Votación para el concurso "¡Tu si que vales!" V2.0

Ya eran altas horas de la noche. Los dos hombres conversaban en la vieja cocina de la mansión. Acompañada con unas tazas de café, la charla se deslizó a terreno “paranormal”.

-¿Tu crees en fantasmas? – preguntó uno, serio.

-No sé, nunca me presentaron alguno – contestó el otro.

-¿Si no ves no crees? – indagó el primero.

-No. Yo soy una persona muy racionalista. El mundo en el que habito es y debe ser REAL.

-¿Qué pasaría si vieras un fantasma? – volvió a interrogar el primero, curiosamente viendo algo sobre la cabeza del otro.

-No me lo imagino. Si eso pasara, cosa que no creo, me volvería loco. Me cuestionaría todo en lo que creía. El mundo ya no tendría sentido para mí. Si me había equivocado en eso, ¿en qué otras cosas me había equivocado? Sin mencionar que me asustaría, claro…

Entonces el otro bajó la vista hasta encontrarse con los ojos del escéptico y le dijo.

-En ese caso, hazte un favor y no te des vuelta…

Soy el jefe de seguridad de este sitio, pero visto lo visto, no me necesitan demasiado, aquí nunca pasa nada. Por que aceptaría este trabajo, en esta vieja mansión, en medio de la nada y con esta gente tan estirada... y bueno el sueldo tampoco es para tirar cohetes. Llevo aquí un par de meses y lo más interesante que a pasado durante este tiempo es una vieja rata que hizo saltar una alarma... no entra ni sale nadie y por los monitores que vigilo lo único que veo es una imagen estática y de muy vez en cuando veo pasar a algún tipo encargado del jardín o el mantenimiento. La única orden clara que tengo es que no tengo que dejar a nadie entrar sin preguntar...

Tengo una pequeña habitación con un servicio y un escritorio al final del pasillo del ala oeste. Para comer, el resto del equipo de seguridad y las personas que se encargan del cuidado de la mansión, comemos en un salón señorial custodiado por una chimenea y un gran reloj de cuco. La comida esta bastante bien y no escatiman con ningún detalle, grandes candelabros, cubiertos para cada tipo de plato, copas...

Cada día realizo la misma rutina, mirar que los controles de las cámaras funcionen, registro de llamadas y/o correo, y una pequeña ronda por el jardín. ¿Para eso necesitan a un jefe de seguridad como yo? Se ve que esta mansión es de una familia muy rica y supongo que se lo pueden permitir…

Me permiten vivir con mi perro Red, es un pastor alemán con el pelo corto, la verdad es que me hace mucha compañía en este lugar.

Estamos comiendo cuando sucede. Una alarma suena con fuerza, todo el mundo sale corriendo despavorido. Intentando salir de la casa pero las puertas están bloqueadas.
¿Por qué coño nos dejan aquí encerrados? La gente esta como loca preguntándome, que sucede. No tengo ni idea. Solo intento tranquilizarlos, pero mis comentarios no surten efecto. La gente cada vez esta más nerviosa, intentan romper las ventanas, pero estas están blindadas. La alarma para sin previo aviso, la gente se tranquiliza, pero las puertas aun siguen bloqueadas. Decido ir cada uno a su cuarto, mañana intentaré encontrar una solución.

Al llegar a la habitación, Red no esta. ¿Dónde se ha metido ese perro? Decido acostarme, la cabeza me va a estallar creo que han sido demasiadas emociones en muy poco tiempo.

Me despierto de golpe con un fuerte trueno, la tormenta rompe con fuerza, miro sin un punto fijo por la pequeña ventana que se encuentra encima de la cama. El sonido de las miles de gotas golpear contra el cristal es muy fuerte. Me encuentro en esta vieja mansión encerrado en medio de la nada, que asco de trabajo...

Veo a Red tumbado en el suelo jugando con algo, a saber que ha encontrado por ahí. Cuando me acerco el horror recorre mi cuerpo. Tiene una mano humana, se la intento quitar pero este me muerde el brazo. Instintivamente le golpeo y este sale corriendo con su jugetito. Maldito perro.

El bocado es superficial, pero noto las palpitaciones en el. Le echo algo de agua y me pongo una pequeña venda. Me encuentro algo mal, vomito y un sudor frío recorre mi cuerpo. Decido acostarme a dormir algo.

De golpe me despierta un gran ruido, algo como si se estrellara en la lejanía. Parece que he dormido una eternidad. Red no esta pero la pequeña alfombra tiene un rastro de sangre…

Me levanto con muchas dificultades. Noto mis extremidades dormidas, tanto que tengo que arrastrar los pies para poder andar. Tengo mucha sed y hambre, será mejor que valla hacia el gran salón a comer algo. Al salir al pasillo puedo ver a más de mis compañeros. Tienen muy mal aspecto, esta mansión nos está matando. Intento hablar con más gente pero estos sencillamente me ignoran. Son como almas en pena en este mundo de locos.

