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Segunda prueba
¿Furulas?
Un viejo relato que no es mio pero aun asi no deja de ser EXCELSO
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Un viejo relato que no es mio pero aun asi no deja de ser EXCELSO
Venezuela Zombie.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] este es el link del autor solo espero aun siga en pie,
por lo demás traeré y reviviré los relatos perdidos de la red con referencia a la temática zombie.
De paso, la edición corre por mi XP…
Introducción............................................3
¿Porqué Venezuela Zombie?..............................................................3
Aclaratorias.......................................4
Licencia de este trabajo y herramientas utilizadas..............................4
Avian Flu Solanum (H6N2): El descubrimiento...................................5
Los primeros brotes, descripción de la enfermedad...........................6
La Epidemia: Año 2010......................................................................6
La llegada a Venezuela: Agosto del 2010.........................................7
Venezuela Zombie............................................................................8
Mis últimos momentos en el Sambil.................................................9
La Llorona........................................................................................12
10 años atrás: La llorona del Río Milla............................................14
La Llorona sale de noche................................................................16
Cerró el Ávila..................................................................................19
Pa’late porque pa’tras ni pa’coger impulso....................................21
Encuentros inesperados................................................................23
El Ángel Negro..............................................................................25
Yo hackeo, tu hackeas,nosotros hackeamos..............................28
Déjame echarte un cuento...........................................................30
CANTV une a la gente.................................................................31
El milagro de Altamira.................................................................36
Levántate Lázaro........................................................................40
El nuevo hibrido..........................................................................41
Introducción
¿Porqué Venezuela Zombie?
Para empezar, si no sabe nada de Zombies, le recomiendo que visite este enlace: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Ahora respondiendo a la pregunta original, porque no hay relatos de Zombies (al menos
que yo conozca) que ocurran en Venezuela. Desde que George
Romero hizo su “Night of the Living Dead” por allá en los años 60, el
interés sobre este tipo de relatos no ha hecho más que crecer.
En particular yo disfruto de este tipo de relatos y me provocó dejarme llevar por
mi imaginación; Por ejemplo imagínese usted que pasaría si en una marcha de la
Oposición y Chavistas se viera atacada por Zombies (pelearían mano a mano con
el nuevo enemigo o simplemente cada quien halaría para su lado), o que pasaría
si una horda de Zombies atacara a los sifrinos que visitan el Centro San Ignacio de noche. Todo eso
aderezado con el toque de café y arepas que tanto ha caracterizado a los venezolanos.
O quizás estos relatos nunca debieron ser escritos
Aclaratorias
- Este es un trabajo de ficción y nada más.
- Su único interés es el de entretener.
- Cualquier parecido con instituciones o personas es pura
coincidencia.
- Todas las marcas comerciales en este trabajo le pertenecen a
sus respectivos dueños.
- El nombre del virus que produce el proceso Zombie (Solanum) fue tomado del excelente
libro de humor “The Zombie Survival Guide” de Max Brooks.
Licencia de este trabajo y herramientas utilizadas
Este trabajo (texto y fotografías) está protegido por la licencia de Creative
Commons. Eso significa que lo puede utilizar como quiera, siempre y
cuando no tome crédito cuando que no le pertenece.
Para mayor información, vea la licencia en el siguiente sitio
web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Venezuela Zombie: Relatos cortos, Página 4
Avian Flu Solanum (H6N2): El descubrimiento
Este nuevo virus fue descubierto en el continente asiático (http://www.flu.org.cn/map/Default.aspx),
en el año 2004 y se pensó que era una variante de la gripe Aviar (virus H5N1,
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ya que tenía los mismos
síntomas de una gripe aguda, la cual tampoco reaccionaba a los antibióticos y
para la cual no había un antivirus. Los primeros casos fueron de animal a
humano, excepto que las victimas de estas gripe terminaban en un estado
diferente, catatónico.
Las víctimas al regresar de ese estado durmiente lo hacían
totalmente alteradas; Sin ningún tipo de recuerdos o capacidad para articular
lenguaje (el cerebro es afectado en varias áreas) se mostraban increíblemente
agresivas, con tendencias homicidas (confirmando la teoría de que si los
humanos son despojados de sus inhibiciones básicas estos se convierten en
asesinos). El canibalismo es común entre los afectados, y lo peor de los
efectos del virus es la extrema violencia mostrada por aquellos afectados.
En un principio la prensa lo disfrazó como otro brote de
gripe, pese a que el ejército Chino destruyo más de 5000 cuerpos en la
provincia de Sichuan, además de unos casos aislados en Hong Kong. Especialistas
de varios países ayudaron a Asia a tratar el brote y todos los animales y
humanos involucrados fueron sacrificados.
Al mismo tiempo se establecía un programa de vigilancia en
todo el mundo, con el fin de detectar brotes de esta y otras variantes.
El mundo estaba a salvo…
Los primeros brotes, descripción de la enfermedad
Los medios de comunicación fueron “advertidos” para difundir
noticias sobre la enfermedad sin causar pánico
(http://www.who.int/csr/don/Handbook_influenza_pandemic_dec05.pdf). Lo que
pocos sabían era que al mismo tiempo ya una nueva variante de la enfermedad se
estaba esparciendo entre los animales infectados con la variante original.
Esta se transmitía ahora de humano a humano, por intercambio
de fluidos y de una manera similar a la gripe cuando la enfermedad apenas esta
atacando a la victima (ya en estado avanzado solamente se transmite por medio
de fluidos).
En pocas palabras, el nuevo virus tenía el potencial de crear
Zombies a gran velocidad.
Sí, la palabra es Zombies.
No sentían dolor (no es claro si es debido a un daño permanente en diversas
regiones del cerebro o si el estado de rabia es tal que el dolor es ignorado),
con la inteligencia de un insecto y sin recuerdos de la vida anterior.
El comportamiento de los infectados era increíblemente
violento, y estos por lo general atacaban a sus victimas ya fuera mordiendo o
arañando.
El virus actuaba realmente rápido; Normalmente la persona era
consumida en un lapso de dos días, pero si la infección ocurría por una mordida
o algún tipo de intercambio de fluidos directo, los resultados ocurrían en
menos de dos horas.
Muchas personas trataron la amputación de miembros tratando
de evitar que la infección se propagara al resto del cuerpo, pero este se
diseminaba casi de inmediato al entrar en el torrente sanguíneo.
No había tratamiento efectivo, y muchos centros de salud
optaban por la Eutanasia como remedio.
La Epidemia: Año 2010
Según los historiadores, la segunda ola del virus que se
transmitía de animal a humano comenzaron en varios puntos de Asía en Noviembre
del 2008. De allí pasó a África y algunos países de Centroamérica, mientras en
Europa y los Estados Unidos se libraba una batalla sin cuartel para erradicar
cualquier traza del virus (nunca hubo confirmaciones de que este penetrara en
esos lugares al principio), al mismo tiempo que se ocultaba la verdadera
naturaleza de la epidemia.
Pero la distribución desigual de la riqueza en el mundo y la
falta de planificación fueron demasiado para los países pobres del tercer
mundo, y la naturaleza se encargaría de demostrar que aún con el mayor de los
esfuerzos, nosotros no seriamos las especie dominante por mucho tiempo.
El primer caso de virus humano a humano volvió a aparecer en
Enero del 2010, casi en todas partes del mundo. En menos de 4 meses hubo brotes
por doquier y fue catalogado como epidemia, al mismo tiempo que los países
afectados hacían esfuerzos desesperados para contener los brotes.
Pero para Octubre de 2010 no quedaba ningún lugar seguro en
el planeta; El caos creció de tal manera que países como India y Rusia
utilizaron ataques nucleares contra sus vecinos, tratando de detener los
brotes. Muchos gobiernos sucumbieron (los más rápidos en caer fueron los de
países con sistemas de dictadura como Cuba, mientras que otros sistemas como
los democráticos duraron mucho más tiempo).
La llegada a Venezuela: Agosto del 2010
En Venezuela el punto crítico llegó mucho antes de lo
previsto, en el mes de Agosto. No se sabe mucho, pero se cree que el mayor
punto de entrada de la enfermedad fue por el puerto de la Guaira El distrito
Federal fue uno de los primeros afectados; Curiosamente fueron las zonas ricas
llenas de militares y no los barrios quienes comenzaron los brotes de manera
epidémica, quizás por el contrabando ilegal de mercancías provenientes del
puerto. Ricos y pobres trataron de combatir la enfermedad (cada uno a su manera
y con los recursos disponibles), pero el flagelo se encargó de borrar toda
franja de separación existente: Clases sociales, razas, religión. Todo cambió
de la noche a la mañana.
De los pocos archivos que quedaron en las hemerotecas
nacionales se logró reconstruir lo que pasó en los siguientes 10 días en
Venezuela:
•10 De Agosto: Se registran los primeros brotes de
violencia en la Guaira La Guardia Nacional y la policía enfrentan a los
manifestantes, pero al cabo de varias horas las tácticas convencionales se
muestran ineficaces contra un enemigo que no conoce el dolor y que aún puede
caminar después de varios disparos no letales.
•11 De Agosto: El ejército sale a las calles y se
implanta toque de queda; Comienzan los saqueos a supermercados y se forman
colas interminables en las gasolineras La gente permanece encerrada en sus
casas y Caracas (así como otras ciudades) muestran calles desoladas.
•12 De Agosto: Los medios de comunicación reportan
como el ejercito abre fuego contra civiles e “infectados” a falta de una manera
clara de detectar quien es un Zombie y quien no. Desde varios edificios
(notablemente el 23 De Enero y varios en La Avenida Urdaneta) se escuchan
disparos, dirigidos hacia personas que caminaban solas en la calle. Los vuelos
tanto Nacionales como Internacionales son paralizados.
•13 De Agosto: Los medios de comunicación son
silenciados y es el canal del Estado el cual transmite mensajes pre-grabados
los cuales hablan de como el gobierno está manejando la situación a cabalidad.
•14 De Agosto: El canal del Estado reporta una noticia
estremecedora: La muerte de 2000 personas que venían de la Isla de Margarita,
en el Ferry “Virgen De El Valle”. El barco se hundió faltando 15 minutos antes
de
Venezuela Zombie: Relatos cortos, Página 7 llegar a Puerto
La Cruz y lo único que se consiguen son cadáveres. Muestras de violencia en
muchos de los cuerpos indicaban que los individuos habían fallecido a causa de
múltiples heridas en el cuerpo y no por inmersión.
•15 De Agosto: Rumores de
todos lados dicen que los hospitales están colapsados y que el ejército está
disparando a gente dentro de ellos. La teoría (aún mantenida por la mayoría
hasta nuestros días) es que los heridos (con la infección) al ser trasladados a
los centros de atención atacaban al terminar la fase catatónica
•16 De Agosto: El suministro eléctrico se pierde en
casi todo el país, así como el agua. Nuevos rumores de gente siendo masacrada
en masas en las Iglesias. Hospitales y centros de acopio siguen llegando. La
gente trata de huir aterrorizada fuera de las ciudades, pero las vías son
colapsadas y muchos mueren victimas del hampa común.
•17 De Agosto: Se dice que por estas fechas ya operan
escuadrones de la muerte. Mendigos y personas que caminan por las calles son
eliminados con armas de fuego corto y bombas molotov entre otras. La ciudad de
Caracas arde en llamas en varios puntos. Se dice que la isla de Margarita es
ahora una isla de “Zombies” y que no queda nada allí. Reportes similares llegan
de Maracaibo y Mérida.
•18 De Agosto: Múltiples diarios personales (como el
del comandante Pedro García, un militar Chavista) describen como el ejército
hace lo imposible para combatir legiones de personas rabiosas que inundan la
ciudad. Las carreteras y avenidas están llenas de automóviles abandonados, y
más Zombies. El diario termina abrupta mente un 23 de Diciembre del año 2010,
después de que el militar y unos vecinos se refugian en un apartamento el cual
se supone fue invadido por una horda de infectados.
•19 De Agosto: El ejército bombardea varias partes de
la ciudad de Caracas, y utiliza tanques para limpiar las calles. Sin embargo la
misión falla al cabo de una semana ya que la cantidad de infectados sobrepasa
la habilidad del ejército para combatir.
•20 De Agosto: El Gobierno emite un comunicado oficial
exhortando a la población restante a salir de las ciudades, buscando refugio en
lugares apartados.
Venezuela Zombie
Mucho de lo que ocurrió después se repitió en otras partes
del mundo: Los gobiernos se desintegraron en el lapso de semanas, millones de
personas murieron y las que no se convirtieron en Zombies se refugiaron por
años en los lugares más recónditos.
En este documento se presentaran varios de esos relatos,
particularmente los ocurridos en Venezuela y sobre todo aquellos que no fueron
reseñados por los medios de comunicación no independientes. Muchas de las
fuentes nunca pudieron ser confirmadas, así que se recomienda al lector que sea
cauteloso en su interpretación de los hechos.
Se recomienda la distribución masiva de este documento, ¡la
verdad no puede ser ocultada!
Mis
últimos momentos en el Sambil
2:45 PM, 10 de Agosto del 2010:
Escribo esto con un pesar terrible, ya que nunca me imaginé
que mis últimos momentos los pasaría en un centro comercial, encerrado con un
vigilante armado
Esta
nota se encontró unos 7 años después de que un grupo de seguridad escarbara en
las ruinas de lo que fuera el Centro Comercial el Sambil (uno de los más
famosos de Caracas, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La
libreta se encontró en una bolsa de plástico con un cierre mágico debajo de
escombros, nunca se encontraron rastro de quien la escribió, lo cual demuestra
lo peligroso que es tratar de refugiarse en un centro comercial cuando hay un
brote de esta enfermedad. Solamente con una insignificante escopeta de cañón corto y rodeado de Zombies. Sí eso, Zombies, como los de la película 28 días,
excepto que estos son reales, ruidosos y sobre todo que me jodieron la vida.
Si, nunca pensé que todo terminaría así. Horas antes había
estado comiendo con la jeva (a la cual le perdí el rastro desde que empezó este
peo, no puedo dejar de pensar que ella pueda ser uno de ellos), y acababa de
planear unas vacaciones de una semana en Choroni. Si, una semana de birras y
sexo en la arena, nada mal.
Me imagino que mi papá y mi mamá se encuentran bien en la
California Norte, y gracias a Dios mi hermana está en Margarita (y no se
encuentra atorada en una gran ciudad como esta).
Me duele la cabeza, tremendo coñazo, tengo la cara pegostosa
de sudor y sangre; Aún recuerdo vividamente como la ola de gente se abalanzo
para entrar en el Sambil, llevándose por delante a los vigilantes los cuales en
vano trataron de cerrar los portones mientras intentaban cortar el paso. Los
primeros en entrar fueron quienes corrían por la calle huyendo de los
infectados, pero al rato los gritos y el desorden empezaron a cundir en todos
los rincones del centro comercial.
Si, yo esperaba a mi novia en el nivel Libertador, ya que ella había bajado a despedir a unos
amigos suyos en el nivel del sótano (una amiga de la escuela la cual siempre me
había parecido una tremenda pajua)
y desde allí pude ver todo. Recuerdo como me recorrió un frió por la espalda al
ver que no se detenían ante nada, algunos con heridas terribles en la cara,
viendo como la gente era mordida y arañada sin piedad, a veces entre varios.
En vano otros (a veces a punta de coñazo limpio) trataban de
ayudar pero eran derrotados en cuestión de segundos.
Nunca había visto a tanta gente junta; El olor a sudor y
sangre era demasiado y solamente el miedo me contuvo las ganas de vomitar.
Recuerdo haber derribado a un niñito en mi carrera mientras subía por las
escaleras mecánicas mientras buscaba refugio, y no recuerdo haberme detenido
para ayudar.
Y luego el coñazo en la cabeza. Cuando me desperté estaba
encerrado en uno de los baños del Sambil, junto con un vigilante el cual tenía
la camisa toda manchada de sangre.
Su nombre es Juan, y me dice que tiene esposa e hijos en
Petare. El celular que le regaló la mujer no tiene pilas y el teléfono del
local no sirve. Juan me dice que el papá del niñito a quien mandé escaleras
abajo (mientras corría) me lanzo una bolsa pesada la cual me alcanzó en la
cabeza y quedé tendido en el suelo. El hombre recogió a su hijo se perdió entre
la multitud, mientras Juan me revisaba...
Juan me dice que pasé inconsciente al menos unas dos horas, y
que en ese tiempo el Centro Comercial se terminó de volver un cojeculo; Mucha gente se encerró
dentro de los establecimientos (Bancos, Restaurantes) pero solamente unos
cuantos sitios aguantaron la embestida de gente. El solamente alcanzó a entrar
aquí, mientras me arrastraba. Juan me dice que actuó como un buen Samaritano,
que lo que él hizo es de cristianos. Yo le digo que es un huevón y que por mi
culpa nos vamos a morir los dos.
Hace rato comenzaron a golpear la puerta; Al principio sin
mucha fuerza ni convicción pero ahora, lo que sea que este afuera, está
decidido a entrar y grita rabiosamente (¿estas
vainas se pueden frustrar?). No hay salida alguna y creo que es cuestión
de tiempo antes de que entren por nosotros.
3:00 AM, 11 de Agosto:
Bueno, ya no tanto drama. Aún estamos vivos y tenemos
esperanzas que este lío ya este bajo control.
Juan y yo hemos acordado abrir la puerta, para dejar el
centro comercial. Hace ya 5 horas que no se escucha nada, ni siquiera gritos a
lo lejos, así que quizás ya todos se fueron, quizás buscando algo interesante
en otro lado (que ironía). Me duelen las piernas de tanto estar parado y la
cabeza (tengo tremendo morado en la cabeza) y de aquí pienso ir al hospital (no
creo que mi novia Ana Teresa este aún en el Sambil).
Nos vamos a dirigir a la Metropolitana en Caurimare, para que
mi primo pepe me vea este chichón en la cabeza. Juan se viene
conmigo (después de convencerlo que es mejor ir los dos y que luego vemos como
llegamos a nuestras casas). Vamos a ver como nos va.
Pienso llevar un diario de nuestro recorrido... vamos a ver
como nos va.
La Llorona
Con todo que eran las 3:00 AM el calor era insoportable.
Tenía insomnio y recién había despertado de un breve sueño en el cual había
gente gritando y luchando entre sí. En su sueño los rostros estaban borrosos,
pero lo peor era que en este estaba su esposo, Antonio, mirando la escena complacido.
Ana María fue al baño y una vez allí se miró en el espejo.
Estaba toda cubierta de sudor y con nauseas, producto de su embarazo de 10
semanas; Era una ladilla, pensaba ella, por el dolor en los senos, las nauseas
constantes y sobre todo los antojos de combinaciones tan increíbles de comida
como Arepas de Huevo de Codorniz con
Chocolate caliente.
Su preocupación por el paradero de Antonio iba en aumento ya
que no había recibido llamada suya desde que había comenzado el lío (el
trabajaba en una notaría en la Guaira). Eso había sido ya 3 días atrás. Algo
andaba mal, algo le decía que nunca más vería a Antonio.
Pese a todo eso estaba tranquila. Nada se comparaba con la
experiencia de hacia 3 días cuando estaba en el Sambil, viendo una película. La
función nunca terminó, sino que prendieron las luces
3El
relato de Ana María fue publicado con permiso de su nieta, Ana Julia Pérez. La
valentía de Ana María es recordada aún hoy en día y una estatua en su nombre
(titulada la Madre Cazadora) existe en la Avenida Libertador. Venezuela
Zombie: Relatos cortos, Página 12 de la sala mientras les indicaban que el
centro comercial estaba siendo cerrado. Al salir todo era caos, había sangre en
los pasillos y lo peor era la gente, luchando entre si con una furia que jamás
podría olvidar.
Recuerda como empezó a correr, buscando frenéticamente las
llaves del auto y recuerda con claridad una mano que la haló del pelo con mucha
fuerza, tanta que al separarse se quedó con varios mechones. Al voltearse lo
que vio fue el rostro de una mujer con los dientes partidos y el rostro
ensangrentado, pero sobre todo con una mirada vacía y al mismo tiempo decidida
a no sé que...
Era el rostro de la muerte, pensó ella. Con lágrimas en los
ojos (lloraba con terror pensando por qué esto le estaba pasando a ella) trató
de apartarse mientras la mujer ensangrentada trataba de morderle las manos y el
rostro. La mujer (o bruja Zombie como la bautizaría en sus relatos) no la
dejaba en paz, y al mismo tiempo que empujaba hacia adelante ambas rodaron por
la escalera. En ese momento algo cambió dentro de ella, algo le decía que debía
pelear por la criatura que llevaba adentro, que ella no importaba.
Sin saber como se recuperó de la caída y al ver a la Zombie a
sus pies comenzó a patearla furiosamente en la cara. No una, dos ni tres veces,
no se detuvo ni siquiera cuando escucho el crujido de los huesos de la nariz
romperse, ni cuando la mujer dejó de moverse. Ana estaba decidida a no ser una
víctima, nunca lo había sido.
Logró salir del centro comercial. Ya no corría, sino caminaba
y recordó con claridad como golpeó a otras personas que se le acercaron.
Algunos pedían ayuda, otros estaban “locos”, pero su instinto de supervivencia
la llevó utilizar lo que había aprendido 10 años atrás, justo antes de conocer
a su esposo.
