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La Muerte Errante (proyecto amateur de libro en un blog)

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Mensaje  jocdz Jue Ene 06, 2011 5:57 am

Buenas noches

Quería comentar sobre una idea que empecé a plasmar el dia de hoy, abri un blog para ir armando desde un punto de vista de aficionado una novelita mas de zombies, es asi como saque esto que llamo el proyecto "La Muerte Errante" donde la idea seria sacar un capitulo cada mes, aunque realmente el primero de prueba lo hice ahora en la tarde xD

Aprovecho de antemano ofrecer mis disculpas, habia escrito un post sobre unos wallpaper y bien merecido y bien justificado administrador lo paso a la seccion de papelera, pido disculpas por redundar en algo ya planteado y ante todo, tomarme como buena costumbre buscar primero y de haber el post, anexar mi parte a este.

Posdata: por favor, no me vayan a destrozar con las criticas a quien no le guste este pequeno proyecto de un libro amateur en un blog, gracias xD

Saludos.


Última edición por jocdz el Jue Ene 06, 2011 6:53 pm, editado 1 vez
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Mensaje  Battousai Jue Ene 06, 2011 4:39 pm

pues veo que no te has leido las normas de Tus trabajos, porque esta seccion es para exponer aqui la historia, no para poner un link y darse autobombo

asi que tu decides, o colocas aqui la historia o el hilo se mueve de seccion
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Mensaje  jocdz Jue Ene 06, 2011 6:33 pm

Cierto, perdon.. aqui el capitulo 1: El Paciente 0
De forma centralizada igual al publicar aqui mismo el escrito, dejare una copia en ese blog creado el dia de ayer para tenerlo centralizado en un mismo sitio, ya que hace tiempo que me he desligado de los foros y como que debo retomar esa vieja costumbre nuevamente.

La Muerte Errante
Capitulo 1 - El Paciente 0

Con la mirada perdida Manuel observa pensativamente el llavero que sostiene en su mano izquierda arrecostado a la ventanilla izquierda en el asiento trasero de una camioneta. El llavero de forma circular atrapa la luz del sol en un delicado acabado de cristales de colores los cuales parecen cobrar vida con cada atino de luz que se posa en ellos. Manuel Collarte es un hombre adicto a su trabajo, aunque son mas las veces que su trabajo lo separa de estar con su familia, Manuel siempre piensa en su esposa y sus dos hijas. El llavero que sostiene en su mano fue un obsequio de Martha, su esposa. Aunque Manuel lleva consigo una foto de su familia que guarda cuidadosamente en su cartera con el escrito detrás de “Te queremos, vuelve pronto”, es su llavero el que lo ata a recuerdos mas recientes y amenos de una noche de obsequios de cumpleaños. Martha le había obsequiado un mes antes en una elegante caja envuelta en un delicado pero serio papel de regalo, un pequeño detalle que lo acompañaría en sus viajes. Un grueso anillo de acero no mas grande que el diámetro del lente de una pequeña cámara con el grabado “Martha, Sonia y Mikaela” con un centro de pequeños cristales de colores era su pertenencia mas apreciada que su familia le había dado y con lo cual se distraía en esos largos viajes de carretera, como en el que estaba en ese momento.

Ya estamos llegando Sr… Le indica Víctor Bonasia, su conductor y traductor asignado para su visita en Antananarivo en Madagascar, una de las Islas mas grandes en las costas al Sureste de África.

Manuel aparta la mirada de su llavero y mira al frente, la silueta de dos hombres con ropa militar a unos 500 mts, cada uno con un rifle colgando del hombro y un tercer hombre acercándose a estos, observando al vehículo que se aproxima al punto de control.

Buenos días caballeros… Saluda Víctor al soldado que llega a ver a su lado en la ventanilla. Pero este no parece prestarle atención a su saludo, salvo y únicamente estar a su vista mirándolo. En ese momento se acerca a su lado el tercer oficial, el cual a diferencia de los soldados, solo porta una pistola enfundada a su costado derecho.

Papeles por favor… Indica el oficial.

Víctor extiende su brazo a la guantera mientras los militares lo siguen con la mirada y saca unos papeles, revisa un poco hasta sacar de entre estos un papel doblado en tres partes de forma horizontal y dos pequeñas libretas que le pasa al oficial.

El oficial lee primero de manera rápida la hoja y posterior a ello procede a ver las libretas mirando a Víctor e igual con la otra libreta mirando a Manuel como si fuesen personas que estuviesen buscando por días. El oficial luego de repasar los papeles levanta la mirada e indica a Victor… “Esperen un momento por favor…” y se retira hasta un pequeño puesto de vigilancia a unos metros donde por medio de una ventana se observa como llama por radio.

En ese momento mientras esperan, Manuel le pregunta a Víctor… “¿Ocurre algo?”…

Víctor contesta, mientras saca de la guantera una caja de cigarrillos y busca un encendedor en un compartimiento hueco debajo de la radio de la camioneta. “No.. solo están confirmando nuestros papeles, ya sabe como esta todo esto luego del brote que ha aparecido en estas ultimas semanas por estas zonas… No se preocupe, nuestros papeles están en regla y todo es un procedimiento normal de rutina”.

Sin pasar mas tiempo del que a Víctor le tome aspirar tres veces de su cigarrillo, el oficial se acerca, le entrega los papeles e inmediatamente le indica a los soldados que abran la cerca y muevan otros obstáculos al frente del vehículo.

Victor comienza su marcha y le indica al mismo tiempo a Manuel que ya una vez pasado el punto de Control, solo serian unos 10 minutos hasta llegar al Hospital General donde Manuel comenzaría su labor.

Manuel era un Especialista en Virus, poseía una Maestría en manipulación del ADN Humano referente a cuerpos extraños, virus conocidos que han dejado desastres biológicos a lo largo de la historia y había expuesto su Tesis en este Campo. Largos años de su vida que dieron frutos y lo habían llevado a ser la persona mas adecuada para las circunstancias a las cuales se estaba involucrando, sin saber realmente con lo que se encontraría.

Llegamos… Indica Victor que procede a apagar el vehículo y ha bajarse para sacar del compartimiento de maletas las cosas del Dr. Manuel. Por su parte, Manuel una vez fuera de la camioneta, contempla la fachada del Hospital. Un edificio de unos 4 pisos de muchos ventanales tapados por largas cortinas, se observa el pasar de los años en sus paredes que alguna vez fueron de un color Blanco pero que con el paso del tiempo, su color había cambiado a un color crema sucio. Podría decirse que las áreas verdes del Hospital han tenido un mejor cuidado que el mismo Edificio pensó Manuel al contemplar dicha estructura.

Se cierra la puerta de atrás de la camioneta y Víctor se acerca dejándole llevar a Manuel solamente un maletín que el mismo Doctor había colocado con buen cuidado entre el resto de sus cosas cuando llego en el Aeropuerto. Víctor le había propuesto al Doctor Manuel llegar primero a una villa residencial donde se había pautado que se quedaría, pero Manuel con solo subir a la camioneta en el Aeropuerto, le había indicado a Víctor que prefería ir directo al Hospital General antes de hacer cualquier otra cosa, lo cual sin discutir, Víctor procedió a cumplir.

Manuel en su maletín tenia algunos reportes que le informaban hasta donde se conocía, sobre una fuerte gripe que estaba azotando la región. Aun no había información detallada y clara sobre lo que era y el patrón de sus síntomas, pero se sabia que era un brote fuerte, debido a que existían casos relacionados de fallecidos y desaparecidos, incluso cuerpos desaparecidos que los familiares reclamaban y exigían realizar averiguaciones a las autoridades ante la preocupación de posibles saqueadores de tumbas. El robo de ataúdes como ropa y joyas de algunas personas fallecidas eran desenterrados para sacar provecho por parte de grupos delictivos que obtenían un buen pago vendiendo estas cosas en el mercado negro. Personas sin escrúpulos que no sentían pena o respeto alguno por despojar a personas que ya no necesitarían sus cosas una vez ya fallecidas, pensaba Manuel, vivimos en un mundo de locos que muy bien merece el castigo de Dios a como están las cosas hoy en día. Pensamientos de los cuales Manuel se retractaría mas tarde antes de terminar el día.

Víctor informa de la llegada de Manuel al lugar, hablando con el personal de recepción del Hospital, en ese momento otra persona un poco retirada los ve llegar y se acerca hasta ellos. Una mujer rubia de unos hermosos ojos verdes y el cabello recogido, de buen porte, una mujer muy educada por la forma como se ha presentado. La Dra Jesenia Castilla, quien curiosamente a Manuel le recordaba a una novia que había tenido en el 3er año de la Facultad de Medicina y que por razones de distintas ramas de estudio se separaron ya que difícilmente se veían entre sus deberes y estudios.

Muy buenos días Caballeros, soy la Dra Jesenia Castilla… dirigiéndose a ambos, pero enseguida pone su atención en Manuel y pregunta “¿Usted debe ser el Dr Manuel Collarte cierto?” a lo cual Manuel asienta con la cabeza e indica con un claro “Si Dra, así es, mucho gusto”.

Lo estábamos esperando Dr, entiendo que su Especialidad es el cultivo de virus e investigación del comportamiento de estos en el ADN humano. Cuando me informaron que usted vendría, enseguida supe que el brote epidemiológico era algo mucho mas allá de una fuerte gripe. A lo cual comenta Manuel, “Si, al parecer es algo peor pero de lo cual aun no tenemos mucha información, por eso estoy aquí, para determinar la causa que origino dicho brote por lo que para ello debo saber cual fue la persona que presento los primeros síntomas de este virus” acoto Manuel a la Dra Castilla. La Dra enseguida le comenta al Dr Manuel que el primer Paciente que presento los síntomas había fallecido hace ya unos días, habían tratado de hacer todo lo posible alargándole la vida pero que este al final, había fallecido y su cuerpo se encontraba en la morgue del hospital.

Antes de continuar con la Dra Castilla, Manuel le pide a Víctor que por favor lleve el resto de sus cosas a la villa donde se quedaría Manuel. Tomo su saco el cual estaba arriba de una de sus maletas y saco un pequeño diario de otra para proceder entonces a seguir con la Dra Castilla. Aunque Manuel no hablaba el idioma nativo del lugar, la Dra obviamente desde que se les acerco y se presento, era una especialista con la cual no seria necesario recurrir a los servicios de traductor de Víctor. Así que Víctor procedió a tomar las cosas del Dr Manuel y retirarse del lugar para llevar sus cosas, sin no antes comentar que ante cualquier cosa, lo llamase una vez culminado el día para recogerlo y llevarlo al lugar donde se quedaría por esos días.

Una vez que Víctor se marcha, Manuel sigue su conversación con la Dra sobre el Paciente 0 fallecido a la cual le indica… De todas formas Dra igual debo verlo, necesito extraer unas muestras de tejido y analizar que tipo de cuerpo o agente infeccioso le ocasiono su desgracias hasta el punto de haberlo llevado a la muerte, le indico Manuel a Jesenia, a lo cual ella solo dijo “Muy bien Dr, debemos ir al sótano, por aquí por favor…” y procedieron a terminar de recorrer el largo pasillo hasta su final cruzar en una esquina a la izquierda para llegar a unas escaleras oscuras, pero con iluminación al final de estas que bajaban a la Morgue.

