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La Era de los Muertos
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La Era de los Muertos
La Era de lo Muertos - Capítulo 1
La noche y la oscuridad son casi siempre el refugio de lo oculto, lo misterioso, de los sueños y lo que creemos que es imposible. La noche, supone miedo, refugio, tranquilidad o terror; no se puede evitar, son sensaciones humanas, o por lo menos eso se creía. Esta es una historia que comienza una noche de mucha niebla; en las cimas de la montaña de Montserrat.
Montserrat (Cataluña, España).
Desde hace casi 32 años, muchas personas y grupos, se reunen y juntos van a observar el cielo desde lo alto de la misteriosa montaña de Montserrat, en Barcelona. Buscan indicios, una visión que les confirme que existe vida extraterrestre o poder sentir el extraño poder que despide esta montaña que ha sido siempre calificada como mágica.
Una noche de hace dos años, un grupo de estudiantes de segundo ciclo de Astronomía, se dirigieron a la montaña para pasar un sábado diferente, disfrutando con sus compañeros de la posibilidad de escrutar los cielos nocturnos y observar los planetas desde un punto privilegiado y limpio de la contaminación lumínica que producía Barcelona y las ciudades cercanas.
Aquella noche Pau, llevaba su gran telescopio, un Celestron CGEM/800/SC/Goto, le había costado prácticamente el importe de la beca que se había ganado estudiando muy duro durante todo el año anterior. Era un verdadero ingenio, se conectaba con el portátil y transmitía todo aquello que iba detectando en el cielo y también se podía alinear según las coordenadas que se le diesen. Para esa noche lo tenía claro, quería ver la constelación de Orión. No era la primera vez que la observaba, pero sí desde aquel punto prominente. Le dió las coordenadas al ordenador y enseguida el telescopio se empezó a mover hasta que quedó fijo en un punto; estaba nervioso, quería grabar, guardar montones de imágenes y poder estudiar bien de cerca aquel cúmulo de estrellas que siempre le habían atraído.
- Eso es, una calidad impresionante. Estaré toda noche observando el universo. - Dijo con un tono casi bajo, como un susurro.
Cuando ya eran las 2 de la madrugada, sus amigos empezaron a hablar entre ellos, comentando el devenir de la jornada y echándo un poco de café caliente acompañado de galletas para aguantar un poco mejor el fresco de noche. Pau quiso hacer lo mismo y sacó su termo de la mochila, al tiempo que se sentaba encima de una roca que le hacía de banco improvisado. Con el vaso de plástico en la mano, miró al cielo y pensando en Orion, pudo ver como una luz muy fuerte se presentaba a varios kilómetros de ellos por encima de sus cabezas.
- Eso no es un avión, ni siquiera un satélite, ¿que coño es eso?, decía en voz alta mientras todos apuntaban rápidamente con sus telescopios hacia la luz que se iba acercando a gran velocidad.
De repente, aquella potente luz se acercó a menos de medio kilómetro de ellos haciendo giros imposibles y piruetas que jamás habian visto. Pau lo estaba grabando todo. Antes de que aquello desapareciese emitiendo un fogonzo y sin emitir ruido alguno, pudo distinguir, que lo que impresionaba no era la potente luz, sino lo que se ocultaba tras ella. Detrás de la luz, se podía intuir una sombra enorme, calculando las proporciones a ojo, Pau determinó que podría medir cerca de los diez mil metros cuadrados, ¡más que un campo de futbol!.
A los pocos segundos, aquello desapareció sin dejar el mínimo rastro. Todos estaban asombrados y a la vez muertos de miedo. Pero el asombro fue mayor cuando comprobaron que sus aparatos, tanto el telescopio como los ordenadores, se habían quemado literalmente, todos sus componentes electrónicos se había derretido.
La Era de los Muertos
La noche y la oscuridad son casi siempre el refugio de lo oculto, lo misterioso, de los sueños y lo que creemos que es imposible. La noche, supone miedo, refugio, tranquilidad o terror; no se puede evitar, son sensaciones humanas, o por lo menos eso se creía. Esta es una historia que comienza una noche de mucha niebla; en las cimas de la montaña de Montserrat.
Montserrat (Cataluña, España).
Desde hace casi 32 años, muchas personas y grupos, se reunen y juntos van a observar el cielo desde lo alto de la misteriosa montaña de Montserrat, en Barcelona. Buscan indicios, una visión que les confirme que existe vida extraterrestre o poder sentir el extraño poder que despide esta montaña que ha sido siempre calificada como mágica.
Una noche de hace dos años, un grupo de estudiantes de segundo ciclo de Astronomía, se dirigieron a la montaña para pasar un sábado diferente, disfrutando con sus compañeros de la posibilidad de escrutar los cielos nocturnos y observar los planetas desde un punto privilegiado y limpio de la contaminación lumínica que producía Barcelona y las ciudades cercanas.
Aquella noche Pau, llevaba su gran telescopio, un Celestron CGEM/800/SC/Goto, le había costado prácticamente el importe de la beca que se había ganado estudiando muy duro durante todo el año anterior. Era un verdadero ingenio, se conectaba con el portátil y transmitía todo aquello que iba detectando en el cielo y también se podía alinear según las coordenadas que se le diesen. Para esa noche lo tenía claro, quería ver la constelación de Orión. No era la primera vez que la observaba, pero sí desde aquel punto prominente. Le dió las coordenadas al ordenador y enseguida el telescopio se empezó a mover hasta que quedó fijo en un punto; estaba nervioso, quería grabar, guardar montones de imágenes y poder estudiar bien de cerca aquel cúmulo de estrellas que siempre le habían atraído.
- Eso es, una calidad impresionante. Estaré toda noche observando el universo. - Dijo con un tono casi bajo, como un susurro.
Cuando ya eran las 2 de la madrugada, sus amigos empezaron a hablar entre ellos, comentando el devenir de la jornada y echándo un poco de café caliente acompañado de galletas para aguantar un poco mejor el fresco de noche. Pau quiso hacer lo mismo y sacó su termo de la mochila, al tiempo que se sentaba encima de una roca que le hacía de banco improvisado. Con el vaso de plástico en la mano, miró al cielo y pensando en Orion, pudo ver como una luz muy fuerte se presentaba a varios kilómetros de ellos por encima de sus cabezas.
- Eso no es un avión, ni siquiera un satélite, ¿que coño es eso?, decía en voz alta mientras todos apuntaban rápidamente con sus telescopios hacia la luz que se iba acercando a gran velocidad.
De repente, aquella potente luz se acercó a menos de medio kilómetro de ellos haciendo giros imposibles y piruetas que jamás habian visto. Pau lo estaba grabando todo. Antes de que aquello desapareciese emitiendo un fogonzo y sin emitir ruido alguno, pudo distinguir, que lo que impresionaba no era la potente luz, sino lo que se ocultaba tras ella. Detrás de la luz, se podía intuir una sombra enorme, calculando las proporciones a ojo, Pau determinó que podría medir cerca de los diez mil metros cuadrados, ¡más que un campo de futbol!.
A los pocos segundos, aquello desapareció sin dejar el mínimo rastro. Todos estaban asombrados y a la vez muertos de miedo. Pero el asombro fue mayor cuando comprobaron que sus aparatos, tanto el telescopio como los ordenadores, se habían quemado literalmente, todos sus componentes electrónicos se había derretido.
La Era de los Muertos
Última edición por Segu el Dom Jul 03, 2011 3:07 am, editado 1 vez
La Era de los Muertos - Capítulo 1.1
La lengua del océano es un concepto imaginario, una imagen que representa el abismo que existe entre las Islas Marianas, Filipinas, China y Japón. Con una profundidad estimada de 11 mil metros, esta sima marina ostenta el record de ser la fosa más profunda del planeta, y también de ser uno de los puntos más misteriosos que se conocen, por detrás del triángulo de las Bermudas, aunque considerando su profundidad, sería muy complicado poder encontrar los restos de las desapariciones que han producido en estas aguas.
Pero no todo son misterios y rumores, esta zona siempre ha ofrecido a la comunidad científica enormes posibilidades para la investigación acerca del origen de la Tierra, el descubrimiento de nuevas especies y la posibilidad de experimentar con inventos mecánicos de última generación las terribles presiones que se dan en este precipicio marino y que se pueden extrapolar a la exploración espacial.
Takeshi, es japonés, trabaja como investigador para una gran empresa farmacéutica con sede en Japón. Desde que era pequeño, siempre le han fascinado los minerales, fue su abuelo quien le enseñó a buscarlos y observarlos, a creer en sus propiedades curativas y espirituales. Luego, cuando se hizo mayor, también comprendió que los minerales tienen otras muchas aplicaciones.
Era un Lunes por la mañana, muy temprano y Takeshi, junto con dos de sus colaboradores más cercanos volvían a Japón después de pasar una semana en aguas filipinas, justo encima de la Fosa de las Marianas, en una misión de exploración e investigación del lecho marino. En concreto, debían recabar todo la información posible acerca de aquel punto del océano. La temperatura de sus aguas, su composición, la composición de su lecho y el cartografiado por guía laser de todo el perímetro que pudiesen. Era una misión conjunta con otros científicos de 5 países.
Takeshi, ahora rumbo a Japón, está en su camarote, recostado en su cama y mirando hacia el ojo de buey, recuerda con nitidez lo que sucedió el tercer día de investigaciones. Cierra los ojos para poder visualizar mentalmente lo ocurrido y acabar de asimilarlo.
El gran Ojo de Halcón, que era así como le llamaban al batiscafo de fabricación conjunta Chino – Japonés, fundamentalmente, la máquina más potente jamás inventada para la exploración de las profundidades marinas, ya se encontraba a unos 8 mil metros de profundidad. Iba descendiendo por borde de una gran pared que se perdía en la profundidad y el resto del océano, de esta forma podía ir recogiendo muestras de minerales y también realizando fotografías y grabaciones de la pared, lo que podría arrojar datos sobre su antigüedad y la exposición a las grandes presiones.
Takeshi, estaba comentando con sus colegas, como parte de las imágenes que le iba retransmitiendo Ojo de Halcón; se correspondían en su mayor parte con rocas de origen volcánico y lo mucho que le gustaría encontrar algún hallazgo interesante, sobre todo para la generación de nuevos productos farmacéuticos hasta la fecha desconocidos. De vez en cuando podían ver algún que otro tipo de calamar aun no clasificado, peces abisales de tamaño diminuto, pero fundamentalmente, lo que se percibía era la gran oscuridad del mar, una soledad que por veces les hacía encoger el corazón.
Takeshi se quedó un rato más en el camarote científico mientras el resto preparaban la cubierta para el izado del batiscafo, habían decidido que al día siguiente realizarían el descenso completo a los 11 mil metros.
Mientras el resto se afanaba por despejar la cubierta, Takeshi, se encendió un cigarrillo y se reclinó en su silla, mirando las imágenes de las rocas que retransmitía Ojo de Halcón. Pero hubo algo que lo sobresaltó, un ruido que al principio le pareció cosa del mecanismo de la cámara de grabación, pero que luego parecía como si algo estuviese arañando la superficie de acero y titanio del sumergible. Estaba absorto en el ruido, cuando pudo ver, en apenas tres segundos una escena que lo dejó petrificado:
La videocámara enfocó lo que parecía una mano, pero que en lo rápido de la secuencia, solo pudo apreciar como apenas quedaba carne que recubriese sus huesos, las de las falanges colgaban pequeños pingajos de piel putrefacta y le faltaban dos dedos. Tenía un color blanco apagado, y los restos de algo que parecían pequeñas venas flotaban según el movimiento de la corriente marina y en ese momento, pasó lo más increíble, la mano se movió, y agarró férreamente la base de la antena de radio. En ese momento, una luz iluminó toda la pantalla del ordenador y justo antes de producirse un ruido sordo, se hizo la oscuridad total. El ordenador de Takeshi, se había apagado y pronto un olor a quemado inundó toda la habitación.
Para cuando salió a la cubierta, Ojo de Halcón salía del mar. Solo pensaba en lo que había visto, y que pudo ser todo fruto del cansancio y la imaginación.
Aparentemente no había ningún cuerpo ni extremidad agarrada al batiscafo, y cuando parecía que todo estaba en orden y solo había sido una alucinación, uno de los científicos chinos, se maldecía y vociferaba gritando que todo el circuito cerrado de grabación había quedado inservible, no funcionaba nada. Aquello, hizo que el corazón de Takeshi empezase a latir más y más deprisa, se acercó corriendo a Ojo de Halcón y pudo comprobar con horror, como en uno de los laterales forrados con fibra de vidrio habían quedado unas marcas que parecían, sin lugar a dudas, unos arañazos realizados por algo muy fuerte. Ese algo, él sabía lo que era, lo acababa de ver en su ordenador 20 minutos antes.