Ella sabía como manejar a estos zombies, ella era la Llorona.
10 años atrás: La llorona del Río Milla
Ana fue bautizada por sus compañeros en el ejercito como La Llorona, la cual es una de las
leyendas más difundidas de los Andes Venezolanos; Se trata de una tenebrosa
dama la cual solía ser vista por la vega del río Milla. La Llorona, según
cuenta la leyenda, era una mujer hermosa perteneciente a la tribu de los indios
Mucujún (los primeros habitantes del esplendido valle dl norte Merideño) la
cual mató a su hijo por un “mal de amores”. Ches, el ser supremo, se disgustó tanto por el crimen que la
condenó a vagar por siempre por la rivera del río, en busca de los restos de su
hijo entre las espumosas aguas.
Ingresó 10 años atrás al comando de la Guardia Nacional,
comando fronterizo, división 764. Inicialmente trabajó como patrullera y como
toda mujer en las fuerzas armadas fue discriminada y vejada por sus compañeros.
Ganó el respeto de sus compañeros al demostrar su valor en combate, pero sobre
todo cuando se enteraron como la trataron de violar entre 5 guerrilleros,
después de ser torturada por varios días en una de sus misiones. La quemaron
con cigarrillos, la golpearon y justo cuando se disponían a violarla estos
bajaron la guardia, cometiendo el último error de sus vidas.
La consiguieron 5 días después, a varios kilómetros del
campamento guerrillero, deshidratada pero en una sola pieza. Algo cambió en ese
momento, se volvió más decidida al mismo tiempo que perdía la poca compasión
que sentía hacia otras personas.
Después de esta odisea la aceptaron en el comando táctico de
ataque de precisión. Era un comando élite, entrenado en sitios tan remotos como
Israel y Estados Unidos (cuando Venezuela aún tenia buenas relaciones, antes
del embargo económico ocurrido en el 2008). Allí aprendió como manejar
explosivos, como sobrevivir con pocos recursos, como ignorar el dolor y sobre
todo como matar eficientemente.
Ella era un sniper4.
La misión de un sniper según el ejército es
de dar soporte a las operaciones de combate, proporcionando fuego de precisión
de largo alcance con rifles en blancos seleccionados. Para ello el sniper crea
bajas en las tropas enemigas, los fuerza a ir más lento, los aterroriza, baja
la moral y agrega confusión a sus operaciones, además de recolectar y
proporcionar información del campo de batalla.
Ana María demostró que lo mejor que sabía hacer era disparar
a larga distancia, tanto así que mientras los mejores tiradores podían alcanzar
blancos a 800 metros ella lograba acertar con facilidad blancos a 1200 metros.
Los relatos de sus compañeros de división (aquellos que se atrevieron a colaborar
en este documento) cuentan como logró eliminar a todo un grupo de 15
narcoguerrilleros que operaban en la frontera Colombo Venezolana, sin ningún
tipo de ayuda y durante un acecho que duró 3 semanas bajo una lluvia
torrencial.
No sólo eso. Ella sin saberlo tenia una combinación de
características que la hacían la sniper ideal: Memoria fotográfica, la cual le
permitía recordar detalles en sus entornos; excelente condición física
(nadadora desde los 10 años de edad, visión 20/20), inteligencia
(aprendió a operar toda clase de equipo electrónico mientras estaba en el
ejercito), pero sobre todo un dominio increíble sobre sus emociones: Todo el
mundo sabe que es mucho más difícil dispararle a un objetivo que no representa
una amenaza que a uno que sí lo es. Cada vez que ella disparaba lo hacia bajo
un frió y calculado efecto.
Al cabo de 10 años, sin familia y amigos la vida se encargó
de darle una amarga sorpresa. Una madrugada de Marzo, su grupo fue enviada a
una misión de “limpieza” en el Estado Bolívar. Se decía que guerrilleros
infiltrados desde Brasil operaban en la zona, moviendo drogas y armas en
territorio Venezolano. Comandando 2 grupos de 3 hombres llegó y atacó sin
clemencia al los numerosos objetivos que se movían por el río Orinoco, sólo para
descubrir después que eran sólo un grupo de pescadores que transportaban
gasolina y café de manera ilegal.
A partir de ese momento se retiró del ejercito, alegando
razones médicas, asqueada de como había sido manipulada. La dieron de baja con
honores y al tiempo conoció a Antonio, un hombre apacible y de trato amable.
Antonio se dejó seducir por la impresionante amazona de piel canela, mientras
que a ella le llamó la atención el espíritu amable y comprensivo de su
“gordito”.
Pese a estar en la “vida civil”, nunca dejó de entrenar.
Siempre practicó deportes y mantuvo sus habilidades las cuales parecieron
crecer con el tiempo. El polígono de tiro siempre estuvo en su lista de
prioridades, aunque nunca le dijo a Antonio toda la verdad, porque no estaba
segura de que entendiera todo lo que había pasado en su vida anterior.
De vez en cuando se despertaba pensando en el intento de
violación, siempre gritaba en el sueño que ella nunca sería una víctima. Pero
los rostros de los violadores era el de los pescadores que ella había eliminado
en el Orinoco años atrás.
La
Llorona sale de noche
De acuerdo con la leyenda, la Llorona del río Milla sólo suele salir de noche. Un encuentro
casual con esta rara y misteriosa mujer siempre trae “fatales consecuencias”.
Al igual que la leyenda, Ana comenzó a salir de noche en busca de comida y
otras provisiones, mientras planeaba como salir de la ciudad.
Ella sabia que los hospitales, iglesias, y otros sitios en
donde hubiera concentración de personas era una sentencia de muerte segura. Por
ahora los apartamentos eran un sitio relativamente seguro, ya que los vecinos
se organizaron rápidamente para evitar que los infectados penetraran las
instalaciones haciendo guardias a toda hora. Como buen sniper, se movía en
silencio, en trayectorias no predecibles (ya que además de los Zombies debía
preocuparse por los bandidos que ahora azotaban a la ciudad) y nunca alejándose
mucho de su edificio el cual le proporcionaba un lugar seguro desde donde
disparar sin ser descubierta.
Sin embargo esto no duraría para siempre, y no quería verse
atrapada en una ciudad con un potencial de generar al menos 5 millones de
muertos vivientes.
Ana vivía en el Multicentro Empresarial del Este, en el piso
#10 (inicialmente todas eran oficinas, pero el gobierno decreto la apertura de
varios apartamentos en uno de sus planes sociales. Ana tomó ventaja y compró
uno de dos habitaciones por un precio ridículo). Siempre antes de salir, se iba
al “Penthouse” del edificio y desde allí hacia limpieza.
Así que al decimo quinto día de la epidemia comenzó a
recolectar su equipo. Este estaba oculto estratégicamente en una de las paredes
de la sala, en una división falsa la cual tuvo que derribar para poder sacar el
preciado contenido.
–Tapar este hueco me
va a costar un realero, pensó mientras golpe a golpe abría otro hueco en la
pared.
De allí sacó una serie de cajas, todas ellas celosamente
envueltas en varias capas de bolsas plásticas. Entre sus instrumentos tenia lo
siguiente:
•Lentes de visión nocturna (AN/PVS7A)
•Medidor de distancias láser (AN/GVS5), con un alcance entre 200 y 9000 metros (+/10 metros)
•Binoculares M22
•Rifle M24,
con mira modificada
•Compás, Radio en frecuencia de 2 y 11 metros Yaesu, sombrero de camuflaje.
En el morral colocó unas raciones de comida deshidradatada,
unas píldoras para desinfectar agua, un maletín de primeros auxilios, hojilla y
afeitadora (nunca se puede dejar de
ser una dama), crema y cepillo de dientes, papel higiénico más algo de
ropa. En el cinturón montó un GPS que su esposo le había regalado un año antes
(no era de grado militar pero igual le seria muy útil) y un machete que había
comprado en un FerreTotal hacia
tiempo atrás.
Al ver todo esto en el morral cualquier pensaría que estaba
planeando unas vacaciones bien extrañas.
El resto del día lo pasó limpiando su rifle M24 del ejército
Americano. Tenía todas las piezas en el piso, desarmadas meticulosamente y
justo en el momento en que limpiaba el cañón (el cual estaba obstruido con
polvo) escuchó disparos en la calle.
Instintivamente se acercó a la ventana del baño y usando sus
binoculares trató de conseguir la fuente de los disparos. El reflejó del sol en
la mira del arma delató al tirador, en un edifico que estaba quizás a unos 700
metros de distancia (fácil de medir ya que ella sabía la distancia que había
desde el edificio al semáforo más cercano, siempre estaba contando) y por lo
menos 10 pisos más arriba que el suyo.
Otro sniper. Y lo
peor, un aficionado.
Sí, el idiota que estaba en el techo estaba disparando contra
los apartamentos y por mala suerte había acertado en alguien. Desde el piso 10 no
podía ver mucho, así que se alistó para ir a la azotea. Tenia curiosidad,
quería saber que tipo de arma estaba utilizando, además de que el ahora era una
amenaza.
Abrió con cuidado la puerta de la azotea y corrió detrás de
un transformador, cerrando detrás de si la puerta. Con los binoculares M22 buscó al sniper aficionado y
confirmó que aún estaba en la posición original, no estaba acompañado. Apuntó
el GVS5 hacia el edificio y
confirmó la distancia: 875 metros. El viento estaba soplando levemente y usando
el método de bandera6 pudo comprobar que soplaba a unas 5 Millas / hora (haga
usted la conversión a KM / H ya que Ana aprendió a hacer esto gracias a los
Americanos). Había mucha humedad (lo cual aumentaba la resistencia del aire) y
el viento estaba llegando con un ángulo entre las 1 y 2 de la tarde según el
método del reloj.
En pocas palabras estaba casi segura que un sólo disparo
bastaría, aunque las condiciones no eran optimas. Por unos segundos dudó sobre
su táctica ya que si alguien estaba ayudando a este sniper seguro su edificio
sería atacado. Pero por otro lado esto ya había ido demasiado lejos...
Se relajó, apoyo el arma en la parte superior del generador
(no era más alta que ella) y contuvo la respiración. Enfoco el blanco en la
mira y ajusto un poco la inclinación unos grados hacia arriba para compensar el
viento y la humedad. Quitó el seguro, apretó el gatillo y un segundo después la
cara del sniper aficionado se
convertía en una pulpa sangrienta, envuelta en una tenue nube de color rojizo.
6El
método dice lo siguiente: Cuando el viento sople, mida el ángulo que hay entre
la bandera y el asta y divídalo entre 4, eso le dará la velocidad del viento en
millas.
Una búsqueda rápida usando el M22 no mostró nada, pareciera
que sólo estaba una persona en la otra azotea. Sin embargo no recordaba haber
visto nunca a alguien disparándole a la gente con tanta impunidad, eso la
convenció de que debía abandonar Caracas lo más rápido posible, ya que su
ubicación quizás había sido comprometida.
Cerró
el Ávila
El día de la partida se pinto la cara con varios colores
obscuros (la pintura era especial, sin olores), le puso los forros especiales a
su rifle y lentes para evitar reflejos (una telita cubría el lente), guardó
otro uniforme de camuflaje (este para la selva), se encomendó a Dios y salió a
la calle.
Ana sabía que la única forma de moverse era de noche. Durante
el día había demasiada gente en las calles, por alguna razón había menos gente
en las noches (aún no se sabe si los Zombies tienen que descansar o si sus
patrones de sueño se ven afectados); Se movía lentamente entre las sombras y
evitando áreas con buena iluminación. En algunos casos podía hacerlo más
rápido, en áreas en donde había fuego y explosiones, ya que contrario a lo que
se pudiera pensar, esta proporciona una distracción.
El destino inicial era el Cerro El Ávila; De allí podría ir a
la costa, a la vez que evitaba contacto humano. En un principio pensó en tomar
la ruta de “Sabas Nieves” (Altamira)
pero todo el mundo iba allí a hacer ejercicio así que había una alta
probabilidad de que estuviera inundado de infectados.
Por otro lado tenía la Cota Mil, Maripérez y luego la ruta
del Teleférico No esperaba que el Teleférico funcionara, pero muy poca gente
iría a pie, además de que una necesidad morbosa le indicaba que tenía que ver a
Caracas una última vez. Así que se decidió a utilizar la Cota 1000.
Tenía una ventaja táctica sobre los Zombies y otros humanos
ya que ella podía ver de noche utilizando sus lentes de visión nocturna, además
de que su traje de camuflaje de color gris (ideado para áreas urbanas)
disimulaba su apariencia. Sabía como moverse, nunca llamando la atención.
Las reglas eran simples: no hablar, no hacer ruido, usar el
entorno, nunca utilizar caminos transitados y sobre todo mantener los ojos bien
abiertos. En una misión con soporte esto era más fácil ya que el sniper nunca trabaja sólo, siempre
son equipos de dos pero en este caso ella tenía que hacerlo todo,
reconocimiento e inteligencia.
Comer y dormir unas horas durante el día. Caminar de noche.
No podía avanzar mucho; En más de una ocasión tuvo que entrar
a un edificio forzando cerraduras justo cuando ya eran las 5:00 AM y el sol
comenzaba a salir. En una ocasión tuvo que quedarse tendida en el suelo por 17
horas, rodeada solamente de cajas y escombros ya que un grupo de no menos de
200 infectados salió de repente desde varios puntos de la calle, durante las
últimas horas de la noche. Irónicamente esta última experiencia le dio ánimos
ya que no solamente era posible ocultarse de los zombies sino que estos no
tenían ninguna habilidad especial que les permitiera detectar humanos.
Sí, las historias de Hollywood eran pura paja. Aunque siempre
le habían encantado las películas de George Romero.
Al segundo día de camino estuvo tentada a usar las vías del
Metro; Era relativamente fácil de forzar la entrada ya que desde hace días no
habían vigilantes en las entradas de la estación pero por otro lado le
preocupaba el hecho de que fuera un espacio cerrado el cual podría estar
repleto de zombies.
Pero no todo salió bien; Recuerda vividamente como una
familia de 5 (con 3 niños pequeños) que fueron atacados por una pandilla de al
menos 10. A la distancia que estaba y con lo rápido que ocurrió todo le fue
imposible ayudarlos. Sin embargo, ella se encargó que ninguno de los atacantes
saliera en una sola pieza.
Los síntomas del embarazo la dejaban concentrarse en la tarea
de huir de Caracas; Las nauseas no eran tan frecuentes aunque su sentido del
olfato se había desarrollado a tal extremo que podía oler a un zombie desde muy
lejos.
Aún recuerda como la Plaza Altamira (llamada también la Plaza de La Libertad por la oposición
Chavista) estaba totalmente destruida; había cuerpos en las calles y en las
fuentes, además de escombros.
Al tercer día de camino se cruzó con una librería; No era una
de las ostentosas (y ridículamente cara como la Tecniciencias) sino más bien de
libros usados. Tenía meses que no leía y sin embargo vio algo que le pareció un
trofeo, algo que le decía que si ella tuviera que salvar un objeto material de
la humanidad ese sería el adecuado.
En ese momento olvidó que tenia que andar con cuidado y con
su arma destruyó el candado que protegía la reja, sólo para tomar minutos
después su preciado trofeo: Un libro de cuentos para niños, escrito por los
integrantes del grupo Serenata
Guayanesa.
Al cuarto día había logrado salir del casco de la ciudad;
Ahora se movía entre la vegetación (utilizando el traje de camuflaje de selva),
bordeando la Cota Mil pero nunca utilizando la carretera directamente.
La vista era desoladora. Había incendios en varias partes de
la ciudad, columnas de humo se elevaban en múltiples puntos. Pero lo peor era
el silencio, la ausencia del ruido continuo de los automóviles La cota mil
estaba sembrada con miles y miles de automóviles, algunos de ellos en buen
estado, otros destrozados por colisiones.
Tampoco se escuchaban pájaros, ya que seguramente la gripe
los había matado a todos.
Y sin embargo los zombies estaban allí. Caminaban
tambaleándose, mientras otros comían los restos de sus victimas. La visión
resultaba extraña ya que de alguna manera le recordaba a las marchas
multitudinarias de los Chavistas y Oposición que tanto daño le habían hecho al
país años atrás, excepto que el propósito de los nuevos marchantes era más
básico: exterminación.
Pa’late
porque pa’tras ni pa’coger impulso
Ya al entrar en el cerro consiguió un sitio apartado en el
cual había una tubería la cual aún tenia agua; Se desnudó y baño lo mejor que
pudo, recogió agua en la cantimplora y se puso de vuelta su camuflaje
selvático, al mismo tiempo que comía unas raciones y confirmaba su posición
usando el GPS.
Varios kilómetros adentro y aún no se escuchaban pájaros; Los
perros que estaban en las calles habían sido atacados brutalmente por sus amos
enloquecidos y hasta ahora no había visto ningún otro animal.
A los días de recorrido fue despertada por el ruido de un
automóvil en el camino; No podía ver nada desde donde estaba así que se movió
con cautela. Usando sus binoculares vio una caravana de carros rústicos:
Machito Toyota, Jeep descapotable y una Range Rover de las viejas. En ellas
iban muchachos jóvenes los cuales parecían más bien estar yendo a la playa a
rumbear que para salvar sus vidas. Desde lejos vio que tenían mapas y radios,
así que por lo menos estaban algo preparados.
¿Como coño habían metido esos carros aquí? Obviamente
conocían mejor la ruta, así que se decidió a seguirlos por un tiempo. Le
preocupaba el hecho de que hicieran tanto ruido y además no sabia cuales eran
sus intenciones.
Sin embargo los siguió ya que al menos ellos tenían un plan.
Esa noche durmió sin tener pesadillas; Solamente se escuchaba
el ruido del viento y al rato el olor del café preparado desde el improvisado
campamento.
¡Que estupidez, puedo olerlos al menos desde 500 metros!
No había terminado de pensar esto cuando un grupo numeroso de
personas se abalanzó hacia el campamento; Sus ropas estaban cubiertas de mugre
y sangre, y ninguno de ellos paraba de gritar mientras corrían. Zombies.
Ahora la decisión era si ayudar a los pavitontos o dejar ese lió de ese tamaño; Después de todo ella
podría recoger lo que quedara del campamento o seguir, ya que no tenía planes
de arriesgar el pellejo por desconocidos.
Pero cuando escucho el llanto de las muchachas y los disparos
improvisados de los muchachos se le hizo un nudo en la garganta.
Dispararle a objetivos en movimiento no sólo requiere que el
sniper determine la distancia del blanco y los efectos de viento en la bala,
sino que además debe considerar la velocidad lateral del blanco, el tiempo de
vuelo de la bala y la inclinación correcta para compensar todo esto. Pero nada
se comparaba al efecto psicológico de que si fallaba alguien iba a morir.
Dejó su escondite y apoyo el rifle en un tronco caído;
Mentalmente considero todos los factores requeridos y desde allí comenzó el
ataque.
Falló el primer y segundo disparo en el sentido que no fueron
fatales; Pero conforme se adaptaba al ritmo de la batalla los blancos caían con
mayor facilidad. Los chamos, ahora refugiados en sus carros, no entendía quien
estaba disparando y miraban perplejos en todas direcciones mientras no dejaban
de defenderse.
Y entonces ocurrió lo impensable, ¡una de las criaturas salió
de un monte cercano! Se abalanzó con furia sobre Ana y ella pudo sentir como
los dientes se hundían en su hombro, con una presión increíble, al mismo tiempo
que ella forcejeaba para no soltar el rifle.
Pero los dientes no tocaron la carne, la armadura de Kevlar
aguantó la embestida. Ana en un movimiento rápido derribó a la criatura
hedionda con una patada en la cara y le disparo en el rostro, a quemarropa.
Con sus binoculares vio que los chamos habían arrancado
dejando atrás a varios zombies en el camino.
Abrió la armadura, la camisa y vio que tenía un moretón con
sangre en el hombro. No podía decir si estaba infectada o no y sin pensarlo
mucho aplicó un antiséptico.
Ahora lo que le quedaba era esperar. Si estaba infectada lo
sabría en un par de horas.
Desde ese momento se decidió a seguir sola, ya que no tenía
muchas municiones y ella era la Llorona, no el ángel de La Guarda...
Encuentros
inesperados
Habían transcurrido ya dos días desde su último encuentro con
los pavitontos cuando volvió a
saber de ellos; Ahora caminaba de día ya que se percató que no había casi gente
en los alrededores y que podía ocultarse fácilmente entre la maleza.
Al tercer día de estar en el Ávila vio desde como 1 de los 3
vehículos que pertenecían originalmente en la caravana estaban abandonados a la
orilla del camino. El Jeep se había estrellado contra un árbol y estaba hecho
pedazos, con la trompa hundida. Al moverse más cerca pudo comprobar que la
Range Rover estaba unos 100 metros más abajo patas arriba, con signos de haber
estado prendida en llamas.
No creía que hubiera habido sobrevivientes. ¿Donde estaba el
Toyota?
Encontraría su respuesta unas 3 horas después. El Toyota
estaba en perfecto estado y un muchacho alto y joven estaba parado a su lado. A
estas alturas Ana no tenía ya comida ni agua y estaba preocupada por el estado
de su hombro, así que decidió mostrarse ante el pavitonto.