Al descender otro pasillo largo donde con perfecto ambiente de terror, la puerta que daba a la Morgue era la ultima al final del pasillo. Dos puertas grandes de metal cada una con una ventanilla a la altura del cuello, el ambiente era mas frío ahí abajo que en comparación con el piso superior del que venían con aire central.

Entraron a una habitación grande, no había nadie, solo estaban ellos dos, había varias camillas con unos cuerpos tapados. La Dra de entre todos los cuerpos señalo uno en particular al final de la inmensa habitación. Al acercarse Manuel pudo ver manchas de sangre reseca en la sabana blanca pero sucia que tapaba al cuerpo. Sin estar aun frente al cuerpo, ya se percibía el olor a descomposición, aun a pesar de estar en un lugar de baja temperatura como lo era la Morgue. Antes de destapar la parte superior del cuerpo, Manuel pudo notar con el rabo de su ojo izquierdo, como la Dra se apartaba un poco retirándose un par de pasos atrás, para él era obvio que lo que vería no seria nada agradable, por el estado en descomposición que ya podía olerse al acercarse al cuerpo y por la postura de rechazo de la Dra al momento de descubrir el cuerpo del infortunado.

Lo que Manuel y Jesenia verían, los espantaría hasta el ultimo día de sus vidas. Porque lo que estaba en la camilla, no era el cuerpo del Paciente 0, era el cuerpo de Laura, una chica baja de estatura, de origen asiático de delgada figura y cabello negro largo, era la enfermera de turno a quien Jesenia y ningún otro medico o internista habían visto en mas de hace 2 horas, pero por el ajetreado día que estaba viviendo el Hospital, nadie se percato o prestar cuidado de preguntar o saber de ella. De forma aleatoria algunas partes de su cuerpo tenían mordiscos de gran tamaño, podía verse gran parte de sus viseras, incluso por el espacio hueco podría decirse que faltaba algún órgano, sus ojos estaban muy abiertos como si hubiese tenido un fuerte shock traumático. Lo que le haya sucedido, no paso hace mas de 2 horas debido a que aun emanaba de sus heridas mortales, sangre aun no coagulada pero ya comenzaba a ser de un color café oscuro.

Jesenia comenzó a transpirar, respiraba como una persona asmática que le hace falta su inhalador, Manuel por su parte aunque su caso no era igual al de Jesenia, podía verse en su rostro una expresión de horror que ni él mismo se hubiese imaginado de habérsela visto ante un espejo.

“Dios mio!, hay que subir y decir rápido lo que ha pasado aquí”… suscitaba Jesenia mientras agitaba sus manos sin darse cuenta y luchaba por mantener la respiración a tono.

Manuel totalmente de acuerdo, asintió con la cabeza un afirmante Si, ya que su shock de horror no le dejaba pensar mas halla de 2 palabras de conversación, pero sin antes hacerse la gran pregunta y la cual forzosamente le expreso a la Dra. Quien le había causado tal muerte a esa pobre chica y donde estaba el Paciente que debía estar en esa camilla. Sin pasar mas de 5 segundos, Manuel se maldijo por su pregunta, puesto que en ese instante, la respuesta aparecería reveladoramente justo detrás de ellos y ni en un millón de años se imaginarían lo que verían.

Unos envases grandes que suelen usarse para colocar los órganos retirados en una autopsia apiñados de forma ordenada en un rincón cayeron al suelo. En ese momento se dieron cuenta de que no estaban solos, otra persona estaba ahí y por alguna razón había guardado silencio. El caso real era que a la primera impresión de horror, tanto de Jesenia como de Manuel era de haber quedados mudos ante el horror que veían sus ojos, pero luego, la afirmación de Jesenia de ir a pedir ayuda y la pregunta de saber lo que había pasado de Manuel rompió el silencio sepulcral que reinaba en esa inmensa habitación, lo cual saco de su letargo a Eugenio, un joven de 23 años que vivía fuera de la ciudad y quien unos días antes había comenzado a sentirse mal, posiblemente por la picadura de algún insecto o la mordedura de alguna serpiente o araña venenosa, ya que al momento de ser internado, presentaba en sus piernas y espalda algunas marcas de algún tipo de picadura o mordida, y todo esto hasta el punto de tener pesares como vómitos y fiebre alta y convulsiones lo cual lo llevaron a parar al hospital y tras varios días de lucha de salvarle la vida, había fallecido.

Manuel ya tenia en frente lo que había ido a buscar al viajar desde España hasta esa parte del mundo y lo que había ido a buscar al bajar a la Morgue junto con la Dra Castilla. El único problema era que su espécimen de análisis y pruebas se encontraba delante de ellos, perfectamente erguido de pie y con el pecho abierto por una previa autopsia practicada no hace mucho mostrando una cavidad toraxica espeluznantemente podrida y oscura, como si invitase a tragárselos como si fuesen unas enormes fauces abiertas listas para engullir.

Manuel y Jesenia en un estado de shock observan como la criatura frente a ellos los mira con (lo que podría jurar Manuel) un terrible gesto de odio que de alguna forma logra proyectar de entre unos ojos sin vida. Jesenia y Manuel se encuentran en una situación difícil de salir, de espaldas contra las cavas o compartimientos donde meten a los cadáveres, en frente, una persona en avanzado estado de descomposición que no debería estar parada frente a ellos. “DIOS MIO!!…” exclama Jesenia cuando este ser, abre la boca y avanza hacia ellos empujando a su paso las camillas que no le permiten una trayectoria recta hacia sus víctimas. Manuel inundado por la adrenalina, recorre rápidamente con su vista la habitación y con mucha suerte toma un Paral de Suero que se encontraba a un par de metros de ellos a su derecha y enviste a la criatura clavándoselo en su abierto pecho. Pero esto de nada le sirve, debido a que la criatura sigue avanzando dejándose clavar mas el largo Paral sin siquiera notarlo sin queja alguna y acercarse hasta estar frente a Manuel, el cual reacciona rápidamente sujetándolo por el cuello usando su mano derecha mientras que con la otra sujeta el Paral.

Manuel enseguida le pide a Jesenia que le ayude, pero ella en ese instante se encuentra atónita observando la pelea sin saber reaccionar ante tal situación. Manuel intente volver a llamar su atención mientras sujeta por el cuello a la horrenda criatura y usa su otro brazo como escudo con propósito de retirarlo de su forzosa lucha cuerpo a cuerpo. JESENIA!!! grita Manuel, y ella reacciona mirándolo a los ojos aun con rostro de terror. ALCANZAME ESAS SABANAS RAPIDO!!! grita Manuel a todo pulmón extasiado por la adrenalina que corre por sus venas y le hace galopar el corazón como si se le fuese a salir del pecho en cualquier momento.

Jesenia rápidamente toma las sabanas mas cerca de ellas, las que cubrían el horrible crimen de Laura, la pobre enfermera que pago con su vida el hallazgo que se llevaría a la tumba. CUBRELO CON LA SABANA… CUBRELO CON LA SABANA!!! AHORA!!! grita Manuel eufórico y cansado del forcejeo que lleva haciendo hace rato por sobrevivir a su atacante. Jesenia tira la sabana sobre la criatura y es ahí cuando Manuel aprovecha para zafarse de entre sus brazos y suelta su cuello una vez cubierto por las sabanas. Enseguida Manuel gira las cosas a su favor y ahora es la criatura quien esta contra los compartimientos de guarda cadáveres y Manuel sujetándolo contra estos. Aun a pesar de estar tapado con la sabana, Manuel puede ver como este espeluznante Ser, abre y cierra su boca en su intento desesperado de alcanzarle y morderle. Pero lo que no saben Manuel y Jesenia es que en ese mismo momento, Laura la enfermera acostada donde debía estar el Paciente 0, se levanta de la camilla, gira y coloca sus piernas hasta tocar el piso y se levanta de la camilla silenciosamente con toda la paciencia de quien no tiene nada apresurado que hacer, y aunque inicialmente se levanta de espalda a ellos, no tarda en darse la vuelta y quedar parada detrás de Manuel y Jesenia contemplando la lucha con una mirada sin vida.

Jesenia es la que esta mas cerca a ella, y es entonces cuando Laura levanta y extiende sus brazos, da unos pocos pasos y toma a Jesenia por los hombros. Jesenia rápidamente exaltada se da la vuelta y solo alcanza a ver como Laura le clava sus dientes en el cuello y le arranca un enorme trozo de carne. Manuel escucha el grito de Jesenia y voltea… y es ahí cuando se da cuenta de que sus pesadillas solo empiezan. Manuel tira a su agresor a un lado, rápidamente empuja de alguna forma a la nueva resucitada, toma a Jesenia pasando el brazo de esta sobre sus hombros y la levanta rápidamente para salir lo mas rápido posible de ese infernal lugar. Cuando Manuel se acerca a la puerta, observa por las ventanillas de la puerta como al otro lado del pasillo se ven otras personas que salen de las otras puertas que se encaminan por el largo pasillo hasta terminar en las escaleras que ascienden al piso principal del hospital. Personas que se asoman ante todo el ruido del intento de supervivencia de Manuel y Jesenia quien ya ha caído. Pero Manuel observa con horror que estas personas caminan hacia su dirección, tambaleándose, cuando los mas cercanos a la puerta se dejan aprecian por la luz de esa sección del pasillo, es cuando observa con profundo horror el estado en el que se encuentran. A uno le faltaba un ojo y tenia un hueco enorme en una de sus mejillas, como si tuviese dos bocas. El otro aunque su rostro estaba en mejor aspecto, chorreaba unas hileras de sangre desde la parte de arriba de su cabeza y tenia manchas de sangre reseca en su ropa, pero sus ojos acuosos e inyectados de coágulos de sangre le hicieron ver que lo que estaba al cruzar esas puertas, no era muy distinto con lo que estaba luchando ahí dentro.

Esas otras personas eran otros casos no muy distantes al de primer caso (el Paciente 0) y estos que también habían fallecido en esos días, estaban empezando a reanimarse como si una especie de estado de encuvacion de algún virus terminara su ciclo o proceso y de lo cual ya se podía observar su resultado final.

Manuel supo en ese momento que no podrían salir de ahí con vida fácilmente, miro rápidamente y su principal agresor (el Paciente 0) trataba de levantarse torpemente mientras la sabana que lo cubría caía al suelo. Laura la nueva y segunda agresora, ya caminaba lentamente hacia ellos y del otro lado del pasillo ya los otros intentaban ingresar a la habitación donde se encontraban. Ahí estaba Manuel en el peor momento de su vida. Hace unas horas estaba tranquilamente mirando el llavero que le hacia recordar esa estupenda noche de regalos con su familia y amigos y ahora se encontraba con una Doctora casi medio muerta a su lado, unos muertos vivientes intentando entrar por una puerta que Manuel bloqueaba con su cuerpo y otros dos de estos con los que ya habian tenido el mal gusto de conocer, se reincorpoaraban para seguir en su lucha por arrancarles la vida.

Piensa Manuel… PIENSA!!!, se repetía a si mismo mentalmente en esa fracción de segundo ya que tiempo era algo que no tenia. LOS FRIGORIFICOS!!! pensó Manuel. Rápidamente bordeando la habitación llega nuevamente hasta la pared llena de los Frigoríficos, esos espacios donde meten a los cadáveres en las morgues. Abrió uno, pero ya había un cuerpo ahí, abrió otro y estaba vacío, rápidamente antes de que sus atacantes los alcanzaran y mientras entraban los otros, se metió junto con la moribunda Dra Jesenia y cerro como pudo la puerta. Golpes y mas golpes escuchaba del otro lado, estaban muy apretados, pero lo importante era que estaban vivos (o al menos uno de ellos mas que el otro) como para contarlo.

