Virgen del Metal [Relato de Zombis]

+Aviso.
El siguiente relato irá por capítulos, y bueno, lo primero que quiero decir, es que se incluye un poco el tema de sexo, y palabras obscenas, y trama política.
Espero que os guste, y si en algún momento hay algún inconveniente por parte de los moderadores/admin, que lo digan que enseguida corrijo lo que sea.
Espero que les guste.

Capítulo 1, El fin justifica los medios.

Aquella tarde-noche me desperté sudorosa al sonido del despertador del pequeño cuartelucho en el que dormíamos Michelle, Patricia, Rubí y yo. Apenas entraba el sol, puesto que ya había entrado la tarde. Me levanté y me duché en las duchas compartidas que teníamos en nuestro cuarto, y cuando terminé me tocaba lo más complicado del día, vestirme. Me puse un tanga de leopardo violeta con unos shorts altos estilo años cincuenta negros, con un sujetador violeta y una chaqueta marinera del mismo color. Los zapatos eran unos taconazos con plataforma negros. Me peiné mi larga melena negra y me pinté los labios de un rojo pasión, o cómo decía mi difunta abuela, rojo puta. Aquello es lo que yo era. Una puta, una prostituta, pero prefería ser señorita de compañía. Hace dos años trabajé en una campaña de política cómo la secretaria del que sería el nuevo presidente del gobierno. Pero cuando empecé a ver lo que se cocía allí intenté desmantelar sus planes, el mismo presidente ordenó que me pegasen una paliza, borraran del mapa, fingieran mi muerte, y acabé en un burdel de mala muerte, y con mucha suerte.
Yo no tenía chulo, si no, una madame bastante agradable, de unos cincuenta años de edad llamada Gloria, que siempre estaba pendiente de nosotras dentro de sus posibilidades, y también su hijo Cristóbal, que era cómo un armario empotrado, con el pelo muy largo y rizado, y era el que nos protegía de cliente si la cosa se ponía chunga.
Lo que no sabíamos, es que aquella noche no vendría ningún viejo verde a pedirnos que charlásemos con él o le masturbásemos, si no, que no vino nadie.
Hace dos años, cuando yo trabajaba cómo la mano derecha de Adolfo Zoco, el que sería el nuevo presidente del país, una empresa de armas bélicas estableció una reunión con Adolfo, aquel hombre siempre malhumorado, que vestía trajes y siempre tenía jovencitas para aliviarle el estrés. Aquella empresa pretendía la aprobación del nuevo presidente del gobierno para conseguir el dinero suficiente para crear una nueva bacteria, un nuevo virus, para crear la destrucción en el país enemigo que en ese momento era Alemania, poder destruir la Unión Europea, y acabar con el resto del mundo, dando el poder total a España, y causando caos mundial.
. Adolfo, loco por su nuevo cargo, sin consultar al poder monárquico, tiró de los fondos estatales para prestárselo a la empresa de nombre desconocido para mí, y hasta hoy, no he vuelto a saber nada más de ello, pues al escuchar la conversación entre estos, entré rápidamente en la sala inquiriendo que aquello era una locura.
Amenacé a Adolfo con contarle a todo el mundo y desmantelar aquella operación, el me prometió que lo dejaría, insistiéndome en que me fuese a casa a descansar. Al llegar cuatro hombres cómo armarios me pegaron una brutal paliza, abandonándome en un polígono. Allí me encontró Gloria, que con su cariño y su apoyo, me cuidó esos días, sanó mis heridas y me propuso trabajar allí. Yo accedí sin regañadientes, porque allí estaba en buenas manos, en confianza, y además, sentía cierta atracción por Cristóbal, no iba a negarlo.
