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Segunda prueba
¿Furulas?
No estoy muerto.
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ynyx
Battousai
NEO
Noestoymuerto
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No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 1
(Monte de los Santos)
De pesadilla.
- ¿Donde estoy?,
- ¿Por qué está todo tan oscuro?,
- ¿Por qué no oigo nada?
Parpadeo y parpadeo intentando en vano que mis ojos se acostumbren a la oscuridad, pero no hay manera, no veo. Nada.
- ¿A que huele?, ¿rancio?, ¿embotado?, ¿pútrido?, ¿madera?, quizás simplemente huela a una mezcla de todos ellos, pero no podría saberlo a ciencia cierta, la verdad es que el olfato nunca ha sido uno de mis fuertes.
Noto las piernas, noto los brazos, respiro (eso es bueno), no veo aunque parpadeo y tampoco oigo absolutamente nada, pero puedo oler - menudo consuelo.
Siento el peso de mi cuerpo apoyado en la espalda, ¡Estoy tumbado!, es algo duro, rígido, noto los brazos encajonados contra una pared, como si estuviera metido en una cuna, pero en vez de un bebe... ¡¡me han metido a mí!!!
- ¿Por qué coño no puedo ver nada?
Intento levantarme, lenta y torpemente pues el hueco en el que estoy metido no puedo maniobrar correctamente, al instante mi frente se topa contra algo, ¿un techo...?
- ¿pero qué cojones...?, apenas he levantado la cabeza dos dedos de altura. Debo estar bastante arriba como para tener el techo tan cerca.
¿Quien construye cunas de dos metros y medio de altura?
-¡¡EEEEHHHHHHH!! ¿¿HAY ALGUIEN?? ¿¿HOLAAA?? - grito y grito pero mis alaridos retumban y no llegan a ningún sitio.
Empiezo a notar sudor por todo mi cuerpo.
- Joder aquí hace calor.
Estoy encajonado, no puedo levantarme, no veo nada, no se oye nada, apenas puedo moverme... me estoy empezando a poner nervioso.
Necesito ver algo, busco en el bolsillo derecho de mi pantalón con la esperanza de encontrar un mechero, - alguna ventaja tiene que tener el fumar - me digo a mi mismo, voilá! un clipper, intento darle a la piedra, pero no tiene bastante chispa como para que encienda el gas y solo consigo un pequeño fogonazo - joder, necesito las dos manos - una para dejar el gas pulsado y otra para hacer funcionar la piedra, siempre pienso lo mismo, es el fallo de estos mecheros. Al final y después de un par de intentos mas, que únicamente consiguen deslumbrarme por los destellos, consigo encender el mechero...
- ¡Mierda! ¡No es un techo!, es una tapa... una jodida tapa... mierda, mierda y mierda, ¿Donde estoy metido?, a los lados no hay barrotes, son paredes, y parece madera, no puede ser... esto no va a ser una cuna... esto va a ser….
- ¡¡UN ATAUD!! Estoy en un ataúd!... pero... ¡¡¡¡no estoy muerto!!!!, ¡¡¡NO ESTOY MUERTO!!!, ¡¡¡NO ESTOY MUERTO!!! - grito y grito cada vez mas fuerte pero no obtengo ninguna respuesta.
Estoy sudando a chorros, me tiemblan las manos, apenas puedo sujetar el mechero y cada vez estoy más angustiado, me está empezando a faltar el aire, quizás presa del agobio o puede que lo esté agotando al respirar más rápidamente, el ambiente se está empezando a cargar por milésimas de segundo, fruto de mi desesperación, está cargado, muy cargado.
- ¿Como salgo de aquí? no puedo arquear las piernas lo suficiente como para poder hacer fuerza para levantar la tapa, que por otro lado, quizás pese demasiado, o quizás esté clavada, necesito hacer fuerza.
Las manos con un grandísimo esfuerzo he conseguido ponerlas a la altura de mi cabeza para intentar levantar la tapa, pero nada, no tengo fuerzas, empiezo arrepentirme de no haberme apuntado nunca a ese gimnasio.
Chisssst, calla, estoy empezando a escuchar algo, a lo lejos, muy lejos, oír algo consigue tranquilizarme un poco, intento concentrarme para conseguir identificar el sonido, empiezo poco a poco a cambiar los jadeos por respiraciones.
¿Pero… qué es?, ¿de dónde viene?, el sonido poco se acerca, ¡¡¡es música!!! Se acerca más, más, más, suena más alto, se acerca rápidamente ahora, suena más alto, mucho más alto, se está haciendo insoportable por momentos, suena cada vez más alto….
(Monte de los Santos)
De pesadilla.
- ¿Donde estoy?,
- ¿Por qué está todo tan oscuro?,
- ¿Por qué no oigo nada?
Parpadeo y parpadeo intentando en vano que mis ojos se acostumbren a la oscuridad, pero no hay manera, no veo. Nada.
- ¿A que huele?, ¿rancio?, ¿embotado?, ¿pútrido?, ¿madera?, quizás simplemente huela a una mezcla de todos ellos, pero no podría saberlo a ciencia cierta, la verdad es que el olfato nunca ha sido uno de mis fuertes.
Noto las piernas, noto los brazos, respiro (eso es bueno), no veo aunque parpadeo y tampoco oigo absolutamente nada, pero puedo oler - menudo consuelo.
Siento el peso de mi cuerpo apoyado en la espalda, ¡Estoy tumbado!, es algo duro, rígido, noto los brazos encajonados contra una pared, como si estuviera metido en una cuna, pero en vez de un bebe... ¡¡me han metido a mí!!!
- ¿Por qué coño no puedo ver nada?
Intento levantarme, lenta y torpemente pues el hueco en el que estoy metido no puedo maniobrar correctamente, al instante mi frente se topa contra algo, ¿un techo...?
- ¿pero qué cojones...?, apenas he levantado la cabeza dos dedos de altura. Debo estar bastante arriba como para tener el techo tan cerca.
¿Quien construye cunas de dos metros y medio de altura?
-¡¡EEEEHHHHHHH!! ¿¿HAY ALGUIEN?? ¿¿HOLAAA?? - grito y grito pero mis alaridos retumban y no llegan a ningún sitio.
Empiezo a notar sudor por todo mi cuerpo.
- Joder aquí hace calor.
Estoy encajonado, no puedo levantarme, no veo nada, no se oye nada, apenas puedo moverme... me estoy empezando a poner nervioso.
Necesito ver algo, busco en el bolsillo derecho de mi pantalón con la esperanza de encontrar un mechero, - alguna ventaja tiene que tener el fumar - me digo a mi mismo, voilá! un clipper, intento darle a la piedra, pero no tiene bastante chispa como para que encienda el gas y solo consigo un pequeño fogonazo - joder, necesito las dos manos - una para dejar el gas pulsado y otra para hacer funcionar la piedra, siempre pienso lo mismo, es el fallo de estos mecheros. Al final y después de un par de intentos mas, que únicamente consiguen deslumbrarme por los destellos, consigo encender el mechero...
- ¡Mierda! ¡No es un techo!, es una tapa... una jodida tapa... mierda, mierda y mierda, ¿Donde estoy metido?, a los lados no hay barrotes, son paredes, y parece madera, no puede ser... esto no va a ser una cuna... esto va a ser….
- ¡¡UN ATAUD!! Estoy en un ataúd!... pero... ¡¡¡¡no estoy muerto!!!!, ¡¡¡NO ESTOY MUERTO!!!, ¡¡¡NO ESTOY MUERTO!!! - grito y grito cada vez mas fuerte pero no obtengo ninguna respuesta.
Estoy sudando a chorros, me tiemblan las manos, apenas puedo sujetar el mechero y cada vez estoy más angustiado, me está empezando a faltar el aire, quizás presa del agobio o puede que lo esté agotando al respirar más rápidamente, el ambiente se está empezando a cargar por milésimas de segundo, fruto de mi desesperación, está cargado, muy cargado.
- ¿Como salgo de aquí? no puedo arquear las piernas lo suficiente como para poder hacer fuerza para levantar la tapa, que por otro lado, quizás pese demasiado, o quizás esté clavada, necesito hacer fuerza.
Las manos con un grandísimo esfuerzo he conseguido ponerlas a la altura de mi cabeza para intentar levantar la tapa, pero nada, no tengo fuerzas, empiezo arrepentirme de no haberme apuntado nunca a ese gimnasio.
Chisssst, calla, estoy empezando a escuchar algo, a lo lejos, muy lejos, oír algo consigue tranquilizarme un poco, intento concentrarme para conseguir identificar el sonido, empiezo poco a poco a cambiar los jadeos por respiraciones.
¿Pero… qué es?, ¿de dónde viene?, el sonido poco se acerca, ¡¡¡es música!!! Se acerca más, más, más, suena más alto, se acerca rápidamente ahora, suena más alto, mucho más alto, se está haciendo insoportable por momentos, suena cada vez más alto….
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 2
De camino al trabajo
Las 05:30 AM, el despertador de mi teléfono móvil está sonando, levanto el brazo derecho a ver si consigo tocar alguna tecla que haga que me deje 5 minutos más de tranquilidad, aunque al instante caigo en la pesadilla que me estaba absorbiendo, y decido que no, no hay cinco minutos más, quien sabe en qué extraño sueño podría meterme de nuevo si me caigo en otro estado narcótico.
Con los ojos totalmente rojos y vidriosos por el sueño, me levanto tanteando para no chocar con nada, y no despertar a Peke, mi novia. Me dirijo directamente a la cocina, café y un par de magdalenas son la mejor opción para estas horas.
Cuesta despejarse después de dos semanas sin ir a trabajar, me visto como puedo y salgo de casa para meterme en el coche, es una suerte vivir en una urbanización lejos del jaleo de la gran ciudad, sin contaminación, sin vecinos arriba o abajo, y pudiendo aparcar en la misma puerta de casa.
Doy un giro de llave, arranco el coche. Aunque llevo tres días sin poder ver la televisión gracias a una llamada “ciclogénesis explosiva” que se ha llevado la antena de mi casa por unos vientos de más de 200 kilómetros por hora, decido pasar de poner la radio porque total, para lo que hay que oír, que si crisis, que si desfalcos, otro concejal de urbanismo en la cárcel… pongo el CD-mp3, - anda que no me costó que el concesionario me “regalara” uno en vez de un CD normal y corriente - por los altavoces, se puede empezar a escuchar a Sinkope “Humo de contrabando” del disco del mismo nombre. Una buena canción para empezar bien el día…
Miro el reloj del coche, son las 5:55, y hay 4 grados en la calle, -que frio- enfilo la calle, doscientos metros más adelante giro a la derecha hasta la primera rotonda, cruzo el puente que divide la urbanización en dos, y atravieso la segunda fase de la urbanización que está aún por construir hasta la carretera de salida. Es una urbanización totalmente vallada de más de 800 parcelas y partida de cuajo en dos por las vías del AVE, para salir solo hay una carretera, vallada a ambos lados, y llena de curvas, curvas y más curvas durante 3 kilómetros, que lleva a la entrada de un pequeño pueblo de Guadalajara.
Trabajo en unas oficinas del sur de Madrid, a 15 minutos de carreteras secundarias y otros 25 de nacional 2. No me importa el tiempo en bajar a trabajar, ni la distancia, puesto que son los únicos ratos que aprovecho para oír música o la radio, ya que en casa, no suelo poner la mini cadena.
Hace apenas 3 kilómetros que he dejado la carretera de acceso a la urbanización y he entrado en la comarcal que me lleva hasta la autovía, cuando me he encontrado de frente con dos personas que estaban inmóviles una en el arcén de la carretera, y la otra metida en el medio del carril de vuelta - ¿que hacen dos personas ahí a estas horas? – he cogido el teléfono para llamar a emergencias y contarles que hay dos locos en medio de la carretera… un tono… dos tonos… a ver si me compro un manos libres… otro tono…¡¡¡una locución!!! – Joder, como para una emergencia- En estos momentos tenemos todas las líneas ocupadas, por favor manténgase a la espera. - Ah, mira, como para llamar por que a alguien le esté dando un infarto…- Nada mas doblar la siguiente curva he visto unas sirenas, la guardia civil, -bueno, será porque alguien les ha llamado con más suerte y van a ver qué ocurre -.
De camino al trabajo
Las 05:30 AM, el despertador de mi teléfono móvil está sonando, levanto el brazo derecho a ver si consigo tocar alguna tecla que haga que me deje 5 minutos más de tranquilidad, aunque al instante caigo en la pesadilla que me estaba absorbiendo, y decido que no, no hay cinco minutos más, quien sabe en qué extraño sueño podría meterme de nuevo si me caigo en otro estado narcótico.
Con los ojos totalmente rojos y vidriosos por el sueño, me levanto tanteando para no chocar con nada, y no despertar a Peke, mi novia. Me dirijo directamente a la cocina, café y un par de magdalenas son la mejor opción para estas horas.
Cuesta despejarse después de dos semanas sin ir a trabajar, me visto como puedo y salgo de casa para meterme en el coche, es una suerte vivir en una urbanización lejos del jaleo de la gran ciudad, sin contaminación, sin vecinos arriba o abajo, y pudiendo aparcar en la misma puerta de casa.
Doy un giro de llave, arranco el coche. Aunque llevo tres días sin poder ver la televisión gracias a una llamada “ciclogénesis explosiva” que se ha llevado la antena de mi casa por unos vientos de más de 200 kilómetros por hora, decido pasar de poner la radio porque total, para lo que hay que oír, que si crisis, que si desfalcos, otro concejal de urbanismo en la cárcel… pongo el CD-mp3, - anda que no me costó que el concesionario me “regalara” uno en vez de un CD normal y corriente - por los altavoces, se puede empezar a escuchar a Sinkope “Humo de contrabando” del disco del mismo nombre. Una buena canción para empezar bien el día…
Miro el reloj del coche, son las 5:55, y hay 4 grados en la calle, -que frio- enfilo la calle, doscientos metros más adelante giro a la derecha hasta la primera rotonda, cruzo el puente que divide la urbanización en dos, y atravieso la segunda fase de la urbanización que está aún por construir hasta la carretera de salida. Es una urbanización totalmente vallada de más de 800 parcelas y partida de cuajo en dos por las vías del AVE, para salir solo hay una carretera, vallada a ambos lados, y llena de curvas, curvas y más curvas durante 3 kilómetros, que lleva a la entrada de un pequeño pueblo de Guadalajara.
Trabajo en unas oficinas del sur de Madrid, a 15 minutos de carreteras secundarias y otros 25 de nacional 2. No me importa el tiempo en bajar a trabajar, ni la distancia, puesto que son los únicos ratos que aprovecho para oír música o la radio, ya que en casa, no suelo poner la mini cadena.