Paso el lapso de tiempo de casi una hora, los golpeteos habían dejado de sonar hace ya 40 minutos, pero Manuel no sabia que hacer, prefería seguir ahí lo mas que pudiese. El problema era que sabia que afuera esas criaturas podrían seguir ahí y que lo atacarían con solo lo viesen nuevamente y no lograría llegar ni siquiera a 50 mts de las escaleras. El otro problema era que Jesenia estaba cada vez peor, al parecer moriría en cualquier momento, y Manuel ya sabia por experiencia propia, lo que sucedería una vez que ella falleciese.
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La Muerte Errante (proyecto amateur de libro en un blog) Empty El Despertar

Mensaje  jocdz Lun Ene 10, 2011 1:33 am

2da Entrega:

La Muerte Errante
Capitulo 2 - El Despertar

"Dios Santo... que hago..."

Sumergidos en una oscuridad total, Manuel llevaba ya casi 2 horas dentro del frigorífico junto con Jesenia quien se encontraba en una especie de coma y empapada por completo de toda la sangre de la cual aun salia por la enorme herida que tenia en el cuello, con cada brote de sangre que salia de este, un poco de la vida de esa hermosa Doctora de ojos verdes se iba apagando cada vez mas y mas.

No podían estar ahí eternamente, Manuel contaba con que alguien bajara tarde o temprano y se diese cuenta del infierno que era el lugar en ese momento. Algún nuevo fallecido y del cual debía hacersele alguna autopsia o el reclamo de algún cuerpo por parte de sus familiares, alguien tarde o temprano debía de bajar. Pero ya habían transcurrido algo mas de 2 horas desde todo aquel incidente y lo único de lo que Manuel estaba seguro, era que tendría que arriesgarse y aventurarse. Había una fuerte razón que obligaba a Manuel a tomar la decisión de salir de su seguridad a saber Dios a que encontrarse allí afuera y arriesgar su vida nuevamente.

Jesenia había muerto hace 10 minutos...

Manuel se pone en posición cerca de la puerta y la abre un poco, solo lo suficiente como para dejar entrar un leve rayo de luz a su seguro refugio de oscuridad. Por la pequeña hendija alcanza a ver una parte de la habitación, abre un poco mas, solo un poco... sus ojos, los cuales se van acostumbrando poco a poco a la luz, bien abiertos y alerta ante cualquier movimiento, no consigue observar nada que arriesgue su vida. Finalmente con la puerta del frigorífico bien abierto y luego de haberse asegurado de que la habitación esta vacía de cualquier peligro que amenace su vida, Manuel con mucha precaución de no hacer el menor ruido posible, coloca un pie, vuelve a recorrer toda la habitación con la vista y coloca el otro pie, quedando sentado y mirando hacia la puerta de la habitación. Las piernas le temblaban y un helado frío le recorría todo el cuerpo. Tenia que pensar un momento que iba a hacer, si ese pasillo estaba lleno de muertos caminando de un lado al otro, no sabia con seguridad si podría llegar hasta las escaleras que se encontraban al otro extremo del pasillo, el cual para colmo era un poco largo.

Manuel se levanta sin perder de vista la puerta que seria su salida de esa habitación, da dos pasos y el siguiente movimiento que hace es buscar su teléfono celular, revisándose los bolsillos recuerda que lo guardo en el saco que tomo junto con un pequeño diario de entre su equipaje antes de que Víctor se fuera con el resto de sus cosas. Su plan antes de tomar cualquier acción que arriesgase nuevamente su vida seria el llamar a Víctor y contarle todo lo que había pasado ahí, llamar a la Policía o al Ejercito mismo y lo sacaran de ese infernal hospital y volver en el primer vuelo directo o con escalas a España.

Manuel ve su saco tirado en el suelo a unos 6 metros de donde esta parado, duda por un momento de dar un paso mas, pero luego avanza hasta el saco, lo levanta y saca su teléfono del bolsillo derecho. Esta roto... ve como su pésima suerte nada le ayuda, recuerda lo de la Ley de Morphy, entre toda la conmoción de la pelea debió de haberlo pisado. Con su puño izquierdo aprieta el teléfono, cierra los ojos y maldice todo lo que esta viviendo y el que su suerte en vez de mejorar, empeore a cada momento, abre los ojos como quien desea despertar de una horrible pesadilla acostado en su cama en una mañana, pero la realidad de una inmensa habitación con camillas tiradas al suelo, sangre restregada por todo el piso con marcas de pies por todas partes, lo devuelven al peor momento de toda su vida.

De repente un ruido hace saltar los nervios de Manuel, aun estando arrodillado en el suelo con su celular en muy mal estado bien sujeto en su mano, Manuel voltea y mira detrás de él. Es Jesenia quien comienza a sufrir espasmos, se sacude como si una descarga eléctrica recorriese todo su cuerpo, Manuel por un momento atónito se queda mirando el hueco de forma cuadrada como si fuese una oscura cueva que es el compartimiento donde hace unos momentos estuvo por mas de 2 horas junto con el ahora, cuerpo sin vida de Jesenia. Enseguida, voltea en dirección a la puerta de la Morgue preocupado de que el menor ruido haga volver a esas podridas criaturas que alguna vez fueron un ser humano pero que ahora parecían demonios salidos del mismísimo infierno.

Manuel toma un Paral de Suero que esta tirado en el suelo a una distancia no mayor a la longitud de su cuerpo, probablemente el mismo que uso contra su agresor, eso no le importa, pensar en esos detalles no es de prioridad en ese momento, lo importante es que necesita algo que pudiese usar como arma y ese Paral, resulta ser lo mejor que tiene a mano para tal tarea.

Manuel se levanta lentamente, sin dejar de mirar la puerta por la que sabe que debe salir, aprieta muy bien con sus dos manos, el único objeto que puede usar como arma, aunque no le había ayudado de mucho con su primer agresor, era mejor que nada. Entonces, traga saliva como quien sabe que va a hacer algo muy difícil pero que debe hacerse y da su primeros pasos, muy lentamente, con mucho cuidado llega hasta la puerta. Mira por la ventanilla y agradece a Dios al ver que el pasillo esta vacío, pero sin terminar de pensar en esto, de una de las tantas puertas que hay a lo largo del largo pasillo por el que Manuel debe de pasar para salir de ahí, se asoma una persona. Manuel enseguida se agacha, preocupado y pidiendo que no le haya visto. Mira el compartimiento de cadáveres del frigorífico por donde salio, donde en cortos lapsos de tiempo vuelve a escuchar los espasmos de Jesenia. Vuelve a asomarse lentamente por la ventanilla de la puerta apretando el Paral de Suero que lleva en las manos y lo ve...

La figura que salio de una puerta camino unos pasos muy lentamente como quien no tiene ganas de caminar o de no hacer nada y se quedo parado en medio del pasillo. Un sin fin de hematomas por todo el semblante de su rostro hasta lo que se alcanza ver de sus brazos, donde uno de estos, el izquierdo muestra unas cortadas muy largas y profundas por todo su brazo y termina en una mano a la cual le faltan dos dedos. No hay sangre, son heridas mortales resecas de las cuales ya no emana ni una gota mas de sangre.

No esta de frente a Manuel, esta de lado, en dirección a otra puerta frente de donde salio, esta ahí como si estuviese pensativo con la cabeza mirando a una luz que esta en la parte alta de la pared que ya se une con el techo y con la boca abierta como si quisiese decir algo. Manuel no sabe que hacer, piensa si espera un poco, si eso le hace perder un tiempo valioso y llegan otros, si Jesenia despierta de su letargoso sueño o si se atreve a salir y atacar a esa criatura con su alargada arma, se la clava en el pecho y sale corriendo con todas sus fuerzas hasta las escaleras. En ese momento, Manuel descarta su ultima opción, el cadáver vuelve a tomar su lenta marcha y desaparece por la otra puerta.

Entonces, Manuel con mucho cuidad de no hacer ruido, abre una de las puertas y se asoma, cuando sale completamente siente el corazón como si se le fuese a explotar, esta tan asustado, que no sabría que hacer si de repente aparecen de las puertas por las que tiene que pasar de largo hasta recorrer todo el pasillo hasta las escaleras todos esos muertos que intentaron entrar a la Morgue para atraparlo. Manuel piensa por un momento si caminar con mucho cuidado o si salir corriendo por todo el pasillo atravesándolo rápidamente. Recorre los primeros 5 metros con cuidado caminando con mucho cuidado y estando muy alerta, pero no tarda en irse por su otra opción y es entonces cuando sale corriendo atravesando el largo pasillo lo mas rápido que sus piernas le permiten correr y llega hasta las escaleras las cuales sube maratonicamente. Lo ha conseguido, ha salido de la Morgue y ya se encuentra en la planta principal del Hospital.

Manuel mira el pasillo que da hasta la entrada del hospital, mira el que tiene a su izquierda y luego el que tiene a su derecha terminando su recorrido visual nuevamente en el primer pasillo, el que tiene en frente y que da a las puertas por las que ingreso al Hospital hace unas 3 o 4 horas antes. Manuel no sabe bien que hora es, su reloj se paro hace un buen rato pero la luz del día le estima a calcular que deben ser entre las 4pm a 5pm. Una silla de ruedas se encuentra tirada en mitad del pasillo, el que tiene a su izquierda, en el pasillo a su derecha solo hay dos camillas vacías, que al parecer fueron empujadas hasta rodar y chocar contra la pared y otra a un filtro de agua que esta casi al final antes de llegar al ascensor que da a los pisos superiores del hospital. Pero no hay nadie, al parecer se encuentra completamente solo en la planta baja excepto por el errante fallecido que vio hace un momento en la Morgue.

Pensando que lo peor ya ha pasado, suelta el Paral de Suero que tiene en las manos y corre en dirección a las puertas del Hospital, atraviesa todo el largo pasillo por el que camino en las primeras horas de la tarde con la Dra Castilla mientras conversaban sobre el brote epidemiológico que azotaba a la región y se dirigían a la Morgue para ver el caso del primer paciente infectado. Pero al llegar a toda carrera a las puertas e intentar abrirlas, se da cuenta que han sido cerradas por fuera con cadenas lo cual logra ver por la ventanilla de una de las puertas. Se queda sorprendido al ver al exterior, es como si un huracán hubiese sacado parte de las cosas del hospital y lo hubiese esparcido todo en la calle, no había nadie afuera, solo basura por todas partes tirada en las aceras y calles, algunos vehículos dejados por sus conductores en mitad de la calle, hay algunos camiones militares estacionados en forma de barricada a lo lejos y dos vehículos a mitad de distancia entre el hospital y los vehículos militares, un pequeño auto volcado a un lado de un poste de luz y otro del lado contrario de la carretera que al parecer aun se observan unas llamas en su interior y el resto del vehículo ennegrecido por las llamas que ya lo habían consumido y de lo cual solo quedaba un leve rastro de incendio en su interior, ni siquiera podía saberse bien que tipo de vehículo era, no quedaba casi nada de éste luego de lo que sea que lo haya dejado en ese terrible estado.