Pero no todo son misterios y rumores, esta zona siempre ha ofrecido a la comunidad científica enormes posibilidades para la investigación acerca del origen de la Tierra, el descubrimiento de nuevas especies y la posibilidad de experimentar con inventos mecánicos de última generación las terribles presiones que se dan en este precipicio marino y que se pueden extrapolar a la exploración espacial.
Takeshi, es japonés, trabaja como investigador para una gran empresa farmacéutica con sede en Japón. Desde que era pequeño, siempre le han fascinado los minerales, fue su abuelo quien le enseñó a buscarlos y observarlos, a creer en sus propiedades curativas y espirituales. Luego, cuando se hizo mayor, también comprendió que los minerales tienen otras muchas aplicaciones.
Era un Lunes por la mañana, muy temprano y Takeshi, junto con dos de sus colaboradores más cercanos volvían a Japón después de pasar una semana en aguas filipinas, justo encima de la Fosa de las Marianas, en una misión de exploración e investigación del lecho marino. En concreto, debían recabar todo la información posible acerca de aquel punto del océano. La temperatura de sus aguas, su composición, la composición de su lecho y el cartografiado por guía laser de todo el perímetro que pudiesen. Era una misión conjunta con otros científicos de 5 países.
Takeshi, ahora rumbo a Japón, está en su camarote, recostado en su cama y mirando hacia el ojo de buey, recuerda con nitidez lo que sucedió el tercer día de investigaciones. Cierra los ojos para poder visualizar mentalmente lo ocurrido y acabar de asimilarlo.
El gran Ojo de Halcón, que era así como le llamaban al batiscafo de fabricación conjunta Chino – Japonés, fundamentalmente, la máquina más potente jamás inventada para la exploración de las profundidades marinas, ya se encontraba a unos 8 mil metros de profundidad. Iba descendiendo por borde de una gran pared que se perdía en la profundidad y el resto del océano, de esta forma podía ir recogiendo muestras de minerales y también realizando fotografías y grabaciones de la pared, lo que podría arrojar datos sobre su antigüedad y la exposición a las grandes presiones.
Takeshi, estaba comentando con sus colegas, como parte de las imágenes que le iba retransmitiendo Ojo de Halcón; se correspondían en su mayor parte con rocas de origen volcánico y lo mucho que le gustaría encontrar algún hallazgo interesante, sobre todo para la generación de nuevos productos farmacéuticos hasta la fecha desconocidos. De vez en cuando podían ver algún que otro tipo de calamar aun no clasificado, peces abisales de tamaño diminuto, pero fundamentalmente, lo que se percibía era la gran oscuridad del mar, una soledad que por veces les hacía encoger el corazón.
Takeshi se quedó un rato más en el camarote científico mientras el resto preparaban la cubierta para el izado del batiscafo, habían decidido que al día siguiente realizarían el descenso completo a los 11 mil metros.
Mientras el resto se afanaba por despejar la cubierta, Takeshi, se encendió un cigarrillo y se reclinó en su silla, mirando las imágenes de las rocas que retransmitía Ojo de Halcón. Pero hubo algo que lo sobresaltó, un ruido que al principio le pareció cosa del mecanismo de la cámara de grabación, pero que luego parecía como si algo estuviese arañando la superficie de acero y titanio del sumergible. Estaba absorto en el ruido, cuando pudo ver, en apenas tres segundos una escena que lo dejó petrificado:
La videocámara enfocó lo que parecía una mano, pero que en lo rápido de la secuencia, solo pudo apreciar como apenas quedaba carne que recubriese sus huesos, las de las falanges colgaban pequeños pingajos de piel putrefacta y le faltaban dos dedos. Tenía un color blanco apagado, y los restos de algo que parecían pequeñas venas flotaban según el movimiento de la corriente marina y en ese momento, pasó lo más increíble, la mano se movió, y agarró férreamente la base de la antena de radio. En ese momento, una luz iluminó toda la pantalla del ordenador y justo antes de producirse un ruido sordo, se hizo la oscuridad total. El ordenador de Takeshi, se había apagado y pronto un olor a quemado inundó toda la habitación.
Para cuando salió a la cubierta, Ojo de Halcón salía del mar. Solo pensaba en lo que había visto, y que pudo ser todo fruto del cansancio y la imaginación.
Aparentemente no había ningún cuerpo ni extremidad agarrada al batiscafo, y cuando parecía que todo estaba en orden y solo había sido una alucinación, uno de los científicos chinos, se maldecía y vociferaba gritando que todo el circuito cerrado de grabación había quedado inservible, no funcionaba nada. Aquello, hizo que el corazón de Takeshi empezase a latir más y más deprisa, se acercó corriendo a Ojo de Halcón y pudo comprobar con horror, como en uno de los laterales forrados con fibra de vidrio habían quedado unas marcas que parecían, sin lugar a dudas, unos arañazos realizados por algo muy fuerte. Ese algo, él sabía lo que era, lo acababa de ver en su ordenador 20 minutos antes.
Proximo capítulo. En la Base Vostok, en la Antártida.
Hola compañeros de refugio;
Casi está listo el próximo capítulo de la Era de los Muertos. Mañana por noche, nuevo capítulo. Esta vez los extraños avistamientos llegan a la Antártida, en la Estación científica rusa Vostok. Bueno, más que un avistamiento será el primer encuentro con algo "no muerto".
Esto es el comienzo, una serie de avistamientos misteriosos y luces que al principio, como habéis leido, se producen solos pero que poco a poco van acompañados de algo mucho más inquietante, frío e implacable. La muerte empezará a caminar entre los vivos.
Casi está listo el próximo capítulo de la Era de los Muertos. Mañana por noche, nuevo capítulo. Esta vez los extraños avistamientos llegan a la Antártida, en la Estación científica rusa Vostok. Bueno, más que un avistamiento será el primer encuentro con algo "no muerto".
Esto es el comienzo, una serie de avistamientos misteriosos y luces que al principio, como habéis leido, se producen solos pero que poco a poco van acompañados de algo mucho más inquietante, frío e implacable. La muerte empezará a caminar entre los vivos.
La Era de los Muertos - Capítulo 1.2
La Antártica, el gran continente helado del cono sur terrestre. Una enorme masa de hielo totalmente apartada del resto del planeta, con temperaturas gélidas que se funden con la blancura del paisaje, lleno de montañas y llanuras a lo largo del horizonte. La presencia humana se resume en las diferentes bases científicas que han establecido allí los países del Tratado Ártico, dependiendo de la estación, algunas permanecen sin personal, cerradas y esperando que las condiciones climatológicas sean las propicias.
Pero la base Rusa Vostok permanece todo el año activa, nadie sabe con certeza a que se dedican los científicos y personal que trabaja allí, oficialmente estudian los efectos de los gases invernadero en el agujero de ozono y su incidencia en la Antártida. Grisha se levantó aquella mañana muy despacio, la noche había sido dura, y el frío intenso le había afectado en los pies. Había estado casi toda la madrugada realizando la autopsia de un extraño ser con el que se encontró la noche anterior. Estos fueron los hechos:
Llevaban dos días escuchando como los perros que tenían en la base ladraban como locos e incluso, se alteraban tanto que entre ellos se peleaban. Al principio pensaron que se podía deber a la actividad de los lobos marinos y las focas cazando y moviéndose por el hielo, pero no cuadraba, las focas también estaban de día y los perros permanecía tranquilos.
Grisha, era un científico, pero no se dedicaba al estudio del agujero de ozono, su estudios eran catalogados como de máximo secreto y de nivel 1, tan solo algunos de sus colaboradores más cercanos sabían a que se dedicaba de forma global. Siendo poco rigurosos, sus estudios estaban centrados en an la criogénesis, o la posibilidad de conservar al ser humano congelado durante cientos de años. Aquel entorno gélido donde se encontraba era justo lo que necesitaba.
Sus investigaciones estaban muy avanzadas, había conseguido desarrollar un suero experimental para la conservación de tejidos blandos, su mayor reto, pero aun tenía por delante todas esas clases de tejidos y sus características para que el sueño se hiciese realidad, entre ellas, el poder conservar de forma viable un cerebro humano. Esto sería, como solía decir, "besar la inmortalidad".
Las noches que el tocaba estar de guardia solía salir de la base y visitar las instalaciones de los perros, ellos le daban tranquilidad y compañía. La noche anterior, como iba contando, Grisha había ido a ver a los perros, estaban intranquilos, nervios y con los pelos erizados. No supo que pasaba, pero flotaba algo raro en el ambiente, era extraño, no se daba cuenta de los que era, hasta que se relacionó el olor que estaba percibiendo con sus primeros estudios de medicina en la facultad, cuando tenían en frente material biológico para hacer disecciones y en muchos casos el material estaba deteriorado, en una palabra, podrido.
No le dio importancia, porque ese olor perfectamente podría alterar a los perros y tratarse de un animal muerto en las cercanías. Como ya llevaba tiempo haciendo la guardia, se fue a buscar un poco de café y vodka.
- "Hay que calentar el espíritu"- se decía a sí mismo camino a la cocina, - en un rato volveré a haceros una visita - le decía a los perros.
Fueron tan solo 30 minutos y cuando regresó a las jaulas, percibió como el hedor era mucho más intenso, casi le dieron arcadas e instintivamente se tapó la nariz. Escuchó un ruido, como de pisadas, era cerca de la alambrada. Cogió la linterna y se acercó a ver que estaba pasando, aquello era muy extraño. Cuando estaba a dos metros del alambre vio una silueta, parecía un hombre pero la oscuridad no le dejaba ver bien, decidió utilizar la linterna y luego preguntar.
Lo que vio cuando iluminó fue a un hombre, era muy alto, vestía uniforme militar ruso y su andar era tosco, pesado y sin coordinación alguna. Al principio pensó que alguna visita militar habría tenido un accidente en algún lugar cercano y era uno de los supervivientes, que actuaba así por las heridas y la congelación. Pero no podía ser, el hedor era insoportable y no cuando vio que el traje militar que portaba era el uniforme militar común de los años cincuenta y que llevaba una mascara de gas supo que algo marchaba mal.
- Hola, ¿Quién es usted?, ¿Qué le ha sucedido?, se encuentra bien, quítese la máscara para que pueda verle la cara. - Gritó mientras llamaba con el walkie al resto de compañeros.
Aquel personaje no dijo nada, simplemente siguió caminando con torpeza y esfuerzo por llegar a la valla. Grisha, dudando de sí mismo, decidió ayudarle. Obviamente, aquel olor podía deberse a multitud de circunstancias y parecía que necesitaba ayuda urgentemente.
- Espera, no te muevas, te ayudaré - le gritó Grisha mientras abría la verja y se apresuraba a su encuentro.
Cuando estaba a su altura, le enfocó a la cara, la máscara cubría casi todo su rostro, pero dejaba ver algunas partes de la cara y la cabeza. Eso fue lo que estremeció a Grisha. La barbilla de aquel ser ya no era tal, ahora en su lugar asomaba hueso con pedazos de carne putrefacta colgando tenía una sola oreja, carcomida por el hielo y las bacterias y su voz era un gemido ronco.
Fue cuestión de un segundo, el ser se le abalanzó, intentaba desprenderse de la máscara de gas al tiempo que le agarraba por el brazo. Era como si quisiese morderle pero no podía. Grisha se dio cuenta que sus manos estaban descompuestas cuando al intentar despegarlas de su brazo la carne se le deshizo entre los dedos. Pero el ser seguía infatigable peleando por tirarlo al suelo y en un momento del forcejeo la máscara se desprendió y Grisha conoció de cerca lo que era el horror.
Aquello era un cadáver, una masa de pus y piel que estaba en pie e intentaba morderle. El corazón de Grisha latía tan deprisa que sentía dolor cuando respiraba, se fatigaba por momentos y aquel ser permanecía invatible. Cuando pensaba que las fuerzas le iban a abandonaban y que iba a quedar a merced de aquella boca de color ocre de donde salía una asquerosa baba grisácea. Fue entonces cuando el culatazo de uno de sus compañeros o mejor dicho guardaespaldas del ejército que vivía en la base, le reventó el cráneo de un culatazo.
Vladimir no tenía miramientos ni demasiados prejuicios para matar a una persona; ya lo había hecho muchas veces en la guerra de Chechenia y con aquello no tenía ni para empezar. Vladi era extremadamente cruel.
Grisha se incorporó con dificultad, estaba estenuado y tenía miedo, lo que había visto aun no lo entendía. Solo pensaba en llevar al laboratorio lo que quedaba de aquel ser y hacer un estudio preliminar que le ayudase a comprender que era aquello que le había atacado.