Hace apenas 3 kilómetros que he dejado la carretera de acceso a la urbanización y he entrado en la comarcal que me lleva hasta la autovía, cuando me he encontrado de frente con dos personas que estaban inmóviles una en el arcén de la carretera, y la otra metida en el medio del carril de vuelta - ¿que hacen dos personas ahí a estas horas? – he cogido el teléfono para llamar a emergencias y contarles que hay dos locos en medio de la carretera… un tono… dos tonos… a ver si me compro un manos libres… otro tono…¡¡¡una locución!!! – Joder, como para una emergencia- En estos momentos tenemos todas las líneas ocupadas, por favor manténgase a la espera. - Ah, mira, como para llamar por que a alguien le esté dando un infarto…- Nada mas doblar la siguiente curva he visto unas sirenas, la guardia civil, -bueno, será porque alguien les ha llamado con más suerte y van a ver qué ocurre -.
Re: No estoy muerto.
Noestoymuerto, ya que veo que vas a colgar una historia por capitulos, te aconsejo que te pases por las normas y evites hacer dobles post como has hecho ahora parap oner cada capitulo de forma suelta.
El doble post con tanpoca antelacionesta prohibido. Para evitar eso, lo mejor es editar el anterior post si no hay ninguno mas de otro usuario por medio.
El doble post con tanpoca antelacionesta prohibido. Para evitar eso, lo mejor es editar el anterior post si no hay ninguno mas de otro usuario por medio.
NEO- Zombie hunter todopoderoso
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Localización : Buscando víveres en Chernarus
Fecha de inscripción : 07/07/2008
Re: No estoy muerto.
ademas tus firmes exceden el tamaño maximo permitido, por lo que debes cambiarlas
Re: No estoy muerto.
acabo de leer la primera parte me a gustado empieza bastante bien
ynyx- Encargado de las mantas
- Cantidad de envíos : 266
Edad : 32
Localización : no lo se si alguien me encuentra que me lo diga
Fecha de inscripción : 06/05/2010
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 3
¿Fiesta?
Acabo de llegar a trabajar, son las 7:00 y ¡¡Sorpresa!! ¡Aun no ha llegado nadie!, mira que es raro, porque siempre hay alguno que parece que duerma aquí, de esos típicos adictos al trabajo sin vida social, o que en sus casas no les quieren, que se van los últimos y vienen los primeros.
Me voy a poner un café a la máquina, las 7:15 y a echar un cigarrito, aquí no viene ni Bruno.
Las 7:30, – seguro que hoy es fiesta y no me he acordado- . Demasiado tiempo sin venir quizás -. Así que nada, he encendido mi ordenador, he mirado un rato el correo, las 8:00, -joder que para eso no me he levantado yo a estas horas- ¿llamo a algún compañero?, bueno, casi mejor no, no sea que hoy sea fiesta y les despierte -
- Fiesta…el calendario del ordenador marca que hoy es miércoles 3 de Marzo de 2010, un día como otro cualquiera, en fin, voy a leer el periódico un rato. – una excusa como otra cualquiera para retrasar el empezar a trabajar -
Titular de Elpais.com
“Sanidad confirma que ya van más de ciento veinte muertos en toda la geografía española”
Y en cabecera,
“Miles de personas colapsan los servicios sanitarios, el Ministerio de Sanidad pide que por favor no se acuda a urgencias más que para lo estrictamente necesario”
“Actualizado a las 8:08”. - ¿más de ciento veinte muertos?, ¡ostias!, - sigo leyendo:
“El ministerio de sanidad aun no sabe a qué se pueden atribuir las más de ciento veinte muertes contabilizadas desde ayer por la mañana en todo el territorio Español. Se especula con pesticidas, o con un nuevo caso similar al del aceite de Colza.
En rueda de prensa la ministra de sanidad Dña. Trinidad Jiménez ha argumentado que tanto desde su ministerio como desde el CNI, se está trabajando en ello, esperan hallar rápidamente las causas de estos fallecimientos para poder encontrar una manera de atajarlos. Así mismo se está manteniendo contactos con los respectivos ministerios de sanidad de los países en que se están dando casos similares.
Al parecer todos los fallecidos compartieron durante las últimas horas el mismo cuadro clínico, fiebre alta, vómitos, calambres, rigidez muscular, delirios y alucinaciones.”
“Noticias relacionadas:
Casos similares se dan en Inglaterra, Italia, Francia, Alemania, Noruega, China, India, Egipto, Yemen, Sur África, Argentina, Brasil, México, Estados Unidos y Canadá
Los hospitales se colapsan por centenares de personas que padecen síntomas similares a los de los fallecidos”
¿Fiesta?
Acabo de llegar a trabajar, son las 7:00 y ¡¡Sorpresa!! ¡Aun no ha llegado nadie!, mira que es raro, porque siempre hay alguno que parece que duerma aquí, de esos típicos adictos al trabajo sin vida social, o que en sus casas no les quieren, que se van los últimos y vienen los primeros.
Me voy a poner un café a la máquina, las 7:15 y a echar un cigarrito, aquí no viene ni Bruno.
Las 7:30, – seguro que hoy es fiesta y no me he acordado- . Demasiado tiempo sin venir quizás -. Así que nada, he encendido mi ordenador, he mirado un rato el correo, las 8:00, -joder que para eso no me he levantado yo a estas horas- ¿llamo a algún compañero?, bueno, casi mejor no, no sea que hoy sea fiesta y les despierte -
- Fiesta…el calendario del ordenador marca que hoy es miércoles 3 de Marzo de 2010, un día como otro cualquiera, en fin, voy a leer el periódico un rato. – una excusa como otra cualquiera para retrasar el empezar a trabajar -
Titular de Elpais.com
“Sanidad confirma que ya van más de ciento veinte muertos en toda la geografía española”
Y en cabecera,
“Miles de personas colapsan los servicios sanitarios, el Ministerio de Sanidad pide que por favor no se acuda a urgencias más que para lo estrictamente necesario”
“Actualizado a las 8:08”. - ¿más de ciento veinte muertos?, ¡ostias!, - sigo leyendo:
“El ministerio de sanidad aun no sabe a qué se pueden atribuir las más de ciento veinte muertes contabilizadas desde ayer por la mañana en todo el territorio Español. Se especula con pesticidas, o con un nuevo caso similar al del aceite de Colza.
En rueda de prensa la ministra de sanidad Dña. Trinidad Jiménez ha argumentado que tanto desde su ministerio como desde el CNI, se está trabajando en ello, esperan hallar rápidamente las causas de estos fallecimientos para poder encontrar una manera de atajarlos. Así mismo se está manteniendo contactos con los respectivos ministerios de sanidad de los países en que se están dando casos similares.
Al parecer todos los fallecidos compartieron durante las últimas horas el mismo cuadro clínico, fiebre alta, vómitos, calambres, rigidez muscular, delirios y alucinaciones.”
“Noticias relacionadas:
Casos similares se dan en Inglaterra, Italia, Francia, Alemania, Noruega, China, India, Egipto, Yemen, Sur África, Argentina, Brasil, México, Estados Unidos y Canadá
Los hospitales se colapsan por centenares de personas que padecen síntomas similares a los de los fallecidos”
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 4
Están tomando los hospitales.
Se abre la puerta de la oficina, y llega el primer rezagado, Chete, una de las personas con quien mejor trato tengo en el trabajo.
- Anda mira, quien aparece por aquí... – digo alzando la voz para que me oiga – Que pasa, ¿que hoy no se trabaja y no me he enterado?-
- Que va, me he dormido, - pausa mientras observa que la oficina está vacía – ayer estuvimos de noche toledana en casa, los vecinos se pasaron casi toda la noche, haciendo ruido, al parecer tienen al niño chungo con fiebre bastante alta, y claro, como las paredes son de papel, pues no hay quien duerma. Llamada al médico, lloros del niño, llenan la bañera, bañan al niño para bajar la fiebre, llora mas, le sacan, deja de llorar, suena el telefonillo, llora de nuevo, ahora suena el timbre de la casa, viene el médico, llora el niño de nuevo, se va el médico, portazo, llora otra vez… - pausa - De todas maneras – continua mientras contempla la oficina de nuevo – he hablado con Carlos y viene también de camino, que ayer estuvo de marcha por ahí y se acababa de despertar.
-¿Has odio la cantidad de peña que está palmando por ahí? – Me pregunta – Esta mañana han dicho que eran 75 de golpe y porrazo.
- Acabo de leerlo, pero, alguno más de 75 he leído yo – le digo mientras pulso F5 para actualizar la página del periódico –
“Actualizado a las 8:25. Sanidad confirma que son más de doscientos cincuenta muertos en toda la geografía española”
- Creo que hay algunos más de los que has escuchado tu… venga te invito a un piti - Salimos fuera, puesto que ya no nos dejan fumar dentro, mientras debatimos ilusamente sobre las supuestas causas de tanta muerte repentina, vemos pasar por delante de la puerta del trabajo a toda velocidad y acallando nuestra conversación por el ruido de las sirenas a una, dos, tres, cuatro… hasta veinte “lecheras” de la UIP (Unidad de Intervención Policial de la Policía Nacional)
- ¡Toma ya! – Digo mientras señalo a la última furgoneta de la comitiva – ¿a dónde irá tanto antidisturbios junto?, ¿Hay otra manifestación de malvados y peligrosos pensionistas octogenarios manifestándose para que les suban las pensiones?
- Pues me da a mí que no – me corrige Chete cambiándome el dedo de dirección y girándomelo hacia el hospital “12 de Octubre”.
La oficina dista aproximadamente unos 600 metros del hospital, uno de los más grandes de Madrid, con casi 7000 empleados y 1300 camas. Está divido en dos grandes edificios, el Materno-Infantil y la Residencia General, de 18 plantas de altura mas 3 subterráneas… todo un monstruo de cemento y ladrillo. – Es una pena que lo esté privatizando la “Espe”- pienso.
- Corre, vamos a ver las cámaras para ver si podemos ver qué ocurre allí. –Salta Chete-
Cierto… ¿que mejor manera de ver que pasa en directo que desde las cámaras de tráfico que apuntan al hospital?.
Desde las cámaras podemos ver la llegada al hospital las lecheras, y como bajan de ellas a toda prisa armarios empotrados cargados con cascos, escudos y todo tipo de material antidisturbios, mientras van formado en filas de 20 hombres delante de las furgonetas, joder, son todo un ejército, me parece contar por lo alto unos 160, echando un cálculo rápido de “a 8 por furgoneta”.
De la primera de ellas, ha bajado un policía que se ha colocado delante de todos ellos y por la manera de gesticular con el brazo, parece que les está dando instrucciones, de entrar al edificio… ¿Qué ocurre ahí adentro?.
Parece una competición, preparados, listos, ¡ya!, han salido todos corriendo hacia dentro del hospital como si estuvieran rodando una batalla de Braveheart.
En eso ha llegado Carlos, vaya horitas, son casi las 9…
- ¿pero tú no estabas a punto de salir de casa hace una hora? –salta Chete..
- si si, si de hecho he salido hace una hora de casa, pero había un atasco de la leche. Han puesto un par de controles a la entrada a la ciudad…
F5, de nuevo, vamos a ver si dicen algo de lo del 12 de Octubre,
“Actualizado a las 13:10. La cifra de muertos se eleva cada minuto que pasa, ya van más de 500 los muertos.”
Y en segundo plano:
“Altercados en varios hospitales de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. La Policía Nacional, autonómicas y Guardia civil toman los hospitales para garantizar la seguridad y evitar nuevos altercados”
Lo que me recuerda que Peke (el nombre cariñoso con que llamo a Arantxa), trabajaba hoy, y además en turno de mañana.
-¿UCI? – Expone una voz que no me resulta familiar…
- si por favor, ¿Arantxa?.
- un segundito.
-¿Si? – Esta voz si me resulta bastante familiar…
- Peke, soy yo, oye, acabo leer las noticias…
-Ni te imaginas – Me corta rápidamente – tenemos el hospital lleno de policías, hemos oído incluso algunos tiros,
- Ostias…
- Tranquilo, tenemos las puertas cerradas, y no puede entrar nadie aquí sin la clave. Así que, al que estén buscando no lo van a encontrar aquí adentro.
-Vale, pero ten cuidado ¿eh?
-Descuida. Venga luego te veo.
Son más de las 14:00 horas, hora de irse a casa, aquí no viene nadie más, de camino si he puesto la radio del coche, no paran de hablar de cifras de muertos, de hospitales tomados por las fuerzas de seguridad por indeterminados disturbios en su interior, y de sucesos similares en numerosos países, pero ha sido una noticia la que me ha sacado del trance de conducir:
“La comunidad de Madrid obliga a todo el personal médico a permanecer en sus puestos de trabajo hasta nueva orden, así mismo fuentes independientes hablan que los altercados ocasionados en los hospitales y centros de salud son protagonizados, al parecer, por grupos de personas extremadamente violentas están atacando a toda persona que se les cruza por medio.”
Desde casa, no quito oído de la radio mientras hago la comida. Y las noticias no son nada prometedoras, al parecer los ataques, que ya se empiezan tímidamente a llamar disturbios, se están empezando a extender a los alrededores de los hospitales y centros de salud.
Desde las páginas de los periódicos de internet no muestran mucho más. Voy a acabar de hacerme la comida.
Con un oído pegado al teléfono por si llamara Peke para ver cómo les va, intento echarme un rato la siesta, levantarse a las 5:30 tiene ese pequeño inconveniente, que a las 16:00 estas roto.
Ha sido a las 19:00, cuando ha sonado, me he levantado de un salto... miro la pantalla, y un número extremadamente largo, de esos de centralita… es Peke fijo.
– ¡Oscar!, oye, esto está muy mal, hemos oído muchísimos disparos en el pasillo hasta hace un par de horas, luego han parado de golpe, ahora solo se oyen fuera, desde la ventana vemos barricadas, en las calles de acceso al hospital, y la policía está disparando a todo el que se sale del hospital y va hacia ellos, hay varios muertos entre ellos y el hospital tirados en el asfalto.
Hace media hora, como ya no se oían disparos dentro, han salido dos celadores a llevar a un paciente a planta, a los pocos metros de la puerta de la UCI les han atacado un grupo de unas diez personas, a uno le han mordido la pierna y tiene un brazo colgando por los tendones, a bocados, ¡se lo han hecho a bocados!, como si quisieran comérsele vivo, ha conseguido zafarse y volver a la UCI, pero del otro y del paciente, no sabemos nada, hemos cerrado la puerta deprisa, ¡pero están golpeando la puerta y gritando desde afuera desde entonces!. Empiezo a tener miedo. Esto no pinta bien… oye…, te tengo que dejar, tiene que llamar más gente, luego te llamo...