Manuel solo se preguntaba mientras miraba extrañado por la ventana de la puerta, ¿qué paso?... ¿qué sucedió aquí? qué sucedió en esas 3 o 4 horas en las que él estuvo atrapado en la Morgue luchando por su vida donde la Dra que había acabado de conocer había perdido la vida. ¿Porqué estaban cerradas las puertas con cadenas?... Manuel se retira de la puerta se voltea y solo en la recepción del hospital piensa que obviamente debe existir otra vía de escape. Frustrado le da una fuerte patada a una papelera de metal que tiene cerca como si lanzara el gol de la copa del mundial en un penalti a final de un partido y es entonces cuando otros ruidos que vienen de diferentes direcciones le hacen lamentarse de su estupidez y le hacen entender del porque la puerta principal esta cerrada con cadenas.

Se escucha un ruido, luego otro y luego una serie de ruidos metálicos como cuando alguien tropieza con algo y puertas rompieron el silencio, rápidamente unos sonidos de lamentos comienzan a escucharse... todos esos ruidos venían de diferentes direcciones... Manuel comienza a percibir que algunas personas se acercan hasta donde él se encuentra. Es entonces cuando ve a los primeros, aparecen de una puerta que da hacia la pequeña sala de espera de un consultorio privado a unos 6 metros de la recepción, de uno de los pasillos, el que tenia la silla de ruedas a mitad de camino aparecían otros. Los que salían de la puerta del consultorio vestían con ropa casual, ropa civil, un hombre de 1.82 de alto tenia un pantalón marrón claro con bolsillos a los lados, y un sweater marrón oscuro que hacia juego con su pantalón y un calzado deportivo negro, era un hombre blanco de cabello algo canoso, posiblemente un hombre de unos 38 años, detrás le seguía una mujer pelirroja que bien podía ser natural o simplemente una chica mas que quiso cambiar su look por algo diferente, tenia una blusa celeste y una falda larga de flores y con mucho color morado oscuro. El hombre tenia una herida casualmente parecida a la de Jesenia y a la mujer le faltaba parte de su brazo izquierdo como si se le hubiesen arrancado con fuerza y del cual por debajo del codo solo continuaba trozos de carne mojada en sangre de donde aun goteaba un poco de esta.

Manuel no iba a quedarse ahí parado a contemplar el aspecto infernal de cada persona que apareciese a su vista, puesto que detrás de los dos primeros le seguían otros. Los que estaban apareciendo desde el pasillo tenían ropa del hospital, el primero fue un hombre con una bata verde pálido del hospital, su aspecto era verdaderamente impactante debido a que estaba como si casi lo hubiesen decapitado solo que su cabeza aun seguía colgando de lo que debió de haber sido su cuello, detrás de este, una enfermera que estaba cubierta de sangre en gran parte de su uniforme blanco, aunque no se notaba ninguna mutilación tan impactantemente visible como los otros, y detrás de ella seguían apareciendo otros desafortunados. Manuel al saber que pronto estaría rodeado, aprovecha rápidamente correr por el otro extremo de la recepción mientras que los perseguidores que salieron del consultorio tratan de seguirle por la misma ruta, Manuel bordea la recepción y con un valor que no sabe que tenia esquiva los brazos de los del pasillo y atraviesa por este mismo hasta llegar nuevamente a la intercepcion de pasillos en la que había estado antes. Del otro pasillo apenas iban apareciendo otros caminantes que iban saliendo de algunas habitaciones, Manuel mira nuevamente las escaleras que dan hacia la Morgue, no podía creer que al parecer, era la ruta mas despejada ante tal situación. Hace tan solo un momento que había agradecido haber salido de ahí abajo y estar en el piso principal del hospital y el ver ahora como volver a la Morgue podría ser nuevamente su refugio.

Manuel vuelve a tomar el Paral de Suero que había tirado antes de salir corriendo hasta las puertas del Hospital y vuelve a bajar por las escaleras de vuelta a la Morgue, se consigue a dos cadáveres errantes, a uno lo empuja con el Paral, al otro lo esquiva y un tercero que sale de una puerta no le causa problemas al ver que le faltan las dos piernas y se arrastra con dificultad por el suelo y cruza como un rayo las puertas de la morgue. Con solo entrar bloquea las puertas con el Paral y se retira dando unos pasos atrás y luego voltea al escuchar un ruido... era Jesenia que estaba parada detrás suyo a unos 10 metros contemplándolo con unos ojos que alguna vez fueron unos hermosos ojos verdes pero que ahora no eran mas que corneas apagadas pero que de alguna forma lo miraban de forma vacía.

Aunque ya comenzaba a sonar los golpes e intentos de entrar de los otros muertos, el tiempo se congelo por un momento para Manuel cuando Jesenia apareció a su vista. Manuel había pensado volver a esconderse dentro de uno de los frigoríficos pero antes de eso, debía pasar por donde estaba Jesenia. En ese momento Jesenia se abalanzo sobre Manuel, era increíble que a diferencia de sus otros agresores con los que ya había luchado en ese lugar, Jesenia poseía una agilidad que no había visto antes, posiblemente debido a que ella había muerto hace poco y su proceso de descomposición o rigor mortis no estaba tan avanzado como el resto, por lo que aun poseía una flexibilidad que para Manuel era un problema y la hacia mas peligrosa que el resto.

Manuel no tenia nada a mano con que luchar, cuando Jesenia se abalanzo sobre él, Manuel tomo una de las camillas y la puso como escudo entre él y Jesenia, no sirvió de mucho, debido a que los brazos de su agresora estaban por arriba de la placa cama de la camilla y de igual forma sujeto a Manuel de la cabeza. Sus manos eran heladas y algo duras y de su boca salia una espuma blanca que salpicaba un poco al rostro de Manuel quien con un fuerte asco empujo la camilla tirando a Jesenia al suelo. En ese instante el Sol del atardecer se poso en su rostro y Manuel pudo ver una ventana algo alta al otro extremo de la habitación por donde entraba el rayo de un Sol que ya estaba ocultándose para darle paso a la noche. Igual como las ventanas que tienen algunos sótanos, y por la cual él podía escapar sin mucho problema debido a ser lo suficientemente grande, Manuel enseguida corrió y se subió a la mesa. Un ruido de algo sonando como una varilla cayendo al suelo sonó a su espalda, volteo y vio como el Paral que había sujetado la puerta por el rato que lucho con Jesenia había cedido y los otros reanimados ya estaban entrando a la Morgue y se unían a Jesenia quien se levantaba y buscaba a Manuel con sus muertos ojos.

Manuel no perdió mas tiempo y empezó a forzar la ventana, al parecer nunca la habían abierto y estaba algo oxidada pero con dificultad fue cediendo a abrirse un poco. Con solo vio un espacio por donde pudiese salir, se apoyo e impulso con los brazos y empujándose con las piernas mientras hacia palanca con los pies e la pared, ya la mitad de su cuerpo estaba afuera, pero entonces una mano le agarro la pierna izquierda, era Jesenia quien procedía a sujetarlo para clavar sus podridos dientes en su pantorrilla, pero Manuel le dio una fuerte patada en el rostro y retrocedió, ya otros brazos se extendían a agarrarlo por las piernas cuando Manuel termino de impulsarse con sus brazos y salir por la ventana e inmediatamente cerrarla detrás suyo para evitar que pudiesen seguirle. Se podía ver como luchaban por intentar alcanzarlo todos a la vez, Jesenia era la primera que podía ver por la ventana, tenia un rostro poseído por la ira como el resto, Manuel tomo una pesada maceta que estaba contra la pared a no mas de dos metros de la ventana y la tapo evitando así que pudiesen abrirla y salir a cogerle.

Manuel se levanta y mira nuevamente el paisaje que había visto desde la ventana de las puertas principales del Hospital, el cielo se torna de color naranja con la puesta del Sol y la soledad y el silencio sepulcral de una ciudad abatida le da la bienvenida a un nuevo mundo a lo cual Manuel solo recuerda un breve pasaje de la biblia que decía... "cuando ya no haya sitio en el infierno, los muertos caminaran sobre la tierra..."
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Mensaje  cadejo Miér Ene 12, 2011 3:58 am

muy bueno, mucho suspenso.
te felicito study
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Mensaje  jocdz Jue Ene 13, 2011 12:11 am

Gracias! o/

Realmente no se si esa frase al final de que cuando ya no haya mas espacio en el infierno los muertos caminaran sobre la tierra sea realmente algo que este en la biblia en alguna parte, creo que es de alguna pelicula real y unicamente. :S

Muchas gracias por opinar sobre la lectura y su trama Smile
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Mensaje  mjolnnir Jue Ene 13, 2011 1:17 am

jocdz escribió:Gracias! o/

Realmente no se si esa frase al final de que cuando ya no haya mas espacio en el infierno los muertos caminaran sobre la tierra sea realmente algo que este en la biblia en alguna parte, creo que es de alguna pelicula real y unicamente. :S

Muchas gracias por opinar sobre la lectura y su trama Smile

Me lo leeré cuando disponga de tiempo, al menos parece una historia seria según empecé a leer y más con lo larga que es, no como esas que se ven en muchos sitios de 15 línias que empiezan y lo dejan. Lo de la frase me suena que la dijo Romero si no recuerdo mal no? Y también sale en el remake del amanecer de los muertos.
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Mensaje  jocdz Jue Ene 13, 2011 6:41 pm

Bueno, como que toca editarlo (lo de que sea una frase que este en alguna parte de la biblia, cosa que no al parecer) xD

Si esta largo, la historia ya da miedo desde antes de leerla por lo larga que se ve xD lapida de piedra

Eso es debido porque precisamente me veo obligado a considerar que hasta cierto punto termina un capitulo cuando desde su inicio hasta su desenlace se llegue a un punto donde puede verse claramente en su lectura el que lo presente ya en ese punto ha terminado o ha quedado en un suspenso que lo ate al siguiente capitulo.

Tal vez el 3er capitulo lo saque el proximo mes, ya veremos si para ese entonces o antes.

Muchas gracias por los comentarios Smile
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La Muerte Errante (proyecto amateur de libro en un blog) Empty Cap III - Un Nuevo Mundo

Mensaje  jocdz Dom Ene 30, 2011 5:39 pm

Para no hacer mas largo este 3er capitulo, lo dejo hasta un punto para luego continuar el otro con otra vista, porque sino, este seria muy largo, asi que vamos a dejarlo hasta aqui. No tiene mucho desenlace importante, asi que sera para el proximo.

La Muerte Errante
Capitulo 3 - Un Nuevo Mundo - Parte 1

La pieza golpea la tabla con fuerza cerrando el juego por tercera vez y enseguida el frío sabor de una cerveza bebida al gusto terminan una buena partida de Domino y hace ganar algo de dinero al que obtuvo mas puntos y termina sin una sola pieza pendiente por apoyar sobre la mesa. Víctor se levanta triunfante y se sienta en la barra para encender un cigarrillo y beber un poco mas de Whisky. Son las 5:32pm y piensa que en algún momento Manuel lo llamara para que proceda a buscarlo y llevarlo a la Villa donde dejo el equipaje del Doctor.