Cuando salí del cuarto, estaba gloria con la cena preparada, ya puesta en mesa del comedor, y Cristóbal estaba sentado con su habitual atuendo de camiseta negra, pelo largo rizado y vaqueros estrechos. Sus ojos verdes parecían relucir más bonitos que nunca, o eso me parecía a mí.
- Qué guapa estás, - me dijo Cristóbal con su preciosa sonrisa. Yo sabía que aquello era sincero, pero que no iba con segundas, Cristóbal me veía como otra de las “señoritas” de su madre, y él quería salir algún día de allí, sacar a su madre de ese negocio y a nosotras nos darían morcilla.
Pusimos la Tv que tenía una gitana encima de figurita, un regalo de Carmen, bueno Rubí, traída de Sevilla cuando viajó allí con un cliente cómo acompañante. Pusimos un intento del Diario de Patricia, pero se nos atragantó, al verlo invadido por una presentadora pelirroja y nariz respingona. – Desencadenado en Alemania un virus llamado el virus “Toro”, bomba biológica, tirada desde un Helicóptero del ejército español de la empresa M.E., el pánico inunda el país, podría estar declarándose una guerra y todo el mundo está en peligro. Los efectos del virus es el revivido del tejido muerto del cuerpo, intuyendo la necesidad básica de alimentarse, porque las personas son convertidas en personas inmanejables, se podrían considerar que son una especie de muertos con instinto animal.- terminó de decir la presentadora con cara de pánico.
Gloria tenía la cara desencajada. – Es como si fueran zombis, - dijo asustada. – Gloria, esto es la bomba biológica de la que te hablé cuando yo trabajaba en Madrid con Adolfo. Creo que debería llamar al ministerio e intentar pedir hablar con él, y así asustarle un poco, él me da por muerta.- Cristóbal me tendió su móvil. – Toma, llama, es lo mejor – me dijo sonriendo.
Busqué en el PC de Rubí por internet un número de contacto con el ministerio, con la clave propia mía que nunca llegaron a desactivar, accedí rápidamente a los datos de aquel archivo. Muchos años estudiando política, informática, y economías para que un niñato intentase superarme. – Bingo- dije, - aquí está. – accedí rápidamente a la agenda personal de Adolfo, desde la cual cogí su número y lo marqué al instante.
-Adolfo Zoco, gran hombre, licenciado en política, hombre de muchas mujeres, su color preferido es el verde manzana, por llevar unos zapatos de ese color me eligió cómo su secretaria hace 2 años, pero tuvo una gran equivocación gran hombre de barriga horonda y aliento pestilente. No me mató, y sigo viva. – comencé diciendo. Note un largo silencio, y entonces mi nombre salió de su boca temblorosa, como si quisiera esputarlo y sólo le saliera un hilo de voz. – Pris… cila. – se atrevió a decir. – Oh dios mío nena, menos mal que estás bien, no sabes cuánto te necesito, no sabes la que se ha liado con la bomba, estoy encerrado en mi despacho, sólo, tengo miedo de salir, esos bichos están sueltos, son cómo zombis, tengo miedo nena, ven a ayudarme, por favor. – me suplicó. – Adolfo, ¿le importaría explicarme qué cojones está pasando? – le pregunté seca.

