáver inerte encima del joven. Las garras de Silvia volvieron a la normalidad y tendió la mano al joven.
- ¿Quién eres? Levanta rápido que tenemos que ir a echar una mano. - dijo Silvia
- ¿Una mano? Querrás decir unas garras. ¿Cómo has hecho eso? ¿Ha sido fantástico. Soy Francisco. Llevo días encerrado y os he visto luchar. Quiero ir con vosotros.
- Yo soy Silvia. Luego me cuentas los detalles pero tenemos que ir a ayudarlos - dijo mientras señalaba a Antonio, Hunter, Oleg, Ryan, Round, Hank y Carlos que se enfrentaban a una horda de zombies - Vamos.

Silvia y Francisco echaron a correr entre los escombros. Sin embargo, una réplica del terremoto causado por Rashid tuvo lugar en ese mismo instante, el suelo se abrió y ambos cayeron por una de las grietas a unos extraños túneles que parecían recorrer el centro de Berlín.

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Chico, animaros a continuar!!!!! ManuTrueno, Toletum, PauTL escribid algo proque vais a perder una vida en breve.
DarkHades silencioso puedes mandar algún post
Os he dejado solillos para enfrentaros a la horda, jajajaja, Minase y yo ya nos las apañaremos para salir... A ver que encontramos por el subsuelo!
Os he dejado

Seguian luchando contra hordas incesantes de zombies, parecia que no se acababan, Hunter se giro y vio a Silvia corriendo hacia un chico que habia a lo lejos, no lo habia visto antes, seguramente los acababa de encontrar.
-¿Cuidado!- Gritó Antonio, pero un zombie ya se abia avalanzado sobre Hunter, el arma cayo al suelo, Hunter sujeto al zombie de la cabeza para que no le mordiera-
-¡Quitamelo de encima joder!- Gritó.
Antonio empujó al zombie y le asestó un golpe brutal con su hacha.
-Me debes una, jaja- Dijo Antonio.
Hunter apunto hacia Antonio y disparo, la bala paso rozandole la oreja y detras de Antonio se oyo un gemido.
Antonio se giró y se encontró con un zombie muerto.
-¿Que decías?- Dijo Hunter. ''Cabron con suerte'' Penso Antonio.
Enseguida volvieron la lucha, resultaba incluso gracioso ver como los zombies volaban varios metros ante los golpetazos de Oleg, y mas gracioso era ver como unas hormigas se llevaban a los zombies arrastrandolos hacia atras.

-¡Son demasiados- Oyo decir a Oleg.
Hunter contemplo una cornisa en un edifio.
-Esperad aqui- Dijo.
Cogio su fusil y fue trepando, agarrandose a las ventanas y conductos lo mejor que podia, en mas de una ocasion estuvo a punto de caer, pero consiguio llegar hasta la cornisa y se subio al balcon contiguo, desde alli la vista era perfecta, una gran poicion para matar zombies, sin duda.
Hunter se concentró en disparar a los mutantes, eran una amenaza mas seria que los zombies, de repente, otro terremoto, Hunter no consiguio agarrarse al balcon y callo sobre un coche.
La vista se le nublo, no conseguia distinguir ls figuras que se acercaban a su posicion, agarro el arma y disparo a ciegas, algunas de las siluetas se desplomaron en el suelo.
Hunter rodo por el techo del coche y callo al suelo por el lado en que no habia zombies, se arrastro como pudo hacia una puerta de un edificio y una vez dentro la cerro y se apoyo el ella, se dio cuenta de que su pierna estaba en un posicion extraña, con el pie izquierdo demasiado hechado hacia fuera, mas bien del reves.
La vista se le empezo a nublar mas todavia, y se desmayó.

POST 3
NIVEL 0
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PD:Habría escrito mas, pero he estado todo el dia de camarero en las comuniones y estoy reventado.

António se fijo en la trayectoria que seguía hunter al escalar aquel muro.
-No le des importancia, lo más seguro es que acabe callendo jajaja. Aseguro Oleg.
-lo que tu digas pero haber como nos libramos de tantos zombies. Criticó Antonio.
-Jeje, todavia no me has visto no?
-Ver el que?
En ese instante Oleg se abalanzo sobre un gran número de zombies, los cuales salían disparados como proyectiles debido a los grandes golpes que recibían de Oleg. Antonio se preparó para ayudarle cuando de repente se notó un gran temblor, casi tan enorme como el que había sacudido la mansión anteriormente. Cuando António se pudo percatar de la situación los zombies lo habían rodeado y Oleg, Hank y Hunter ya no estaban.
Ante aquella situación, su cuerpo empezó a crujir de una manera espectacularmente ruidosa y a dolerle como aquella otra vez.
Cuando pudo darse cuenta los zombies le llegaban mas o menos por la cintura y su piel se había envuelto en un caparazon de huesos extremadamente duro y afilado. En ese momento Antonio pensó: Ahora veremos quien es mas fuerte Oleg jeje. Se rio para si mismo.
Y con una fuerza feroz se dispuso a atacar a los zombies, que al recibir el impacto caían fulminados al suelo, todo iba perfecto, pero cada vez se encontraba mas cansado y mareado, hasta que se tropezo con una enorme grieta en el suelo y cayó.
No le dió tiempo ni a levantarse cuando el sueño, ya agotador se hizo presa de el, pero antes de desmayarse escucho las voces de dos personas al que una le resultaba familiar
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No pude escribir más, debido a los exámenes