Esperó hasta la noche para acercarse más ha el improvisado
campamento. Con los binoculares observó al pavo durante todo el día y le sorprendió
ver como este se dedicaba a jugar con su laptop en vez de organizarse mejor; En
más de una ocasión le vio llorar mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Estaba intrigada. Quizás no habían sido los zombies quienes
habían dado cuenta de los otros dos vehículos con todos sus ocupantes sino que
el joven había decidido tomar control. Quizás era un asesino. Quizás lloraba
porque tenía remordimiento de lo que había hecho.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] este es el link del autor solo espero aun siga en pie,
por lo demás traeré y reviviré los relatos perdidos de la red con referencia a la temática zombie.
De paso, la edición corre por mi XP…
Introducción............................................3
¿Porqué Venezuela Zombie?..............................................................3
Aclaratorias.......................................4
Licencia de este trabajo y herramientas utilizadas..............................4
Avian Flu Solanum (H6N2): El descubrimiento...................................5
Los primeros brotes, descripción de la enfermedad...........................6
La Epidemia: Año 2010......................................................................6
La llegada a Venezuela: Agosto del 2010.........................................7
Venezuela Zombie............................................................................8
Mis últimos momentos en el Sambil.................................................9
La Llorona........................................................................................12
10 años atrás: La llorona del Río Milla............................................14
La Llorona sale de noche................................................................16
Cerró el Ávila..................................................................................19
Pa’late porque pa’tras ni pa’coger impulso....................................21
Encuentros inesperados................................................................23
El Ángel Negro..............................................................................25
Yo hackeo, tu hackeas,nosotros hackeamos..............................28
Déjame echarte un cuento...........................................................30
CANTV une a la gente.................................................................31
El milagro de Altamira.................................................................36
Levántate Lázaro........................................................................40
El nuevo hibrido..........................................................................41
Introducción
¿Porqué Venezuela Zombie?
Para empezar, si no sabe nada de Zombies, le recomiendo que visite este enlace: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Ahora respondiendo a la pregunta original, porque no hay relatos de Zombies (al menos
que yo conozca) que ocurran en Venezuela. Desde que George
Romero hizo su “Night of the Living Dead” por allá en los años 60, el
interés sobre este tipo de relatos no ha hecho más que crecer.
En particular yo disfruto de este tipo de relatos y me provocó dejarme llevar por
mi imaginación; Por ejemplo imagínese usted que pasaría si en una marcha de la
Oposición y Chavistas se viera atacada por Zombies (pelearían mano a mano con
el nuevo enemigo o simplemente cada quien halaría para su lado), o que pasaría
si una horda de Zombies atacara a los sifrinos que visitan el Centro San Ignacio de noche. Todo eso
aderezado con el toque de café y arepas que tanto ha caracterizado a los venezolanos.
O quizás estos relatos nunca debieron ser escritos
Aclaratorias
- Este es un trabajo de ficción y nada más.
- Su único interés es el de entretener.
- Cualquier parecido con instituciones o personas es pura
coincidencia.
- Todas las marcas comerciales en este trabajo le pertenecen a
sus respectivos dueños.
- El nombre del virus que produce el proceso Zombie (Solanum) fue tomado del excelente
libro de humor “The Zombie Survival Guide” de Max Brooks.
Licencia de este trabajo y herramientas utilizadas
Este trabajo (texto y fotografías) está protegido por la licencia de Creative
Commons. Eso significa que lo puede utilizar como quiera, siempre y
cuando no tome crédito cuando que no le pertenece.
Para mayor información, vea la licencia en el siguiente sitio
web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Venezuela Zombie: Relatos cortos, Página 4
Avian Flu Solanum (H6N2): El descubrimiento
Este nuevo virus fue descubierto en el continente asiático (http://www.flu.org.cn/map/Default.aspx),
en el año 2004 y se pensó que era una variante de la gripe Aviar (virus H5N1,
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ya que tenía los mismos
síntomas de una gripe aguda, la cual tampoco reaccionaba a los antibióticos y
para la cual no había un antivirus. Los primeros casos fueron de animal a
humano, excepto que las victimas de estas gripe terminaban en un estado
diferente, catatónico.
Las víctimas al regresar de ese estado durmiente lo hacían
totalmente alteradas; Sin ningún tipo de recuerdos o capacidad para articular
lenguaje (el cerebro es afectado en varias áreas) se mostraban increíblemente
agresivas, con tendencias homicidas (confirmando la teoría de que si los
humanos son despojados de sus inhibiciones básicas estos se convierten en
asesinos). El canibalismo es común entre los afectados, y lo peor de los
efectos del virus es la extrema violencia mostrada por aquellos afectados.
En un principio la prensa lo disfrazó como otro brote de
gripe, pese a que el ejército Chino destruyo más de 5000 cuerpos en la
provincia de Sichuan, además de unos casos aislados en Hong Kong. Especialistas
de varios países ayudaron a Asia a tratar el brote y todos los animales y
humanos involucrados fueron sacrificados.
Al mismo tiempo se establecía un programa de vigilancia en
todo el mundo, con el fin de detectar brotes de esta y otras variantes.
El mundo estaba a salvo…
Los primeros brotes, descripción de la enfermedad
Los medios de comunicación fueron “advertidos” para difundir
noticias sobre la enfermedad sin causar pánico
(http://www.who.int/csr/don/Handbook_influenza_pandemic_dec05.pdf). Lo que
pocos sabían era que al mismo tiempo ya una nueva variante de la enfermedad se
estaba esparciendo entre los animales infectados con la variante original.
Esta se transmitía ahora de humano a humano, por intercambio
de fluidos y de una manera similar a la gripe cuando la enfermedad apenas esta
atacando a la victima (ya en estado avanzado solamente se transmite por medio
de fluidos).
En pocas palabras, el nuevo virus tenía el potencial de crear
Zombies a gran velocidad.
Sí, la palabra es Zombies.
No sentían dolor (no es claro si es debido a un daño permanente en diversas
regiones del cerebro o si el estado de rabia es tal que el dolor es ignorado),
con la inteligencia de un insecto y sin recuerdos de la vida anterior.
El comportamiento de los infectados era increíblemente
violento, y estos por lo general atacaban a sus victimas ya fuera mordiendo o
arañando.
El virus actuaba realmente rápido; Normalmente la persona era
consumida en un lapso de dos días, pero si la infección ocurría por una mordida
o algún tipo de intercambio de fluidos directo, los resultados ocurrían en
menos de dos horas.
Muchas personas trataron la amputación de miembros tratando
de evitar que la infección se propagara al resto del cuerpo, pero este se
diseminaba casi de inmediato al entrar en el torrente sanguíneo.
No había tratamiento efectivo, y muchos centros de salud
optaban por la Eutanasia como remedio.
La Epidemia: Año 2010
Según los historiadores, la segunda ola del virus que se
transmitía de animal a humano comenzaron en varios puntos de Asía en Noviembre
del 2008. De allí pasó a África y algunos países de Centroamérica, mientras en
Europa y los Estados Unidos se libraba una batalla sin cuartel para erradicar
cualquier traza del virus (nunca hubo confirmaciones de que este penetrara en
esos lugares al principio), al mismo tiempo que se ocultaba la verdadera
naturaleza de la epidemia.
Pero la distribución desigual de la riqueza en el mundo y la
falta de planificación fueron demasiado para los países pobres del tercer
mundo, y la naturaleza se encargaría de demostrar que aún con el mayor de los
esfuerzos, nosotros no seriamos las especie dominante por mucho tiempo.
El primer caso de virus humano a humano volvió a aparecer en
Enero del 2010, casi en todas partes del mundo. En menos de 4 meses hubo brotes
por doquier y fue catalogado como epidemia, al mismo tiempo que los países
afectados hacían esfuerzos desesperados para contener los brotes.
Pero para Octubre de 2010 no quedaba ningún lugar seguro en
el planeta; El caos creció de tal manera que países como India y Rusia
utilizaron ataques nucleares contra sus vecinos, tratando de detener los
brotes. Muchos gobiernos sucumbieron (los más rápidos en caer fueron los de
países con sistemas de dictadura como Cuba, mientras que otros sistemas como
los democráticos duraron mucho más tiempo).
La llegada a Venezuela: Agosto del 2010
En Venezuela el punto crítico llegó mucho antes de lo
previsto, en el mes de Agosto. No se sabe mucho, pero se cree que el mayor
punto de entrada de la enfermedad fue por el puerto de la Guaira El distrito
Federal fue uno de los primeros afectados; Curiosamente fueron las zonas ricas
llenas de militares y no los barrios quienes comenzaron los brotes de manera
epidémica, quizás por el contrabando ilegal de mercancías provenientes del
puerto. Ricos y pobres trataron de combatir la enfermedad (cada uno a su manera
y con los recursos disponibles), pero el flagelo se encargó de borrar toda
franja de separación existente: Clases sociales, razas, religión. Todo cambió
de la noche a la mañana.
De los pocos archivos que quedaron en las hemerotecas
nacionales se logró reconstruir lo que pasó en los siguientes 10 días en
Venezuela:
•10 De Agosto: Se registran los primeros brotes de
violencia en la Guaira La Guardia Nacional y la policía enfrentan a los
manifestantes, pero al cabo de varias horas las tácticas convencionales se
muestran ineficaces contra un enemigo que no conoce el dolor y que aún puede
caminar después de varios disparos no letales.
•11 De Agosto: El ejército sale a las calles y se
implanta toque de queda; Comienzan los saqueos a supermercados y se forman
colas interminables en las gasolineras La gente permanece encerrada en sus
casas y Caracas (así como otras ciudades) muestran calles desoladas.
•12 De Agosto: Los medios de comunicación reportan
como el ejercito abre fuego contra civiles e “infectados” a falta de una manera
clara de detectar quien es un Zombie y quien no. Desde varios edificios
(notablemente el 23 De Enero y varios en La Avenida Urdaneta) se escuchan
disparos, dirigidos hacia personas que caminaban solas en la calle. Los vuelos
tanto Nacionales como Internacionales son paralizados.
•13 De Agosto: Los medios de comunicación son
silenciados y es el canal del Estado el cual transmite mensajes pre-grabados
los cuales hablan de como el gobierno está manejando la situación a cabalidad.
•14 De Agosto: El canal del Estado reporta una noticia
estremecedora: La muerte de 2000 personas que venían de la Isla de Margarita,
en el Ferry “Virgen De El Valle”. El barco se hundió faltando 15 minutos antes
de
Venezuela Zombie: Relatos cortos, Página 7 llegar a Puerto
La Cruz y lo único que se consiguen son cadáveres. Muestras de violencia en
muchos de los cuerpos indicaban que los individuos habían fallecido a causa de
múltiples heridas en el cuerpo y no por inmersión.
•15 De Agosto: Rumores de
todos lados dicen que los hospitales están colapsados y que el ejército está
disparando a gente dentro de ellos. La teoría (aún mantenida por la mayoría
hasta nuestros días) es que los heridos (con la infección) al ser trasladados a
los centros de atención atacaban al terminar la fase catatónica
•16 De Agosto: El suministro eléctrico se pierde en
casi todo el país, así como el agua. Nuevos rumores de gente siendo masacrada
en masas en las Iglesias. Hospitales y centros de acopio siguen llegando. La
gente trata de huir aterrorizada fuera de las ciudades, pero las vías son
colapsadas y muchos mueren victimas del hampa común.
•17 De Agosto: Se dice que por estas fechas ya operan
escuadrones de la muerte. Mendigos y personas que caminan por las calles son
eliminados con armas de fuego corto y bombas molotov entre otras. La ciudad de
Caracas arde en llamas en varios puntos. Se dice que la isla de Margarita es
ahora una isla de “Zombies” y que no queda nada allí. Reportes similares llegan
de Maracaibo y Mérida.
•18 De Agosto: Múltiples diarios personales (como el
del comandante Pedro García, un militar Chavista) describen como el ejército
hace lo imposible para combatir legiones de personas rabiosas que inundan la
ciudad. Las carreteras y avenidas están llenas de automóviles abandonados, y
más Zombies. El diario termina abrupta mente un 23 de Diciembre del año 2010,
después de que el militar y unos vecinos se refugian en un apartamento el cual
se supone fue invadido por una horda de infectados.
•19 De Agosto: El ejército bombardea varias partes de
la ciudad de Caracas, y utiliza tanques para limpiar las calles. Sin embargo la
misión falla al cabo de una semana ya que la cantidad de infectados sobrepasa
la habilidad del ejército para combatir.
•20 De Agosto: El Gobierno emite un comunicado oficial
exhortando a la población restante a salir de las ciudades, buscando refugio en
lugares apartados.
Venezuela Zombie
Mucho de lo que ocurrió después se repitió en otras partes
del mundo: Los gobiernos se desintegraron en el lapso de semanas, millones de
personas murieron y las que no se convirtieron en Zombies se refugiaron por
años en los lugares más recónditos.
En este documento se presentaran varios de esos relatos,
particularmente los ocurridos en Venezuela y sobre todo aquellos que no fueron
reseñados por los medios de comunicación no independientes. Muchas de las
fuentes nunca pudieron ser confirmadas, así que se recomienda al lector que sea
cauteloso en su interpretación de los hechos.
Se recomienda la distribución masiva de este documento, ¡la
verdad no puede ser ocultada!
Mis
últimos momentos en el Sambil
2:45 PM, 10 de Agosto del 2010:
Escribo esto con un pesar terrible, ya que nunca me imaginé
que mis últimos momentos los pasaría en un centro comercial, encerrado con un
vigilante armado
Esta
nota se encontró unos 7 años después de que un grupo de seguridad escarbara en
las ruinas de lo que fuera el Centro Comercial el Sambil (uno de los más
famosos de Caracas, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La
libreta se encontró en una bolsa de plástico con un cierre mágico debajo de
escombros, nunca se encontraron rastro de quien la escribió, lo cual demuestra
lo peligroso que es tratar de refugiarse en un centro comercial cuando hay un
brote de esta enfermedad. Solamente con una insignificante escopeta de cañón corto y rodeado de Zombies. Sí eso, Zombies, como los de la película 28 días,
excepto que estos son reales, ruidosos y sobre todo que me jodieron la vida.
Si, nunca pensé que todo terminaría así. Horas antes había
estado comiendo con la jeva (a la cual le perdí el rastro desde que empezó este
peo, no puedo dejar de pensar que ella pueda ser uno de ellos), y acababa de
planear unas vacaciones de una semana en Choroni. Si, una semana de birras y
sexo en la arena, nada mal.
Me imagino que mi papá y mi mamá se encuentran bien en la
California Norte, y gracias a Dios mi hermana está en Margarita (y no se
encuentra atorada en una gran ciudad como esta).
Me duele la cabeza, tremendo coñazo, tengo la cara pegostosa
de sudor y sangre; Aún recuerdo vividamente como la ola de gente se abalanzo
para entrar en el Sambil, llevándose por delante a los vigilantes los cuales en
vano trataron de cerrar los portones mientras intentaban cortar el paso. Los
primeros en entrar fueron quienes corrían por la calle huyendo de los
infectados, pero al rato los gritos y el desorden empezaron a cundir en todos
los rincones del centro comercial.
Si, yo esperaba a mi novia en el nivel Libertador, ya que ella había bajado a despedir a unos
amigos suyos en el nivel del sótano (una amiga de la escuela la cual siempre me
había parecido una tremenda pajua)
y desde allí pude ver todo. Recuerdo como me recorrió un frió por la espalda al
ver que no se detenían ante nada, algunos con heridas terribles en la cara,
viendo como la gente era mordida y arañada sin piedad, a veces entre varios.
En vano otros (a veces a punta de coñazo limpio) trataban de
ayudar pero eran derrotados en cuestión de segundos.
Nunca había visto a tanta gente junta; El olor a sudor y
sangre era demasiado y solamente el miedo me contuvo las ganas de vomitar.
Recuerdo haber derribado a un niñito en mi carrera mientras subía por las
escaleras mecánicas mientras buscaba refugio, y no recuerdo haberme detenido
para ayudar.
Y luego el coñazo en la cabeza. Cuando me desperté estaba
encerrado en uno de los baños del Sambil, junto con un vigilante el cual tenía
la camisa toda manchada de sangre.
Su nombre es Juan, y me dice que tiene esposa e hijos en
Petare. El celular que le regaló la mujer no tiene pilas y el teléfono del
local no sirve. Juan me dice que el papá del niñito a quien mandé escaleras
abajo (mientras corría) me lanzo una bolsa pesada la cual me alcanzó en la
cabeza y quedé tendido en el suelo. El hombre recogió a su hijo se perdió entre
la multitud, mientras Juan me revisaba...
Juan me dice que pasé inconsciente al menos unas dos horas, y
que en ese tiempo el Centro Comercial se terminó de volver un cojeculo; Mucha gente se encerró
dentro de los establecimientos (Bancos, Restaurantes) pero solamente unos
cuantos sitios aguantaron la embestida de gente. El solamente alcanzó a entrar
aquí, mientras me arrastraba. Juan me dice que actuó como un buen Samaritano,
que lo que él hizo es de cristianos. Yo le digo que es un huevón y que por mi
culpa nos vamos a morir los dos.
Hace rato comenzaron a golpear la puerta; Al principio sin
mucha fuerza ni convicción pero ahora, lo que sea que este afuera, está
decidido a entrar y grita rabiosamente (¿estas
vainas se pueden frustrar?). No hay salida alguna y creo que es cuestión
de tiempo antes de que entren por nosotros.
3:00 AM, 11 de Agosto:
Bueno, ya no tanto drama. Aún estamos vivos y tenemos
esperanzas que este lío ya este bajo control.
Juan y yo hemos acordado abrir la puerta, para dejar el
centro comercial. Hace ya 5 horas que no se escucha nada, ni siquiera gritos a
lo lejos, así que quizás ya todos se fueron, quizás buscando algo interesante
en otro lado (que ironía). Me duelen las piernas de tanto estar parado y la
cabeza (tengo tremendo morado en la cabeza) y de aquí pienso ir al hospital (no
creo que mi novia Ana Teresa este aún en el Sambil).
Nos vamos a dirigir a la Metropolitana en Caurimare, para que
mi primo pepe me vea este chichón en la cabeza. Juan se viene
conmigo (después de convencerlo que es mejor ir los dos y que luego vemos como
llegamos a nuestras casas). Vamos a ver como nos va.
Pienso llevar un diario de nuestro recorrido... vamos a ver
como nos va.
La Llorona
Con todo que eran las 3:00 AM el calor era insoportable.
Tenía insomnio y recién había despertado de un breve sueño en el cual había
gente gritando y luchando entre sí. En su sueño los rostros estaban borrosos,
pero lo peor era que en este estaba su esposo, Antonio, mirando la escena complacido.
Ana María fue al baño y una vez allí se miró en el espejo.
Estaba toda cubierta de sudor y con nauseas, producto de su embarazo de 10
semanas; Era una ladilla, pensaba ella, por el dolor en los senos, las nauseas
constantes y sobre todo los antojos de combinaciones tan increíbles de comida
como Arepas de Huevo de Codorniz con
Chocolate caliente.
Su preocupación por el paradero de Antonio iba en aumento ya
que no había recibido llamada suya desde que había comenzado el lío (el
trabajaba en una notaría en la Guaira). Eso había sido ya 3 días atrás. Algo
andaba mal, algo le decía que nunca más vería a Antonio.
Pese a todo eso estaba tranquila. Nada se comparaba con la
experiencia de hacia 3 días cuando estaba en el Sambil, viendo una película. La
función nunca terminó, sino que prendieron las luces
3El
relato de Ana María fue publicado con permiso de su nieta, Ana Julia Pérez. La
valentía de Ana María es recordada aún hoy en día y una estatua en su nombre
(titulada la Madre Cazadora) existe en la Avenida Libertador. Venezuela
Zombie: Relatos cortos, Página 12 de la sala mientras les indicaban que el
centro comercial estaba siendo cerrado. Al salir todo era caos, había sangre en
los pasillos y lo peor era la gente, luchando entre si con una furia que jamás
podría olvidar.
Recuerda como empezó a correr, buscando frenéticamente las
llaves del auto y recuerda con claridad una mano que la haló del pelo con mucha
fuerza, tanta que al separarse se quedó con varios mechones. Al voltearse lo
que vio fue el rostro de una mujer con los dientes partidos y el rostro
ensangrentado, pero sobre todo con una mirada vacía y al mismo tiempo decidida
a no sé que...
Era el rostro de la muerte, pensó ella. Con lágrimas en los
ojos (lloraba con terror pensando por qué esto le estaba pasando a ella) trató
de apartarse mientras la mujer ensangrentada trataba de morderle las manos y el
rostro. La mujer (o bruja Zombie como la bautizaría en sus relatos) no la
dejaba en paz, y al mismo tiempo que empujaba hacia adelante ambas rodaron por
la escalera. En ese momento algo cambió dentro de ella, algo le decía que debía
pelear por la criatura que llevaba adentro, que ella no importaba.
Sin saber como se recuperó de la caída y al ver a la Zombie a
sus pies comenzó a patearla furiosamente en la cara. No una, dos ni tres veces,
no se detuvo ni siquiera cuando escucho el crujido de los huesos de la nariz
romperse, ni cuando la mujer dejó de moverse. Ana estaba decidida a no ser una
víctima, nunca lo había sido.
Logró salir del centro comercial. Ya no corría, sino caminaba
y recordó con claridad como golpeó a otras personas que se le acercaron.