Antes de dejar la superficie y bajar a la tercera planta; Grisha pudo ver en el horizonte una enorme luz que se sumergía en el océano helado mientras rompía las enormes placas de hielo que cubrían la superficie.
LA ERA DE LOS MUERTOS - CAPÍTULO 1.3
EN ALGÚN LUGAR DE LA SELVA, CERCA DE SAUT d´EAU, A UNOS 150KM DE HAITÍ
Bajo la los enormes árboles de la jungla y con mucha paciencia con los mosquitos, se movía René. Llevaba consigo una gran mochila, un machete e iba fumando un cigarro puro; las expediciones en la selva siempre eran duras e insalubres. A pesar de ser haitiano; se había criado en la ciudad y había estudiado en Francia durante muchos años hasta conseguir la especialidad en farmacia. Aquella expedición a la selva significaba lo mismo que para un expoliador de tesoros encontrar un galeón español hundido con una gran carga de oro.
René estaba estudiando una fórmula química capaz de ayudar a paliar los efectos del Alzeimer; aquella enfermedad era su talón de Aquiles y últimamente su razón de existir. La idea que de que los recuerdos se borrasen significaba para él la peor de las condenas, la caída en el abismo de la nada. Por ello, la compañía para la que trabajaba había puesto en él muchas expectativas y un buen puñado de millones de dólares.
El destino de la misión era buscar varias plantas de la familia de las orquídeas para sintetizar sus aceites esenciales y principios activos con la esperanza de que pudiesen producir algún efecto en las primeras fases de la enfermedad. Sin embargo, René tenía otra misión a título personal, y era encontrarse en la aldea de Saut d´Eau con un conocido bocor para conseguir unas muestras del misterioso y letal polvo zombie; creía que algunos componentes podrían ser le muy útiles. Su contacto le dijo que además el brujo le haría una demostración con un ser humano, y eso, aunque no era muy ético ni legal, también le interesaba observarlo.
René caminaba por la selva con dos porteadores y un guía, eran gente tranquila y alegre, algo que a René no le gustaba nada, su carácter arisco y reservado siempre le había caracterizado por ser hombre de pocas palabras y menos emociones.
- Bueno señor, hemos llegado al claro del bosque que habíamos pintado en el mapa. Ya es tarde y lo mejor sería acampar esta noche por aquí. - Le dijo el guía a René.
Con un gesto tranquilo pero sin decir nada, René dejó caer su mochila y se sentó sobre ella a acabar de fumar su puro. Luego se levantó y empezó a montar su tienda de campaña. No era una tarea sencilla, la tienda no podía tocar el suelo directamente, debía estar a cierta altura por culpa de serpientes y demás insectos, le llevaría por lo menos un par de horas acabar.
El sonido de la selva por la noche es como un cuadro impresionista, solo que son los los cantos de los insectos los que desvelan la mente de un hombre. La imaginación no para de moverse y las imágenes se funden con lo inconsciente. Pero aquel extraño zumbido no le encajaba a René con los insectos o los animales. Era como si algo enorme se arrastrase por las copas de los árboles, su imaginación le llevó a recordar el pasaje de "Los Mitos de Cthulhu" de H.P. Lovecraft, narrando la existencia de criaturas de otro espacio-tiempo de enormes dimensiones que habitaban en los bosques, el mar o el aire.
Presa de la curiosidad se levantó y fue hacía el centro del claro del bosque; al principio no vio nada, pero cuando agudizó su vista hacia las copas lejanas de unos árboles que se iluminaban con una impresionante luna, pudo ver un objeto totalmente oscuro, que no reflejaba la luz, parecía ser de la misma materia que la oscura que los agujeros negros. Era enorme y se dirigía a bastante velocidad hacía unas luces que se veían a lo lejos. Recordó que en aquella dirección se encontraba el pueblo del bocor con el que había acordado encontrarse al día siguiente.
Pudo ver como aquel objeto se posicionaba encima de la aldea y al cabo de unos instantes un haz de luz de una gran intensidad salió de su interior y llegó hasta el suelo. Fue muy breve, y al cabo de unos segundos cesó y el objeto se esfumó en la oscuridad de la noche.
Al día siguiente, y pensando en lo que había visto, llegó a la conclusión que se debía tratar de algún tipo de aeronave espía norteamericana haciendo maniobras o cualquier clase de prueba. En su mente racional, decidió no darle ninguna importancia, tan solo pensaba en conseguir una muestra del polvo zombie.
Llegaron a la aldea a eso de las once de la mañana; había animales correteando por todas partes, cerdos, gallinas y algún que otro carnero. En las cabañas podía intuir gente que les estaba mirando pero no salían a recibirles, era una sensación muy incómoda, pero tenía que mantener la compostura si quería conseguir su objetivo.
A los pocos minutos, apareció en el centro de la calle un anciano, muy viejo y con toda la pinta de tratarse del bocor con el que tenía que verse.
- ¿Eres René? - Dijo el bocor con voz fuerte y mirándole a los ojos intentando escrutar sus intenciones.
- Sí, hemos tardado un poco más de lo esperado, pero ya estamos aquí. - Dijo René, nervioso, pero desafiante.
- Bien, tienes que venir conmigo. Tus acompañantes deben esperar. - señaló el brujo hacia una cabaña próxima.
René siguió al bocor, no sabía su nombre pero tampoco le importaba y desde luego tampoco se lo había dicho. El calor era insoportable y el sudor recorría su espalda empapando toda la camisa. Un enjambre de moscas se movía rabiosamente encima de una ciénaga de aguas fecales y algunos niños ya salían de sus escondites corriendo y con ganas de hacer ruido y jugar.
En la cabaña, René entró detrás del brujo. Todo estaba en penumbra, los rayos del sol traspasaban las aberturas de las hojas secas de palma. Pudo ver en aquel pequeño habitáculo restos de los que parecían huesos machacados, varios sapos disecados pero que carecían de piel y un ejemplar de pez globo que parecía recién pescado.
El bocor cogió una bolsa echa de materia vegetal y se la entregó a René. Y le dijo:
- Esto es nuestro polvo mágico, si fuese un brujo que hace el mal, en estos momentos estarías en mi poder. Nuestra leyenda es nuestro castigo, hay muchos jóvenes que acaban sufriendo los efectos de este veneno y nuestro pueblo está padeciendo desde hace mucho tiempo estas prácticas. Hay brujos malvados en aldeas vecinas que se dedican a esclavizar a los nuestros. La demostración que te iba a hacer, no es sino enseñarte el estado de algunos de estos chicos. Ahora ven conmigo y te los mostraré, están todos juntos en un cercado cerca del cementerio; allí es de donde los hemos ido recuperando cuando intuíamos que era un caso de zombificación. - el bocor hablaba en voz entrecortada, sabía que la entrega del polvo zombie no sería del agrado de sus colegas de profesión y su vida podría correr peligro.
- Quiero verlos, necesito saber cual es su estado real y que daños cerebrales pueden tener. - Dijo René sin indicar pena ni otro sentimiento que fuese lo estrictamente racional.
Camino de la cerca, René se fijó en que el suelo parecía estar como abrasado por "algo", pero no sabía que lo que era. La hierba parecía como si se hubiese marchitado pero sorprendentemente no estaba estaba muerta, al contrario parecía extrañamente viva.
- ¿Qué ha pasado aquí?, el color de esta hierba y de los árboles es muy raro. Parece que la zona ha sido arrasada por algo. - Preguntó al bocor mientras sentía en el ambiente una sensación de pesadez y de repulsión.
- Ayer por la noche, una gran luz del cielo descargó un rayo encima de nuestro cementerio. Yo lo pude ver y aunque algunos creen que puede ser obra de las tormentas, yo creo que han sido los dioses, descontentos con nuestro modo de vida, con nuestro afán por destruir y acabar con todo.- El bocor miraba al cielo con expresión de temor y culpabilidad.
Aquellos hombres que se enseñó el brujo, parecían autómatas, estaban totalmente rígidos, no hablaban ni se comunicaban entre ellos. Se acercó a uno muy joven y pudo darse cuenta de que su visión no era buena, no estaba ciego pero parecía que su cerebro no podía interpretar correctamente lo que estaba pasado. Las lesiones que tenían aquellas personas en su sistema nervioso era terribles, simples autómatas que se movían repitiendo las mismas acciones una y otra vez.
- Ese es mi hijo, dijo el bocor. - usted debe encontrar una cura a su estado, debe sacarlo de su maldición, estudie el polvo y sálvelo. Señaló a un joven que parecía un poco más espabilado que sus compañeros.
Pero cuando René iba a responderle, vio como salía un ser espantoso detrás de unos arbustos del cementerio. Su aspecto era asqueroso, estaba hinchado y lleno de gusanos blancos que horadaban su carne muerta y negra. Iba con la boca abierta y se dirigía hacía los chicos zombificados. Lo que ocurrió fue como ver una película de cine gore, fue una pesadilla.
Se abalanzó encima de un joven de casi dos metros y le mordió en la mano arrancándole dos dedos de un bocado. El joven no dijo nada, solo miraba fijamente como aquel ser se lo estaba comiendo vivo. Cuando consiguió tumbarlo en el suelo hundió sus manos en su vientre reventando la piel y músculos hasta que una masa de tripas azuladas y sangre brotaron con fuerza.
René cogió entonces su rifle y apuntándole al pecho disparó a aquel ser. La bala lo perforó como un saco lleno de barro, pero no lo derribó, siguió con su cabeza dentro de la barriga de aquel desgraciado comiendo sus entrañas.
El bocor entró en pánico y fue a por su hijo mientras en la aldea se armó un gran revuelo y todo el mundo empezó a huir hacia la selva. Del cementerio empezaron a aparecer decenas de aquellos seres que se afanaban en alcanzar a cualquiera que estuviese a su alcance. René recordó el objeto oscuro y extraño rayo que ahora sabía con certeza donde había caído.
Antes de escapar de allí, disparó de nuevo al primer ser, esta vez le apuntó a la sien, disparó y la mitad de su cráneo voló por los aires. En ese momento dejó de atacar y se derrumbó. René grabó bien aquella acción en su mente. Luego se perdió en la selva dejando atrás aquel infierno.
Bajo la los enormes árboles de la jungla y con mucha paciencia con los mosquitos, se movía René. Llevaba consigo una gran mochila, un machete e iba fumando un cigarro puro; las expediciones en la selva siempre eran duras e insalubres. A pesar de ser haitiano; se había criado en la ciudad y había estudiado en Francia durante muchos años hasta conseguir la especialidad en farmacia. Aquella expedición a la selva significaba lo mismo que para un expoliador de tesoros encontrar un galeón español hundido con una gran carga de oro.
René estaba estudiando una fórmula química capaz de ayudar a paliar los efectos del Alzeimer; aquella enfermedad era su talón de Aquiles y últimamente su razón de existir. La idea que de que los recuerdos se borrasen significaba para él la peor de las condenas, la caída en el abismo de la nada. Por ello, la compañía para la que trabajaba había puesto en él muchas expectativas y un buen puñado de millones de dólares.
El destino de la misión era buscar varias plantas de la familia de las orquídeas para sintetizar sus aceites esenciales y principios activos con la esperanza de que pudiesen producir algún efecto en las primeras fases de la enfermedad. Sin embargo, René tenía otra misión a título personal, y era encontrarse en la aldea de Saut d´Eau con un conocido bocor para conseguir unas muestras del misterioso y letal polvo zombie; creía que algunos componentes podrían ser le muy útiles. Su contacto le dijo que además el brujo le haría una demostración con un ser humano, y eso, aunque no era muy ético ni legal, también le interesaba observarlo.
René caminaba por la selva con dos porteadores y un guía, eran gente tranquila y alegre, algo que a René no le gustaba nada, su carácter arisco y reservado siempre le había caracterizado por ser hombre de pocas palabras y menos emociones.
- Bueno señor, hemos llegado al claro del bosque que habíamos pintado en el mapa. Ya es tarde y lo mejor sería acampar esta noche por aquí. - Le dijo el guía a René.
Con un gesto tranquilo pero sin decir nada, René dejó caer su mochila y se sentó sobre ella a acabar de fumar su puro. Luego se levantó y empezó a montar su tienda de campaña. No era una tarea sencilla, la tienda no podía tocar el suelo directamente, debía estar a cierta altura por culpa de serpientes y demás insectos, le llevaría por lo menos un par de horas acabar.
