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Segunda prueba
¿Furulas?
Zombie: Brains Here
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Battousai
Wish
Impulso101
7 participantes
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Re: Zombie: Brains Here
Kov escribió:Por fin!, pensaba que ya no ivas a seguirle
pero aqui esta el capitulo 13! xD
Tal y como los otros, muy bueno
sigue asi
Gracias Kov me dan muchos ánimos esos comentarios
Re: Zombie: Brains Here
Ya estaba preocupandome por si volverias o no.Muchas gracias por el aporte Impulso
DarkHades- Pirómano
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Edad : 30
Localización : Refugiándome en la estación de bomberos.
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Re: Zombie: Brains Here
Por fin llegó el capítulo 13 tan esperado. Me sigue gustando mucho, sigue así, Impulso101.
Espero impaciente el 14!
Espero impaciente el 14!
Wish- Recien llegado al refugio
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Localización : En el país feliz, en una casa de gominola en la calle de la piruleta. (Málaga)
Fecha de inscripción : 16/03/2010
PERDON
perdón por la tardanza llevo ya más de un mes sin escribir, lamento mucho haber tardado tanto y soy consciente de que he perdido a algún que otro seguidor... Dentro de uno o dos días publicaré el capitulo 14, gracias
Re: Zombie: Brains Here
Capítulo 14
Entramos en la casa de aquel hombre, nadie se imaginaba que ahora, los zombis, eran el menor de nuestros problemas.
Con el corazón en un puño miré hacia el frente, observé como mi compañero Sullivan y las tres cajeras del supermercado miraban con exaltación el salón. Una gran bandera roja con la esvástica nazi adornaba la pared, encima del sofá, armas antiguas y modernas colgaban de ganchos anclados a la pared y cabezas de animales disecados remataban el escenario.
Se hizo un silencio sepulcral, dos individuos más descendieron por las escaleras y le hicieron una seña al otro personaje que nos había abierto la puerta antes. A mi lado sonó un grujido, Sullivan estaba tendido en el suelo, no me dio tiempo a reaccionar, un golpe seco en la sien me dejó inmóvil y aturdido.
Perdí el conocimiento y caí al suelo.
Desperté unos 10 minutos más tarde, un desagradable olor a podredumbre invadió mis fosas nasales, me dolía la cabeza y por si fuese poco solo entraba luz por la franja de debajo de la puerta, no veía un pimiento. Distinguí dos bultos en la oscuridad, uno de ellos sin duda era Sullivan.
- Sullivan, ¡eh! arriba, ¿estás bien?- dije posando mi mano sobre su cuerpo. Retiré la mano y le tomé el pulso: no tenía. Él estaba muerto y yo otra vez solo ante el peligro… que sinvergüenza, mira que morirse ahora… Bueno por lo menos no era un zombi.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la poca luz de la habitación pude distinguir con claridad los demás bultos. En efecto, eran personas, bueno, personas… eran zombis, aturdidos y sin señales de agresividad en sus rostros, no intentaban atacarme. No le di importancia. Me incorporé y me dirigí hacia la puerta, obviamente, estaba cerrada. Busqué en mis bolsillos, intentando encontrar algo que me sirviera para abrirla. Nada, me lo habían quitado todo salvo un mechero un cupón de descuento del restaurante Jonh´s Food.
Sin pensarlo dos veces cogí el mechero y prendí fuego a la puerta, solo había dos posibles resultados: morir asfixiado o salir por la puerta en llamas… bueno en todo caso todo era mejor que quedarse en esa habitación a esperar un milagro.
No habían pasado ni dos minutos y la puerta ya estaba como un ninot en las fallas de Valencia. Cogí carrerilla y embestí la puerta con una gran patada giratoria a lo Chuck Norris. La puerta se desplomó a la vez que lo hice yo, con la gran diferencia de que yo me levanté… la puerta no. Dejé atrás a mi compañero y a los zombis en el cuarto en llamas. Eché la mirada hacia atrás y vi como el fuego se expandía cada vez más.
