La muerte de clara

azazel33 Dom Nov 08, 2009 10:58 am

bueno mientras termino el otro relato de ( son ) legion) os dejo uno que escribi hace tiempo a ver que os parece sequire metiendo entradas del otro a ver si pillo un descanso del curro gracias a todos

LA MUERTE DE CLARA

Algo la despertó, algo indefinible, se incorporo en la cama lentamente, y casi sin respirar, escucho a la noche... nada. ¿Entonces que era lo que la había despertado? Le había parecido oír algo, o quizás lo había soñado? Hacia tiempo que no dormía bien, se dijo, desde la ultima vez que fue atacada, le costaba conciliar el sueño y este llegaba cargado de pesadillas. Se acostó de nuevo, debía dormir, una persona con sus responsabilidades, no podía tener cara de muerta por la mañana, sobre ella, había caído la enorme responsabilidad de salvar a la especie, era la única mujer fértil, quizás la única mujer que quedaba en la tierra conocida, de pronto lo oyó, un leve sonido, casi imperceptible, como de pies que ... se arrastraban. Se levanto, casi de un salto, y avanzo hacia la ventana, La negrura de la noche pareció saludarla y envolverla con su manto, un viento gélido le golpeo el rostro, temblando, miro hacia fuera, nada, a lo lejos seguía el horrible desierto, casi infinito, y a los pies de su ventana el patio del palacete se encontraba vació, se volvió hacia la cama, ¿se estaba volviendo loca? ¿Le estaba avisando su mente de que no quería ser la elegida? ¿De que solo quería ser una mujer mas, y vivir, amar, soñar...? Pero todo aquello era solo una utopía... imposible, ya que la ultima mujer que vivió así fue... su ¿tatarabuela? Si, no cabía duda alguna de que las cosas habían cambiado, y ahora ella solo era una llave, la llave que abría la puerta de la esperanza, con sus hijos la humanidad tendría una oportunidad, aunque había oído que había otras como ella en el otro confín del mundo- se revelo. Aunque que más daba eso, nunca lo sabría, su vida (a pesar de lo que dijese su padre) era una vida de procrear y servir como un objeto mas... un leve ronquido a callo sus pensamientos, sonrió, provenía de la habitación continua, la de su padre, vigilante e incansable, o eso pensaba, hasta ahora... aunque no importaba mucho, ya que cerca de cien guerreros la custodiaban día y noche, papa no quería correr riesgos- pensó
De nuevo un ruido la devolvió a la realidad, por un momento fue como un chapoteo seguido de un leve quejido, luego silencio... Había muerto alguien, podía sentirlo, se había acostumbrado tanto al la muerte que sabia cuando esta andaba cerca, pero quien, como, y por que? Una tenue brisa inundó los aposentos de la adolescente. Se asomo de nuevo por la ventana

-guardia?- exclamo levemente, no quería gritar si lo hacia aunque fuese solo para llamar al guardia sabia que no podría parar, se volvió hacia la cama indecisa, ¿qué hacer despertaba a su padre? ¿Llamaba a los guardias que custodiaban su puerta? Y si todo era producto de su imaginación? A fin de cuentas no había visto nada y solo le había parecido oír algo pero y sí...

Una mano temblorosa y ensangrentada, se agarro con fuerza de ultratumba al balcón de clara, la siguió otra mano de cuatro dedos roídos y luego un brazo, por el que hacia tiempo que no corría la sangre.
Clara sintió a alguien a su espalda, y se volvió rápidamente, no podía ver nada solo la negrura de la noche salpicada del tenue resplandor de las antorchas,

-¿Quién hay ahí?-preguntó con acento inseguro.

No obtuvo respuesta.