Un hombre a unas 3 sillas de distancia en la barra conversa con otros 2 hombres luego de hablar por su celular sobre un disturbio ocurrido en las zonas cercanas al Hospital General. Víctor inmerso en su pasatiempo entre el cigarrillo y su vaso de whisky logra escuchar un poco de la conversación de esos hombres y voltea la mirada a su dirección. — ¿El Hospital General? — ¿Dice que ha ocurrido algo en el Hospital General? — ¿Que ha pasado ahí? — Exclama Víctor levantándose de su silla y acercándose a donde están estos hombres para saber mas del rumor o hechos que acontecen en dicha conversación entorno al lugar al que en breve Víctor debía ir a recoger al Dr Collarte.

– Hombre!, que es todo un lío, dicen que algo paso en el Hospital, que mucha gente en la tarde empezó a salir del hospital heridos. Tal vez alguien empezó a disparar dentro del hospital o estallo algún artefacto de sabotaje para crear el tumulto. La policía con ayuda asistencial de otras partes pudieron socorrer a mucha gente herida y fueron llevados a otras clínicas y hospitales de la ciudad. La policía tuvo que dispararle a algunos civiles, pero se piensa que eran terroristas infiltrados vestidos como civiles para mezclarse entre la multitud y por lo que se comenta, estaban preparados para morir, tenían chalecos a prueba de balas. — Hubiesen visto! — la policía les disparaba y esos hombres seguían avanzando como si nada, tuvieron que matarlos con tiros directos a la cabeza, ya que la Policía no podía permitir que cruzaran la zona de protección ya que podrían ser suicidas con bombas amarradas al pecho y al resto del cuerpo.

En ese momento, el dueño del Bar sube el volumen del TV referente a las noticias que se estaban suscitando en los alrededores del Hospital General. Una toma aérea desde un helicóptero mostraba como algunas personas se golpeaban y se atacaban entre si, choque de vehículos. La Policía lanzando bombas lacrimógenas desde una posición de protección segura para disolver a los pequeños grupos que atacaban a otras personas, pero las imágenes aéreas mostraban que esto era en vano. Entre cada toma de la gran panorámica, el reportero en la cabina se sorprende y pide al camarógrafo que haga una toma cercana a una dirección que señala extendiendo su brazo hacia un punto especifico a una calle del hospital. –No lo puedo creer, Raúl! estas filmando eso, lo estas filmando!!?– hay una persona atrapada en un vehiculo que ha comenzado a incendiarse, Dios mio!, puede verse como trata de salir, al parecer esta atrapado, pero dos socorristas se han acercado al vehiculo y uno ha logrado abrir la puerta del acompañante para sacarlo…. NO! esperen… Dios Bendito! al parecer hay una pelea, no lo puedo creer!!!, el vehiculo se esta incendiando y el hombre que ingreso a lo que consideraba una acción de ayuda lo esta atacando, todo el vehiculo se mueve con la lucha. Se están quemando, prácticamente se están quemando y es como si no les importara en absoluto, morirán calcinados, lo que al parecer estamos presenciando es un intento de robo que sin duda alguna ha terminado de muy mala manera señores.

Pero antes de que el helicóptero se situara a dar otra vuelta, tanto el piloto como el reportero y su camarógrafo así como todo aquel que estuvo observando por televisión las escenas del caos desde una toma de cámara impactante, el narrador de noticias solo alcanzó a decir… —¡Pero qué diablos….!??? no lo pued….— todas las personas en en el Bar que estaban inertes observando la pantalla, Todos!!, veían como salia del vehiculo un hombre con una buena parte del cuerpo en llamas y si eso no fuese suficiente, la sorpresa de seguirle atrás, el conductor de éste. Ambos caminaban a paso lento, sin dar explicación del porqué y cómo era posible que estas dos personas luego de sostener una pelea dentro de un vehiculo en llamas, ahora saliesen de éste tranquilamente mientras que aun eran abrazados parcialmente por desgarradoras lenguas de fuego que los consumían y que de alguna forma, no parecían notarlo, era increíble que dos personas tan conmocionadas por lo sucedido reaccionaran de esa forma, algo nunca antes visto, hasta ese momento.

Víctor no sabia que hacer, las escenas que eran mostradas por la televisión desde una vista aérea demostraban ampliamente que una zona de 3 manzanas al rededor del Hospital eran un infierno total de caos. Como iría hasta allá si la Policía con fuerzas militares habían acordonado un perímetro de 3 calles a la redonda del hospital para contener en lo posible todo el infierno que azotaba en dicha zona. —¿Y si tal vez el Dr Collarte pudo salir con el resto del personal en las primeras manifestaciones de todo ese caos?— se preguntaba en su cabeza Víctor mientras seguía mirando la televisión del Bar y sostenía las llaves de la camioneta en su mano derecha. Pensando que el Doctor podría estar en otro centro de atención, Víctor saca el teléfono de su bolsillo e inmediatamente llama al Doctor… pero inmediatamente la contestadora caía al primer repique. Pensar que posiblemente algo le había pasado ante todo ese infierno, fue el primer pensamiento que cruzo por su mente, también considero que podría ser que siendo Medico, podría estar en alguna otra Clínica u Hospital donde llevaron al resto del personal y pacientes del Hospital General y se encuentre ofreciendo sus servicios médicos y por ello tenga el teléfono apagado. Pero rápidamente desiste de esa segunda idea, sabe que el Doctor ya le hubiese llamado, que ante una situación como esta, no apagaría su teléfono. El pensar que algo grave le habría pasado, le revolvía el estomago.

Lo mas que podía hacer era trasladarse hasta el lugar, averiguar de alguna forma con ayuda de las autoridades si el Doctor Collarte seguía vivo y reubicado en algún otro centro medico con el resto de las personas heridas del hospital. ¿Qué mas iba a hacer?, ¿quedarse ahí solo viendo las noticias?. Sin perder mas tiempo, Víctor saca su billetera, deja un par de billetes sobre el Bar pisado con el vaso del que había estado bebiendo un Whisky con hielo y se marcha del lugar. Sube a la camioneta, enciende el motor y se toma un momento antes de arrancar para pensar lo que va a hacer. Lo que tenia en mente era llegar lo mas cerca que pudiese del lugar, hablar con la Policía o grupo militar presente, quien pudiese decirle a donde fue llevado el hombre a quien él buscaba. En caso de no obtener respuestas que diesen con el paradero del Doctor, procedería entonces a ir a las otras Clínicas y Hospitales. Víctor comienza a ponerse en marcha hacia el lugar, pero no sin antes pasar por la Villa en la que dejo las cosas del Doctor, aunque el Doctor nunca llego primero al lugar, Víctor recuerda que le había comentado donde se quedaría, aun pensaba que podría haber una posibilidad aunque fuese remota, de que el Doctor haya recordado el nombre de la Villa y haya tomado un taxi y este tirado en la cama descansando luego de una buena ducha, lo menos que podía hacer luego de semejante primer día en la ciudad. Mientras se dirigía a la Villa, rezaba de que al abrir la puerta, lo encontrase en la habitación, ya que realmente no quería ir al infierno que había visto en las noticias, ni estar recorriendo la ciudad buscándolo sin saber si estaba vivo o muerto.

No pasan mas de 30 minutos cuando Víctor llega a la Villa, el recorrido hasta allí era de menos tiempo, pero debido a todo el caos que se había desatado, había congestionamiento y movilización tanto policial como militar por todas partes. Víctor saca las llaves y al girarla y abrir la puerta, piensa en ese instante en esperar encontrar al Doctor Manuel sentado en la cama mirando en la Televisión el infierno del cual había salido, tal vez por el tumulto de gente, perdió su celular y por eso no había podido comunicarse con él. Pero el lugar estaba vacío, las maletas seguían estando donde Víctor las puso, nadie había entrado ahí salvo y únicamente él. —Maldita sea— es lo único a lo que alcanza a pensar en su pesar y con el breve momento de apreciar el silencio y la calma del lugar parado desde la puerta, llama al Doctor, pasa por el area de la cocina, pasa a mirar al baño, revisa todo el lugar, pero efectivamente, ahí no hay nadie. Decepcionado, sale, cierra la puerta, se monta en la camioneta, enciende el motor y solo piensa en lo que ya sabe que debe hacer, y entonces se pone en marcha, directo hacia el infierno, donde un nuevo mundo lo espera.
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Mensaje  jocdz Lun Feb 21, 2011 12:58 am

Perdón por el retraso es que entre cosas que uno hace y la inspiración que a uno le llegue pues... creo que había comentado que seria por febrero que sacaría otra parte de esto... bueno aquí esta, la próxima en Marzo.

La Muerte Errante
Capitulo 3: Un Nuevo Mundo - Parte 2

Alberto trata de encender el auto, él junto con su esposa Paola y su hija de 11 años Camila hicieron las maletas hace no mas de 40 minutos, cerraron todas las puertas y ventanas de la casa y ahora se encuentran todos juntos en la cochera con rumbo a la zona sur de la ciudad, Alberto como buen esposo y padre, solo desea alejarse de la zona ya establecida por la Asociación Nacional Medica en cuarentena por epidemia. Ya era oficial, lo habían anunciado en las noticias antes de caer la tarde y se había establecido un amplio perímetro de seguridad y aislamiento al cual solo le faltaban un par de manzanas para considerarse la cuarta parte de la ciudad abatida por el caos y la confusión en nombre de la urgencia sanitaria.

Ya todos montados, Alberto sigue intentando encender el auto pero este se ahoga y no termina de encender, se baja abre la capota, aprieta los contactos de la batería y revisa los niveles de aceite, refrigerante y agua del motor. Sujeta una pieza del motor y le pide a su esposa que intente arrancar el motor. Ella se sitúa frente al volante, realiza el intento, Alberto trata de acelerar el motor y entonces con un fuerte y buen rugido enciende… — Acelera un poco — le grita Alberto a Paola ahogándose mas su voz ante el ruido del motor al ser acelerado. Cierra la capota, Paola vuelve a su puesto y entonces Alberto vuelve a entrar al auto.

– Esta todo? no dejamos nada?… están listas? — pregunta Alberto mirando a su esposa y a su hija Camila quien esta en la parte de atrás sujetando una almohada rodeada de bultos y maletas como acompañantes de asiento a cada lado. — Estamos listos, salgamos! — responde Paola, su esposa. Entonces Alberto toma el control de la puerta de la cochera y pulsa el botón para que ésta se abra y entonces salen sin saber cuando volverán a casa.

Camila hace una pregunta — ¿A donde vamos? —

Alberto da una mirada rápida a su hija por el espejo retrovisor y le responde — Vamos a casa de tía Martha, allí nos encontraremos también con Juaquin y Teresa y podrás ver a tu pequeña prima Carol y jugar con ella por estos días mientras pasa todo este caos. —

Entonces Camila hace la siguiente pregunta — ¿y cuando volveremos a casa? —

Paola, su madre le contesta — Cuando todo esto de la epidemia pase cariño, probablemente en un par de días, que de igual forma, no tenemos ningún problema en quedarnos una semana o incluso dos en casa de tía Martha, ya ella sabe que vamos en camino y desea mucho vernos y estar todo el tiempo que queramos todos juntos, mientras esto pasa. —

Escuchan muchos ruidos a lo lejos conforme van pasando por calles desiertas, pocos son los vehículos vacíos que están mal estacionados, tiendas con sus grandes ventanales destrozados por el saqueo. Algunas cosas del interior de algunas tiendas se mezclan junto con la basura cotidiana de las calles por la brisa de la noche que va cayendo. Aunque Alberto considera que pueden llegar sin problemas con el cuarto tanque de gasolina del que disponen, no desea arriesgarse por lo que se dispone de hacer una parada breve en la estación de Gasolina para así entonces tomar su rumbo.

