Entrevista al ilustrador Alejandro Colucci

El ilustrador uruguayo afincado en Barcelona, Alejandro Colucci, es actualmente uno de los más importantes de nuestro país. Desde hace un tiempo es el responsable de las portadas de los libros de la Línea Z de la Editorial Dolmen. Hemos querido hablar con él para conocer más en profundidad su trayectoria profesional y el mundo de la ilustración.

Alejandro, ¿a qué edad comenzaste a dibujar?

Soy de los que empezaron tan temprano que ni lo recuerdan, pero sí he razonado años más tarde, que por ser miope desde siempre, me ha sido fácil encerrarme en mi propio (micro)mundo, en lugar de hacer otras actividades. Así que me recuerdo inclinado sobre cualquier mesa, o en el suelo, dibujando todas las horas que podía. A estudiar dibujo, recién empecé a los 18 años.

¿Qué fue lo que te animo a dibujar? ¿Había tradición en tu familia o fue algo espontáneo?

Mi tío era un gran dibujante, pese a que nunca lo explotó. Pero no teníamos tanta relación como para haberme influido, quizás sí me transmitió algo en los genes. Por otra parte desde muy pequeño me llevaron mucho al cine y eso, sumado a una cantidad de revistas, comics, cuentos, etc. sin duda contribuyó en reforzar esa agudeza visual que luego derivó en el dibujo.

¿De qué manera han influido las nuevas tecnologías en la ilustración y diseño gráfico?

Dejando de lado que la tecnología nos ha permitido tener internet, que es la fuente más grande de conocimiento (y desconocimiento) de la historia, en la sensibilidad artística o en los conceptos no ha influido particularmente bien, sino todo lo contrario. Hoy los chavales aprenden tres cosas con el Photoshop y ya se lanzan. La mayoría para estrellarse pronto, por no haber aprendido las bases en escuelas clásicas o con referentes y maestros reales. En la técnica sí que ha revolucionado absolutamente todo. Los artistas que pintaban (bien) al óleo, hoy cogen programas informáticos y realizan formidables trabajos virtuales, que a veces cuesta darse cuenta si es real o digital.

A lo largo de tu vida profesional has hecho un poco de todo: has trabajado en publicidad, en periodismo cultural, cómic, ilustración de cartas, portadas de libros. ¿Qué te aporta cada uno de estos ámbitos dentro de tu trabajo?

Siempre me ha cautivado la ilustración, sea para el uso que sea. El narrar en una sola imagen un concepto, una historia, o parte de ella, es lo que más me hace ilusión. He disfrutado y aprendido con cada una de estas etapas, a excepción del trabajo publicitario, con el que sí he aprendido técnicamente pero disfrutado mas bien poco, salvo a la hora de cobrarlo. Y con respecto al comic, debo reconocer como consumidor que me fascina pero no me reconforta mucho hacerlo, salvo algún experimento raro, a mitad de camino con la ilustración, como hace Sergio Toppi, por poner un ejemplo concreto. Supongo que en algún momento de mi vida, retomaré esa experiencia.

En el año 2000 conseguiste el primer premio en la categoría de Ilustradores en el Primer Concurso Nacional de Cómic de Argentina. ¿Es quizás el cómic la forma más fácil de acercarse al público infantil y juvenil para que poco a poco se acerquen al mundo de la literatura?

Sí, junto a los cuentos ilustrados, por supuesto. La imagen entra por los ojos mucho más fácil que las letras, y en especial a los públicos más jóvenes.

Siguiendo con el tema del comic, a principios de mayo se celebraba en Barcelona el Salón Internacional del Cómic de Barcelona (Ficomic). Este año se ha hecho un homenaje a las mujeres dibujantes con pioneras como Purita Campos (Esther y su mundo) o Mariel Soria (Mamen). Ellas hablaban de lo duro que fue hacerse un hueco en el mundillo y que estaban en peores condiciones que los hombres. ¿Cuál es, al día de hoy, la situación de las ilustradoras? ¿Sigue siendo un mundo de hombres?

Afortunadamente la situación de las mujeres -en general- está cambiando con los años y cada vez más nos deslumbran en todos los campos. A mí me tienen deslumbrado los trabajos de Claire Wendling, y las pinturas de Victoria Francés son de lo de mejor de su editorial. Otras no me gustan demasiado, pero estos son mis gustos personales, no conozco demasiado la situación profesional de las ilustradoras. Parecería que los hombres siguen siendo mayoría en ese campo, pero esta balanza irá cambiando con el tiempo, eso es seguro.