Un extraño hedor inundó la habitación, Clara lo reconocía perfectamente, era el olor a podredumbre, a muerte, a cementerio, entonces y antes de que pudiese reaccionar, alguien la agarro por detrás, el extraño la sujetó por los brazos, aferrándola contra su pecho. Clara sintió como una perfecta amalgama de sensual miedo comenzaba a desencadenarse en su cuerpo. Se encontraba dentro de una enorme tenaza, una enorme fuerza la tenia hecha su prisionera, le cortaba la respiración y aunque lo intentaba, no podía gritar para pedir auxilio, pataleo, chillo, lloro, pero la tenaza no aflojo ni un milímetro, y entonces se dio cuenta, iba a morir, no cabía duda, y sin siquiera saber quien era su verdugo. Aquel ser inmisericordioso, comenzó a lamerle la mejilla derecha, sintiendo ahogarse en un mar de repulsión, provocado por el tacto de aquella oscena lengua en su cuerpo y por la fuerza con que la sujetaba por los hombros. Un hedor a carne putrefacta se clavó como mil agujas diminutas en su fino olfato, al tiempo que experimentó un anormal cosquilleo en cara se limpio como pudo la cara con el hombro y algo se desprendió de esta, algo que parecía ser arroz cocido y en ese instante la repulsión volvió como un jarrón de agua fría. Asqueada descubrió como un grupo de gusanos oscilaba ajenos a su ubicación. No tardó en avizorar el pútrido estado del extraño, de cuyos músculos gangrenados pendían decenas de larvas. Quiso gritar, pero una vez mas fue inútil.

De reojo pudo ver, cuando el extraño ser, abrió su boca enseñando unos dientes verdosos, y una oleada de calor húmedo y repugnante golpeo el cuello de Clara, esta, se debatió con todas las fuerzas que le quedaban intentando evitar el final, pero la fuerza de aquel ser parecía no tener fin. Vencida, contemplo, como la apestosa boca, lenta pero inexorablemente fue acercándose hasta su cuello, en busca de alimento, de su carne trémula, los dientes se cerraron varias veces en el aire antes de alcanzar su objetivo. Hasta que la boca se cerro en torno a su cuello, Sintió entonces un enorme dolor, como una gran quemazón, Cuando este le arranco una gran porción de su cuello, seguido de una sensación de cansancio y de frió, a medida que la sangre se le escapaba de la enorme herida.
El ser mastico y volvió a hundir la cara en ella, esta vez casi con delicadeza, Pero Clara ya no pudo verlo, de su boca solo escapo un leve alarido que en breve concluyó mientras su corazón detenía su pulso y su alma huía a un lugar seguro.
Cientos de voces se oyeron entonces por todo el palacete, pero ni todo el ruido del mismísimo infierno podía apartar al ser de su banquete. El cual apretó el cuerpo inerte de la joven aun más contra su pecho y siguió masticando y mordiendo como si de un jugoso manjar se tratase.
Cuando los guerreros lograron derribar la puerta de la habitación de Clara, encontraron una horrible escena, el cuerpo de una hermosa joven parcialmente devorado, en manos de un muerto viviente de aspecto corrompido, el cual devoraba con insaciable glotonería la cara de este como si le estuviese dando un tierno beso.
También pudieron ver, al padre de la chica muerta en un rincón de la habitación gritando, hasta casi quedarse afónico y cayendo de rodillas al descubrir el horrendo espectáculo necrófago. Y, sin perder de vista los restos de su hija, dejó brotar un par de lágrimas, mientras elevaba su revólver buscando la frente del extraño.

-Has matado a mi sol, sucio bastardo- grito- y al hacerlo no solo me has dejado tan muerta como ella si no que nos has matado a todos-sollozo afirmando su puntería-. Mi niña... -
Bajó el arma.

El resto de los Presentes contemplaban al patriarca, esperando órdenes.
-Me aseguré que nada pudiese amenazarla- sollozo – de que educarla para que supiese lo que representaba- para lo que había nacido-volvió a encañonar al muerto viviente-. Hemos vencido vampiros, hombres lobo. Todo, pero has tenido que ser tu un maldito, el que matara a mi pequeña-. Y apretó el gatillo, los demás lo imitaron. La habitación se lleno con el eco de miles de truenos y de pequeños relámpagos.

Los disparos despidieron trozos de carne y sangre por todas partes, el muerto se tambaleaba, mientras partes de su cuerpo desaparecían hechas polvo. Poco a poco se fueron acallando los truenos y solo quedaron los ecos de la batalla, El padre de Clara se acerco poco a poco, observo a su hija tendida, en el suelo llena de sangre y restos de vísceras, y volvió a levantar el arma, apunto con cuidado y llorando, desvió su mirada mientras la bala hacía su trabajo. Recargo el arma y se volvió hacia sus hombres. Esperó un breve instante Atacaría su cubil, lo arrasaría (ya era hora) por Clara, y aunque no lo consiguiese, que más daba, total, ya estaba todo perdido de todos modos.

FIN

bueno no me lo tengais muy en cuenta jajaja si no os gusta hace mucho que lo escribi supongo que como preludio a lo que venia...