Algunos pedían ayuda, otros estaban “locos”, pero su instinto de supervivencia
la llevó utilizar lo que había aprendido 10 años atrás, justo antes de conocer
a su esposo.
Ella sabía como manejar a estos zombies, ella era la Llorona.
10 años atrás: La llorona del Río Milla
Ana fue bautizada por sus compañeros en el ejercito como La Llorona, la cual es una de las
leyendas más difundidas de los Andes Venezolanos; Se trata de una tenebrosa
dama la cual solía ser vista por la vega del río Milla. La Llorona, según
cuenta la leyenda, era una mujer hermosa perteneciente a la tribu de los indios
Mucujún (los primeros habitantes del esplendido valle dl norte Merideño) la
cual mató a su hijo por un “mal de amores”. Ches, el ser supremo, se disgustó tanto por el crimen que la
condenó a vagar por siempre por la rivera del río, en busca de los restos de su
hijo entre las espumosas aguas.
Ingresó 10 años atrás al comando de la Guardia Nacional,
comando fronterizo, división 764. Inicialmente trabajó como patrullera y como
toda mujer en las fuerzas armadas fue discriminada y vejada por sus compañeros.
Ganó el respeto de sus compañeros al demostrar su valor en combate, pero sobre
todo cuando se enteraron como la trataron de violar entre 5 guerrilleros,
después de ser torturada por varios días en una de sus misiones. La quemaron
con cigarrillos, la golpearon y justo cuando se disponían a violarla estos
bajaron la guardia, cometiendo el último error de sus vidas.
La consiguieron 5 días después, a varios kilómetros del
campamento guerrillero, deshidratada pero en una sola pieza. Algo cambió en ese
momento, se volvió más decidida al mismo tiempo que perdía la poca compasión
que sentía hacia otras personas.
Después de esta odisea la aceptaron en el comando táctico de
ataque de precisión. Era un comando élite, entrenado en sitios tan remotos como
Israel y Estados Unidos (cuando Venezuela aún tenia buenas relaciones, antes
del embargo económico ocurrido en el 2008). Allí aprendió como manejar
explosivos, como sobrevivir con pocos recursos, como ignorar el dolor y sobre
todo como matar eficientemente.
Ella era un sniper4.
La misión de un sniper según el ejército es
de dar soporte a las operaciones de combate, proporcionando fuego de precisión
de largo alcance con rifles en blancos seleccionados. Para ello el sniper crea
bajas en las tropas enemigas, los fuerza a ir más lento, los aterroriza, baja
la moral y agrega confusión a sus operaciones, además de recolectar y
proporcionar información del campo de batalla.
Ana María demostró que lo mejor que sabía hacer era disparar
a larga distancia, tanto así que mientras los mejores tiradores podían alcanzar
blancos a 800 metros ella lograba acertar con facilidad blancos a 1200 metros.
Los relatos de sus compañeros de división (aquellos que se atrevieron a colaborar
en este documento) cuentan como logró eliminar a todo un grupo de 15
narcoguerrilleros que operaban en la frontera Colombo Venezolana, sin ningún
tipo de ayuda y durante un acecho que duró 3 semanas bajo una lluvia
torrencial.
No sólo eso. Ella sin saberlo tenia una combinación de
características que la hacían la sniper ideal: Memoria fotográfica, la cual le
permitía recordar detalles en sus entornos; excelente condición física
(nadadora desde los 10 años de edad, visión 20/20), inteligencia
(aprendió a operar toda clase de equipo electrónico mientras estaba en el
ejercito), pero sobre todo un dominio increíble sobre sus emociones: Todo el
mundo sabe que es mucho más difícil dispararle a un objetivo que no representa
una amenaza que a uno que sí lo es. Cada vez que ella disparaba lo hacia bajo
un frió y calculado efecto.
Al cabo de 10 años, sin familia y amigos la vida se encargó
de darle una amarga sorpresa. Una madrugada de Marzo, su grupo fue enviada a
una misión de “limpieza” en el Estado Bolívar. Se decía que guerrilleros
infiltrados desde Brasil operaban en la zona, moviendo drogas y armas en
territorio Venezolano. Comandando 2 grupos de 3 hombres llegó y atacó sin
clemencia al los numerosos objetivos que se movían por el río Orinoco, sólo para
descubrir después que eran sólo un grupo de pescadores que transportaban
gasolina y café de manera ilegal.
A partir de ese momento se retiró del ejercito, alegando
razones médicas, asqueada de como había sido manipulada. La dieron de baja con
honores y al tiempo conoció a Antonio, un hombre apacible y de trato amable.
Antonio se dejó seducir por la impresionante amazona de piel canela, mientras
que a ella le llamó la atención el espíritu amable y comprensivo de su
“gordito”.
Pese a estar en la “vida civil”, nunca dejó de entrenar.
Siempre practicó deportes y mantuvo sus habilidades las cuales parecieron
crecer con el tiempo. El polígono de tiro siempre estuvo en su lista de
prioridades, aunque nunca le dijo a Antonio toda la verdad, porque no estaba
segura de que entendiera todo lo que había pasado en su vida anterior.
De vez en cuando se despertaba pensando en el intento de
violación, siempre gritaba en el sueño que ella nunca sería una víctima. Pero
los rostros de los violadores era el de los pescadores que ella había eliminado
en el Orinoco años atrás.
La
Llorona sale de noche
De acuerdo con la leyenda, la Llorona del río Milla sólo suele salir de noche. Un encuentro
casual con esta rara y misteriosa mujer siempre trae “fatales consecuencias”.
Al igual que la leyenda, Ana comenzó a salir de noche en busca de comida y
otras provisiones, mientras planeaba como salir de la ciudad.
Ella sabia que los hospitales, iglesias, y otros sitios en
donde hubiera concentración de personas era una sentencia de muerte segura. Por
ahora los apartamentos eran un sitio relativamente seguro, ya que los vecinos
se organizaron rápidamente para evitar que los infectados penetraran las
instalaciones haciendo guardias a toda hora. Como buen sniper, se movía en
silencio, en trayectorias no predecibles (ya que además de los Zombies debía
preocuparse por los bandidos que ahora azotaban a la ciudad) y nunca alejándose
mucho de su edificio el cual le proporcionaba un lugar seguro desde donde
disparar sin ser descubierta.
Sin embargo esto no duraría para siempre, y no quería verse
atrapada en una ciudad con un potencial de generar al menos 5 millones de
muertos vivientes.
Ana vivía en el Multicentro Empresarial del Este, en el piso
#10 (inicialmente todas eran oficinas, pero el gobierno decreto la apertura de
varios apartamentos en uno de sus planes sociales. Ana tomó ventaja y compró
uno de dos habitaciones por un precio ridículo). Siempre antes de salir, se iba
al “Penthouse” del edificio y desde allí hacia limpieza.
Así que al decimo quinto día de la epidemia comenzó a
recolectar su equipo. Este estaba oculto estratégicamente en una de las paredes
de la sala, en una división falsa la cual tuvo que derribar para poder sacar el
preciado contenido.
–Tapar este hueco me
va a costar un realero, pensó mientras golpe a golpe abría otro hueco en la
pared.
De allí sacó una serie de cajas, todas ellas celosamente
envueltas en varias capas de bolsas plásticas. Entre sus instrumentos tenia lo
siguiente:
•Lentes de visión nocturna (AN/PVS7A)
•Medidor de distancias láser (AN/GVS5), con un alcance entre 200 y 9000 metros (+/10 metros)
•Binoculares M22
•Rifle M24,
con mira modificada
•Compás, Radio en frecuencia de 2 y 11 metros Yaesu, sombrero de camuflaje.
En el morral colocó unas raciones de comida deshidradatada,
unas píldoras para desinfectar agua, un maletín de primeros auxilios, hojilla y
afeitadora (nunca se puede dejar de
ser una dama), crema y cepillo de dientes, papel higiénico más algo de
ropa. En el cinturón montó un GPS que su esposo le había regalado un año antes
(no era de grado militar pero igual le seria muy útil) y un machete que había
comprado en un FerreTotal hacia
tiempo atrás.
Al ver todo esto en el morral cualquier pensaría que estaba
planeando unas vacaciones bien extrañas.
El resto del día lo pasó limpiando su rifle M24 del ejército
Americano. Tenía todas las piezas en el piso, desarmadas meticulosamente y
justo en el momento en que limpiaba el cañón (el cual estaba obstruido con
polvo) escuchó disparos en la calle.
Instintivamente se acercó a la ventana del baño y usando sus
binoculares trató de conseguir la fuente de los disparos. El reflejó del sol en
la mira del arma delató al tirador, en un edifico que estaba quizás a unos 700
metros de distancia (fácil de medir ya que ella sabía la distancia que había
desde el edificio al semáforo más cercano, siempre estaba contando) y por lo
menos 10 pisos más arriba que el suyo.
Otro sniper. Y lo
peor, un aficionado.
Sí, el idiota que estaba en el techo estaba disparando contra
los apartamentos y por mala suerte había acertado en alguien. Desde el piso 10 no
podía ver mucho, así que se alistó para ir a la azotea. Tenia curiosidad,
quería saber que tipo de arma estaba utilizando, además de que el ahora era una
amenaza.
Abrió con cuidado la puerta de la azotea y corrió detrás de
un transformador, cerrando detrás de si la puerta. Con los binoculares M22 buscó al sniper aficionado y
confirmó que aún estaba en la posición original, no estaba acompañado. Apuntó
el GVS5 hacia el edificio y
confirmó la distancia: 875 metros. El viento estaba soplando levemente y usando
el método de bandera6 pudo comprobar que soplaba a unas 5 Millas / hora (haga
usted la conversión a KM / H ya que Ana aprendió a hacer esto gracias a los
Americanos). Había mucha humedad (lo cual aumentaba la resistencia del aire) y
el viento estaba llegando con un ángulo entre las 1 y 2 de la tarde según el
método del reloj.
En pocas palabras estaba casi segura que un sólo disparo
bastaría, aunque las condiciones no eran optimas. Por unos segundos dudó sobre
su táctica ya que si alguien estaba ayudando a este sniper seguro su edificio
sería atacado. Pero por otro lado esto ya había ido demasiado lejos...
Se relajó, apoyo el arma en la parte superior del generador
(no era más alta que ella) y contuvo la respiración. Enfoco el blanco en la
mira y ajusto un poco la inclinación unos grados hacia arriba para compensar el
viento y la humedad. Quitó el seguro, apretó el gatillo y un segundo después la
cara del sniper aficionado se
convertía en una pulpa sangrienta, envuelta en una tenue nube de color rojizo.
6El
método dice lo siguiente: Cuando el viento sople, mida el ángulo que hay entre
la bandera y el asta y divídalo entre 4, eso le dará la velocidad del viento en
millas.
Una búsqueda rápida usando el M22 no mostró nada, pareciera
que sólo estaba una persona en la otra azotea. Sin embargo no recordaba haber
visto nunca a alguien disparándole a la gente con tanta impunidad, eso la
convenció de que debía abandonar Caracas lo más rápido posible, ya que su
ubicación quizás había sido comprometida.
Cerró
el Ávila
El día de la partida se pinto la cara con varios colores
obscuros (la pintura era especial, sin olores), le puso los forros especiales a
su rifle y lentes para evitar reflejos (una telita cubría el lente), guardó
otro uniforme de camuflaje (este para la selva), se encomendó a Dios y salió a
la calle.
Ana sabía que la única forma de moverse era de noche. Durante
el día había demasiada gente en las calles, por alguna razón había menos gente
en las noches (aún no se sabe si los Zombies tienen que descansar o si sus
patrones de sueño se ven afectados); Se movía lentamente entre las sombras y
evitando áreas con buena iluminación. En algunos casos podía hacerlo más
rápido, en áreas en donde había fuego y explosiones, ya que contrario a lo que
se pudiera pensar, esta proporciona una distracción.
El destino inicial era el Cerro El Ávila; De allí podría ir a
la costa, a la vez que evitaba contacto humano. En un principio pensó en tomar
la ruta de “Sabas Nieves” (Altamira)
pero todo el mundo iba allí a hacer ejercicio así que había una alta
probabilidad de que estuviera inundado de infectados.
Por otro lado tenía la Cota Mil, Maripérez y luego la ruta
del Teleférico No esperaba que el Teleférico funcionara, pero muy poca gente
iría a pie, además de que una necesidad morbosa le indicaba que tenía que ver a
Caracas una última vez. Así que se decidió a utilizar la Cota 1000.
Tenía una ventaja táctica sobre los Zombies y otros humanos
ya que ella podía ver de noche utilizando sus lentes de visión nocturna, además
de que su traje de camuflaje de color gris (ideado para áreas urbanas)
disimulaba su apariencia. Sabía como moverse, nunca llamando la atención.
Las reglas eran simples: no hablar, no hacer ruido, usar el
entorno, nunca utilizar caminos transitados y sobre todo mantener los ojos bien
abiertos. En una misión con soporte esto era más fácil ya que el sniper nunca trabaja sólo, siempre
son equipos de dos pero en este caso ella tenía que hacerlo todo,
reconocimiento e inteligencia.
Comer y dormir unas horas durante el día. Caminar de noche.
No podía avanzar mucho; En más de una ocasión tuvo que entrar
a un edificio forzando cerraduras justo cuando ya eran las 5:00 AM y el sol
comenzaba a salir. En una ocasión tuvo que quedarse tendida en el suelo por 17
horas, rodeada solamente de cajas y escombros ya que un grupo de no menos de
200 infectados salió de repente desde varios puntos de la calle, durante las
últimas horas de la noche. Irónicamente esta última experiencia le dio ánimos
ya que no solamente era posible ocultarse de los zombies sino que estos no
tenían ninguna habilidad especial que les permitiera detectar humanos.
Sí, las historias de Hollywood eran pura paja. Aunque siempre
le habían encantado las películas de George Romero.
Al segundo día de camino estuvo tentada a usar las vías del
Metro; Era relativamente fácil de forzar la entrada ya que desde hace días no
habían vigilantes en las entradas de la estación pero por otro lado le
preocupaba el hecho de que fuera un espacio cerrado el cual podría estar
repleto de zombies.
Pero no todo salió bien; Recuerda vividamente como una
familia de 5 (con 3 niños pequeños) que fueron atacados por una pandilla de al
menos 10. A la distancia que estaba y con lo rápido que ocurrió todo le fue
imposible ayudarlos. Sin embargo, ella se encargó que ninguno de los atacantes
saliera en una sola pieza.
Los síntomas del embarazo la dejaban concentrarse en la tarea
de huir de Caracas; Las nauseas no eran tan frecuentes aunque su sentido del
olfato se había desarrollado a tal extremo que podía oler a un zombie desde muy
lejos.
Aún recuerda como la Plaza Altamira (llamada también la Plaza de La Libertad por la oposición
Chavista) estaba totalmente destruida; había cuerpos en las calles y en las
fuentes, además de escombros.
Al tercer día de camino se cruzó con una librería; No era una
de las ostentosas (y ridículamente cara como la Tecniciencias) sino más bien de
libros usados. Tenía meses que no leía y sin embargo vio algo que le pareció un
trofeo, algo que le decía que si ella tuviera que salvar un objeto material de
la humanidad ese sería el adecuado.
En ese momento olvidó que tenia que andar con cuidado y con
su arma destruyó el candado que protegía la reja, sólo para tomar minutos
después su preciado trofeo: Un libro de cuentos para niños, escrito por los
integrantes del grupo Serenata
Guayanesa.
Al cuarto día había logrado salir del casco de la ciudad;
Ahora se movía entre la vegetación (utilizando el traje de camuflaje de selva),
bordeando la Cota Mil pero nunca utilizando la carretera directamente.
La vista era desoladora. Había incendios en varias partes de
la ciudad, columnas de humo se elevaban en múltiples puntos. Pero lo peor era
el silencio, la ausencia del ruido continuo de los automóviles La cota mil
estaba sembrada con miles y miles de automóviles, algunos de ellos en buen
estado, otros destrozados por colisiones.
Tampoco se escuchaban pájaros, ya que seguramente la gripe
los había matado a todos.
Y sin embargo los zombies estaban allí. Caminaban
tambaleándose, mientras otros comían los restos de sus victimas. La visión
resultaba extraña ya que de alguna manera le recordaba a las marchas
multitudinarias de los Chavistas y Oposición que tanto daño le habían hecho al
país años atrás, excepto que el propósito de los nuevos marchantes era más
básico: exterminación.
Pa’late
porque pa’tras ni pa’coger impulso
Ya al entrar en el cerro consiguió un sitio apartado en el
cual había una tubería la cual aún tenia agua; Se desnudó y baño lo mejor que
pudo, recogió agua en la cantimplora y se puso de vuelta su camuflaje
selvático, al mismo tiempo que comía unas raciones y confirmaba su posición
usando el GPS.
Varios kilómetros adentro y aún no se escuchaban pájaros; Los
perros que estaban en las calles habían sido atacados brutalmente por sus amos
enloquecidos y hasta ahora no había visto ningún otro animal.
A los días de recorrido fue despertada por el ruido de un
automóvil en el camino; No podía ver nada desde donde estaba así que se movió
con cautela. Usando sus binoculares vio una caravana de carros rústicos:
Machito Toyota, Jeep descapotable y una Range Rover de las viejas. En ellas
iban muchachos jóvenes los cuales parecían más bien estar yendo a la playa a
rumbear que para salvar sus vidas. Desde lejos vio que tenían mapas y radios,
así que por lo menos estaban algo preparados.
¿Como coño habían metido esos carros aquí? Obviamente
conocían mejor la ruta, así que se decidió a seguirlos por un tiempo. Le
preocupaba el hecho de que hicieran tanto ruido y además no sabia cuales eran
sus intenciones.
Sin embargo los siguió ya que al menos ellos tenían un plan.
Esa noche durmió sin tener pesadillas; Solamente se escuchaba
el ruido del viento y al rato el olor del café preparado desde el improvisado
campamento.
¡Que estupidez, puedo olerlos al menos desde 500 metros!
No había terminado de pensar esto cuando un grupo numeroso de
personas se abalanzó hacia el campamento; Sus ropas estaban cubiertas de mugre
y sangre, y ninguno de ellos paraba de gritar mientras corrían. Zombies.
Ahora la decisión era si ayudar a los pavitontos o dejar ese lió de ese tamaño; Después de todo ella
podría recoger lo que quedara del campamento o seguir, ya que no tenía planes
de arriesgar el pellejo por desconocidos.
Pero cuando escucho el llanto de las muchachas y los disparos
improvisados de los muchachos se le hizo un nudo en la garganta.
Dispararle a objetivos en movimiento no sólo requiere que el
sniper determine la distancia del blanco y los efectos de viento en la bala,
sino que además debe considerar la velocidad lateral del blanco, el tiempo de
vuelo de la bala y la inclinación correcta para compensar todo esto. Pero nada
se comparaba al efecto psicológico de que si fallaba alguien iba a morir.
Dejó su escondite y apoyo el rifle en un tronco caído;
Mentalmente considero todos los factores requeridos y desde allí comenzó el
ataque.
Falló el primer y segundo disparo en el sentido que no fueron
fatales; Pero conforme se adaptaba al ritmo de la batalla los blancos caían con
mayor facilidad. Los chamos, ahora refugiados en sus carros, no entendía quien
estaba disparando y miraban perplejos en todas direcciones mientras no dejaban
de defenderse.
Y entonces ocurrió lo impensable, ¡una de las criaturas salió
de un monte cercano! Se abalanzó con furia sobre Ana y ella pudo sentir como
los dientes se hundían en su hombro, con una presión increíble, al mismo tiempo
que ella forcejeaba para no soltar el rifle.
Pero los dientes no tocaron la carne, la armadura de Kevlar
aguantó la embestida. Ana en un movimiento rápido derribó a la criatura
hedionda con una patada en la cara y le disparo en el rostro, a quemarropa.
Con sus binoculares vio que los chamos habían arrancado
dejando atrás a varios zombies en el camino.
Abrió la armadura, la camisa y vio que tenía un moretón con
sangre en el hombro. No podía decir si estaba infectada o no y sin pensarlo
mucho aplicó un antiséptico.
Ahora lo que le quedaba era esperar. Si estaba infectada lo
sabría en un par de horas.
Desde ese momento se decidió a seguir sola, ya que no tenía
muchas municiones y ella era la Llorona, no el ángel de La Guarda...
Encuentros
inesperados
Habían transcurrido ya dos días desde su último encuentro con
los pavitontos cuando volvió a
saber de ellos; Ahora caminaba de día ya que se percató que no había casi gente
en los alrededores y que podía ocultarse fácilmente entre la maleza.
Al tercer día de estar en el Ávila vio desde como 1 de los 3
vehículos que pertenecían originalmente en la caravana estaban abandonados a la
orilla del camino. El Jeep se había estrellado contra un árbol y estaba hecho
pedazos, con la trompa hundida. Al moverse más cerca pudo comprobar que la
Range Rover estaba unos 100 metros más abajo patas arriba, con signos de haber
estado prendida en llamas.
No creía que hubiera habido sobrevivientes. ¿Donde estaba el
Toyota?
Encontraría su respuesta unas 3 horas después. El Toyota
estaba en perfecto estado y un muchacho alto y joven estaba parado a su lado. A
estas alturas Ana no tenía ya comida ni agua y estaba preocupada por el estado
de su hombro, así que decidió mostrarse ante el pavitonto.