A lo largo de su trayectoria profesional ha hecho las portadas para escritor@s de renombre como Anne Rice, Tom Wolfe, Katherine Neville e incluso la saga de “El Padrino” de Marío Puzo. ¿Qué te ha supuesto desde el punto de vista profesional y personal estos trabajos?

Es muy satisfactorio que los editores hayan pensado en mí para reflejar la obra de grandes escritores como los que mencionas. Cuando me siento parte de ese tipo de apuestas profesionales, siempre me enorgullece. Lo cual no quiere decir que solo me identifique con esos trabajos. También he disfrutado muchísimo de obras que he realizado ara escritores menos conocidos.

Desde hace un tiempo realiza las portadas de la Línea Z de Dolmen Editorial. ¿Cómo surge esta colaboración? ¿Cuáles son los trabajos que hasta ahora ha realizado?

La relación con Dolmen comenzó tiempo atrás, cuando su asesor Jorge Iván Argiz me contactó para proponerme la realización de las portadas de prácticamente toda su nueva línea literaria, una apuesta diferente a sus ediciones de siempre, que eran la revista Dolmen, los comics, los monográficos, los libros de investigación sobre comic, cine, etc. Desde el primer momento me encantó la idea, y sigo disfrutando de cada uno de los trabajos que realizo para ellos. Las ilustraciones para la línea Z que he realizado hasta el momento son Naturaleza muerta, Los caminantes, Apocalipsis Island, Zoombi, La muerte negra, Antología Z 1 y 2, Diario de un zombi y Quijote Z. Y sobre la mesa tengo un puñado más de títulos “Z” que están esperando su momento.

¿Qué proceso creativo realiza desde el momento que le encargan un trabajo hasta que finaliza la obra?

A partir de un briefing que me envía la editorial de una o dos páginas como mucho, empiezo a pensar ideas o conceptos, a medida que voy plasmándolas sobre un papel o libreta cualquiera, en forma de dibujos muy básicos, como simples atisbos de composición. Si la idea es buena, esas rayas tan elementales van tomando forma, y me hacen decidirme rápidamente por algún camino. No defino el dibujo jamás, sino que entro al siguiente paso con la mayor libertad estética que puedo, a partir de aquí paso a trabajar directamente en Photoshop con fotografías que voy manipulando de manera bastante compleja, combinándolas con texturas y pintura digital. De a poco voy dando forma a la idea previa, que a veces respeto, y otras no. Me gusta mucho improvisar sobre la marcha, y acabar el trabajo muy rápidamente, porque le da una espontaneidad muy necesaria.

¿En qué proyectos trabaja actualmente?

En varias portadas de libros que varían de temática: medieval fantástico, zombis por supuesto, thrillers, novela histórica y misterios religiosos. Además estoy dándole forma al diseño de mi propio libro que básicamente reúne mi trabajo para portadas, que se publicará en unos meses.

En su página [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] encontramos muchos de sus trabajos, portadas históricas, de fantasía, dibujos a lápiz. ¿En qué técnica o estilo se encuentra más cómodo?

Con respecto a las temáticas me encanta trabajar con motivos históricos, fantasía, terror. Y con respecto a la técnica me gustan mucho ambos mundos, el tradicional y el digital. Depende del público al que va dirigido, para los lectores adultos de thrillers, por ejemplo, no se pueden usar dibujos tradicionales. La gente ya se ha acostumbrado a una estética y contra eso poco se puede hacer. A nivel personal me gustaría hacer más ilustraciones a mano, pero con un objetivo más artístico y exponerlo, por ejemplo.

También podemos encontrar obras suyas sobre fantasía y erotismo. Aúna en sus dibujos sensualidad y muerte, realidad y fantasía, mundos que en principio podríamos encontrar muy dispares pero que en sus obras casan a la perfección.

Con respecto a los pinups eróticos debo decir que he disfrutado con ellos, pero casi exclusivamente los relacionados con temáticas fantásticas, allí encontraba mucho juego para expresarme. Pero otros me han resultado bastante pesados de realizar, como los “spanking” o”leather and lace”. Este campo prefiero que quede en manos de otros ilustradores. Redondeando la respuesta, justamente lo que me atrae estéticamente es lograr esa combinación de sensualidad y muerte.

