Relato Corto: Dulce noche

Ayer estaba en la cama, serían las tres de la madrugada aproximadamente y escuché golpes en la puerta de abajo. Golpes violentos que me desvelaron y que han inspirado éste incómodo relato:

Dulce Noche

Estoy en la cama escuchando mi programa favorito de radio. Su hora de emisión hace que tenga que esperar hasta éstas horas para poder oírlo, pero realmente merece la pena. El programa trata de actualidad, de esa actualidad que los informativos normales no son capaces o no quieren vender y además el programa es lo suficientemente largo como para poder dormirme antes de que termine y así evito dar vueltas en la cama pensando en otras cosas.

Es un problema que arrastro desde siempre. Soy ciego de nacimiento y, ya se sabe, para suplir ese 80% de información que nos llega a través de estímulos visuales potenciamos más el resto de sentidos y eso hace que cualquier ruido me altere y no me deje dormir. Por eso pongo la radio todas las noches, para silenciar el resto de sonidos.

Escucho un golpe. Es en la puerta de abajo. La puerte tiene un cristal enorme que cimbrea con sólo mirarlo por lo que incluso una racha fuerte de viento ha podido probocarlo. Se repite. Otra vez. Alguien está golpeando la puerta de entrada al bloque de pisos. Una vez más. Otro golpe.
Escucho gente hablar. Un par de hombres, pero no les entiendo.

Un estallido y el repiqueteo de miles de fragmentos de vidrio en el suelo me sobresaltan. El corazón me va a mil. Escucho gente correr. Les escucho subir las escaleras por dentro del edificio.

Pese a que hace calor estoy tapado con la sábana hasta la nariz y no tengo intención alguna de destaparme.

Más golpes. Ésta vez en la puerta de casa. Muerdo la sábana con todas mis fuerzas y parece que el corazón se me vaya a salir por la boca.
Alguien se ha despertado. Escucho el ruido que hace un interruptor al ser accionado. Alguien en mi casa va a ver qué sucede. Más golpes.

El crugido de la madera indica que la puerta se ha abierto. Mi madre grita. Voces en un idioma que no entiendo hablan entre sí. Golpes dentro de casa. Cosas que caen al suelo y se rompen. Escucho levantarse a mi padre y a mi hermana.

Me levanto de la cama y me quedo de pie en mi cuarto.

Un disparo. Gritos. Salgo del cuarto. Escucho a mi madre llorar. Otro disparo y, con él, el llanto se silencia. Alguien me coge, me tira al suelo y me arrastra por el pasillo mientra habla con otra persona. Me golpean. Alguien forcejea en el sofá.

Varios hombres me golpean repetidas veces y empiezo a sangrar. La del sofá es mi hermana, la escucho. Pide ayuda. Intento incorporarme pero recibo más golpes que me devuelven al suelo. Me encuentro mareado. Un gran golpe en el estómago me hace vomitar. Se ríen. El pijama de mi hermana se desgarra. La están violando.

Lanzo golpes al aire pero no consigo acertar ninguno. Una fuerte patada en el pómulo me desliza varios metros por el suelo y choco con algo. Lo toco. Es mi padre. Hay sangre a su alrededor. Lloro.

Escucho como entran en todas las habitaciones del piso y revuelven cajones y armarios. Todo cae por los suelos. El traqueteo del sofá me hace llorar aún más. Me levanto rápidamente para ir hacia allí pero otro golpe me devuelve al suelo. Risas. Palabras en un idioma que no conozco.

Uno de ellos habla con el resto. Acaban los golpes. Salen corriendo. Uno de ellos me deja una última patada en las costillas como despedida. Escucho como bajan por las escaleras.

Me duele todo. Escucho como el motor de un vehículo se enciende en la calle y sale a toda velocidad. Todo a terminado.
Silencio.
Un silencio roto únicamente por el llanto de mi hermana y la sintonía de mi programa favorito de radio.