Esperó hasta la noche para acercarse más ha el improvisado
campamento. Con los binoculares observó al pavo durante todo el día y le sorprendió
ver como este se dedicaba a jugar con su laptop en vez de organizarse mejor; En
más de una ocasión le vio llorar mientras se llevaba las manos a la cabeza.
Estaba intrigada. Quizás no habían sido los zombies quienes
habían dado cuenta de los otros dos vehículos con todos sus ocupantes sino que
el joven había decidido tomar control. Quizás era un asesino. Quizás lloraba
porque tenía remordimiento de lo que había hecho.
NIGHT_WALKER- Recien llegado al refugio
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Edad : 45
Localización : El apestoso D.F. en la ciudad de MEXICO
Fecha de inscripción : 17/10/2009
PARTE 2
Curiosamente el pavo no había encendido una fogata, sino que
estaba recostado sobre la puerta del carro, en total obscuridad. Ana se acercó
por detrás y en un momento lo tuvo en la mira.
–Si te mueves te
mató. ¡De rodillas y con las manos en la cabeza!
– ¿Qué? ¿Quien coño
está allí?
– ¡DIJE DE RODILLAS
HUEVÓN!
–OK, está bien,
verga que regla la de esta mujer Dios mío...
– ¿Donde están tus
compañeros?
– ¿Quien quiere
saber? ¿Quien coño es usted?
– ¡RESPONDE O TE QUIEBRO! ¿TU LOS MATASTE, NO ES ASI?
Entonces el pavo se levantó y se dio vuelta, lentamente. Ana no
quería matarlo (no era su intención inicial) pero si este hacia algo raro no le
quedaría otra alternativa.
–Hubo un accidente,
dijo el. Manejaban a alta velocidad y estaban tomados. Yo me quedé atrás con
Lucia, una amiga y cuando llegamos ya era demasiado tarde. Los cuerpos aún
están en los vehículos.
– ¿Y no hiciste nada para ayudarlos, cabrón?
–Si tratamos. Lucia
se fue hacia el carro que chocó contra el árbol y yo bajé por el barranco. No
me pude acercar al vehículo porque estaba muy caliente y cuando logré subir de
nuevo ya Lucia no estaba. No había rastro de ella. Llevo días esperándola
aquí...
– ¿Como te llamas?,
preguntó él ¿tu eres quien disparó desde lejos a los zombies, no es así?
–Me llamo Ana. ¿Tienes comida, agua?
–Mi nombré es Julián,
pero me dicen Ángel Negro. Trabajo con computadoras. Y si, tengo de todo en el
carro.
Ana bajó el arma. Su instinto le decía que no había peligro
inmediato y que las reglas del juego estaban claras. Le dijo a Julián que si
hacia algún movimiento inesperado podía darse por muerto. Julián en cambio le
dijo que de quienes tenían que preocuparse eran otros, los que habían desencadenado todo este peo.
– ¿A que te refieres? Dijo Ana mientras bajaba el arma
–Me refiero a que
este Virus es sintético, creado por transnacionales farmacéuticas. Y lo peor es
que la única cura está aquí en Venezuela.
El
Ángel Negro
Julián era un Ingeniero de Computación, graduado en una
reconocida universidad Venezolana. Su pasión por las computadoras había
comenzado desde muy temprana edad, cuando su papá se había comprado una Radio Shack TSR 80, con un discó duro de 10
MB, algo realmente único y costoso para la época. Recuerda como comenzó
imitando lo que hacia su padre con la computadora, como borró el trabajo de
ascenso en La universidad de su mamá (su papá muy previsoramente había hecho
respaldos) y como un tiempo después empezó a trabajar en BASIC (pese a la
prohibición de su papá de tocar la computadora).
Películas como War Games con Matthew Broderick en 1983
lo marcaron para siempre y desde allí comenzó a estudiar por su cuenta el
lenguaje Pascal y luego ANSI C, finalmente Assembler.
Ya en la universidad hizo pequeños juegos, programas para su
calculadora programable (los cuales vendía a sus compañeros de Ingeniería
Económica y Análisis Numérico antes de los exámenes).
Fue también en la universidad en donde su actitud desafiante
ante cualquier figura de autoridad creció.
Pero nada lo preparó al descubrimiento más grande de su vida:
Internet. Uno de los administradores de redes le mostró Mosaic y una primitiva
página web. Desde ese entonces quedó cautivado y por meses trabajó como esclavo
del administrador (SA7) hasta que se abrió un cupo en el grupo que mantenía las
redes de su universidad ya que la vieja generación se graduaba.
Allí aprendió sobre SunOS, Solaris y Linux; Conoció los
lenguajes que utilizaría en casi todas sus fechorías: Perl, C y Bash. Aprendió
tanto que pronto los profesores lo trataron con respeto, y le pedían ayuda
cuando tenían problemas en los laboratorios.
Eventualmente y como todo administrador de sistemas se
interesó en tópicos como la seguridad en redes; Al principio se bajaba
programas escritos por otros y los corría y para su asombro vio como podía
adueñarse del sistema. Pero el primer intento serio de hacking vino un año después de volverse el SA de su red.
Alguien le había comentado que el gobernador del estado tenía
una cuenta en uno de los sistemas conectados a Internet, en una institución del
gobierno. En aquel entonces UNIX e Internet eran poco conocidos en Venezuela,
lo cual significaba que el sistema tenía protección mínima (sin firewall,
corriendo servicios que no eran necesarios y sobre todo nadie revisaba las bitácoras
de conexión). Usando finger encontró
la verdadera cuenta del gobernador así como otras cuentas. Muchas de ellas eran
“Smoking Joes” y fue así como
logró conectarse al servidor, utilizando sus claves legitimas.
¿Como tener más acceso a la máquina? El sistema de entrada tenía
un menú con tareas predeterminadas y no había manera de salirse.
¿O sí? Leyendo con un poco más de cuidado encontró que una de
las opciones en el menú era copiar archivos desde Internet, usando [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Todo el
mundo sabe que los clientes de ftp te dejan entrar al sistema operativo
presionando solamente
.
Lo que pasó después fue historia. Copió el archivo de
password completo (este sistema no utilizaba Shadow, era una variante de BSD) a
un servidor que tenía acceso a Internet y con ayuda de Crack consiguió los
claves de acceso de otras cuentas. Por meses investigó que tenía este sistema
hasta que se fastidió y le envió un correo anónimo a los administradores del
sistema advirtiéndoles acerca del problema de seguridad.
Si, hasta este momento Julián era un Script Kiddie. Sin embargo meses después conocería a un
desarrollador y administrador de sistemas de la escuela de Ingeniería Eléctrica
llamado Daniel. Daniel le enseñaría desde lo básico a lo más avanzado, pero sobre
todo a cuestionar el orden preestablecido de las cosas.
Lo enseñaría a pensar y a buscar más información. La
información era poder.
Aprendió más sobre la cultura de los hackers y decidió (o eso
dice el) que sería un White Hat11.
Recuerda claramente como un día como una estudiante del
postgrado de Ingeniería Química, llamada Yelitza, llegó al laboratorio,
ajetreada, pidiendo que “le dieran un servidor Sun pues tenía trabajo muy
importante que hacer”. A la final un estudiante de pregrado con una fecha de
entrega cercana de su tesis tuvo que cederle la máquina.
Este episodio se repitió varias veces durante un mes; Yelitza
pasaba horas y horas frente al computador, por lo que Julián se decidió a
investigar. Escribió un programa que capturaba a intervalos el contenido de la
pantalla de un servidor X Windows remoto
mientras lo enviaba por la red y descubrió que Yelitza utilizaba el servidor
Sun para enviar desnudos de ella a un profesor del postgrado.
Al día siguiente cuando Yelitza regresó al laboratorio se
consiguió con una sorpresa: Sus fotos estaban en los buzones de correos de
todos los usuarios de la red. Julián lo disfrazó como que había sido ella quien
había mandado el correo por equivocación a una lista de distribución global
dentro de la universidad.
Nunca supo más de ella, al menos en su red.
Pasaron los años y Julián finalmente se graduó. Ya en Caracas
metió papeles en todos lados y al final lo aceptaron en INTEVEP, para que se
encargara de administrar unos computadores paralelos utilizados por PDVSA para
analizar yacimientos de petróleo. La paga era buena, no era un ambiente
corporativo sino más o menos académico (lo cual le recordaba la universidad) y
sobre todo, tenía root.
Se sentía como pez en el agua. Pero años después se daría
cuenta que algunas veces la ignorancia es una bendición.
Yo
hackeo, tu hackeas, nosotros hackeamos
Contrariamente a lo que piensan muchos, hacking es una
actividad social, muy pocas veces se trabaja en solitario. Los círculos que se
forman en torno a esta actividad son muy cerrados y selectos, debes probar que
eres “de la elite” para poder
entrar en ellos.
Entre más notorio sea lo que hagas, más gente te conocerá.
Obviamente hay una delgada línea entre lo que es legal y lo
que no; En el caso de Julián el escogía muy bien a sus amigos en línea y a lo
largo de los años había aprendido a cubrir sus huellas con sumo cuidado. El
peor pecado era la arrogancia ya que fue así como atraparon a conocidos hackers
como Kevin Midnick o a Rafaelito (uno
de los pocos hackers Venezolanos).
Desde que comenzó el problema de los brotes de la supergripe,
el se mantuvo informado. Su grupo de amigos tenían acceso a documentos
oficinales, información privilegiada y medios de noticias independientes que decían
a viva voz que el asunto era de magnitud mundial y que los esfuerzos realizados
para contenerlo habían sido todos en vano. Pero uno de ellos le proporcionó una
pista bastante preocupante: Varias corporaciones extranjeras (Alemania,
Inglaterra, Japón y Los Estados Unidos) trabajaban arduamente en el Estado Bolívar
desde hacia varios meses. El patrón: todos ellos eran compañías farmacéuticas,
las cuales estaban realizando una fuerte inversión en la región, algo sin
precedente desde hacía varios años. Lo más curioso era el silencio total en
torno a esto, tanto de la prensa “libre” Venezolana como la oficial.
Fue sin embargo una amiga de él (apodada la cybercuaima) la que logró sacarse el
premio mayor; Por casualidad encontró en Internet información sobre un proyecto
en conjunto desarrollado por al menos 5 compañías farmacéuticas muy conocidas.
Utilizando ingeniería social logró conseguir la clave de uno de sus altos
ejecutivos lo cual le dio acceso a varios sistemas de información dentro de la intranet de esta compañía.
Sin embargo todo se complicó. Cybercuaima le contó a Julián
como bajó la guardia y un sistema de detección de intrusión (IDS13) la registró
por lo que tuvo que dejar los archivos dentro de varias de las impresoras; Las
impresoras corrían un agente SNMP14 y ella logró ocultar los datos en dos de
ellas, en un sitio en el cual estaba seguro nunca encontrarían las copias de
los archivos.
Julián le preguntó a Cybercuaima que tenían esos informes;
Cybercuaima le contó de como estas compañías había perdido control de una
variante de el virus dedicada a probar nuevas vacunas y que esta variante había
sobrevivido una limitación genética instalada por sus creadores para que esta
muriera a los 90 días, ya que antes de ese tiempo había mutado. Existía una
forma conocida para crear un antivirus, pero era increíblemente costosa.
Pero el asunto no terminaba allí: 15 meses después, y gracias
a un estudio no relacionado.
El
siguiente artículo habla más sobre Rafael:
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IDS,
Intrussion Detection System, es un sistema pasivo el cual analiza las
características de los paquetes que viajan por la red y en base a eso detecta
patrones de ataque.
SNMP (Simple Network Management
Protocol) es un protocolo comúnmente encontrado en equipos conectados a la red y es ampliamente
utilizado en el monitoreo y diagnostico de esos equipos. Directamente
con este programa, descubrieron que era posible sintetizar el antivirus
utilizando una variante de Orquídea que
sólo crecía en los Tepuyes Venezolanos.
Cybercuaima no sabía nada más. Ella estaba muy asustada y le
pidió a Julián que recuperara los archivos por ella, ya que ella sospechaba que
estaba bajo vigilancia y sabía que la habían estado buscando por su casa. Ahora
era una fugitiva la cual se conectaba a Internet desde una ubicación que había
preferido mantener secreta por razones obvias. Julián no tenía mucho conque
trabajar, sobre todo tiempo. Cybercuaima solamente le había dejado una entrada
trasera al sistema usando un viejo bug en el software del fabricante del
firewall cual ya estaba corregido pero los administradores aún no habían
aplicado el patch. Julián se conectó desde una computadora en la UCB que había
hackeado hacia tiempo atrás; Desde allí lanzó su ataque, seguro que los dueños
de la compañía tardarían un buen tiempo en rastrearlo dado el gran número de
estudiantes que usaban las computadoras de la universidad y que podían cometer
esta “travesura”. Una vez adentro esta compañía se dio cuenta que aún utilizaba
NIS para la autenticación de
sus usuarios (había leído un memo interno el cual hablaba de una migración a Kerberos pero esta no ocurriría sino
en 3 meses) y un par de cuentas eran de soporte. Con ypcat se bajó el archivo de password y está vez con un software
escrito por él, basado en John The
Ripper, logró reventar 700 cuentas de las 10000 en el archivo en sólo 2
horas, encontrando entre ellas la de un ejecutivo de alto rango dentro de la
firma y la otra la de uno de los administradores de sistema. Julián también
logro conectarse al servidor en donde corría el IDS y lo neutralizó, dejándolo
en un modo de prueba para que los administradores no sospecharan; Al mismo
tiempo comenzó a capturar el tráfico de la red con Ethereal entre los servidores de correo electrónico y mensajería
instantánea (IM).
Luego de dos horas de pelear con el lenguaje PJL de las impresoras HP en donde
Cybercuaima había dejado los archivos, logró recuperarlos y fue entonces cuando
interceptó algo en el IM que lo dejó frio: Cybercuaima había sido capturada en
la calle y después de varias horas de tortura les había dicho que el “Ángel
Negro” estaba tratando de penetrar la red. Un sudor frio le cubría la frente y
la espalda. Cubrió sus huellas borrando bitácoras, creando ruido adicional para
distraer la atención, y se desconectó lo más rápido que pudo. Ese mismo día
llamó a sus amigos y les dijo que tenían que salir de Caracas en cuanto antes
porque lo que venía era tan grande que ni el Gobierno iba a poder detenerlo. Al
día siguiente una caravana de 6 vehículos salió rumbo a Sabas Nieves mientras
la epidemia se esparcía como pólvora por las calles de Caracas. De esos 6, tres
quedarían atascados dentro de la ciudad en medio de la locura, mientras que los
otros llegarían a su destino por pura casualidad.
Déjame echarte un cuento
Julián le contó todo lo que pudo a Ana; Ella aún no podía
creer lo que el había dicho, y sobre todo no entendía como solamente el había
sobrevivido de todo el grupo.
–Después de que tú
le disparaste a los zombies nosotros arrancamos pero había personas infectadas
en uno de los carros. A las dos horas el Jeep perdió el control y chocó a la
Land Rover. El Jeep se estrelló contra el árbol.
–Demasiado
conveniente, dijo Ana mientras se quitaba un mechón de pelo del rostro.
–Yo tengo que
publicar esta información en Internet. Hay una estación de microondas de CANTV
a 5 horas de aquí. Con un poco de suerte me puedo conectar a la central de la compañía
y desde allí puedo copiar la información a varios sitios, ya tengo hecho un
programa que va a hacer todo el trabajo aquí en mi laptop.
–Yo sólo quiero
provisiones. No me interesa tu habladera de paja y de nuevo...
–Es una lastima,
dijo Julián mientras la interrumpía, porque creo que tengo una mayor
oportunidad si tu me ayudas. Sabes disparar y al menos no eres una de ellos.
Ana dudó sobre lo que tenía que hacer. Lo que decía Julián no
sonaba a disparate, al menos no comparado con otras teorías que ella había
escuchado sobre el tema. Los documentos se veían auténticos y si esto era
verdad entonces quizás era el único chance que ella y su bebe tendrían en este
mundo.
–Está bien, te acompaño pero lo que vayas a hacer hazlo rápido. Estoy segura que aún te están
siguiendo y es cuestión de tiempo para que nos encuentren.
Y así comenzaron a caminar. La estación estaba en realidad a
unas 7 horas y no 5 de donde se encontraban y desde lejos se veía intacta. Ana
le indicó a Julián que en la noche comenzarían a trabajar ya que de día corrían
el riesgo de ser descubiertos.
CANTV une a la gente
La escena de regreso a Caracas era apocalíptica. La ciudad ardía
en llamas furiosamente en varios puntos, mientras que se levantaban cientos de
columnas de humo negro en cualquier punto en que se posara la vista. Esto era
obra del ejército, quizás tratando de contener el ataque masivo de infectados,
intento vano y desesperado por limpiar la ciudad.
Ana y Julián estaban en el Centro De Comunicaciones de CANTV
7000 en la urbanización La Boleíta. La fachada del edificio mostraba impactos
de bala y un cráter que solamente podía haber sido hecho con un explosivo de
alto poder. Sin embargo no salía humo del edificio y parecía seguro entrar.
Entraron sólo para conseguirse que el cuarto en donde estaban
los servidores, hubieran sido bandalizados; Los equipos habían sido sacados de
sus gabinetes, cables arrancados y papeles tirados por el piso era lo único que
quedaba.
Y en ese momento se dieron cuenta que no estaban solos.
Un grupo de encapuchados, con franelas amarradas cubriéndoles
el rostro y pistolas comenzaron a disparar mientras soltaban los equipos que tenían
en las manos. Julián apenas tuvo tiempo de tirarse al suelo mientras las balas
le pasaban por encima mientras que Ana se cubría detrás de un estante metálico;
El intercambio de balas duró poco ya que los malandros estaban más preocupados
de salir en una pieza que de enfrentarse a una mujer con el rostro pintado de
camuflaje.
– ¿Estas bien?, le preguntaba Ana a Julián mientras se
limpiaba el sudor de la frente
–Yo estoy bien, aunque creo que te quebraste a uno
–Vámonos de aquí. Yo vi un farmatodo unas 3 cuadras atrás y necesito agua, me duele la cabeza, dijo
Ana al tiempo que caminaba lentamente hacia la salida.
–Espérate. Estoy seguro que hay otro cuarto de servidores. Este tipo de instalaciones está construido
para ser redundantes, es parte del contrato. ¿Puedes revisarle los bolsillos a
ese chamo?
– ¿Que estas buscando?
–Una llave electrónica o algo así. Esos equipos se los estaban llevando de algún lado.
Ana miro hacia el final del pasillo y vio el cuerpo inerte de
uno de los malandros. Por su estatura se podía ver que era un muchachito. Una
de las balas le había alcanzado en el cuello, matándolo de manera casi instantánea,
aunque no sin dolor. Revisó los bolsillos y no encontró nada, le quitó la
cartera y allí encontró un carnet de empleado de CANTV.
– ¿Será esto?
–Ya los vamos a averiguar, dijo Julián mientras recibía el carnet.
Dos pisos más arriba estaba el cuarto principal de
servidores. El carnet sirvió para abrir la puerta y allí encontraron varios
servidores desmantelados, además del cuerpo sin vida del empleado dueño del
carnet.
Julián tomó la delantera y comenzó a caminar por todas la
jaulas. Buenas noticias, todas tenían electricidad, provista seguramente por un
generador diesel el cual debería durar varios días. Se encontró un rack con
varios servidores Dell 3610 y sonrió pensando que quizás tenían Linux
instalado. No entendía como no lo habían desmontado, pero no puedo dejar de sonreír
mientras se inspeccionaban los equipos.
–Voy a necesitar como media hora para apoderarme de estos servidores. Si tenemos suerte seguro
tienen acceso a Internet, dijo mientras tomaba un teclado y un monitor y se los
conectaba a uno de los servidores que estaba encendido.
–Yo voy al Farmatodo que esta como a 2 cuadras de aquí. Necesito agua, me está doliendo la cabeza.
– ¿No te quieres aguantar?
–No, yo puedo sola. Además tú vas a estar seguro aquí, no le abras la puerta a nadie.
–Esta bien, pero llévate tu el carnet. Y ten cuidado.
Ana tomó el carnet y salió por la puerta sin decir más nada. Julián
se dedicó entonces a escarbar entre los papeles de la jaula en el datacenter y
allí vio una lista de servidores, propósito, direcciones IP y correos
electrónicos de contacto. Sacó su laptop del morral y la configuró para
utilizar el servidor de DHCP de la red interna a la cual pertenecían los
servidores. Probo salir a Internet y no funciono y pronto se dio cuenta usando traceroute que sus paquetes no
estaban siendo enrutados fuera de la red interna.
–Que huevo, seguro el firewall o el enrutador me están bloqueando.
En la lista buscó a ver si tenían un firewall y en efecto
allí estaba. Le dio miedo reiniciarlo, así que en vez de hacerlo con esa
máquina lo hizo con un servidor web que estaba en la lista. Un simple “Linux single” en la línea de
comandos de Grub le dio el
acceso de súper usuario, con el cual pudo poner su password y ver que más tenia
el servidor web. Desactivo un par de servicios que no necesitaba para poder
trabajar más rápido.
–Depinga, vamos a reiniciarlo y desde aquí lanzo mis archivos. Adoro a estos administradores de
CANTV...