/---------------------------------------------------/

Espero que les guste, dejen sus comentarios, porfavor, siempre son de ayuda^^

Buena historia, haber para cuando mas! ^^

muy buena sigue escribiendo que se te da bien ^^, esperando el siguiente capituloo

¿te importaría explicarno que C**** está pasando?..... continúa ya....
Me encantó la primera parte... es la más currada. luego parace que te entran, un poco, las prisas por contar
está muy bien, espero más...

Bueno, voy dejando el capítulo 2, bastante corto, porque estoy bastante mala y no tengo tiempo ni de foro :S
Enjoi it.
2.
Un grito ensordecedor salió de la boca de Adolfo. – Joder, joder, ¡ayúdame! – Sonó cómo el teléfono quedaba colgado y posiblemente inutilizable.
Me di cuenta de que tenía que salir de allí y empezar a ver cómo estaba el panorama. Pero cuando me miré de arriba abajo caí de que mi atuendo no era el más adecuado. Me quité aquella incómoda ropa y me puse unos vaqueros y una camiseta negra bastante ancha de Cristóbal, algo no muy bueno se estaba cociendo a las afueras de aquel polígono industrial testigo de tráfico de drogas y empresas de siderurgia.
Cuando terminé de enfundarme las deportivas y de recogerme el pelo salió Patricia, que desde el cuartelucho con la televisión, había visto también las noticias.
Patricia era castaña, bastante bajita y con el cuerpo muy bien moldeado, salió con un pantalón corto y una camiseta blanca ancha también, parecía querer salir conmigo a la guerra.
- No sé, Patricia, y sí… ¿Pudiese ser peligroso? – le pregunté para asegurarme. – Venga tía, sabes en lo que trabajamos, y no puedo haber nada más peligroso que venga un tío loco y nos torture y mate. Y además, no tengo familia, yo no pierdo nada. – dijo con un largo suspiro.
Cogimos un par de cuchillos de cocina, los metimos en el coche de Gloria, un todoterreno bastante antiguo, pero no incómodo ni mucho menos. Cogimos un poco de comida, unas botellas de agua y emprendimos el camino a la ciudad, que nos quedaba a unos 20km.
Antes de irme miré a Cristóbal una última vez, ese chico realmente merecía la pena, su padre era gitano y constructor, y murió en un accidente en la obra. Poco a poco el dinero se iba agotando y su madre no daba más a trabajar, cuando decidió comprar una pequeña casa de citas ruinosa en un polígono y abrir un pequeño prostíbulo.
Aquella quizá sería la última vez que viera a Cristóbal.
- Y recordad, - les dije, - no salgáis bajo ningún concepto de la casa, no abráis a nadie, hay comida para aguantar una semana, volveremos. – Y dicho esto cogí las llaves y me subí con Patricia al coche.
[15 minutos después…]
Ni un alma en la carretera, ni un solo coche, moto, camión, tractor. Nada. Empezabamos a precuparos, y decidimos quitar el Cd de los “Misfits” y encender la radio a ver que pasaba.
Pusimos la COPE, una radio que yo personalmente odiaba, pero fue la primera que encontramos que parecía dar algo un poco más claro. La locutora de la radio intentaba explicar, que se había desatado un virus peligroso, que destruiría toda la humanidad exceptuando España, por ser dónde era creado el virus, y cómo todo virus tenía su contrario. Que en dos días empezaría a surtirse las vacunas para la población Española, sólo y exclusivamente Española.

/---------------------------------------/

Este fue mucho más corto, lo siento de verdad u_U

Muy buen relato, te engancha desde la primera linea y te deja con ganas de más.

¡Sigue así!

Bueno yo creo que para un par de días tendré un capítulo nuevo y bueno, edit este post y punto^^
Gracias por los ánimos!

Oye, esta muy bien. Espero el siguiente capitulo ^^

Buenas! Tercer capítulo, que os he hecho esperar mucho:P Este no está muy currado porque es un poco complicado no desmoronarse mucho, pero espero que os guste mucho, que está escrito con todo el cariño.
Enjoi it.!