El sonido de la selva por la noche es como un cuadro impresionista, solo que son los los cantos de los insectos los que desvelan la mente de un hombre. La imaginación no para de moverse y las imágenes se funden con lo inconsciente. Pero aquel extraño zumbido no le encajaba a René con los insectos o los animales. Era como si algo enorme se arrastrase por las copas de los árboles, su imaginación le llevó a recordar el pasaje de "Los Mitos de Cthulhu" de H.P. Lovecraft, narrando la existencia de criaturas de otro espacio-tiempo de enormes dimensiones que habitaban en los bosques, el mar o el aire.
Presa de la curiosidad se levantó y fue hacía el centro del claro del bosque; al principio no vio nada, pero cuando agudizó su vista hacia las copas lejanas de unos árboles que se iluminaban con una impresionante luna, pudo ver un objeto totalmente oscuro, que no reflejaba la luz, parecía ser de la misma materia que la oscura que los agujeros negros. Era enorme y se dirigía a bastante velocidad hacía unas luces que se veían a lo lejos. Recordó que en aquella dirección se encontraba el pueblo del bocor con el que había acordado encontrarse al día siguiente.
Pudo ver como aquel objeto se posicionaba encima de la aldea y al cabo de unos instantes un haz de luz de una gran intensidad salió de su interior y llegó hasta el suelo. Fue muy breve, y al cabo de unos segundos cesó y el objeto se esfumó en la oscuridad de la noche.
Al día siguiente, y pensando en lo que había visto, llegó a la conclusión que se debía tratar de algún tipo de aeronave espía norteamericana haciendo maniobras o cualquier clase de prueba. En su mente racional, decidió no darle ninguna importancia, tan solo pensaba en conseguir una muestra del polvo zombie.
Llegaron a la aldea a eso de las once de la mañana; había animales correteando por todas partes, cerdos, gallinas y algún que otro carnero. En las cabañas podía intuir gente que les estaba mirando pero no salían a recibirles, era una sensación muy incómoda, pero tenía que mantener la compostura si quería conseguir su objetivo.
A los pocos minutos, apareció en el centro de la calle un anciano, muy viejo y con toda la pinta de tratarse del bocor con el que tenía que verse.
- ¿Eres René? - Dijo el bocor con voz fuerte y mirándole a los ojos intentando escrutar sus intenciones.
- Sí, hemos tardado un poco más de lo esperado, pero ya estamos aquí. - Dijo René, nervioso, pero desafiante.
- Bien, tienes que venir conmigo. Tus acompañantes deben esperar. - señaló el brujo hacia una cabaña próxima.
René siguió al bocor, no sabía su nombre pero tampoco le importaba y desde luego tampoco se lo había dicho. El calor era insoportable y el sudor recorría su espalda empapando toda la camisa. Un enjambre de moscas se movía rabiosamente encima de una ciénaga de aguas fecales y algunos niños ya salían de sus escondites corriendo y con ganas de hacer ruido y jugar.
En la cabaña, René entró detrás del brujo. Todo estaba en penumbra, los rayos del sol traspasaban las aberturas de las hojas secas de palma. Pudo ver en aquel pequeño habitáculo restos de los que parecían huesos machacados, varios sapos disecados pero que carecían de piel y un ejemplar de pez globo que parecía recién pescado.
El bocor cogió una bolsa echa de materia vegetal y se la entregó a René. Y le dijo:
- Esto es nuestro polvo mágico, si fuese un brujo que hace el mal, en estos momentos estarías en mi poder. Nuestra leyenda es nuestro castigo, hay muchos jóvenes que acaban sufriendo los efectos de este veneno y nuestro pueblo está padeciendo desde hace mucho tiempo estas prácticas. Hay brujos malvados en aldeas vecinas que se dedican a esclavizar a los nuestros. La demostración que te iba a hacer, no es sino enseñarte el estado de algunos de estos chicos. Ahora ven conmigo y te los mostraré, están todos juntos en un cercado cerca del cementerio; allí es de donde los hemos ido recuperando cuando intuíamos que era un caso de zombificación. - el bocor hablaba en voz entrecortada, sabía que la entrega del polvo zombie no sería del agrado de sus colegas de profesión y su vida podría correr peligro.
- Quiero verlos, necesito saber cual es su estado real y que daños cerebrales pueden tener. - Dijo René sin indicar pena ni otro sentimiento que fuese lo estrictamente racional.
Camino de la cerca, René se fijó en que el suelo parecía estar como abrasado por "algo", pero no sabía que lo que era. La hierba parecía como si se hubiese marchitado pero sorprendentemente no estaba estaba muerta, al contrario parecía extrañamente viva.
- ¿Qué ha pasado aquí?, el color de esta hierba y de los árboles es muy raro. Parece que la zona ha sido arrasada por algo. - Preguntó al bocor mientras sentía en el ambiente una sensación de pesadez y de repulsión.
- Ayer por la noche, una gran luz del cielo descargó un rayo encima de nuestro cementerio. Yo lo pude ver y aunque algunos creen que puede ser obra de las tormentas, yo creo que han sido los dioses, descontentos con nuestro modo de vida, con nuestro afán por destruir y acabar con todo.- El bocor miraba al cielo con expresión de temor y culpabilidad.
Aquellos hombres que se enseñó el brujo, parecían autómatas, estaban totalmente rígidos, no hablaban ni se comunicaban entre ellos. Se acercó a uno muy joven y pudo darse cuenta de que su visión no era buena, no estaba ciego pero parecía que su cerebro no podía interpretar correctamente lo que estaba pasado. Las lesiones que tenían aquellas personas en su sistema nervioso era terribles, simples autómatas que se movían repitiendo las mismas acciones una y otra vez.
- Ese es mi hijo, dijo el bocor. - usted debe encontrar una cura a su estado, debe sacarlo de su maldición, estudie el polvo y sálvelo. Señaló a un joven que parecía un poco más espabilado que sus compañeros.
Pero cuando René iba a responderle, vio como salía un ser espantoso detrás de unos arbustos del cementerio. Su aspecto era asqueroso, estaba hinchado y lleno de gusanos blancos que horadaban su carne muerta y negra. Iba con la boca abierta y se dirigía hacía los chicos zombificados. Lo que ocurrió fue como ver una película de cine gore, fue una pesadilla.
Se abalanzó encima de un joven de casi dos metros y le mordió en la mano arrancándole dos dedos de un bocado. El joven no dijo nada, solo miraba fijamente como aquel ser se lo estaba comiendo vivo. Cuando consiguió tumbarlo en el suelo hundió sus manos en su vientre reventando la piel y músculos hasta que una masa de tripas azuladas y sangre brotaron con fuerza.
René cogió entonces su rifle y apuntándole al pecho disparó a aquel ser. La bala lo perforó como un saco lleno de barro, pero no lo derribó, siguió con su cabeza dentro de la barriga de aquel desgraciado comiendo sus entrañas.
El bocor entró en pánico y fue a por su hijo mientras en la aldea se armó un gran revuelo y todo el mundo empezó a huir hacia la selva. Del cementerio empezaron a aparecer decenas de aquellos seres que se afanaban en alcanzar a cualquiera que estuviese a su alcance. René recordó el objeto oscuro y extraño rayo que ahora sabía con certeza donde había caído.
Antes de escapar de allí, disparó de nuevo al primer ser, esta vez le apuntó a la sien, disparó y la mitad de su cráneo voló por los aires. En ese momento dejó de atacar y se derrumbó. René grabó bien aquella acción en su mente. Luego se perdió en la selva dejando atrás aquel infierno.
Un giro al futuro
Estoy preparando el nuevo capítulo; en los próximos días novedades y guiño al futuro; un futuro de apocalipsis y horror.
Ya tengo ganas de ir atando cabos en la historia, definiendo personajes y centrando la acción!!
Ya tengo ganas de ir atando cabos en la historia, definiendo personajes y centrando la acción!!
LA ERA DE LOS MUERTOS - CAPÍTULO 2
EL FUTURO INMEDIATO (SANGRE Y DOLOR)
Diez años después de que los sucesos narrados anteriormente pasasen totalmente desapercibidos para el mundo y para la humanidad, la verdad se asomó a la ventana del ser humano. No tardaron en aparecer en todos los periódicos noticias extrañas, de ataques de seres enloquecidos, de hombres que habían muerto y luego habían vuelto a la vida.
Eran noticias exporádicas que en un primer momento se pensaba que se trataba de diarios sensacionalitas o noticias falsas y poco rigurosas. Nada se sabía de los protagonistas de aquellos episodios ni lo que habían hecho durante esos dos años. Lo que el mundo vivió fue un cambio de su naturaleza y en las leyes universales.
"En cierta forma el ser humano supo lo que era ser una especie en peligro de extinción".
Fueron las luces en el cielo de la noche los primeros signos de que algo extraño empezaba a suceder. Desde remotas aldeas a grandes ciudades, montones de esas extrañas luces se fueron colocando encima de donde existían núcleos de población, en sus centros comerciales, en sus cementerios, en sus universidades e incluso en sus instalaciones del ejército.
"Todo el mundo fue iluminado tan solo unos segundos. Fueron destellos de sangre y huesos, en ese momento no lo podíamos ver, pero el infierno nos dio una caricia en las mejillas.
Nuestra sangre hervió un par de días y luego todo se calmó; los ejércitos y las naciones bajaron el nivel de alerta, ya no fue preciso el estado de sitio, en unas semanas se restablecieron los derechos constitucionales y se verificó que la luz aparentemente no nos había irradiado ningún agente desconocido.
Fue un error creer que estábamos a salvo, que las luces eran un fenómeno cósmico, y sobre todo que no nos habían afectado.
Se adjunta uno de los primeros informes sobre los efectos secundarios tras el "Resplandor".
Informe del Sr. Grisha Teniente General del ejército Ruso con Base en la Antártida y provisionalmente en Moscú, acerca de los Síntomas del Resplandor :
00:00 Horas. En instalaciones de nivel 5 en fase de pruebas con los sujetos recuperados recientemente.
En todos los casos los cuerpos antes de su muerte no presentan signos que evidencien la "enfermedad", es solo al cabo de exactamente 3 horas de su fallecimiento clínico, cuando comienzan manifestar los primeros cambios. A continuación citaré lo más relevante, el resto de la información se reserva en fichero informático a disposición del comité.
1- El cuerpo del sujeto se reanima, es decir, cobra movimiento. Son funciones muy básicas, mueve la cabeza y las extremidades. Puede conservar el equilibrio así como la movilidad en tendones y articulaciones. No tiene pulso, su circulación permanece muerta, sin embargo y a falta de realizar más pruebas parece que es el sistema tanto nervioso como linfático el encargado de los movimientos y del contagio.
2- El ser ataca. Es importante este punto, porque son sus mordiscos o el contacto con sus fluidos los que realizan el contagio entre aquellos a los que consiguen atacar. No sabemos como distinguen a las personas sanas y vivas de aquellos que están en su misma situación.
3- Solo fallecen totalmente cuando se destruye su tálamo, se ha de llegar a la parte más profunda su cerebro. El resto de partes de su organismo son prescindibles, si bien con sus extremidades dañadas o los órganos que le proveen de sus sentidos, pueden ser detenidos. Definitivamente la forma de acabar con ellos es destruyendo su cerebro.
4- Su ataque no persigue el morder o matar sino COMER a las personas que están vivas o moribundas. Es indiferente que no tenga estómago, que carezca de dientes o de ojos, su instinto (sea o no inducido) es el de comer carne humana. Con cualquier otro tipo de animales simplemente no reacciona.
5- Creemos que existe una reacción causa-efecto, entre las luces y lo que sucede con estos especímenes.
Este fue uno de lor primeros informes que se filtraron entre los diferentes gobiernos del planeta. Su privacidad era absoluta, solo los círculos más elevados de los ejércitos sabían parte de lo que estaba pasando. Fue una lástima, nos jodió a todos por sorpresa, y eso mismo hizo que estallase una enorme plaga. Grisha ya lo había vivido años atrás en el hielo y sabía mucho más de lo que estaba dispuesto a contar a su gobierno, más interesado en como propagar el mal que en su cura.
Mientras tanto, algo bajo tierra se empezaba a mover, a romper la madera podrida y carcomida y a asomar su cráneo amarillento. Las necrópolis de todo el mundo volvían a la vida.
Diez años después de que los sucesos narrados anteriormente pasasen totalmente desapercibidos para el mundo y para la humanidad, la verdad se asomó a la ventana del ser humano. No tardaron en aparecer en todos los periódicos noticias extrañas, de ataques de seres enloquecidos, de hombres que habían muerto y luego habían vuelto a la vida.