Reinició la máquina. Probó acceso a varios sitios de Internet
e increíblemente aún estaban en pie. Se conecto a varios sitios de amigos de su
elite y dejó la información allí, envió los documentos por correo electrónico a
múltiples direcciones de organizaciones y periódicos conocidos y descargó los
documentos en sitios como SourceForge.net y RapidShare.com. Finalmente montó
una copia de Bittorrent en el servidor web (el cual corría Apache) y lo
configuro para que la gente (la que quedaba) se pudiera bajar los archivos
desde allí.
Lo habían logrado, el mundo sabría acerca de la vacuna, de
los orígenes del Virus y quizás habría una esperanza. Lo que faltaba ver era si
aún quedaba alguien que pudiera ver esta información. Como ella no llegaba aún,
arranco Gaim y comenzó a buscar a sus amigos en Internet, al mismo tiempo que escribía
un script en Perl para “parsear”
más fácilmente información sobre la red en la cual estaba conectado. También
abrió una base de datos en la cual aparecían nombres de doctores que sabían
sobre el virus. Curiosamente uno de ellos estaba en Caracas y ejercía su
trabajo como medico para la embajada Americana.
Al mismo tiempo Ana ya estaba dentro del Farmatodo; Había
tenido que romper el candado de la Santa María para poder entrar y una vez
adentro se consiguió con la agradable sorpresa de que el sitio aún estaba en
una sola pieza. Con premura empezó a meter botellas de agua en el morral,
mientras buscaba comida y fue en ese momento cuando sintió unas ganas de
vomitar incontrolables.
El vomito que estaba en el piso tenia un aspecto viscoso y
obscuro. Se toco la frente y la sintió hirviendo, además de darse cuenta de que
un liquido extraño le goteaba por el hombro. Se quito el chaleco y la camisa y
contemplo con horror como una mancha negra le cubría el área, con pequeñas
extensiones en el cuello y el tórax. Estaba infectada, y no había nada que
pudiera hacer.
–Coño de la madre...
Por primera vez desde que había empezado todo el asunto se
sentó en el piso y comenzó a llorar, había bajado la guardia y eso le iba a
costar caro.
El descanso no duró mucho. Afuera se escucharon de pronto
gritos de dolor y puñetazos contra la puerta de la farmacia, miles de cuerpos
tratando de entrar al mismo tiempo. Los Zombies la habían acorralado.
Se secó las lagrimas de los ojos, sacó su rifle he hizo
varios disparos hacia la puerta al mismo tiempo que corría hacia el fondo de la
tienda. Allí se encontró con que la puerta trasera estaba cerrada con llave y
tenia otra puerta metálica que la protegía por fuera.
–Atrapada como un ratón. Espero que Julián haya hecho lo suyo y que esto haya valido la pena dijo
mientras seguía disparando hacia la puerta, tratando de pensar en una forma de
salir de allí.
Afuera cientos y cientos de Zombies se acumulaban en la
calle, alrededor del Farmatodo. La Santa María no iba a aguantar mucho tiempo
más y la única vía de escape estaba reforzada.
–Piensa, tiene que haber algo en esta vaina que pueda
utilizar para abrirme paso
Se dirigió hacia lo que parecía un pequeño depósito. Las
paredes eran gruesas, al igual que la puerta la cual estaba cerrada con llave.
La abrió disparándole a la cerradura y adentro encontró más medicina y al fondo
unos tanques de gas.
– ¡Oxigeno! Bendita sean las farmacias
Eran al menos 12 bombonas de oxigeno, todas ellas de varios
litros. Con mucho esfuerzo apilo una tras la otra al lado de la puerta de la
entrada de la farmacia la cual tenía un boquete por el cual ya asomaban su
cabeza varios infectados.
Justo cuando colocó la ultima bombona el peso fue demasiado y
la Santamaría cedió por el peso, cayendo con ella Zombies y piezas de metal;
Mientras corría hacia el deposito Ana comenzó a disparar hacia tras tratando de
darle a las bombonas.
Sólo le hicieron falta dos disparos.
La explosión fue brutal. Pedazos de carne y hueso volaron en
todas direcciones, al mismo tiempo que las llamas y la onda de choque lanzaron
a Ana hacia el depósito. El local no agarró fuego de puro milagro pues no había
combustible en la entrada, pero la onda de choque fue lo suficientemente fuerte
como para dejar sentados a los infectados en un radio de no menos de 30 metros.
Cuando Ana se despertó vio que tenia las manos y los brazos
llenos de sangre, pedazos de vidrio y metal se le habían incrustado en varias
partes del cuerpo. No escuchaba nada por el oído izquierdo y sentía un ardor increíble
en la mejilla derecha. Estaba toda vuelta mierda. Su arma ya no estaba pero
tampoco estaban los Zombies, por lo cual se apresuro a salir por el ahora boquete
de la farmacia a toda velocidad, sin dejar atrás todo lo que había recolectado
en el morral.
En ese preciso momento la rodearon varios Zombies y Ana fue
presa del pánico. Con terror pudo ver como los rostros carcomidos por los
elementos la miraban con ojos cargados con una expresión enigmática que al
principio no pudo reconocer.
Era hambre. Ellos tenían hambre, la misma que la consumiría
dentro de pocas horas o días...
Cayeron varios sobre ella, torpemente y tratando de agarrarla
por las ropas. Ana se defendió lo mejor que pudo, evitando caer mientras
propinaba golpes certeros los cuales sólo alejaban a los infectados por unos
segundos.
Y fue en ese momento, en un acto de desesperación, que Ana
tomó un pedazo de hierro retorcido que estaba en el suelo y comenzó a correr
entre la multitud mientras repartía golpes a la cabeza; La adrenalina fluía
rabiosamente por sus venas y en su mente sólo existía un pensamiento: Su hijo
nacería y heredaría un mundo mejor que este.
Los Zombies caían a su paso, pero la ley de los grandes
números estaba en contra de ella y aún con toda su determinación se vio como
era acorralada rápidamente contra una pared.
No podía correr, algo le molestaba en la pierna derecha la
cual sangraba profusamente. Quien sabe que tipo de daño se había producido.
Cojeo hasta donde pudo y justo cuando no podía más Julián llegó en un pequeño
Toyota Yaris azul. Ana se montó sin preguntar y segundos después se desplomó.
Elmilagro de Altamira
Julián no dejaba de mirar de reojo a Ana mientras se dirigían
a la casa del doctor. No tuvo tiempo de explicarle como uno de sus amigos
(CerealKiller) aún conectado en línea había conseguido información acerca de un
doctor el cual estaba trabajando en el proyecto en la ciudad de Caracas.
Tampoco pudo decirle que la explosión de la farmacia fue lo
que lo motivó a robarse un auto para salir a buscarla ni de como le pasó por
encima a no menos de 15 infectados para poder recogerla.
El doctor Ashley era de origen Libanés y con un apartamento
de lujo en Altamira. Graduado en medicina, además de una maestría en genética.
Sus “amigos” lo habían dejado abandonado a su suerte ya que este tenia 90 años
y padecía de cáncer de próstata. Este se había quejado abiertamente utilizando
un canal seguro (bueno no lo suficiente como para detener a CerealKiller) y fue
allí cuando se interceptó la transmisión en una de sus redes.
Llegaron al edificio el cual estaba rodeado por una barricada
de desperdicios y basura tirada en la calle. No se veía a nadie en las calles
pero Julián sabía que eso era una ilusión, por lo que se apresuró a sacar
cargada a Ana mientras dejaba el automóvil encendido para una huida rápida. El
no tenia ninguna arma, así que algo salía a atacarlos estaban jodidos.
Según la información, el doctor vivía en el Penthouse. Subió
los 10 pisos en lo que pareció una eternidad, viendo la desolación dejada en
cada uno de ellos y arrastrando el pesado cuerpo de Ana, la cual casi no parecía
respirar.
Al llegar vio que había una reja pesada y el pasillo
totalmente a obscuras. Trató en vano de abrirla, toco el timbre (y sorpresa no
funcionó porque no había luz eléctrica) y luego comenzó a golpearla con el puño
a sabiendas que estaba delatando su posición...
–Doctor Ashley, ¡haga el favor de abrir la puerta!
Julián imploró, pataleó e incluso lloró pero no hubo
respuesta. Seguro el viejo ya estaba muerto, sin tratamiento medico pensó él.
El nerviosismo crecía de manera exponencial, ya que sabía que con el alboroto
que había armado su presencia estaba más que anunciada.
Su cabeza estaba llena ahora de imágenes de Ana convertida en
un monstruo lleno de un hambre insaciable y de el disparándole en la cabeza.
Ana lo había salvado, lo había ayudado a publicar la información en Internet y
ahora iba a tener una muerte horrible.
Dejó de golpear la puerta. Ya se escuchaba por las escaleras
el ruido de gente subiendo rápidamente, gritando cosas sin sentido y emitiendo
sonidos guturales. Eran los infectados, sabían que había carne nueva en el
edificio y ahora les había llegado el turno. Julián se desplomó con Ana entre
las piernas, cerró los ojos y gritó a todo pulmón:
–Hijo de puta, nosotros sabemos que estabas trabajando en el
virus y ¡que tienes una vacuna!
En eso se escucho el ruido de unas llaves y la puerta se
abrió. Un hombre delgado y pálido en una silla de ruedas se aproximo hacia la
puerta mientras le decía:
–Si hijo, hemos abierto la caja de pandora y ahora sus secretos atormentan al hombre. ¿Pero
quien te ha dicho todo esto?
–Tiene que dejarnos entrar, mi amiga necesita atención médica y usted es un doctor...
–Yo no les debo nada a ustedes. Los muertos acabaran con todo
–No con todo. Ya el mundo sabe de la vacuna, yo distribuí la información por Internet y alguien se
va a encargar de hacer saber la verdad.
El doctor abrió la puerta y los dejo pasar. Su miedo inicial
ahora había sido reemplazado por una curiosidad inmensa.
El doctor apenas si pudo cerrar la puerta cuando un grupo de
no menos de 10 infectados se abalanzó contra ella. La puerta aguanto la
embestida furiosa de las criaturas y el doctor cerró la segunda puerta tras de
sí sin siquiera mirar atrás, sabiendo que estaban a salvo.
–Ninguno de ellos podrá pasar, esta puerta está empotrada con las vigas del edificio y es de
acero reforzado. Y aquí tengo suficiente municiones y comida como para pasar un
año encerrado.
El doctor se percató que Ana apenas respiraba y le ordenó que
la colocara encima de una gran mesa de madera con acabados de lujo, y que luego
la desnudara. Julián así lo hizo, con mucho cuidado en el proceso. El daño en
varias partes del cuerpo era considerable (entre quemadas y cortadas), pero dos
cosas llamaron la atención del doctor: El evidente embarazo de Ana y la
infección que ahora mostraba señas inequívocas de estarse propagadando a toda
velocidad por su cuerpo.
– ¿Y hace cuanto tiempo que fue mordida?
–No lo sé. De hecho, yo tampoco sabía que estaba embarazada
–Hazme un favor y empuja mi silla hacia esa habitación. Estoy cansado y necesito buscar un par de
cosas. La infección está en un estado avanzado pero creo que aún se puede hacer
algo.
Julián lo obedeció. El doctor le indicó que recogiera varios
instrumentos médicos, desinfectantes y otras cosas. Se fueron rápidamente hacia
la improvisada mesa de operaciones y allí, con paciencia, comenzó a extraer
fragmentos de diversos materiales de su cuerpo, suturó heridas y limpió en
muchos sitios. Mientras lo hacia, murmuraba que había perdido mucha sangre y
que la herida de la pierna era profunda y que quizás tendrían que amputar si
empeoraba.
No decía nada del bebe sin embargo y su “cara de póker” comenzaba
a irritar a Julián rápidamente.
–Dime, ¿como te
llamas tu y la señora que tengo en la mesa?
–Yo soy Julián, ella se llama Ana. Yo ya se todo sobre
usted...
–Yo también se todo sobre ti. Se de lo que hicieron ustedes en la cede de CANTV. Ustedes han estado
siendo vigilados desde el principio, por un equipo inmenso de personas. La
única razón por la cual siguen vivos es porque así lo deseo yo ya que le he
dicho a la “compañía” que ustedes murieron mientras trataban de distribuir la
información en Internet
–Bueno, creo que
nosotros tuvimos éxito, la información ya fue diseminada y no hay nada que
ellos puedan hacer.
–Te equivocas en
eso, dijo el doctor mientras movía su silla, ya que la compañía es dueña de la
mayoría de los sitios web en donde dejaste los datos. Necesitábamos saber que
tanta información se había perdido y fue por eso que te dejamos trabajar.
Julián estaba pálido. Todo el tiempo habían jugado con ellos
como si fueran ratones de laboratorio y para colmo Ana estaba muriéndose
gracias a su idea. Mierda.
Habían subestimado a las compañías farmacéuticas.
–Ellos comenzaron esta epidemia, es una limpieza controlada. Hay enormes intereses económicos
detrás de todo esto, y ya verás que sólo unos elegidos serán los que saldrán
vivos de todo esto. Todos ellos trabajando para la compañía.
– ¿Porqué nos ayuda entonces? Usted trabaja para ellos y nosotros representamos una amenaza para
sus intereses, decía Julián sin apartar la mirada de un bisturí que estaba
cerca de el
–Estos bastardos me dejaron a morir. Saben que yo sé demasiado y
cometieron el error de dejarme aquí con vida en vez de liquidarme.
Ahora que la situación escaló y ellos tienen
problemas para controlarla estamos a salvo.
El doctor movió su silla de ruedas en dirección a otra mesa
de vidrio la cual tenía papeles y documentos apilados. De allí tomó un maletín metálico
plateado el cual tenía una cerradura que aparentemente sólo podía ser abierto
con las huellas digitales adecuadas, la moda ahora era utilizar protección biométrica
en todos lados.
–Te voy a mostrar la única esperanza de tu amiga decía mientras
ponía su dedo índice en cerradura especial de la maleta y esta se
abría mostrando una serie de cilindros de cristal con un liquido rojo.
–Julián, como tu sabes yo y otras personas estábamos trabajando en
una forma de controlar el Virus, para poder usarlo como arma.
El virus no es sintético, sin embargo su alcance era muy limitado e
incapaz de crear una epidemia como esta. Eso fue
hasta que se hizo la modificación para convertirlo en un arma.
– ¿Y quien pagó por eso? Solamente a un grupo de idiotas se les ocurriría convertir algo tal
peligroso en un arma.
–Te sorprendería saber quienes querían el arma, entre ellos países pequeños con aspiraciones de
grandeza política. El punto es que debido a eso se creó una vacuna, algo capaz
de detener la enfermedad (nadie libera un arma sin un pequeño seguro). Funcionó
realmente bien, excepto que descubrimos que tiene un efecto colateral en
quienes la reciben y es que debido a la tecnología empleada y a la naturaleza
del virus...
– ¿Que, que hace?
Usted quiere aplicarle la vacuna a Ana, ¿no es así?
–... causa cambios permanentes en el código genético del receptor.
Ana está embarazada y seguramente el feto resultará afectado,
aunque no creo que de manera adverse.
– ¿Que tipo de cambios se producen? dijo Julián sin ocultar
sus nerviosismo
–Tardaría mucho en decirte que cambia a nivel genético, pero
entre algunos de los cambios está por
ejemplo; un fortalecimiento del sistema inmunológico, aumento en la velocidad y
capacidad de regeneración de los tejidos, aumento de la densidad de la masa de
los huesos, entre otras cosas. Sin embargo las versiones que se piensan vender
al público tardan más es hacer efecto, no tienen estos efectos colaterales y
por supuesto son menos efectivas.
–En pocas palabras Ana no sólo será resistente al virus
Solanum sino que además será mucho más resistente a otras enfermedades. Pero
siempre hay un pero, y es que 1 de 3 pacientes mueren producto de la inyección.
–A estas alturas tu amiga ya está muerta sin saberlo. Me sorprende mucho que haya aguantado tanto
sin ningún tipo de tratamiento pero el final es inevitable y esta vacuna es su
única opción.
Julián sólo pudo asentir mientras le daba espacio al doctor
quien ahora se acercaba a la improvisada mesa de operaciones. Este se acomodó
lo mejor que pudo con la silla de ruedas y aplicó la inyección en el hombro,
cerca del lugar en donde ella había sido mordida.
–Ya sólo queda esperar. Uno de cada cinco pacientes no reacciona del todo la vacuna así que
por favor tráeme el revolver que está en la mesa ya que si hay que dispararle
no nos queda otra.
Y así pasaron dos largos días. En ese tiempo Paul y Julián
conversaron acerca de lo ocurrido en Caracas, de como Julián y Ana se habían
conocido y de como el había obtenido la información. Durante ese tiempo el
doctor vigiló a Ana y noto que la infección cedió con la misma rapidez como se
inició, pero aún más sorprendente como las heridas de la pierna y espalda
comenzaba a cicatrizar a una velocidad inusual.
El coctel genético estaba trabajabando en Ana, aunque el
alcance de sus efectos era desconocido.
LevántateLázaro
Ana se despertó con un sabor metálico en la boca y mucha,
mucha sed. No le molestó el hecho de estar desnuda bajo una sabana en la cama
de un desconocido, sino el hecho de haber perdido el control de la situación.
Desde la cama Ana pudo ver que afuera llovía torrencialmente y el olor a lluvia
era simplemente invasivo para sus sentidos.
Se levantó de la cama y se fue directo hacia un espejo de
cuerpo completo en donde comenzó a inspeccionarse. El vientre se veía bien y
por alguna razón, completamente instintiva, supo que su bebe estaba bien.
Le alegró ver que la infección del hombro había desaparecido
y fue en ese momento que supo que alguien estaba detrás de su milagrosa
recuperación. Afuera del cuarto se escuchaban voces, entre ella la de Julián.
Le sorprendió que a esa distancia pudiera escuchar claramente lo que estaban
diciendo.
En la cama consiguió que hubiera ropa limpia (tomada de su
morral), se vistió deprisa y al salir del cuarto a la sala se consiguió con que
Julián y un anciano en silla de ruedas estaban allí, conversando y trabajando
en un par de laptops. Para sorpresa de Ana, el viejo y Julián parecían haberse
hecho amigos y se trataban como si se conocieran de años.
En los días siguientes prepararon un plan de escape de
Caracas. El doctor les proporcionó las armas y provisiones necesarias para un
viaje largo y difícil, y por alguna razón todos se sentían más preparados que
nunca; Los preparativos incluyeron destruir todo el trabajo del doctor
incluyendo notas y documentos, así como de activar una serie de trampas dentro
del apartamento por si alguien se sentía muy curioso y entraba allí.
Cuando finalmente salieron del edificio, Ana se enfrentó sola
a un pequeño ejército de infectados. Los manejo con facilidad, quizás con
demasiada y sin percatarse de que sus nuevas habilidades le daban un giro
inesperado a la situación. El doctor miraba complacido como los efectos de su
vacuna eran evidentes y se preguntaba que tanto habría sido afectado el bebe.
Julián en cambio sólo se preguntaba si algún día podría decirle la verdad y de
como el doctor la había utilizado como un conejillo de indias. Ninguno de ellos
nunca le dijo la verdad a Ana, cada uno por sus razones.
Mientras se alejaban a toda velocidad del apartamento vieron
como este era envuelto en una bola de fuego producto de las trampas
cuidadosamente preparadas tiempo atrás. Alguien definitivamente les estaba
pisando los talones, aunque quizás con este último acto habían comprado el
tiempo que necesitaban.
Y así salieron de la ciudad de los infectados, la cual ardía
silenciosamente en numerosos puntos y era purificada por las llamas.
El nuevo hibrido
Han pasado ya varios años desde que abandonaron Caracas, mudándose
a la Isla de Margarita. Recuerdan como el doctor vivió un poco más de 3 meses
después de su escape de la capital, sólo para morir plácidamente mientras dormía
bajo los efectos de la morfina. Ana no entendió cuando el doctor le dijo que
ella era la Eva del nuevo paraíso, y que a su debido tiempo el nuevo Adán la
encontraría.
El nacimiento de la hija de Ana no tuvo grandes
inconvenientes y contrario a lo que se creía debido los efectos secundarios de
la vacuna, esta vino al mundo sin ningún defecto físico. Ana sospecho sobre los
efectos de la cura milagrosa, pero nunca pudo probarlo.
Julián se despidió unos 6 meses después de que la niña nació.
Decía que aún había información del virus en un par lugares en Caracas, además
de la formula para fabricar la vacuna que le había dado el doctor. Esta
información debía ser de dominio público, por el bienestar de todos y la “compañía”
que ahora estaba tratando frenéticamente de eliminar esa información de todos
los lugares en donde esta aparecía.
La diferencia es que no sólo era Julián quien encabezaba esta
guerra, sino un ejército de hackers los cuales creían religiosamente que la
información debía ser libre y que el mundo tenía derecho a saber.
Ana nunca volvió a escuchar más de él ni de sus fechorías
electrónicas, pero sí supo que había tenido éxito cuando la vacuna contra el
virus comenzó a ser fabricada en varios países y al cabo de unos años comenzó a
ser administrada en muchos sitios por grupos organizados de supervivientes.
Increíblemente los venezolanos recibían una segunda
oportunidad para construir un país, sin la sombra del petróleo o el populismo
político. Solamente había que lidiar con los Zombies del pasado, pero la
historia de la hija de Ana es ya otro relato que contaremos más adelante.
