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Segunda prueba
¿Furulas?
Relato "AGUA Y ACEITE"
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Relato "AGUA Y ACEITE"
ACEITE Y AGUA
-Dígame Ramírez, ¿Nunca se ha preguntado por qué el aceite y el agua no se pueden mezclar?
El inspector Ramírez escrutaba la expresión de su interlocutor, estaba bastante acostumbrado a ser recibido de forma tensa en las dependencias rurales de la Guardia Civil que visitaba muy de cuando en cuando, pero en la mirada del brigada había mucho más que el habitual recelo que solía invadir los encuentros de la benemérita con el inspector a quien se le solía considerar una mosca cojonera entre los agentes del instituto armado.
-Pues supongo que por su composición química, tienen elementos que hace que se repelan, si no me equivoco-
A medida que entraba en los ojos del tipo estaba cada vez más convencido de que aquel picoleto pueblerino no solo no le ayudaría a aclarar la muerte sino que además era más que probable que intentará ocultar la verdad.
-Se equivoca Ramírez, es decir, la teoría dice eso, pero la realidad profunda es que no se pueden mezclar porque son cosas diferentes, vienen de mundos diferentes, y eso es lo que por allá por la capital nunca comprenden-
-Tal vez nos estemos desviando algo del tema, no creo que esta conversación nos ayude a progresar con el caso-
-Pues otra vez se equivoca usted Ramírez, aquí todo tiene que ver, lo que quiero decirle es que por allá por Madrid ustedes tendrán su manera de resolver las cosas y nosotros aquí la nuestra, y nunca se han mezclado y todo ha ido siempre bien-
La reacción del brigada estaba dejando a las claras que existía una animadversión manifiesta, pero en todo caso Ramírez no pensaba echarse atrás, realmente no podía hacer otra cosa, había demasiados puntos oscuros que se tenían que resolver. Un edificio entero calcinado y sin que se diera en ningún momento aviso a ninguna dotación de bomberos era algo absolutamente inaudito por más que la pequeña autoridad local no cesara de repetir que era un lugar abandonado que ardió por efecto de una tormenta y que muy probablemente se hubiera caído en cualquier momento; pero sin embargo era todavía más insólito que un cadáver aparezca desnudo, blanquecino, y mutilado flotando en el muelle pesquero sin que se supiera nada de la identidad, y sin que los miembros de la guardia civil se molestaran siquiera en tratar de averiguar nada más.
-Comprenderá, mi estimado Brigada que esta vez las circunstancias son un algo diferentes, aquí no tienen los medios adecuados y es necesario realizar un informe forense, además , no estaría mal que la policía científica examinará el lugar del fuego para confirmar las causas y descartar que haya ninguna relación-
El brigada incrementaba progresivamente el nivel de su malestar
-|Le he dejado bien a las claras que no la hay en absoluto. ¿Es que duda de mi palabra, inspector, duda de la palabra de un guardia civil? Y en referencia al tipo es absurdo que se tomen tantas pesquisas, solo era un narco de mala muerte al que han ajusticiado, nada más, nada que deba atraer la atención de la policía científica.
En ese punto, Ramírez ya no guardaba dudas de que debía existir algún tipo de implicación del Brigada en los sucesos, en ese momento se le ocurrió preguntar algo que habría de ser definitivo.
-Diga una cosa, ¿qué era ese edificio antes de estar abandonado?-
-Pues casas claro-
-Y ¿quién vivía allí?-
-No lo sé, estaban abandonadas desde hace mucho tiempo, puede que desde antes que yo mismo naciera, no tiene sentido no va a llegar a ninguna parte.
De forma súbita, un par de golpes secos sonaron de detrás de una puerta que estaba totalmente cerrada
-
¿Qué ha sido eso, brigada?-
-Nada, eso es un office que tenemos hay detrás para guardar la ropa, estás dependencias son viejas y a veces las cañerías hacen ruidos raros, verá creo que es mejor que demos este asunto por cerrado, puede decir a sus superiores que nosotros nos hacemos cargo de todo-
Nuevamente dos golpes, esta vez más pronunciados volvieron a irrumpir desde detrás de la puerta.