POST 4
NIVEL 1

POST 03
NIVEL 0 /

Comenze a trotar, estaba un poco cansado, me sentia mareado, sentia nauseas. Mire hacia delante y una chica venia en direccion a mi, frene en seco, quede perplejo mirandole, no podia creer lo que mis ojos me demostraban, era ella............No, no podia ser cierto, remeci mi cabeza cerrando mis ojos, "esto no es cierto, ella murio hace un tiempo atras...vamos!!" pense. Cuando la volvi a observar, ya no era ella....."maldita mente" pense.
Luego escuche su grito - Cuidado. Atento a tu espalda. -
Me gire a mirar solo lo ya casi inevitable, dos de esas criaturas se avalanzaban sobre mi. Logre girar hacia mi derecha, dejando pasar al mas cercano, levante mi rodilla golpenado el estomago del zombie, aquella cosa se inclino debido al golpe, pude ver su nuca, introduje mi puñal en toda la parte trasera de su craneo. Y estando muerto, el cuerpo del zombie cae en mi rodilla, lo que hace que mi cuerpo pierda el equilibrio callendo al suelo junto con el cuerpo muerto, intente quitar mi puñal de la cabeza de la criatura para defenderme de la otra, pero estaba atascado, mire a la otra criatura, era demasiado tarde. El color de mi alrrededor se fue quedando solo de color las personas, infectados criaturas, los latidos de mi corazon eran lentos, los movimientos del resto eran lentos, pero mi cuerpo no pareciera responder, quizas estaba cansado. Desde los aires y lentamente pude ver una silueta que caia en direccion al zombie que me estaba atacando, pude divisar su rostro, tenia una hermosa armonia en su cara, sus ojos verdes destacaban de su mirada, su pelo rizo y rubio se agitaban lentamente con el viento, su silueta era la de una gimnasta. Sus uñas afiladas ivan directo a la cabeza de aquel zombie que me atacaba, sus uñas se enterraron, se giraron y salieron de la cabeza, callendo el podrido encima de mis pies. El color volvio, mi corazon se normalizo y el tiempo se volvio normal nuevamente. Me sentia mareado, agite mi cabeza para volver en mi, sabia que aquello de los colores y demases, me estaba quitando energia rapidamente, y sin recursos ni nada, pues algo necesitaba para recuperarme, recorde traer agua, "algo es algo" pense.
La mujer me miraba confundida viendome sacar mi botella con agua y bebiendo de esta. Ella tendio su mano guardando sus garras, diciendo:

- ¿Quién eres? Levanta rápido que tenemos que ir a echar una mano. - dijo la mujer
- ¿Una mano? Querrás decir unas garras. ¿Cómo has hecho eso? ¿Ha sido fantástico. Soy Francisco. Llevo días encerrado y os he visto luchar. Quiero ir con vosotros.
- Yo soy Silvia. Luego me cuentas los detalles pero tenemos que ir a ayudarlos - dijo mientras señalaba a el resto de sujetos luchando.

No alcanzamos a correr ni dos metros cuando comenzo a temblar bastante fuerte, se abrio el piso y caimos por una de las grietas que se habia abierto. Sentia el aire fluir por la velocidad de la caida, senti miedo, cerre mis ojos, y nuevamente vi su imagen - tranquilo, se parte de lo que te rodea y sobreviviras - dijo sin mover sus labios en mi mente. "Lo que me rodea"......."¿pero que mierda es lo que me rodea?"...pense, pude sentir el silvido del viento en mis oidos, cerre mis ojos, mi corazon latia a mil revoluciones, gire mi cabeza, pero no veia nada, maldito mundo, maldita sociedad, maldito sistema, maldita vida de mierda, estaba aburrido de todo, estaba estrezado, molesto, enojado con todo....- ¡¡¡¡¡pudranse en la maldita mierda, mundo sin sentido!!!!! -grite sin sentido y molesto por la situacion. Junto con el grito, se elevo una rafaga de viento desde abajo de nosotros, lo que me levanto un poco dandome unos segundos para sujetarme a algo, era mi unica oportunidad, no vei a que sujetarme.
- Sujeta mi mano - exlcamo la mujer
Sujete mi mano firmemente a la suya, y ella con su otra mano saco nuevamente sus garras incrustandolas en el muro de una de las orillas de la grieta, deslizandola para que bajasemos con lentitud, a una distancia cercana al piso, se frena en seco y suelta mi mano. Cai suave y firme al piso, mire hacia arriba diciendo:
- Salta yo te sujetare... -
- ¿A quien le hablas? - respondio ella detras mio.
- Agilidad, ¿eh? - estaba sorprendido, no entendia como ella habria hecho eso.
- Y tu parecieses no ser normal tampoco, ¿no? - consulto Silvia
- Si te refieres por el hechod e haber estado encerrado varios dias, quizas si, el resto, no tengo la menor idea - la verdad que ahora que ella lo mencionaba, estaba entendiendo eso de los colores y demases.
- Si claro, lo de la rafaga de viento fue una mera casualidad ¿no? - ironicamente me consultaba.
- La verdad, que no se de que hablas, para serte sincero, solo se que mi tiempo se detiene a veces y puedo ver todo lento, como cuando observe tus lindos y verdes ojos. - quizas se me habia escapado, pero en fin, no estaba mintiendo tampoco. Se habia quedado sin palabras al parecer, pues le costo responder a eso.
- Haber, para comenzar, todos los humanos que hemos visto hasta ahora o al menos la mayoria de ellos tienen poderes, unos son mas fuertes de lo normal, otros controlan insectos, yo tengo mis garras y una agilidad divina, etc. Y creo, que lo tuyo, es el viento. - decia como si todo fuera totalmente normal.
- A si claro, y a superman o spiderman ¿no los has visto por ahi?. Hace un tiempo que los busco y no se por que causa no los encuentro - dije ironicamente.
- Ya has visto mi habilidad y ahsta tu has sentido algo extraño en ti, no se como no crees aun. Ahora, que me creas o no me creas, a mi me da lo mismo. - Dijo con una notable voz de molesta.
- Vamos, disculpa, me has venido a ayudar y mas encima te reprocho lo que me cuentas - Aun no creia eso de los poderes, pero estaba mal lo de mofarse de ella.
- Busquemos alguna salida, y regresemos con el resto. - Dije.