Cualquiera pensaría que este es el final de las aventuras de Ana y su hija, pero no es
así. El futuro se encargaría de pedir los servicios de Ana en favor de sus
compatriotas, y aún más del despliegue de las habilidades asombrosas de su primogénita.
La edición
corre por mi XP, pero la idea de traer estos relatos perdidos fue patente
mía XD…
estaba recostado sobre la puerta del carro, en total obscuridad. Ana se acercó
por detrás y en un momento lo tuvo en la mira.
–Si te mueves te
mató. ¡De rodillas y con las manos en la cabeza!
– ¿Qué? ¿Quien coño
está allí?
– ¡DIJE DE RODILLAS
HUEVÓN!
–OK, está bien,
verga que regla la de esta mujer Dios mío...
– ¿Donde están tus
compañeros?
– ¿Quien quiere
saber? ¿Quien coño es usted?
– ¡RESPONDE O TE QUIEBRO! ¿TU LOS MATASTE, NO ES ASI?
Entonces el pavo se levantó y se dio vuelta, lentamente. Ana no
quería matarlo (no era su intención inicial) pero si este hacia algo raro no le
quedaría otra alternativa.
–Hubo un accidente,
dijo el. Manejaban a alta velocidad y estaban tomados. Yo me quedé atrás con
Lucia, una amiga y cuando llegamos ya era demasiado tarde. Los cuerpos aún
están en los vehículos.
– ¿Y no hiciste nada para ayudarlos, cabrón?
–Si tratamos. Lucia
se fue hacia el carro que chocó contra el árbol y yo bajé por el barranco. No
me pude acercar al vehículo porque estaba muy caliente y cuando logré subir de
nuevo ya Lucia no estaba. No había rastro de ella. Llevo días esperándola
aquí...
– ¿Como te llamas?,
preguntó él ¿tu eres quien disparó desde lejos a los zombies, no es así?
–Me llamo Ana. ¿Tienes comida, agua?
–Mi nombré es Julián,
pero me dicen Ángel Negro. Trabajo con computadoras. Y si, tengo de todo en el
carro.
Ana bajó el arma. Su instinto le decía que no había peligro
inmediato y que las reglas del juego estaban claras. Le dijo a Julián que si
hacia algún movimiento inesperado podía darse por muerto. Julián en cambio le
dijo que de quienes tenían que preocuparse eran otros, los que habían desencadenado todo este peo.
– ¿A que te refieres? Dijo Ana mientras bajaba el arma
–Me refiero a que
este Virus es sintético, creado por transnacionales farmacéuticas. Y lo peor es
que la única cura está aquí en Venezuela.
El
Ángel Negro
Julián era un Ingeniero de Computación, graduado en una
reconocida universidad Venezolana. Su pasión por las computadoras había
comenzado desde muy temprana edad, cuando su papá se había comprado una Radio Shack TSR 80, con un discó duro de 10
MB, algo realmente único y costoso para la época. Recuerda como comenzó
imitando lo que hacia su padre con la computadora, como borró el trabajo de
ascenso en La universidad de su mamá (su papá muy previsoramente había hecho
respaldos) y como un tiempo después empezó a trabajar en BASIC (pese a la
prohibición de su papá de tocar la computadora).
Películas como War Games con Matthew Broderick en 1983
lo marcaron para siempre y desde allí comenzó a estudiar por su cuenta el
lenguaje Pascal y luego ANSI C, finalmente Assembler.
Ya en la universidad hizo pequeños juegos, programas para su
calculadora programable (los cuales vendía a sus compañeros de Ingeniería
Económica y Análisis Numérico antes de los exámenes).
Fue también en la universidad en donde su actitud desafiante
ante cualquier figura de autoridad creció.
Pero nada lo preparó al descubrimiento más grande de su vida:
Internet. Uno de los administradores de redes le mostró Mosaic y una primitiva
página web. Desde ese entonces quedó cautivado y por meses trabajó como esclavo
del administrador (SA7) hasta que se abrió un cupo en el grupo que mantenía las
redes de su universidad ya que la vieja generación se graduaba.
Allí aprendió sobre SunOS, Solaris y Linux; Conoció los
lenguajes que utilizaría en casi todas sus fechorías: Perl, C y Bash. Aprendió
tanto que pronto los profesores lo trataron con respeto, y le pedían ayuda
cuando tenían problemas en los laboratorios.
Eventualmente y como todo administrador de sistemas se
interesó en tópicos como la seguridad en redes; Al principio se bajaba
programas escritos por otros y los corría y para su asombro vio como podía
adueñarse del sistema. Pero el primer intento serio de hacking vino un año después de volverse el SA de su red.
Alguien le había comentado que el gobernador del estado tenía
una cuenta en uno de los sistemas conectados a Internet, en una institución del
gobierno. En aquel entonces UNIX e Internet eran poco conocidos en Venezuela,
lo cual significaba que el sistema tenía protección mínima (sin firewall,
corriendo servicios que no eran necesarios y sobre todo nadie revisaba las bitácoras
de conexión). Usando finger encontró
la verdadera cuenta del gobernador así como otras cuentas. Muchas de ellas eran
“Smoking Joes” y fue así como
logró conectarse al servidor, utilizando sus claves legitimas.
¿Como tener más acceso a la máquina? El sistema de entrada tenía
un menú con tareas predeterminadas y no había manera de salirse.
¿O sí? Leyendo con un poco más de cuidado encontró que una de
las opciones en el menú era copiar archivos desde Internet, usando [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Todo el
mundo sabe que los clientes de ftp te dejan entrar al sistema operativo
presionando solamente
.
Lo que pasó después fue historia. Copió el archivo de
password completo (este sistema no utilizaba Shadow, era una variante de BSD) a
un servidor que tenía acceso a Internet y con ayuda de Crack consiguió los
claves de acceso de otras cuentas. Por meses investigó que tenía este sistema
hasta que se fastidió y le envió un correo anónimo a los administradores del
sistema advirtiéndoles acerca del problema de seguridad.
Si, hasta este momento Julián era un Script Kiddie. Sin embargo meses después conocería a un
desarrollador y administrador de sistemas de la escuela de Ingeniería Eléctrica
llamado Daniel. Daniel le enseñaría desde lo básico a lo más avanzado, pero sobre
todo a cuestionar el orden preestablecido de las cosas.
Lo enseñaría a pensar y a buscar más información. La
información era poder.
Aprendió más sobre la cultura de los hackers y decidió (o eso
dice el) que sería un White Hat11.
Recuerda claramente como un día como una estudiante del
postgrado de Ingeniería Química, llamada Yelitza, llegó al laboratorio,
ajetreada, pidiendo que “le dieran un servidor Sun pues tenía trabajo muy
importante que hacer”. A la final un estudiante de pregrado con una fecha de
entrega cercana de su tesis tuvo que cederle la máquina.
Este episodio se repitió varias veces durante un mes; Yelitza
pasaba horas y horas frente al computador, por lo que Julián se decidió a
investigar. Escribió un programa que capturaba a intervalos el contenido de la
pantalla de un servidor X Windows remoto
mientras lo enviaba por la red y descubrió que Yelitza utilizaba el servidor
Sun para enviar desnudos de ella a un profesor del postgrado.
Al día siguiente cuando Yelitza regresó al laboratorio se
consiguió con una sorpresa: Sus fotos estaban en los buzones de correos de
todos los usuarios de la red. Julián lo disfrazó como que había sido ella quien
había mandado el correo por equivocación a una lista de distribución global
dentro de la universidad.
Nunca supo más de ella, al menos en su red.
Pasaron los años y Julián finalmente se graduó. Ya en Caracas
metió papeles en todos lados y al final lo aceptaron en INTEVEP, para que se
encargara de administrar unos computadores paralelos utilizados por PDVSA para
analizar yacimientos de petróleo. La paga era buena, no era un ambiente
corporativo sino más o menos académico (lo cual le recordaba la universidad) y
sobre todo, tenía root.
Se sentía como pez en el agua. Pero años después se daría
cuenta que algunas veces la ignorancia es una bendición.
Yo
hackeo, tu hackeas, nosotros hackeamos
Contrariamente a lo que piensan muchos, hacking es una
actividad social, muy pocas veces se trabaja en solitario. Los círculos que se
forman en torno a esta actividad son muy cerrados y selectos, debes probar que
eres “de la elite” para poder
entrar en ellos.
Entre más notorio sea lo que hagas, más gente te conocerá.
Obviamente hay una delgada línea entre lo que es legal y lo
que no; En el caso de Julián el escogía muy bien a sus amigos en línea y a lo
largo de los años había aprendido a cubrir sus huellas con sumo cuidado. El
peor pecado era la arrogancia ya que fue así como atraparon a conocidos hackers
como Kevin Midnick o a Rafaelito (uno
de los pocos hackers Venezolanos).
Desde que comenzó el problema de los brotes de la supergripe,
el se mantuvo informado. Su grupo de amigos tenían acceso a documentos
oficinales, información privilegiada y medios de noticias independientes que decían
a viva voz que el asunto era de magnitud mundial y que los esfuerzos realizados
para contenerlo habían sido todos en vano. Pero uno de ellos le proporcionó una
pista bastante preocupante: Varias corporaciones extranjeras (Alemania,
Inglaterra, Japón y Los Estados Unidos) trabajaban arduamente en el Estado Bolívar
desde hacia varios meses. El patrón: todos ellos eran compañías farmacéuticas,
las cuales estaban realizando una fuerte inversión en la región, algo sin
precedente desde hacía varios años. Lo más curioso era el silencio total en
torno a esto, tanto de la prensa “libre” Venezolana como la oficial.
Fue sin embargo una amiga de él (apodada la cybercuaima) la que logró sacarse el
premio mayor; Por casualidad encontró en Internet información sobre un proyecto
en conjunto desarrollado por al menos 5 compañías farmacéuticas muy conocidas.
Utilizando ingeniería social logró conseguir la clave de uno de sus altos
ejecutivos lo cual le dio acceso a varios sistemas de información dentro de la intranet de esta compañía.
Sin embargo todo se complicó. Cybercuaima le contó a Julián
como bajó la guardia y un sistema de detección de intrusión (IDS13) la registró
por lo que tuvo que dejar los archivos dentro de varias de las impresoras; Las
impresoras corrían un agente SNMP14 y ella logró ocultar los datos en dos de
ellas, en un sitio en el cual estaba seguro nunca encontrarían las copias de
los archivos.
Julián le preguntó a Cybercuaima que tenían esos informes;
Cybercuaima le contó de como estas compañías había perdido control de una
variante de el virus dedicada a probar nuevas vacunas y que esta variante había
sobrevivido una limitación genética instalada por sus creadores para que esta
muriera a los 90 días, ya que antes de ese tiempo había mutado. Existía una
forma conocida para crear un antivirus, pero era increíblemente costosa.
Pero el asunto no terminaba allí: 15 meses después, y gracias
a un estudio no relacionado.
El
siguiente artículo habla más sobre Rafael:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
IDS,
Intrussion Detection System, es un sistema pasivo el cual analiza las
características de los paquetes que viajan por la red y en base a eso detecta
patrones de ataque.
SNMP (Simple Network Management
Protocol) es un protocolo comúnmente encontrado en equipos conectados a la red y es ampliamente
utilizado en el monitoreo y diagnostico de esos equipos. Directamente
con este programa, descubrieron que era posible sintetizar el antivirus
utilizando una variante de Orquídea que
sólo crecía en los Tepuyes Venezolanos.
Cybercuaima no sabía nada más. Ella estaba muy asustada y le
pidió a Julián que recuperara los archivos por ella, ya que ella sospechaba que
estaba bajo vigilancia y sabía que la habían estado buscando por su casa. Ahora
era una fugitiva la cual se conectaba a Internet desde una ubicación que había
preferido mantener secreta por razones obvias. Julián no tenía mucho conque
trabajar, sobre todo tiempo. Cybercuaima solamente le había dejado una entrada
trasera al sistema usando un viejo bug en el software del fabricante del
firewall cual ya estaba corregido pero los administradores aún no habían
aplicado el patch. Julián se conectó desde una computadora en la UCB que había
hackeado hacia tiempo atrás; Desde allí lanzó su ataque, seguro que los dueños
de la compañía tardarían un buen tiempo en rastrearlo dado el gran número de
estudiantes que usaban las computadoras de la universidad y que podían cometer
esta “travesura”. Una vez adentro esta compañía se dio cuenta que aún utilizaba
NIS para la autenticación de
sus usuarios (había leído un memo interno el cual hablaba de una migración a Kerberos pero esta no ocurriría sino
en 3 meses) y un par de cuentas eran de soporte. Con ypcat se bajó el archivo de password y está vez con un software
escrito por él, basado en John The
Ripper, logró reventar 700 cuentas de las 10000 en el archivo en sólo 2
horas, encontrando entre ellas la de un ejecutivo de alto rango dentro de la
firma y la otra la de uno de los administradores de sistema. Julián también
logro conectarse al servidor en donde corría el IDS y lo neutralizó, dejándolo
en un modo de prueba para que los administradores no sospecharan; Al mismo
tiempo comenzó a capturar el tráfico de la red con Ethereal entre los servidores de correo electrónico y mensajería
instantánea (IM).
Luego de dos horas de pelear con el lenguaje PJL de las impresoras HP en donde
Cybercuaima había dejado los archivos, logró recuperarlos y fue entonces cuando
interceptó algo en el IM que lo dejó frio: Cybercuaima había sido capturada en
la calle y después de varias horas de tortura les había dicho que el “Ángel
Negro” estaba tratando de penetrar la red. Un sudor frio le cubría la frente y
la espalda. Cubrió sus huellas borrando bitácoras, creando ruido adicional para
distraer la atención, y se desconectó lo más rápido que pudo. Ese mismo día
llamó a sus amigos y les dijo que tenían que salir de Caracas en cuanto antes
porque lo que venía era tan grande que ni el Gobierno iba a poder detenerlo. Al
día siguiente una caravana de 6 vehículos salió rumbo a Sabas Nieves mientras
la epidemia se esparcía como pólvora por las calles de Caracas. De esos 6, tres
quedarían atascados dentro de la ciudad en medio de la locura, mientras que los
otros llegarían a su destino por pura casualidad.
Déjame echarte un cuento
Julián le contó todo lo que pudo a Ana; Ella aún no podía
creer lo que el había dicho, y sobre todo no entendía como solamente el había
sobrevivido de todo el grupo.
–Después de que tú
le disparaste a los zombies nosotros arrancamos pero había personas infectadas
en uno de los carros. A las dos horas el Jeep perdió el control y chocó a la
Land Rover. El Jeep se estrelló contra el árbol.
–Demasiado
conveniente, dijo Ana mientras se quitaba un mechón de pelo del rostro.
–Yo tengo que
publicar esta información en Internet. Hay una estación de microondas de CANTV
a 5 horas de aquí. Con un poco de suerte me puedo conectar a la central de la compañía
y desde allí puedo copiar la información a varios sitios, ya tengo hecho un
programa que va a hacer todo el trabajo aquí en mi laptop.
–Yo sólo quiero
provisiones. No me interesa tu habladera de paja y de nuevo...
–Es una lastima,
dijo Julián mientras la interrumpía, porque creo que tengo una mayor
oportunidad si tu me ayudas. Sabes disparar y al menos no eres una de ellos.
Ana dudó sobre lo que tenía que hacer. Lo que decía Julián no
sonaba a disparate, al menos no comparado con otras teorías que ella había
escuchado sobre el tema. Los documentos se veían auténticos y si esto era
verdad entonces quizás era el único chance que ella y su bebe tendrían en este
mundo.
–Está bien, te acompaño pero lo que vayas a hacer hazlo rápido. Estoy segura que aún te están
siguiendo y es cuestión de tiempo para que nos encuentren.
Y así comenzaron a caminar. La estación estaba en realidad a
unas 7 horas y no 5 de donde se encontraban y desde lejos se veía intacta. Ana
le indicó a Julián que en la noche comenzarían a trabajar ya que de día corrían
el riesgo de ser descubiertos.
CANTV une a la gente
La escena de regreso a Caracas era apocalíptica. La ciudad ardía
en llamas furiosamente en varios puntos, mientras que se levantaban cientos de
columnas de humo negro en cualquier punto en que se posara la vista. Esto era
obra del ejército, quizás tratando de contener el ataque masivo de infectados,
intento vano y desesperado por limpiar la ciudad.
Ana y Julián estaban en el Centro De Comunicaciones de CANTV
7000 en la urbanización La Boleíta. La fachada del edificio mostraba impactos
de bala y un cráter que solamente podía haber sido hecho con un explosivo de
alto poder. Sin embargo no salía humo del edificio y parecía seguro entrar.
Entraron sólo para conseguirse que el cuarto en donde estaban
los servidores, hubieran sido bandalizados; Los equipos habían sido sacados de
sus gabinetes, cables arrancados y papeles tirados por el piso era lo único que
quedaba.
Y en ese momento se dieron cuenta que no estaban solos.
Un grupo de encapuchados, con franelas amarradas cubriéndoles
el rostro y pistolas comenzaron a disparar mientras soltaban los equipos que tenían
en las manos. Julián apenas tuvo tiempo de tirarse al suelo mientras las balas
le pasaban por encima mientras que Ana se cubría detrás de un estante metálico;
El intercambio de balas duró poco ya que los malandros estaban más preocupados
de salir en una pieza que de enfrentarse a una mujer con el rostro pintado de
camuflaje.
– ¿Estas bien?, le preguntaba Ana a Julián mientras se
limpiaba el sudor de la frente
–Yo estoy bien, aunque creo que te quebraste a uno
–Vámonos de aquí. Yo vi un farmatodo unas 3 cuadras atrás y necesito agua, me duele la cabeza, dijo
Ana al tiempo que caminaba lentamente hacia la salida.
–Espérate. Estoy seguro que hay otro cuarto de servidores. Este tipo de instalaciones está construido
para ser redundantes, es parte del contrato. ¿Puedes revisarle los bolsillos a
ese chamo?
– ¿Que estas buscando?
–Una llave electrónica o algo así. Esos equipos se los estaban llevando de algún lado.
Ana miro hacia el final del pasillo y vio el cuerpo inerte de
uno de los malandros. Por su estatura se podía ver que era un muchachito. Una
de las balas le había alcanzado en el cuello, matándolo de manera casi instantánea,
aunque no sin dolor. Revisó los bolsillos y no encontró nada, le quitó la
cartera y allí encontró un carnet de empleado de CANTV.
– ¿Será esto?
–Ya los vamos a averiguar, dijo Julián mientras recibía el carnet.
Dos pisos más arriba estaba el cuarto principal de
servidores. El carnet sirvió para abrir la puerta y allí encontraron varios
servidores desmantelados, además del cuerpo sin vida del empleado dueño del
carnet.
Julián tomó la delantera y comenzó a caminar por todas la
jaulas. Buenas noticias, todas tenían electricidad, provista seguramente por un
generador diesel el cual debería durar varios días. Se encontró un rack con
varios servidores Dell 3610 y sonrió pensando que quizás tenían Linux
instalado. No entendía como no lo habían desmontado, pero no puedo dejar de sonreír
mientras se inspeccionaban los equipos.
–Voy a necesitar como media hora para apoderarme de estos servidores. Si tenemos suerte seguro
tienen acceso a Internet, dijo mientras tomaba un teclado y un monitor y se los
conectaba a uno de los servidores que estaba encendido.
–Yo voy al Farmatodo que esta como a 2 cuadras de aquí. Necesito agua, me está doliendo la cabeza.
– ¿No te quieres aguantar?
–No, yo puedo sola. Además tú vas a estar seguro aquí, no le abras la puerta a nadie.
–Esta bien, pero llévate tu el carnet. Y ten cuidado.
Ana tomó el carnet y salió por la puerta sin decir más nada. Julián
se dedicó entonces a escarbar entre los papeles de la jaula en el datacenter y
allí vio una lista de servidores, propósito, direcciones IP y correos
electrónicos de contacto. Sacó su laptop del morral y la configuró para
utilizar el servidor de DHCP de la red interna a la cual pertenecían los
servidores. Probo salir a Internet y no funciono y pronto se dio cuenta usando traceroute que sus paquetes no
estaban siendo enrutados fuera de la red interna.
–Que huevo, seguro el firewall o el enrutador me están bloqueando.
En la lista buscó a ver si tenían un firewall y en efecto
allí estaba. Le dio miedo reiniciarlo, así que en vez de hacerlo con esa
máquina lo hizo con un servidor web que estaba en la lista. Un simple “Linux single” en la línea de
comandos de Grub le dio el
acceso de súper usuario, con el cual pudo poner su password y ver que más tenia
el servidor web. Desactivo un par de servicios que no necesitaba para poder
trabajar más rápido.
–Depinga, vamos a reiniciarlo y desde aquí lanzo mis archivos. Adoro a estos administradores de
CANTV...
Reinició la máquina. Probó acceso a varios sitios de Internet
e increíblemente aún estaban en pie. Se conecto a varios sitios de amigos de su
elite y dejó la información allí, envió los documentos por correo electrónico a
múltiples direcciones de organizaciones y periódicos conocidos y descargó los
documentos en sitios como SourceForge.net y RapidShare.com. Finalmente montó
una copia de Bittorrent en el servidor web (el cual corría Apache) y lo
configuro para que la gente (la que quedaba) se pudiera bajar los archivos
desde allí.