Ya estabamos llegando a la ciudad cuando sentí que mi corazón estallaba. Todo desierto, absolutamente desierto, y en la primera calle de entrada a la ciudad ni un alma, solo el ruido de la gente cerrar sus ventanas con violencia. Patri me dió la opción de bajarme del coche a llamar a aquella casa y preguntar que estaba pasando, y pensé que la mejor opción era coger el cuchillo.
- Hola... ¿Hay alguien? - pregunté mientras empujaba la puerta ligeramente abierta. Un ruido despertó mi miedo, era el llanto de un bebé en el piso de arriba. Abanzaba por la casa lentamente, cuando en un estante ví una vitrina con armas. - ¿Hola? - volví a preguntar, y sólo se oía al niño llorar.
Rompí con el mango del cuchillo el cristal, para sacar una escopeta de caza, con unas cuantas balas y ya sí insistí en la rapidez para subir arriba.
Realmente no quiero contar lo que ví allí...
Un niño de unos doce años, con la boca llena de sangre se deboraba un bebé que no tendía ni seis meses... Ambos eran rubios muy pálidos, diría que no son Españoles. El niño seguía engulléndolo, y ya el llanto cesaba, no tuve opción, y le disparé al niño con escasa puntería dándole en el cuello. El niño se giró hacia mí corriendo y volví a disparar acertándole en la cabeza.
El shock fue estridente. Sentía una sensación dentro de mí indescriptible. Tenía miedo, mucho miedo. Además de respeto hacia la situación.
El mundo estaba hecho un caos, la rebelión contra las religiones se había llevado acabo, se habían suicidado miles de personas inocentes, creyentes. Yo sentía el fin del mundo a ras de mi piel, y cómo habría dicho mi abuelo "Tenía los huevos puestos de pendientes."
El bebé cesó de llorar y no notaba su respiración, nada de él. Creí que estaba muerto, hasta que abrío sus diminutos ojos y se tornaron blancos, decidida a salir de allí, me encontré con una muchacha con un español mucho acento alemán. - Mátelo, mátelo, es un Zombie!. - me dijo, y yo, no sé si por el miedo o por el shock de que fuese un bebé me quedé en blanco, y sintiéndo desfallecer, apareció Patri detrás - Bye bye baby. - PUM. y disparó.
- Cojonudo, si no llego a llegar el bebé este habría mutado a Dios sabe qué. - Dijo Patricia sonriendo.
- Brutal, joder, brutal. - fue lo único que dije, acojonada aún.
La guiri de unos veinte años garraspeó.
- Bueno, tengo cosas que contaros, creo. Mi nombre es Annika, soy de Berlín, y mi familia llegó aquí hará unos siete años. Vinimos de vacaciones y mis padres decidieron montar una empresa aquí. Pero hace seis estalló la guerra contra alemania y tuvimos que escondernos en esta ciudad, en esta casa lejos de los militares. Nos teñimos el pelo, y conseguimos unos DNI Españoles, aquí me llamo Ana María González Serralvo, y sólo a veces puedo hablar normal, las demás veces tengo que fingir acento sevillano. - Patri y yo seguíamos escuchando muy atentas, pero con el corazón en vilo, porsupuesto. -Mi padre fue atacado por uno de los "infectados" alemanes en un viaje de negocios a la frontera de Alemania, él y dos militares Españoles que le acompañaban.
A la vuelta en el avión, mi padre se empezó a encontrar muy mal, y cuando llegó a casa estaba moribundo, llamámos a un médico y no acudió nadie, y se empezó a comportar de forma extraña, de forma agresiva, y todo cambió cuando se comió viva a mi madre e intento morder a mi hermano mediano... Luego él empezó a comportarse igual que mi padre, y me dí cuenta de que se habían convertido en seres manejados por el instinto animal, mi padre sólo se alimentaba y apenas escuchaba lo que podía decirle, entonces me dí cuenta de que había sido infectado por la epidemia alemana, y que no había cura para él. Tuve... tuve que hacerlo... Le disparé a mi padre pero mi hermano reuía, y tuve que esconderme. Son cómo los zombis de las películas...
- Mmm.. Cristóbal jugaba mucho a juegos de esos, me comentó que había que darles en la cabeza, - dijo Patri. - sí, que es la única función cerebral que tienen.
- Interesante, bueno, más que interesante aterrador. - dije yo mirando al bebé repellado contra la cuna.
- Sómos ahora mismo polvo en el viento, polvo que se irá esparciendo, y sólo nosotros decidimos si dejar de ser polvo para ser piedra y solucionar todo esto. - dijo Patri muy seria.
- .... ¿¡Patri!? Ahahahahahaah><, que bueno, tú filosofeando, lo que me faltaba por ver, Zombies, Patris filosóficas! Qué bueno. - dije mientras me reía. Pero en mi risa se encontraba un enorme atisbo de pánico.
- ¿A tí te mordieron, arañaron o algo por el estilo? - preguntó Patri a Annika
- No, conseguí rehuír sin un solo rasguño, no me costó mucho, mi padre padecía sobrepeso, y mi hermano es lentito de por sí.
- Pero una cosa, los llamamos Zombies, pero... ¿qué son realmente? - preguntó Patri.
- Vamos a llamarles Zetas, por el momento, pero no son muertos vivientes de las pelis que ves con tu churri en el coche para llevartelo al catre en un cine de verano. - dije yo riéndome.
- No, estos son más... reales, a mi padre se le empezó a pudrir la piel, pero él no estaba muerto. - dijo Ann, mientras se sentaba en la cama.
- Será mejor que vengas con nosotros y sigamos observando el lugar, ¿podemos coger las armas de tu padre? - Ann afirmó con la cabeza - d'accord, ahora lo tendremos un pelín más fácil, pero no sabemos a que nos enfrentamos ahí fuera.
Yo con delicadeza y pánico, toqué mi cadenita del cuello y la virgen pequeña de metal que colgaba de ella.
"Ahora sí que me siento polvo..."

Bueno espero que os haya gustado, pronto sacaré el capítulo cuarto.
Comentar con vuestras opiniones!

Queremos más!!!!
Sigue asi de bueno???