Eran noticias exporádicas que en un primer momento se pensaba que se trataba de diarios sensacionalitas o noticias falsas y poco rigurosas. Nada se sabía de los protagonistas de aquellos episodios ni lo que habían hecho durante esos dos años. Lo que el mundo vivió fue un cambio de su naturaleza y en las leyes universales.
"En cierta forma el ser humano supo lo que era ser una especie en peligro de extinción".
Fueron las luces en el cielo de la noche los primeros signos de que algo extraño empezaba a suceder. Desde remotas aldeas a grandes ciudades, montones de esas extrañas luces se fueron colocando encima de donde existían núcleos de población, en sus centros comerciales, en sus cementerios, en sus universidades e incluso en sus instalaciones del ejército.
"Todo el mundo fue iluminado tan solo unos segundos. Fueron destellos de sangre y huesos, en ese momento no lo podíamos ver, pero el infierno nos dio una caricia en las mejillas.
Nuestra sangre hervió un par de días y luego todo se calmó; los ejércitos y las naciones bajaron el nivel de alerta, ya no fue preciso el estado de sitio, en unas semanas se restablecieron los derechos constitucionales y se verificó que la luz aparentemente no nos había irradiado ningún agente desconocido.
Fue un error creer que estábamos a salvo, que las luces eran un fenómeno cósmico, y sobre todo que no nos habían afectado.
Se adjunta uno de los primeros informes sobre los efectos secundarios tras el "Resplandor".
Informe del Sr. Grisha Teniente General del ejército Ruso con Base en la Antártida y provisionalmente en Moscú, acerca de los Síntomas del Resplandor :
00:00 Horas. En instalaciones de nivel 5 en fase de pruebas con los sujetos recuperados recientemente.
En todos los casos los cuerpos antes de su muerte no presentan signos que evidencien la "enfermedad", es solo al cabo de exactamente 3 horas de su fallecimiento clínico, cuando comienzan manifestar los primeros cambios. A continuación citaré lo más relevante, el resto de la información se reserva en fichero informático a disposición del comité.
1- El cuerpo del sujeto se reanima, es decir, cobra movimiento. Son funciones muy básicas, mueve la cabeza y las extremidades. Puede conservar el equilibrio así como la movilidad en tendones y articulaciones. No tiene pulso, su circulación permanece muerta, sin embargo y a falta de realizar más pruebas parece que es el sistema tanto nervioso como linfático el encargado de los movimientos y del contagio.
2- El ser ataca. Es importante este punto, porque son sus mordiscos o el contacto con sus fluidos los que realizan el contagio entre aquellos a los que consiguen atacar. No sabemos como distinguen a las personas sanas y vivas de aquellos que están en su misma situación.
3- Solo fallecen totalmente cuando se destruye su tálamo, se ha de llegar a la parte más profunda su cerebro. El resto de partes de su organismo son prescindibles, si bien con sus extremidades dañadas o los órganos que le proveen de sus sentidos, pueden ser detenidos. Definitivamente la forma de acabar con ellos es destruyendo su cerebro.
4- Su ataque no persigue el morder o matar sino COMER a las personas que están vivas o moribundas. Es indiferente que no tenga estómago, que carezca de dientes o de ojos, su instinto (sea o no inducido) es el de comer carne humana. Con cualquier otro tipo de animales simplemente no reacciona.
5- Creemos que existe una reacción causa-efecto, entre las luces y lo que sucede con estos especímenes.
Este fue uno de lor primeros informes que se filtraron entre los diferentes gobiernos del planeta. Su privacidad era absoluta, solo los círculos más elevados de los ejércitos sabían parte de lo que estaba pasando. Fue una lástima, nos jodió a todos por sorpresa, y eso mismo hizo que estallase una enorme plaga. Grisha ya lo había vivido años atrás en el hielo y sabía mucho más de lo que estaba dispuesto a contar a su gobierno, más interesado en como propagar el mal que en su cura.
Mientras tanto, algo bajo tierra se empezaba a mover, a romper la madera podrida y carcomida y a asomar su cráneo amarillento. Las necrópolis de todo el mundo volvían a la vida.
LA ERA DE LOS MUERTOS - CAPÍTULO 2.1
EL FUTURO INMEDIATO (SANGRE Y DOLOR)
En un atrio y ante un selecto público compuesto de varios generales y representantes diplomáticos de algunas de las embajadas más relevantes del mundo. Un hombre ha empezado a exponer una extraña teoría. Unos informes tan importantes como siniestros:
¿Cúal es nuestra conclusión acerca del análisis realizado a las partículas recogidas en el sumergible denominado "Ojo de Halcón"?. Como ustedes conocen la irradiación sucedió hace 10 años, cuando se estaban llevando a cabo estudios sísmicos y geológicos en la fosa abisal "Lengua del Océano".
Hemos conseguido tomar varias muestras recogidas en el metal. Se trata de partículas extrañas, no existen en nuestro planeta idénticas estructuras, o hasta la fecha nunca se han hallado. No sabemos si se trata de un elemento extraterreste o de origen humano.
Podemos extraer varias conclusiones preliminares después de diez años de investigación y que recientemente hemos relacionado con unos extraños sucesos acaecidos en lugares tan dispares como Haití o la Antártida.
Las partículas irradiadas las hemos nombrado como partícula Padre. Su nombre es parte de su definición. Sabemos que solo interactúan con el ser humano, y lo hacen en al menos dos fases, la primera de la cual desconocemos casi la totalidad se produce en el mismo momento en que toma contacto con el cuerpo, ya sea a través de fluidos, por el aire o la piel. La segunda es la actual, donde parte de su núcleo ha sido liberado y tan solo quedan pequeños residuos o restos de cadenas de ADN base, muy parecido al que se encuentra en las células madre.
Por lo que sabemos tienen un componente regenerador muy alto. Hasta la fecha no habíamos visto sus efectos, pero recientemente hemos podido verificar dicha regeneración, que solo se produce en partes determinadas del ser humano, es decir, su sistema nervioso y linfático. Esto mismo nos ha llevado a la conclusión que sea cual sea el origen de la partícula Padre, es artificial y sus efectos se producen una vez que sucede en nuestro cuerpo un hecho elemental y único. Justo cuando se produce la muerte.
Las conclusiones anteriores, se basan en las experiencias recogidas en una zona selvática de Haití y en la base rusa Vostok en la Antártida. En ambos casos se ha dado una regeneración en humanos fallecidos, en cadáveres. En los próximos días tendremos acceso a muestras que les han sido extraídas para colaborar en la investigación.
Podemos afirmar que la regeneración se produce en cadáveres, pero según su estado, tarda más o menos tiempo en producirse, algunos ejemplares fueron "resucitados" hace diez años y acababan de morir, pero recientemente hemos exhumado algunos nichos y se ha verificado que lo que más temíamos que los tejidos y células nerviosas están latentes y su recuperación es exponencial.
Los espécimenes que se han hallado, reaccionan con ferocidad ante ser humano, muestran tendencias caníbales y solo su cuerpo puede transmitir la "enfermedad", dado que los efectos de la partícula Padre solo permiten la transmisión a través del cuerpo del huésped.
Se preguntarán como es posible que hasta la fecha no se hayan producido nuevos avistamientos de personas infectadas o "resucitados", la respuesta es sencilla, se han neutralizado de forma contundente y toda información y testigos silenciada. Sin embargo y esta noticia ha llegado esta misma semana, Estados Unidos ha verificado que se han incrementado los casos de ataques e infecciones de forma alarmante en su territorio, y pensamos que está sucediendo de la misma forma en todo el mundo.
Uno de nuestros astrónomo, el Sr Pau nos ha confirmado, y estamos aun pendientes del resto de opiniones de la comunidad científica, que el recientemente descubierto asteroide "Hades" y que pasará dentro de dos meses muy cerca de la tierra puede que tenga algo que ver con este incremento en el caso de los "resucitados".
Eso es todo. No contestaré preguntas en este momento, tendrán ustedes copia del informe dentro de una hora en sus respectivos correos electrónicos. Mandos de la Otan les informarán de las medidas que se vayan a adoptar para realizar las contramedidas a una posible plaga inicial.
El sr Takeshi, salió del atril y se fue hacia uno de los despachos de la sala. Su cara dejó de ser un espejo de firmeza y confianza, para pasar a mostrar una gran angustia. Solo se repetía una y otra vez:
- Estamos todos muertos, no hay ninguna posibilidad.
En un atrio y ante un selecto público compuesto de varios generales y representantes diplomáticos de algunas de las embajadas más relevantes del mundo. Un hombre ha empezado a exponer una extraña teoría. Unos informes tan importantes como siniestros:
¿Cúal es nuestra conclusión acerca del análisis realizado a las partículas recogidas en el sumergible denominado "Ojo de Halcón"?. Como ustedes conocen la irradiación sucedió hace 10 años, cuando se estaban llevando a cabo estudios sísmicos y geológicos en la fosa abisal "Lengua del Océano".
Hemos conseguido tomar varias muestras recogidas en el metal. Se trata de partículas extrañas, no existen en nuestro planeta idénticas estructuras, o hasta la fecha nunca se han hallado. No sabemos si se trata de un elemento extraterreste o de origen humano.
Podemos extraer varias conclusiones preliminares después de diez años de investigación y que recientemente hemos relacionado con unos extraños sucesos acaecidos en lugares tan dispares como Haití o la Antártida.
Las partículas irradiadas las hemos nombrado como partícula Padre. Su nombre es parte de su definición. Sabemos que solo interactúan con el ser humano, y lo hacen en al menos dos fases, la primera de la cual desconocemos casi la totalidad se produce en el mismo momento en que toma contacto con el cuerpo, ya sea a través de fluidos, por el aire o la piel. La segunda es la actual, donde parte de su núcleo ha sido liberado y tan solo quedan pequeños residuos o restos de cadenas de ADN base, muy parecido al que se encuentra en las células madre.
Por lo que sabemos tienen un componente regenerador muy alto. Hasta la fecha no habíamos visto sus efectos, pero recientemente hemos podido verificar dicha regeneración, que solo se produce en partes determinadas del ser humano, es decir, su sistema nervioso y linfático. Esto mismo nos ha llevado a la conclusión que sea cual sea el origen de la partícula Padre, es artificial y sus efectos se producen una vez que sucede en nuestro cuerpo un hecho elemental y único. Justo cuando se produce la muerte.
Las conclusiones anteriores, se basan en las experiencias recogidas en una zona selvática de Haití y en la base rusa Vostok en la Antártida. En ambos casos se ha dado una regeneración en humanos fallecidos, en cadáveres. En los próximos días tendremos acceso a muestras que les han sido extraídas para colaborar en la investigación.
Podemos afirmar que la regeneración se produce en cadáveres, pero según su estado, tarda más o menos tiempo en producirse, algunos ejemplares fueron "resucitados" hace diez años y acababan de morir, pero recientemente hemos exhumado algunos nichos y se ha verificado que lo que más temíamos que los tejidos y células nerviosas están latentes y su recuperación es exponencial.
Los espécimenes que se han hallado, reaccionan con ferocidad ante ser humano, muestran tendencias caníbales y solo su cuerpo puede transmitir la "enfermedad", dado que los efectos de la partícula Padre solo permiten la transmisión a través del cuerpo del huésped.
Se preguntarán como es posible que hasta la fecha no se hayan producido nuevos avistamientos de personas infectadas o "resucitados", la respuesta es sencilla, se han neutralizado de forma contundente y toda información y testigos silenciada. Sin embargo y esta noticia ha llegado esta misma semana, Estados Unidos ha verificado que se han incrementado los casos de ataques e infecciones de forma alarmante en su territorio, y pensamos que está sucediendo de la misma forma en todo el mundo.
Uno de nuestros astrónomo, el Sr Pau nos ha confirmado, y estamos aun pendientes del resto de opiniones de la comunidad científica, que el recientemente descubierto asteroide "Hades" y que pasará dentro de dos meses muy cerca de la tierra puede que tenga algo que ver con este incremento en el caso de los "resucitados".
Eso es todo. No contestaré preguntas en este momento, tendrán ustedes copia del informe dentro de una hora en sus respectivos correos electrónicos. Mandos de la Otan les informarán de las medidas que se vayan a adoptar para realizar las contramedidas a una posible plaga inicial.
El sr Takeshi, salió del atril y se fue hacia uno de los despachos de la sala. Su cara dejó de ser un espejo de firmeza y confianza, para pasar a mostrar una gran angustia. Solo se repetía una y otra vez:
- Estamos todos muertos, no hay ninguna posibilidad.
LA ERA DE LOS MUERTOS - CAPÍTULO 2.2
EL FUTURO INMEDIATO (SANGRE Y DOLOR)
Casi al mismo tiempo que Grisha y Takeshi exponen sus teorías e informes antes sus superiores, en Estados Unidos están teniendo lugar unas importantes pruebas. El lugar es tan secreto como legendario y no es otro que la porción de tierra más famosa de la historia, esto es, El Área 51.