Caminamos, por caminos oscuros, humedos, realmente no me daban ninguna esperanza. sentia escalofrios, y estaba necesitando energias, pero nunca me queje y nunca me ha gustado quejarme, siempre he pensado que solo las personas debiles se quejan de las cosas. Y ese no era mi estilo. Seguimos avanzando entre caminos estrechos y sin idea a donde nos dorigiamos, habremos camindo mas de unos 20 minutos ya.

- No eres de los chicos que hablan, ¿no? - Dijo ella, despues de llevar harto tiempo callados los dos.
- Desconfio mucho de las personas, No me importan mucho lo que piensen, ni tampoco es que me importe mucho lo que yo pueda pensar sobre ellos. Simplemente, debemos aprender a vivir, y no es necesario que sea con gente a nuestro alrrededor. - Dije mientras caminaba sin pensar mucho en lo que decia.
- Ah, que ameno eres para conversar - me dijo ironicamente casi sonriendo. No entendia a que iva ese comentario, o quizas habia sido demasiado frio de nuevo.
- Disculpa si soy un poco frio, o te pongo mas nerviosa en esta situacion debido a lo que digo. Pero es que siempre he sido asi y hace un tiempo que ya estoy solo, y ya me habia acostumbrado. - Dije, intentando pedir disculpas, nunca fui bueno para ello de todas maneras.

No dijo nada, se limito a seguir caminando conmigo. En fin, por ahora me daba igual lo que se pensara de mi.
No se cuanto tiempo mas habemos estado caminando, pero comenzaba a temblar de nuevo. De vez en cuando temblaba y caian pedazos de rocas. Eso no me inquetaba, lo que si me tenia nervioso, era el silvido de unos tuneles que habian y el porte de estos, pareciesen haber sido hechos por un tipo de gusano "hahahahahahaha" rei para mi, "que demonios estoy pensando" pense.
Caminamos y caminamos, mi vista estaba fija en donde ivamos pisando, observe bien y el piso era plomo, levante mi cabeza observando hacia los lados, estaba todo plomo, mi corazon latia lento, la mire a ella con apuro, y desde lo alto de la grieta se veia caer lentamente una roca que no dejaria rastro de persona alguna si callera encima de alguien. Gire mi cuerpo, y di un brinco en direccion a ella con mis brazos extendidos, mientras iva en el aire pense "¿podre salvarla a ella al menos?, ¿alcanzare?, si no alcanzo moriremos los dos, debo intentarlo al menos". Las gotas de sudor de mi frente se movian lentas, pasando por mi pelo y desatandose en una explosion al dejar el contacto con mi cuerpo, la roca estaba tan cerca, la abraze desde la cintura llebandola abrazada conmigo, la roca cae haciendo un ruido silencioso. Caigo abrazado a ella a una pequeña distancia de donde callo la roca. Los colores vuelven, mi corazon late como antes, y todo vuelve a la normalidad. Ella me mira y dice:
- Gracias, ¿ahora vamos creyendo aquello de los poderes? - Dijo con un sonrisa.
- Bueno, tal vez. - Dije, sabia que sonaba orgulloso.
- Ya que me has salvado de la roca y ya que no se viene ningun peligro, ¿te podrias quitar de encima y dejar de abrazarme? - Rio ella.
- Disculpa, disculpa.........es que aun no entiendo bien este asunto. - Si, sonaba como excusa, pero no era mi intencion abrazarla tampoco. Bueno, tal vez.