Aunque sé que es difícil, ¿sería capaz de elegir tres de sus obras de las que se siente más orgulloso?

No, muchas de mis obras pintadas a mano son igualmente queridas por mí, y muchas de las digitales también. Imposible.

Acaba de morir Frank Frazetta, a quien considera el más grande. Me gustaría que esta entrevista sirviera también para recordar a este profesional al que tanto admiras.

Me ha dado mucha pena su muerte, pero su legado es tan poderoso que acaba mitigando el dolor rápidamente a base de hachazos o garrotazos cavernícolas. Él no dejaría lugar a mariconadas, así que siempre lo voy a recordar como una explosión de fuerza, tan vital como el primer día que descubrí su arte en una librería de mi ciudad natal. Y siempre seguiré intentando que mis imágenes transmitan algo de esa emoción visceral o heroica que como nadie supo lograr Frank Frazetta. Hasta sus últimos momentos siguió dibujando, y sorprendiéndonos, a pesar dela imposibilidad de su mano derecha. Ojalá siga siendo un ejemplo en futuras generaciones.

¿Y a qué otros ilustradores y dibujantes admira?

Alma-Tadema, Walkuski, Giger, Doré, Howard Pyle, Mucha, Arthur Rackham o

Justin Sweet, por citar a alguien de los nuevos. Además de los pintores, claro. Siempre me gustaron clásicos como Caravaggio, Tiépolo, Mariano Fortuny, Beksinski y los simbolistas. Como dibujantes de comics: Alberto Breccia, Jorge Zaffino, SergioToppi, Dino Battaglia, Mike Mignola, Ashley Wood, Claire Wendling ,Carlos Nine. En fin, sin duda son más, pero siempre olvidaré mencionar alguno…

¿Considera necesario conocer a los pintores clásicos para ser un buen dibujante e ilustrador?

En el caso de ser un ilustrador de estilo realista o figurativo, sin ninguna duda. Y en otros casos, no estaría de más.

Una de las cosas que más llaman la atención de tus obras es el uso magistral que haces de la iluminación. A pesar de que en muchas ocasiones son temas tétricos, tienen mucha luz, aunque sea tenebrosa.

La iluminación es absolutamente clave en las artes plásticas y visuales. Yo le presto mucha atención, más que al color, por ejemplo. Aprendí bastante con las películas del expresionismo alemán, con mi amado Ingmar Bergman y, sin querer parecer reiterativo, Frazetta es un maestro en el arte de enseñar (iluminando o con determinados detalles)lo que él pretende que el espectador mire con atención, sabiendo restar atención a otras cosas secundarias. En mi caso creo que podría trabajar mucho más a blanco y negro, iluminándolo bien. Pero el mundo editorial pide color.

También llama la atención la forma en la que recreas los detalles más nimios como el vello, una pupila o una simple arruga de un gesto. Parecen en ocasiones que son fotos, por esa recreación en el detalle.

En las portadas de libros se trata de fotos, precisamente. Aunque tan retocadas y manipuladas que al final no distingues qué es lo pintado y qué es lo original que traía la foto. En cualquier caso, me gusta bastante el detalle. Bien usado, el público lo agradece, y yo mismo también. Pero usado con exceso o mal gusto, puede forzar todo el conjunto a lucir fatal.

Una buena portada, al igual que un buen titulo, puedan hacer que un libro se venda mucho o poco. ¿Eres consciente del poder que tiene el ilustrador y a la vez de la responsabilidad?

Sin duda, los ilustradores tenemos la gran responsabilidad de ser el primer filtro, además del título y el propio nombre del autor. Si el autor es Stephen King, a veces podría no ser necesario una imagen tan impactante. Pero en la mayoría de los casos, somos los responsables de que el posible lector se acerque en una librería abarrotada de títulos y coja justo ese que hemos hecho. Se podría decir que en ese momento hemos cumplido gran parte de la misión, luego ya queda en manos del lector llevarse el libro a su casa, interviniendo en esto muchos otros factores. Personalmente me gusta mucho también poner determinados detalles o guiños que el lector vaya descubriendo a medida que va leyendo el libro. O sea, no considero que mi labor acaba cuando se vende el libro.

Muchísimas gracias, Alejandro, por concedernos esta entrevista para Desde New York, Crónicas Literarias, que nos ayuda a conocer más en profundidad el mundo de la ilustración y en concreto tu trabajo. Y deseamos que pronto vea la luz el libro con tus ilustraciones.

Esther Lara