-Brigada, ¿tiene usted a alguien encerrado ahí dentro?-
El estado del guardia civil había pasado del malestar al nerviosismo
-
No, hombre, no, no es nada de eso, es solo un perrillo que recogimos en la calle, hemos avisado a una protectora, pero aún no han venido y claro es el único lugar donde podemos tenerlo. En fin Ramírez, ha sido un placer hablar con usted, le mandaré personalmente el informe y ahí verá que todo va a quedar detallado no tendrá nada de lo que preocuparse ante sus mandos-
-Hay un detalle más, brigada, me gustaría hablar con el agente que hizo el servicio la noche del incendio-
El brigada que se llamaba Justiniano porque su padre que era el único maestro de escuela consideró que estaba destinado a guardar orden en el pueblo de forma regia y serena, emitió un carraspeó de garganta, profirió el nombre del agente, Tomás, lo dijo dos veces antes de continuar hablando, le excusó diciendo que estaba de permiso y que esa semana se había marchado al norte a ver a la familia.-
-Me gustaría llamarle si no le importa, es necesario, él tuvo que ver algo, mientras hacia el servicio, la espalda del edificio quemado da justo donde se encontró el cadáver, es demasiada casualidad, tiene que tener alguna idea de cómo murió ese hombre-
-Es en un momento delicado, su madre está enferma-
-No importa deme el número, le llamaré cuando vuelva-
-Honestamente inspector Ramírez, creo que se está excediendo, lo que me pide en este momento no es posible. Ya le he dicho que no tiene nada de lo que preocuparse le arreglaremos las pesquisas, ahora debo pedirle que se marche, tenemos que atender la faena diaria-
Una incontenible indignación parecía invadir el cuerpo de Ramírez mientras golpeaba con el puño la mesa del despacho.
-¿Se burla usted de mí? ¿Me toma por gilipollas? ¿Piensa que no sé que miente desde la primera palabra? ¿Es que prefiere que vuelva con una autorización judicial y pasearle esposado por su propio pueblo? Diga ya qué coño está ocultando y dónde está ese guardia civil
-Largo de aquí Ramírez-
-¿Dónde está?-
El grito de Ramírez se vio entrecortado de forma abrupta por algo que hizo que contraer el abdomen. Los golpes volvían a reproducirse pero ya de forma continuada como si el muro estuviera siendo martilleado por dos mazas de titán, pero lo que de verdad le estremeció fue el gruñido visceral que crispaba los nervios con mayor fiereza que los propios golpes. El brigada cambió su expresión por completo al ver la compungida cara de incredulidad de Ramírez, una actitud benévola y paternalista envolvía ahora sus palabras.
-Ustedes de la capital no se enteran de nada, llegan aquí, con sus protocolos, sus normas, sus procedimientos y creen que pueden arreglarlo todo, ja, que gracia me hacen. Aquí las cosas van de otra manera y lo que funciona allí no vale, a veces hay que tener manga ancha para tratar a los vecinos, para controlar a los narcos o para algunos imprevistos que siempre pasan por estos lares-
De nuevo un estruendoso gemido sobresaltó a Ramírez
-Pero claro, nos estamos desviando del tema qué caray. Usted quería saber donde andaba Tomas-
El brigada de la guardia civil camino hacia la puerta de la que procedía el sonido sin inmutarse apenas, una vez abierta, la visión del interior casi provocó un desmayo al inspector Ramírez. Un cuartucho oscuro y pestilente se dibujaba junto la puerta había un cubo de fregar lleno de filetes podrida en el fondo del cuartucho se dibujaba una silueta que recordaba a algo humano y que sin embargo no lo era, el ser se encontraba encadenado por los pies como si fuera el prisionero de un calabozo medieval y de las trazas desechas de su ropaje podía adivinarse que estaba enfundado con el uniforme de la guardia civil. El engendro se abalanzaba hasta el cubo pero no era capaz de alcanzarlo porque la cadena se lo impedía, lo cual permitía al brigada Justiniano lanzarle un par de filetes de ternera podrido como si fuera la fiera de un circo. Después dejo la puerta mientras su prisionero devoraba la carne proporcionada y se giro para hablar con Ramírez que a estas alturas ya estaba paralizado por el horror.
-Tomás, era un buen chico, hizo muy bien su trabajo aquella noche, lo dio todo mientras el resto estábamos cuidando otras zonas del pueblo, tuvimos que quemar el edifico, nos aconteció una plaga de ratas, a veces estas cosas pasan por aquí, pero sabemos cómo hacerles frente qué coño, en cambio este tipo de cosas no se entiende por allá, la capital y esto son dos mundos diferentes, cosas diferentes, son agua y aceite, y el agua y aceite no se puede mezclar-
-Dígame Ramírez, ¿Nunca se ha preguntado por qué el aceite y el agua no se pueden mezclar?
