[Historia] Memories

Bueno gente de AZ, Hoy entre al foro, y como me gusta mucho escribir, les dejo el 1er Capitulo de mi historia, Memories...

Memories

Capitulo 1: Piloto

"When you were young and your heart was an open book"

Paso hace tanto, que ya me cuesta recordarlo. A tal punto que no se si lo que estoy escribiendo es un recuerdo, o el recuerdo de un recuerdo. Uff, y ya voy por la 3ra taza de cafe. Con razon me siento tan activo, haciendo la humilde apreciacion de que la hora en mi reloj-despertador señala las 3:00 am. Bueno, intentare hacer lo que deberia haber hecho hace rato. Empezar desde el principio...

Mi pueblo nunca fue el mas conocido en el mundo, ni el mas visitado por los excentricos turistas franceses, ni el mas soñado por los humildes trabajadores de los barrios bajos, ni el mas observado por la prensa, ni el mas olvidado por el cruel paso del tiempo. Quiza era por ese conjunto de cualidades, el hecho de mi amor absoluto y mi mas completa devocion hacia el.
Viviamos en una casa normal, por asi decirlo, de principios de siglo. Con el infaltable jardin lleno de nomeolvides, la chimenea junto a la cual recibi una de las desilusiones mas grandes de mi vida, enterarme que aquel gordito bonachon, vestido de rojo, y con una enorme barba blanca que le llegaba al estomago, y que era sostenida por un cinturon ancho con detalles en dorado, no era otro que mi tio Alex. Luego estaba la cocina, donde mama preparaba aquellas tortas de frambuesa que hacian que el peor dia escolar, se transformase en un abrir y cerrar de ojos, en el mejor momento de la vida. Luego estaba el living, nuestro santuario, como le deciamos con papa, en donde nos sentabamos todos los domigos a las 16 hs religiosamente a ver jugar al Reading.
Luego estaba mi cuarto, aquel que tantas veces fue testigo de mis mas locas travesuras, hasta mis mas complicadas tareas; Desde mis mas exultantes risas, hasta mis mas desconsolados llantos.
En fin, habia tantas cosas, tanta bendicion en esa casa. Llegue a pensar que nuestra casa, nuestro barrio, nuestro... nuestro mundo!, estaba protegido y custodiado celosamente por Dios.
Cuanto me habia equivocado...