El protagonista de los hechos sucedidos en Haití, el científico especialista en farmacia, el sr René, se encuentra a varios kilómetros por debajo de la superficie del desierto de Nevada. Desde lo sucedido hace 10 años, no ha parado en su empeño por lograr la colaboración de algún gobierno en su estudio y síntesis de la nueva enfermedad. Dado el enorme presupuesto que demandaba el haitiano, ningún país excepto Estados Unidos estaba dispuesto a colaborar en sus investigaciones; al ver la oportunidad, René no se lo pensó dos veces, su futuro estaba en Norteamérica.
La todopoderosa Organización para la Energía Atómica lo había proveído de un enorme laboratorio así como de todo aquello que necesitase. Lógicamente tenía supervisores y estaba controlado las 24 horas del día, pero eso no era ningún inconveniente, René sabía exactamente lo que quería y no le importaban los sistemas de control.
En un principio dispuso de dos "resucitados", de los cuales extrajo con gran esmero muestras de la partícula Padre. Estudió su composición y llegó a los mismos resultados de sus colegas, sobre la capacidad regeneradora del sistema nervioso y sobre todo de las posibilidades para curar las lesiones cerebrales. A cambio, la Organización le pidio que sintetizase la partícula Padre e investigase una fórmula poder combatirla, y en este punto fueron muy tajantes:
- Usted debe lograr una cura efectiva, no debe reparar en gastos ni tecnología, pero sí en tiempo.
René sabía exactamente cual era el poder la enfermedad, no solo tuvo oportunidad de experimentar con los dos espécimenes iniciales, sino que tubo auténticas cobayas humanas. Al principio eran personas desahuciadas, que se encontraban en coma o ya moribundas, él nunca preguntaba su procedencia, solo ensayaba y tomaba nota de los cambios en su organismo. Pero luego empezaron a ser hombres sanos y robustos.
Pudo verificar que solo en los casos de contagio de segunda clase, es decir de contagiado por irradiación a huésped sano, la partícula Padre provocaba la muerte. Había alguna sustancia en el organismo que modificaba las propiedades primarias de la enfermedad y la hacía letal.
La pregunta era la siguiente, y René se la hacía muy a menudo, ¿cuántas personas habían sido irradiadas al principio?, según sus estadísticas tuvo que ser una parte muy considerable de la humanidad, recordaba que fue noticia mundial y que luego se fue olvidando con el paso del tiempo.
Por ello tenía que averiguar cual era el origen de la radiación y cual era su finalidad, dado que a todas luces, estaba ante un hecho provocado y artificial.
Uno de sus primeros "pacientes" parecía un soldado, sin embargo no pudo conocer su procedencia, era enorme, de gran altura y estatura. Estaba bien sedado, lo que fue una gran ventaja para introducir bajo su piel una jeringa llena de sangre putrefacta de otro de los espécimenes.
El desgraciado duró vivo un par de días, sin duda gracias a su condición física. En ese tiempo pudo verificar los efectos del contagio.
- Se le necrosaron los miembros, a la par que se iban quedando rígidos.
- Su temperatura fue descendiendo en todo momento, nunca se produjeron fiebres ni infecciones.
- Aparición de vómitos con abundante sangrado.
- Su sangre se fue licuando en los primeros momentos, si bien y aun latiendo su corazón se solidifica y se pudre.
- Gritó sin parar durante esos interminables dos días hasta fallecer.
Después de la muerte y a las 3 horas, comienza el proceso de regeneración de los tejidos que se habían corrompido a nivel nervioso y linfático. El resto de su cuerpo seguirá pudriéndose.
Comienzan las reacciones típicas, movimientos rígidos y balbuceos y su sed por carne humana que será su única obsesión a lo largo de lo que le quede de "vida" hasta que sus cuerpo se deteriore por completo.
Este espécimen tiene actualmente 5 años y se encuentra en el recinto 2L. Es difícil acercarse sin una mascarilla para poder aguantar el olor a podredumbre. Su cuerpo ya ha empezado a dejar ver sus huesos limpios, sus extremidades están en algunas zonas con restos de carne oscura y dura como cuero. En el suelo de la estancia se puede ver un montón de restos de tripas donde los gusanos se mueven y las horadan una y otra vez, son los restos de su comida, restos humanos.
Desde hace un par de horas aproximadamente, René está analizando un informe que ha recibido desde un contacto en la embajada diplomática de USA en Japón.
Este informe se titula:
"Efectos contrastados del Asteroide Hades sobre la partícula Padre" Autoría de los Sres Takeshi y Pau.
René coge aire y una vez leído el informe, lo deja caer sobre su mesa, acto seguido coge el teléfono marcando una línea privada y dice:
- Ha llegado el momento y no hay demasiado tiempo. Debemos evacuar lo antes posible a todo aquel personal que sea útil, el resto debe ser prescindible. Debemos dirigirnos a Eden 1. - Luego colgó el teléfono y se apresuró en incinerar a todos los espécimenes, la base sería destruida en 24 horas.
Casi al mismo tiempo que Grisha y Takeshi exponen sus teorías e informes antes sus superiores, en Estados Unidos están teniendo lugar unas importantes pruebas. El lugar es tan secreto como legendario y no es otro que la porción de tierra más famosa de la historia, esto es, El Área 51.
El protagonista de los hechos sucedidos en Haití, el científico especialista en farmacia, el sr René, se encuentra a varios kilómetros por debajo de la superficie del desierto de Nevada. Desde lo sucedido hace 10 años, no ha parado en su empeño por lograr la colaboración de algún gobierno en su estudio y síntesis de la nueva enfermedad. Dado el enorme presupuesto que demandaba el haitiano, ningún país excepto Estados Unidos estaba dispuesto a colaborar en sus investigaciones; al ver la oportunidad, René no se lo pensó dos veces, su futuro estaba en Norteamérica.
La todopoderosa Organización para la Energía Atómica lo había proveído de un enorme laboratorio así como de todo aquello que necesitase. Lógicamente tenía supervisores y estaba controlado las 24 horas del día, pero eso no era ningún inconveniente, René sabía exactamente lo que quería y no le importaban los sistemas de control.
En un principio dispuso de dos "resucitados", de los cuales extrajo con gran esmero muestras de la partícula Padre. Estudió su composición y llegó a los mismos resultados de sus colegas, sobre la capacidad regeneradora del sistema nervioso y sobre todo de las posibilidades para curar las lesiones cerebrales. A cambio, la Organización le pidio que sintetizase la partícula Padre e investigase una fórmula poder combatirla, y en este punto fueron muy tajantes:
- Usted debe lograr una cura efectiva, no debe reparar en gastos ni tecnología, pero sí en tiempo.
René sabía exactamente cual era el poder la enfermedad, no solo tuvo oportunidad de experimentar con los dos espécimenes iniciales, sino que tubo auténticas cobayas humanas. Al principio eran personas desahuciadas, que se encontraban en coma o ya moribundas, él nunca preguntaba su procedencia, solo ensayaba y tomaba nota de los cambios en su organismo. Pero luego empezaron a ser hombres sanos y robustos.
Pudo verificar que solo en los casos de contagio de segunda clase, es decir de contagiado por irradiación a huésped sano, la partícula Padre provocaba la muerte. Había alguna sustancia en el organismo que modificaba las propiedades primarias de la enfermedad y la hacía letal.
La pregunta era la siguiente, y René se la hacía muy a menudo, ¿cuántas personas habían sido irradiadas al principio?, según sus estadísticas tuvo que ser una parte muy considerable de la humanidad, recordaba que fue noticia mundial y que luego se fue olvidando con el paso del tiempo.
Por ello tenía que averiguar cual era el origen de la radiación y cual era su finalidad, dado que a todas luces, estaba ante un hecho provocado y artificial.
Uno de sus primeros "pacientes" parecía un soldado, sin embargo no pudo conocer su procedencia, era enorme, de gran altura y estatura. Estaba bien sedado, lo que fue una gran ventaja para introducir bajo su piel una jeringa llena de sangre putrefacta de otro de los espécimenes.
El desgraciado duró vivo un par de días, sin duda gracias a su condición física. En ese tiempo pudo verificar los efectos del contagio.
- Se le necrosaron los miembros, a la par que se iban quedando rígidos.
- Su temperatura fue descendiendo en todo momento, nunca se produjeron fiebres ni infecciones.
- Aparición de vómitos con abundante sangrado.
- Su sangre se fue licuando en los primeros momentos, si bien y aun latiendo su corazón se solidifica y se pudre.
- Gritó sin parar durante esos interminables dos días hasta fallecer.
Después de la muerte y a las 3 horas, comienza el proceso de regeneración de los tejidos que se habían corrompido a nivel nervioso y linfático. El resto de su cuerpo seguirá pudriéndose.
Comienzan las reacciones típicas, movimientos rígidos y balbuceos y su sed por carne humana que será su única obsesión a lo largo de lo que le quede de "vida" hasta que sus cuerpo se deteriore por completo.
Este espécimen tiene actualmente 5 años y se encuentra en el recinto 2L. Es difícil acercarse sin una mascarilla para poder aguantar el olor a podredumbre. Su cuerpo ya ha empezado a dejar ver sus huesos limpios, sus extremidades están en algunas zonas con restos de carne oscura y dura como cuero. En el suelo de la estancia se puede ver un montón de restos de tripas donde los gusanos se mueven y las horadan una y otra vez, son los restos de su comida, restos humanos.
******
Desde hace un par de horas aproximadamente, René está analizando un informe que ha recibido desde un contacto en la embajada diplomática de USA en Japón.
Este informe se titula:
"Efectos contrastados del Asteroide Hades sobre la partícula Padre" Autoría de los Sres Takeshi y Pau.
René coge aire y una vez leído el informe, lo deja caer sobre su mesa, acto seguido coge el teléfono marcando una línea privada y dice:
- Ha llegado el momento y no hay demasiado tiempo. Debemos evacuar lo antes posible a todo aquel personal que sea útil, el resto debe ser prescindible. Debemos dirigirnos a Eden 1. - Luego colgó el teléfono y se apresuró en incinerar a todos los espécimenes, la base sería destruida en 24 horas.
Re: La Era de los Muertos
Muy bueno la verdad, me esta gustando la historia! Empezare a seguirla.
Sigue así!
Sigue así!
GioRock- Aprendiz de cazador
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La Era de los Muertos
GioRock escribió:Muy bueno la verdad, me esta gustando la historia! Empezare a seguirla.
Sigue así!
Muchas gracias GioRock!!, la verdad es que me anima que te guste. Pienso tener la trama bien actualizada; estos capítulos son solo el comienzo!!
Un saludo y prometo estar a la altura
La Era de los Muertos
Hola a todos,
Ya casi está listo el siguiente capítulo, y espero que os guste!!. Como adelanto a la historia: el mundo empiece a conocer los años del horror y la locura, son los anos de la "Resurrección de los Muertos". Mientras tanto, nuestros protagonistas empezarán a luchar por su propia supervivencia en un mundo que se devora a si mismo.
Espero tenerlo listo en breve.
Saludos.
Ya casi está listo el siguiente capítulo, y espero que os guste!!. Como adelanto a la historia: el mundo empiece a conocer los años del horror y la locura, son los anos de la "Resurrección de los Muertos". Mientras tanto, nuestros protagonistas empezarán a luchar por su propia supervivencia en un mundo que se devora a si mismo.
Espero tenerlo listo en breve.
Saludos.
CAPÍTULO 3: LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS.
"Es inhumano bendecir cuando nos han maldecido".
Más allá del bien y del mal. (1886). Friedrich Wilhelm Nietzsche.
Aquella tarde de Agosto un chiquillo jugaba en la calle con su bicicleta nueva. Era de color azul y ya no necesitaría aquellas estúpidas ruedas de apoyo para guardar el equilibrio, estaba contento y corría carretera abajo sin importarle nada, se sentía libre y confiado.
Y es que la vida en interminables ocasiones deja de ser un devenir de felicidades y éxitos para transformarse en la peor pesadilla. No solo ahoga con problemas y tragedias, sino que, algunas veces simple y llanamente, nos devora.
Aquel chico recuerdo que se llamaba Quique, siempre estaba correteando y jugando, no tenía demasiados amigos porque vivía en un pueblo perdido del norte de Galicia junto con sus abuelos. Su vida no había sido fácil, había perdido a sus padres en un accidente de tráfico y desde entonces había quedado al cuidado de sus abuelos maternos.