Están tomando los hospitales.
Se abre la puerta de la oficina, y llega el primer rezagado, Chete, una de las personas con quien mejor trato tengo en el trabajo.
- Anda mira, quien aparece por aquí... – digo alzando la voz para que me oiga – Que pasa, ¿que hoy no se trabaja y no me he enterado?-
- Que va, me he dormido, - pausa mientras observa que la oficina está vacía – ayer estuvimos de noche toledana en casa, los vecinos se pasaron casi toda la noche, haciendo ruido, al parecer tienen al niño chungo con fiebre bastante alta, y claro, como las paredes son de papel, pues no hay quien duerma. Llamada al médico, lloros del niño, llenan la bañera, bañan al niño para bajar la fiebre, llora mas, le sacan, deja de llorar, suena el telefonillo, llora de nuevo, ahora suena el timbre de la casa, viene el médico, llora el niño de nuevo, se va el médico, portazo, llora otra vez… - pausa - De todas maneras – continua mientras contempla la oficina de nuevo – he hablado con Carlos y viene también de camino, que ayer estuvo de marcha por ahí y se acababa de despertar.
-¿Has odio la cantidad de peña que está palmando por ahí? – Me pregunta – Esta mañana han dicho que eran 75 de golpe y porrazo.
- Acabo de leerlo, pero, alguno más de 75 he leído yo – le digo mientras pulso F5 para actualizar la página del periódico –
“Actualizado a las 8:25. Sanidad confirma que son más de doscientos cincuenta muertos en toda la geografía española”
- Creo que hay algunos más de los que has escuchado tu… venga te invito a un piti - Salimos fuera, puesto que ya no nos dejan fumar dentro, mientras debatimos ilusamente sobre las supuestas causas de tanta muerte repentina, vemos pasar por delante de la puerta del trabajo a toda velocidad y acallando nuestra conversación por el ruido de las sirenas a una, dos, tres, cuatro… hasta veinte “lecheras” de la UIP (Unidad de Intervención Policial de la Policía Nacional)
- ¡Toma ya! – Digo mientras señalo a la última furgoneta de la comitiva – ¿a dónde irá tanto antidisturbios junto?, ¿Hay otra manifestación de malvados y peligrosos pensionistas octogenarios manifestándose para que les suban las pensiones?
- Pues me da a mí que no – me corrige Chete cambiándome el dedo de dirección y girándomelo hacia el hospital “12 de Octubre”.
La oficina dista aproximadamente unos 600 metros del hospital, uno de los más grandes de Madrid, con casi 7000 empleados y 1300 camas. Está divido en dos grandes edificios, el Materno-Infantil y la Residencia General, de 18 plantas de altura mas 3 subterráneas… todo un monstruo de cemento y ladrillo. – Es una pena que lo esté privatizando la “Espe”- pienso.
- Corre, vamos a ver las cámaras para ver si podemos ver qué ocurre allí. –Salta Chete-
Cierto… ¿que mejor manera de ver que pasa en directo que desde las cámaras de tráfico que apuntan al hospital?.
Desde las cámaras podemos ver la llegada al hospital las lecheras, y como bajan de ellas a toda prisa armarios empotrados cargados con cascos, escudos y todo tipo de material antidisturbios, mientras van formado en filas de 20 hombres delante de las furgonetas, joder, son todo un ejército, me parece contar por lo alto unos 160, echando un cálculo rápido de “a 8 por furgoneta”.
De la primera de ellas, ha bajado un policía que se ha colocado delante de todos ellos y por la manera de gesticular con el brazo, parece que les está dando instrucciones, de entrar al edificio… ¿Qué ocurre ahí adentro?.
Parece una competición, preparados, listos, ¡ya!, han salido todos corriendo hacia dentro del hospital como si estuvieran rodando una batalla de Braveheart.
En eso ha llegado Carlos, vaya horitas, son casi las 9…
- ¿pero tú no estabas a punto de salir de casa hace una hora? –salta Chete..
- si si, si de hecho he salido hace una hora de casa, pero había un atasco de la leche. Han puesto un par de controles a la entrada a la ciudad…
F5, de nuevo, vamos a ver si dicen algo de lo del 12 de Octubre,
“Actualizado a las 13:10. La cifra de muertos se eleva cada minuto que pasa, ya van más de 500 los muertos.”
Y en segundo plano:
“Altercados en varios hospitales de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. La Policía Nacional, autonómicas y Guardia civil toman los hospitales para garantizar la seguridad y evitar nuevos altercados”
Lo que me recuerda que Peke (el nombre cariñoso con que llamo a Arantxa), trabajaba hoy, y además en turno de mañana.
-¿UCI? – Expone una voz que no me resulta familiar…
- si por favor, ¿Arantxa?.
- un segundito.
-¿Si? – Esta voz si me resulta bastante familiar…
- Peke, soy yo, oye, acabo leer las noticias…
-Ni te imaginas – Me corta rápidamente – tenemos el hospital lleno de policías, hemos oído incluso algunos tiros,
- Ostias…
- Tranquilo, tenemos las puertas cerradas, y no puede entrar nadie aquí sin la clave. Así que, al que estén buscando no lo van a encontrar aquí adentro.
-Vale, pero ten cuidado ¿eh?
-Descuida. Venga luego te veo.
Son más de las 14:00 horas, hora de irse a casa, aquí no viene nadie más, de camino si he puesto la radio del coche, no paran de hablar de cifras de muertos, de hospitales tomados por las fuerzas de seguridad por indeterminados disturbios en su interior, y de sucesos similares en numerosos países, pero ha sido una noticia la que me ha sacado del trance de conducir:
“La comunidad de Madrid obliga a todo el personal médico a permanecer en sus puestos de trabajo hasta nueva orden, así mismo fuentes independientes hablan que los altercados ocasionados en los hospitales y centros de salud son protagonizados, al parecer, por grupos de personas extremadamente violentas están atacando a toda persona que se les cruza por medio.”
Desde casa, no quito oído de la radio mientras hago la comida. Y las noticias no son nada prometedoras, al parecer los ataques, que ya se empiezan tímidamente a llamar disturbios, se están empezando a extender a los alrededores de los hospitales y centros de salud.
Desde las páginas de los periódicos de internet no muestran mucho más. Voy a acabar de hacerme la comida.
Con un oído pegado al teléfono por si llamara Peke para ver cómo les va, intento echarme un rato la siesta, levantarse a las 5:30 tiene ese pequeño inconveniente, que a las 16:00 estas roto.
Ha sido a las 19:00, cuando ha sonado, me he levantado de un salto... miro la pantalla, y un número extremadamente largo, de esos de centralita… es Peke fijo.
– ¡Oscar!, oye, esto está muy mal, hemos oído muchísimos disparos en el pasillo hasta hace un par de horas, luego han parado de golpe, ahora solo se oyen fuera, desde la ventana vemos barricadas, en las calles de acceso al hospital, y la policía está disparando a todo el que se sale del hospital y va hacia ellos, hay varios muertos entre ellos y el hospital tirados en el asfalto.
Hace media hora, como ya no se oían disparos dentro, han salido dos celadores a llevar a un paciente a planta, a los pocos metros de la puerta de la UCI les han atacado un grupo de unas diez personas, a uno le han mordido la pierna y tiene un brazo colgando por los tendones, a bocados, ¡se lo han hecho a bocados!, como si quisieran comérsele vivo, ha conseguido zafarse y volver a la UCI, pero del otro y del paciente, no sabemos nada, hemos cerrado la puerta deprisa, ¡pero están golpeando la puerta y gritando desde afuera desde entonces!. Empiezo a tener miedo. Esto no pinta bien… oye…, te tengo que dejar, tiene que llamar más gente, luego te llamo...
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (BCN) 5
(Barcelona)
Despertares
Barcelona, Jueves, 04-03-2010
Por el amor de Dios, ¿que son todos esos golpes? Joder, vaya forma de despertar, ¡van a tirar la puerta abajo! pero… algo no me cuadra ¿de dónde viene todo ese ruido? ¿Y dónde estoy yo?
Me duele la cabeza y me cuesta horrores enfocar la vista, aunque esforzándome empiezo a distinguir algo. Estoy tumbado, rodeado por unas paredes blancas, y parece que sobre mi hay una luz cegadora que me apunta directamente. Uf, demasiada claridad para mi borrosa vista. Desde luego no es mi casa.
No sé donde estoy ni como he llegado aquí, me siento desorientado, parece que no hay nadie más a mí alrededor, no puedo moverme, me va a estallar la cabeza y mientras tanto los golpes no cesan. Lo mejor para este dolor, vaya…
Parece que poco a poco mis ojos empiezan a recuperar la normalidad, espero que mi cuerpo no tarde mucho más. Los golpes provienen de mi derecha, y a unos tres metros o quizá algo más en esa dirección, puedo empezar a distinguir lo que parece un montón de trastos amontonados unos sobre otros, apilados cara a la pared… ¿que demonios es eso? Hay maquinas de varios tamaños, alguna parece estar encendida, monitores que también parecen estar funcionando y infinidad de cables saliendo de ellos. Tras todo este cúmulo de aparatos hay también una camilla tumbada, de nuevo cara a la pared… ¿pared? ¡No! Todo este montón de maquinas está bloqueando una puerta, y de ahí vienen todos esos golpes, ¿que coño es todo esto?
Cruzando la puerta horizontalmente, de lado a lado de la pared hay también un par de barras metálicas, desde luego aquí hay alguien que sabe hacer barricadas, aunque fijándome bien, esas barras… ¡son goteros! Todos esos aparatos, camillas, goteros, ¡estoy en un hospital! Joder, ¡claro! Tuve un accidente volviendo del trabajo. Alguien, que por cómo se movía y actuaba juraría que iba drogado o como poco borracho, se abalanzó sobre mi coche y quedó enganchado de alguna manera a la luna delantera, lo que hizo que acabara cayendo por un terraplén ¡Jodido cabrón! ¿Pero cuanto hace de todo esto? No recuerdo nada más desde entonces ¿He estado inconsciente todo este tiempo?
Creo que es hora de saber que pasa aquí. Intento incorporarme, pero al apoyar los brazos un terrible dolor en mi hombro izquierdo me tumba de nuevo contra la camilla, ¡joder, es insoportable! Tengo el hombro a medio vendar, apenas tapado con un montón de gasas mal colocadas, entre las cuales puedo ver lo que parece una cicatriz más que reciente, ¡¿estoy en un quirófano y me han dejado a medio operar?!
-¡Estas despierto! –oigo desde alguna parte detrás de mí. Parece que al fin y al cabo no voy a estar solo. Espero que sepa explicarme qué coño pasa aquí, porque estoy recién operado con la cicatriz al aire y qué coño son esos golpes de ahí fuera.
(Barcelona)
Despertares
Barcelona, Jueves, 04-03-2010
Por el amor de Dios, ¿que son todos esos golpes? Joder, vaya forma de despertar, ¡van a tirar la puerta abajo! pero… algo no me cuadra ¿de dónde viene todo ese ruido? ¿Y dónde estoy yo?
Me duele la cabeza y me cuesta horrores enfocar la vista, aunque esforzándome empiezo a distinguir algo. Estoy tumbado, rodeado por unas paredes blancas, y parece que sobre mi hay una luz cegadora que me apunta directamente. Uf, demasiada claridad para mi borrosa vista. Desde luego no es mi casa.
No sé donde estoy ni como he llegado aquí, me siento desorientado, parece que no hay nadie más a mí alrededor, no puedo moverme, me va a estallar la cabeza y mientras tanto los golpes no cesan. Lo mejor para este dolor, vaya…
Parece que poco a poco mis ojos empiezan a recuperar la normalidad, espero que mi cuerpo no tarde mucho más. Los golpes provienen de mi derecha, y a unos tres metros o quizá algo más en esa dirección, puedo empezar a distinguir lo que parece un montón de trastos amontonados unos sobre otros, apilados cara a la pared… ¿que demonios es eso? Hay maquinas de varios tamaños, alguna parece estar encendida, monitores que también parecen estar funcionando y infinidad de cables saliendo de ellos. Tras todo este cúmulo de aparatos hay también una camilla tumbada, de nuevo cara a la pared… ¿pared? ¡No! Todo este montón de maquinas está bloqueando una puerta, y de ahí vienen todos esos golpes, ¿que coño es todo esto?
Cruzando la puerta horizontalmente, de lado a lado de la pared hay también un par de barras metálicas, desde luego aquí hay alguien que sabe hacer barricadas, aunque fijándome bien, esas barras… ¡son goteros! Todos esos aparatos, camillas, goteros, ¡estoy en un hospital! Joder, ¡claro! Tuve un accidente volviendo del trabajo. Alguien, que por cómo se movía y actuaba juraría que iba drogado o como poco borracho, se abalanzó sobre mi coche y quedó enganchado de alguna manera a la luna delantera, lo que hizo que acabara cayendo por un terraplén ¡Jodido cabrón! ¿Pero cuanto hace de todo esto? No recuerdo nada más desde entonces ¿He estado inconsciente todo este tiempo?
Creo que es hora de saber que pasa aquí. Intento incorporarme, pero al apoyar los brazos un terrible dolor en mi hombro izquierdo me tumba de nuevo contra la camilla, ¡joder, es insoportable! Tengo el hombro a medio vendar, apenas tapado con un montón de gasas mal colocadas, entre las cuales puedo ver lo que parece una cicatriz más que reciente, ¡¿estoy en un quirófano y me han dejado a medio operar?!
-¡Estas despierto! –oigo desde alguna parte detrás de mí. Parece que al fin y al cabo no voy a estar solo. Espero que sepa explicarme qué coño pasa aquí, porque estoy recién operado con la cicatriz al aire y qué coño son esos golpes de ahí fuera.
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (BCN) 6
Atrapado en la camilla
Tras escuchar unos rápidos pasos consigo poner cara a la voz. Es un tipo de pelo negro y una perilla que en algún momento estuvo perfectamente perfilada, aunque ahora parece más bien descuidada. Aparenta unos cuarenta o cuarenta y pocos años y parece tener algún kilo de más. Lleva una bata verde de cirujano, de la cual cuelga una especie de placa que le identifica como Doctor Martín, guantes de látex y una mascarilla colgándole de la oreja izquierda. Necesito respuestas ya.
-¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando aquí?