El inspector Ramírez escrutaba la expresión de su interlocutor, estaba bastante acostumbrado a ser recibido de forma tensa en las dependencias rurales de la Guardia Civil que visitaba muy de cuando en cuando, pero en la mirada del brigada había mucho más que el habitual recelo que solía invadir los encuentros de la benemérita con el inspector a quien se le solía considerar una mosca cojonera entre los agentes del instituto armado.
-Pues supongo que por su composición química, tienen elementos que hace que se repelan, si no me equivoco-
A medida que entraba en los ojos del tipo estaba cada vez más convencido de que aquel picoleto pueblerino no solo no le ayudaría a aclarar la muerte sino que además era más que probable que intentará ocultar la verdad.
-Se equivoca Ramírez, es decir, la teoría dice eso, pero la realidad profunda es que no se pueden mezclar porque son cosas diferentes, vienen de mundos diferentes, y eso es lo que por allá por la capital nunca comprenden-
-Tal vez nos estemos desviando algo del tema, no creo que esta conversación nos ayude a progresar con el caso-
-Pues otra vez se equivoca usted Ramírez, aquí todo tiene que ver, lo que quiero decirle es que por allá por Madrid ustedes tendrán su manera de resolver las cosas y nosotros aquí la nuestra, y nunca se han mezclado y todo ha ido siempre bien-
La reacción del brigada estaba dejando a las claras que existía una animadversión manifiesta, pero en todo caso Ramírez no pensaba echarse atrás, realmente no podía hacer otra cosa, había demasiados puntos oscuros que se tenían que resolver. Un edificio entero calcinado y sin que se diera en ningún momento aviso a ninguna dotación de bomberos era algo absolutamente inaudito por más que la pequeña autoridad local no cesara de repetir que era un lugar abandonado que ardió por efecto de una tormenta y que muy probablemente se hubiera caído en cualquier momento; pero sin embargo era todavía más insólito que un cadáver aparezca desnudo, blanquecino, y mutilado flotando en el muelle pesquero sin que se supiera nada de la identidad, y sin que los miembros de la guardia civil se molestaran siquiera en tratar de averiguar nada más.
-Comprenderá, mi estimado Brigada que esta vez las circunstancias son un algo diferentes, aquí no tienen los medios adecuados y es necesario realizar un informe forense, además , no estaría mal que la policía científica examinará el lugar del fuego para confirmar las causas y descartar que haya ninguna relación-
El brigada incrementaba progresivamente el nivel de su malestar
-|Le he dejado bien a las claras que no la hay en absoluto. ¿Es que duda de mi palabra, inspector, duda de la palabra de un guardia civil? Y en referencia al tipo es absurdo que se tomen tantas pesquisas, solo era un narco de mala muerte al que han ajusticiado, nada más, nada que deba atraer la atención de la policía científica.
En ese punto, Ramírez ya no guardaba dudas de que debía existir algún tipo de implicación del Brigada en los sucesos, en ese momento se le ocurrió preguntar algo que habría de ser definitivo.
-Diga una cosa, ¿qué era ese edificio antes de estar abandonado?-
-Pues casas claro-
-Y ¿quién vivía allí?-
-No lo sé, estaban abandonadas desde hace mucho tiempo, puede que desde antes que yo mismo naciera, no tiene sentido no va a llegar a ninguna parte.
De forma súbita, un par de golpes secos sonaron de detrás de una puerta que estaba totalmente cerrada
-
¿Qué ha sido eso, brigada?-
-Nada, eso es un office que tenemos hay detrás para guardar la ropa, estás dependencias son viejas y a veces las cañerías hacen ruidos raros, verá creo que es mejor que demos este asunto por cerrado, puede decir a sus superiores que nosotros nos hacemos cargo de todo-
Nuevamente dos golpes, esta vez más pronunciados volvieron a irrumpir desde detrás de la puerta.