Me senti mareado, me sente en una orilla, abri mi bolso y saque mi botella de agua ofreciendole - ¿quieres? - dije. Tomo la botella bebio y me la devolvio. La mire, y me miraba. Con solamente la mirada me decia, ¿que estamos esperando para seguir avanzando?. Ya habia entendido el mensaje, asi que dije:
- Dame un segundo, creo que de tanto ver cosas lentas y los cambios de colores, me mareo de ves en cuando. -
- Esta bien, descansemos un rato - Dijo ella, sentandose.
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Haber si mas rato lo sigo, que ahora tengo que estudiar un poco. xDD
Kealah sera mejor que nos recuperemos, Por que se me ha ocurrido una idea genial. xD

Saludos.

P.D.: Creo que me he inspirado mucho, bueno, es que me gusta dar detalles de las acciones y demases. xD

Post: 6
Nivel: 2

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-De acuerdo, ¿a qué hora sirven la comida aquí? –preguntó Jericho.
-No hay hora de comida, cada quien lo hace a la hora que quiere –respondió Marta que apareció detrás de ellos-. Simplemente vas al comedor, le pides al sirviente que te prepare algo, y él lo hará con gusto.
-Ya veo –respondió el pelirrojo-… ¿También puedo ver la televisión mientras como y subir los pies a la mesa? Por cierto, recuerdo haberte visto con aquel grupo de inadaptados.
-Perdón que no te la haya presentado antes –intervino la anciana-. Ella es Marta, tiene la capacidad de atravesar paredes y cualquier objeto, es decir, puede ser invulnerable si se lo propone.
-Es bueno saberlo, con ese poder te puedes colar hasta el frente en un concierto de Metallica –Adolfo volvió a reírse a carcajadas del comentario de Jericho.
-Con tu poder también –respondió Marta.
-Tienes razón, pues cuando gustes podemos ir a uno, es una cita…
La chica se sonrojó, no esperaba esa respuesta. Jericho siguió avanzando mientras dialogaba con el resto de los habitantes de la mansión. Con todos menos con una, Dagmar. Por alguna extraña razón no podía mantenerle la mirada por más de unos segundos, sentía un hueco en el estómago. Se sentía como adolescente que se enamora de la nueva compañera del grupo.

***

-Jericho –le dijo la anciana después de unos minutos en los que comió, se dio una ducha y descansó-. Necesitas perfeccionar tus poderes, es vital tu participación para conseguir nuestros propósitos.
-Ya veo, soy su hormiga obrera a la que usan cuando quieren. Si hubiera querido recibir órdenes me alisto en el ejército.
-Aquí no se maneja así, cada quien hace las cosas de acuerdo a su criterio, pero siempre encaminados a obtener nuestra meta.
-¿Qué es…?
-Primero, reducir el número de infectados y mutantes, ya que son una amenaza para la humanidad.
-Creo que me arrepentiré de preguntar –dijo Jericho con la mirada clavada en la mujer-, pero ¿cuál es el segundo objetivo?
-Erigirnos como la raza dominante, la evolución del planeta.
-Yo creí que Hitler había muerto.
-No de esa forma, sino ayudando a los demás, pero para ello debemos generar un clima propicio para intervenir y poder eliminar amenazas globales sin ser obstruidos por los demás.
Jericho se quedó muy pensativo, no estaba seguro de haber elegido el bando correcto, pero de momento estaba cómodo y aquellos sujetos le ayudarían a desarrollar su potencial.
-Tendrás tu primera misión de entrenamiento.
La anciana extrajo una jeringa de su abrigo, se la clavó en el cuello y le inyectó un líquido verde neón.
-¡AUCH! ¿Qué es eso que me inyectaste?
-Una sustancia que te protege del virus Z, así, si un podrido te muerde, no te infectarás. Tiene un efecto de 8 horas, tiempo suficiente para que practiques.
-¿Entonces salgo a la calle a matar zombies?
-Aún no, aunque seas inmune, hay mutantes que te pueden matar sin miramientos, lo que harás es salir a entrenar con tres miembros del equipo.
-Si me pones a ese gilipoyas de Jonás, te juro que…
-No, él es inalcanzable para ti en estos momentos –Jericho se molestó por la respuesta de la anciana-. Irás con Uwe, Homer y Dagmar.
Jericho se emocionó, tendría una misión de entrenamiento con la chica que le sonrojaba sólo de pensar en ella, en breve los cuatro salieron de la mansión y se internaron en el parque que estaba enfrente de su cuartel.

***

-De acuerdo, chico rudo –dijo Uwe-. Tienes un bat de béisbol, una stun gun y tu sorprendente habilidad de teletransportarte, veremos qué puedes hacer con esto.
De pronto, Uwe se ensanchó, y en tan sólo un segundo se partió por la mitad, había dos Uwes con la misma ropa pero con diferente expresión facial, después el clon hizo lo mismo, y así repitió el proceso hasta que Jericho estaba rodeado por una docena de Uwes.
-Me siento como Neo en Matrix cuando se enfrentó al Sr. Smith.
El grupo de Uwes se lanzó sobre Jericho con toda la intención de golpearlo, a unos metros de ahí estaban Homer y Dagmar observando la escena. Un clon tomó por sorpresa a Jericho, lo tacleó por atrás y cayó con él al suelo. ¡ZAP! Jericho apareció a unos metros de ahí con un raspón en un brazo, se dio cuenta que iba en serio. El resto de los clones de Uwe se lanzaron sobre Jericho, quien tomó el bat y golpeó al clon más cercano, quien cayó doliéndose de la mandíbula.

