Mi vida en una noche [HISTORIA FUERTE] [PREGUNTA DIFICIL]

Los saludo. Espero que puedan opinar sobre ésta historia que escribí anoche. Mi pregunta es la siguiente ¿Qué debería hacer Alejandro?

ESCUCHO RESPUESTAS. POR FAVOR.
No sé porque estoy haciendo esto, ¿será a caso una especie de descarga emocional? ¿Algo así como una catarsis?, pues sepan entender que no es mi intención, por lo menos desde mi conciencia. Ya son aproximadamente las dos de la mañana, mis hermanos están en su cuarto tratando de conciliar el sueño o fingiendo estar dormidos. Mi abuela duerme bajos los efectos de las pastillas para dormir que ha tomado durante toda su vejez. Mi madre cuida a mi abuelo de los malos espíritus que lo arrastran de la cama toda la noche. Mi padre… bueno ¿Para qué hablar de él ahora? Además no se dónde se encuentra. Por último estoy yo, solo en mi cuarto, sentado en mi cama, jorobándome con una postura no adecuada, sólo con la luz de la televisión, ésta, sintonizada en un canal que no veo, emitiendo una serie que detesto, pero por lo menos su luz sirve para iluminar estas miserables hojas, en la cual está sencillamente escrita mi miserable vida.
No se ni siquiera por donde empezar, toda historia comienza por un principio, pero no me daría la noche para decirlo todo. Voy a comenzar presentándome, me llamo Alejandro, tengo dieciocho años, estoy cursando el último año de secundaria y mi vida es un calvario. Personalmente me auto-describen y me considero una persona rara, mis gustos son excéntricos y mi personalidad antisocial. Por ahora, y solo por ahora tengo una adicción: la computadora, bueno, muchos lo llaman “adicción”, yo le digo un escape.
No podría resistir si no tuviera la computadora, ya que tendría que oír todo el día a mi madre quejarse de cosas que ella misma se ha buscado y ver desde un ataúd invisible la forma en que los demás viven y sobreviven.
Ustedes se estarán preguntando cuales son las causas que me llevaron a escribir esto, lo explicaré a continuación. En la casa en que vivo, conviven cinco personas más: mis dos hermanos menores, mi madre y mis abuelos que son los dueños de la casa. Soy el quinto hijo de siete hermanos, aunque el primogénito de mi padre y el segundo varón de mi madre, los mayores no viven conmigo.
De mi hermano menor no hay mucho que decir, salvo que dice y hace todo lo que le dice mamá, como si fuera un clon, qué trágico futuro le depara. Luego sigue el más “feliz” de la familia, mi otro hermano menor, aunque mayor que el anterior, es el mas autónomo, no está casi nunca en la casa, a menudo está con su novia, no estudia y hoy ha comenzado a trabajar. Me saltearé a mi madre para pasar a mis abuelos, dos auténticos desgraciados, nunca han sabido el significado de las palabras padre y madre, porque nunca lo fueron. Tienen más o menos diez hijos y a ninguno de ellos le otorgaron los cuidados y la atención que requerían. Mi abuela, una perra promiscua, que como he escuchado en discusiones familiares, pasó toda su vida en bailes, conociendo hombres, acostándose con ellos, embarazándose y haciéndose abortos caseros para que su miseria no empeoré y además tenía la tendencia delictiva de hurto que la hizo estar en prisión. Hoy en día, se recupera lentamente de una serie de hemorragias nasales que le han hecho internarse en un tenebroso dormitorio de un hospital público. Mi abuelo, un maldito alcohólico, son las pocas los días que lo he visto veinticuatro horas sobrio, es la misma basura que mi abuela, salvo que él se caracteriza por pasar borracho, tendido en una cama blasfemando, y criticando la vida, y el mundo, hoy se encuentra muy enfermo, después de una operación en el riñón, y sumergido en la locura, lo que hace que su cuerpo aparezca tenebrosamente desnudo en el piso de su habitación. Por último se encuentra mi madre, el no digno sostén de la familia, no solamente es una basura más en mi vida, sino que es el personaje que me trajo al mundo y es la responsable de todo mi dolor, rencor y sufrimiento. Mi madre ni siquiera terminó la primaria porque tenía que pedir comida y monedas los primeros quince años de su vida, para luego ganarse la vida entregando su cuerpo a depravados ancianos que como una manada de lobos se deleitan con un pedazo de carne fresca. Su primera hija la tuvo a los quince años y tiempo después murió, desde allí ha aumentado su terrible pobreza teniendo más y más hijos con diferentes hombres, uno de ellos un antiguo cliente de quién se enamoró: mi padre. Desde que tengo memoria, he oído y visto discutir a mis padres y he sido partícipe de violencia física y psicológica que uno le infringía a otro. Hoy mi padre no está, se cansó de mi madre y de pasar años alimentando y limpiando traseros de quienes ni siquiera son sus hijos; yo lo entiendo, aunque no comparto su actitud egoísta de dejarnos a mis hermanos y a mi, con ella.