Llegan a la estación de Gasolina y Alberto toca la bocina un par de veces, no hay nadie, vuelve a tocar la bocina otro par de veces pero por ningún lado nadie que preste servicio en dicho lugar aparece. Alberto apaga el auto y le dice a su esposa — Paola, acércate hasta la puerta de la tienda de la estación para ver si consigues al despachador y para comprar algunos víveres para el camino. — Yo, le pondre gasolina al auto y sacare lo que me queda guardado del aceite del motor en la maleta para llenar lo que le falta de aceite al motor — Entonces, Paola mira hacia la tienda y le pregunta a Alberto — ¿crees que sea seguro? ya sabes, por todo lo que esta pasando… los saqueadores — Alberto mira hacia la tienda y le contesta — Bueno… desde que salimos de casa no hemos visto a nadie, aunque en unas calles a lo lejos vimos a unas personas caminando tranquilamente — parecían borrachos por como caminaban papá, interrumpe Camila — Si, es verdad cariño comenta Paola a Camila… Alberto comenta, — bueno… al parecer aquí no hay nadie, ya que hemos sonado la bocina y nadie ha salido a recibirnos. — No te preocupes, si no quieres ir, yo dejo llenando el tanque y voy a la tienda para ver que consigo y si no hay nadie, pues no sabría como pagar sin saber el precio de la caja registradora, es decir… mucha gente se ha retirado de por aquí, la policía en conjunto con los militares barrieron cuanto pudieron, así que ante medidas extremas y algo fuera de lo normal, pues… en vista del caso de todo lo que ha sucedido, si no hay nadie que nos atienda y nos cobre, pues tomaremos solo lo necesario que cuando volvamos, pasaremos por aquí para pagar lo que tomemos, si!? —

Alberto abre la puerta y antes de terminar de salir del auto le dice a Paola — Bueno, dejo llenando el auto y mientras eso, voy a la tienda a ver qué consigo, pero Paola entonces le responde — No… no te preocupes, yo iré a ver en la tienda que consigo — se voltea para ver a Camila y le dice — Camila, quédate aquí mientras Alberto le pone gasolina al auto… no tardaré cariño…—- pero Camila rápidamente le responde — No mamá, yo quiero ir, quiero acompañarte — Paola mira a Alberto y en una breve mirada de aprobación le responde — Ok cariño, ven conmigo… pero no te vayas a apartar de mi, solo vamos a buscar rápido unas cosas y salimos, bien? — Ok, mamá, vamos…—

Alberto se dispone a colocarle gasolina y aceite al auto y Paola junto con Camila se dirigen a la tienda que está a unos 10 pasos del auto. Alberto las mira mientras ellas llegan hasta la puerta de la tienda. Paola mira cautelosamente primero el interior antes de intentar abrir la puerta, parece todo en orden excepto por algunas latas tiradas en el piso del segundo pasillo que es el que se ve mas frente a la puerta. — Dame la mano Camila — suena la pequeña campanilla de la puerta y Paola y Camila entran a la tienda.

Con mucho cuidado y mirando a cada pequeño pasillo y esquinas Paola junto con Camila y una cesta que tomaron cerca de la entrada, comienzan a tomar algunas cosas, algunas latas, toallas sanitarias, pan, mermelada, mantequilla y golosinas para el camino… ya ellos empacaron cosas en la casa pero las que faltaron de la ultima compra del supermercado que no consiguieron por la demanda de compras en esa zona por todo el caos anunciado en las noticias, aprovechan entonces para conseguir en el lugar… suena nuevamente la campanilla de la puerta y Paola y Camila voltean de inmediato… es Alberto quien entra y les pregunta — Cómo va todo!? ya tomaron algunas cosas? —- Si, algunas pero aun no hemos recorrido los otros pasillos para saber que mas llevar — Bien, mientras ustedes toman algunas cosas yo iré al baño — Pero no fuiste antes de salir de casa papá? — comenta Camila — No cariño, es que ya sabes que tome mucha agua mientras conducía y no sabemos donde pararemos y que tan lejos este una vez que partamos, así que voy a aprovechar hacerlo aquí — Alberto sale y se dirige al baño que está a un lado de la tienda. Paola y Camila continúan pasando por los pasillos viendo que llevar para el camino.

Paola y Camila toman unas 4 pequeñas botellas de agua mineral y 2 de litro y medio y otras bebidas como jugos, ademas de vasos, platos, tenedores, cuchillos y cucharas de plástico para fiestas, ya que no llevan vajilla de la casa y no esperan en ponerse a lavar cosas en el camino, solo cosas desechables y lo necesario, no se considera que pasen meses como para mudarse de la casa, se considera que el gobierno restituirá todo en los próximos días y podrán volver para ese entonces.

Paola y Camila se encuentran al final de la tienda en la parte de congelados donde tomaron algunas de las bebidas y helados que colocaran luego en una cava que tienen en la parte trasera del auto con hielo (la que suelen usar cuando van a la playa)… suena la campanilla de la puerta, entonces Camila corre — Camila! espera!! — dice su madre — Papá, conseguimos las cosas que no encontr….—- Camila parada a 15 metros de la puerta de la tienda y sin terminar lo que iba a decir se queda atónita mirando al Señor que acaba de entrar a la tienda y entonces… grita…

Paola suelta lo que tiene en las manos y corre hacia donde esta Camila, al cruzar la esquina y mirar en el pasillo donde esta Camila en mitad de este, ve delante de ella a unos 15 metros a la persona que entro a la tienda. Al pobre individuo le cuelga un ojo y la mandíbula la tiene torcida, como si eso fuera poco, una gran herida en el cuello y desde el hombro derecho hasta el codo no tiene piel, por lo que se le aparecía claramente las venas y músculos en carne viva. Toda su ropa esta bañada en un oscuro liquido que alguna vez fue la sangre que emano la herida de su cuello. Una persona en pleno uso de sus facultades mentales, no podría estar parada ahí donde estaba este hombre sin emitir horribles quejas debido a sus graves heridas, ese hombre debería estar en un hospital en sala de operaciones, debería estar en una camilla conectado a maquinas, bajo anestesia y vendado, pero no… contrario a toda conducta normal y racional de una persona en su estado, estaba ahí parado mirando con su único ojo a la pequeña Camila. Paola por su parte, también toma su breve momento de vista atónita mirando al hombre o lo que quedaba de éste, con temblorosa voz le pregunta al hombre si esta bien? si necesita ayuda?, racionalmente estas serian preguntas muy tontas de hacer al ver el estado de este individuo, pero con el corazón exaltado por el horror que esta persona les ofrece, es lo primero que alcanza a reaccionar y a decir Paola. El hombre sin emitir sonido alguno, aun con su quijada en una posición antinatural, comienza a caminar de manera torpe hacia ellas… Paola le vuelve a preguntar, — Señor, quien es usted? necesita ayuda? — Pero el hombre solo sigue caminando hacia ellas… Camila comienza a aterrarse más de lo que está, entonces con la reacción que toda madre tendría en un momento así, Paola toma a Camila por el brazo y corren para alejarse de la espantosa presencia que ha llegado al lugar. No pueden salir de la tienda, la única vía para ello es la puerta principal la cual está mas cerca de esta horrible criatura, intentar salir por ahí implica acercarse a esa cosa y es lo menos que intentarán hacer Paola y Camila.

Paola se asoma por encima de los estantes que no son tan altos, y mira como el hombre camina unos dos pasillos alejado de donde están ellas, saben que no camina por que quiera, saben que las está buscando. Cuando el hombre llega al final del pasillo donde debe tomar la decisión de qué dirección tomar, derecha o izquierda… Paola sin llamar la atención se asoma solo un poco ya que debe saber en todo momento dónde esta ese hombre, que tan lejos o cerca está de ellas. El hombre con una cansada pero constante paciencia voltea a mirar a su izquierda, dirección donde están Paola y Camila a dos pasillos de distancia, Paola trata de que no la vea, el individuo se queda unos segundos mirando a todas partes en esa dirección y luego voltea a mirar a su derecha y camina en esa dirección. Paola siente un poco de alivio, pero sin dejar de sentir también el miedo que aun les aprieta el pecho y entonces le susurra a Camila que sin hacer ruido, saldrán de la tienda.

Alberto que escucho el grito de su hija sale del baño de la estación para correr a la tienda, entonces ve a un hombre cerca del auto el cual esta de espaldas, lo mira por un instante pensando si es el despachador de la estación que por fin apareció, no han visto a nadie desde que salieron de casa pero antes de hablarle, su instinto le dice que debe ir a ver que sucede, saber porque escucho a Camila gritar… preocupado por los saqueadores en rol de delincuentes, entra a la tienda y llama a su esposa y a su hija — Paola!!…. Camila!!… —- Ellas que escucharon que alguien entró, al escuchar la voz de Alberto, corren para encontrarse con él. — Rapido!! salgamos de aqui… salgamos!!! —- es lo primero que dice Paola con Camila asustada en brazos — Porqué? qué paso?… porqué grito Camila? —- responde Alberto —- Papá… hay un horrible hombre adentro —- contesta Camila llorando. — Pero qué? les hizo daño?… que pasa? —- Paola que solo desea salir de ahí, montarse al auto y salir a toda prisa lo más rápido que puedan le responde —- El hombre esta desfigurado, parece ser un loco con intenciones de hacernos algo, tiene un ojo fuera del rostro, un enorme mordisco o agujero en el cuello y un brazo sin piel — Probablemente esté en shock — comenta Alberto, —- no nooo… está mal Alberto, esta muy mal y parece no dolerle o importarle, por favor, rápido!! salgamos de aquí antes que…—-

Entonces el hombre aparece de entre uno de los pasillos y Alberto se da cuenta a lo que se refería Paola, su cara de horror les hace saber sin voltear a Paola y Camila el que dicho hombre está a la vista de Alberto y entonces miran… solo unos segundos de silencio y entonces Alberto solo alcanza a decir —- Vamos!!… vamonos…—- pero cuando se dan la vuelta para abrir la puerta, se consiguen del otro lado de ésta, al otro hombre que Alberto había visto cerca del auto. Dos grandes ojos acuosos casi en blanco con una expresión de rabia y una herida en la cabeza, pero no es tanto eso lo que asusta de su aspecto, sino el como tiene desde la barbilla hasta las mejillas sangre aun fresca como si hubiese estado ocupado comiendo algo no hace mucho, abriendo y cerrando la boca como una piraña e intentando abrir la puerta, pero Alberto instintivamente la sujeta para que no entre. Suenan unas latas que caen, el otro hombre que ya está adentro con ellos se acerca, Alberto mira al desfigurado hombre y rápidamente mira el otro del otro lado de la puerta de vidrio — Vengan!! vengan… corran!!—- entonces suelta la puerta y los tres corren por uno de los pasillos más al extremo de la tienda, por el mismo en el que estaban Paola y Camila, —- debe haber una oficina o un closet de limpieza o un baño aqui adentro —- dice Alberto exaltado, —- Aquella puerta!! corramos a aquella puerta!!—- dice Alberto señalando una puerta al final de ese pasillo que está entre dos estantes de refrigeración… Cerrada!, Alberto con la adrenalina a millón comienza a empujar y a darle de patadas a la puerta.