Lo habían logrado, el mundo sabría acerca de la vacuna, de
los orígenes del Virus y quizás habría una esperanza. Lo que faltaba ver era si
aún quedaba alguien que pudiera ver esta información. Como ella no llegaba aún,
arranco Gaim y comenzó a buscar a sus amigos en Internet, al mismo tiempo que escribía
un script en Perl para “parsear”
más fácilmente información sobre la red en la cual estaba conectado. También
abrió una base de datos en la cual aparecían nombres de doctores que sabían
sobre el virus. Curiosamente uno de ellos estaba en Caracas y ejercía su
trabajo como medico para la embajada Americana.
Al mismo tiempo Ana ya estaba dentro del Farmatodo; Había
tenido que romper el candado de la Santa María para poder entrar y una vez
adentro se consiguió con la agradable sorpresa de que el sitio aún estaba en
una sola pieza. Con premura empezó a meter botellas de agua en el morral,
mientras buscaba comida y fue en ese momento cuando sintió unas ganas de
vomitar incontrolables.
El vomito que estaba en el piso tenia un aspecto viscoso y
obscuro. Se toco la frente y la sintió hirviendo, además de darse cuenta de que
un liquido extraño le goteaba por el hombro. Se quito el chaleco y la camisa y
contemplo con horror como una mancha negra le cubría el área, con pequeñas
extensiones en el cuello y el tórax. Estaba infectada, y no había nada que
pudiera hacer.
–Coño de la madre...
Por primera vez desde que había empezado todo el asunto se
sentó en el piso y comenzó a llorar, había bajado la guardia y eso le iba a
costar caro.
El descanso no duró mucho. Afuera se escucharon de pronto
gritos de dolor y puñetazos contra la puerta de la farmacia, miles de cuerpos
tratando de entrar al mismo tiempo. Los Zombies la habían acorralado.
Se secó las lagrimas de los ojos, sacó su rifle he hizo
varios disparos hacia la puerta al mismo tiempo que corría hacia el fondo de la
tienda. Allí se encontró con que la puerta trasera estaba cerrada con llave y
tenia otra puerta metálica que la protegía por fuera.
–Atrapada como un ratón. Espero que Julián haya hecho lo suyo y que esto haya valido la pena dijo
mientras seguía disparando hacia la puerta, tratando de pensar en una forma de
salir de allí.
Afuera cientos y cientos de Zombies se acumulaban en la
calle, alrededor del Farmatodo. La Santa María no iba a aguantar mucho tiempo
más y la única vía de escape estaba reforzada.
–Piensa, tiene que haber algo en esta vaina que pueda
utilizar para abrirme paso
Se dirigió hacia lo que parecía un pequeño depósito. Las
paredes eran gruesas, al igual que la puerta la cual estaba cerrada con llave.
La abrió disparándole a la cerradura y adentro encontró más medicina y al fondo
unos tanques de gas.
– ¡Oxigeno! Bendita sean las farmacias
Eran al menos 12 bombonas de oxigeno, todas ellas de varios
litros. Con mucho esfuerzo apilo una tras la otra al lado de la puerta de la
entrada de la farmacia la cual tenía un boquete por el cual ya asomaban su
cabeza varios infectados.
Justo cuando colocó la ultima bombona el peso fue demasiado y
la Santamaría cedió por el peso, cayendo con ella Zombies y piezas de metal;
Mientras corría hacia el deposito Ana comenzó a disparar hacia tras tratando de
darle a las bombonas.
Sólo le hicieron falta dos disparos.
La explosión fue brutal. Pedazos de carne y hueso volaron en
todas direcciones, al mismo tiempo que las llamas y la onda de choque lanzaron
a Ana hacia el depósito. El local no agarró fuego de puro milagro pues no había
combustible en la entrada, pero la onda de choque fue lo suficientemente fuerte
como para dejar sentados a los infectados en un radio de no menos de 30 metros.
Cuando Ana se despertó vio que tenia las manos y los brazos
llenos de sangre, pedazos de vidrio y metal se le habían incrustado en varias
partes del cuerpo. No escuchaba nada por el oído izquierdo y sentía un ardor increíble
en la mejilla derecha. Estaba toda vuelta mierda. Su arma ya no estaba pero
tampoco estaban los Zombies, por lo cual se apresuro a salir por el ahora boquete
de la farmacia a toda velocidad, sin dejar atrás todo lo que había recolectado
en el morral.
En ese preciso momento la rodearon varios Zombies y Ana fue
presa del pánico. Con terror pudo ver como los rostros carcomidos por los
elementos la miraban con ojos cargados con una expresión enigmática que al
principio no pudo reconocer.
Era hambre. Ellos tenían hambre, la misma que la consumiría
dentro de pocas horas o días...
Cayeron varios sobre ella, torpemente y tratando de agarrarla
por las ropas. Ana se defendió lo mejor que pudo, evitando caer mientras
propinaba golpes certeros los cuales sólo alejaban a los infectados por unos
segundos.
Y fue en ese momento, en un acto de desesperación, que Ana
tomó un pedazo de hierro retorcido que estaba en el suelo y comenzó a correr
entre la multitud mientras repartía golpes a la cabeza; La adrenalina fluía
rabiosamente por sus venas y en su mente sólo existía un pensamiento: Su hijo
nacería y heredaría un mundo mejor que este.
Los Zombies caían a su paso, pero la ley de los grandes
números estaba en contra de ella y aún con toda su determinación se vio como
era acorralada rápidamente contra una pared.
No podía correr, algo le molestaba en la pierna derecha la
cual sangraba profusamente. Quien sabe que tipo de daño se había producido.
Cojeo hasta donde pudo y justo cuando no podía más Julián llegó en un pequeño
Toyota Yaris azul. Ana se montó sin preguntar y segundos después se desplomó.
Elmilagro de Altamira
Julián no dejaba de mirar de reojo a Ana mientras se dirigían
a la casa del doctor. No tuvo tiempo de explicarle como uno de sus amigos
(CerealKiller) aún conectado en línea había conseguido información acerca de un
doctor el cual estaba trabajando en el proyecto en la ciudad de Caracas.
Tampoco pudo decirle que la explosión de la farmacia fue lo
que lo motivó a robarse un auto para salir a buscarla ni de como le pasó por
encima a no menos de 15 infectados para poder recogerla.
El doctor Ashley era de origen Libanés y con un apartamento
de lujo en Altamira. Graduado en medicina, además de una maestría en genética.
Sus “amigos” lo habían dejado abandonado a su suerte ya que este tenia 90 años
y padecía de cáncer de próstata. Este se había quejado abiertamente utilizando
un canal seguro (bueno no lo suficiente como para detener a CerealKiller) y fue
allí cuando se interceptó la transmisión en una de sus redes.
Llegaron al edificio el cual estaba rodeado por una barricada
de desperdicios y basura tirada en la calle. No se veía a nadie en las calles
pero Julián sabía que eso era una ilusión, por lo que se apresuró a sacar
cargada a Ana mientras dejaba el automóvil encendido para una huida rápida. El
no tenia ninguna arma, así que algo salía a atacarlos estaban jodidos.
Según la información, el doctor vivía en el Penthouse. Subió
los 10 pisos en lo que pareció una eternidad, viendo la desolación dejada en
cada uno de ellos y arrastrando el pesado cuerpo de Ana, la cual casi no parecía
respirar.
Al llegar vio que había una reja pesada y el pasillo
totalmente a obscuras. Trató en vano de abrirla, toco el timbre (y sorpresa no
funcionó porque no había luz eléctrica) y luego comenzó a golpearla con el puño
a sabiendas que estaba delatando su posición...
–Doctor Ashley, ¡haga el favor de abrir la puerta!
Julián imploró, pataleó e incluso lloró pero no hubo
respuesta. Seguro el viejo ya estaba muerto, sin tratamiento medico pensó él.
El nerviosismo crecía de manera exponencial, ya que sabía que con el alboroto
que había armado su presencia estaba más que anunciada.
Su cabeza estaba llena ahora de imágenes de Ana convertida en
un monstruo lleno de un hambre insaciable y de el disparándole en la cabeza.
Ana lo había salvado, lo había ayudado a publicar la información en Internet y
ahora iba a tener una muerte horrible.
Dejó de golpear la puerta. Ya se escuchaba por las escaleras
el ruido de gente subiendo rápidamente, gritando cosas sin sentido y emitiendo
sonidos guturales. Eran los infectados, sabían que había carne nueva en el
edificio y ahora les había llegado el turno. Julián se desplomó con Ana entre
las piernas, cerró los ojos y gritó a todo pulmón:
–Hijo de puta, nosotros sabemos que estabas trabajando en el
virus y ¡que tienes una vacuna!
En eso se escucho el ruido de unas llaves y la puerta se
abrió. Un hombre delgado y pálido en una silla de ruedas se aproximo hacia la
puerta mientras le decía:
–Si hijo, hemos abierto la caja de pandora y ahora sus secretos atormentan al hombre. ¿Pero
quien te ha dicho todo esto?
–Tiene que dejarnos entrar, mi amiga necesita atención médica y usted es un doctor...
–Yo no les debo nada a ustedes. Los muertos acabaran con todo
–No con todo. Ya el mundo sabe de la vacuna, yo distribuí la información por Internet y alguien se
va a encargar de hacer saber la verdad.
El doctor abrió la puerta y los dejo pasar. Su miedo inicial
ahora había sido reemplazado por una curiosidad inmensa.
El doctor apenas si pudo cerrar la puerta cuando un grupo de
no menos de 10 infectados se abalanzó contra ella. La puerta aguanto la
embestida furiosa de las criaturas y el doctor cerró la segunda puerta tras de
sí sin siquiera mirar atrás, sabiendo que estaban a salvo.
–Ninguno de ellos podrá pasar, esta puerta está empotrada con las vigas del edificio y es de
acero reforzado. Y aquí tengo suficiente municiones y comida como para pasar un
año encerrado.
El doctor se percató que Ana apenas respiraba y le ordenó que
la colocara encima de una gran mesa de madera con acabados de lujo, y que luego
la desnudara. Julián así lo hizo, con mucho cuidado en el proceso. El daño en
varias partes del cuerpo era considerable (entre quemadas y cortadas), pero dos
cosas llamaron la atención del doctor: El evidente embarazo de Ana y la
infección que ahora mostraba señas inequívocas de estarse propagadando a toda
velocidad por su cuerpo.
– ¿Y hace cuanto tiempo que fue mordida?
–No lo sé. De hecho, yo tampoco sabía que estaba embarazada
–Hazme un favor y empuja mi silla hacia esa habitación. Estoy cansado y necesito buscar un par de
cosas. La infección está en un estado avanzado pero creo que aún se puede hacer
algo.
Julián lo obedeció. El doctor le indicó que recogiera varios
instrumentos médicos, desinfectantes y otras cosas. Se fueron rápidamente hacia
la improvisada mesa de operaciones y allí, con paciencia, comenzó a extraer
fragmentos de diversos materiales de su cuerpo, suturó heridas y limpió en
muchos sitios. Mientras lo hacia, murmuraba que había perdido mucha sangre y
que la herida de la pierna era profunda y que quizás tendrían que amputar si
empeoraba.
No decía nada del bebe sin embargo y su “cara de póker” comenzaba
a irritar a Julián rápidamente.
–Dime, ¿como te
llamas tu y la señora que tengo en la mesa?
–Yo soy Julián, ella se llama Ana. Yo ya se todo sobre
usted...
–Yo también se todo sobre ti. Se de lo que hicieron ustedes en la cede de CANTV. Ustedes han estado
siendo vigilados desde el principio, por un equipo inmenso de personas. La
única razón por la cual siguen vivos es porque así lo deseo yo ya que le he
dicho a la “compañía” que ustedes murieron mientras trataban de distribuir la
información en Internet
–Bueno, creo que
nosotros tuvimos éxito, la información ya fue diseminada y no hay nada que
ellos puedan hacer.
–Te equivocas en
eso, dijo el doctor mientras movía su silla, ya que la compañía es dueña de la
mayoría de los sitios web en donde dejaste los datos. Necesitábamos saber que
tanta información se había perdido y fue por eso que te dejamos trabajar.
Julián estaba pálido. Todo el tiempo habían jugado con ellos
como si fueran ratones de laboratorio y para colmo Ana estaba muriéndose
gracias a su idea. Mierda.
Habían subestimado a las compañías farmacéuticas.
–Ellos comenzaron esta epidemia, es una limpieza controlada. Hay enormes intereses económicos
detrás de todo esto, y ya verás que sólo unos elegidos serán los que saldrán
vivos de todo esto. Todos ellos trabajando para la compañía.
– ¿Porqué nos ayuda entonces? Usted trabaja para ellos y nosotros representamos una amenaza para
sus intereses, decía Julián sin apartar la mirada de un bisturí que estaba
cerca de el
–Estos bastardos me dejaron a morir. Saben que yo sé demasiado y
cometieron el error de dejarme aquí con vida en vez de liquidarme.
Ahora que la situación escaló y ellos tienen
problemas para controlarla estamos a salvo.
El doctor movió su silla de ruedas en dirección a otra mesa
de vidrio la cual tenía papeles y documentos apilados. De allí tomó un maletín metálico
plateado el cual tenía una cerradura que aparentemente sólo podía ser abierto
con las huellas digitales adecuadas, la moda ahora era utilizar protección biométrica
en todos lados.
–Te voy a mostrar la única esperanza de tu amiga decía mientras
ponía su dedo índice en cerradura especial de la maleta y esta se
abría mostrando una serie de cilindros de cristal con un liquido rojo.
–Julián, como tu sabes yo y otras personas estábamos trabajando en
una forma de controlar el Virus, para poder usarlo como arma.
El virus no es sintético, sin embargo su alcance era muy limitado e
incapaz de crear una epidemia como esta. Eso fue
hasta que se hizo la modificación para convertirlo en un arma.
– ¿Y quien pagó por eso? Solamente a un grupo de idiotas se les ocurriría convertir algo tal
peligroso en un arma.
–Te sorprendería saber quienes querían el arma, entre ellos países pequeños con aspiraciones de
grandeza política. El punto es que debido a eso se creó una vacuna, algo capaz
de detener la enfermedad (nadie libera un arma sin un pequeño seguro). Funcionó
realmente bien, excepto que descubrimos que tiene un efecto colateral en
quienes la reciben y es que debido a la tecnología empleada y a la naturaleza
del virus...
– ¿Que, que hace?
Usted quiere aplicarle la vacuna a Ana, ¿no es así?
–... causa cambios permanentes en el código genético del receptor.
Ana está embarazada y seguramente el feto resultará afectado,
aunque no creo que de manera adverse.
– ¿Que tipo de cambios se producen? dijo Julián sin ocultar
sus nerviosismo
–Tardaría mucho en decirte que cambia a nivel genético, pero
entre algunos de los cambios está por
ejemplo; un fortalecimiento del sistema inmunológico, aumento en la velocidad y
capacidad de regeneración de los tejidos, aumento de la densidad de la masa de
los huesos, entre otras cosas. Sin embargo las versiones que se piensan vender
al público tardan más es hacer efecto, no tienen estos efectos colaterales y
por supuesto son menos efectivas.
–En pocas palabras Ana no sólo será resistente al virus
Solanum sino que además será mucho más resistente a otras enfermedades. Pero
siempre hay un pero, y es que 1 de 3 pacientes mueren producto de la inyección.
–A estas alturas tu amiga ya está muerta sin saberlo. Me sorprende mucho que haya aguantado tanto
sin ningún tipo de tratamiento pero el final es inevitable y esta vacuna es su
única opción.
Julián sólo pudo asentir mientras le daba espacio al doctor
quien ahora se acercaba a la improvisada mesa de operaciones. Este se acomodó
lo mejor que pudo con la silla de ruedas y aplicó la inyección en el hombro,
cerca del lugar en donde ella había sido mordida.
–Ya sólo queda esperar. Uno de cada cinco pacientes no reacciona del todo la vacuna así que
por favor tráeme el revolver que está en la mesa ya que si hay que dispararle
no nos queda otra.
Y así pasaron dos largos días. En ese tiempo Paul y Julián
conversaron acerca de lo ocurrido en Caracas, de como Julián y Ana se habían
conocido y de como el había obtenido la información. Durante ese tiempo el
doctor vigiló a Ana y noto que la infección cedió con la misma rapidez como se
inició, pero aún más sorprendente como las heridas de la pierna y espalda
comenzaba a cicatrizar a una velocidad inusual.
El coctel genético estaba trabajabando en Ana, aunque el
alcance de sus efectos era desconocido.
LevántateLázaro
Ana se despertó con un sabor metálico en la boca y mucha,
mucha sed. No le molestó el hecho de estar desnuda bajo una sabana en la cama
de un desconocido, sino el hecho de haber perdido el control de la situación.
Desde la cama Ana pudo ver que afuera llovía torrencialmente y el olor a lluvia
era simplemente invasivo para sus sentidos.
Se levantó de la cama y se fue directo hacia un espejo de
cuerpo completo en donde comenzó a inspeccionarse. El vientre se veía bien y
por alguna razón, completamente instintiva, supo que su bebe estaba bien.
Le alegró ver que la infección del hombro había desaparecido
y fue en ese momento que supo que alguien estaba detrás de su milagrosa
recuperación. Afuera del cuarto se escuchaban voces, entre ella la de Julián.
Le sorprendió que a esa distancia pudiera escuchar claramente lo que estaban
diciendo.
En la cama consiguió que hubiera ropa limpia (tomada de su
morral), se vistió deprisa y al salir del cuarto a la sala se consiguió con que
Julián y un anciano en silla de ruedas estaban allí, conversando y trabajando
en un par de laptops. Para sorpresa de Ana, el viejo y Julián parecían haberse
hecho amigos y se trataban como si se conocieran de años.
En los días siguientes prepararon un plan de escape de
Caracas. El doctor les proporcionó las armas y provisiones necesarias para un
viaje largo y difícil, y por alguna razón todos se sentían más preparados que
nunca; Los preparativos incluyeron destruir todo el trabajo del doctor
incluyendo notas y documentos, así como de activar una serie de trampas dentro
del apartamento por si alguien se sentía muy curioso y entraba allí.
Cuando finalmente salieron del edificio, Ana se enfrentó sola
a un pequeño ejército de infectados. Los manejo con facilidad, quizás con
demasiada y sin percatarse de que sus nuevas habilidades le daban un giro
inesperado a la situación. El doctor miraba complacido como los efectos de su
vacuna eran evidentes y se preguntaba que tanto habría sido afectado el bebe.
Julián en cambio sólo se preguntaba si algún día podría decirle la verdad y de
como el doctor la había utilizado como un conejillo de indias. Ninguno de ellos
nunca le dijo la verdad a Ana, cada uno por sus razones.
Mientras se alejaban a toda velocidad del apartamento vieron
como este era envuelto en una bola de fuego producto de las trampas
cuidadosamente preparadas tiempo atrás. Alguien definitivamente les estaba
pisando los talones, aunque quizás con este último acto habían comprado el
tiempo que necesitaban.
Y así salieron de la ciudad de los infectados, la cual ardía
silenciosamente en numerosos puntos y era purificada por las llamas.
El nuevo hibrido
Han pasado ya varios años desde que abandonaron Caracas, mudándose
a la Isla de Margarita. Recuerdan como el doctor vivió un poco más de 3 meses
después de su escape de la capital, sólo para morir plácidamente mientras dormía
bajo los efectos de la morfina. Ana no entendió cuando el doctor le dijo que
ella era la Eva del nuevo paraíso, y que a su debido tiempo el nuevo Adán la
encontraría.
El nacimiento de la hija de Ana no tuvo grandes
inconvenientes y contrario a lo que se creía debido los efectos secundarios de
la vacuna, esta vino al mundo sin ningún defecto físico. Ana sospecho sobre los
efectos de la cura milagrosa, pero nunca pudo probarlo.
Julián se despidió unos 6 meses después de que la niña nació.
Decía que aún había información del virus en un par lugares en Caracas, además
de la formula para fabricar la vacuna que le había dado el doctor. Esta
información debía ser de dominio público, por el bienestar de todos y la “compañía”
que ahora estaba tratando frenéticamente de eliminar esa información de todos
los lugares en donde esta aparecía.
La diferencia es que no sólo era Julián quien encabezaba esta
guerra, sino un ejército de hackers los cuales creían religiosamente que la
información debía ser libre y que el mundo tenía derecho a saber.
Ana nunca volvió a escuchar más de él ni de sus fechorías
electrónicas, pero sí supo que había tenido éxito cuando la vacuna contra el
virus comenzó a ser fabricada en varios países y al cabo de unos años comenzó a
ser administrada en muchos sitios por grupos organizados de supervivientes.
Increíblemente los venezolanos recibían una segunda
oportunidad para construir un país, sin la sombra del petróleo o el populismo
político. Solamente había que lidiar con los Zombies del pasado, pero la
historia de la hija de Ana es ya otro relato que contaremos más adelante.
Cualquiera pensaría que este es el final de las aventuras de Ana y su hija, pero no es
así. El futuro se encargaría de pedir los servicios de Ana en favor de sus
compatriotas, y aún más del despliegue de las habilidades asombrosas de su primogénita.
La edición
corre por mi XP, pero la idea de traer estos relatos perdidos fue patente
mía XD…
NIGHT_WALKER- Recien llegado al refugio
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