Mientras se apresura a recolocarme las gasas del hombro, y sin retirar la vista de la puerta, empieza a explicarme:
-Estás en el hospital clínico de Barcelona. Anoche sufriste un accidente de coche y llegaste inconsciente. –su tono es nervioso y entrecortado. Habla de forma acelerada, y no deja de mirar la pila de trastos que bloquean la puerta. Sea lo que sea lo de ahí fuera no parece ninguna tontería. -Tenías el hombro dislocado, has pasado la noche en observación y finalmente hubo que operar. La lesión estaba dañándote el tejido muscular.
-Pero, ¿y todo ese escándalo de ahí fuera?
-Hay que salir de aquí cuanto antes. -¿Ya está? ¿Hay que salir de aquí cuanto antes? ¿Esa es toda la explicación? –Santi, pásame el esparadrapo, ¡rápido!
¿Con quien habla? Intento incorporarme lentamente sobre mi hombro derecho mientras el tal doctor Martín me oprime el nuevo vendaje de mi más que reciente cicatriz. Ahora sí, puedo ver al tal Santi. Joder, y pensaba que estaba sólo. Parece ser otro cirujano, es joven y menudo, también va algo desaliñado. Está tras de mi, sentado en el suelo, apoyado en la pared, acurrucado en sí mismo. Está muerto de miedo, ¡joder! Estoy empezando a ponerme nervioso.
-Santi, joder, ¿es que no me oyes? –El tono de voz era cada vez más alto y rápido, igual que los golpes en la puerta.
No entiendo nada. Me despierto en un quirófano con una barricada en una puerta, un doctor histérico y otro medio catatónico. No puede ser verdad, debo estar soñando. Parece que al fin Santi reacciona, aunque no parece tener muchas prisas, todo lo contrario que su compañero que empieza a perder los nervios.
-Santi, ¡espabila! Vamos a salir de aquí, pero me va a hacer falta tu ayuda –le dice mientras finaliza mi vendaje.
No me da buen rollo esto, empiezo a estar muy acojonado. Quiero pensar que son solo delirios debido a la anestesia, pero a cada momento que pasa mi cabeza va volviendo a su estado normal y lo veo todo más real.
–Tengo una idea Santi. Escúchame…
Están a un par de metros de mí y apenas puedo escuchar algún susurro. Hablan muy bajo. O “habla” más bien. Mientras tanto el ruido no cesa.
-Échate sobre la camilla de nuevo. –me dice el doctor Martín. Su voz es ahora mas grave, no sé que planea, pero parece decidido a hacerlo. Creo que ni es el momento de llevarle la contraria ni estoy en condiciones de hacerlo, así que cederé y que sea lo que Dios quiera.
-Vamos, Santi… hay que salir ya de aquí.
Atrapado en la camilla
Tras escuchar unos rápidos pasos consigo poner cara a la voz. Es un tipo de pelo negro y una perilla que en algún momento estuvo perfectamente perfilada, aunque ahora parece más bien descuidada. Aparenta unos cuarenta o cuarenta y pocos años y parece tener algún kilo de más. Lleva una bata verde de cirujano, de la cual cuelga una especie de placa que le identifica como Doctor Martín, guantes de látex y una mascarilla colgándole de la oreja izquierda. Necesito respuestas ya.
-¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando aquí?
Mientras se apresura a recolocarme las gasas del hombro, y sin retirar la vista de la puerta, empieza a explicarme:
-Estás en el hospital clínico de Barcelona. Anoche sufriste un accidente de coche y llegaste inconsciente. –su tono es nervioso y entrecortado. Habla de forma acelerada, y no deja de mirar la pila de trastos que bloquean la puerta. Sea lo que sea lo de ahí fuera no parece ninguna tontería. -Tenías el hombro dislocado, has pasado la noche en observación y finalmente hubo que operar. La lesión estaba dañándote el tejido muscular.
-Pero, ¿y todo ese escándalo de ahí fuera?
-Hay que salir de aquí cuanto antes. -¿Ya está? ¿Hay que salir de aquí cuanto antes? ¿Esa es toda la explicación? –Santi, pásame el esparadrapo, ¡rápido!
¿Con quien habla? Intento incorporarme lentamente sobre mi hombro derecho mientras el tal doctor Martín me oprime el nuevo vendaje de mi más que reciente cicatriz. Ahora sí, puedo ver al tal Santi. Joder, y pensaba que estaba sólo. Parece ser otro cirujano, es joven y menudo, también va algo desaliñado. Está tras de mi, sentado en el suelo, apoyado en la pared, acurrucado en sí mismo. Está muerto de miedo, ¡joder! Estoy empezando a ponerme nervioso.
-Santi, joder, ¿es que no me oyes? –El tono de voz era cada vez más alto y rápido, igual que los golpes en la puerta.
No entiendo nada. Me despierto en un quirófano con una barricada en una puerta, un doctor histérico y otro medio catatónico. No puede ser verdad, debo estar soñando. Parece que al fin Santi reacciona, aunque no parece tener muchas prisas, todo lo contrario que su compañero que empieza a perder los nervios.
-Santi, ¡espabila! Vamos a salir de aquí, pero me va a hacer falta tu ayuda –le dice mientras finaliza mi vendaje.
No me da buen rollo esto, empiezo a estar muy acojonado. Quiero pensar que son solo delirios debido a la anestesia, pero a cada momento que pasa mi cabeza va volviendo a su estado normal y lo veo todo más real.
–Tengo una idea Santi. Escúchame…
Están a un par de metros de mí y apenas puedo escuchar algún susurro. Hablan muy bajo. O “habla” más bien. Mientras tanto el ruido no cesa.
-Échate sobre la camilla de nuevo. –me dice el doctor Martín. Su voz es ahora mas grave, no sé que planea, pero parece decidido a hacerlo. Creo que ni es el momento de llevarle la contraria ni estoy en condiciones de hacerlo, así que cederé y que sea lo que Dios quiera.
-Vamos, Santi… hay que salir ya de aquí.
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 7
(Monte de los Santos)
Me bajo al hospital.
Hoy no he ido a trabajar, llamé a Carlos y a Chete para contarles la película de Arantxa en el Hospital, y decirles que hasta que no se solucionara no pensaba ir o por lo menos hasta que sepa que está ocurriendo allí. No he vuelto a tener noticias desde la llamada de ayer. Me he acercado a la ferretería del pueblo de al lado para comprar otra antena, - ya le pasare la factura al seguro de la casa – estaba inundado de guarda civil, cortaban la carretera que cruza el pueblo, la que está al lado del centro de salud.
Armado con unos alicates, una llave inglesa y un cinturón con varias llaves fijas enganchadas, me he subido al tejado a cambiarla, el tejado parece menos inclinado desde abajo, vamos, que si no fuera porque me interesa saber que pueda estar pasando en Alcalá, me iba a subir yo aquí.
Los telediarios se centran en noticias más globales, imágenes de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, con eso les vale, - como si el resto del país no existiera, y vamos, que si no piensan hablar de lo que ocurre en el resto de los hospitales no me hubiera jugado el tipo en el tejado para poner la antena – insisten en que la gente no se acerque a los hospitales a visitar a los familiares que tengan allí, ya que la policía no les va a dejar pasar. Y la verdad, tentado estoy de coger el coche y plantarme allí, pero claro, si no me van a dejar pasar poco voy a poder hacer.
Desde la web del “Diario de Alcalá” – ¡bien! Un sitio donde hablan del sitio que buscas, bendito internet - advierten que todas las calles que confluyen en el hospital están cerradas 500 metros antes de llegar a él, e incluso la entrada desde las universidades están cerradas con la verja metálica que las separa del hospital, - es curioso, porque esas verjas no las echan ni en agosto -
-Son las doce ya, me ha llamado Carlos, al parecer no han podido llegar a trabajar, porque tienen la zona acordonada por estar cerca del 12 de octubre, tienen toda la zona en cuarentena. Se han vuelto para casa.
-Las tres de la tarde, me acaba de llamar Arantxa, al parecer están jodidos allí adentro, con megáfonos desde afuera les dijeron que no se podía entrar ni salir del hospital. Que esperaran a que la policía fuera a buscarles, pero, después de eso vieron como la policía retrasaban sus posiciones alejándose del hospital, porque donde estaban eran atacados sin problemas por los “asaltantes”, han visto como la policía freía a tiros a un par de tipos que salían del hospital hacia ellos, y aun así han conseguido llegar hasta la barricada, agarrar a un policía y tirarse los dos encima de el, le han mordido como lo hacen los perros de caza a sus presas cuando el cazador no les retira la presa a tiempo, al parecer hay numerosas bajas, tanto de unos como de otros, cada vez hay más cuerpos tirados entre las barricadas y el hospital. Siguen oyendo en la puerta gritos sordos, golpes y arañazos, como cuando en clase arañabas la pizarra buscando un chirrido para desquiciar a los compañeros. El celador al que atacaron ha muerto al parecer ha sido horrible, ha sido una autentica agonía, fiebres, sudores, convulsiones, delirios, llamaron a emergencias pero lo único que se limitaron a decirles es que como de momento no pueden, ni entrar ni salir, que aislaran el cuerpo del celador encerrándole en alguna zona aislada de ellos, y sobre todo que nadie se pusiera en contacto con el cuerpo. Le han metido en uno de los quirófanos que usan para poner los BY-PASS a los enfermos coronarios.
- Estoy empezando a plantearme seriamente bajar a buscarla…
- En el telediario de la 1:
“Conexión en directo en el palacio de la Moncloa donde en este momento, comparecen los titulares de las carteras de Sanidad, Interior y Defensa:
- Habla el ministro de interior - la cantidad de altercados que se están produciendo en los alrededores de las zonas sanitarias son inadmisibles. No vamos a permitir que esos altercados alteren la vida de los ciudadanos españoles, se va a emplear la máxima contundencia para atajarlos. Hemos recurrido al ministerio de Defensa, por si la cosa fuera a mayores, colaboren en esta tarea con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
- La ministra de defensa, Carma Chacón, toma la palabra – dice una voz en off presentándola –
- Tenemos a las unidades tácticas de intervención en estado de alerta, por si fuera necesario su colaboración para contener los altercados.
-Y por último, la responsable de sanidad –
- Estamos ante una de las mayores crisis sanitarias hasta el momento.
Nos enfrentamos a dos grandes variables, la primera es un virus hasta la fecha desconocido que, ha causado alrededor de mil quinientas victimas contabilizadas hasta el momento, y por la otra es que desconocemos su origen ni las vías de infección pero, por favor, se ruega a todos los ciudadanos permanezcan alejados de las zonas hospitalarias. Si tienen familiares, amigos o se encuentran con alguien con los síntomas que a continuación describiremos, por favor, asílenles, no se pongan en contacto con ellos, al parecer, se vuelven extremadamente agresivos, atacando incluso a la gente conocida. Los síntomas son: temblores, fiebre extremadamente alta, delirios, sudores, convulsiones…”
- Decidido, me bajo a buscarla.
(Monte de los Santos)
Me bajo al hospital.
Hoy no he ido a trabajar, llamé a Carlos y a Chete para contarles la película de Arantxa en el Hospital, y decirles que hasta que no se solucionara no pensaba ir o por lo menos hasta que sepa que está ocurriendo allí. No he vuelto a tener noticias desde la llamada de ayer. Me he acercado a la ferretería del pueblo de al lado para comprar otra antena, - ya le pasare la factura al seguro de la casa – estaba inundado de guarda civil, cortaban la carretera que cruza el pueblo, la que está al lado del centro de salud.
Armado con unos alicates, una llave inglesa y un cinturón con varias llaves fijas enganchadas, me he subido al tejado a cambiarla, el tejado parece menos inclinado desde abajo, vamos, que si no fuera porque me interesa saber que pueda estar pasando en Alcalá, me iba a subir yo aquí.
Los telediarios se centran en noticias más globales, imágenes de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, con eso les vale, - como si el resto del país no existiera, y vamos, que si no piensan hablar de lo que ocurre en el resto de los hospitales no me hubiera jugado el tipo en el tejado para poner la antena – insisten en que la gente no se acerque a los hospitales a visitar a los familiares que tengan allí, ya que la policía no les va a dejar pasar. Y la verdad, tentado estoy de coger el coche y plantarme allí, pero claro, si no me van a dejar pasar poco voy a poder hacer.
Desde la web del “Diario de Alcalá” – ¡bien! Un sitio donde hablan del sitio que buscas, bendito internet - advierten que todas las calles que confluyen en el hospital están cerradas 500 metros antes de llegar a él, e incluso la entrada desde las universidades están cerradas con la verja metálica que las separa del hospital, - es curioso, porque esas verjas no las echan ni en agosto -
-Son las doce ya, me ha llamado Carlos, al parecer no han podido llegar a trabajar, porque tienen la zona acordonada por estar cerca del 12 de octubre, tienen toda la zona en cuarentena. Se han vuelto para casa.
-Las tres de la tarde, me acaba de llamar Arantxa, al parecer están jodidos allí adentro, con megáfonos desde afuera les dijeron que no se podía entrar ni salir del hospital. Que esperaran a que la policía fuera a buscarles, pero, después de eso vieron como la policía retrasaban sus posiciones alejándose del hospital, porque donde estaban eran atacados sin problemas por los “asaltantes”, han visto como la policía freía a tiros a un par de tipos que salían del hospital hacia ellos, y aun así han conseguido llegar hasta la barricada, agarrar a un policía y tirarse los dos encima de el, le han mordido como lo hacen los perros de caza a sus presas cuando el cazador no les retira la presa a tiempo, al parecer hay numerosas bajas, tanto de unos como de otros, cada vez hay más cuerpos tirados entre las barricadas y el hospital. Siguen oyendo en la puerta gritos sordos, golpes y arañazos, como cuando en clase arañabas la pizarra buscando un chirrido para desquiciar a los compañeros. El celador al que atacaron ha muerto al parecer ha sido horrible, ha sido una autentica agonía, fiebres, sudores, convulsiones, delirios, llamaron a emergencias pero lo único que se limitaron a decirles es que como de momento no pueden, ni entrar ni salir, que aislaran el cuerpo del celador encerrándole en alguna zona aislada de ellos, y sobre todo que nadie se pusiera en contacto con el cuerpo. Le han metido en uno de los quirófanos que usan para poner los BY-PASS a los enfermos coronarios.
- Estoy empezando a plantearme seriamente bajar a buscarla…
- En el telediario de la 1:
“Conexión en directo en el palacio de la Moncloa donde en este momento, comparecen los titulares de las carteras de Sanidad, Interior y Defensa:
- Habla el ministro de interior - la cantidad de altercados que se están produciendo en los alrededores de las zonas sanitarias son inadmisibles. No vamos a permitir que esos altercados alteren la vida de los ciudadanos españoles, se va a emplear la máxima contundencia para atajarlos. Hemos recurrido al ministerio de Defensa, por si la cosa fuera a mayores, colaboren en esta tarea con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
- La ministra de defensa, Carma Chacón, toma la palabra – dice una voz en off presentándola –
- Tenemos a las unidades tácticas de intervención en estado de alerta, por si fuera necesario su colaboración para contener los altercados.