Pero por más que intente abrirla sus perseguidores ya están a tan solo 5 metros de ellos, Alberto voltea para ver a esos hombres y entonces le dice a Paola con Camila en sus brazos — Corran al otro extremo de la tienda y traten de salir de aquí, (le entrega las llaves del auto) yo trataré de detenerlos brevemente y luego saldré corriendo detrás de ustedes, corran sin mirar atrás y metanse al auto y cierren las puertas, solo abranlas cuando yo llegue. — No Alberto, ven con nosotras — Pero Alberto ya con los hombres a 3 metros de ellos solo le llega a decir a Paola — Corran!! no me discutas y corran, haz lo que te digo, corran!! —- Alberto toma un trapeador de pisos y lo usa como arma mientras Paola con una preocupación muy bien dibujada en su rostro al igual que su hija, corren sin mirar atrás hasta el otro extremo de la tienda y cruzan el pasillo y se encuentran frente a ellas a una mujer con el cuello torcido y un color de piel más pálido que el de los otros agresores, camina de forma más rigida, al parecer lleva más tiempo así que los otros dos con los que se enfrenta Alberto.

Paola sabe que no puede pasar con esa mujer bloqueándoles el paso, ella solo piensa — De dónde salió? porqué estas horribles personas están haciendo esto? qué quieren de nosotros? —- mira a donde está Alberto el cual ya está luchando con los dos hombres, uno cayo al suelo al ser pateado en el estomago, el otro Alberto le impone el trapeador de pisos como arma contra el cuello. Paola sabe que debe hacer algo para ayudarlo, por lo que baja a Camila y le pide que se esconda en un espacio hueco de uno de los estantes y la tapa con algunas cosas, le pide que se quede ahí y que no haga ruido sin importar lo que escuche que luego ella volvería por ella. Paola toma algunas cosas de los estantes y se las tira a la mujer que camina hacia ella, le da un certero golpe en la cabeza y la mujer pierde el poco equilibrio que tiene y cae al piso, entonces inmediatamente procede a hacer lo mismo con el agresor que se levanta del suelo y vuelve a acercarse a donde esta Alberto luchando con el otro hombre. Paola con tirarle algunas cosas a la espalda consigue llamar su atención y éste se voltea y al verla camina hacia ella. Ha logrado quitarle de encima a uno de los hombres a Alberto quien mientras lucha con el que trata de alcanzarlo cerrando y abriendo la boca le grita a Paola —- No Paola!! corre!! —- pero Paola quien está acorralada en una esquina con la mujer que bloquea el pasillo ya incorporada nuevamente caminando hacia Paola y el otro agresor acercándose de igual manera a ella trata de pensar lo más rápido que pueda, sabe que no podrá con los dos, entonces Paola sujeta el estante y trata con todas sus fuerzas de empujarlo para que éste caiga, pero con miedo y adrenalina se propone como sea en ese breve momento con todas sus fuerzas empujar el estante y entonces lo consigue… el estante cae aplastando a la mujer, entonces Paola corre por sobre el estante caído pero la mujer aun estando debajo de éste consigue asomar un brazo y agarrar a Paola de la pierna. Paola trata de soltarse, son tan bruscos y fuertes los tirones que Paola da por intentar soltarse que puede sentir y escuchar como el brazo de la mujer se fractura y se tuerce pero no deja de apretarla, no la suelta. El hombre se acerca a ella, Paola puede escuchar que el hombre hace unos sonidos que solo se escuchan como un leve gemir y se coloco encima de ella, la mujer debajo del estante comienza a asomarse por el espacio por el cual pudo tomar de la pierna a Paola y comienza a emerger.

Paola no puede luchar con los dos al mismo tiempo, cae en la situación en la que trató de zafar a su esposo y a puesto en evidencia y en peligro a su hija que espera ser rescatada por ambos o al menos por alguno de sus padres. La mujer toma con su otra mano la pierna de Paola y muerde su pantorrilla derecha, Paola grita… el hombre encima de Paola la sujeta y se acerca, abre bien la boca, un aliento podrido y con un hilo de sangre colgándole de la boca se dispone a hacer lo que Paola cree que va a hacer, son caníbales, gente desquiciada, cuando de repente la punta de una llave de cruz de neumático le atraviesa por la concavidad del ojo derecho al hombre y con la fuerza del golpe cae de espaldas. Entonces Paola con su otra pierna golpea el rostro de la mujer, la misma llave de cruz que acabó de un solo golpe con el hombre atraviesa el codo del brazo de la mujer que por nada suelta a Paola y con ello logra desprender parte del brazo a su dueña. Paola rápidamente trata de quitarse con asco lo que queda del brazo y mano que aun le sujeta la pierna y lo tira a un lado lo más rápido que puede. Entonces ve a su salvador, un hombre que clava en la cabeza de la mujer la llave de cruz terminando así el horror de Paola.

Antes de que Paola pueda agradecerle y preguntarle quién es, aparece Alberto jadeando y cansado también triunfante de haber ganado su batalla, entonces Alberto mira al hombre y mira a Paola y pregunta — Quien es ust… dónde está Camila? —– Paola llama a Camila y ella aparece de su escondite y corre a donde está su madre. —- ¿Están bien? pregunta Alberto —- Si, este señor me ha ayudado salvándome de esas cosas —- contesta Paola. Alberto se acerca mirando al hombre y le dice —- Gracias!! por ayudarla! —- Alberto se arrodilla a un lado de Paola quien aun sigue encima del estante con Camila abrazándola sin querer desprenderse de ella. Entonces el hombre que les ha ayudado contesta con un tono de voz algo agitado por el esfuerzo que ha hecho —- Gracias a Dios! hablan español.. no soy de por aquí y aunque me he topado con otras personas, al no poderme comunicar con ellos en su idioma, me indican unas cosas y se alejan corriendo, corrí en dirección a donde iban pero fueron atacados por lo que escape en otra dirección y me oculte hasta que todo estuviese tranquilo, he tenido un gran golpe de suerte al encontrarmelos…—- entonces el hombre mirando a Alberto y dice —- ….pero no se preocupen, solo hice lo que debía hacer, estaba a unas calles de aquí cuando escuche la bocina de un auto, y al llegar vi que esas cosas estaban encima de ella así que de afuera tome esta llave de cruz y los neutralice, seguramente igual que yo, estas cosas también escucharon el ruido y así debe ser como los encontraron, después de todo, esta parte de la ciudad está en silencio por lo que cualquier ruido es normal que los atraiga en busca de comida.—-

—- ¿Comida? —- Esas cosas son caníbales, porque resulta ser que nosotros eramos lo que ellos consideraban que era comida, hasta se comen entre ellos, vio el aspecto que tienen?? — contesta Paola señalando a sus agresores caídos y señalando su pierna herida. Entonces el hombre contesta —- No son caníbales… son personas muertas…. son personas que ya están muertas, por eso no sienten dolor ante tan agresivas heridas mortales…—- Alberto y Paola se quedan mirando al hombre con dificultad de creer y digerir lo que les acaba de decir, pero han visto con sus propios ojos a esas cosas y considerar que a lo que se acaban de enfrentar no eran locos caníbales, sino muertos que caminan y atacan a los vivos, tienen un muy torcido pero lógico sentido. —- No creo en los muertos que caminan pero creo en lo que acabo de ver —- contesta Alberto —- Yo tambien! —- asienta Paola…. Camila solo permanece callada abrazada a su madre.

Entonces Alberto levanta la mirada y dice —- Dios mio!… allá afuera hay más… —- el nuevo integrante de este pequeño grupo de supervivientes responde —- Rápido!! hay que asegurar la puerta de la tienda —- entonces ambos toman otro estante, retiran algunas cosas de éste para poderlo movilizar y lo colocan frente a la puerta, tratan en lo posible de colocar más cosas clausurando así el acceso al lugar. Los muertos van llegando poco a poco de a 2 y 3 hasta el frente de la tienda y comienzan a golpear con sus manos. — Hay que colocarla sobre una mesa y examinarle la pierna antes de que se le infecte —- responde el hombre, entonces Alberto le pide a Camila que por favor se aparte un momento de su madre, pero ella no quiere, — Vamos cariño, dejanos levantar a mamá para que revisemos su pierna si? —- entonces Camila la suelta con desgano y los hombres la levantan y la colocan con cuidado sobre una mesa.

Entonces el recien llegado le dice a Alberto que necesitan alcohol, algodon y unas gazas para vendarle la herida. Alberto busca lo necesario, mientras que el hombre revisa a Paola, ella grita… —- Tranquila!… necesito saber si no tienes fractura para entablillate la pierna… pero parece que no…—- Se escucha un fuerte golpe… es Alberto que por fin ha logrado tirar la puerta que no había tenido antes el tiempo necesario para hacerlo y así ocultarse con su familia allí hasta que el peligro pasara. Es un cuarto algo amplio de limpieza y donde afortunadamente también hay un pequeño botiquín de primeros auxilios y consigue poco, pero todo lo que necesitan para la pierna de Paola y se lo lleva al hombre que los está ayudando y que estará con ellos hasta salir y saber que está pasando.

—- Por cierto, no sabemos quién es usted…—– pregunta Alberto al extraño, mientras éste desinfecta la herida de Paola y le coloca unas gazas. —- Mi nombre es Manuel…. Manuel Collarte y soy medico… y ustedes quienes son? obviamente no son nativos de la región, son extranjeros igual que yo —- pregunta el medico que se les ha unido en la lucha por la supervivencia. — Somos de Mexico, trabajo en una transnacional y estamos situados aquí en Antananarivo desde hace 2 años, además no somos los únicos, también tengo familia aquí, una hermana que también hizo raíces en esta ciudad y también tengo conocidos Españoles… soy Alberto, y ya conoces a mi esposa Paola y esta pequeña es mi hija de 11 años… Camila.—

—- Llegue el día de hoy, vengo de España y soy especialista en cultivo de virus y bacterias… y vine por investigar un caso de infección en el Hospital General —- agrega el doctor Manuel… enseguida Alberto pregunta… ¿El Hospital General?… no fue ahí donde empezó todo esto de la epidemia?—- a lo que Manuel responde —- Si, ahí empezó todo… incluso, yo fui el primero en ser atacado por la primera persona infectada y con algo de suerte el haber escapado de ahí ante una horda de muertos.. ahora muchos de esos infectados ya fallecidos están allí afuera caminando por las calles en una amplia zona conocida como la zona 0, que es donde nos encontramos todavía.—- Pero ¿cómo pasó todo esto? — pregunta Alberto. —- Al parecer la primera persona infectada murió a causa de algún tipo de insecto que lo mordió, debido a que presentaba rasguños y punzadas en varias partes de su cuerpo.