Baje las escaleras sin saber a donde me dirigía, recorrí un pasillo con gran rapidez y encontré una Uzi cargada, tirada en el suelo, delante de una de las habitaciones del pasillo. La casa era enorme.
Oí gritos en la habitación por lo que supuse que mis compañeras estaban allí dentro con esos hijos d… caballeros. Abrí la puerta de sopetón, las chicas pataleaban como posesas intentando zafarse de los agarrones de los personajes. Creo que todo el mundo ha llegado ya a la conclusión de que los hombres estaban intentando violar a las cajeras… Menos mal que llegué a tiempo. No dudé ni un segundo, disparé uno y dos y tres y cuatro… y hasta 11 tiros para pintar las paredes con los sesos de aquellos nazis. Las chicas se abalanzaron a mí y me dieron un gran abrazo entre lágrimas… sin darme cuenta me estaba convirtiendo en un héroe.
Crujidos y derrumbes se oían en la parte de atrás de la casa, nos dirigimos intuitivamente y con paso ligero hacia la entrada, donde dejamos nuestro Chevrolet. Que agobio…
Entramos en la casa de aquel hombre, nadie se imaginaba que ahora, los zombis, eran el menor de nuestros problemas.
Con el corazón en un puño miré hacia el frente, observé como mi compañero Sullivan y las tres cajeras del supermercado miraban con exaltación el salón. Una gran bandera roja con la esvástica nazi adornaba la pared, encima del sofá, armas antiguas y modernas colgaban de ganchos anclados a la pared y cabezas de animales disecados remataban el escenario.
Se hizo un silencio sepulcral, dos individuos más descendieron por las escaleras y le hicieron una seña al otro personaje que nos había abierto la puerta antes. A mi lado sonó un grujido, Sullivan estaba tendido en el suelo, no me dio tiempo a reaccionar, un golpe seco en la sien me dejó inmóvil y aturdido.
Perdí el conocimiento y caí al suelo.
Desperté unos 10 minutos más tarde, un desagradable olor a podredumbre invadió mis fosas nasales, me dolía la cabeza y por si fuese poco solo entraba luz por la franja de debajo de la puerta, no veía un pimiento. Distinguí dos bultos en la oscuridad, uno de ellos sin duda era Sullivan.
- Sullivan, ¡eh! arriba, ¿estás bien?- dije posando mi mano sobre su cuerpo. Retiré la mano y le tomé el pulso: no tenía. Él estaba muerto y yo otra vez solo ante el peligro… que sinvergüenza, mira que morirse ahora… Bueno por lo menos no era un zombi.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la poca luz de la habitación pude distinguir con claridad los demás bultos. En efecto, eran personas, bueno, personas… eran zombis, aturdidos y sin señales de agresividad en sus rostros, no intentaban atacarme. No le di importancia. Me incorporé y me dirigí hacia la puerta, obviamente, estaba cerrada. Busqué en mis bolsillos, intentando encontrar algo que me sirviera para abrirla. Nada, me lo habían quitado todo salvo un mechero un cupón de descuento del restaurante Jonh´s Food.
Sin pensarlo dos veces cogí el mechero y prendí fuego a la puerta, solo había dos posibles resultados: morir asfixiado o salir por la puerta en llamas… bueno en todo caso todo era mejor que quedarse en esa habitación a esperar un milagro.
No habían pasado ni dos minutos y la puerta ya estaba como un ninot en las fallas de Valencia. Cogí carrerilla y embestí la puerta con una gran patada giratoria a lo Chuck Norris. La puerta se desplomó a la vez que lo hice yo, con la gran diferencia de que yo me levanté… la puerta no. Dejé atrás a mi compañero y a los zombis en el cuarto en llamas. Eché la mirada hacia atrás y vi como el fuego se expandía cada vez más.
Baje las escaleras sin saber a donde me dirigía, recorrí un pasillo con gran rapidez y encontré una Uzi cargada, tirada en el suelo, delante de una de las habitaciones del pasillo. La casa era enorme.
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