-Y por último, la responsable de sanidad –
- Estamos ante una de las mayores crisis sanitarias hasta el momento.
Nos enfrentamos a dos grandes variables, la primera es un virus hasta la fecha desconocido que, ha causado alrededor de mil quinientas victimas contabilizadas hasta el momento, y por la otra es que desconocemos su origen ni las vías de infección pero, por favor, se ruega a todos los ciudadanos permanezcan alejados de las zonas hospitalarias. Si tienen familiares, amigos o se encuentran con alguien con los síntomas que a continuación describiremos, por favor, asílenles, no se pongan en contacto con ellos, al parecer, se vuelven extremadamente agresivos, atacando incluso a la gente conocida. Los síntomas son: temblores, fiebre extremadamente alta, delirios, sudores, convulsiones…”
- Decidido, me bajo a buscarla.
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 8
Monte de los santos.
Planeando la entrada
- Llevo un par de horas metido en “el diario de Alcalá” estudiando el plano que han colgado de los accesos al hospital, y estudiando los puntos en que hay policía parapetada detrás de barricadas. He encontrado un hueco, por la parte trasera del hospital, la que da a las universidades. Están separados los dos complejos por una valla metálica de algo más de tres metros de altura, cubierta de hiedra, y las dos calles que los unen tienen un portón de algo más de dos metros cerrada. Ahí por lo que sea, no hay policía, les valen las verjas y las vallas, también puede ser porque el hospital y luego los edificios de la universidad son los últimos edificios de Alcalá o los primeros cuando entras por la carretera de Meco, esa carretera si tiene un control, a unos quinientos metros de la entrada a la universidad, lo habrán hecho porque así ya tienes cubierta la entrada o la salida del hospital y de paso de Alcalá. Voy a intentarlo por ahí. Aunque me paren allí, y tenga que hacer ese medio kilometro atravesando los campos de cereales.
He intentado bajar en coche, pero la guardia civil que regenta el control que aun mantienen en el pueblo de al lado me ha hecho darme la vuelta – no se puede pasar por seguridad dicen - . La única opción que tengo de no atravesar el pueblo es ir monte a través… me va a tocar ir en moto. Y eso, entre vestirme, repostarla, y bajar me va a llevar un par horas mínimo. Se está haciendo tarde. Voy intentarlo mañana a primera hora, que los caminos de noche son traicioneros.
-Antes de acostarme pude contactar con el hospital, y hablar con Arantxa para contarla que bajo por ella y de qué manera lo hago.
- Peke, ¿Qué tal estáis?, ¿alguna novedad?, ¿seguís sin poder salir?, he intentado bajar a buscarte pero me han cortado en el pueblo, había un control y no me han dejado seguir, mañana en cuanto amanezca, con la moto y monte a través, bajo a buscarte, no aguanto más – suelto del tirón apenas sin tomar aire-
- Oscar… esto no pinta nada bien, algo raro pasa, los ruidos de la puerta… ya no se oyen… oímos disparos en la planta de abajo y cesaron de golpe. Se oyen gruñidos donde dejarnos al celador, no sé como habrán entrado allí, es una sala aislada, ¡¡joder es un puto quirófano!! –Cada vez más alterada- no pienso entrar a comprobarlo… - sollozos-
- Oye, tranquila, solo aguantar esta noche, mañana bajo, te lo prometo.
- Solo espero que sea verdad, mañana nos vemos. Besos.
Monte de los santos.
Planeando la entrada
- Llevo un par de horas metido en “el diario de Alcalá” estudiando el plano que han colgado de los accesos al hospital, y estudiando los puntos en que hay policía parapetada detrás de barricadas. He encontrado un hueco, por la parte trasera del hospital, la que da a las universidades. Están separados los dos complejos por una valla metálica de algo más de tres metros de altura, cubierta de hiedra, y las dos calles que los unen tienen un portón de algo más de dos metros cerrada. Ahí por lo que sea, no hay policía, les valen las verjas y las vallas, también puede ser porque el hospital y luego los edificios de la universidad son los últimos edificios de Alcalá o los primeros cuando entras por la carretera de Meco, esa carretera si tiene un control, a unos quinientos metros de la entrada a la universidad, lo habrán hecho porque así ya tienes cubierta la entrada o la salida del hospital y de paso de Alcalá. Voy a intentarlo por ahí. Aunque me paren allí, y tenga que hacer ese medio kilometro atravesando los campos de cereales.
He intentado bajar en coche, pero la guardia civil que regenta el control que aun mantienen en el pueblo de al lado me ha hecho darme la vuelta – no se puede pasar por seguridad dicen - . La única opción que tengo de no atravesar el pueblo es ir monte a través… me va a tocar ir en moto. Y eso, entre vestirme, repostarla, y bajar me va a llevar un par horas mínimo. Se está haciendo tarde. Voy intentarlo mañana a primera hora, que los caminos de noche son traicioneros.
-Antes de acostarme pude contactar con el hospital, y hablar con Arantxa para contarla que bajo por ella y de qué manera lo hago.
- Peke, ¿Qué tal estáis?, ¿alguna novedad?, ¿seguís sin poder salir?, he intentado bajar a buscarte pero me han cortado en el pueblo, había un control y no me han dejado seguir, mañana en cuanto amanezca, con la moto y monte a través, bajo a buscarte, no aguanto más – suelto del tirón apenas sin tomar aire-
- Oscar… esto no pinta nada bien, algo raro pasa, los ruidos de la puerta… ya no se oyen… oímos disparos en la planta de abajo y cesaron de golpe. Se oyen gruñidos donde dejarnos al celador, no sé como habrán entrado allí, es una sala aislada, ¡¡joder es un puto quirófano!! –Cada vez más alterada- no pienso entrar a comprobarlo… - sollozos-
- Oye, tranquila, solo aguantar esta noche, mañana bajo, te lo prometo.
- Solo espero que sea verdad, mañana nos vemos. Besos.
Re: No estoy muerto.
Muy guapa la historia.Espero el proximo capitulo.
Wesker- Recien llegado al refugio
- Cantidad de envíos : 6
Fecha de inscripción : 24/07/2010
Re: No estoy muerto.
Suscrito me encuentro.
Rash- Recien llegado al refugio
- Cantidad de envíos : 55
Fecha de inscripción : 10/05/2010
Re: No estoy muerto.
Está el tema un poco parado gracias a unos auto-formateos del pc cortesía de Windows...
Almenos hice algunas copias de todo lo escrito hasta ahora en un disco duro externo... Solo buscarlas, encontrarlas, y meter mas entradas...
en breve continuamos. Gracias!!!!!
Almenos hice algunas copias de todo lo escrito hasta ahora en un disco duro externo... Solo buscarlas, encontrarlas, y meter mas entradas...
en breve continuamos. Gracias!!!!!
Re: No estoy muerto.
Noestoymuerto escribió:Está el tema un poco parado gracias a unos auto-formateos del pc cortesía de Windows...
Almenos hice algunas copias de todo lo escrito hasta ahora en un disco duro externo... Solo buscarlas, encontrarlas, y meter mas entradas...
en breve continuamos. Gracias!!!!!
Mas te vale continuar la historia, de no ser asi me vere obligado a eliminarte de la faz de la tierra, asique, ya sabes...tengo el telefono en mano y Chuck Norris en el otro lado de la linea.
Rash- Recien llegado al refugio
- Cantidad de envíos : 55
Fecha de inscripción : 10/05/2010
Re: No estoy muerto.
Bueno, no esta de mas que Chuck haya sobrevivido al apocalipsis y que le tengamos entre las filas de los vivos...
Encontradas las copias, a ver si me pongo a meterlas.
Re: No estoy muerto.
ENTRADA 9
Monte de los Santos
La bajada.
Ha sonado el despertador especialmente pronto, son las 6 de la mañana, pero quiero desayunar y prepararme para salir nada mas amanezca.
Café y magdalenas, como siempre, pongo la televisión, mientras desayuno, solo hay telediarios, hasta en la sexta, que a esas horas solo suelen poner programas repetidos del día anterior. En todas las cadenas están dando las mismas imágenes, grabadas por una cadena francesa desde un helicóptero en que se ve de lejos a un grupo de unas cincuenta personas asaltando un puesto de la policía, el cámara se centra en como dos policías consiguen huir cuando todas esas personas bordean el control y están a menos de medio metro de ellos, mientras corren disparaban a la multitud, salen bocanadas de humo de sus pistolas, rápidamente la cámara gira para enfocar otra vez el punto de control de la policía buscando los destinatarios de esos disparos pero parece que no hayan dado a ninguno, se puede ver a tres policías que no han conseguido escapar tirados en el suelo, y numerosas personas arrodilladas ante ellos, mordiéndoles, comiéndoselos, como si los policías fueran un venado presa de una manada de leonas - ¡joder!, ¡que les han matado!, tal como narraba Arantxa, están atacándoles como perros salvajes. Un letrero avisa que este mismo tipo de incidentes se están repitiendo en casi toda la geografía española…
Con el estomago revuelto por las imágenes mientras desayunaba, he apagado la televisión, no necesito ver más, tengo que salir ya.
Hace un par de años, cuando nos vivimos a vivir al monte, vendí la moto de carretera, una Suzuki GSXR 750, sobre todo por las heladas que caen aquí, y la gran intensidad de camiones que circulan por la N-II. y la sustituí por una moto de enduro, una KTM de 250 de 2 tiempos, para salir algún domingo que otro por el campo. En estos dos años que llevo saliendo por el monte, me han llevado a saber sobre todo que lo fundamental son las protecciones, es muy peligroso ir por medio del campo y por los caminos que usan los tractores, por la cantidad de piedras que sueltan, aunque lo realmente importante del todo es no ir nunca solo. Me he enfundado mi chaqueta de cordura Dainese con protección rígida de la columna, coderas y refuerzos en los antebrazos, regalo de cuando tenía la de carretera, las botas de enduro regalo de mi último cumpleaños, las rodilleras, los pantalones y las protecciones. Cuando hace más calor sustituyo la chaqueta por unas protecciones plásticas en forma de clavícula, las coderas, espaldera, una faja para la parte baja de la columna vertebral y una camiseta extra ancha FOX.
He salido al patio ya vestido para la ocasión, hecho la mezcla de gasolina y aceite al 2%, (es lo malo de las motos de 2 tiempos antiguas, que tienes que hacer la mezcla tu) y he dejado arrancada la moto mientras iba colocando otro casco y la chaqueta de cordura de Arantxa con una red en la parte posterior del asiento, para que se fuera calentando el motor.
Aprieto embrague, meto primera, -clanc- el día menos pensado, me deja tirado - y me dirijo a la parte trasera de la urbanización, a unos 500 metros, una salida directa al campo, hay que tener mando a distancia para abrir gran puerta que cierra la urbanización, da a un camino de tierra que te lleva al pueblo de al lado, pero con numerosos caminillos, por los que puedes tirarte montaña abajo en dirección al rio henares. Mientras voy descendiendo a una velocidad medianamente aceptable para mi, voy pensando en cómo coño pienso cruzar el Henares con la moto, la mejor opción sería meterme en la carretera y atravesar por el puente que la cruza, pero me da un poco de miedo que haya algún control allí, y me tiren para atrás como a un quinceañero en la puerta de una discoteca. Al llegar al rio no he visto ningún control, así que he atravesado el puente sin problemas, y ya puesto, he seguido por carretera hasta Meco y de allí a Alcalá, me he metido otra vez por campo, para evitar así el control de acceso a la ciudad.
- ¡Genial! Parece que todo va sobre ruedas, nunca mejor dicho, ahora atravesar la universidad, aparcar la moto contra la verja que la separa del hospital ¡pan comido! -
He parado la moto a un par de metros de una de las puertas, y mientras ponía la pitón a la moto uniendo la rueda trasera y una farola, para evitar que me la robaran, he oído unos gruñidos procedentes del aparcamiento del hospital, justo al otro lado de la valla de separación, -que intriga me digo a mi mismo-, me acerco a la puerta que cierra la carretera para echar un vistazo mejor del aparcamiento y lo he visto, he visto de donde salían esos gruñidos…
Monte de los Santos
La bajada.
Ha sonado el despertador especialmente pronto, son las 6 de la mañana, pero quiero desayunar y prepararme para salir nada mas amanezca.
Café y magdalenas, como siempre, pongo la televisión, mientras desayuno, solo hay telediarios, hasta en la sexta, que a esas horas solo suelen poner programas repetidos del día anterior. En todas las cadenas están dando las mismas imágenes, grabadas por una cadena francesa desde un helicóptero en que se ve de lejos a un grupo de unas cincuenta personas asaltando un puesto de la policía, el cámara se centra en como dos policías consiguen huir cuando todas esas personas bordean el control y están a menos de medio metro de ellos, mientras corren disparaban a la multitud, salen bocanadas de humo de sus pistolas, rápidamente la cámara gira para enfocar otra vez el punto de control de la policía buscando los destinatarios de esos disparos pero parece que no hayan dado a ninguno, se puede ver a tres policías que no han conseguido escapar tirados en el suelo, y numerosas personas arrodilladas ante ellos, mordiéndoles, comiéndoselos, como si los policías fueran un venado presa de una manada de leonas - ¡joder!, ¡que les han matado!, tal como narraba Arantxa, están atacándoles como perros salvajes. Un letrero avisa que este mismo tipo de incidentes se están repitiendo en casi toda la geografía española…
Con el estomago revuelto por las imágenes mientras desayunaba, he apagado la televisión, no necesito ver más, tengo que salir ya.
Hace un par de años, cuando nos vivimos a vivir al monte, vendí la moto de carretera, una Suzuki GSXR 750, sobre todo por las heladas que caen aquí, y la gran intensidad de camiones que circulan por la N-II. y la sustituí por una moto de enduro, una KTM de 250 de 2 tiempos, para salir algún domingo que otro por el campo. En estos dos años que llevo saliendo por el monte, me han llevado a saber sobre todo que lo fundamental son las protecciones, es muy peligroso ir por medio del campo y por los caminos que usan los tractores, por la cantidad de piedras que sueltan, aunque lo realmente importante del todo es no ir nunca solo. Me he enfundado mi chaqueta de cordura Dainese con protección rígida de la columna, coderas y refuerzos en los antebrazos, regalo de cuando tenía la de carretera, las botas de enduro regalo de mi último cumpleaños, las rodilleras, los pantalones y las protecciones. Cuando hace más calor sustituyo la chaqueta por unas protecciones plásticas en forma de clavícula, las coderas, espaldera, una faja para la parte baja de la columna vertebral y una camiseta extra ancha FOX.