Ante de que Alberto pueda hacer otra pregunta… suena un vidrio roto, entonces todos miran… aunque un estante junto con otras cosas bloquea el paso, saben que no podrán estar ahí por mucho tiempo, incluso siendo un lugar con comida y agua, el espacio exterior de la tienda se va llenando cada vez más de errantes con deseos de entrar. —- Rápido, tapemos con algo la vista hacia dentro, el vernos les crea estimulo y necesitamos que se olviden de nosotros y se dispersen si realmente queremos salir de aquí —- le comenta Manuel a Alberto el cual aprueba enseguida la idea y entonces ambos proceden a reforzar y tapar lo único que los separa de una segura muerte de llegar a entrar la conglomeración de muertos errantes que golpean los grandes ventanales con intención de entrar. — Este lugar es un poco alto para ser de un solo piso, creo que debe haber un segundo piso arriba de nosotros —- dice Manuel. — No encontré ninguna otra puerta, solo esta el cuarto de servicio y un baño, pero nada que lleve a un segundo piso —- responde Alberto, —- No… tiene que haber algo…—- dice Manuel, entonces camina mirando el techo buscando algún acceso que apunte al nivel superior, consigue una parte del techo de cielo raso donde hay un cordón, al final de uno de los pasillos, lo jala y entonces inmediatamente aparece una escalera que se despliega. Manuel mira a Alberto y entonces se dirige hasta donde está la caja registradora, comienza a buscar algo… una linterna, toma la llave de cruz que tan útil le ha sido, vuelve al pie de las escaleras y con cierto titubeo le dice a Alberto, que irá a dar una mirada para saber si es seguro subir. — Iré a ver que hay arriba y si es seguro o no, cuida a tu esposa y a tu hija… no tardo…—- con esas palabras Manuel comienza a subir las escaleras con cuidado, asoma su cabeza junto con la linterna dando muy lentamente una mirada de 360 grados y entonces termina de subir desapareciendo por unos minutos de la vista de Alberto.

Alberto parado al pie de las escaleras llama a Manuel—- Manuel!!… encontraste algo?… que hay arriba?… hay algo que podamos usar y que nos ayude a salir de aquí?…—– entonces Manuel aparece y comienza a bajar las escaleras —– No, no encontré nada que nos pueda ser útil para salir, pero si el que es un lugar donde podemos escondernos si las cosas llegan a ponerse feas aquí abajo nuevamente, que es mucho mejor que nada. —- No podemos quedarnos aquí abajo — dice Manuel — es peligroso, mejor subamos, la parte de arriba es espaciosa, solo hay cajas de mercancía por lo que eso indica que arriba también tenemos alimentos, solo bajaremos de ser necesario, debe haber algún acceso al techo desde donde podamos mirar la panorámica y así saber cuándo podremos salir y escapar lo más rápido que podamos de la zona de desastre… —- vamos! ayudame a subir a tu esposa con cuidado, necesitamos un lugar tranquilo y el que podamos llamar seguro para poder pasar la noche. —-

La primera persona en subir es Camila, luego Alberto desde arriba y Manuel desde el pie de las escaleras ayudan a subir a Paola a quien desde hace poco le duele más la pierna que antes. Paola se acuesta mientras Camila la cuida dándole un poco de agua… aunque arriba tienen alimentos en cajas, Alberto y Manuel prefieren tomar algunas cosas de la planta baja, principalmente cosas refrigeradas como líquidos. Casi ya para quedarse arriba por toda la noche, por turnos van al único baño del lugar, Alberto se queda en la puerta mientras Camila está adentro y luego pasa Alberto y luego Manuel… Paola había ido antes de subir por lo que entonces estando ya todos arriba, Alberto sube la escalera desplegable y cierra el acceso. Colocan unas lamparas para no estar en completa oscuridad y colocan cajas rotas y rellenos de goma en el piso para hacer sus camas y lo más placenteramente posible su larga noche.

Alberto se acuesta al lado de su esposa apoyado de espaldas a la pared y su hija abrazada a Paola quien podría pasar una mala noche debido al mal estado de su pierna. Manuel por su parte permanece sentado un poco retirado de ellos empuñando en su mano la llave de cruz. Manuel no sabe como decírselos, algo que entre las preguntas de Alberto antes de ser interrumpidos al escuchar ruidos afuera pudo haberle dicho, pero sabe que debe decirles algo que él sólo sabe, y debe hacerlo pronto… ya ha pasado una hora y media desde que Paola fue mordida en la pierna y Manuel sabe por experiencia con la Dra Jessenia, lo que le sucederá a Paola en poco tiempo. Sabe que Paola no verá el amanecer y si no toma las medidas necesarias, ellos tampoco.

Alberto acaricia el cabello de Paola y Camila la abraza… Paola suda pero tiene frío, su semblante se ve más pálido y se queda cada cierto tiempo por su pierna. Manuel se acerca y revisa la herida, quita el vendaje, obviamente… la herida esta peor, le causara gangrena sin duda alguna si no es atendida pronto en un hospital es lo que pensaría Manuel en una situación normal, pero sabe que ese tipo de herida no sanara por más que la logre llevar a un hospital, ni siquiera considera que amputándole la pierna pueda evitar el que muera y vuelva en una de esas cosas sin juicio o mente racional, solo rabia y hambre es lo que la dominará, y debe decirle a Alberto que eso sucederá dentro de poco.

Manuel mira a Alberto y le dice —- Puedo hablar contigo un momento?…—– Manuel se levanta y se retira un poco, Alberto se levanta y va hacia donde está Manuel y le pregunta — ¿está muy mal? —- Manuel no sabe como decírselo, entonces comienza contando parte de lo vivió en el hospital. Alberto, hay algo que te tengo que decir…. —- Cuando fui atacado por el primer infectado, no estaba sólo… estaba conmigo una Doctora del hospital la cual fue mordida y antes que ella, hubo una primera víctima, una enfermera que encontramos con mordidas en el cuerpo. —– Lo que me estas contando ¿qué tiene que ver con mi esposa? —- pregunta Alberto. —- Bien, verás Alberto, estas personas que fueron mordidas por estas cosas, por estos muertos que caminan y atacan… tanto la Doctora como la enfermera al lapso de 2 horas murieron y se reanimaron… y tu esposa fue mordida por uno de ellos… por lo que en poco tiempo…—- Manuel muy seriamente mirando a Alberto a los ojos —- tu esposa morirá por la infección del virus, y su organismo mutará a un estado en el que será reanimada… y nos atacará… como lo hicieron los otros.—–

Ha Alberto se le humedecen los ojos, en su mirada Manuel sabe que Alberto ha entendido y sabe que debe hacerse algo antes de que lo peor pase, se limpia las lagrimas, voltea a ver a Paola y camina hacia donde está ella y vuelve a sentarse a su lado, le acaricia el cabello, a ella le gusta sentir los dedos de Alberto peinandola, de alguna forma la relaja un poco aunque no le quita el dolor, la distrae un poco, entonces Alberto mira a Camila y le dice — Camila…. papá necesita hablar contigo un momento —– Camila abraza a su madre como si con su abrazo éste sanandola de alguna forma con su cuidado y afecto —- No, no quiero dejarla, está enferma y quiero quedarme aquí toda la noche con ella —- Camila, será solo un momento, papá necesita decirte algo, luego enseguida podrás volver con mamí —- Camila mira a su padre y entonces el solido abrazo a su madre se suelta y se levanta junto con su padre. Alberto junto con Camila va hasta donde está Manuel, lo mira y le dice en un tono de voz muy bajo y casi cerca del oído —- voy a hablar un momento con mi hija sobre su madre, le diré que debemos llevarla al baño un momento y entonces me ayudarás a bajarla para encerrarla en el closet de limpieza.—- Manuel sin decir nada, solo asiente con la cabeza.

Entonces Alberto en un rincón le dice a Camila —- cariño, mamá necesita ir al baño un momento, así que Manuel y yo así como la ayudamos a subir, la vamos a ayudar bajar un momento y luego volverá a estar aquí con nosotros, pero necesito que te quedes aquí, promete que lo harás, no tardaremos. —- No…, quiero ir con ella, yo también la quiero ayudar —- entonces Alberto le responde —- mamá necesita estar a solas en el baño corazón, solo será un momento, sabes que ella necesita que le ayudemos para bajar y volverla a subir, solo quedate aquí y espera a que volvamos bien? —- Camila sin gustarle mucho y con su triste cara acepta.

Entonces Alberto y Camila vuelven a acercarse a Paola, Camila se sienta al lado pero esta vez no la abraza, entonces Alberto le dice a su esposa — Paola, amor… vamos a bajarte un momento para llevarte al baño y luego subiremos nuevamente, sera algo breve, no te preocupes —- pero Paola no responde, ya se encuentra en un estado de shock del cual Camila cree que es sueño y que esta ya algo dormida. Alberto le indica a Manuel que le ayude a levantarla y entonces con cuidado despliegan la escalera, Manuel se asoma para asegurar y confirmar que todo está igual en la planta baja como lo dejaron, al parecer no han podido entrar todavía, y entonces proceden a bajar con cuidado a Paola. Una vez abajo, se dirigen hasta el pequeño cuarto de limpieza y la colocan ahí con unas botellas de agua y toallas. Alberto no quiere ver morir a su esposa, no quiere ver como se convierte en una de esas cosas y trata de matarlos, no quiere darle esa fuerte impresión a su hija ni a él y tampoco quiere ver como le clavan una llave de cruz de cambio de neumático en la cabeza. Por lo que opta por dejarla encerrada allí y dejarla. Alberto se toma un momento a solas con Paola en el pequeño cuarto mientras que Manuel espera afuera. Con lágrimas corriendo por sus mejillas —- Paola, recuerdo el primer día que te vi, cuando mi hermana nos presento y fue ahí cuando nos conocimos, nos interesamos, seguimos viéndonos… quien diría que un año más tarde serías mi esposa y tendríamos una preciosa hija como Camila quien te quiere mucho… muchísimo tanto como yo mi amor!….—– le acaricia el rostro, baja la mirada y se deja llorar por un momento, levanta la mirada nuevamente y le dice —- No debí de haber parado en la estación por gasolina, pudimos haber llegado a casa de Martha sin problemas con el combustible que aun tenía el auto, pero por seguridad, preferí parar y ahora estoy aquí arrodillado frente a ti viendo como te mueres y yo no pueda hacer nada al respecto para remediarlo.—- Paola comienza a tener unas convulsiones, son leves pero sabe que ya nada puede hacer. Llorando como nunca antes en su vida lo ha hecho, se despide de su amada esposa, la mujer que envejecería con él, la mujer que vería un día como su hija convertida en mujer se casa y tiene hijos. Esa parte de su vida ya no se daría. —- Adios amor mio!!….—- la frente de Alberto toca la frente de Paola y solo le queda llorar su dolor, así queda por un momento. Luego, con una ultima mirada en lágrimas y una ultima caricia que va desde su cabello hasta su mejilla, se levanta y sale de la pequeña habitación y cierra la puerta. Lo siguiente que se escucha es cuando suben la escalera, Camila se ha quedado dormida, así que no tendrán que inventarle nada, solo hasta que amanezca. Exceptuando a Camila, Manuel y Alberto no dormirán es anoche, Manuel por preocupación a que Alberto haga algo irracional, como salir corriendo a que su esposa o algo peor, salir de la tienda a confrontar por odio a esas cosas, prefiere quedarse despierto junto con Alberto para vigilarlo y para ofrecerle su apoyo moral, es lo único que puede hacer. Alberto permanece sentado al lado de su hija con una mirada perdida y desolada, Manuel a unos metros observa al pobre hombre y casi puede sentir su dolor, agradece que su esposa e hijas están muy lejos fuera de todo ese infierno, pero siente una gran pena por la perdida de Alberto, aun le queda su pequeña hija la cual sufrirá su dolor cuando despierte y se de cuenta que su madre no está con ellos. Pero la noche es larga, y deben planear al amanecer ya a la luz del día como salir de ahí, cuando se presente la oportunidad.
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