¡ZAP! Jericho se puso en medio de los clones, y con la stun gun tumbó a un Uwe, pero otro par lo embistieron por un costado, haciéndole lanzar su aparato de choques eléctricos a un arbusto cercano, como pudo se los quitó de encima. ¡ZAP! Apareció detrás de un par de Uwes, a los que les dio un batazo en la nuca, ambos cayeron fulminados. ¡ZAP! Jericho apareció frente a otro clon dispuesto a reventarle el cráneo, pero éste se elevó por los aires antes de recibir el impacto.
-¡Eso es trampa, obeso!
Homer que estaba a cierta distancia de ahí se rio, él era capaz de levitar y hacer levitar a otras personas. ¡ZAP! Jericho apareció arriba del clon que flotaba, le dio un batazo en la espalda, y comenzó a caer, justo en ese momento quedó suspendido. En esta ocasión Homer mantenía a Jericho suspendido en el aire.
-¡Suéltame, bola de grasa!
¡ZAP! El pelirrojo se puso frente a Homer, al que de un empujón tumbó al suelo.
-Increíble –dijo Homer-. Con su teletransportación pudo liberarse de mi poder.
¡ZAP! Jericho golpeó a otro clon, el número se había reducido a media docena, el pelirrojo corrió para enfrentar al resto, pero Dagmar se acercó y emitió un grito que tumbó de espaldas a Jericho, el grito fue sostenido y lo aturdió; se revolcaba en el suelo, incapaz de pensar o hacer algo.
¡ZAP! El pelirrojo se plantó frente a ella, Dagmar se cubrió el rostro esperando algún ataque, pero Jericho se limitó a besarle la frente. La chica quedó petrificada, esperaba todo menos eso.
-Bueno, no esperabas que te golpeara ¿o sí?
Los clones de Uwe desaparecieron.
-Creo que es suficiente, estoy agotado por controlar tantos clones.
-¿Quieres decir que no lo habías hecho antes? –preguntó Jericho.
-El entrenamiento no es sólo para ti, digamos que soy recién ingresado a este grupo.
-Pues me parece que has hecho un gran trabajo –dijo Jericho.
-¡Vaya! –se sorprendió Uwe-. Hasta que te escucho decir palabras amables.
-Anota la fecha porque tal vez nunca se repita.
Mientras conversaban, un grupo de zombies se acercaban por el lado oeste.
-Tenemos compañía, inútiles –gruñó Homer.
Eran al menos 25 zombies, venían en grupo y eran rápidos. Homer con un movimiento de muñeca levantó a la mitad por los aires, mientras Dagmar emitía un grito sostenido, con lo que los que quedaban en pie cayeron aturdidos de rodillas.
Mientras tanto, Uwe creó unos 10 clones, que se dirigieron hacia los zombies tendidos en el suelo, al llegar a donde estaban, los clones les rompía el cuello, les azotaba las cabezas unos con otros o simplemente les rompían los huesos de las piernas.
¡ZAP! Jericho se teletransportó al aire, donde flotaban los zombies que elevó Homer previamente. Con una sesión de teletransportaciones rápidas y una serie de batazos, el pelirrojo reventó la cabeza de media docena de zombies.
-¡Vaya hombre! –gritó Uwe con júbilo-. ¡Eso ha estado muy bien! Somos unas máquinas de matar.
-Será mejor que nos vayamos –dijo Dagmar-. Mis alaridos seguro atraerán a más zombies.
-Odio correr –respondió Homer-. Vámonos lento.
-¿Para qué correr si me tienen a mí? –dijo Jericho.
-¿Y qué hay con eso de que no te gusta ser transporte escolar de nadie? –se extrañó Uwe.
-Ustedes me simpatizan, no le digan a los demás.
Los tres posaron su mano en el hombro de Jericho. ¡ZAP! En breve, ya estaban dentro de la mansión muy emocionados y comentando lo sucedido anteriormente. Por primera vez, Jericho se sentía en casa.

TRAS EL ATAQUE AL REFUGIO DE PATT:

Patt acababa de salir airosa del primero de los enfrentamientos con su hermana. No había pasado lo mismo con su querida transformista y la niña pequeña que habían fallecido como causa del derrumbamiento. Estaba visto que los zombies y mutantes no iban a ser el único de sus problemas ya que su hermana estaba dispuesta a acabar con ella sin ningún tipo de miramientos. A partir de ese momento, la guerra se había desatado. O estabas con Patt o con su hermana.
Oleg había decidido, por el momento se quedaría del lado de Patt. Su amigo Anatoly, cargado con Martha, estaba buscando un nuevo refugio para todos ellos. Jane había recuperado el conocimiento y se apoyaba en Katja para poder andar pero la que realmente preocupaba a Patt era Mica. Mica aún no se había despertado. Había recibido un fuerte impacto en la cabeza y no despertaba. Oleg no sabía nada de todo eso porque las cosas habían pasado muy rápido pero en el momento que supiese algo, para bien o para mal, se volvería loco. Las cosas pintaban mal para Mica pero esperaba llegar a casa de Paul y que él estuviera esperándola.
Paul era el hijo de Patt y, afortunadamente, vivía algo alejado de la ciudad pero tendrían que recorrer una larga distancia entre las ruinas de una ciudad devastada y repleta de zombies. Necesitaban encontrar antes un lugar seguro donde esperar a que el resto les alcanzasen.
Entonces lo vio, a unos cuantos metros, lo que parecía haber sido un banco, tenía la puerta abierta y nadie parecía andar por allí cerca.
- Corred. Tú, Marc - dijo al joven telépata - Vete a echar un vistazo a ver si hay monstruos.
- Está limpio. Podemos entrar - gritó cuando se acercó y sintió que no había nadie cerca.

Richard, Katja, Mica, Anatoly, Patt, Jane y Martha alcanzaron rápidamente a Marc que les esperaba en la puerta.
- Dentro hay un par de ellos - dijo Marc- Puedo sentirlos. No son demasiado fuertes. Podremos con ellos.
- Anatoly, ¿te quedan balas? - preguntó Patt
- Algo de munición tengo
- Pues entra con Richard y acabad con ellos. Rápido.
- Marc, contacta con Oleg para decirle donde estaremos. No menciones nada de Mica.

OLEG, HUNTER y HANK: Oleg se encontraba en el exterior de la casa enfrentándose a un ejército de zombies y mutantes que venían de todas partes. Empezaba a estar algo cansado de tanto usar su poder pero parecían reproducirse, cuando acababan con cinco, otros cinco se acercaban por el otro lado. Ryan, Carlos y Round estaban a su lado pero Ryan y Carlos ya apenas podían controlar su poder y Round había agotado casi todas sus balas. Incluso el pequeño Hank ayudaba pero había usado muy poco su poder así que apenas podía controlarlo. "Mierda. Se tenía que haber ido con Patt. Puta gata." -pensó Oleg.
Por su parte, Antonio y Hunter, los últimos recién llegados habían sufrido de lo lindo. Uno de ellos se había convertido en un mutante y había acabado así con muchos zombies pero se había desmayado como consecuencia del excesivo uso de su poder y Hunter se había caído de una altura considerable. Carlos había puesto a salvo a Antonio y a Hank pero nadie podía llegar hasta Hunter por culpa de los zombies. Afortunadamente, había caído del lado bueno y no había zombies por ese lado.

Hunter estaba apoyado en la puerta de metal que acababa de cerrar. Aún aturdido por el golpe recibido tras su caída, se desmayó. No sabía cuanto tiempo había transcurrido cuando se despertó pero seguía siendo de día. Se intentó incorporar me le dolía demasiado el trasero y sobretodo el tobillo. Antes de desmayarse, no se había atrevido a mirar pero cuando opr fin lo hizo, se dio cuenta de que tenía el pie hinchado y de que se había torcido el tobillo. El no era médico pero tenía muy mala pinta así que decidió arrastrarse para conseguir algo en lo que pudiera apoyarse para andar. Sin embargo, Hunter no era lo único que se arrastraba en aquella habitación. Los zombies de los que anteriormente trabajaban allí estaban dispuestos a acabar con él si no hacía nada al respecto.

Hank se despertó dentro del coche en el que Carlos le había metido. Hank se metió dentro cuando sus amigas las hormiguitas y las abejas dejaron de obedecerle. Estaba algo aturdido y cansado de usar sus poderes. Pero quería volver a luchar al lado de Oleg y los demás. Cuando Hank despertó miró por la ventana y vio como Oleg destruía a varios zombies de un sólo golpe. El solito se había cargado a más zombies que todos los demás juntos. Hank quería luchar pero estaba preocupado por su amiga Silvia. Sabía que no la encontraría hasta que no saliesen de aquella lucha así que decidió que sería mejor probar primero su poder. Estaba menos cansado.
- "A mí hormiguitas" - dijo Hank. Y un montón de hormigas aparecieron a sus pies - Sí, creo que ya estoy recuperado.

Oleg empezaba a estar preocupado y algo cansado ya que los zombies no dejaban de aparecer y sus fuerzas empezaban a flaquear.
- Tenemos que hacer algo para recuperar fuerzas. Son demasiados - dijo Oleg
- Sí. Y casi no me queda munición - gritó Round
- Estoy jodido - dijo Carlos - El hielo apenas se forma y no sé nada de Silvia
- Oleg, eres el más fuerte, ¿qué hacemos? - dijo Ryan- Tenemos que ayudar a Hunter y a Antonio. Están atrapados.