He salido al patio ya vestido para la ocasión, hecho la mezcla de gasolina y aceite al 2%, (es lo malo de las motos de 2 tiempos antiguas, que tienes que hacer la mezcla tu) y he dejado arrancada la moto mientras iba colocando otro casco y la chaqueta de cordura de Arantxa con una red en la parte posterior del asiento, para que se fuera calentando el motor.
Aprieto embrague, meto primera, -clanc- el día menos pensado, me deja tirado - y me dirijo a la parte trasera de la urbanización, a unos 500 metros, una salida directa al campo, hay que tener mando a distancia para abrir gran puerta que cierra la urbanización, da a un camino de tierra que te lleva al pueblo de al lado, pero con numerosos caminillos, por los que puedes tirarte montaña abajo en dirección al rio henares. Mientras voy descendiendo a una velocidad medianamente aceptable para mi, voy pensando en cómo coño pienso cruzar el Henares con la moto, la mejor opción sería meterme en la carretera y atravesar por el puente que la cruza, pero me da un poco de miedo que haya algún control allí, y me tiren para atrás como a un quinceañero en la puerta de una discoteca. Al llegar al rio no he visto ningún control, así que he atravesado el puente sin problemas, y ya puesto, he seguido por carretera hasta Meco y de allí a Alcalá, me he metido otra vez por campo, para evitar así el control de acceso a la ciudad.
- ¡Genial! Parece que todo va sobre ruedas, nunca mejor dicho, ahora atravesar la universidad, aparcar la moto contra la verja que la separa del hospital ¡pan comido! -
He parado la moto a un par de metros de una de las puertas, y mientras ponía la pitón a la moto uniendo la rueda trasera y una farola, para evitar que me la robaran, he oído unos gruñidos procedentes del aparcamiento del hospital, justo al otro lado de la valla de separación, -que intriga me digo a mi mismo-, me acerco a la puerta que cierra la carretera para echar un vistazo mejor del aparcamiento y lo he visto, he visto de donde salían esos gruñidos…
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (BCN) 10
Barcelona
Saliendo de quirófano
No se que pretenden hacer, pero ahora el tal Santi se encuentra a un lado de la improvisada barricada que bloquea la cada vez más ruidosa puerta. A su compañero no logro verlo, vuelvo a estar tumbado en la camilla y debe andar tras de mi… ¿Qué piensan hacer?
-Vamos Santi ¡hazlo! – Mientras da órdenes a su compañero empiezo a notar como se mueve la camilla en la que me encuentro, ahora la puerta queda a mis pies. Sigo sin entender nada.
Desde aquí puedo ver como el tal Santi empieza a apartar alguno de los objetos que impiden que se abra la puerta, ¿en que demonios están pensando? Es una de esas puertas abatibles de dos hojas ¡empezará a ceder si sigue apartando cosas!
Vamos, no me jodas, creo que empiezo a entender… ¿¿Van a utilizarme como ariete para abrirse paso??
Antes de que pueda reaccionar y negarme a semejante idea, siento como mi cuerpo da un bote en la camilla tras un fortísimo y aparatoso golpe contra la puerta y alguno de los aparatos de quirófano que aun quedaban ante ella. Creo que nunca antes había cerrado los ojos con tanta fuerza, y así los mantengo aun mientras siento mi camilla correr por lo que me parece un interminable pasillo.
Entre quejidos, lamentos y gruñidos de todo tipo oigo gritar a mi portador:
-¡Santi corre! ¡¡Corre!!
Esto es de locos. No se que está pasando, pero estoy realmente acojonado.
De repente mi camilla frena en seco y empiezo a abrir lentamente los ojos.
-vamos, vamos ¡por aquí! –el doctor intenta incorporarme pero mi cuerpo está aun débil y caigo al suelo sobre mis rodillas ¡Joder!
Mientras me levanto, con ayuda y bastante esfuerzo, me doy cuenta de que Santi no está con nosotros, ¿Qué ha pasado? Miro a mi izquierda, en dirección al quirófano en el que nos encontrábamos hace unos segundos en busca del compañero de mi cirujano… ¿pero que…? ¡Joder! ¿Que son toda esa gente? Algo más de media docena de pacientes del propio hospital nos dan la espalda al final del pasillo, no parecen muy cuerdos y uno tras otro se abalanzan sobre vete a saber qué en el suelo. Están en un estado incomprensible, actúan de forma violenta ¡joder, incluso uno de ellos viste como un enfermero!
La imagen es aterradora e hipnótica a partes iguales, pero el doctor Martín me saca de este sugestivo estado y me devuelve a la realidad.
-Vamos, intenta andar ¡joder!
Ante mi se plantan las puertas de un ascensor, a su izquierda una ristra de anchos escalones hacia arriba y a mi espalda comienzan a acercarse un par de esas ¿personas? que golpeaban la puerta del quirófano en actitud no muy amistosa. Desde luego, si pretende que suba las escaleras en este estado puedo decir con toda seguridad que aquí acaba mi viaje.
De repente, las puertas del ascensor se abren, supongo que se habrá encargado él de llamarlo mientras yo me recuperaba del golpe contra el suelo y ni me dí cuenta.
A pesar del esfuerzo que me supone entro en el ascensor todo lo rápido que puedo, mientras el doctor propina una fuerte patada a la camilla en dirección a esas cosas que se acercaban, con la intención de dificultarles el camino.
Con la seguridad que me proporciona el ascensor y, en los apenas tres o cuatro segundos que tardan las puertas en cerrarse, consigo fijarme con mas detenimiento en esos seres. ¡Joder! ¡Están llenos de sangre y heridas! De hecho uno de ellos parece estar vomitando sangre mientras se acerca lenta pero firmemente. ¿Alguien va a explicarme de una vez que cojones está pasando aquí?
La imagen vuelve a ser obsesiva, aunque las puertas cerradas del ascensor me devuelven de nuevo a la realidad.
Apoyado sobre una de las paredes miro a mi, ahora, compañero. No dice ni una palabra, solo tiembla. Está nervioso y muerto de miedo. Desde luego yo no estoy mejor.
La sonora campanilla del ascensor indica el fin del trayecto, las puertas empiezan a abrirse…
Barcelona
Saliendo de quirófano
No se que pretenden hacer, pero ahora el tal Santi se encuentra a un lado de la improvisada barricada que bloquea la cada vez más ruidosa puerta. A su compañero no logro verlo, vuelvo a estar tumbado en la camilla y debe andar tras de mi… ¿Qué piensan hacer?
-Vamos Santi ¡hazlo! – Mientras da órdenes a su compañero empiezo a notar como se mueve la camilla en la que me encuentro, ahora la puerta queda a mis pies. Sigo sin entender nada.
Desde aquí puedo ver como el tal Santi empieza a apartar alguno de los objetos que impiden que se abra la puerta, ¿en que demonios están pensando? Es una de esas puertas abatibles de dos hojas ¡empezará a ceder si sigue apartando cosas!
Vamos, no me jodas, creo que empiezo a entender… ¿¿Van a utilizarme como ariete para abrirse paso??
Antes de que pueda reaccionar y negarme a semejante idea, siento como mi cuerpo da un bote en la camilla tras un fortísimo y aparatoso golpe contra la puerta y alguno de los aparatos de quirófano que aun quedaban ante ella. Creo que nunca antes había cerrado los ojos con tanta fuerza, y así los mantengo aun mientras siento mi camilla correr por lo que me parece un interminable pasillo.
Entre quejidos, lamentos y gruñidos de todo tipo oigo gritar a mi portador:
-¡Santi corre! ¡¡Corre!!
Esto es de locos. No se que está pasando, pero estoy realmente acojonado.
De repente mi camilla frena en seco y empiezo a abrir lentamente los ojos.
-vamos, vamos ¡por aquí! –el doctor intenta incorporarme pero mi cuerpo está aun débil y caigo al suelo sobre mis rodillas ¡Joder!
Mientras me levanto, con ayuda y bastante esfuerzo, me doy cuenta de que Santi no está con nosotros, ¿Qué ha pasado? Miro a mi izquierda, en dirección al quirófano en el que nos encontrábamos hace unos segundos en busca del compañero de mi cirujano… ¿pero que…? ¡Joder! ¿Que son toda esa gente? Algo más de media docena de pacientes del propio hospital nos dan la espalda al final del pasillo, no parecen muy cuerdos y uno tras otro se abalanzan sobre vete a saber qué en el suelo. Están en un estado incomprensible, actúan de forma violenta ¡joder, incluso uno de ellos viste como un enfermero!
La imagen es aterradora e hipnótica a partes iguales, pero el doctor Martín me saca de este sugestivo estado y me devuelve a la realidad.
-Vamos, intenta andar ¡joder!
Ante mi se plantan las puertas de un ascensor, a su izquierda una ristra de anchos escalones hacia arriba y a mi espalda comienzan a acercarse un par de esas ¿personas? que golpeaban la puerta del quirófano en actitud no muy amistosa. Desde luego, si pretende que suba las escaleras en este estado puedo decir con toda seguridad que aquí acaba mi viaje.
De repente, las puertas del ascensor se abren, supongo que se habrá encargado él de llamarlo mientras yo me recuperaba del golpe contra el suelo y ni me dí cuenta.
A pesar del esfuerzo que me supone entro en el ascensor todo lo rápido que puedo, mientras el doctor propina una fuerte patada a la camilla en dirección a esas cosas que se acercaban, con la intención de dificultarles el camino.
Con la seguridad que me proporciona el ascensor y, en los apenas tres o cuatro segundos que tardan las puertas en cerrarse, consigo fijarme con mas detenimiento en esos seres. ¡Joder! ¡Están llenos de sangre y heridas! De hecho uno de ellos parece estar vomitando sangre mientras se acerca lenta pero firmemente. ¿Alguien va a explicarme de una vez que cojones está pasando aquí?
La imagen vuelve a ser obsesiva, aunque las puertas cerradas del ascensor me devuelven de nuevo a la realidad.
Apoyado sobre una de las paredes miro a mi, ahora, compañero. No dice ni una palabra, solo tiembla. Está nervioso y muerto de miedo. Desde luego yo no estoy mejor.
La sonora campanilla del ascensor indica el fin del trayecto, las puertas empiezan a abrirse…
Re: No estoy muerto.
Gracias!! Ya tardabas! Muy buenas entradas!
Rash- Recien llegado al refugio
- Cantidad de envíos : 55
Fecha de inscripción : 10/05/2010
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (BCN) 11
Barcelona
Saliendo de quirófano 2
Saliendo de quirófano 2
Y se abrieron lentamente, dejando ver un largo pasillo ante nosotros. Al lado derecho había una serie de puertas numeradas, boxes o habitaciones para los ingresos, supuse. A la izquierda un gran mostrador a modo de recepción o punto de control para los médicos que se hacían cargo de los ingresados en las puertas del otro lado. Montones de archivadores, fichas e historiales se amontonaban a un lado del mostrador, mientras justo al otro extremo, y dándonos la espalda, una enfermera hablaba apresuradamente por teléfono.
A pesar de la aparente serenidad el ambiente que se respiraba no era para nada tranquilizador. El tono de voz de la chica hablando por teléfono tampoco ayudaba demasiado. O quizá fueran sólo los nervios que acumulaba desde mi despertar, hacía apenas unos minutos.
Avanzamos torpemente, más yo que mi compañero, que bastante tenía cargando conmigo. Continuaba aturdido, con un brazo inútil, la imagen de esa gente aun en las retinas y los restos de anestesia en mi cuerpo a punto de hacer de las suyas. Para salir corriendo, vaya.
Unos metros mas adelante, pasado el mostrador, giramos a mano izquierda. Nos detuvimos ante una puerta con un cartel de “privado”, y mientras el doctor buscaba nerviosamente en sus bolsillos lo que supuse sería una llave, me di cuenta de que, a excepción de la enfermera del mostrador, no nos habíamos cruzado con nadie ni habíamos oído nada desde que salimos del ascensor. Ni siquiera mi compañero había abierto la boca, y parecía no haber visto siquiera a la enfermera de la recepción.
Por fin consiguió abrir la puerta y entramos.
Aquello parecía una sala de descanso para personal del hospital. No era demasiado grande, pero resultaba acogedora. En la pared de la izquierda, junto a un cuadro de dudoso gusto, había una puerta con un cartel que decía “Vestuario”, a la derecha una mesa y unas cuantas sillas colocadas junto a una ventana, entre una nevera y una maquina de cafés, y frente a nosotros se encontraban un par de sofás separados por una mesita llena de revistas y un teléfono, y encarados hacia una tele encendida situada a la derecha de la puerta por la que acabábamos de entrar.
-Ven siéntate aquí- me dijo mientras me ayudaba a acomodarme en uno de los sofás.-¿Estás bien?
Su tono de voz parecía algo más relajado que hace un momento.
¡Joder! ¿Qué ha sido eso? Antes de poder contestarle sonó un golpe metálico tras la puerta del vestuario.
El Dr. Martín volvía a temblar, mientras se acercaba despacio y sin hacer ruido a la puerta. Yo, mientras tanto, me sentía inútil empotrado en este sofá sin fuerzas para moverme y con una sensación de angustia cada vez mayor.
-No hagas ruido- me dijo en voz baja. Que gracioso, para hacer ruidos estoy yo ahora.
Se acercó a la puerta despacio, en un silencio sepulcral, y justo cuando empezaba a extender su mano derecha para coger el pomo la puerta se abrió fuertemente, dándole un golpe que casi lo tira al suelo, ¡joder! ¿Quién hay ahí?
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (BCN) 12
Barcelona
Saliendo de quirófano 3
-¡¡Nos piramos de aquí ahora mismo!!
Un chico joven y delgado, de pelo largo, recogido por una coleta, salió de la puerta aceleradamente tirando del brazo de una chica, joven también, morena y delgada, vestida como una enfermera. El, en cambio, vestía unos vaqueros y una bata blanca, daba la sensación de que se había quedado a medio cambiar.
-Joder, Víctor… ¿Qué hacías ahí detrás?-dijo el chico.
Así que el doctor Martín se llama Víctor. Mientras el chico reparaba en el golpe que le acababa de propinar con la puerta yo les di la bienvenida con una sonora arcada, seguida de un vómito que llevaba rato anunciándose.