Los periódicos contaron la historia una y otra vez durante varios días, pero lo que realmente sucedió solo lo sabe su abuelo, esto me lo contó en su primera y única entrevista:
"Cuando veníamos de recoger hierba para los animales, vimos la bicicleta de Quique tirada en medio del camino. Al principio no dimos importancia, a veces era un poco traste y se distraía con cualquier cosa. Pero después de llamarle varias veces y al no responder decidimos empezar a buscarlo.
Llevábamos toda la tarde buscando, incluso pedimos ayuda a varios vecinos del pueblo para poder encontrarlo.
Recuerdo aquella visión, justo al atardecer. El sol era de color rojo y el cielo empezaba a oscurecer, los insectos hacían un ruido ensordecedor y el calor aun era sofocante. En el medio del camino, una mujer se movía con dificultad, casi no podía caminar. Llevaba algo en brazos, y aunque a esa distancia no podía distinguir bien de quien se trataba, pude ver que como de sus manos caía un líquido viscoso que iba mojando las piedras del camino.
Solo recuerdo como una sensación de frío recorrió mi cuerpo, como me empezó a faltar la respiración a medida que me iba acercando e iba reconociendo a la mujer. Aquella extraña, aquella mujer resultó ser mi hija. Lo admito, solo pude reconocer parte de su cara, o lo que quedaba de ella cubierto de piel. Era mi hija, pero ... ¡cómo era posible!, hacía cuatro años que se había muerto, y estaba allí, frente a mí.
Al principio no me di cuenta que era lo que estaba sujetando, solo cuando hizo un movimiento furioso al verme, pude comprobar que lo que sostenía en sus brazos era parte del torso y la cabeza de Quique, lo estaba comiendo, lo estaba devorando lentamente mientras pude ver como los ojos vidriosos del chico y carentes de vida me miraban fijamente".
" Y eso no fue todo lo que pasó. En pocas horas el pueblo se llenó de muchos de esos seres; la mayor parte eran viejos conocidos, vecinos que habían fallecido años atrás y que parecía que volvían del cementerio local para arrasar con todo. Hubo disparos de escopetas de caza y todo el mundo se defendía con lo que podía, con hachas, con garrotes, con hoces ..., pero era imposible, eran demasiados y no se morían con las heridas, ¡Dios mío! ,recuerdo como el párroco del pueblo se puso a rezar delante de uno de aquellos demonios al tiempo que le daba un gran golpe con un enorme crucifijo de plata en la cara. Consiguió abrirle una gran brecha en la frente y reventarle las órbitas de los ojos; pero no pudo evitar que se le echase encima y con sus manos le desgarrase el cuello llevándose a la boca pedazos de carne y pelo de su cuero cabelludo".
" Mi mujer y yo conseguimos escapar, corrimos hasta que el aliento nos abrasó los pulmones. Por suerte, fuimos a dar a la autopista cercana que pasa por el pueblo y pudimos ponernos a salvo; pero solo por un momento. A lo lejos, las ciudades estaban ardiendo y se podían escuchar perfectamente los gritos de la gente".
Esta historia, según se cuenta, fue la primera que dio paso al terror en todo el planeta, a los hechos que provocaron un punto de inflexión en nuestra historia reciente y por primera vez en la historia del mundo. La conocida Resurrección de los Muertos.
Mientras tanto, sobre el cielo del océano Pacífico, sobrevuelan varios helicópteros de gran tonelaje así como aviones de carga. Todos ellos escoltados por varias escuadras de cazas y navíos de los Estados Unidos. En uno de los helicópteros viaja René, y va consultando en su portátil la distancia que les queda antes de llegar a Eden1 o lo que es el mismo, la Isla de Pascua.
En el otro extremo del mundo, un enorme soldado con uniforme ruso se mueve con prisa. Tiene importantes órdenes que cumplir. Cuando se encuentra a la altura de su superior, y después de saludarlo, dice:
- "Sr Teniente General Grisha; debo informarle rápidamente de las órdenes emitidas por el Comité Central. Nuestros servicios de inteligencia han advertido movimientos militarizados en las últimas horas por parte del ejército norteamericano a una zona aún por determinar en el océano Pacífico. Así mismo, se confirma la presencia en la órbita de la Luna del asteroide Hades, lo que ha motivado que se estén empezando a generalizar los casos de epidemia debidos a la partícula Padre. Este lugar no es seguro y sus investigaciones han de seguir su curso. Debemos evacuar este lugar, está todo preparado, partimos en dos horas hacia el complejo Lenin, en Mongolia, allí no habrá nada que temer y además podemos contar con la ayuda de dos científicos que han estado estudiando la enfermedad hasta la fecha, el sr Takeshi y el sr Pau. Nuestras fuentes nos aseguran que ya han partido de Japón.
El viaje será por tierra, una pequeña división armada nos escoltará hasta llegar. No se preocupe, yo seré el encargado de velar por su seguridad". - Acabó de informar el soldado Vladimir.
Más allá del bien y del mal. (1886). Friedrich Wilhelm Nietzsche.
Aquella tarde de Agosto un chiquillo jugaba en la calle con su bicicleta nueva. Era de color azul y ya no necesitaría aquellas estúpidas ruedas de apoyo para guardar el equilibrio, estaba contento y corría carretera abajo sin importarle nada, se sentía libre y confiado.
Y es que la vida en interminables ocasiones deja de ser un devenir de felicidades y éxitos para transformarse en la peor pesadilla. No solo ahoga con problemas y tragedias, sino que, algunas veces simple y llanamente, nos devora.
Aquel chico recuerdo que se llamaba Quique, siempre estaba correteando y jugando, no tenía demasiados amigos porque vivía en un pueblo perdido del norte de Galicia junto con sus abuelos. Su vida no había sido fácil, había perdido a sus padres en un accidente de tráfico y desde entonces había quedado al cuidado de sus abuelos maternos.
Los periódicos contaron la historia una y otra vez durante varios días, pero lo que realmente sucedió solo lo sabe su abuelo, esto me lo contó en su primera y única entrevista:
"Cuando veníamos de recoger hierba para los animales, vimos la bicicleta de Quique tirada en medio del camino. Al principio no dimos importancia, a veces era un poco traste y se distraía con cualquier cosa. Pero después de llamarle varias veces y al no responder decidimos empezar a buscarlo.
Llevábamos toda la tarde buscando, incluso pedimos ayuda a varios vecinos del pueblo para poder encontrarlo.
Recuerdo aquella visión, justo al atardecer. El sol era de color rojo y el cielo empezaba a oscurecer, los insectos hacían un ruido ensordecedor y el calor aun era sofocante. En el medio del camino, una mujer se movía con dificultad, casi no podía caminar. Llevaba algo en brazos, y aunque a esa distancia no podía distinguir bien de quien se trataba, pude ver que como de sus manos caía un líquido viscoso que iba mojando las piedras del camino.
Solo recuerdo como una sensación de frío recorrió mi cuerpo, como me empezó a faltar la respiración a medida que me iba acercando e iba reconociendo a la mujer. Aquella extraña, aquella mujer resultó ser mi hija. Lo admito, solo pude reconocer parte de su cara, o lo que quedaba de ella cubierto de piel. Era mi hija, pero ... ¡cómo era posible!, hacía cuatro años que se había muerto, y estaba allí, frente a mí.
Al principio no me di cuenta que era lo que estaba sujetando, solo cuando hizo un movimiento furioso al verme, pude comprobar que lo que sostenía en sus brazos era parte del torso y la cabeza de Quique, lo estaba comiendo, lo estaba devorando lentamente mientras pude ver como los ojos vidriosos del chico y carentes de vida me miraban fijamente".
" Y eso no fue todo lo que pasó. En pocas horas el pueblo se llenó de muchos de esos seres; la mayor parte eran viejos conocidos, vecinos que habían fallecido años atrás y que parecía que volvían del cementerio local para arrasar con todo. Hubo disparos de escopetas de caza y todo el mundo se defendía con lo que podía, con hachas, con garrotes, con hoces ..., pero era imposible, eran demasiados y no se morían con las heridas, ¡Dios mío! ,recuerdo como el párroco del pueblo se puso a rezar delante de uno de aquellos demonios al tiempo que le daba un gran golpe con un enorme crucifijo de plata en la cara. Consiguió abrirle una gran brecha en la frente y reventarle las órbitas de los ojos; pero no pudo evitar que se le echase encima y con sus manos le desgarrase el cuello llevándose a la boca pedazos de carne y pelo de su cuero cabelludo".
" Mi mujer y yo conseguimos escapar, corrimos hasta que el aliento nos abrasó los pulmones. Por suerte, fuimos a dar a la autopista cercana que pasa por el pueblo y pudimos ponernos a salvo; pero solo por un momento. A lo lejos, las ciudades estaban ardiendo y se podían escuchar perfectamente los gritos de la gente".
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Esta historia, según se cuenta, fue la primera que dio paso al terror en todo el planeta, a los hechos que provocaron un punto de inflexión en nuestra historia reciente y por primera vez en la historia del mundo. La conocida Resurrección de los Muertos.
Mientras tanto, sobre el cielo del océano Pacífico, sobrevuelan varios helicópteros de gran tonelaje así como aviones de carga. Todos ellos escoltados por varias escuadras de cazas y navíos de los Estados Unidos. En uno de los helicópteros viaja René, y va consultando en su portátil la distancia que les queda antes de llegar a Eden1 o lo que es el mismo, la Isla de Pascua.
En el otro extremo del mundo, un enorme soldado con uniforme ruso se mueve con prisa. Tiene importantes órdenes que cumplir. Cuando se encuentra a la altura de su superior, y después de saludarlo, dice:
- "Sr Teniente General Grisha; debo informarle rápidamente de las órdenes emitidas por el Comité Central. Nuestros servicios de inteligencia han advertido movimientos militarizados en las últimas horas por parte del ejército norteamericano a una zona aún por determinar en el océano Pacífico. Así mismo, se confirma la presencia en la órbita de la Luna del asteroide Hades, lo que ha motivado que se estén empezando a generalizar los casos de epidemia debidos a la partícula Padre. Este lugar no es seguro y sus investigaciones han de seguir su curso. Debemos evacuar este lugar, está todo preparado, partimos en dos horas hacia el complejo Lenin, en Mongolia, allí no habrá nada que temer y además podemos contar con la ayuda de dos científicos que han estado estudiando la enfermedad hasta la fecha, el sr Takeshi y el sr Pau. Nuestras fuentes nos aseguran que ya han partido de Japón.
El viaje será por tierra, una pequeña división armada nos escoltará hasta llegar. No se preocupe, yo seré el encargado de velar por su seguridad". - Acabó de informar el soldado Vladimir.
La Era de los Muertos
Tenía pensado actualizar la historia este fin de semana, pero por compromisos no he podido hacer "na de na" ...pero bueno; así trabajo un poco más el próximo capítulo
Por cierto, os está gustando??.
Saludos y a los que tengáis vacaciones... a pasarlo bien!!!
Por cierto, os está gustando??.
Saludos y a los que tengáis vacaciones... a pasarlo bien!!!
CAPÍTULO 3.1: LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS. CRÓNICA DEL FIN DEL MUNDO.
Tras las últimas acciones tomadas entorno a René, Grisha, Pau y Takeshi, los acontecimientos experimentaron una importante escalada de sucesos a nivel planetario. Las crónicas más veraces que fueron extraídas de las bases de datos más potentes y seguras, han mantenido hasta el presente el eco de las voces del pasado.
Cuando la mayor parte de observatorios del mundo fueron autorizados a informar sobre la presencia del extraño asteroide Hades y su proximidad a la Luna ya fue demasiado tarde.
Todo empezó en aquellos lugares donde se almacenaban cuerpos de fallecidos, es decir, en morgues de hospitales, en tanatorios, en los territorios donde había conflictos armados, en los centros de criogénesis ...y, cómo no, en los cementerios.
Los muertos vuelven a la vida; la noticia se propagó por todo el mundo. En las televisiones se podían ver grabaciones de como se producían resurrecciones de cadáveres, de ciudades en pánico y de como la ley marcial se iba extendiendo por todas las naciones.
Las historias se iban sucediendo en cientos, pero lo que era totalmente verídico eran las gigantescas hordas de muertos que se formaron los primeros días de la epidemia. No había información, muchas personas se acercaban a ellos y resultaban en el mejor de los casos atacadas, cuando no devoradas. Cuando se producía la muerte y según el tipo de herida, en poco tiempo el desgraciado ya se había transformado en un hambriento zombie con instintos caníbales.
Se replegaron tropas en todos los continentes. Se probaron multitud de armas y estrategias, pero nada funcionó. Se supo muy tarde que para acabar con ellos era necesario destrozar su cabeza, ese tiempo fue suficiente como para que se triplicase su número.