-Brigada, ¿tiene usted a alguien encerrado ahí dentro?-
El estado del guardia civil había pasado del malestar al nerviosismo
-
No, hombre, no, no es nada de eso, es solo un perrillo que recogimos en la calle, hemos avisado a una protectora, pero aún no han venido y claro es el único lugar donde podemos tenerlo. En fin Ramírez, ha sido un placer hablar con usted, le mandaré personalmente el informe y ahí verá que todo va a quedar detallado no tendrá nada de lo que preocuparse ante sus mandos-
-Hay un detalle más, brigada, me gustaría hablar con el agente que hizo el servicio la noche del incendio-
El brigada que se llamaba Justiniano porque su padre que era el único maestro de escuela consideró que estaba destinado a guardar orden en el pueblo de forma regia y serena, emitió un carraspeó de garganta, profirió el nombre del agente, Tomás, lo dijo dos veces antes de continuar hablando, le excusó diciendo que estaba de permiso y que esa semana se había marchado al norte a ver a la familia.-
-Me gustaría llamarle si no le importa, es necesario, él tuvo que ver algo, mientras hacia el servicio, la espalda del edificio quemado da justo donde se encontró el cadáver, es demasiada casualidad, tiene que tener alguna idea de cómo murió ese hombre-
-Es en un momento delicado, su madre está enferma-
-No importa deme el número, le llamaré cuando vuelva-
-Honestamente inspector Ramírez, creo que se está excediendo, lo que me pide en este momento no es posible. Ya le he dicho que no tiene nada de lo que preocuparse le arreglaremos las pesquisas, ahora debo pedirle que se marche, tenemos que atender la faena diaria-
Una incontenible indignación parecía invadir el cuerpo de Ramírez mientras golpeaba con el puño la mesa del despacho.
-¿Se burla usted de mí? ¿Me toma por gilipollas? ¿Piensa que no sé que miente desde la primera palabra? ¿Es que prefiere que vuelva con una autorización judicial y pasearle esposado por su propio pueblo? Diga ya qué coño está ocultando y dónde está ese guardia civil
-Largo de aquí Ramírez-
-¿Dónde está?-
El grito de Ramírez se vio entrecortado de forma abrupta por algo que hizo que contraer el abdomen. Los golpes volvían a reproducirse pero ya de forma continuada como si el muro estuviera siendo martilleado por dos mazas de titán, pero lo que de verdad le estremeció fue el gruñido visceral que crispaba los nervios con mayor fiereza que los propios golpes. El brigada cambió su expresión por completo al ver la compungida cara de incredulidad de Ramírez, una actitud benévola y paternalista envolvía ahora sus palabras.
-Ustedes de la capital no se enteran de nada, llegan aquí, con sus protocolos, sus normas, sus procedimientos y creen que pueden arreglarlo todo, ja, que gracia me hacen. Aquí las cosas van de otra manera y lo que funciona allí no vale, a veces hay que tener manga ancha para tratar a los vecinos, para controlar a los narcos o para algunos imprevistos que siempre pasan por estos lares-
De nuevo un estruendoso gemido sobresaltó a Ramírez
-Pero claro, nos estamos desviando del tema qué caray. Usted quería saber donde andaba Tomas-
El brigada de la guardia civil camino hacia la puerta de la que procedía el sonido sin inmutarse apenas, una vez abierta, la visión del interior casi provocó un desmayo al inspector Ramírez. Un cuartucho oscuro y pestilente se dibujaba junto la puerta había un cubo de fregar lleno de filetes podrida en el fondo del cuartucho se dibujaba una silueta que recordaba a algo humano y que sin embargo no lo era, el ser se encontraba encadenado por los pies como si fuera el prisionero de un calabozo medieval y de las trazas desechas de su ropaje podía adivinarse que estaba enfundado con el uniforme de la guardia civil. El engendro se abalanzaba hasta el cubo pero no era capaz de alcanzarlo porque la cadena se lo impedía, lo cual permitía al brigada Justiniano lanzarle un par de filetes de ternera podrido como si fuera la fiera de un circo. Después dejo la puerta mientras su prisionero devoraba la carne proporcionada y se giro para hablar con Ramírez que a estas alturas ya estaba paralizado por el horror.
-Tomás, era un buen chico, hizo muy bien su trabajo aquella noche, lo dio todo mientras el resto estábamos cuidando otras zonas del pueblo, tuvimos que quemar el edifico, nos aconteció una plaga de ratas, a veces estas cosas pasan por aquí, pero sabemos cómo hacerles frente qué coño, en cambio este tipo de cosas no se entiende por allá, la capital y esto son dos mundos diferentes, cosas diferentes, son agua y aceite, y el agua y aceite no se puede mezclar-
lestatz- Recien llegado al refugio
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