-Lo siento…-conseguí articular levemente mientras la pareja descubría mi presencia, aunque no pareció importarles demasiado. Joder, he puesto perdido el suelo.
-Nos vamos de aquí, Víctor. -continuó el joven. -Aquí está pasando algo que no me gusta nada. Llevamos aquí quince horas y…
-¿¿Quince horas?? -Interrumpió Víctor. – Olvida de momento lo de irte, no te van a dejar. Empecé mi turno hace tres días y aun no he podido volver a casa. Ni siquiera he tenido un rato para descansar, apenas algunas cabezadas en estos sofás. No deja de llegar gente en estado crítico, y no damos abasto, incluso muchos compañeros están cayendo enfermos también.
-Víctor, joder, ¡que esto no es normal! Me conoces y sabes de sobra que no tengo problema por quedarme aquí días trabajando, no sería la primera vez y lo sabes, pero joder Víctor, ¡mira!
El joven extendió el brazo de la chica, mostrando una herida. No alcanzaba a verla bien desde mi posición pero sangraba. Víctor se derrumbó sobre una de las sillas con aspecto preocupado.
-Mira Fran, sé que está pasando algo raro. Yo debería estar ahora en quirófano –me señaló mientras decía esto –Pero nos interrumpió un grupo de pacientes… -hizo una pausa pensativo, supongo que él también vio que el grupo contaba con, al menos, un enfermero. –estaba con Santi y… ni siquiera sé donde está ahora… venia corriendo hacia aquí, iba a llamar a seguridad y…
-Esos pacientes…-el chico interrumpió, ahora parecía más preocupado que exaltado-¿andaban tambaleándose? ¿Con la mirada perdida y actitud muy agresiva?
-Exacto.
-Joder, ¿¿entonces hay más así?? –Volvió a alzar el tono.- Llevo casi dos años en el pabellón psiquiátrico y nunca había visto algo así, sabes que no me asusto fácilmente Víctor, pero esto no me huele nada bien. En las noticias hablan de casos similares en hospitales de medio país y no parece una epidemia de gripe precisamente, Víctor ¡Definitivamente nos vamos!
-Mira, - interrumpió repentinamente la conversación la chica enfermera - ayer a primera hora llegó a urgencias una niña en estado crítico, tenía heridas con muy mal aspecto en cuello y brazos y tras varias horas en observación no pudimos hacer nada y dejó de tener pulso, fue llevada a la morgue. Nos equivocamos… nos avisaron desde la morgue unas horas más tarde porque estaba golpeando la puerta de la cámara que la contenía, bajamos rápidamente para comprobar sus constantes y con mantas para remitir la hipotermia por el frio de la cámara, cuando llegamos la tenían atada a una camilla, la habían sacado en actitud muy agresiva, al acercarme para auscultarla me atacó y me mordió con rabia en el brazo... no conseguimos tomarle las constantes, no conseguimos tranquilizarla, no atendía a razones y tras una breve y rápida discusión sobre que hacíamos con ella, los intensivistas decidieron llevarla a un box del pabellón psiquiátrico, no podíamos dedicarla más tiempo por la cantidad de enfermos que estaban entrando en urgencias.
-Topé con ellos mientras la subían a psiquiatría - continuó Fran - , y tras verle el brazo sangrando me la he subido aquí para hacerle las curas pertinentes. –Mientras hablaba mostraba de nuevo el brazo de la chica. No la ha soltó en todo ese tiempo.-me ha contado lo que ha pasado y he ido a echar un vistazo a esa niña... No es nada que nadie haya visto antes, Víctor... tras eso he vuelto aquí y he decido que nos marchamos.
- Entonces lo de esa niña no es un hecho aislado, -Víctor parecía no escuchar a su compañero y continuó hablando con tono preocupado - mira a los que nos interrumpieron en el quirófano…
Barcelona
Saliendo de quirófano 3
-¡¡Nos piramos de aquí ahora mismo!!
Un chico joven y delgado, de pelo largo, recogido por una coleta, salió de la puerta aceleradamente tirando del brazo de una chica, joven también, morena y delgada, vestida como una enfermera. El, en cambio, vestía unos vaqueros y una bata blanca, daba la sensación de que se había quedado a medio cambiar.
-Joder, Víctor… ¿Qué hacías ahí detrás?-dijo el chico.
Así que el doctor Martín se llama Víctor. Mientras el chico reparaba en el golpe que le acababa de propinar con la puerta yo les di la bienvenida con una sonora arcada, seguida de un vómito que llevaba rato anunciándose.
-Lo siento…-conseguí articular levemente mientras la pareja descubría mi presencia, aunque no pareció importarles demasiado. Joder, he puesto perdido el suelo.
-Nos vamos de aquí, Víctor. -continuó el joven. -Aquí está pasando algo que no me gusta nada. Llevamos aquí quince horas y…
-¿¿Quince horas?? -Interrumpió Víctor. – Olvida de momento lo de irte, no te van a dejar. Empecé mi turno hace tres días y aun no he podido volver a casa. Ni siquiera he tenido un rato para descansar, apenas algunas cabezadas en estos sofás. No deja de llegar gente en estado crítico, y no damos abasto, incluso muchos compañeros están cayendo enfermos también.
-Víctor, joder, ¡que esto no es normal! Me conoces y sabes de sobra que no tengo problema por quedarme aquí días trabajando, no sería la primera vez y lo sabes, pero joder Víctor, ¡mira!
El joven extendió el brazo de la chica, mostrando una herida. No alcanzaba a verla bien desde mi posición pero sangraba. Víctor se derrumbó sobre una de las sillas con aspecto preocupado.
-Mira Fran, sé que está pasando algo raro. Yo debería estar ahora en quirófano –me señaló mientras decía esto –Pero nos interrumpió un grupo de pacientes… -hizo una pausa pensativo, supongo que él también vio que el grupo contaba con, al menos, un enfermero. –estaba con Santi y… ni siquiera sé donde está ahora… venia corriendo hacia aquí, iba a llamar a seguridad y…
-Esos pacientes…-el chico interrumpió, ahora parecía más preocupado que exaltado-¿andaban tambaleándose? ¿Con la mirada perdida y actitud muy agresiva?
-Exacto.
-Joder, ¿¿entonces hay más así?? –Volvió a alzar el tono.- Llevo casi dos años en el pabellón psiquiátrico y nunca había visto algo así, sabes que no me asusto fácilmente Víctor, pero esto no me huele nada bien. En las noticias hablan de casos similares en hospitales de medio país y no parece una epidemia de gripe precisamente, Víctor ¡Definitivamente nos vamos!
-Mira, - interrumpió repentinamente la conversación la chica enfermera - ayer a primera hora llegó a urgencias una niña en estado crítico, tenía heridas con muy mal aspecto en cuello y brazos y tras varias horas en observación no pudimos hacer nada y dejó de tener pulso, fue llevada a la morgue. Nos equivocamos… nos avisaron desde la morgue unas horas más tarde porque estaba golpeando la puerta de la cámara que la contenía, bajamos rápidamente para comprobar sus constantes y con mantas para remitir la hipotermia por el frio de la cámara, cuando llegamos la tenían atada a una camilla, la habían sacado en actitud muy agresiva, al acercarme para auscultarla me atacó y me mordió con rabia en el brazo... no conseguimos tomarle las constantes, no conseguimos tranquilizarla, no atendía a razones y tras una breve y rápida discusión sobre que hacíamos con ella, los intensivistas decidieron llevarla a un box del pabellón psiquiátrico, no podíamos dedicarla más tiempo por la cantidad de enfermos que estaban entrando en urgencias.
-Topé con ellos mientras la subían a psiquiatría - continuó Fran - , y tras verle el brazo sangrando me la he subido aquí para hacerle las curas pertinentes. –Mientras hablaba mostraba de nuevo el brazo de la chica. No la ha soltó en todo ese tiempo.-me ha contado lo que ha pasado y he ido a echar un vistazo a esa niña... No es nada que nadie haya visto antes, Víctor... tras eso he vuelto aquí y he decido que nos marchamos.
- Entonces lo de esa niña no es un hecho aislado, -Víctor parecía no escuchar a su compañero y continuó hablando con tono preocupado - mira a los que nos interrumpieron en el quirófano…
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 13
(Monte de los Santos)
Entrando
Delante de la puerta a unos dos metros aproximadamente había un hombre, de espaldas, pelo algo canoso por lo que intuí que pasaba los 40 años, con bata de médico bastante manchada por la espalda y amarillenta por el polvo como si hubiera estado rodando por el suelo durante bastante tiempo, pantalón oscuro y zapatos, con los brazos cayéndole a peso muerto, balanceándose lentamente hacia adelante y hacia atrás, como si en cualquier momento fuera a perder el equilibrio y cayera de bruces contra el asfalto.
- Perdone… (Pausa)
- Perdone… (Pausa)
- Perdone – insistí-
Muy lenta y torpemente se dio la vuelta como si funcionara a la mitad de revoluciones de lo normal, tropezando consigo mismo, sin ningún tipo de coordinación, los brazos durante su eterno giro le bailaban sin armonía, cada uno a su manera, y cada uno por su lado. En lo que pareció una eternidad, consiguió dar un cuarto de vuelta dejando a la vista su parte dorsal, anonadado quede al ver la cascada de sangre y salpicones, como si le hubieran regado con un aspersor, que destacaba enormemente en la bata blanca, desde la altura del hombro hasta casi la cintura atravesándole todo el pecho. Mi sobresalto fue desmesurado, di un par de pasos vertiginosamente hacia atrás, el corazón se me puso a más de doscientas pulsaciones, y los ojos, clavados en la sangre, se abrieron como un burdel en fin de semana. En un cuarto de vuelta mas, dejo su pecho de frente a mi, la camisa rota, desgarrada a jirones, hecha flecos, manchada por una mezcla de borbotones de sangre a medio coagular y suciedad ennegrecida, una herida enorme en el centro, abierta, pese a mis nulos conocimientos de anatomía pude ver el esternón y parte de varias costillas, rodeado por todo tipo de fluidos amarillentos y espesos que parecía querían huir de dentro de ese cuerpo, levante la mirada hasta su cabeza, está pálido, lívido, blanquecino, como si la sangre no le regara las mejillas, bueno, la mejilla, puesto que la derecha colgaba desde debajo del pómulo hasta la altura del mentón dejando la parte derecha de su mandíbula y varios músculos desgarrados al aire, babeando sangre, colgaban hileras por la barbilla hasta el pecho, las cuencas oculares hundidas, la boca abierta, los ojos perdidos, la mirada vacía, atravesándome, mientras el tiempo se había detenido para mi, absorto por la imagen que tenia delante se coloco delante de la puerta, puso los brazos entre los barrotes y su cara en medio de otros dos barrotes, emitiendo unos sonidos guturales mas propios de un gorila que de un ser humano, en un intento desesperado por lo que esperaba no fuera atraparme. En ese momento los brazos parecía que le funcionaban mas rápidamente, haciendo arcos derecha-izquierda, como intentando atrapar moscas en vuelo. La cabeza parece que estaba enchufada a la luz por que le funciona a impulsos eléctricos abriendo y cerrando la boca, pegando dentelladas al aire.
–Su puta madre, este por lo menos tiene la rabia - pensé-, a ver, yo no soy medico, aunque este que tengo delante y que parece me había tomado por su objetivo tiene toda la pinta, pero lo que tiene este tío en el pecho parece grave.
- ¡Oiga!, ¡OIGA! – grite sin que parezca que me esté escuchando lo mas mínimo ¿se encuentra bien?, ¡¡OIGA!!, ¿Necesita ayuda?, ¿Llamo a…..? – mientras casi acabo la frase pude escuchar mas sonidos al fondo, detrás del médico, que me hicieron enmudecer súbitamente – Hay mas gente, se puede ver una señora en camisón de hospital, con la cabeza echada hacia atrás en una posición totalmente antinatural, con lo que se me antoja es un brazo semi-amputado y arrastrando desde el otro por un vial un gotero, viene hacia a mi, había aun mas detrás de ella, a su lado, un chico con las vísceras al aire, medio intestino colgando. Veo a decenas, todos con alguna tara digna de estar dentro del hospital y no fuera… Sangre y restos de carne en el suelo, mi desayuno empieza a pedir volver a ver la luz del sol, vísceras colgando, primera arcada, sangre en sus ropas, segunda arcada, camisones de hospital enrojecidos, y mas sangre por todos los lados, y ahora además, un delicioso desayuno y varios centilitros de bilis entre esas cosas y yo.
- ¡EH PERDONE!, - insistí al médico con un tono de nerviosismo bastante evidente, cuando conseguí retomar el aliento y recuperarme de la vomitona, - Creo que aun mantenía la esperanza que pudiera hablar y contarme que demonios está pasando, pero mis gritos solo consiguen que mas ¿personas?, que no me hubieran escuchado en un principio, se sientan atraídas por mi presencia, el resto vienen casi todos de camino.
- ¿Cómo definirlos?, ¿personas?, ¿cosas?, ¿raros?...
Un grupo de al menos seis de esas cosas que estaban arremolinadas de rodillas en el suelo se han levantado y han puesto rumbo hacia mí. - ¿Arremolinadas con que?, - joder, entorno a un cuerpo en el suelo, parece un policía nacional, estaban como hienas tiradas encima del cuerpo, - les puedo ver la cara, la tienen empapada en sangre, se estaban comiendo sus entrañas – uno viene con lo que podría ser el estoma o un pulmón del policía apretándolo contra su boca y destrozándolo a bocados.
Vuelven las arcadas…
Alrededor de mi primer – ¿amigo? – Se juntaron casi una treintena de ¿seres?, ¿individuos?, ¿sujetos?, apelotonados en la puerta que hace de frontera infranqueable –espero- entre ellos y yo… sacando los brazos entre los barrotes y otros los intentan agitar.
Retrocedí poco a poco inconscientemente, hasta ponerme a una distancia mas que prudencial, y desde mi nueva posición de seguridad pude ver la otra puerta, saltar estas puertas no es difícil, son apenas dos metros de alto, basta con colocar el pie entre los barrotes, subir un poco y casi dejarse caer – ¿por que esas cosas no lo hacen?, ¿Por qué no saltan, si tanto parece me quieran coger?, ¿Por qué se conforman con apretarse los unos a los otros y zarandear la puerta como si quisieran tirarla? – Ni puta idea, pero me da igual, mientras estén en esta puerta, puedo ir a la otra saltarla, atravesar el parking corriendo y entrar en el hospital.