El gran problema era que no se podía utilizar armamento nuclear. No porque la radioactividad acabase con ellos, que no lo conseguiría. Sino por los efectos inmediatos de la bomba, que en teoría los pulverizaría. Pero esto no podría ser operativo, se acabaría con vidas humanas (cientos o miles) y las zonas contaminadas jamás serían pobladas de nuevo.
Sin embargo, muchos sismógrafos en aquellos días registraron altísimos picos en sus mediciones, sin duda fruto de algunas detonaciones nucleares, sobre todo en China, en Irán y en los desiertos de Estados Unidos, lugares a los que se iban llevando a las hordas gracias a alguna presa viva, se utilizaron en muchos casos a presos condenados a muerte a cambio de su libertad para que fuesen la cobaya perfecta. Era como nadar en alquitrán, no había forma de poder aislarlos, cada uno de ellos era una unidad independiente de su peculiar ejército, si conseguían desintegrar a diez mil de ellos a base del poder nuclear, ya se habían creado cincuenta mil nuevos zombies a lo largo de todo el globo.
En las ciudades se formaron grupos de ciudadanos que actuaban de forma paramilitar, las armas eran de todo tipo. Todo valía para defenderse de ellos, aunque no todo era igual de efectivo, hubo muchos contagios por utilizar armas poco convencionales, tipo sierras mecánicas y artilugios cortantes que provocaban horribles heridas sangrantes y, por consiguiente, su salpicadura al cuerpo de la persona solía entrar en contacto con los fluidos corporales de la persona sana.
Algunos archivos secretos y descatalogados ahora hablan de como muchos gobiernos probaron todo tipo de nuevas armas para poder hacer frente a las criaturas. Desde nuevos tipos de napalm, a gases nerviosos (que resultaron ser inofensivos para ellos dado que afectaban justo al único lugar de su cuerpo que se regeneraba), bombas de racimo, las famosas corta margaritas, etc. Nada les afectaba lo suficiente como para disminuir drásticamente su número. El ejército convencional no podía realizar una guerra convencional, el enemigo estaba presente en todos los lugares, no había posibilidad de una guerra abierta. Se intentaron las llamadas "acciones de intervención específica", y al principio parecía que iban acabando con ellos, se les intentaba aislar en zonas particulares del territorio y luego se les practicaban todo tipo de ataques. Pero su número era el problema y se iba incrementando.
Muchos territorios quedaron en muy poco tiempo arrasados, las grandes ciudades suponían una tumba, a menudo un callejón sin salida. Solo las grandes zonas despejadas suponía un refugio temporal, los desiertos, las grandes estepas, etc, sitios donde en el pasado apenas hubo densidad de población.
Algunos grupos optaron por hacer esto y en gran medida fue lo que les salvó de una muerte segura, aunque con el paso del tiempo el hambre fue su asesino y esas zonas acabaron sembradas de cadáveres.
Todo dejó de tener valor, el dinero, las propiedades, las acciones, etc, nada tenía valor. Los centros comerciales y los supermercados fueron saqueados, la comida empezó a escasear al igual que el agua. Se conocen casos de granjas donde se acabó con todos los cerdos en un solo día y que luego la carne a los dos días ya no valía para su consumo, ya no era posible conservar los alimentos, simplemente era vivir al día o como sucedió más tarde, vivir del otro practicando el canibalismo.
Los centros de comunicación dejaron de emitir noticias, no había red eléctrica en la mayor parte del mundo y los lugares que la poseían era centros preparados para grandes catástrofes, como bases militares o bunkers. Pero esto tampoco garantizaba la supervivencia, los recursos eran limitados y la vida tenía fecha de caducidad.
Las zonas más desfavorecidas de la tierra, simplemente se convirtieron en un nido de muertos vivientes, África sigue siendo el infierno en la tierra, nadie ha conseguido penetrar en el continente y salir vivo. A los muertos hay que unir las numerosísimas guerrillas que se fueron formando y sobreviviendo, si en el pasado estos comandos ya eran extremadamente peligrosos, en la actualidad, hay algunos que opinan que son peores que los muertos, dado que practican habitualmente el canibalismo y lo mezclan con sacrificios rituales. Muchas veces aquellos que caían en sus manos hubiesen preferido morir a manos de una horda hambrienta de muertos, por lo menos su sufrimiento hubiese sido más corto.
El mundo tras los primeros meses de infección se podía representar así:
La zona con presencia masiva de zombies (rojo) y la zona con presencia humana (verde)
Los lugares más alejados, sin grandes núcleos de población, como Rusia, zonas concretas de América del Sur, algunos desiertos, zonas muy elevadas como los Andes, las montañas Rocosas, o Nepal y finalmente los casquetes polares, fueron pequeños oasis donde los pocos que lo consiguieron pudieron organizarse de alguna forma, sin embargo todavía no se sabe la realidad de esos lugares, dado que aun no han sido explorados.
Todo sucedió tan deprisa, que en los primeros momentos de la epidemia, Grisha estaba a punto de partir al complejo Lenin junto con Vladi y el resto de acompañantes y Takeshi y Pau habían llegado en un transporte especial ruso desde Japón a China. En teoría deberían encontrarse en dicha base, pero con el cambio de rumbo de los últimos sucesos, tan solo la suerte puede decir que es lo que les deparará su viaje.
René, llegando a la Isla de Pascua, tuvo tiempo para visualizar como algunos de los pocos habitantes de la isla y algunos ya resucitados desaparecían debido a una lluvia balas y fuego realizada por los cazas los escoltaban. La isla quedaría totalmente libre de presencia humana o zombie, aunque a partir de ahora habitaría a varios cientos de metros del nivel del mar, en la base Eden1, debían extremar todos los detalles.
Cuando la mayor parte de observatorios del mundo fueron autorizados a informar sobre la presencia del extraño asteroide Hades y su proximidad a la Luna ya fue demasiado tarde.
Todo empezó en aquellos lugares donde se almacenaban cuerpos de fallecidos, es decir, en morgues de hospitales, en tanatorios, en los territorios donde había conflictos armados, en los centros de criogénesis ...y, cómo no, en los cementerios.
Los muertos vuelven a la vida; la noticia se propagó por todo el mundo. En las televisiones se podían ver grabaciones de como se producían resurrecciones de cadáveres, de ciudades en pánico y de como la ley marcial se iba extendiendo por todas las naciones.
Las historias se iban sucediendo en cientos, pero lo que era totalmente verídico eran las gigantescas hordas de muertos que se formaron los primeros días de la epidemia. No había información, muchas personas se acercaban a ellos y resultaban en el mejor de los casos atacadas, cuando no devoradas. Cuando se producía la muerte y según el tipo de herida, en poco tiempo el desgraciado ya se había transformado en un hambriento zombie con instintos caníbales.
Se replegaron tropas en todos los continentes. Se probaron multitud de armas y estrategias, pero nada funcionó. Se supo muy tarde que para acabar con ellos era necesario destrozar su cabeza, ese tiempo fue suficiente como para que se triplicase su número.
El gran problema era que no se podía utilizar armamento nuclear. No porque la radioactividad acabase con ellos, que no lo conseguiría. Sino por los efectos inmediatos de la bomba, que en teoría los pulverizaría. Pero esto no podría ser operativo, se acabaría con vidas humanas (cientos o miles) y las zonas contaminadas jamás serían pobladas de nuevo.
Sin embargo, muchos sismógrafos en aquellos días registraron altísimos picos en sus mediciones, sin duda fruto de algunas detonaciones nucleares, sobre todo en China, en Irán y en los desiertos de Estados Unidos, lugares a los que se iban llevando a las hordas gracias a alguna presa viva, se utilizaron en muchos casos a presos condenados a muerte a cambio de su libertad para que fuesen la cobaya perfecta. Era como nadar en alquitrán, no había forma de poder aislarlos, cada uno de ellos era una unidad independiente de su peculiar ejército, si conseguían desintegrar a diez mil de ellos a base del poder nuclear, ya se habían creado cincuenta mil nuevos zombies a lo largo de todo el globo.
En las ciudades se formaron grupos de ciudadanos que actuaban de forma paramilitar, las armas eran de todo tipo. Todo valía para defenderse de ellos, aunque no todo era igual de efectivo, hubo muchos contagios por utilizar armas poco convencionales, tipo sierras mecánicas y artilugios cortantes que provocaban horribles heridas sangrantes y, por consiguiente, su salpicadura al cuerpo de la persona solía entrar en contacto con los fluidos corporales de la persona sana.
Algunos archivos secretos y descatalogados ahora hablan de como muchos gobiernos probaron todo tipo de nuevas armas para poder hacer frente a las criaturas. Desde nuevos tipos de napalm, a gases nerviosos (que resultaron ser inofensivos para ellos dado que afectaban justo al único lugar de su cuerpo que se regeneraba), bombas de racimo, las famosas corta margaritas, etc. Nada les afectaba lo suficiente como para disminuir drásticamente su número. El ejército convencional no podía realizar una guerra convencional, el enemigo estaba presente en todos los lugares, no había posibilidad de una guerra abierta. Se intentaron las llamadas "acciones de intervención específica", y al principio parecía que iban acabando con ellos, se les intentaba aislar en zonas particulares del territorio y luego se les practicaban todo tipo de ataques. Pero su número era el problema y se iba incrementando.
Muchos territorios quedaron en muy poco tiempo arrasados, las grandes ciudades suponían una tumba, a menudo un callejón sin salida. Solo las grandes zonas despejadas suponía un refugio temporal, los desiertos, las grandes estepas, etc, sitios donde en el pasado apenas hubo densidad de población.
Algunos grupos optaron por hacer esto y en gran medida fue lo que les salvó de una muerte segura, aunque con el paso del tiempo el hambre fue su asesino y esas zonas acabaron sembradas de cadáveres.
Todo dejó de tener valor, el dinero, las propiedades, las acciones, etc, nada tenía valor. Los centros comerciales y los supermercados fueron saqueados, la comida empezó a escasear al igual que el agua. Se conocen casos de granjas donde se acabó con todos los cerdos en un solo día y que luego la carne a los dos días ya no valía para su consumo, ya no era posible conservar los alimentos, simplemente era vivir al día o como sucedió más tarde, vivir del otro practicando el canibalismo.
Los centros de comunicación dejaron de emitir noticias, no había red eléctrica en la mayor parte del mundo y los lugares que la poseían era centros preparados para grandes catástrofes, como bases militares o bunkers. Pero esto tampoco garantizaba la supervivencia, los recursos eran limitados y la vida tenía fecha de caducidad.
Las zonas más desfavorecidas de la tierra, simplemente se convirtieron en un nido de muertos vivientes, África sigue siendo el infierno en la tierra, nadie ha conseguido penetrar en el continente y salir vivo. A los muertos hay que unir las numerosísimas guerrillas que se fueron formando y sobreviviendo, si en el pasado estos comandos ya eran extremadamente peligrosos, en la actualidad, hay algunos que opinan que son peores que los muertos, dado que practican habitualmente el canibalismo y lo mezclan con sacrificios rituales. Muchas veces aquellos que caían en sus manos hubiesen preferido morir a manos de una horda hambrienta de muertos, por lo menos su sufrimiento hubiese sido más corto.
El mundo tras los primeros meses de infección se podía representar así:
La zona con presencia masiva de zombies (rojo) y la zona con presencia humana (verde)
Los lugares más alejados, sin grandes núcleos de población, como Rusia, zonas concretas de América del Sur, algunos desiertos, zonas muy elevadas como los Andes, las montañas Rocosas, o Nepal y finalmente los casquetes polares, fueron pequeños oasis donde los pocos que lo consiguieron pudieron organizarse de alguna forma, sin embargo todavía no se sabe la realidad de esos lugares, dado que aun no han sido explorados.
Todo sucedió tan deprisa, que en los primeros momentos de la epidemia, Grisha estaba a punto de partir al complejo Lenin junto con Vladi y el resto de acompañantes y Takeshi y Pau habían llegado en un transporte especial ruso desde Japón a China. En teoría deberían encontrarse en dicha base, pero con el cambio de rumbo de los últimos sucesos, tan solo la suerte puede decir que es lo que les deparará su viaje.
René, llegando a la Isla de Pascua, tuvo tiempo para visualizar como algunos de los pocos habitantes de la isla y algunos ya resucitados desaparecían debido a una lluvia balas y fuego realizada por los cazas los escoltaban. La isla quedaría totalmente libre de presencia humana o zombie, aunque a partir de ahora habitaría a varios cientos de metros del nivel del mar, en la base Eden1, debían extremar todos los detalles.
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