ANTONIO: Antonio había caído por una de las grietas que se habían abierto en el suelo como consecuencia de una de las réplicas del terremoto provocado por Rashid. Antonio había caído al suelo y le dolía un poco la espalda pero no tuvo problemas para ponerse en pie. Había caído justo en una especie de cueva donde desembocaban varios túneles pero parecía que había caído en blando. Cuando se levantó estaba empapado y cubierto de una sustancia pegajosa. Miró a su derecha y a su izquierda y no vio otra cosa que no fueran cadáveres de gente. Aquellos que no tenían destrozada la cabeza todavía seguían moviéndose. Algo intentó atrapar a Antonio. Parecía que había caído en una especie de nido. Estaba rodeado por zombies y el "dueño" de ese nido se acercaba sin que Antonio pudiera saber por donde.

SILVIA Y FRANCISCO: Ellos habían ido a parar a uno de los túneles que comunicaban la ciudad bajo tierra. No sabían si los túneles eran fruto de la mano de hombre o de alguno de esos mutantes pero después de que una piedra estuviera a punto de sepultar a Silvia y de que Francisco la salvase, habían decidido tomarse un descanso antes de salir de allí.
- ¿Estás muy cansado? - Preguntó Silvia - Has usado mucho tu poder hoy. Muchas gracias por haberme salvado.
- Sí, estoy cansado pero ya me estoy recuperando. No tienes por qué darme las gracias. El mundo no se podía perder uno ojos como los tuyos - dijo Francisco guiñándola un ojo.
- Toma, anda. - Dijo Silvia dando a Francisco media chocolatina - Lo guardaba para Hank pero no sé cuando volveré a verle.
- ¿Hank?
- Uno de mis amigos, mi vecino. Es un niño que viene conmigo desde Francia, yo soy de allí y hemos hecho este largo viaje porque alguien se comunicó con nosotros... Ahh, eso de los poderes empezarás a controlarlo poco a poco. Al principio me desmayaba pero ahora... Puedo hacer lo que quiera con mis garras. - Dijo Silvia y sacó una de sus garras.
- Guau. - dijo Francisco - ¿Puedo tocarla? ¿De qué material son?
- Jajajajaja - Rió Silvia - Si te hace ilusión tócala. Es la primera vez que me lo pide alguien pero adelante.
Un extraño ruido cortó su conversación. Parecía que algo se arrastraba por el suelo se dirigía en dirección a su posición.

FERNANDO Y JERICHO se encontraban como en casa. La realidad era que más Jericho que Fernando pero este último estaba contento porque, a pesar de las circunstancias, seguían teniendo una cancha de baloncesto en la azotea del edificio en el que estaban así que pasaban allí el rato.
- Tío, me encanta esto - dijo Jericho mientras jugaban al baloncesto- ¿A ti no?
- La verdad es que no me he acostumbrado a esta situación todavía y creo que a esta gente no le gusto demasiado. No confío en ellos aún - protestó Fernando mientras lanzaba un tiro que Jericho taponó sin problemas usando sus poderes.
- Estabas aquí, Jericho. Te necesito - dijo la anciana que iba acompañada de Homer y Daghmar.
- Luego nos vemos, jovenzuelo y te daré otra paliza al baloncesto - dijo Jericho, dejando sólo a Fernando.
- Nada. Adiós - Respondió Fernando sin mucho ímpetu- Esto es una mierda. Para esa vieja yo no existo. Creo que pasaré de todos y me iré a mi santa bola porque esto me aburre demasiado. No va conmigo.

Sin que Fernando lo viera, a lo lejos, un mutante alado se acercaba a la azotea del edificio, atrapándole con sus garras y llevándoselo lejos de allí. Fernando llegó a un nido cercano al viejo edificio derruido. El ave le dejó allí y se largó volando esperando encontrar otras víctimas. A la derecha de Fernando, un huevo... ¿Estos mutantes podían reproducirse? No estaba seguro pero tenía que bajar de allí en cuanto pudiese.

MATIAS: Matías estaba de camino a Berlín. Afortunadamente, la distancia entre Munich y Berlín no era muy amplia y gracias a sus dos compañeras habían podido llegar en un gran coche todoterreno que habían robado en alguna parte de Inssbruck. La distancia que les separaba de Berlín era de 2 kilómetros nada más y los primeros carteles se veían. En realidad, no habían tenido demasiados problemas para llegar a Berlín puesto que las carreteras estaban bastante limpias era como si todos los zombies y mutantes hubieran desaparecido de la zona para acudir a algún lugar.
Sarah, Matías y Carla iban conduciendo atentamente cuando su marcha se vio interrumpida por cuatro personas que aparecieron en medio de la calle por la que circulaban. Jericho, Daghmar, Homer y la anciana estaban parados en medio de la carretera levitando. Daghmar gritó y Matías se sintió aturdido, el grito cesó cuando los cristales del coche ya habían reventado. Matías lo supo: Había llegado el momento de defenderse.

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Bueno chicos, se ha hecho esperar un poco pero espero que os guste. Hoy no estaba tan inspirada como otras veces pero bueno, ahí os he dejado en una situación a cada uno de vosotros.
A partir de hoy se instaura la "amnistía internacional" y aquel que, por causas justificadas, no pueda participar no perderá una vida.

Eso sí, si la causa es que no me da la gana participar porque no quiero... pues sinceramente, perderá vida xDDD
¿Os parece bien? Contestad en reglas y fichas!