Después de la ida de mi padre, mamá tomó una actitud obsesiva con él, hacía diferentes cosas para molestarlo como denunciarlo por cosas que nunca hizo, mandarle mensajes de textos anónimos, mandar a hacer trabajos mágicos o “endulzamientos” con curanderas para que vuelva con ella, llamar para insultarlo e incluso mentir su propia muerte, todas esas cosas las hacia para atraer su atención y cuanto más era ignorada por él, más furiosa y obsesionada se ponía. Mi relación con ella es monstruosa, me doy cuenta de cosas que nunca en su vida se podría haber planteado y probablemente nunca lo hará.
Mi crianza fue lamentable, puede sonar raro, pero no la acuso por la falta de atención, sino, por la acción contraria, desde que tengo uso de razón mi madre no ha salido de encima de mí. Los primero cuatro años de secundaria fui victima de ciega del hecho, creyendo que su cuidado, atención y “amor” eran acciones de la mejor madre del mundo, pero luego me di cuenta de que eso no era así. Me tomaré el descaro de decir que tiene síndrome de alineación parental, (SAP), ya que desde de la separación con mi padre, ella ha intentado lavarnos la cabeza tratarnos de convencer de que él es el peor hombre, esposo y padre que ha pisado la Tierra, y hoy, aunque reconozco que tuvo muchísimos errores, me doy cuenta de que solamente fue una victima mas de mi madre. Mi madre, al no tener nada ni a nadie, se tuvo que prender fuertemente a algo: a mí. La enfermedad sobre protectora de mi madre es tan inmensa que no me daría la noche para contar las anécdotas que tengo desgraciadamente guardadas en mi cabeza. Recuerdo que tenia quince años y una de mis compañeras de clase me invitó por motivos de su cumpleaños a su fiesta de quince, para mi gratitud era una gran fiesta y la estaba pasando de maravilla junto a mis amigos, ya habría pasado la mitad de la fiesta cuando de repente veo a mi madre, observándome, averiguando qué estaba haciendo. Además de la humillación que sentí frente a mis amigos, ésa y muchas historias más, me han dejado una grave secuela en mi cerebro. Cada vez que estoy afuera, ya sea, en la calle o en la casa de algún amigo, una parte de mi mente me dice: “No tardes”, “te estoy esperando”, “¿Qué estarás haciendo por ahí?”.
Sufro un tipo de violencia doméstica, muy particular, no es física, y se denomina agresión insospechada, que en síntesis, es lo que hace mi madre, agredir a su hijo y cubrir la violencia con un grueso y pesado manto de “amor y protección”. Además de los males dichos anteriormente, la agresión insospechada hiere principalmente la madurez y el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad personal. Que para un futuro es esencial para muchos aspectos de la vida: independizarse, vivir en otra casa, tener esposa e hijos, etc.
A todos estos problemas, se le suma la situación económica, hay veces que ni siquiera tenemos un plato de comida, no tengo ropa, ni dinero para comprármela, el estudio ocupa mucho mi tiempo y no me da para trabajar, la casa en que vivo son de mis abuelos, y muy pronto, cuando ellos mueran, sus otras hijas vendrán a desalojarnos y tendremos que buscar rápidamente un lugar en donde vivir. Mi sueño es conseguir un título, mudarme a otro sitio y dejar todos estos problemas atrás, pero veo muy difícil, y muy distante mi objetivo.
Estoy desesperado, al borde de la locura, ¿a qué puedo recurrir? Dicen que el alcohol y las drogas te hacen olvidar todo y también te otorgan un momento de alegría, pero sé que tiene sus consecuencias, y me da mucho miedo.
Ya casi amanece y quiero terminar con esto, estoy a cuarenta y ocho horas de fumar mi primera marihuana, pero… ¿Qué puede pasar? ¿Qué es lo correcto y qué no lo es? ¿Qué otra solución tengo? ¿Qué será de mi vida?