(Monte de los Santos)
Entrando
Delante de la puerta a unos dos metros aproximadamente había un hombre, de espaldas, pelo algo canoso por lo que intuí que pasaba los 40 años, con bata de médico bastante manchada por la espalda y amarillenta por el polvo como si hubiera estado rodando por el suelo durante bastante tiempo, pantalón oscuro y zapatos, con los brazos cayéndole a peso muerto, balanceándose lentamente hacia adelante y hacia atrás, como si en cualquier momento fuera a perder el equilibrio y cayera de bruces contra el asfalto.
- Perdone… (Pausa)
- Perdone… (Pausa)
- Perdone – insistí-
Muy lenta y torpemente se dio la vuelta como si funcionara a la mitad de revoluciones de lo normal, tropezando consigo mismo, sin ningún tipo de coordinación, los brazos durante su eterno giro le bailaban sin armonía, cada uno a su manera, y cada uno por su lado. En lo que pareció una eternidad, consiguió dar un cuarto de vuelta dejando a la vista su parte dorsal, anonadado quede al ver la cascada de sangre y salpicones, como si le hubieran regado con un aspersor, que destacaba enormemente en la bata blanca, desde la altura del hombro hasta casi la cintura atravesándole todo el pecho. Mi sobresalto fue desmesurado, di un par de pasos vertiginosamente hacia atrás, el corazón se me puso a más de doscientas pulsaciones, y los ojos, clavados en la sangre, se abrieron como un burdel en fin de semana. En un cuarto de vuelta mas, dejo su pecho de frente a mi, la camisa rota, desgarrada a jirones, hecha flecos, manchada por una mezcla de borbotones de sangre a medio coagular y suciedad ennegrecida, una herida enorme en el centro, abierta, pese a mis nulos conocimientos de anatomía pude ver el esternón y parte de varias costillas, rodeado por todo tipo de fluidos amarillentos y espesos que parecía querían huir de dentro de ese cuerpo, levante la mirada hasta su cabeza, está pálido, lívido, blanquecino, como si la sangre no le regara las mejillas, bueno, la mejilla, puesto que la derecha colgaba desde debajo del pómulo hasta la altura del mentón dejando la parte derecha de su mandíbula y varios músculos desgarrados al aire, babeando sangre, colgaban hileras por la barbilla hasta el pecho, las cuencas oculares hundidas, la boca abierta, los ojos perdidos, la mirada vacía, atravesándome, mientras el tiempo se había detenido para mi, absorto por la imagen que tenia delante se coloco delante de la puerta, puso los brazos entre los barrotes y su cara en medio de otros dos barrotes, emitiendo unos sonidos guturales mas propios de un gorila que de un ser humano, en un intento desesperado por lo que esperaba no fuera atraparme. En ese momento los brazos parecía que le funcionaban mas rápidamente, haciendo arcos derecha-izquierda, como intentando atrapar moscas en vuelo. La cabeza parece que estaba enchufada a la luz por que le funciona a impulsos eléctricos abriendo y cerrando la boca, pegando dentelladas al aire.
–Su puta madre, este por lo menos tiene la rabia - pensé-, a ver, yo no soy medico, aunque este que tengo delante y que parece me había tomado por su objetivo tiene toda la pinta, pero lo que tiene este tío en el pecho parece grave.
- ¡Oiga!, ¡OIGA! – grite sin que parezca que me esté escuchando lo mas mínimo ¿se encuentra bien?, ¡¡OIGA!!, ¿Necesita ayuda?, ¿Llamo a…..? – mientras casi acabo la frase pude escuchar mas sonidos al fondo, detrás del médico, que me hicieron enmudecer súbitamente – Hay mas gente, se puede ver una señora en camisón de hospital, con la cabeza echada hacia atrás en una posición totalmente antinatural, con lo que se me antoja es un brazo semi-amputado y arrastrando desde el otro por un vial un gotero, viene hacia a mi, había aun mas detrás de ella, a su lado, un chico con las vísceras al aire, medio intestino colgando. Veo a decenas, todos con alguna tara digna de estar dentro del hospital y no fuera… Sangre y restos de carne en el suelo, mi desayuno empieza a pedir volver a ver la luz del sol, vísceras colgando, primera arcada, sangre en sus ropas, segunda arcada, camisones de hospital enrojecidos, y mas sangre por todos los lados, y ahora además, un delicioso desayuno y varios centilitros de bilis entre esas cosas y yo.
- ¡EH PERDONE!, - insistí al médico con un tono de nerviosismo bastante evidente, cuando conseguí retomar el aliento y recuperarme de la vomitona, - Creo que aun mantenía la esperanza que pudiera hablar y contarme que demonios está pasando, pero mis gritos solo consiguen que mas ¿personas?, que no me hubieran escuchado en un principio, se sientan atraídas por mi presencia, el resto vienen casi todos de camino.
- ¿Cómo definirlos?, ¿personas?, ¿cosas?, ¿raros?...
Un grupo de al menos seis de esas cosas que estaban arremolinadas de rodillas en el suelo se han levantado y han puesto rumbo hacia mí. - ¿Arremolinadas con que?, - joder, entorno a un cuerpo en el suelo, parece un policía nacional, estaban como hienas tiradas encima del cuerpo, - les puedo ver la cara, la tienen empapada en sangre, se estaban comiendo sus entrañas – uno viene con lo que podría ser el estoma o un pulmón del policía apretándolo contra su boca y destrozándolo a bocados.
Vuelven las arcadas…
Alrededor de mi primer – ¿amigo? – Se juntaron casi una treintena de ¿seres?, ¿individuos?, ¿sujetos?, apelotonados en la puerta que hace de frontera infranqueable –espero- entre ellos y yo… sacando los brazos entre los barrotes y otros los intentan agitar.
Retrocedí poco a poco inconscientemente, hasta ponerme a una distancia mas que prudencial, y desde mi nueva posición de seguridad pude ver la otra puerta, saltar estas puertas no es difícil, son apenas dos metros de alto, basta con colocar el pie entre los barrotes, subir un poco y casi dejarse caer – ¿por que esas cosas no lo hacen?, ¿Por qué no saltan, si tanto parece me quieran coger?, ¿Por qué se conforman con apretarse los unos a los otros y zarandear la puerta como si quisieran tirarla? – Ni puta idea, pero me da igual, mientras estén en esta puerta, puedo ir a la otra saltarla, atravesar el parking corriendo y entrar en el hospital.
Re: No estoy muerto.
ENTRADA (MLS) 14
Monte de los santos
Dentro
Después de varios minutos contemplando la improvisada manifestación de gente desmembrada, putrefacta y coagulada, que parece me quieren dar la bienvenida a un club del que no me interesa ser socio, no quedó ni uno solo deambulando por el parking, se situaron todos delante mía pero afortunadamente detrás de la maravillosa puerta que cierra el parking por la noche y que por lo que parece, me estaba salvando que me hicieran lo mismo que al policía nacional tirado en el suelo.
Algo no cuadraba, los había que por sus heridas tendrían que estar muertos, pero ahí delante estaban, Entre la multitud pude ver a una chica, de no mas mas de 15 años quizás, con los intestinos colgando, dejando una mancha roja metálica en el suelo marcando el camino por donde había venido hacia la puerta…
Sin saber muy bien como había salido del estupor que me causaba la escena y sin pensarlo dos veces corrí hacia la otra puerta, si esas cosas deciden seguirme al ritmo al que parece que andan, me iban a un par de minutos indispensables de ventaja, una parada en la puerta antes de saltarla para observar la evolución del grupo, y, justo lo que me temía, actúan como perros cuando pasas al lado de la valla que custodian.
No había vuelta atrás, salté la puerta, y corrí tan rápido hacia la puerta principal del hospital como lo haría un yonki cuando pega un tirón al bolso de alguna viejecita a la puerta de un banco, al atravesar las puertas, vi que en el recibidor había seis personas, que al ruido de las puertas automáticas se giraron advirtiendo mi presencia… un alarido amargo brotó de la garganta de uno de ellos, abriendo los ojos como platos y como si le estuvieran friendo a descargas eléctricas de 220v empezó a encaminarse hacia mi, los otros siguieron sus pasos, ropas rasgadas, tendones al aire, e incluso uno sin la mandíbula inferior y a otro sin la carne de la mano derecha, solo se le veían los huesos, el olor a sangre era insoportable, por todas sus ropas, en el suelo, e incluso había cientos de salpicones en la pared. Son lentos, igual que los de fuera, así que no me costó mucho trabajo, esquivarlos y llegar al pasillo, en busca de las escaleras que me lleven a la segunda planta, podría esperar el ascensor, pero la verdad, no me apetecía dar tiempo a esas cosas a que me cogieran.
Segunda planta, subir por la escalera fue pan comido, seguir otro pasillo hasta el final y a mano derecha la UCI, pasillo despejado, lo atravesé intentando no hacer mucho ruido y esquivando camillas, goteros, monitores y cientos de papeles esparramados por el suelo, me asomé antes de entrar en el corredor, diez cosas de esas mas estaban aporreando la puerta, volví a meter la cabeza para que no me vieran, tenia que trazan un plan, alejarles de la puerta y conseguir que me abrieran. Al ojear las opciones pude ver la entrada al cuarto de Limpieza y muy despacio y sin hacer apenas ruido pude meterme dentro, Cogí el móvil, destino de la llamada: Arantxa:
- Arantxa, oye, escucha estoy al lado de la UCI, tenéis a diez cosas aporreando la puerta, voy a intentar quitarlos de ahí para que podáis abrirme.
- OK. Pero ten cuidado.
Salí, agarré una camilla, la atravesé en el pasillo y agarrándola por las barandillas de uno de los laterales empecé a empujarla, rápido cada vez mas rápido, hacia las cosas esas, la embestida me hizo soltar una mano, las cosas empezaron a trastabillar y caer al suelo, algunas salieron despedidas varios metros, y otras se quedaron literalmente enganchados a la camilla, antes de que se parase la camilla medio por que mis fuerzas no daban para empujar a tanto cuerpo y medio por que parecía que se había quedado encajada con lo que parecía un escáner portátil abandonado a un lado del pasillo. Mirando para atrás vi que había conseguido mi objetivo, les había separado aproximadamente cinco metros de la puerta, y lo mejor de todo, es que la camilla se había quedado atrapada entre el escáner y la pared, haciendo una barricada difícil de flanquear por las cosas esas.
Dos manos salieron de la puerta de la UCI y agarrándome por los hombros me metieron arrastras dentro. Otras manos cerraron la puerta, un beso en la boca, de esos que no te esperas, y un grandísimo abrazo como bienvenida…
Monte de los santos
Dentro
Después de varios minutos contemplando la improvisada manifestación de gente desmembrada, putrefacta y coagulada, que parece me quieren dar la bienvenida a un club del que no me interesa ser socio, no quedó ni uno solo deambulando por el parking, se situaron todos delante mía pero afortunadamente detrás de la maravillosa puerta que cierra el parking por la noche y que por lo que parece, me estaba salvando que me hicieran lo mismo que al policía nacional tirado en el suelo.
Algo no cuadraba, los había que por sus heridas tendrían que estar muertos, pero ahí delante estaban, Entre la multitud pude ver a una chica, de no mas mas de 15 años quizás, con los intestinos colgando, dejando una mancha roja metálica en el suelo marcando el camino por donde había venido hacia la puerta…
Sin saber muy bien como había salido del estupor que me causaba la escena y sin pensarlo dos veces corrí hacia la otra puerta, si esas cosas deciden seguirme al ritmo al que parece que andan, me iban a un par de minutos indispensables de ventaja, una parada en la puerta antes de saltarla para observar la evolución del grupo, y, justo lo que me temía, actúan como perros cuando pasas al lado de la valla que custodian.
No había vuelta atrás, salté la puerta, y corrí tan rápido hacia la puerta principal del hospital como lo haría un yonki cuando pega un tirón al bolso de alguna viejecita a la puerta de un banco, al atravesar las puertas, vi que en el recibidor había seis personas, que al ruido de las puertas automáticas se giraron advirtiendo mi presencia… un alarido amargo brotó de la garganta de uno de ellos, abriendo los ojos como platos y como si le estuvieran friendo a descargas eléctricas de 220v empezó a encaminarse hacia mi, los otros siguieron sus pasos, ropas rasgadas, tendones al aire, e incluso uno sin la mandíbula inferior y a otro sin la carne de la mano derecha, solo se le veían los huesos, el olor a sangre era insoportable, por todas sus ropas, en el suelo, e incluso había cientos de salpicones en la pared. Son lentos, igual que los de fuera, así que no me costó mucho trabajo, esquivarlos y llegar al pasillo, en busca de las escaleras que me lleven a la segunda planta, podría esperar el ascensor, pero la verdad, no me apetecía dar tiempo a esas cosas a que me cogieran.
Segunda planta, subir por la escalera fue pan comido, seguir otro pasillo hasta el final y a mano derecha la UCI, pasillo despejado, lo atravesé intentando no hacer mucho ruido y esquivando camillas, goteros, monitores y cientos de papeles esparramados por el suelo, me asomé antes de entrar en el corredor, diez cosas de esas mas estaban aporreando la puerta, volví a meter la cabeza para que no me vieran, tenia que trazan un plan, alejarles de la puerta y conseguir que me abrieran. Al ojear las opciones pude ver la entrada al cuarto de Limpieza y muy despacio y sin hacer apenas ruido pude meterme dentro, Cogí el móvil, destino de la llamada: Arantxa:
- Arantxa, oye, escucha estoy al lado de la UCI, tenéis a diez cosas aporreando la puerta, voy a intentar quitarlos de ahí para que podáis abrirme.
- OK. Pero ten cuidado.
Salí, agarré una camilla, la atravesé en el pasillo y agarrándola por las barandillas de uno de los laterales empecé a empujarla, rápido cada vez mas rápido, hacia las cosas esas, la embestida me hizo soltar una mano, las cosas empezaron a trastabillar y caer al suelo, algunas salieron despedidas varios metros, y otras se quedaron literalmente enganchados a la camilla, antes de que se parase la camilla medio por que mis fuerzas no daban para empujar a tanto cuerpo y medio por que parecía que se había quedado encajada con lo que parecía un escáner portátil abandonado a un lado del pasillo. Mirando para atrás vi que había conseguido mi objetivo, les había separado aproximadamente cinco metros de la puerta, y lo mejor de todo, es que la camilla se había quedado atrapada entre el escáner y la pared, haciendo una barricada difícil de flanquear por las cosas esas.
Dos manos salieron de la puerta de la UCI y agarrándome por los hombros me metieron arrastras dentro. Otras manos cerraron la puerta, un beso en la boca, de esos que no te esperas, y un grandísimo abrazo como bienvenida…
Re: No estoy muerto.
Quiero usar la primera parte hasta que empieza a escuchar mas y mas el celular,.. para un vídeo
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