El hambre se hace más aguda, no aguanto más me comería cualquier cosa. Casi no puedo andar cada vez tengo que arrastrar más los pies. Me quedan pocos metros para llegar al salón cuando de golpe se abre la puerta…

Parece un soldado, escucho como me dice que si me encuentro bien, pero esta hambre no me deja soltar palabra. Se acerca un poco más… Tengo hambre… hambre… mucha hambre…

Noto como desaparece el hambre que hace un rato no me dejaba ni moverme… Un intestino estalla en mi boca… ¿Qué estoy haciendo? Me veo tumbado encima del cuerpo sin vida de aquel hombre y dándome un festín con sus entrañas…

Es una sensación extraña, pero no me repugna, es más, me agrada y la sensación de hambre va desapareciendo en cada bocado…

De golpe, escucho la puerta cerrarse a mis espaldas. Me levanto poco a poco. Veo a un hombre vestido con un chaleco militar, STARS, veo en un parche en su pecho…

El hambre vuelve a aparecer… hambre… me dirijo hacia el militar con la boca aun con restos de mi antiguo plato… Veo como me apunta con una pistola, ¿Qué va ha hacer? Solo quiero comer… apagar mi hambre…

BANG!!!
- Homenaje al primer Zombie que apareció en la saga Resident Evil -
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Amanece un nuevo dia en este mundo infesto de caníbales, nadie imaginaba que el mundo como conocíamos estaba a punto de acabar. Nadia sabe cómo o porque una mañana la gente enloqueció y comenzó a atacarse entre ellos, los que estaban en la calle a las pocas horas del resplandor se desmallaron y cayeron al suelo de golpe. Cuando la gente comenzó a despertar ya no estaba bien la cosa, el caos cayo de la misma forma que las personas y estar en la calle ya no era seguro.

Las fuerzas del orden intentaron controlar la situación, informaban en la radio y en la televisión que nadie saliera de sus casas. Pocas horas después se impuso el toque de queda, todo el que saliera a partir de las 8 de la tarde seria detenida o hasta abatida llegara el caso. Tan solo un dos días después, la ley marcial fue declarada y al dia siguiente todo acabo. Ni ley marcial, ni toque de queda, era un salvese quien pueda, las fuerzas del orden disparaban contra todo lo que se movia.

Mientras tanto en las radios y en la TV, las cadenas que seguían en pie ponían programación en bucle de los debates que mantenían científicos dando hipótesis de que podría estar pasando. Despues de esto, nada. La calle estaba tan silenciosa como un cementerio, aunque realmente eso es lo que era. Cuerpos ensengrentados por el suelo, coches estrellados o volcados, calles taponadas con barreras improvisadas por la policía, un verdadero caos. Sin olvidarse de aquellas cosas que caminan sin rumbo fijo, con solo un propósito alimentarse.

Asi comenzó la nueva era, el nuevo amanecer, el amanecer zombie…

Capitulo 1 –-

La mañana comienza, la fría brisa de la madrugada traía consigo un cierto aroma a muerte, las calles estaban plagadas de esas cosas y los supervivientes que quedaban vivos luchaban por seguir viviendo un día más. Las calles ahora eran más peligrosas que nunca, había pasado tan poco tiempo desde que todo comenzó, que pilló a todo el mundo de improviso.

Fernando se levantó sobresaltado de la cama, alzó la cabeza y miró hacia todos los lados de la habitación, en ese instante se dio cuenta de que en verdad era una pesadilla y que todo iba bien. Aun durmiendo en una cama, no se podía conseguir dormir bien. Se miró de arriba abajo, seguía vestido como en la noche anterior, al lado suyo en la cama había una botella de JB vacía. Quizas ese fuera el motivo del dolor de cabeza tan intenso y ese malestar general.

La puerta de la habitación estaba cerrada, el pestillo estaba echado y el desorden era monumental. No recordaba nada de la noche pasada, por más que lo intentaba no conseguía saber que había hecho. Un fuerte golpe se escucho fuera de la habitación.

Agarró la botella de JB y se acercó a la puerta con cuidado, despacio quitó el pestillo y abrió la puerta con cuidado. Miró al salón y vio una silueta que se movía tambaleándose, en ese momento pensó en que se había colado uno de los caníbales de fuera. Se acercó lentamente, el mareo no le permitia moverse muy rápido. Cuando estaba tan solo a unos metros por fin

supo quien era, Alberto su compañero de piso y al parecer llevaba en el cuerpo la misma cantidad de alcohol, pero aun estaba vivo y eso lo alivió por un momento. Tan solo por un momento pequeño, cuando volvió a mirar por la ventana observo todo el caos que se dejaba ver por ella. Y su falsa sensación de alivio se acabo cuando de nuevo vio pasar un grupo de esos monstruos caminando sin rumbo.