Silvia y Francisco estaban sentados en el túnel comiendo una chocolatina y conversando tranquilamente. Tan solo hacía una hora que había conocido a ese joven pero le resultaba simpático y agradable. Además, la había salvado de morir aplastada por una roca y se merecía un gesto amable por su parte así que ella le ofreció su chocolatina.
- ¿Estás muy cansado? - Preguntó Silvia - Has usado mucho tu poder hoy. Muchas gracias por haberme salvado.
- Sí, estoy cansado pero ya me estoy recuperando. No tienes por qué darme las gracias. El mundo no se podía perder uno ojos como los tuyos - dijo Francisco guiñándola un ojo.
- Toma, anda. - Dijo Silvia dando a Francisco media chocolatina y sonriendo por el atrevimiento de aquel chico, a veces la desconcertaba- Lo guardaba para Hank pero no sé cuando volveré a verle. - Silvia había guardado la chocolatina mientras cocinaba, antes de que todo pasase, en el bolsillo de su chaqueta vaquera para compartirla con Hank después de comer. Estaba preocupada por él puesto que le había dejado para irse corriendo a ayudar a aquel joven pero estaba segura de que Carlos y Round le mantendrían a salvo.
- ¿Hank? - preguntó Francisco interrumpiendo sus pensamientos.
- Uno de mis amigos, mi vecino. Es un niño que viene conmigo desde Francia, yo soy de allí y hemos hecho este largo viaje porque alguien se comunicó con nosotros... Ahh, eso de los poderes empezarás a controlarlo poco a poco. Al principio me desmayaba pero ahora... Puedo hacer lo que quiera con mis garras. - Dijo Silvia y sacó una de sus garras.
- Guau. - dijo Francisco - ¿Puedo tocarla? ¿De qué material son?
- Jajajajaja - Rió Silvia ante tan extraña petición pero accedió a ello. Nunca nadie había tocado sus uñas antes, ni siquiera ella misma así que no sabía de que estaban hechas - Si te hace ilusión tócala. Es la primera vez que me lo pide alguien pero adelante.

Francisco acercó sus manos a sus garras pero cuando estaba a punto de tocarlas, un extraño ruido sobresaltó a Silvia que guardó sus garras y se incorporó inmediatamente, levantándose d eun salto.
- ¡Has oído eso! - dijo Francisco
- ¿El qué? - Preguntó Francisco algo decepcionado.
- Ese ruido, tío. Se acerca alguien o algo.
- Cómo no sea un cocodrilo gigante que alguien había lanzado por las alcantarillas no sé quien va a meterse aquí voluntariamente. - Gruñó Francisco visíblemente cabreado porque seguía sin oir nada.
- Calla un momento, por favor. Y escucha

Allí, en medio de ninguna parte, Francisco estaba atento a cualquier sonido que pudiera escuchar. De pronto, Silvia tomó su mano y echó a correr en dirección norte o al menos lo que ellos creían que era el norte. Francisco, a pesar de sus escasas fuerzas corrió detrás de ella justo a tiempo ya que en ese momento apareció una especie de lagarto dispusto a atraparles. El lagarto se movía muy velozmente y estaba a punto de darles caza cuando llegaron a un callejón sin salida.
No había escapatoria por la derecha, tampoco por la izquierda y la salida al frente estaba cortada. El lagarto se situó enfrente de ellos dispuesto a atacar y Silvia y Francisco ya se veían perdidos. Silvia sacó sus garras intentando hacerle frente pero en lugar de atacarlos, el lagarto se puso en pie lo que la altura de la cueva les permitió. Abrió la boca:
- Este es el momento de que me vuelvas a abrazar y no te separes ni un milímetro. - Dijo Silvia a Francisco que la tomó de nuevo por la cintura - No te asustes
- Esto empieza a gustarme

Silvia cerró sus ojos para concentrarse lo más posible. De la boca del lagarto, salió una enorme lengua que golpeó a Silvia y a Francisco pero que no pudo tocarles por el escudo invisible que ella había creado. Francisco estaba alucinando con los poderes de aquella chica, parecía que los controlaba bastante bien y se empezaba a acostumbrar a eso de estar abrazado a ella. Ni su lengua, ni los posteriores ataques con sus brazos lograron hacerles el menor rasguño.
De pronto, un nuevo temblor sacudió la cueva y algunas piedras cayeron sobre ellos pero, una vez más y gracias al escudo, no fueron dañados. Esto sirvió para que el lagarto que los estaba atacando saliera corriendo, aterrorizado por las piedras.
- Ya se ha ido, Silvia - dijo Francisco - ¿Cómo has hecho eso? Cada momento me sorprendes más
- ¿Seguro? - dijo ella abriendo los ojos pero sin soltar a Francisco.
- Sí, ya salió corriendo después de esa sacudida. Si quieres puedes soltarme.
- No, la verdad es que no - dijo Silvia
- ¿No quieres o no puedes? Jajajaja- preguntó extrañado Francisco
- No puedo porque si te suelto o me sueltas me caeré al suelo. Estoy débil. Las garras las controlo pero mi telequinesis o lo que sea esto...
- Bueno, pues hasta que te encuentres mejor. Esperaremos....